Categoría T (Luego cambiará a: M)
Género: Family | Romance | Humor | Friendship | Drama | Suspenso | Sobrenatural.
Personaje(s) Prinipale(s): Hao A.| Zai K. (OC) | Anna K. | Yoh A. | Asanoha D. | Érebo (OC).
Parejas(s) Principal(es): Hao A. x (OC). | Hao A. x Anna K. x Yoh A.
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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]
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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.
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CAPÍTULO 1
¿Cuál es tú mayor deseo?
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El comunicado de Goldva concluyó dejando a todos aturdidos. Y sin darles chance a siquiera asimilar la información, pronto el supuesto avión se desvaneció en sus narices, sintiendo un perturbador e inexplicable vacío…
Y considerando que estaban cayendo desde doce mil metros de altura, no se comparaba en absoluto a esos sueños que caes para verte impactar contra el suelo, sólo para luego despertar entre asustado y aliviado que todo fue producido por tu mente dormida.
En fin, HoroHoro se estaba percatando por primera vez de esta situación y el cerebro le gritaba con todas sus fuerzas que hiciera algo… O de lo contrario, moriría inminentemente, sin poder ser capaz de cumplir su sueño, así como la promesa…
«¿Tu nombre es Horo… Horosuke Usui?»
«¡Es Horokeu!»
«Uhm… Es muy complicado ¿Qué tal HoroHoro? ¡Se oye lindo!» La imagen de una niña sonriente de cabello negro y ojos castaños oscuros se materializo en su mente. Mordió con fuerza, conteniendo el impulso de gritar al sentir la sensación de su estomago revolviéndose al estar cayendo.
{¡Yo haré del mundo un campo de petasita!} Pensó determinado su resolución. — ¡Kororo!
— Patético —Declaró Hao al admirar el Over Soul del Ainu, así como también la causa de su resolución. Al Onmyōji milenario no le disgustaba el sueño en sí, recuperar la belleza de la naturaleza perdida por la humanidad, era una buena meta. El problema es que todo era impulsado por una chica, aparte de que el chamán era tan ignorante e insulso…
¿De qué servía tener el poder, las cualidades y el potencial; si no los pules, ni usas como corresponde? Y podía ver que en medio de su desespero cometía un error de cálculo tan ridículo. Ni siquiera Yoh que en su vida académica era calificado como un mal estudiante ante su innegable pereza, era tan malo para deducir unas simples matemáticas como el Ainu…
Doce mil metros en altura es diez veces superior que la pobre cifra de su poder chamán.
{…Ah. Son tan diminutos…} Considero resignado Hao. Igual, no se iba a desanimar, porque su interés estaba en Yoh. Tenía curiosidad como lo manejaría aquel que heredo su "otra mitad". Por lo que sus expectativas no eran mediocres. Le agradaba ver lo poco convencional e ingenioso que era su gemelo en resolver sus propios problemas, en especial, las que él mismo le imponía por medio de sus seguidores con la finalidad de que fortaleciera su furyoku.
— ¿Les gustaría subirse? Puedo hacerlo si quieren, hay mucho espacio aquí.
Tal como era de esperarse de un temperamento tan volátil y explosivo como del Ainu, este se negó de manera rotunda.
Y mientras que Hao se entretenía admirando la riña-discusión entre Yoh con su grupito, pronto desvió su atención hacía Opacho al escucharla reír y sentir de esta una sensación "burbujeante", clara señal de diversión. La niña africana parecía ver algún otro punto del cielo, siguió con la mirada lo que veía la pequeña, despertando en él un disgusto y fastidio una vez que halló la causa. Tanto fue su tedio que estuvo a punto de perder su compuesta sonrisa jovial.
No muy lejos de Yoh y su grupito, estaba su acosador enmascarado. Parecía que estaba haciendo algunas mímicas para Opacho hasta hacerla reír.
— ¿Te diviertes Opacho? —Le pregunto lo obvio. La niña giró a verle y confesó un "El Señor Máscara es gracioso". Hao pensó un simple "¿Es así?", a lo que la niña que pudo leer su mente, cabeceo en afirmación. Él sostuvo su mentón en señal de pensar algo, para luego mirar al enmascarado. — Oye. ¿Quieres unírtenos? Puedes subir con confianza…
Su acosador miró a los lados, esperando encontrar a alguien más que le estuviera haciendo tal ofrecimiento. Pero al no hallar a nadie más cerca suyo, se señalo así mismo dudoso de si la invitación era a su persona.
