Capítulo 2: La chica y la información.
Kohaku nunca fue muy fan de los hospitales. Siendo completamente honestos, los odiaba.
Esto se debía mayormente a los recuerdos amargos que le provocaban, revivir las incontables veces que tuvo que quedarse en las salas de espera mientras su hermana entraba y salía de terapia intensiva siempre le provocaba mucha intranquilidad.
Aunque está vez era diferente, está vez ella era la paciente. Y no sabía si eso le frustraba todavía más.
Conocía bien su cuerpo, sabía que no se había roto nada, aunque no podía decir que si pie estaba intacto y había fallado en disimular lo contrario. ¡De todas maneras sentía que esto era un poco excesivo! ¡Estaba bien! Solo necesitaba descansar un poco.
Pero poco pudo hacer ante la insistencia del chico de cabello blanco y verde que se encontraba parado cerca de la camilla en la que ella estaba sentada, ambos esperando los resultados de los Rayos X. Él entretenido con su teléfono celular y ella mirando con indignación su pie inflamado, como quien mira a un traidor que le ha delatado.
Fueron traídos ahí por un joven que presenció el accidente desde su auto. Una señora había quedado dormida al volante un momento y perdió el control del auto. Hasta donde supo, a pesar de chocar con el poste de luz, salió ilesa y solo se llevó un buen susto
Debía admitir que le parecía un gesto algo… Noble, de parte de él, haberla acompañado hasta allí luego del accidente
Aunque era un poco cínico y sarcástico a la hora de hablar, lo cual le hacía perder un poco la paciencia.
–No creo que mirando así tú pie logres intimidarlo para que la inflamación baje y puedas caminar ¿Sabes?.–Habló él, sin despegar la vista de su celular, sacándola de sus cavilaciones.
–No pierdo nada intentándolo.
El soltó una pequeña risa.
–Infórmame si te funciona, tengo un par de archivos que no logro desencriptar a los que les vendría bien un poco de intimidación. –Comentó con una sonrisa sarcástica.
–¿Eres una especie de hacker o algo así?.–Preguntó ella, curiosa por aquel comentario.
–Algo así.– Senku se encogió de hombros –Soy más de química que de líneas de código, pero hay tan poca información al público de lo que estoy investigando, que tuve que conseguir más infiltrándome en distintas bases de datos usando exploits. – Explicó de manera indiferente mientras se rascaba uno de los oídos con el dedo.
–Ahm.– No estaba segura de haber entendido bien aquella última parte. –¿Qué exactamente estas investigando?
–Sobre los Perseus y los monstruos Medusa.
Ante esto, Kohaku inmediatamente se tensó.
Senku la miro, extrañado con su reacción, pero le restó importancia y volvió su teléfono mientras continuaba hablando.
–Es que ¿No te parece extraño? Hace 5 años, las noticias parecían sacadas de una película apocalíptica. Luego de la nada aparece un científico estadounidense trayendo la supuesta salvación al mundo ¿Y hasta hoy no hay casi información al respecto?. Vamos, ni siquiera se sabe de qué material están hechas sus armas. –Su voz estaba teñida con una mezcla de fascinación y fastidio
–Tal vez es por su bien. –Dijo ella, casi en un susurro
–¿De quién? ¿De los Perseus? Já. –Rió con sarcasmo. –¿La brigada de soldados capaces de eliminar a un monstruo que es capaz de soportar proyectiles de tanques? No veo que necesiten mucha protección, así que sigo sin tragarme tanto secretismo. Hay gato encerrado aquí, y yo voy a descubrirlo.
–No creo que tengan malas intenciones.–Volvió a rebatir ella
–O puede que sea todo un plan del Dr. Xeno para conseguir apoyo de diversos gobiernos.–
–No, ellos n-.
–O tal vez los Perseus no sean reales y sea todo una puesta en escena. –
–¿Qué? ¿Cómo puedes dec-
–Puede que Xeno haya creado a los monstruos Medusa y los Perseus sean simples soldados pagados para hacer quedar bien al gobierno estadounidens-
–¡ELLOS SE SACRIFICAN POR NOSOTROS, IDIOTA!. – Kohaku gritó, cansada de ser interrumpida, atrayendo las miradas de todos en la sala de Urgencias.
