Tiempo atrás, cuando el aún vivía con su madre a las afueras de Berlín, cercano a Brandeburgo, tuvo un gato.
Mejor dicho una gata, especificando así que su género era femenino.
La casa que habitaban era aunque pequeña lo suficientemente grande para Kuchel y sus críos, Levi apenas tenía unos nueve años y recordaba con alegría esos tiempos. Tres habitaciones en la planta alta, una era compartida con Farlan, la otra era para Isabel, que por ser mujer dormía sola y la alcoba principal para la matriarca del hogar; la puerta de la cocina te guiaba al patio con precioso césped verde, si bajabas las escaleras de madera te encontrabas a su lado el sofá de la sala, un color arenoso y claro que le gustaba al pequeño Ackerman.
Las repisas con libros, el estante con fotos familiares, la omega mayor y los panecillos recién sacados del horno, recuerdos que atesoraba.
El punto de lo recordado por su mente, fue el día en que su gata entro en celo. Isabel quería llamarla "Señora Bigotes", era callejera y llegó al caliente nido familiar un invierno, ojos verde menta, patas traseras negras y delanteras blancas, nariz rozada igual que las almohadillas, manchas naranjas que se intercalaban con castañas y otros colores. De inmediato Farlan negó aquel tonto nombre y dijo que mejor sea algo sencillo, tal como "Mishu", quien la encontró y decidió quedarse la no acepto ninguna de las propuestas, y siendo irónico y divertido la bautizó con "Miau". Ese fue su nombre.
Algún tiempo paso, meses dentro de este y la gata fácilmente se acostumbró a su nueva vida, revisiones al veterinario, las vacunas, los aseos y limpieza de su pelaje. La verdad a Kuchel no le gustaba los animales, le eran bastante fastidiosos. Ella prefería mascotas que ayudaran al hogar, gallinas, vacas, de ese estilo. Viendo que ratones ya no existían y que no era tan molesta aceptó.
Aun no se presentaba ninguno de los segundos géneros de sus hijos eso era una suerte ya que lidiar con el propio era toda una tarea, omega viuda con tres niños, si bien Alemania era bastante liberal desde los finales del siglo veinte, igual existían personas muy anticuadas y que no estaban de acuerdo con el nuevo trato.
Conservadores, explotadores o maltratadores.
Todos son iguales ante la ley, mujeres, hombres, alfas, betas y omegas.
La paga debe ser la misma, el trato también, absolutamente todos los derechos y deberes serán igualitarios.
Aquella vez de primavera Levi estaba totalmente extrañado pero consciente de lo que sucedía. Miau estaba en celo, mauyaba y chillaba toda la noche en su patio, al estar en casa buscaba mimos y caricias por todos, se restregaba en cada objeto que estuviera frente a ella y dejaba su olor, aveces se revolcaba en el césped y dejaba su cola al aire.
Miraba por la ventana en esa ocasión, la gata estaba sobre una silla tomando el poco sol que las nubes dejaban pasar por sus aberturas, el día estaba fresco y delicioso para descansar, Kuchel había salido junto a sus dos hermanos menores, el la verdad no quería acompañarlos a las compras y decidió quedarse. Las camas tendidas y la ventana abierta mientras sentado a su orilla veía como el viento movía los arboles y arbustos del lugar, olor natural y agradable.
De la nada un gran gato macho apareció, Miau se puso arisca. Gruñía y lanzaba varios rasguños, el gato no le interesó mucho...
Ella tratando de escapar a la entrada de la casa, Levi sorprendido por lo que ocurría... Salió corriendo como alma que lleva el diablo, creía que lastimaría de gran forma a su mascota.
Era enorme, pelaje amarillo y naranja, toques blancos; cuando lo vio a los ojos le dio un escalofrío, eran tan dorados, parecían un ámbar y era tanto que dudaba de sus iris. A la planta baja y sin más abrió la puerta de la cocina.
Estático, la gata trato de llegar pero muy tarde, a menos de seis metros el gato la había atrapado y con una fuerte mordida en su cuello la retuvo.
Estático, la monto y comenzó a chillar, ella mauyaba de manera escandalosa. El niño sin saber que hacer y con nervios no se movió de su lugar.
El miembro de los machos contienen las espículas, unas púas que se incrustan en la vulva de la hembra y hace que produzcan los óvulos para fecundarlos, esto las hace mauyar alocadamente.