— Claro que es a ti —Aclaró Hao para luego agregar con una sonrisa maliciosa: —…Con la condición de que debes quitarte la máscara y jurarme lealtad.
Opacho se emocionó con la idea, mirando con curiosidad al adolescente como queriendo cerciorarse que es real la invitación de incorporarlo como uno de sus seguidores. No porque su Señor Hao es mentiroso o dude de él ¡Eso jamás! Sino porque la niña era consciente que había cierta aspereza en su relación. Sin embargo, toda expectativa se fue al carajo en los dos integrantes del Equipo Estrella sobre una posible alianza, cuando el enmascarado contestó sacándole el dedo del medio a Hao…
{Qué grosero…} Pensó en desaprobación el antiguo Onmyōji, sin sentirse ofendido… del todo. Ya que su sonrisa se crispo un poco ante la seña grosera. Opacho que le leyó la mente, ladeo la cabeza a un lado con esos grandes ojos azabaches que irradiaban un brillo familiar… y el adolescente pudo prever que se acercaba una de las preguntas típicas de la pequeña chamana…
— ¿Qué significa sacar el dedo, Señor Hao?
— Muchas cosas. Lo importante es que no lo imites, Opacho.
Ocultando sus manitos detrás de su espalda, la niña declaró obediente que no lo haría. Hao miró complacido la ternura de la pequeña. No obstante, deseo que la gravedad y el suelo hicieran el trabajo sucio por él en deshacerse de su acosador…
Pero su suerte no estaba a su favor, porque una oleada de aumento sutil de furyoku se manifestó. Giró su cabeza hacía su acosador, justo para ver como se materializaba en el hombro de esté, en medio de una neblina oscura; una lechuza de un denso plumaje azabache y de brillantes ojos blancos, sin iris, ni pupilas. El ave aleteo un poco para luego comenzar a volar, pasando a un lado del Espíritu de Fuego y en cuestión de segundos, el ave creció casi tan grande como uno de los brazos del Espíritu elemental con sus alas extendidas. Dando una visión majestuosa como espeluznante.
La lechuza agarro entre sus garras a Pailong que en esos momentos estaba abrazando a Jun de manera protectora durante la caída, pero al ver por el rabillo del ojo que algo se acercaba de manera amenazante en su dirección, empujo rápido a la joven china lo más lejos de su persona. En consecuencia, sólo el zombi fue capturado.
— ¡Pailong…! —Llamó preocupada Jun, sin poder hallar manera de acercarse y luchar al estar la gravedad haciendo su trabajo. Por otra parte, Ren se preocupó por el bienestar de su hermana…
— ¡Jun arriba! —Gritó el menor de los Tao, mayormente los ataques de Bason son del tipo cercano. Y no le convenía usar una técnica muy elaborada porque su furyoku es vital en estas circunstancias, un fragmento de poder inferior, y sería catastrófico los resultados.
La Tao al oír la advertencia, miró hacia arriba y en lugar de hallar el despejado cielo azul con algunos chamanes volando o levitando con sus respectivos Over Soul. A cambio, la recibió una oscuridad absoluta que parecía estar a punto de tragársela. Un nudo en su garganta se formó, asustada por el aparente ataque…
Sin embargo, en un parpadear, la oscuridad se desvaneció. Aparte, en medio de la confusión, se percató que su cuerpo… ¿Flotaba? ¿En el cielo? ¿Cómo? Jun descendió su mirada, hallando debajo de su persona, un suelo de un denso azabache que ni siquiera se reflejaba la luz del sol. Entonces admirando mejor, se percató que estaba sobre la espalda de la lechuza que le había dado un susto. El ave voló lejos de donde caían Yoh y su grupo, para volver a retornar al chamán enmascarado que yacía tranquilo durante la caída que pronto aterrizo a un lado de Jun, dado que el ave se situó debajo de su compañero chamán.
Jun mirando en desconfianza y extrañada al enigmático chamán, cuestionó: — ¿Nos estás ayudando? —El enmascarado cabeceo en afirmación, sentado al estilo indio y cruzado de brazos. Parecía atento a algo al mirar un punto en especificó, siendo nada menos los eventos que se desarrollaban con Yoh Asakura. — ¡Entonces mi hermano…!
