Daré las indicaciones de siempre.
Aclaraciones:
Narración.
— Diálogo —
"Pensamientos".
Advertencias:
Posible OoC en los personajes.
No apto para fans SasuSaku, NaruHina y NejiTen.
Género: Romance | Drama.
Clasificación: T | M.
Disclaimer: La serie y sus personajes no me pertenece a mí, sino a ®Masashi Kishimoto.
Nota de Autor:
Bueno, hace tiempo prometí esto, pero la verdad es que pasó de ser Two-shot a un pequeño fic, no sé cuantos capítulos llevará y si les agradará la trama, más no lo pude evitar cuando me puse a escribir. Además, una buena amiga amante de esta pareja me impulsó a tomarlo en serio y escribir un poco más de esta pareja. Kusubana Yoru, espero te guste. Trataré de actualizar tan pronto como pueda y que estén bien. Recuerden siempre mantener su distancia y lavarse las manos constantemente. Un abrazo a la distancia.
Si hay algún comentario o disconformidad, por favor no duden en dejar su opinión abajo en la cajita de comentarios, sus observaciones serán siempre apreciadas. Recuerden dirigirse a los escritores siempre con respeto, yo les responderé en la medida de lo posible. Muchas gracias por leerme, hasta la próxima.
PD: la portada queda pendiente, no me he inspirado en nada para hacerla.
CAPÍTULO 2.
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«En la vida hay tres secretos importantes… El amor, los secretos y los amigos. Por eso hagamos el amor, guardemos el secreto y quedemos como amigos».
Anónimo.
Sakura supo que algo había pasado, por la cara satisfecha de Naruto y la mirada pícara en los ojos de Kakashi.
Habían vuelto a hacer de las suyas.
— ¿Quién fue la víctima esta vez? — les preguntó una vez llegó junto a ellos.
Ambos shinobis la miraron fingiendo demencia.
— No sé de qué hablas, Sakura-chan.
La peli-rosa levantó una ceja, claramente escéptica, los conocía demasiado. Posó las manos en sus caderas, a ella nadie la tomaba por tonta, menos ese par. Neji necesitaría mucha suerte, porque el carácter de Sakura era fuerte y difícil de controlar.
— ¿Ah no? — el tono de Sakura no dejaba espacio para la duda — ¿Quieren que haga recuento de todas las veces que los he sorprendido en su… Exhibicionismo?
Naruto se sonrojo y Kakashi contuvo la risa, pasó una página de su infaltable libro naranja y volvió a meter la mano en el bolsillo izquierdo de su pantalón.
— No es nuestra culpa que las mujeres no sepan controlar sus hormonas, Sakura — contestó pacientemente el mayor.
La kunoichi resopló.
— ¿Y por eso las provocan?
"Touché", pensó Kakashi.
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Ino era de ese tipo de mujeres a la que le molestaba hablar de sus prácticas sexuales, el tabú no iba con ella y sabía sacarle provecho a su sensualidad. Alguna vez fue candidata para misiones de infiltración, donde la táctica de la seducción era la clave en cada misión. Le fascinaba la idea de sentirse deseada, disfrutaba del sexo y la otra noche no fue la excepción. Naruto la dejó totalmente satisfecha, había sobrepasado sus expectativas. Sin embargo, ahora que los veía desde la distancia quería que la tierra se la tragara.
¡Jamás se había sentido avergonzada! Pero lo sentía, como si hubiera sido sorprendida por sus padres en su habitación haciendo lo que no debía con quien no debía. No pudo evitar un sonrojo cuando llegó.
— ¡Hasta que apareces! — reprochó Sakura —. Ya vamos tarde.
Su amiga ignoró totalmente su sonrojo por el enojo, tal vez era lo mejor, no quería imaginar lo que le diría si se enteraba de lo que hizo y donde lo hizo, sobre todo con quién lo hizo. Para nadie era un secreto que Sakura quería mucho a Naruto y, sabiendo sus andanzas, no permitiría que jugara con él y lo terminara lastimando. Después de todo ella no solía tomarse en serio sus relaciones, disfrutaba de su libertad y de su sexualidad, ¿por qué desperdiciar el tiempo con una persona cuando podía experimentar con otras?