El sonido que produce la gata le aturde y le hace estremecer, miedo, vergüenza. Era joven no entendía del todo y las clases de sexualidad eran pocas. Pero conocía la reproducción en animales.
Estático, el gato se aleja. Ella le aruñe de varias maneras y se revuelca nuevamente quitando la marca de saliva y mordida que ha dejado, el niño toma la iniciativa y corre hacia el enorme gato. Este huye y Miau entra casi que resbalando al hogar.
Cierra la puerta tras de el cayendo al suelo, la gata se lame el órgano sexual de manera obsesiva y Levi solo puede tocar su pecho mientras que su corazón late rápido. La palabra terrible pasa por su mente, solo de pensar que alguien puede ser tan poco cuidadoso y rústico con un ser suave...
Al llegar su madre le cuenta la "violación" a su querida minina.
Nada se puede hacer y pasa el tiempo.
Recordará aquella escena tres años después, al tener su primer celo en la institución educativa y ser ayudado por los docentes.
Recordara aquella escena al ver su examen y dar positivo para omega.
Recordará esa escena cuando su madre se a sentado junto a el, comenzando a explicarle de omega a omega como debe llevar esa pesada cruz en la espalda.
•••
Mal humor es poco para lo que el alfa demuestra.
Cara de pocos amigos, el entrecejo fruncido. Serio hasta la muerte y poco escucha de los demás.
— ¡Eren! Demonios te estoy hablando desde hace tiempo, presta atención — la voz de Mikasa lo saca de sus pensamientos.
— ¿Si? — si fuera un juego de poker no se sabría decir que rayos tenía, molesto o inexpresivo.
— ¿No escuchaste nada verdad? Bueno... — un suspiro por parte de la alfa— No importa, vamos.
Calor, eso es lo que ocurre.
¿Como la estaba pasando Jaeger? Podría decirse que bastante malhumorado. El joven de veintiún años no la pasaba del todo bien, pero terco como una mula y obstinado como ninguno decidió tomar una simple pastillita por la mañana, que retuviera las necesidades y olores.
La cajilla aseguraba que los efectos pasarían a las doce o dieciséis horas de haberla ingerido. Que oferta.
No era la primera vez que las utilizaba y tampoco le habían fallado. ¿Por que no seguir utilizándolas? Además, hoy no podía faltar aunque lo desease, el cadete debe trabajar, y los planos llegarían para comenzar a sacar las listas de materiales y dejar los puntos de la próxima reunión.
Una vez cada seis meses, realmente su día de calor era como despertar con el pie izquierdo. No se descontrolaba y le agradecía a los inhibidores, ya que la única vez que tomó su reposo y no tomo absolutamente nada vio el infierno de muchas formas, además de ser agresivo.
Seguía tomando los reposos que por derecho tenía. Entonces la cantidad de la cajilla era cambiada y tomaba una distinta.
— Rayos ¿Pero que te sucede? — preguntaba Jean, el beta sentía la mala vibra del castaño.
— Absolutamente nada Jean.
— Esta bien, se que sí tienes algo — exclamó para sí mismo.
La sala de conferencias era llenada de a poco y con ello llegaban los papeles a conversar.
Mesa larga, asientos cómodos negros, la pantalla enfrente y varios vasos con café o agua para los presentes
Aproximadamente cinco minutos habían transcurrido hasta que el coronel Erwin pasaba por la puerta de vidrio. Clásicos y elegantes paneles de vidrio borroso. Aire acondicionado, uniformes limpios y bien planchados.
Militares especializados en la arquitectura, artillería y armas pesadas.
— Buenas tardes — la voz grave y un poco cariñosa del alfa hizo que todos se levantarán, firmes e hicieran saludo— ¿Ya estamos todos?.
Varios miraron quien faltaba. Pero al lado del comandante de la brigada estaba la mayor Zoë, así que en realidad nadie faltaba además del capitán.
— Levi no a llegado... — se escuchó mencionar por Hanji.