— No —Una voz lúgubre, áspera y profunda hizo un suave eco, interrumpiendo las palabras de Jun. Ante el tono de voz bajo del desconocido, le causo un ligero escalofrío. No sabía si era de susto realmente, porque su voz no era terrorífica, aun así le despertaba una sensación intimidante y de cautela. — Él no acepta llevar hombres en su espalda.
La china dedujo que se refería a la lechuza gigante, la cual miró con mala cara por ser tan quisquillosa ¡Su querido hermanito estaba en peligro…!
— Entonces yo me bajo —La joven Tao no se podía permitir estar segura cuando su hermano estaba en aprietos, aunque tenía fe en él y sus poderes. Simplemente no podía quedarse de brazos cruzados. Ella juró desde que cargo a Ren de bebé en sus brazos, que lo protegería sin importar qué, aun si… incluso debe protegerlo de su propio linaje Tao.
El enigmático chamán la retuvo al sostener su antebrazo. — No. Mira —Jun se estremeció al escuchar semejante voz, era un tono bajo y profundo pero audible, tan claro como el cristal. Realmente le costaría acostumbrarse a escuchar una voz así para que su corazón y cuerpo no se sacudiera de la inquietud que le despertaba.
Jun inhaló y exhaló, guardando la compostura y observó lo que señalaba el enmascarado con una de sus manos. El punto señalado fue ver a Yoh dándole un certero puñetazo a HoroHoro, luego discutieron un poco más y después HoroHoro más compuesto, le hizo un bonito corte de cabello a un desmayado Ryunosuke con su tabla de snowboard. Gracias a ello, le hizo recobrar la conciencia para prepararse en su siguiente movimiento, todos activando al mismo tiempo su Over Soul para enfocarlo a un punto en el suelo. Era una locura, pero podía funcionar…
¡Y lo lograron!
La china miró aliviada y con orgullo a su hermanito como se las arreglaba, al mismo tiempo, le alegraba verlo compartir momentos con otras personas que se merecen ser llamados sus amigos. Ver crecer a su hermano, sin impedimentos, sin molestas responsabilidades como el heredero y disfrutar de su juventud como de su vida, era su mayor deseo.
…Pero sabía que para conseguir la felicidad como la paz interior, debes sufrir primero para así atesorar los buenos momentos…
Esa era la parte en la que Jun Tao no se sentía con confianza de poder ser testigo, menos sin intervenir porque… ¿Sería posible la felicidad para alguien con una estirpe tan manchada como los Tao? ¿Ren no sería arrastrado por los pecados de sus antepasados…?
— ¡¿…Wah?! —Exclamó Jun al sentirse jalada de un brazo, inclinándose a un lado y creyendo que caería al vacío o al suelo. Pero resulto caer en unos brazos musculosos con cero temperatura, siendo nada menos que Pailong que la cargaba de manera protectora. Acomodándola en uno de sus brazos, mientras que adquiría una posición de pelea con su otro brazo libre.
…Parece que cuando la China estaba sumergida en sus propias cavilaciones, ellos también aterrizaron en el suelo…
Y aunque era un alivio tal noticia ya no caer al vacío, Jun no tenía tiempo para disfrutar de la noticia porque iba a reclamarle al zombi dado que se sentía avergonzada por su inesperado atrevimiento de cargarla, aunque al mismo tiempo, en el fondo, muy en el fondo, también sentía algo más que no sabía definir al sentirse protegida. No obstante, los análisis de sus propias sensaciones relacionadas con el difunto Lee Pailong tendrían que esperar porque de pronto en su sobreprotección, se le unió Ren Tao que apuntaba su gran lanza hacía el enmascarado que deshizo su Over Soul. En consecuencia, la lechuza había desaparecido.
Ren no duró mucho celebrando con sus amigos por haber llegado ilesos en el primer obstáculo sorpresa que, les impuso los Apache en su segunda prueba de la Shaman Fight. Apenas que observó a la gran lechuza aterrizar, no sin antes haber liberado a Pailong de la manera menos suave, el temperamental chino de ojos dorados se fue corriendo en busca de su hermana. ¡Con ella nadie se metía! Menos en su presencia, Jun era quién le recordaba el verdadero término de "familia" como su calidez. No es que odiara a sus padres y abuelo, pero… ellos pudieron haberle dado una mejor crianza, sin tantas torturas crueles e innecesarias de por medio para entrenarlo como chamán y futuro heredero de los Tao.
