Bueno, 2do dia, nuevo one-shot.
Por ahora voy bien, espero seguir asi durante los siguientes dias. Como dije el hecho de actualizar diario es un reto que me propuse y espero cumplir con ello. Se que esta un poquito corto en comparación al anterior pero espero que lo disfruten y sin más a leer ;3

Aclaración: Los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi y la imagen utilizada en la portada no es mía, es propiedad del usuario mocamilkmoca en twitter


Dia 2: Extrañando estar juntos

La primera vez que sintió ese vacío fue durante esos tres años que estuvo separada de él, ahora estaba junto a él pero les falta lo más importante.

Su hija

Recordaba como al tenerla entre sus brazos, una parte de ella se sentía completa, sabia que esto era lo correcto pero ¿Cómo puedes pedirle a una madre que se separe de su hija?

Entendía lo que posiblemente habría sentido su madre cuando decidió irse a vivir en la era feudal pero la diferencia era que ella se lo dijo, y su madre estuvo de acuerdo. En cambio a ella e Inuyasha tuvieron que prepararse para el hecho de separarse de su hija por el inminente peligro que se acercaba por no se cuanto tiempo perdiéndose los primeros eventos más importantes e la vida de su pequeña: Sus primeros pasos, sus primeras palabras, la aparición de su primer diente… le dolia el hecho de haberse perdido todo aquello, sentía una opresión en su pecho.

No sabia cuando tiempo había pasado ¿dias? ¿semanas? ¿años? Sabia que era imposible que hubieran pasado siglos, o eso le gustaba pensar. Ya habían intentado de todo para salir de la perla pero parecia estar sellada desde el exterior, y por mucho que lo odiaran, solo tocaba esperar. No pudo evitar soltar un suspiro ante aquello.

- ¿Estas bien? – pregunto el peliplateado quien volvía luego de recolectar algunas frutas en la parte baja de la tumba de su padre, realmente el descubrimiento de aquel bosque fue un milagro.

- Supongo, estaba pensando un poco, como siempre

- Últimamente siempre pensamos un poco, seguro Shippo se alegraría por ello

No pudo evitar sonreir ante el comentario, sus amigos ¿Qué seria de ellos? Pocas veces se atrevia a imaginar un futuro con ellos y su familia si nada de esto estuviera pasado; tal vez su hija pasaría sus tardes jugando con los hijos de su mejor amiga o con sus primas ya que tenían casi la misma edad, los trucos que el pequeño zorro le pudo haber mostrado y le hubieran encantado, lo sobreprotector que seria su esposo con la pequeña pero a la vez permisivo con alguna que otra travesura, ella llevándola de paseo para mostrarle los alrededores mientras intentaba dar sus primeros pasos… tantas cosas que pudieron pasar pero que no lo fueron. Por eso no le gustaba pensar en ese posible futuro pero a veces mente de hacia una mala jugada.

- Todo va resultar bien – comento el hanyo al ver como poco a poco la tristeza se asomaba en el rostro de su esposa - y si ese no fuera el caso, espero que Sesshomaru se prepare para un buena pelea en cuento salgamos de aquí. No tendré piedad.

Aunque no lo dijera, a Inuyasha dolia igual o más esta separación, no solo el estar alejado de su pequeña sin poder hacer nada le hervia la sangre, tambien el hecho de vera su esposa sufrir por ello. Ambos sabian, en especial él, lo difícil que era vivir en un mundo dividido entre humanos y demonios, él de primera mano había vivido lo que era estar solo donde no pertenecía a ninguno de esos grupos. Esperaba que su hija al ser solo un cuarto demonio no tuviera que pasar por aquello, el que tenga rasgos más humanos la podria ayudar a que no sufra la discriminación que tuvo en su infancia. Si los hanyos de por si eran raros, los shihanyos eran únicos. Nunca lo admitiría, pero se aliviaba que Koga y su tribu se estuvieran encargado de ella, aun tenían sus rivalidades, pero el lobo era de confianza y sabia que no le haría daño a su pequeña.

Se sentó al lado de la azabache que continuaba observando al horizonte, no había mucho que hacer en aquel lugar, asi que el vuelo de esos demonios aves esqueléticos eran su único entretenimiento además de otras cuestiones anatómicas donde se dejaban llevar.

- La extraño – comento su compañera mientras se apoyaba en su hombro - ¿Crees que Koga le dijera sobre nosotros?

- Es imposible que no le cuente sobre nosotros, seria como ocultarle parte de quien es y no creo que el lobo caiga tan bajo, pero lo que me preocupa es la manera en como se estaría refiriendo a nosotros, a ti tal vez te pondrá en un pedestal mientras que a mi, seguro soy una bestia inmunda que le gusta pelear a lo tonto. Espero que Ayame participe en los relatos y no deje que el sarnoso distorsione algunas cosas.

- Tienes que admitir que algunas veces pasaba – comento recordando las veces esos dos se peleaba ya sea por una bolsa de papas que traía de su época.

- ¿No deberías apoyarme?

Y sin esperárselo, su querida esposa le deposito en beso en la mejilla provocando un pequeño rubor de su parte.

- Admitir los errores de uno no es de cobardes, es de valientes.

- ¡Pero él comenzaba!

- Y tu le seguias

- Ay por deos – no planeaba seguir con esta conversación, más cuando Kagome tenia razón – Mira, con tal que a nuestra hija no le de por llamarme perro pulgoso, no le volveré a tocar ni un pelo a ese lobo sarnoso ¿de acuerdo?

Incluso en la situación en la que se encontraban, Inuyasha le hacia reir, ya había llorado muchas veces durante su estancia en la tumba, cada vez que recordaba el poco tiempo que habían compartido, esas veces se alejaba de él para que no la viera y no se preocupara, pero como es imposible ocultarle este tipo de cosas a su compañero, muchas veces se había dado cuenta a lo cual el respondía que no estaba sola en esto.

- ¿Cuánto crees que halla crecido?

- No tengo ni idea, ni si quiera podemos calcular las lunas para saber el tiempo transcurrido, desde que llegamos aquí no me he transformado en un humano por completo.

Y era verdad, era como si el tiempo no pasara en este lugar, una especie de dimensión a parte.

- Pero si tuviera que adivinar, diría que seria una hermosa y valiente niña que sabe defenderse ante las adversidades al igual que su madre

- Al igual que sus padres – corrigió su compañera – Es nuestra hija, ambos la tuvimos.

- Y ambos la tendremos para estar juntos de nuevo, como una familia.

Aquella ultima frase le hizo derramar una pequeña lágrima, porque esa era la única cosa que sabia con certeza, tarde o temprano ellos volveria a estar juntos y empezarían a hacer nuevos recuerdos como familia.

- Moroha, espero que pronto nos volvamos a encontrar


Notas de Neko: Haber, les sere sincera, lo único que tenia claro era la primera parte de este relato y lo demás lo tenia dispersado XD, como podrán apreciar por un momento me desvie un tantito del tema principal para luego volver, pero me gusta como quedo. Si bien mi teoria es que ellos dos estan "dormidos" en la perla negra (al igual que Rin) tambien hay teorias de que ellos dos estan esperando conscientes el momento de al fin puedan salir de ahi, y eso es más doloroso a mi parecer. Espero que Sunrise ya los deje ser una familia feliz como merecen serlo. Espero que les haya gustado y nos vemos el dia de mañana, bye ;3