— Es normal, le e encargado algo — carraspeo y tomando nuevamente la seriedad y comodidad de los asientos comenzó—. Como sabrán el ferrocarril de Berlín a los comienzos de Polonia es un hecho. Ya tenemos la aceptación de los contribuyentes y publicitarios, el tren especial para llevar maquinaría pesada e hidrocarburos pronto será construido... Pero, recordemos que aun quedan muchas cosas por hacer, hay que hacer presupuesto para las vías que aproximadamente tendrán quinientos sesenta kilómetros de camino, además de las firmas de los gobernadores de las ciudades entre tantas cosas mas.
—¿Ya los han llamado o tratado de charlar sobre el tema? — preguntó Annie.
— En efecto. Ellos están enterados del proyecto y tienen la misma visión de tener todos los papeles y contratos hechos antes de navidad.
— En algo coincidimos, si las festividades llegan todo se atrasara y las pocas personas que estarán de guardia por esas fechas tienen trabajos extensos — exclamó esta vez Reiner.
La puerta de vidrio fue abierta dejando ver al capitán con varias carpetas en sus brazos. Antes que nada se detuvo parando firme.
— Disculpen la demora... Smith.
— Adelante — con su mano le hizo seña a Hanji para que tomara alguna carpeta. Ya que eran bastantes.
— Auruo esta enfermo y su secretaria no me dejaba pasar a buscar las planillas económicas, tuve que esperar a que se dignara en llamarlo y hacerle saber que desde antes estaba arreglada la entrega.
— Gracias por eso, conociendo a la chica se que fue estresante.
— Ni lo menciones... — suspiro con cansancio el omega, tomando asiento y un vaso con agua para calmar el mal rato.
Hanji continuó con la explicación mientras la pantalla táctil mostraba las gráficas de cada material que era lo próximo a utilizar.
Armin noto como Eren estaba más tenso de lo usual, el beta no entendió porque se veía frustrado.
Paseaba sus manos por el rostro y deslizaba sus dedos hasta su propio cabello castaño que estaba mas largo de lo usual. Si seguía así pronto podría atarlo en una pequeña coleta.
Inhalaba con molestia y cerraba fuertemente los párpados.
Aquel aroma era mas dulce de lo habitual, y hasta tentador para el alfa ¿De donde provenía? ¿Por que su cuerpo estaba tan caliente? ¿Cuantas horas han transcurrido desde que tomó el medicamento?
Abrió los ojos, su nariz lo olfatio, pararon sobre el azabache que terminaba de posicionar el vaso con agua helada en la mesa.
Este lo miro extrañado cuando notó la presencia de Jaeger sobre el, después todo se volvió inexplicable.
Las feromonas de calor se liberaron. El inhibidor perdió toda fuerza, Mikasa se levantó preocupada, Hanji dejó de hablar, algunos betas tuvieron que dejar salir sus propios aromas que neutralizan casi todo.
Levi se sintió enfermo. Erwin lo miró sorprendido. Comenzó a olerse en la sala ese toque de vainilla y pudin tan rico. El picante que Eren producía hizo llorar a varios pues lastimó no solo la nariz, también la vista.
Eren salio de la oficina y con el Jean, Armin y Annie mientras que los demás se encargaban de Levi; quién estaba bastante calmado mientras Hanji lo abrazaba y también comenzaban a salir, los tres alfas que quedaron eran tranquilizados por los betas presentes.
Eren fue llevado al baño mientras que Ackerman seguía caminando hasta llegar a la oficina mas cercana, y esa era la de su amiga cuatro ojos.
Por suerte en los tocadores de caballero el botiquín de primeros auxilios tenía un bote de emergencia con el medicamento para la abstinencia del deseo. Claro que era barato y no ayudaba del todo, ese olor picante seguía sobre Eren aunque ya se viera un poco mas relajado... La fortuna que él tenía es que pocas horas quedaban para que acabará todo.
Por la parte del omega comenzaba a temblar y a padecer fiebre. Zoë pensaba en como demonios sacarlo del edificio antes de que se volviera todo un desastre. En la mayoría de trabajadores eran betas y la otra parte alfas, pero tan sólo el dos por ciento eran omegas los que trabajaban en ese lugar; las instalaciones no estaban hechas para omegas.
Sin mas le dejó su chaleco, que en sí no ayudaba en nada, además de mitigar un poco el aroma.
— Saldré de aquí e iré a comprar algo para ti... — Hanji era una muy buena persona, la beta miraba como Ackerman solo se retorcía y hacia ejercicios de respiración.