— ¿Quién eres? ¿Y cuáles son tus intenciones?
El chamán enmascarado se mantuvo indiferente ante la amenaza de Ren, quién comenzó a exasperarse y justo cuando iba a ser más contundente con su amenaza. HoroHoro intervino: — ¡Oye! ¿Así agradeces el que ayudo a tu hermana? —Reprochó dándole una palmada en la espalda, haciendo perder un poco el equilibrio a Ren quien siseó irritado. Enojo que ignoró el Ainu porque después mencionó hacía el enmascarado: — ¡Pero pudiste habernos ayudado también, ¿Sabes?!
—…Ehmn…
— Bueno, yo no lo culpo. Yo también preferiría ayudar a una hermosa señorita, que a un tipo cualquiera —Indicó Ryunosuke. Gracias a su intervención, HoroHoro le reprochó con un "¿Y tú de qué lado estás?" para abrir paso a un debate entre estos dos, uno donde se le unió pronto un explosivo Ren.
—…Chicos…
Aunque Jun estaba contenta de ver a su hermano relajarse con sus amigos, el repentino alboroto de su disputa no podía evitar exasperarla a ella también. En especial, dado que no era el momento para estar discutiendo en trivialidades ¿No se supone que deberían ir en busca de la aldea Apache?
— ¿Estás bien Jun? —Cuestionó Pailong al escucharla suspirar con una expresión de cansancio. La china miró al zombi y asintió, pidiendo después ser bajada al suelo cuando se percato un tanto apenada que todavía estaba siendo cargada. Lee ignorando la vergüenza interna de la joven, la bajo todavía no muy convencido.
— ¡OIGAN CHICOS!
— ¡¿QUÉ?! —Gritaron devuelta Ren, HoroHoro y Ryunosuke aun con la adrenalina de su riña. Mirando a Yoh que yacía con esa careta despreocupada, aunque tenía el ceño algo fruncido y una mueca de puchero.
— El enmascarado se está yendo… —Señaló al susodicho que, efectivamente, se estaba dando a la fuga. Ren y HoroHoro, no tardaron en demostrar su renuencia a dejar ir al tipo inmune, por lo que unieron fuerza para darle caza. — Vamos chicos, déjenlo tranquilo. Más bien deberíamos pensar en donde estamos…
— El Jefe tiene razón ¿A dónde deberíamos de ir? —Apoyó Ryu, mirando un panorama de tierra desértica y, no muy lejos, una carretera que de extremo a extremo se perdía de vista en el horizonte a dónde se dirigía.
[¿Entonces qué hacemos, Amo Yoh?]
— Buscar la ciudad más cercana, contamos contigo Amidamaru.
Pronto el Samurái con una gran sonrisa de gusto por ser su momento para ayudar a su maestro chamán, levito al cielo en busca de información o algún punto de referencia. No obstante, así como fue, regreso con las manos vacía al no hallar información útil y un aura depresiva. Motivo de porque Tokagero ahora lo consolaba al saber mejor que nadie lo que es sentirse un fracasado.
— ¡Argh! ¡¿A dónde se fue?! —Reclamó Horo al ver que cuando pasaron detrás de un poste, misteriosamente el sujeto de la máscara desapareció. — ¡El bastardo usó un puto truco!
— ¿En serio? No me digas. ¿Cómo se te ocurrió?
— Ahórrate el sarcasmo, Ren.
Una nueva disputa dio inicio entre el chino y el ainu japonés, una donde vieron con resignación tanto Kororo y Bason como sus espectadores. Por fortuna, gracias a que venían acompañados de Jun Tao, logró intervenir y darle finiquito a la pelea. Así como también calmar el temperamento de Ren, dado que HoroHoro era como la candela y Ren la gasolina como a la vez el objeto inflamable, dos en uno.
[Joven Amo, no creo que sea momento de distraerse con la plebe] Indicó Bason, consiguiendo hacer que Ren abandonara todo impulso de dejarse arrastrar por los pleitos que incitaba HoroHoro. El guerrero grandulón no tenía nada personal con el jovencito de cabello bicolor azul celeste y negro, pero en estos momentos era un grano en el culo.
