"-Eriol, por favor, necesito que hablemos.- imploró la mujer de ojos amatistas al ver como su esposo estaba ensimismado en sus propios pensamientos. Por su tono de voz, el hombre sabía que ella estaba a contrarreloj con los sucesos que iban a ocurrir, aún así siguió mirando por la ventana. Esperando, solamente esperando a que el momento llegase."
-En serio, discúlpenme.- dijo el hombre avergonzado de lo ocurrido.
Él nunca fue una persona descuidada en lugares públicos y esta era la primera vez que le ocurría algo por el estilo desde que era un niño.
-No te preocupes, Eriol. Eso le puede pasar a cualquiera. ¿No es cierto?- habló su amiga, buscando la confirmación de la moza que estaba limpiando los pedazos de vidrio del suelo, la cual no dudo en hacerlo con una sonrisa cálida.
-La señorita tiene razón, señor. Tirar un vaso le puede pasar a cualquiera.- respondió la joven con la voz más dulce que podía al ver la mirada de horror y arrepentimiento que hubo en él cuando escuchó el impacto del vaso en el suelo.
"Tiempo antes de los sucesos de esa noche, la presencia de la inminente Sonomi Daidouji se hizo presente en la mansión. Su semblante era serio y oscuro ese día en particular, aunque trató a su nuero de la manera más amable que pudo. Habló brevemente con él y le aclaró que los niños estaban al cuidado de su empleada doméstica. Rápidamente preguntó por su hija y él le indicó la habitación donde estaba. Al ver los ojos de la mujer, se dio cuenta que estaba desconcertada, pero a la vez como si se hubiera dado cuenta de algo grave.
En ese momento hizo un click en la mente de Eriol."
Sakura puso una mano en el hombro de su amigo para tranquilizarlo, odiaba verlo así. Era la primera vez que veía a Eriol así de destrozado, ni en su pelea más fuerte con Tomoyo se había puesto así. Era más que obvio que en aquellos tiempos no le daba tanto temor eso, ya que por un lado eran simples peleas de noviazgo, mientras que por el otro su relación no era tan formal como ahora, ni mucho menos habían nacido los frutos de su relación.
-Solo quería abrazarte.- susurró él mientras apoyaba su frente en su hombro. Ella comenzó a acariciar su cabellera con una calidez y ternura inimaginable teniendo en cuenta que ella estaba pasando por su misma situación.
-Lo sé, lo sé. Solo fue un accidente.- soltó con suavidad la mujer.
"Los gritos de madre e hija hacían cada vez más eco en la mansión, tanto que algunos empleados del lugar se alejaron hacia el jardín, ya que sentían que no correspondía que escucharan lo que estaba ocurriendo. En cambio, Eriol se quedó en el pasillo, escuchando algunas de las frases de ambas mujeres. Cuando oyó la voz de Sonomi en un hilo fue el momento que tuvo el valor de entrar y parar la discusión. Sin embargo…"
"Que suerte que no fue en el otro bar" pensó ella mientras veía a la mujer llevando los restos de vidrio a la cocina. Si hubiera ocurrido eso en el bar que acostumbraban a concurrir, hubiera coronado la terrible noche para los trabajadores y comensales del lugar. Lidiar con los gritos y el horrible carácter de su por ahora esposo le quita las ganas de vivir a cualquiera, más cuando tomaba de más. En cambio, Eriol era como un niño, solo buscaba el calor humano de sus seres más queridos. Ver este comportamiento en una persona que creció prácticamente por su cuenta era algo demoledor para el corazón de cualquier persona. Más al verlo tragar duro para evitar que un sollozo se escape de sus labios o cerrar fuertemente los ojos en un esfuerzo que ningún líquido saliese de sus ojos. Mientras que con su mano izquierda lo acariciaba, en la otra mantenía en sus dedos un cigarro a medio terminar. Sin cortar su contacto, acercó el objeto a sus labios y lo aspiró como una experta. El hombre al sentir eso se despegó un poco para verla mientras fruncía su entrecejo en señal de disgusto.
-Aún no me gusta que fumes.- dijo, sacándole un sonrisa a la castaña.
-Tampoco a Touya, pero eso no me detiene.- contestó tomando otra bocanada del cigarro.