Claro, hacerlo en un baño público con un amigo jamás estuvo en su lista de lugares para hacerlo, ni siquiera en sus borracheras. Y debía recordar que han sido muchas, demasiadas… Sakura y Shikamaru siempre cuidaban que nada le sucediera, ¿y así le pagaba? ¿Teniendo un polvo con su mejor amigo? ¿Qué demonio se le había metido en el cuerpo?
— Perdona, pero la belleza lleva tiempo — contestó con esa suficiencia natural con la que siempre se levantaba la moral.
Sakura nada más rodó los ojos, estaba pálida y parecía no haber descansado suficiente, ¿se habría dado cuenta de lo que sucedía y se había molestado? ¿Esperaba para reclamarle? Ino rezó porque no, no se sentía preparada para enfrentar a su mejor amiga frente a su amante de una noche y su maestro fisgón.
— Sí lo que digas, vámonos, quiero llegar a mi casa antes del anochecer — dijo Sakura tomando la delantera.
No es como que tardarían mucho tiempo en volver, a paso rápido estarían en Konoha antes de que se pusiera el sol.
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Naruto tenía por regla general jamás involucrarse con ninguna mujer conocida, siempre trataba de colocar la mayor distancia entre sus parejas sexuales para no tener futuros problemas. Esa era una de las reglas que su padrino le había enseñado, Kakashi le había dicho que, si encontraba mujeres lo suficiente maduras para entender que el sexo casual no significaba un compromiso, podía darse el lujo de hacerlo incluso en la misma aldea. Pero, dado que su sensei había tenido dificultades con algunas kunoichis, secundó a Jiraiya y le dijo que lo mejor era que fuera lo más lejos que pudiera.
Y así lo había hecho hasta la noche anterior, todavía no entendía que espíritu demoníaco se le había metido en el cuerpo que lo incentivó a seguirla.
No sentía ninguna vergüenza por lo que había pasado, Ino estaba entre ese número ilimitado de kunoichis con la que todo shinobi sueña. Había sido una delicia por decir lo menos, el problema estaba en que era más que una conocida, algo así como una amiga porque era la mejor amiga de su mejor amiga, ¿entienden? Además, como añadido, Sakura lo mataría si se llegaba a enterar de semejante metida de pata. No se lo perdonaría nunca.
Ahora tenía un enorme problema entre manos, porque no sabía si debía hablar con Ino o simplemente ignorar lo que pasó.
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Ino por su parte no podía ignorar lo que había pasado, por eso cuando Naruto cargó a Sakura después de haber perdido el conocimiento sintió un ardor recorrer su garganta y se sintió repentinamente molesta, le irritaba ver la angustia en su cara.
El shinobi había tomado a Sakura y corrido hacia el hospital, donde la dejó y luego desapareció. Ino no tenía idea de a dónde, pero le daba la oportunidad de preguntar.
— ¿Es de Naruto? — preguntó cuándo su amiga despertó.
Sakura la miró desconcertada.
— ¿Disculpa?
— El bebé, ¿es de Naruto? — la chica de cabellos rosa alzó las cejas un poco sorprendida.
— ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! — exclamó alarmada, luego suspiró — ¿Cómo te enteraste?
La verdad es que si había una cualidad que se destacaba en Ino era su poder de observación y, cuando se trataba de Sakura, le era imposible pasar por alto sus irregularidades. Se había mareado, vomitado y desmayado, ¿qué otra cosa podía pensar?
— Vi por casualidad tu ficha en el escritorio de la Hokage el otro día…
Esa era la otra razón por la que estaba enterada. Sakura chasqueó la lengua, se sentó recta y colocó las manos sobre su regazo. Lucía terriblemente tranquila, ¿cómo una mujer que apenas sabía de su estado podía lucir así? Y si Naruto no era el padre, ¿quién podía ser? ¿Sasuke? ¿Kakashi? ¿Sai?
Ella podía enumerar una lista, pero no tenía indicios de que alguno en realidad pudiera colarse en las bragas de su mejor amiga considerando lo puritana que era.