Sentado sobre un sillón de tela suave mantenía sus piernas contra su pecho y seguía reprimiendo como podía sus feromonas.
— Tranquila... — su rostro mostraba dolor— puedo con esto, largate...
— Tendrás que cerrar con llave — se alejo buscando entre un cajón de su escritorio la llave de la puerta dé madera. Era una oficina pequeña— levantate y por favor cierra.
Hanji le abrazo, recibiendo un pequeño gruñido, simplemente sonrió un poco y se encaminó a la entrada de la oficina. La manija sonó, el chillido al abrir, nuevamente el sonido seco del encierro.
Como pudo sostuvo con fuerza el chaleco de la beta. Lamentable solo se ocupaba de su aroma, pero su interior quemaba.
La primera pierna en el suelo flaqueó, la segunda, un dolor terrible en los muslos. Cualquier sonido que tratara crear era totalmente tapado por su orgullo y sus labios.
La llave apretada en su mano sudorosa, los nudillos estaban blancos mientras temblaban. Pasos, lentos y pequeños pasos; por fin llego.
Poso la palma izquierda sobre la madera oscura y brillante, estaba fresca contra su calor. La llave plateada y con un perrito colgando salió de la derecha, llego hasta la ranura y el seguro se escuchó como el alivio divino de la preocupación común en el cielo.
Su cuerpo cayo contra la puerta, llegó al suelo y una pinchada dentro de sí le hizo estremecer. Respiraba con ganas. Tan sólo fue unos metros y sentía que se desmayaría.
Se tranquilizaba paulatinamente, y procesaba todo lo sucedido ¿Por que estaba en celo? ¿No se supone que llegaría la primera semana de noviembre?... Eren... Su aroma, sus feromonas... ¡El mocoso estaba en celo! ¿Por que no estaba de reposo? ¿Es estúpido o sólo le gusta buscar problemas?.
Todo aquello daba vueltas en su mente y le hacía sentir mareado, más el estado en el que se encontraba.
Armin y Jean seguían esperando a que Eren se sintiera dispuesto.
Apenas habían pasado unos minutos desde que la píldora entró en su organismo, de mala calidad y barata, tardaba mas de lo esperado.
Agua chorreaba en el rostro del castaño, sus mechones largos goteaban, sus emociones se relajaban pero el picante no disminuía.
— Gracias muchachos... ¿Annie se quedó afuera? — preguntaba Jaeger al tomar uso de razón.
— Si, Jean ya le contó sobre el inhibidor que tomaste, supongo que ya se fue - le respondió el rubio—. Eren... Cuando te sientas mejor deberíamos de inmediato ir a tu departamento, se que esta cerca pe-
— Tranquilo — lo interrumpió— No te preocupes de más, nunca a pasado nada malo... Además, deberían quedarse y ayudar con los otros, ¿Me harías el favor de llenar el informe? Estamos a comienzo de semana y era mi obligación — una mueca extraña le salió al terminar la oración, Armin supuso que era culpa del calor.
Jean apareció, viendo la charla noto que el alfa seguía mojado, tomo varias toallas de papel y se las entregó.
— Dile a Mikasa que estoy bien cuando hables con ella... Se que se preocupó... — el papel fue arrojado al bote de la basura, vio su reflejo por ultima vez en el gran espejo del baño y suspiro- Me iré.
— No te distraigas con nada — comentó Jean mientras los tres salían del tocador.
— Cuidate, por favor avisa cuando llegues — Armin hizo una seña con la mano derecha, dando a entender un celular.
El sonido de las suelas en el suelo pulido, el alfa se alejaba del lugar mientras observaba el pasillo y sus cosas, deberá tomar el elevador y llegar al lobin; pinturas y plantas, varias oficinas propias y de consulta, vidriería y madera.
Tres o dos oficinas mas y llegaría al ascensor
Zoë, Hanji Zoë eran las letras en el chapado al lado de una puerta de madera, era en efecto la oficina de la mayor. Varias veces había estado en ese lugar por respuestas que debía entregar o llevar.
El olor, esencia de nata... Le empalago de inmediato y la sed se presentó, la boca se le hacia agua de manera lenta y sus pasos se detuvieron frente a aquella oficina.
Un gemido le hizo saltar, aquel sonido venia de adentro.
— ¿Ca-capitán...? — se acercó y la sombra al otro lado se movió.