Manteniendo su posición, el joven contempló a su mejor amiga. No lo iba a negar, era una mujer demasiado atractiva. En la secundaria le encantaba compararla con un ángel por su belleza interna y externa. En su mente podía jurar que si prestabas la suficiente atención podías llegar a ver sus alas. Durante la universidad también siguió siendo así, pero cada vez adquiría un gramo más de madurez; inclusive hasta hace unos años seguía siendo así. La pequeña y dulce Sakura. Sin embargo, algo comenzó a cambiar en ella. Un cambio que para pocos era perceptible, entre ellos él. Sus ojos se fueron apagando lentamente y su sonrisa cada vez era más costosa de verla al natural. Su efusividad y alegría adquirieron una luz azulada. Sin poder hacer nada al respecto, vio como su hermana del corazón se volvió una belleza romántica contemporánea. Ya que su físico no estaba enfermo, pero sí su alma. Aquella niña que apreciaba el regalo de estar viva se fue llenando de cicatrices y dejando el plano físico para pasar más tiempo encerrada en su mente.
-Has cambiado.- dijo Eriol mientras se reincorporaba lentamente en su lugar y pedía otra bebida alcohólica.
-Tu tampoco te has quedado atrás, ja.-respondió con la mirada perdida en su vaso de agua. La mirada azulada quedó sobre ella por un tiempo, cómo buscando una explicación aún sabiendo de sobra la respuesta.- No puedes engañarme. Aunque sea difícil de creer, eres transparente como el vodka.
-¿Vodka? ¿Qué clase de comparación es esa?- cuestionó divertido ante tal insinuación.
-Ríete si quieres, en parte ese era mi objetivo, pero déjame explicarte.-Sakura hizo una seña al barman para que le alcanzara la botella alcohólica a la que se refería. Este se la alcanzó, pero se quedó cerca de ellos para evitar otro accidente.- Mira bien la bebida, si estuviera en un vaso de todos los días. ¿Qué pensarías que es?
-Supongo que agua.- dijo encogiéndose de hombros.
-¡Exacto! La vez y piensas en eso. Sin embargo te vas percatando de su olor, luego de su sabor y por último de sus efectos. En ese momento te das cuenta que estabas equivocado de subestimarlo, pero la próxima vez tendrás más precaución. Eso si no quieres terminar en una bañera mojado y sin tus pertenencias.- explicó con humor, provocando en su amigo y en el barman una risa. Tras esta explicación, le devolvió la botella al hombre, regalándole un guiño coqueto, el cual fue devuelto con la misma simpatía.- Te llegué a comparar con eso cuando tomé en la casa de Kero con él y Akiho, mientras estaba tirada en el suelo viéndola dormir en el sillón abrazada a la botella. ¿Puedes creer que pensó que el vodka era agua saborizada?
Eriol volvió a reír, pero con menos alegría al ver cómo decayó un poco el tono de su amiga al relatar la situación.
-¿Por qué pensaste en mí con esa analogía?- preguntó él mientras tomaba un poco más de su bebida.
-Porque eso me pasó contigo la primera vez que te vi. A pesar de que éramos niños, era mucho más ingenua que cualquiera de mi edad. Creí que eras un niño como cualquier otro, pero más encantador que el resto. Sin embargo, al llegar a la secundaria te fui conociendo mejor y me di cuenta que no sabía nada de ti. Todo lo que creí hasta ese momento fue lo que querías demostrar, como siempre yo caí ante esa imagen. -Eriol la veía cada vez con más atención. Los ojos verdes de la muchacha eran demasiado expresivos en ese momentos que lo sorprendía.- Al terminar la escuela y después de haber compartido tantas experiencias y conversaciones pude confiar en que conocía lo primordial de Eriol Hiragizawa, mi hermano perdido.- tras decir eso suspiro y dio una última inhalación al cigarrillo.- Desde ahí te pude leer como la palma de mi mano. Sabía tus verdaderos sentimientos, aún los leo. -guardó unos segundos de silencio, tratando de buscar las palabras exactas para continuar.- Aunque nunca lo hayas dicho en voz alta, me di cuenta que algo estaba ocurriendo en tu interior. Deje de ver en tu mirada tranquilidad y confianza, comencé a percibir miedo, terror, nerviosismo y… soledad. -Eriol al escuchar esto último quedó sorprendido.- Cuando vi esto, pensé que podía solucionarlo por mi cuenta sin causarte tanto dolor, pero comprendí que mientras más pasaba el tiempo más dolor te causaba. Mientras más Tomoyo se alejaba, más caías.- su voz se volvió quebradiza, pero ninguna lágrima rodó por su mejilla.
-¿Hace cuánto que lo sabías?- preguntó él.
-Eso no importa. -evadió.- Cuando me di cuenta que esta situación no podía seguir, fue cuando te mandé el mensaje para que los niños se fueran con Sonomi por estos días. No sabía con exactitud cuándo, pero sí que esto se terminaría en esta semana.