Era muy joven, demasiado joven para estar embarazada. ¿Por qué no estaba trepándose por las paredes como una demente?
— Se suponía que nadie debía saberlo todavía… — murmuró la medic-nin para sí, luego suspiró de nuevo y frunció el ceño —. Naruto no tiene nada que ver con esto, solo está cuidándome.
Ino quería creerle, pero después de lo que había vivido con él la noche anterior, dudaba drásticamente que fuera solo eso.
— ¿De verdad? ¿Nunca te has acostado con él, Sakura?
Sakura frunció el ceño, molesta por el cuestionamiento y la falta de confianza. Si bien era cierto que entre ellas siempre hubo roces por diferentes causas (una de ellas Sasuke), jamás había puesto en tanta duda su palabra. ¿Qué le pasaba ahora? ¿Por qué hacía esas preguntas de pronto? ¿Por qué le importaba Naruto?
De repente era como si la verdad la golpeara en la cara, su semblante cambió rápido y miró fijamente a Ino con pesar, casi con lástima.
— Oh, Ino… — musitó —. Fuiste tú con quien Naruto tuvo sexo anoche, ¿verdad?
Ella se sonrojó sin poder evitarlo, había cosas difíciles de ocultar a una persona que te conocía de toda la vida y Sakura podía leerla con facilidad, así como ella podía leer a Sakura. No había muchos secretos entre ellas y, después del cosquilleo molesto que la impulsó a hacer esas preguntas, deseaba haberse mordido la lengua.
No sabía que decir.
Sakura hizo un ruido, algo entre un suspiro y un gruñido.
— Voy a matar a Naruto — refunfuñó, luego tomó aire para calmar la creciente ira y le dijo —. Lo que sea que haya pasado entre ustedes, Ino, no debes tomarlo en serio. Naruto no busca compromisos.
Se sintió sorprendida, pensó que le echaría un sermón del porque no debía darle ilusiones falsas al shinobi y no al revés.
— ¿Qué? No, yo no…
— Te conozco, Ino, no estás haciendo estas preguntas solo porque sí — dijo, luego esbozó una sonrisa conciliadora —. Pero si te sirve de algo te diré que Naruto es mi hermano, este bebé no es suyo.
Ino sonrió a pesar de su vergüenza, le aliviaba de manera devastadora saberlo y le daba un miedo atroz imaginar lo que ese alivio podía significar. No sabía cómo decírselo a Sakura, se sentía un poco abrumada. ¿Acaso eran los efectos de su estúpida calentura con Naruto?
— ¿Sakura? — una voz profunda y anormalmente sosegada se abrió paso entre el silencio de la habitación. A Sakura se le iluminaron los ojos y sonrió ampliamente.
— Neji — musitó la kunoichi —. Lo lamento, no se suponía que terminara así…
Ino se había quedado muda, mirando con sus grandes ojos azules como el shinobi más introvertido, serio y disciplinado caminaba hacia su mejor amiga con su expresión imperturbable, pero con una mirada suave y preocupada.
¿Qué rayos…?
Iba preguntar, pero una mano la tomó del brazo sutilmente provocándole un escalofrío, se trataba de Naruto que con una mirada consiguió decirle que se mantuviera callada y con una señal de cabeza que lo acompañara. Ella quería saber, quería saber cómo es que había pasado, sobre todo desde cuando su mejor amiga y el marginado del Clan Hyūga se veían a escondidas. Porque no había otra manera de nombrarlo, debía ser si su amiga no quería que nadie supiera.
Le quedaba una duda, ¿cómo demonios estaba enterado Naruto? ¿Había sido por casualidad igual que ella?
— ¿Cómo…? ¡¿Qué diablos está pasando?! — exclamó una vez afuera de la habitación, echó de menos la presión de la mano del shinobi y trató de no sentirse herida cuando se apartó rápidamente de ella.
— Te explicaré todo, pero no aquí — respondió él tranquilamente —. Sígueme — dijo caminando hacia la salida del hospital.
Ella no tuvo más remedio que seguirlo, con suerte obtendría algo más que solo un chisme.