— ¿Eren? — sí. Era la voz del capitán Ackerman, se escuchaba cansado.
— ¿Se encuentra bien? — una pregunta totalmente ridícula y tonta.
— Eres un mocoso bruto... ¡Claro que no! — un poco mas de fuerza.
La nariz del omega dolía, la canela traspasaba la madera y cuando inhalaba picaba hasta su garganta.
— Perdón... — fue un tono suave y lleno de pesar— No fue mi intención nada de esto... — se tomo un momento pensando lo que haría, el instinto lo estaba matando— ¿Y la señorita Hanji?.
— E-ella... — carraspeo, por un momento su garganta le jugo en contra y no sonó como esperaba— Ella debe volver pronto.
— ¿Esta... Solo?.
El capitán trago en seco, sentía humedad en la parte baja y no deseaba tocar y asegurar su temor. La llave en su mano, aun no caía en la desesperación. Su corazón se aceleraba y noto una leve erección, maldecía a cualquier ser que le cuidara y protegiera de mil maneras al estar en esa situación.
— Si...
— Entiendo... — un suspiro por el alfa— Tengo que irme ya... De verdad me disculpo y quisiera ayudarle en cualquier cosa...
Al oír sus palabras su fiebre aumento ¿Ayudar en cualquier cosa?... ¡¿Quién utiliza esa frase para un omega en celo?! Las malditas feromonas, mas la voz de Eren, entre eso la puerta y las ganas que estaban comenzando a matar a Levi.
— Claro que será después — estaba tentado a abrir la puerta, pero el alfa ni se inmutó, el dulce aroma se intensificaba y si seguía de esa manera perdería todo estribo, mejor llegar a su hogar— Lamento todo... Hasta luego capitán.
— ¡Espera! — Eren detuvo su cuerpo— Y-yo... — Levi giro la llave— Jaeger... - la puerta se abría paulatinamente.
El omega tenia los pómulos rojos, las rodillas le temblaban, apretaba la madera y el chaleco de Zoë cayó.
Una gran bocanada de aire por el azabache, tomo fuerza y salio de la oficina, Eren estaba a dos metros de su cuerpo.
— Eren...
•••
La cama estaba cómoda, sus párpados pesaban al igual que su cuerpo, pero quería despertar. Cuando los abrió lo primero que noto fue el brazo que le atrapaba, era suave y cariñoso, después entró en razón y miro su cuerpo, la colcha blanca estaba caliente y deliciosa, la alzó y miro su desnudes limpia...
La sabana tampoco era la misma y llegó a preguntarse cuando cayó ante el morfeo.
Las cortinas seguían el vaivén de la brisa y podía notar la luz de la luna que llegaba cerca a la cama. Se movió y su rostro fue a parar a la derecha, Eren dormía, su cabellera pronto llegaría hasta sus hombros, tal vez en unos meses. Las pestañas eran oscuras y largas, sus labios eran rellenitos y suaves; miró su pecho, el moreno no tenia marcas, alguno pequeños lunares, pero nada además de sus pezones.
El alfa olía a anís, era un olor tan extraño... Luego quito el brazo y con cautela se alejó hasta llegar al borde, sus caderas dolían, observó marcas en sus piernas, tronco y brazos, tal vez cuando se mirara al espejo abrían más... Algo ardió con poca intensidad, como una quemada la cual fue hecha horas antes, sentado paseo sus dedos por su hombro izquierdo y ahí sintió la cicatrización.
Se levantó y busco su ropa. Tenia dolor de cabeza, la fiebre era poca y no quería entrar en pánico por lo ocurrido. Revisó su pantalón y su celular mostró la hora. Pasaban de la una y en la mañana tendría que llamar y pedir reposo por el celo.
Además del brillo en el aparato que lo sacó de onda, las incontables llamadas y mensajes que Hanji, junto a Erwin, habían dejado el inicio abarrotado. Isabel también le había escrito, pero eso no era sorpresa.
Volteo a mirar y el alfa seguía durmiendo de manera placentera, aveces escuchaba un pequeño ronquido por parte del castaño. Estaba de cuclillas aun en paños menores rebuscando en el uniforme la cosa mas valiosa que tenía; la llave de su hogar.
Iba a salir sin darse un merecido baño, estaba decidido a escapar de la situación sin charlar, la madrugada era en efecto peligrosa pero no le importaría, Alemania tenia vida nocturna. Estaba un tanto deshidratado por el calor y tenia sueño.