"-¡Ya no lo amo!
El grito ensordecedor y desesperado de Tomoyo hizo que su mano se detuviera de girar el picaporte. Su respiración se cortó por varios segundos al igual que las voces. Escuchó el hablar de Sonomi, pero no el significado de sus palabras. Su mente estaba en un estado de shock por la conmoción de que su mayor miedo se confirmara. Sus pies cobraron vida propia en ese instante y se alejó en silencio del lugar hasta llegar a su estudio. Cerró la puerta con el cuidado más grande que tuvo y se dirigió hacia su ventanal. Desde ese momento se dedicó a ver como el cielo anochecía y a esperar. ¿Qué cosa? Ni él lo sabía, pero su intuición así lo indicaba."
El hombre no aguantó más y la abrazó mientras susurraba "mi pequeña brujita". Ese gesto simbolizó una luz verde para llorar y desahogarse, pero Sakura no lo hizo, prefirió que Eriol liberara todo el dolor que guardó dentro suyo. Y así lo hizo. Lloró como un niño pequeño ante su primera desilusión. Liberó sus preocupaciones entre sollozos:
-No se que hacer.- decía cómo podía.- Realmente amo a Tomoyo y no se que haré sin ella. Traté de que se volviera a enamorar de mí, juró que luché. Pero también me daba miedo ver la verdad, por eso nunca la confronté.-confesó él, aunque era más para él mismo que para ella.- Tengo miedo, mucho miedo. Temo no ver todas las noches los rostros de mis hijos. Tengo terror de no ver a mi amada Jazmine todas las noches cuando lee. Que Michael ya no necesite mi ayuda. O que Rio ya no me reconozca.-expresó recordando a sus hijos quienes no entenderían lo que está pasando.- ¡No quiero dejarlos solos! ¡No quiero que mi familia se destruya!- gritó con desesperación mientras se aferraba más al agarre.- Aún la amo, Sakura. A pesar de todos estos años de engaño la amo tanto.
Dentro de Eriol comenzó a reproducirse la historia de su vida como una película. Se veía a sí mismo en su habitación de cuando era un niño en Inglaterra. Su yo pequeño se encontraba leyendo su libro favorito en completo silencio. De la nada, lágrimas gruesas comenzaron a caer de sus ojos mientras un tono violáceo teñía la piel debajo de sus ojos. Su piel comenzó a perder color mientras que las paredes de su habitación empezaban a añejarse y caer en pedazos. Después de lo que parecía una eternidad, el pequeño lo miró con sus ojos decaídos y trató de sonreír, pero en lugar de eso se formó una mueca mientras su rostro comenzaba a partirse. Esta vez, su yo actual pudo moverse y abrazarlo fuertemente, sintiendo al niño en su interior desmoronarse y llorar en silencio. Por primera vez en muchos años dejó que ese chiquillo en su interior fuera libre de sentir nuevamente. Y dolía, vaya que le dolía.
Por su parte, Sakura solo lo abrazaba con fuerza, esta vez permitiéndose derramar un par de lágrimas ante la desgracia de su amigo. Escuchando sus miedo y arrepentimientos, odiando que tomara la responsabilidad de todo lo que estaba pasando. Él no merecía esto, no merecía que la vida le juegue de manera tan cruel. Tranquilamente podría darle una y mil razones para refutar todo lo que creía y decía, pero sabía que no serviría de nada. Ante un corazón roto y ciego no hay razones ni hechos que lograsen curarlo. Por lo menos no en ese momento. El silencio y el afecto eran sus mejores aliadas ante esas circunstancias.
El hombre lloró todo lo que su cuerpo logró resistir y siguió descargándose verbalmente hasta quedar dormido.
-Tomoyo… Sakura, perdón.- balbuceó antes de quedarse profundamente dormido en el pecho de la castaña. El verde esmeralda que antes estaba en sus orbes ojos fue reemplazado por uno mucho más apagado pero igual de atrayente. Miro por el rabillo de su ojo derecho la barra. Vio la botella de tequila completamente vacía y una de ron apenas abierta. Bajo su mirada hacia el vaso caído por la conmoción, que para su pequeña felicidad seguía intacto a pesar de la posición. Al lado de este se encontraba el anillo de bodas del inglés, el cual por dentro se podía ver la fecha de casamiento y las iniciales de la pareja. Lo siguiente que ocurrió sintió que fue una acción egoísta para su amigo, pero no lo pudo evitar. Tomó entre sus delicados dedos el anillo de oro y lo dejó caer en el suelo, rogando que cuando Eriol se tuviera que ir del bar no lo buscara.
