Capitulo 2


Y así había sido.

Aún le faltaban muchas cosas por conocer. Siendo ninjas y en la situación en la que se encontraba la Aldea no habían tenido mucho tiempo para sentarse a conversar con cordialidad. Además de que sería sospechoso que de la noche a la mañana ambos se la pasaran juntos. Menma era sumamente astuto, sabía bien como ser cauteloso y había manejado la situación con inteligencia.

El chico no la dejó sola, era sumamente curioso, cada vez que podía se escabullia para buscarla y hacerle preguntas. Tenten le había contado sobre su pasado y su historia personal, era una historia poco interesante si le preguntan su opinión, pero no lo fue para Menma y en cierta forma fue refrescante para ella hablar, necesitaba sentir que su pasado era real. Temía que si permanecía callada un día más iba a olvidarlo, iba a olvidar quien es ella.

Menma se había ganado lentamente la confianza suficiente para que ella se abriera ante él; le había contado todo sobre ella, cosas que ella misma ni sabía que aún recordaba, detalles redonditos de su pasado y pensamientos. El rubio se había convertido en un excelente oyente. Ni siquiera sabía si la historia de la Tenten con la que había crecido era igual a la que ella le contaba pero escuchaba con atención.

La joven nunca conoció a sus padres, no sabía nada sobre ellos, pidieron haberla abandonado o pudieron morir durante la guerra, realmente ya no le interesaba. Se había criado en una casa hogar hasta que entró en la academia; cuando se convirtió en gennin pudo pagar su propia habitación y al ascender a Chunnin compró su primer apartamento. Tal vez la Tenten de esta dimensión había crecido de la misma manera pues vivía en el mismo apartamento que tenía en su mundo. Sea como fuere, no tenía una historia demasiado trágica ni muy interesante. Era una chica común que entrenaba duramente cada día para convertirse en una mejor ninja.

Menma pudo determinar fácilmente que Tenten era modesta, sus capacidades eran mayores a lo que ella describia, era tan talentosa que había sido capaz de resistir los duros entrenamientos de Gai-sensei por años. Ayudaba a Neji y a Lee a mejorar sus habilidades. A pesar no poseer un talento natural para el ninjutsu se las había arreglado para controlar los elementos a través de sus pergaminos. En cuando a la técnica de transporte era la mejor y ni hablar de su innata capacidad de saber usar cualquier tipo de arma blanca o explosiva a tan corta edad. Es decir, tenía su propio talento y utilidad como miembro del equipo Gai, un equipo completamente especializado en el combate Taijutsu.

Menma nunca se habría interesado en sus habilidades de no ser por los extraños acontecimientos que lo llevaron a descubrir que esta chica no es la Tenten de este mundo. La Kunoichi que él conocía nunca le había parecido interesante ni resaltante en algún aspecto en particular. Realmente no conocía a profundidad a sus compañeros. Solo a Sasuke y a Sakura por convivir durante años. Una parte de él se avergonzaba por no haber puesto más atención, de haberlo hecho sería perfectamente capaz de describir a Tenten como era su "otro yo" de este mundo; pero él, sinceramente, no la conocía y ninguno de los dos se atrevía a preguntar a alguno de sus compañeros del equipo Gai por lo que decidieron quedarse con la escueta versión que Menma recordaba.

La castaña reconoció que su "yo alterno" no era una Kunoichi muy interesante. De todos modos, una parte de ella sentía rechazo por esa versión de sí misma. ¿Qué clase de ninja era si no podía usar armas adecuadamente? Era algo inaceptable.

Por otro lado, Menma se había dedicado a observar a la chica con mucha curiosidad. Ella se había convertido en un enigma que quería ir revelando.

Allí en el balcón, sentado en el borde, viéndola apoyada en el barandal notó que se sentía a gusto en su compañía, aunque no hablasen de nada en particular. Nunca se había sentido de esa manera. Sasuke y Sakura siempre estaban discutiendo entre ellos y su sensei estaba todo el tiempo tan agotado que no se molestaba en corregirlos, cuando se cansaba de sus cacareos simplemente se retiraba.

Algo que le gustaba de Tenten era que no parloteaba, cuando estaba de bien humor hablaba demasiado pero lo que tenía que decir siempre era interesante.