Se iría.
Tomo todo lo que fuera de su propiedad y camino hasta la sala. Prosiguió a vestirse, por su mente paso la necesidad de orinar, también le pareció agradable que su piel no estuviera pegajosa... El cadete había hecho un buen trabajo.
Listo y aunque no se viera lo suficiente elegante como al comienzo del día comenzó a mentalizarse el salir. Primero tomo un vaso de la alacena y abrió la nevera encontrando el agua, la sed lo estaba matando. Luego se comenzó a justificar ¿Dejarle una nota a Eren? ¿Por qué rayos haría eso?, no dejo absolutamente nada.
Se llevo la mano al bolsillo agradeciendo que la llave estuviera con el y no en su oficina, ya que tendría entonces que esperar a la mañana y aunque no lo quisiera Jaeger terminaría hablando con el.
Iba a escapar de la incomodidad y de dar la cara ¿Cuando Levi Ackerman comenzó a escapar de su destino? No deseaba pasar por eso.
Entendía y hasta comprendía que todo lo que había sucedido era culpa de el mismo, totalmente lo aceptaba, pero no quería escuchar disculpas y hasta regaños de un mocoso alfa con el cual había tenido sexo. Siendo su jefe y el subordinado se vería peor, ¿Por que se entregó de esa manera? La culpa lo estaba carcomiendo, pero no se arrepentía de lo sucedido, ya había ocurrido y no se puede cambiar el pasado.
Lo aceptó.
Salio del hermoso edificio donde momentos antes había pasado un escenario lleno de pasión y calor, de culpa y hasta idiotez.
Luna en el oscuro cielo, estrellas rodeaban el lienzo, brisa nocturna helada.
Sus manos dentro del abrigo, frío. Podía oler como estaba impregnado de la canela, del regaliz, era reconfortante y tan molesto a la vez...
No lloraría, seria estúpido e inútil hacerlo, el se buscó todo aquello, las ganas de llenarse y nutrirse fueron inmensas ante su racionalidad. Un cruce peatonal, espero hasta ver la luz verde y siguió con su andar, bellas luces de las estructuras a su alrededor, Berlín, que bello era Berlín.
Recordaba de manera abierta y un poco borrosa lo sucedido, como era tratado con tanto amor que al toque de las manos del moreno su cuerpo se entregaba sin chistar. Aun tenía todo aquello sobre el mismo, pero las horas habían creado una película en su mente que se sentía vieja y alucinante, tal como una repetición de semanas que te llega a gustar tanto.
Segundos, minutos, la caminata siguió como un paseo, ante el rocío de la madrugada en las hojas naranjas del otoño, bajo la oscuridad.
Subió hasta el nivel de su departamento, las luces apagadas y su olor en todo objeto.
Dejo sus pertenencias en el mesón, suspiro de manera pesada y el olor seguía ahí. Dentro y fuera de su cuerpo estaba Eren.
Después de pasar un celo los reflejos de este siguen por unas cuantas horas, tales como la fiebre y dolores musculares. Pero el sujeto se siente mucho mejor, a como se podía llegar a sentir al principio de la tortura, deshidratación y cansancio, deben padecer al terminar el ciclo; por ello importante el comer y dormir, el cuerpo recupera las energías que el omega a dejado al sufrir.
El sol estaba dando calor, había despertado del largo sueño que había tenido luego del baño. Su pecho y espalda eran vergonzosos de ver hasta para el mismo, cuando vio la marca en su hombro sintió como una pared lo golpeo, o como una ola que imprevista te arrebata de la orilla.
Pasar las pompas de jabón por las marcas y notar que eran mas cada que quitaba con agua las burbujas la claridad del lugar le demostraba la realidad.
No fue violación, eso fue sexo consensuado.
Se lo repetía una y otra vez a sí mismo, el tenia la llave por una maldición, el abrió cuando estaba bajo cerrojo, Eren se iba a retirar ¿De donde saco la fuerza para ir tras el?.
La mañana estaba comenzando sin problemas. Tomo su celular y llamaría a la secretaria del plantel para avisarle su situación, trataría de cambiar la fecha de reposo que tenia para dos semanas siguientes a esta. ¿Lo malo? Sus superiores ya sabían la fecha y cambiarla seria un embrollo.