Senku la miró nuevamente, visiblemente sorprendido ¿Qué demonios fue esa reacción? ¿Qué le pasaba a esta chica?.
Pero entonces se encontró con sus ojos azules que lo miraban profundamente desafiante, ojos cargados de indignación y rabia.
¿Había tocado un tema delicado o algo así?
–Ah, lo siento. –Kohaku se disculpó rápidamente apenada al sentir la mirada de todos, pero en su rostro aún habían rastros de frustración. –¡Pero no permitiré que digas esa clase de cosas! Yo…–Se congeló un momento, dudosa de que decir a continuación.
–¿Tu?.–Instó Senku, pensado que verdaderamente era una chica muy extraña.
–Y-yo… Mi familia fue salvada por uno.–Declaró, volviendo a mirarlo a los ojos –¡Así que te aseguro que son reales!
Senku abrió los ojos, visiblemente sorprendido.
En ese momento algo hizo clic en su cabeza. Cabello rubio, ojos azules
¡Ella era-
–¿Eres una refugiada?. –Preguntó sin tapujos.
–Si, bueno, algo así. Nací y viví en Japón hasta los 9 años, mi padre es de Estados Unidos y nos mudamos allá por la salud de mi hermana. Fui enviada aquí hace 6 meses.
Bueno, eso explicaba porque su japonés era fluido y no tenía acento extranjero
No era como si fuese algo raro, cada vez había más y más refugiados de América, era común encontrártelos en el metro o lugares públicos
Pero ella no era una refugiada común y corriente
¡Ella había visto uno de cerca! ¡A un Perseus!
En ese momento los ojos de Senku empezaron a brillar.
Se acercó a ella a grandes pasos, hasta quedar frente a frente e invadiendo completamente su espacio personal
–¿¡Que estás…!?– Exclamó ella, sumamente incómoda y algo sonrojada por la cercanía.
–¿Cómo era?
–¿Qué?
–El Perseus que salvó a tu familia ¿Cómo era?, ¿Qué estatura tenía?, ¿Era hombre o mujer?, ¿Cuál era su contextura física?, ¿Algún rasgo característico?, ¿Crees que podrías calcular su edad?, ¿Qué tipo de arma usaba?, ¿Era de algún material mineral u orgánico?, ¿Crees que fuese algún compuesto mezclado con obsidiana?.
De repente él empezó a bombardearle con preguntas, no sabe en qué momento saco una pequeña libreta y parecía estar anotando información, totalmente entusiasmado.
Ella por su parte, estaba mareada con tantas preguntas.
–E-ehm.– Trato de articular, pero seguía claramente confundida.
–Ejem.– Un carraspeo interrumpió la escena, era el Doctor. –Señorita Hizashi, tengo los resultados de su radiografía.
Senku bufó, claramente fastidiado por la interrupción, pero dejó hablar al doctor.
–Por suerte no presenta ninguna fractura, sin embargo, el hueso si se movió momentáneamente de lugar, causando un poco de daño e inflamación a los ligamentos y tendones. No es nada grave, pero necesitará de total reposo por dos semanas.
–¿Dos semanas?.–Repitió ella, con hastío. Nunca fue del tipo que le gustara quedarse en cama sin hacer nada tanto tiempo
–Si, al menos si quiere recuperarse apropiadamente. Le voy a recetar algunos antiinflamatorios y luego ya es libre para que su novio la lleve a casa.–Dijo esto último mirando a Senku
–No es mi novio.
–No soy su novio.
Respondieron casi al unísono, ambos con una expresión agria en la cara.
–Como sea, solo asegúrese de descansar.– Le extendió un pequeño papel, era su receta y unas indicaciones. –Puede retirar el medicamento en la entrada, una enfermera vendrá a vendarle el pie para asegurar que lo mueva lo menos posible y luego podrá irse.
Y con esto, el doctor se retiró.
Inmediatamente, Kohaku habló
–Bueno, supongo que puedes irte ya a tu casa. No te preocupes por mi, tomaré un taxi para volver. Gracias por acompañarme.