— ¡¿HA?! —Pronunció ofendido el Ainu, mientras que Kororo lo abrazaba por el hombro y miraba a Bason con reproche, el cual se sintió mal por la pequeña espíritu pero si no adopta esta actitud, su señorito seguiría siendo mal influenciado y las circunstancias actuales no estaban para eso.
— Es verdad Bason. Y por lo menos sé que por la señal de allá que dice sesenta y seis, estamos en la famosa ruta estadunidense que se inauguro en mil novecientos veintiséis —Indicó Ren, compartiendo algo de su conocimiento, siendo ratificado por Lee Pailong que en sus años de vida viajo por Estados Unidos como actor famoso de artes marciales. No obstante, el conocimiento de ambos seguía siendo muy limitado.
[Amo Yoh ¿Entonces a dónde deberíamos ir?]
— No tengo idea. Pero todo saldrá bien.
Todos sonrieron ante la costumbre del Asakura decir su mantra personal que resultaba contagiosa. Por lo que con optimismo dieron pie a buscar un lugar donde dormir y por suerte Ryunosuke contagiado por el adolescente, les dio una sorpresa a todos cuando activando su Over Soul con su espíritu acompañante, materializo un gran pulgar. Después de unos minutos de confusión para todos, en la desolada carretera, se acercó una camioneta y casualmente el conductor era un conocido cercano de Ryunosuke; Billy Bob.
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Bajo la oscuridad de la noche, en una parte alejada del lugar desértico; entre las sombras, emergió una figura que poseía un poncho negro y una máscara blanca humanoide sin boca ni nariz con una expresión indiferente, mientras que en la frente tenía gravado un remolino de viento compuesto por cuatro triángulos de color rojo.
La enigmática silueta que tenía un aire solemne, avanzó unos pasos para luego adoptar una posición encorvada y cansancio mientras que exclamo un largo, largo suspiro extenuado.
{…Por un momento creí que no la contaría…} Pensó el chamán de la máscara, o mejor apodado por Opacho como "Mask" o "Señor Máscara", y por el resto de los seguidores de Hao Asakura como "El bufón", "Mimo Acosador" y entre otros apodos más coloridos que por fortuna Opacho no ha logrado escuchar o de lo contrario Hao tendría que hacer una nueva sesión de reclutamiento.
[Exageras. Todo marchó mejor de lo esperado…]
Un suspiro aun más extenuado provino del enmascarado al oír uno de sus espíritus. El problema no había sido reaccionar cuando los malditos Pache le hicieron la jugarreta de disolver el Over Soul del avión tamaño Jumbo, sino como rayos moderar sus propios poderes sin destacar… Sobre todo ante Hao Asakura, porque si este lo considerara una amenaza para sus planes, no dudaría en erradicarlo y afortunadamente con la bitácora dada por los Paches como prueba de participar en la Shaman Fight no ha calculado su poder chamán (Ni que lo haga).
[Pero se supone que debió reaccionar mejor. Parece que tendremos que aumentar el entrenamiento para subsanar esos errores] Indicó el segundo espíritu, finalizando en un canturreo dulce que disfrazaba la malicia entre líneas…
Razón suficiente para que un nuevo suspiro aun más largo exhalara el chamán. {Genial. ¿Ahora cuál será nuestro próximo movimiento?} Cuestionó con desdén. Hubo un silencio por parte de sus espíritus por unos segundos, en el fondo comprendió dicho mutismo, dado que tocaba un tema bastante delicado que han venido lidiando por años…
[…Debemos buscar al último sobreviviente, antes que él…]
Su segundo espíritu, dueño de una dulce y suave voz resonó en su mente, y por lo incomoda que se escuchaba al responderle. El enmascarado pronto capto lo que decía entre líneas, provocando que bufara exasperado {¿Otro más al matadero? Comienzo a creer que la carnicería es su verdadera vocación}
[… ¿Vas a quejarte o vas hacer lo que te digo?]{Ambas cosas. ¿Sabes dónde hallar el nuevo mártir de turno?} El segundo espíritu pronunció un resoplido en claro disgusto, mientras que el primer espíritu prefería mantenerse al margen de la conversación y encargarse de hacer una barrera para evitar que Hao Asakura lograra localizarlos por medio del furyoku de su compañero chamán.
