Reencuentro.


Llegamos al siguiente capítulo. Espero lo disfruten.

¡YA LLEGAMOS A 700 LEIDAS EN YNEA!

Manu: Originalmente era un Two-Shot pero como están largos los dividí a la mitad. Y tienes razón, me equivoqué en la respuesta en tu comentario anterior. Félix me gusta por toda esa aura oscura que se carga y como pareja de Marinette seria genial por que... seria Hot xdxd y como que con Adrien cae en algo común, a mi parecer, y como que con Félix se siente aquella pasión y aventura. Bueno, es lo que yo pienso de eso xd. Kagami y Felix me gustan como shipp así que me gustaría que se hiciese realidad ya que ambos son inteligentes y astutos. El OS me gustaría escribirlo, la trama es buena jajaja. Si lo voy hacer ;)


—Querido, ¿Estás muy ocupado? — preguntó mi hermosa prometida asomándose por la puerta de mi despacho. Estaba planeando una propuesta para la empresa que quedó a mi cargo cuando cumplí la mayoría de edad.

—No amor, ya estoy arreglando las cosas, espérame en la cama — contesté.

Ella asintió guiñando un ojo seductoramente.

Terminé de guardar los archivos que tenía en la laptop y me fuí a la habitación.

El resto con Kagami es algo que no quisiera decirles por qué es algo solamente para nosotros.

Al otro día me desperté siendo acosado por la tierna mirada de Kagami. Amaba despertar así, pero desde mi despertar sentí el día pesado, raro... Diferente, esa sería la palabra para describirlo.

Acompañé a Kagami al trabajo; ella tenía su propia empresa que heredó de su padre al querer jubilarse, ella aceptó por qué para era algo con lo que había soñado, y gracias a ella, la empresa de asoció con más personas. Incluyéndome.

— Mira quien me habla— dijo enseñándome la pantalla de su celular.

Dupain-Cheng Marinette.

Estuvieron un rato hablando hasta que ella paró en seco lo que estaba haciendo en su computadora (por qué yo venía a pasar el dia con ella ayudando en algún papeleo) y abrió los ojos como plato.

—¿Regresarás?

Y con esa pregunta yo igual me puse tenso. Ella vendría, a París.

Se preguntarán ¿Por qué no me alegré al enterarme de su regreso? Si lo hice, pero no sabía cómo reaccionar.

Pues a lo largo de los primeros meses cuando ella de fue de Francia descubrí que ella era la aclamada superheroína de traje rojo y motas negras.

Aquella con la que peleaba contra cada akuma.

Y aquella mujer que me rompió el corazón.

Cuando descubrí que era ella la mujer que "amé" quería tomar mi teléfono y llamarle para reclamar todo lo que pasó. Pero Plagg me hizo ver qué ella quería que nuestras identidades quedaran ocultas.

Lo acepté y traté de actuar normal cuando hablábamos por mensaje o llamaba, pero la verdad era difícil hacerlo así que traté de olvidarlo. Pero lo "perdoné" cuando inicié mi noviazgo con Kagami, pues si quería iniciar algo con una chica tenía que hacerlo sin ningún secreto de por medio, y sin ningún rencor hacia nadie.

Kagami sabe que soy Chat Noir y que estaba enamorado de Ladybug anteriormente, no le había dicho quien era pero lo revelé accidentalmente una vez que estaba borracho. Ella solo quiso hacerme olvidar cualquier odio o rencor que tuviera con ella.

—Vale, te esperamos — se despidió para colgar la llamada.

Podía ver en ella que estaba igual de confundida que yo, pues ambos estábamos felices de que ella regresara, así como también sorprendidos por su regreso.

—A las cuatro de la tarde aterriza su vuelo, quiere que vayamos a recogerla.

—Eh~ pues vamos.

—¿Estás seguro? No quiero que te alteres.

—Tranquila, de una u otra forma tendrá que pedir verme.

—¿Le dirás sobre nosotros?

Había pocas personas que sabían de nuestro compromiso, ni siquiera Nino, Alya y Marinette sabían, se que eso no es de amigos, pero quisimos que solo las personas necesarias supieran de ello:

Los padres de Kagami.

Mi padre y Nathalie.

Chloe y Nathaniel.

Algunos de nuestros trabajadores.

Y los familiares de cada quien.

Pasaron las horas, y ambos nos veíamos ansiosos y nerviosos.

Dieron las 3:00 PM y salimos hacia el aereopuerto, lo sé es temprano pero pasaríamos primero a la mansión a cambiarnos por algo menos formal, pero antes de salir de la oficina hablé con la japonesa.

—Sabes, estoy nervioso, pero quiero que sepas que a pesar de todo, tu eres mi novia, mi prometida, la mujer que más amo y la llegada de mi primer amor no va a cambiar nada de mis sentimientos.

—Tengo miedo de que tú corazón cambie de dirección, tengo miedo que ahora con su llegada te sientas confundido y termines eligiendo a ella.

—Te amo, y lo que dices nunca sucederá, cada quien tomó un camino en su vida y yo no he podido encontrar alguien que te supere, tu eres la indicada y nunca te cambiaré.

La besé.