— Buenos días se a comunicado con la recepción de la brigada sesenta y cuatro de ingeniería militar, ¿En que podría ayudarle?
— Capitán Levi Ackerman — respondió.
— Sí ¿Digame?.
— Quisiera saber si hay alguna manera de cambiar mi fecha de reposo, sé que era para la primera semana de noviembre y entiendo totalmente que estamos muy ocupados con las obras. También entiendo que los superiores me necesitaban pero, ¿Hay alguna forma?.
— Por favor espere un momento — la línea entró en espera.
Suspiro el omega, esperaba de todo corazón que se pudiera cambiar.
— Disculpe Capitán Ackerman, esta semana usted tiene aproximadamente tres reuniones con altos funcionarios y aunque quisiera ayudarle no pueden darle la semana, tal vez la próxima. Pero esta no.
— Tsk... — chasqueo la lengua, la voz de la mujer era indiferente y odiosa.
— Si la hubiera pedido con antelación tal vez la escena sería distinta, sin embargo no puedo hacer nada. ¿Alguna otra cosa?.
— No. Gracias por su tiempo — corto la llamada. Tendría que ir aunque no lo quería.
¿Como fue esa semana?
Resumiendo... De locos.
El trabajo le llegó al cuello, tenía juntas y papeleo casi todo los días, Eren no paraba de tratar de charlar cada que lo veía. Suerte que siempre tenia que salir de la brigada a diferentes sedes.
Hanji fue la que mas se preocupó el día que no lo encontró, el simplemente le explicó que se había ido antes que ella llegará, que nada malo ocurrió.
Estrés, jaquecas, tenia que entregar cuatro informes para aquel viernes antes de Hallowen, todos en la estructura sabían que habría una pequeña celebración, se notaba con las decoraciones infantiles, fantasmas, brujas, arañas y murciélagos. Calabazas de Jack y varios gatos negros por las oficinas.
Con todo lo que tenia que hacer no fue capaz de ir al medico y hacerse un chequeo producto de la mordida.
•••
Fin de semana, se supone estaría en su casa descansando la agitada semana, las marcas y chupetes iban cambiando su color y poco a poco se hacían pequeñas. No tenía dolores musculares y eso era espectacular.
Estaba a metros de la brigada con algunas carpetas las cuales Erwin tiempo atrás pidió, hoy se supone celebrarían en el lobin con algunas comidas, así que no era "trabajo" mas que entregar y volver a irse, su ropa era cómoda en esta ocasión pero bien presentado, como siempre.
Al pasar la entrada sí que noto las bebidas y comidas, no estaban totalmente todos los trabajadores y eso era bueno de cierta manera, había musica a bajo volumen, lo que más se escuchaba eran las charlas entre compañeros.
Lo primero en lo que se fijo fue la mesa de postres. Habían algunas galletas rellenas de mermelada de arándano, el dulce no era su favorito pero debía admitir que se veían deliciosas. Término comiendo una.
— ¿Esta buena? — la voz lo sacó de su mundo mientras masticaba con lentitud.
Trago antes de mostrar una mueca algo chistosa — Sí lo esta, coronel, aquí esta lo que me pidió— tomo una carpeta de la mesa, algo pesada con la mano limpia.
— Muchas gracias — Erwin la recibió. Viéndolo bien el alfa noto algo extraño en él, pero solo le sonrió.
— Bueno... — término el último bocado que tenía- creo que ya me retiró. Gracias a usted.
— Espera, ¿Ya te vas? — Levi ya se dirigía a la salida cuando este le llamó.
— Claro señor, no tengo nada más que hacer en la brigada.
— ¿No piensas esperar la cena del día de la cosecha? — preguntó el risueño alfa.
— No es por ser descortez pero no le veo el caso.
— ¡Levi! — y de la nada la cuatro ojos aparecía con un vaso lleno de gaseosa dulce y ron— ¡Pense que no vendrías!
— Ya me reti-
— Anda quedate un poco. ¿No crees que te lo mereces? Bastante hiciste esta semana y recibí muy buenos comentarios sobre ti, siente te orgulloso Levi — Smith le palmeo un poco la espalda mientras que Hanji estaba en a su lado izquierdo.
— Bueno, solo un poco... — asintió de manera contenta.