[No, pero sé cómo podemos hallarlo]
{Me sirve}
Eventualmente, un manto negro que se extendía a los pies del chamán de la máscara brotó hasta envolverlo de pies a cabeza y arrastrarlo al suelo, desapareciendo en el acto.
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Yoh soltó un gran bostezo, contagiando sin querer a los demás… eso provocó que el propio Ainu se exasperara en medio de su propio bostezo y pagara dicha exasperación con el Asakura:
— Oye no es momento para andar bostezando, tenemos que ir en busca de esa tal Lilirara.
Luego de varios días yendo a ciegas, finalmente hallaron en uno de los pueblos que visitaron información relevante en una vieja biblioteca sobre una nativa sobreviviente de una antigua tribu estadunidense, conocidos como Seminoa, que podría saber cómo hallar el pueblo de los Apache… otra tribu estadunidense que parece mantenerse desapercibida de la civilización humana…
— Huh… Desde que llegamos aquí no he dormido nada —Protesto Yoh, tambaleándose borracho del sueño. — Ustedes al menos durmieron en la parte trasera del camión.
— Es un efecto normal por el cambio de horario. Yo estoy acostumbrado, al contrario que algunos niños mimados —Se jacto HoroHoro. En respuesta Ren suspiró en desdén, dejando un comentario al aire:
— Te lo tomas todo como un juego, no sé cómo has podido sobrevivir.
— ¿Qué dijiste cabeza de púa?
— ¿Quieres que te haga sufrir?
Los demás ya previeron una nueva lucha entre el dúo que se acercaron al otro de manera amenazante. A excepción de Yoh, el resto iban a hacer la vista gorda, era demasiado problemático separar o apaciguarlos a esos dos sin ser arrastrados en sus desacuerdos (mayormente sinsentido).
— Oi, oi, oi chicos...
— Disculpen. ¿Ustedes son participantes de la pelea de chamanes?
Todos se mostraron confundidos ante la aparición de una hermosa mujer de tez bronceada, ojos azules cristalinos como el hielo y largo cabello lacio de color negro. Tenía una expresión sombría y severa en su rostro con tatuajes en su figura, la más llamativa era la de su mejilla derecha.
— Regresen a sus casas. Soy Lilirara de la Tribu Seminoa. Jamás perdonaré a quienes participan en las actividades de los Apaches ¡Regresen a sus casas o los mataré a todos!
Un silencio sepulcral domino entre Yoh y su grupo junto con la nueva desconocida… hasta que los jóvenes participantes exclamaron sorpresa al comprender que la persona que buscaban había aparecido en sus narices.
Pero en lugar de intentar de dialogar con la chamana estadunidense, tal como aspiraba Yoh, Ren se fue por la vía de presionar e intimidar al ver que la desconocida estaba recia de compartir información. Para Jun le pareció normal la actitud que adopto su hermano, dado que ya estaban acostumbrados a recolectar información… un medio muy común que usaban era forzarlos a hablar. Era cruel, pero efectivo.
Por supuesto, para los demás que no estaban acostumbrados a tal vida de los Tao. Consideraron que era innecesaria tal conducta, por ello intentaron expresar sus resoluciones e intereses de estar en la Shaman Fight. Sin embargo, tal como previeron los hermanos Tao y Pailong como Bason, la Seminoa le entraba por un oído y le salía por el otro; sus sinceras declaraciones. Ren fue el primero en atacar, pareciendo controlar la situación, siendo elogiado por sus amigos…
— Bien —Inició Lilirara con decepción y con un peligroso brillo en sus ojos azul hielo. — Te dejaré probar el dolor de los Seminoa que la tribu Apache nos provocó hace quinientos años atrás.