¡Dios! Cada vez que besaba sus labios era una jodida gloria, no podría ni siquiera tener clara mis ideas, por qué cuando reaccioné ella ya estaba recostada en el escritorio con la blusa y sostén tirados en el piso y yo con mi pantalón desabrochado y la camisa desabotonada.

Aquella imagen era más que perfecta y exitante.

—Esto será rápido, pero en la noche te lo compensaré —dije y al terminar, entré en ella fuertemente causando en ella un gran gemido que me puso más duro de lo que ya estaba.

Me incliné para besar su espalda y nuca, mientras amasaba sus suaves glúteos. Ella solo susurraba mi nombre deliciosamente.

Sentía como sus estrechas paredes me recibían y cada vez más nos acercábamos al éxtasis, gemí su nombre como si de una plegaria se tratase, estae dentro de ella me resultaba estar en el cielo.

Terminé dentro de ella mientras ella terminaba en un intenso orgasmo, cada encuentro con ella terminaba diferente, era diferente, por qué ambos sentíamos que era como la primera vez de ambos pero al mismo tiempo como si fuéramos todo unos expertos. Bueno, lo último es más que eso.

Ví la hora, 3:15 PM, teníamos tiempo para asearnos en la mansión, nos fuimos y nos arreglamos entre besos y caricias.

Era una rutina a la que me había acostumbrado, y eso era una jodida gloria, por eso es que olvidamos los nervios hasta que nos encaminamos de regreso hacia el auto.

Cuando llegamos eran las cuatro menos diez, aún teníamos tiempo y hablamos sobre algunas cosas triviales mientras esperábamos, después de 20 minutos, la vimos entrar al aeropuerto, cambió mucho.

Su cabello era más grande, estaba a la altura de su espalda baja, creció más pero a simple vista seguía siendo yo más alto que ella, tenía ya su figura bien marcada y sus ojos tenían un feliz brillo cuando nos vió sosteniendo el cartel que decía "Dupain-Cheng".

—Chicos ¡Cuánto tiempo!

—Marinette— saludó mi prometida — te ves realmente hermosa.

—Y tu te vez increíble —dijo mientras barría su cuerpo —estás muy bella y sexi.

—¿Dónde quedó esa Marinette tímida?

—En el pasado— respondió y clavó su mirada en mi —Adrien, ¡Por dios, que cambiado estás!

—No se diga Marinette, tu cambiaste mucho.

—No se vale, sigues siendo más alto que yo.

—Eres una de las más bajitas del grupo, tuya deberías estar acostumbrada.

No nos percatamos que mi novia y yo estábamos tomados de la mano hasta que ella bajó la mirada y se sorprendió al ver el lazo, y también el anillo que tenía Kagami en su mano.

—¡No! ¿Son pareja?

Nosotros nos pusimos rígidos, no sabíamos que contestar, pero decidí que ya no había que ocultar lo accidentalmente evidente, y cuando iba a responder; un chico me interrumpió.

—No te encontraba amor— habló en chino un chico de cabello negro con las puntas azules, con look rockero y claramente mayor que nosotros y más alto que yo —lo siento ¿Son tus amigos?

—Si, ellos son Kagami y Adrien— contestó igual en chino — Chicos, el es Luka Couffaine, mi novio.

Ambos nos sorprendimos por lo que había dicho, la verdad nunca nos enteramos de él, creo que al igual que nosotros Marinette quiso ocultarlo.

—Hola, un gusto conocerlos— saludó en francés, al parecer dominaba ambos idiomas.

Fuimos a la mansión y nos conocimos, aunque fue al inicio un poco incómodo poco a poco fuimos tomando confianza.

También le explicamos el por qué no le dijimos de nuestro noviazgo y compromiso, al igual que ella nos contó el por qué de su decisión de ocultarnos si noviazgo con Luka.

—¿Entonces ni Alya y Nino sabían?— pregunté.

—No, aunque quiero ocultarme de ella cuando se entere de esto por qué me va a querer matar— bromeó.

Dieron las once de la noche, demostrando que el tiempo se iba demasiado rápido y ellos se fueron. Les dije que podían quedarse en la habitación de invitados pero ellos no quisieron por qué ya tenían un departamento que compraron en una página web.

Y como prometí, le compense la noche a la azabache, ambos quedamos dormidos, pero yo me desperté después de dos horas de sueño.

—Tienes que ir con ella Adrien- murmuró plagga —Tikki me vino avisar que tienes que ir.

Confieso que tenía miedo, pues no quería revivir el pasado, no se si ya ella sabía quién era Chat Noir en su forma civil, pero aún así tenia que aclarar varias cosas en su momento.

Le dejé una nota a Kagami por si se despertaba y yo no estaba.

Me mandó a llamar, tengo miedo y estoy ansioso; pero a pesar de todo, se que mis sentimientos por ti son claros. No temas, que siempre regresaré a ti mi cielo.

Te ama, tu chico de ojos verdes.

Dejando la nota sobre mi almohada, me transforme y salí por la ventana, justamente como lo hacía de joven, como lo hice durante cinco años separados.

Aterricé en seco sobre el barandal de la torre Eiffel, donde siempre nos sentábamos cuando éramos jóvenes. Ella estaba ahí, su traje cambió como el mío había cambiado cuando crecí, símbolo de que pasó el tiempo entre nosotros.

—Chat Noir.

—Ladybug.