- Menma - Llamó la chica sacándolo de sus pensamientos - ¿Crees que sería demasiado atrevido de mi parte pedirte que me presentaras a tus padres? - Preguntó tímidamente pero con un brillo especial en sus ojos que se complementaba con su rubor.

Está bien, eso era nuevo. Allí estaba ella, sonrojada como había visto mil veces a Sakura o a Hinata cada vez que él decía alguna tontería o a Ino, que tenía una personalidad extremadamente tímida. Pero ninguna de esas mujeres le había parecido jamás tan encantadora como lucía la castaña.

Sentía que los colores se subían a su rostro ¿En qué estaba pensando? No era posible que empezara a sentir atracción por ella ¿O si? Bien, era cierto que tenían mucho tiempo compartiendo juntos, podía decir que la conocía en teoría, pero no podía estar pensando en ese tipo de cosas así que decidió que estaba dándole demasiada importancia a ese asunto.

- ¿No conoces a mis padres en tu mundo? - Dijo carraspeando su garganta, desviando el tema, tal vez así no notaría el sonrojo que empezaba a formarse en sus mejillas.

Mierda.

Sintió como si le hubiesen arrojado un balde de agua helada.

¿Por qué carajos tenía que haberlo mencionado? ¿¡Es que estaba loca!? Se le había salido. Estaba tan distraída pensando en el cuarto Hokage y en lo emocionante que sería poder conocerlo y a su esposa que habían sido ninjas tan admirables, sería un verdadero desperdicio vivir en ese mundo y no tener algún contacto con ellos.

- Ah... - Titubeó ante la mirada expectante de Menma que esperaba una explicación de su parte.

- ¿Qué sucede? - Expresó él notando inmediatamente el cambio en su postura. Incluso su rostro había palidecido - Dímelo - Ordenó el rubio frunciendo el seño.

Tenten suspiró, no tenía caso dar tantos rodeos. Menma es lo suficientemente maduro para asimilar de buena manera esa noticia. Ya lo había hecho con todo lo que había logrado compatir con él hasta los momentos y no desistiría de preguntarle hasta que finalmente le contara. Sin embargo, le había contado cosas que no lo involucraban directamente como la noticia que estaba a punto de darle. Suspiró tomando valor.

- Es que de donde yo vengo Minato Namikaze era el cuarto Hokage - Fue consiente de la sorpresa que se dibujó en los rasgos del ninja, había comprendido de inmediato lo que eso significaba. Tenten siguió hablando tímidamente - Él y su esposa dieron su vida para salvar a la Aldea y a su hijo cuando el Kyubi fue liberado hace dieciocho años -- Hizo una pausa para observarlo -- Lo siento. No debí mencionar nada sobre conocerlos. Olvídalo, por favor.

Estaba avergonzada. No sabía porqué se había disculpado pero sentía que era lo correcto. Menma lucía asombrado, inconscientemente volvió su rostro hacia la montaña que tenía tallada sobre su superficie los rostros de los gobernantes de la Aldea.

Imaginó el rostro de su padre tallado en ella. Era un sentimiento contradictorio. No se imaginaba como hubiese sido su vida si no hubiese crecido con sus padres. Él había cometido errores estúpidos en el pasado gracias a su ambición y los había avergonzado.

Cuando era más joven escapó de la Aldea al descubrir que era el portador de una criatura considerada maligna, no sabía porqué le habían hecho algo así, no supo cómo manejar esa situación y cuando su cabeza se convirtió en un caos el Kyubi casi lo había poseído, de no ser por la ayuda de sus padres no habría sido capaz de reconciliarse con la criatura para finalmente lograr dominar ese increíble poder.

Aquella revelación solo hizo que su curiosidad aumentara, quería saber más sobre ese mundo. Posó su vista nuevamente en la castaña, casi reprobatoriamente haciendo que Tenten se sintiera intimidada.

La observó durante lo que pareció una eternidad antes de suavizar el gesto de su rostro.

- Está bien - Dijo con calma - Puedo presentártelos.

- ¿En serio lo harías? - Dijo la chica lentamente, con sorpresa y emoción. Sus ojos brillaban ante la expectativa.

- Solo tengo una condición.

Su expresión serena tomo un ligero y casi imperceptible matiz malévolo que le provocó un vuelco en su estómago. ¿En qué estaba pensando?