Todos se conmocionaron por la repentina declaración ¡¿Se refería a antiguos participantes de la Shaman Fight?! No obstante, la primera impresión acabo resultando unos muñecos humanoides de madera y hojas con algunos jeroglíficos tallados en sus cuerpos, quizás propios de la tribu Seminoa. El heredero de los Tao miró decepcionado las figuras que parecía de juguetes, por lo que fue sin piedad a hacerlas añicos… más no espero que en medio del ataque a uno de los muñeco, su propia pierna fuera sido amputada. El impacto como el horror se manifestó en los demás que fueron a socorrer a su amigo, la más alterada era Jun que indignada fue la primera en socorrer a su hermano al enviar a Pailong a atacar pero éste acabo con su cuerpo desmembrado…
Seguido de los demás que cayeron al suelo con la voz atorada en sus gargantas al verse con sus cuerpos mutilados. Sin embargo, cuando la desesperanza y dolor comenzaba a cegar sus mentes, en un parpadear todos se vieron sentados en el suelo, viéndose las caras entre ellos con un semblante pálido y respirando agitados con los cuerpos entumecidos. Todavía seguían en una sola pieza… ¿Fue una ilusión?
—…Pero el dolor… —Balbuceo Yoh. Las técnicas de ilusión eran habilidades avanzadas en los chamanes, no era una cualidad que cualquiera pudiera efectuar. Manejar la psique y voluntad ajena de las personas para moldearlas a la tuya propia, no era tarea tan sencilla, incluso podría hacer peligrar la vida como mente del propio usuario creador de la ilusión.
— Es real —Declaró Lilirara para su sorpresa. Las ilusiones se suponen que pueden estimular la psique ajena, pero de ahí a generarle dolor o alguna otra sensación como si la experimentaran en carne propia… ¡Se supone que es imposible!
Entonces la chamana estadunidense declaró con orgullo y solemnidad la habilidad única que heredó de su linaje como Seminoa. Siendo un poder con la capacidad de generar una ilusión al contrincante, o mejor dicho, de transferir las memorias de un tercero, en este caso de sus antepasados. Y por supuesto, detrás de cada memoria, es respaldado por un sinfín de emociones y sensaciones. Por lo que al evocarlos en sus mentes se sintonizaban con los cinco sentidos del cuerpo del contrincante, experimentando de primera la intensidad emocional como sensaciones detrás de los recuerdos. Sólo requería para manifestar su habilidad con un simple toque.
…Todos tragaron en seco ante la revelación, de ser así como ella lo explicaba y haberlo experimentado de primera mano… es una habilidad aterradora…
No obstante, la curiosidad de Yoh pudo más, sumergido en sus propias cavilaciones, cuestionó en voz alta los sucesos pasados relacionados con los Pache. Esa curiosidad incito a la Seminoa que deseosa de querer compartir su dolor y angustias, se ofreció a usar su habilidad con la intención de demostrarle la veracidad de su historia como advertencia de la traidora tribu.
Valientemente Yoh y sus amigos aceptaron la arriesgada oferta. Ante la determinación reflejada en todos, la Seminoa sintió que algo se removió en su inamovible corazón… era la expectativa, no sabía por qué, pero por alguna razón quería confiar en estos forasteros…
Quería confiarles el dolor que ha tenido que soportar en su soledad. Una a la que nunca tuvo opción de escoger si quería soportarla, más nunca se quejo de tal carga y la acepto… la agonía como frustraciones de sus antepasados. A pesar que tales visiones emocionales acabarían lentamente por sobrecargarla y llevarla a la locura, incluso quizás al suicidio, tal como les ocurrió a sus propios padres…
Lilirara agitó su báculo coronado por una figura humanoide de madera, hizo su ritual como invocación en un idioma arcaico la técnica hereditaria de su tribu, a la máxima potencia dirigida hacia la nueva generación de chamanes.
…Si eran listo… ellos aceptarían su advertencia y regresarían a sus casas…
Al menos la Seminoa esperaba que en su conciencia no esté la vida de ellos, realmente… ella deseaba que ellos se puedan salvar. Así podría justificar del porqué todo este dolor y soledad que ha vivido en sus treinta y cuatro años…
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— Fufufu~
En un lugar no muy alejado de los eventos que acontecen en Yoh, estaba cierto personaje que tenía mucho que ver en que desde hace mil años no ha podido ser coronado un apropiado Rey Chamán e hizo demasiadas tretas que marco almas como destinos de muchas entidades, yendo de simples a relevantes mortales, semidioses y dioses.
Como tantas veces ha hecho, observaba desde las alturas y no muy lejos de las circunstancias… las consecuencias de sus acciones egoístas. Gracias a sus poderes de Onmyōji y técnicas de la naturaleza, más compartir una relativa cantidad de su propio furyoku en otra alma ajena a la suya; podía darse el gusto de vigilar de cerca a su hermanito. Y parecía que estaría a punto de enterarse de uno de sus secretos pasados.