–No creas que vas a deshacerte de mi tan fácil, leona.
–¡No soy una leona!
En ese momento, la mirada divertida de el se transformó a una completamente sería.
–Oye, mira, sé que no nos conocimos en las mejores circunstancias, y siento haber dicho algo indebido respecto a los Perseus, pero he estado investigando esto por años y aún con esas, la información que he encontrado es ridículamente escasa. –Se llevo la mano a la nuca, visiblemente hastiado. –Y es la primera vez que conozco a alguien que ha visto uno en persona, bueno, fuera de los foros de internet en dónde suelen haber muchos que dicen lo mismo, pero la mayoría solo mienten por atención.
–¿Y como sabes que yo no miento por atención?.
–Te lanzaste frente a un auto a salvar a un total desconocido sin pensarlo dos veces. No eres de ese tipo de persona, sería demasiado ilógico.
Kohaku no pudo rebatir eso
–Quiero descubrir que hay detrás de todo esto, quiero saber que es este material capaz de vencer en poder a un tanque militar. Podría tener miles de usos aparte de ser armamento. ¡Podría salvar vidas! Y odio al diez billones por ciento la idea de que un conocimiento tan importante esté tan resguardado. La ciencia y los conocimientos tendrían que estar al alcance de todos, no en manos de unos pocos.
Aquel brillo en sus ojos rojos volvió con más fuerza aún, y algo en sus palabras movió una fibra dentro de Kohaku. Casi se sentía… Inspirada, por aquellas palabras.
–En algo tienes razón, tendría que volver a casa, se está haciendo tarde y no quiero tener que lidiar con un episodio histéricos de mi viejo. –Un vez dicho esto, le extendió un pequeño pedazo de papel. –Ten.
–¿Qué es esto?
–Es mi dirección de correo.–Dijo como si fuera lo más obvio del mundo. –No voy a obligarte a darme información de los Perseus si no quieres, pero en caso de que quieras ayudarme con lo que posiblemente sería uno de los mayores descubrimientos de la humanidad, ya sabes cómo contactarme.
–Espera, ahora que lo recuerdo ¿No habías perdido tu teléfono en el choque?. –Kohaku arqueo una ceja, no recordaba que el lo haya encontrado de vuelta, y el que tenía en la mano se veía intacto
–Solo perdí uno de ellos, tengo como 7. –Le contestó con total indiferencia.
–¿¡7!? ¿No serás un playboy o algo así?. –Enseguida sintió el asco recorrer su cuerpo, pensando en tirar el papel que él le había dado.
–¿Qué? ¡Claro que no! Las relaciones son demasiado problemáticas e ilógicas para mí. –Senku se defendió. –Los uso como almacenamiento externo.
La rubia aún lo miraba con desconfianza, para luego mirar el papel. Quedó algo pensativa.
Él, en ese momento, le dió la espalda y con un pequeño gesto con la mano, se alejo de ella.
–Que te recuperes, leona. –Fue lo último que escucho de él.
Poco después, se acercó una enferma con vendas para su pie, tal como le había comentado el doctor.
Kohaku tenía mucho por procesar en su cabeza ahora mismo, pero había algo que reverberaba muy hondo en ella tras las palabras del muchacho.
Sin dudas, había salvado a alguien muy interesante.
Aunque aún no estaba segura si esto significaría algo bueno o algo malo para ella.
Continuará
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Holi Canoli!
Por fin volví ajajaj, la vida de adulto es muy asfixiante Ausilio.
Pero a modo de compensación! Tengo el capitulo 3 casi listo, lo estaré publicando apenas pueda
Espero que les vaya gustando hasta ahora uwu
Muchas gracias a Celeste, VignetteApril y CGadel por sus lindos comentarios! Me animan a seguir escribiendo. Y si, se que todo está muy misterioso todavía, pero ya se apoco se van a ir develando más y más cositas
Celeste, si me lees, xdon que me tomé algunas licencias de tanto leer tus fanfics. Por ejemplo, para mí ya el apellido canon de Kohaku es Hizashi ajajaj.
Bueno, nos vemos en el siguiente cap
Alló!