El rubio bajo del balcón y acortó la distancia que los separaba abruptamente. Tenten chocó con la baranda cuando dio un paso precipitado hacia atrás al ver invadido su espacio personal, solo logro quedar aprisionada entre los brazos masculinos cuando el apoyo sus palmas en el muro donde había apoyado su espalda. Menma estaban tan cerca que casi chocaba su nariz con la de ella. Sus intensos ojos azules parecían atravesarla y ver a través de sus pensamientos. Aquella cercanía hacia latir su corazón de manera enloquecida.

- Debes contármelo todo - Dijo quemándola con su mirada.

El timbre profundo de su voz la distrajo por un momento hasta que calló en cuenta de lo que todo aquello implicaba.

- ¿Todo? - Preguntó con preocupación.

Nunca había visto a Naruto comportarse de esa manera, era un niño comparado con Menma. No había nada infantil en esa manera de intimidarla. ¿Acaso era más alto o es que ella se había encogido ante su actitud dominante? Se estaba comportando como una tonta, y es que bueno, Menma tampoco colaboraba ¿Por qué tenía que acercarse tanto solo para decirle eso? Estaba segura que había otras maneras de persuasión para su objetivo no le mintiera. Intentó hacerle frente pero no pudo.

- Está bien - Dijo desviando la mirada completamente derrotada - Te contaré todo lo que sé.

Menma junto sus cejas y sus ojos se cerraron ligeramente, su expresión reflejaba duda y sospecha - Todo - Dijo con voz gutural.

- Cada detalle que pueda recordar - Respondió Tenten mirándolo con tanta seguridad como pudo reunir.

Sintió la ausencia de su calor cuando el joven se alejó de ella.

- ¡Oye! ¿Qué haces? - Dijo Tenten escandalizada.

Menma había abierto el ventanal que daba hacia la habitación de Tenten con una confianza que se había atribuido él solito.

- Prepara tus cosas. Se me asignó una misión diplomática hacia la Aldea de los Bosques y luego pasaremos por el País del Hierro para buscar unos recursos que Lady Tsunade solicitó. Ahora que las reconstrucciones han terminado por completo la quinta pensó en ampliar y reforzar ciertas áreas de la Aldea - Explicó dejando mostrar una pequeña sonrisa diabólica - He solicitado que vengas conmigo para que puedas transportar lo necesario en tus pergaminos - Dijo Menma imponiéndose mientras paseaba por la habitación observando con curiosidad todo a su alrededor antes de regresar hacia el ventanal en el que estaba Tenten de pie mirándolo con incredulidad con sus brazos cruzados, visiblemente molesta por la invasión a su privacidad - El viaje será largo, podríamos tardar más de un mes. Ese tiempo nos dará suficiente privacidad para que puedas contarme todo sin que haya peligro de que alguien nos escuche. Prepara todo lo que necesites - Concluyó firme - Nos encontraremos en la salida Oeste en dos horas.

Era claro que el chico tenía sus virtudes, eso lo había aceptado de inmediato, pero era muy odioso de su parte que diera por sentado que ella iba a obedecer sus órdenes sin cuestionarlo. En eso estaba muy equivocado.

- ¿Por qué estás tan seguro de que iré contigo? Podría rehusarme - Expresó enojada sin cambiar su pose cerrada.

Menma imitó su gesto y cerró sus ojos mientras sonreía. Sacó un pergamino de su chaqueta que le extendió con delicadeza. La joven se tomó unos minutos para leer con detalle el contenido y suspiró resignada. Había sido derrotada por segunda vez, era una orden firmada por Lady Tsunade en el que ordenaba la misión de la pareja. Diablos, lo haría pagar por humillarla de eso estaba segura. Le devolvió el pergamino con rabia antes de adentrarse en la habitación para empezar con los preparativos de su viaje.

- Ya lárgate. Nos veremos en dos horas - Dijo Tenten de mala gana.

Menma sonrió por tercera vez esa tarde mientras la veía refunfuñar sobre su mala suerte; también era sumamente encantadora cuando se enojaba. La observó por última vez antes de salir de la habitación complacido por su triunfo para dirigirse a su casa a prepararse también para el viaje. Esta misión era muy prometedora.

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