— ¡Debes probar lo que trajo Connie!.
Todos habían traído algún platillo, más lo comprado, eran muchas opciones a degustar. La tonada en el equipo era aunque suave bastante agradable, una que otra canción actual pero nada que no fuera conocido.
Por bastante tiempo había olvidado lo que era pasar un buen fin de semana, aveces salía solo a caminar y mientras hacia las compras paraba a darse un cariño con algo delicioso. Pero era muy agradable hablar con los compañeros de algo no referente al trabajo; sacaron temas como la política, Auruo término molesto ante las palabras del mayor Mike, Erd comento sobre un precioso sitio vacacional en Francia donde su madre había pasado un tiempo, Hanji contestó que había uno parecido en Rusia.
Levi daba su opinión a varias cosas, pudo contar cuantas veces río de una anécdota algo chistosa de Erwin y también tuvo que admitir que la comida era muy buena, se quejó fue de unos panes tostados con una extraña salsa, pudo decir que estaban horribles.
— Ah, Levi, ¿Puedes llevar esto a mi oficina? Necesito atender un asunto rápido, después los paso buscando — Erwin le entregaba los mismos papeles que le había pedido.
— Claro, pero eres un flojo. Por andar hablando se te olvido subir — le recalcó.
— Perdón, tienes toda la razón — este se rascaba la nuca.
¿Que hora se supone era? Estaba seguro que el atardecer se presentaba ante el cielo. O quizás ya solo quedaban los rojos y naranjas de sus últimos rayos.
Subió sin preocupación, el titulo de la carpeta ya lo había leído varias veces y le cansaba. Las puertas del elevador se abrieron.
Camino y la oficina estaba abierta paso directo al escritorio dejando todo aquello, así regreso sus pasos hasta que el castaño se encontró con él.
— Capitán Ackerman — el iba en la dirección contraria a el omega.
Se dijo a si mismo que no tenía nada que hablar y siguio su paso, aumentando la velocidad.
— Levi para de evitarme — hablo esta vez fuerte.
— No hay nada que necesite de ti — se detuvo— Además, eres un simple cadete refierete a mi con respeto — se volteo. Estaba molesto.
— Pues lamento decirle que me tendrá que escuchar capitán — se acercó, inmediatamente Levi siguió caminando para alejarse— ¡Escucheme!
— ¡No! ¡Largate mocoso!.
— ¡Levi! — llego hasta el atrapando su brazo.
— ¡No quiero hablar sobre eso! — se encontraba forzajeando mientras Eren solo le pedía ser escuchado— ¡Olvidemos lo sucedido!.
— ¡¡¿Como demonios quieres que olvide lo sucedido si te marque?!! — las feromonas de Eren estaba comenzando a notar se mientras Levi también mostraba su enfado.
— ¡¡Yo nunca te pedí marcar me!! ¡Eso lo hiciste tu de manera desgraciada!
— ¡Pues quiero remendar eso!.
— ¡¡Muerde a otro maldito omega y listo!! — grito fuerte.
— No haré esa mierda.
— Pues entonces haz lo que te plazca.
— Quiero hacerme responsable de haber tenido sexo contigo y haberte mordido, ¿Sabes que pude sentir varias veces lo que tu sentías? Y si tu cuerpo hubiera rechazado el lazo no creó que estuvieras aquí, ya que el dolor sería terrible — paro un momento— Estoy consciente de lo que hice y en todo momento trate de no lastimar le, quiero intentar remendar mi acción y hacerme cargo de la unión.
— ¿Como estas tan seguro que haz sentido algo de mi? Yo no e sentido nada — respondió cortante.
— Estoy totalmente seguro que sus emociones me llegaron, ¿O crees que el estrés es bueno?.
El omega se quedó callado. Nuevamente lo miro y de manera odiosa mentalizo sus palabras.
— ¿Y que carajos piensas hacer? ¿Que acepte porque si la mordida y terminemos bien?.
— No quiero eso, estoy pidiéndole qué me deje hacerlo cambiar sus sentimientos hacia mi y que nuestros actos no hagan un muro — tomo sus dos manos mirándole seriamente— Quiero arreglar todo y le prometo que si me lo permite le daré el cariño suficiente para ganarme la marca que cometí.
— No seas idiota... — trató de zafar sus manos.
— Habló en serio — su rostro lo decía todo.