-Sakura.- escuchó la voz de su amigo detrás de ella, junto con él estaban Akiho y Meilin. Ella solo asintió y dejó que entre los tres llevaran con cuidado a Eriol al auto estacionado afuera. Internamente sintió un peso menos sobre ella al ver que sus amigos acudieron al lugar cuando les mandó el mensaje apenas llegó.
-Gracias.- susurró la mujer mientras salía con ellos de allí. Volteó por última vez atrás, donde estaba la alianza, y se fue sin más con el resto. Aceptó sin rechistar la mano que le tendía la rubia para que tuviera cuidado al caminar con tacones y salieron sin más.
-Sin duda Eriol tendrá una buena resaca.- dijo la chica de ojos azules a su amiga con una pequeña sonrisa, la cual fue devuelta.
-¿Peor que la tuya la última vez?- comentó la castaña, riéndose al ver como el rostro de Akiho se volvió de una carmesí furioso.
-¡No lo menciones! -reclamó avergonzada- Yuna se la pasó toda la semana regañándome y dándome lecciones sobre el alcohol y sus consecuencias. -La risa de Sakura se intensificó al oír eso último. Recordó cómo a pesar de haber ordenado todo antes de su regreso a la residencia y de haber cuidado a Akiho, este se enfureció a más no poder. Para él, la rubia seguía siendo una niña ante sus ojos, y ellos, en especial Kero, la mala influencia.- A propósito, Yuna está mejor. Ya no está molesto con ustedes.- esta vez, su sonrojo fue más suave y tierno, lo cual le provocaba felicidad al ver cómo su inocencia la seguía acompañando.
Al llegar al auto, entre todos acomodaron a Eriol con sumo cuidado en el asiento trasero y colocándole el cinturón. Seguía dormido profundamente, y así deseaban que siga, por lo menos hasta llegar a la casa de Akiho. Cuando todos estaban en sus lugares, el auto comenzó a marchar. Los ojos de Sakura se volvían más y más pesados. Por primera vez en mucho tiempo se sentía en paz, como si a pesar de estar perdida se sintiera como en su hogar. El "todo estará bien" volvía a ser parte de ella.
"Mañana será un nuevo día." pensó antes de caer en un sueño profundo.
Extra
No hay que conducir borrachos, si no puedes llama a un conocido de confianza.
En una esquina del local se encontraba un rubio mirando toda la escena con resentimiento, pero no contra ellos, si no los causantes de aquel sufrimiento. La mujer de cabellos azabaches que se encontraba a su lado sentía profunda pena y hasta cierto punto culpa, ya que la persona que más quería estaba causando todo esto. Ella no pudo aguantar ese sentimiento de cargo de conciencia y se dio media vuelta para irse.
-Meilin.- llamó su acompañante con severidad. Ella solo cerró los ojos con fuerza, porque aunque sabía bien que ella no tenía nada que ver, la voz y mirada de su novio la hacían sentirse culpable por llevar el apellido Li.
-Déjame, Kerberos. Estaré afuera.- dijo antes de salir por la puerta.
El rubio solo gruñó, ahora no se sentía con las ganas de hablar con la chica. Solo quería que si esto era una pesadilla, simplemente despertara. O si era una obra de teatro se bajara el telón. Cualquier cosa, pero que simplemente terminara.
-No te enojes con ella, Kero. También está dolida ante todo esto.- dijo suavemente la otra mujer que los acompañaba, pero que se encontraba más alejada.
-Lo sé, Akiho.- dijo con dolor el mencionado, sin apartar su vista de sus amigos
Notas de la autora: ¡Hola! Perón por haberme tardado. En este capítulo traté de que fuera más sobre Eriol, no se si lo logré pero diganme que piensan en los comentarios. Gracias por leer, trataré de actualizar más rápido la próxima vez.
Caro90 SS: Aww, thank you so much, darling! Currently this is the only story in my mind about this ship, but if something new comes up in my mind I will definitely write it! Maybe the next one will be more happy and without drama :3
Cyna: Gracias, jeje. Espero que te haya gustado este capítulo. Hace tiempo que no escribía un fanfic, deseo que mi redacción vaya mejorando con la práctica y que pueda sentirme a gusto con la historia :)
Guest: Gracias uwu. Siendo sincera, ese es mi ship favorito de CCS. Antes no era muy multishipper, y menos con SyaoranXTomoyo, pero últimamente me agrada más todo lo que se puede explorar con él. La pequeña Sakura tendrá un final, tal vez no sea el típico "felices para siempre", pero si uno en el que se sentirá en paz consigo misma (pequeño spoiler supongo xd).