…No estaba orgulloso de ello… pero no es como si haya tenido otra opción…
Su sonrisa jovial y juguetona, digna de un diablillo, de pronto fue menguando hasta tornarse su semblante algo pensativo. Suspiró al perderse en el viejo recuerdo de su segunda vida, una bastante turbia y sangrienta dado que una vez que fue traicionado por los suyos perdió toda fe en los chamanes mismos, por lo que comenzó a asesinar a diestras y siniestras sin preocuparse quién se cruzase en su camino.
Él había augurado con la esperanza de convivir en su segunda vida con personas como él, cien por ciento con cualidades chamanes, que las cosas cambiarían y finalmente hallaría un lugar al que pertenecer…
Pudiendo hallar quizás el consuelo que no obtuvo en su primera vida como Asaha Dōji. Sin embargo, sus expectativas fueron demasiadas altas y acabo en una inminente decepción como el ser traicionado, no sólo por su propia "familia" sino por los suyos, impulsados por el miedo de su indómito poder como la envidia de haber ido más allá que cualquier otro Apache, llegando incluso a apoderarse como manipular con fluidez al Espíritu de Fuego.
…Resultó que en su segunda vida le quedo como enseñanza que incluso los chamanes no son tan diferentes de los humanos…
{¿Qué harás Yoh… cuando sepas todo de mí?} Cuestionó Hao con una sonrisa de soslayo que parecía expresar cierta tristeza. Extendió su mano al extenso cielo azul, disfrutando de la ligera brisa que hizo acto de presencia, meciendo en una acaricia sus ropas y larga melena. {Eres mi otra mitad. Tú mejor que nadie deberías de entender… de entenderme…}
Volvió a suspirar, cerrando su mano enguantada extendida y dejarla caer con desgana a un lado de su persona. Se incorporó del suelo, alejando su hilo de cavilaciones que a la final eran un sinsentido infructífero. Porque… sin importar qué…
— Yo seré el Shaman King.
Sentenció Hao con un brillo peligroso en sus ojos castaños que chispearon flameantes cuando invocó al Espíritu de Fuego, reflejándose en su mirada la ambición que se ha anidado por un milenio y con la entidad espiritual comenzó a elevarse a las alturas.
…Aun si la soledad es la que lo acompañaría indefinidamente…
Ya al chamán de las estrellas no le importaba si el camino y sus métodos eran extremistas o estaban erradas, lo que le interesaba era cumplir su deseo. Después de todo, ya no tenía nada que perder.
O al menos eso era lo que creía Asakura Hao.
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FIN DEL CAPÍTULO 1.
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GRACIAS INFINITAS a quienes le dieron una oportunidad de leer mi historia e incluso hicieron notar su presencia, tanto por un reviews como por follow y los que lo agregaron a su repertorio de favoritos. Espero seguir leyéndolos a lo largo de la historia hasta su merecido final, así como también saber sus opiniones.
En cuánto el capítulo... ¿Qué les ha parecido? Quizás para los que tienen fresco los desarrollos del manga (e incluso anime), les parecerá repetitivo narrar los eventos que ya sabemos cómo el encuentro de Lilirara con Yoh y sus amigos. Pero narrar estas escenas me son necesarias, principalmente porque me ayuda a contar una introducción más detallada de los personajes y sus propias percepciones (Por ejemplo: Lilirara) para más adelante poder desarrollar mejor su papel.
El próximo capítulo será intenso (quizás algunos tengan una sospecha del porqué). Y si bien, sé que mi OC (el chamán enmascarado) no ha destacado tanto como quisiera o los demás personajes que he calificado al inicio como personajes principales de mi historia se mantienen bajo perfil o ausentes (Ejemplo: Anna), no desesperen, a medida que avanzamos surgirá su importancia como una mayor participación en la trama junto con los enigmas que acarrean.
Finalmente, les recuerdo: ACTUALIZACIÓN TODOS LOS JUEVES DE LA SEMANA DEL FANFIC «The Curse Project» (Aunque si veo suficientes reviews -cofcof10cofcof-, puedo subir un capítulo más antes del próximo jueves).
¡HASTA LA PRÓXIMA! ;D
