Esta historia tratara temas que podrían ser un poco sensibles para cierto tipo de lectores. Recomiendo que tengas bastante claro que esto es Contenido Adulto y todo lo que ello implica.
II.
Sakura ha descubierto que los ninjas son ruidosos y apestosos. Vienen una vez al mes, se cierra toda la semana y se dedican a atenderlos. Gritan, se emborrachan, rompen muchas copas y tocan a las mujeres en lugares que Sakura no sabía que debían ser tocados.
A Ino y a TenTen tampoco les gusta bajar, pero Kurenai las persuade para que lo hagan y en el fondo las tres comprenden que es lo que den hacer, no habrá comida para ellas si no "trabajan", y algunos ninjas prefieren que ellas los acompañen y no las adultas. Sakura no entiende muy bien el por qué, entonces, una tarde, un día antes de que lleguen los ninjas, las niñas platican.
—Y Kurenai se molestó mucho luego de eso—dice Ino—. Yo no sabía que debía ser así, por eso no dije nada y ella decidió que nos sentaríamos en otra mesa.
—¿Pero te toco así de tocar? —pregunta TenTen, ella es un año mayor, tiene miles de preguntas escritas en el rostro.
—¡Me dio una nalgada!
—¡Puaj! ¡Qué asco! —exclama Sakura.
—A mí me ha pasado varias veces. Trato de ignorarlo, pero siempre quieren tocar más.
La pelirosa mira la cara de TenTen, está pensando en otras cosas, hay algunas que no dice. Si es tan desagradable como Sakura imagina, entonces no quiere saberlo.
—¡Son unos enfermos! —exclama la castaña luego de un rato en silencio— ¡Somos pequeñas aun!
—Si, están locos y son apestosos y feos.
Sakura guarda silencio.
—No entiendo como las mayores pueden besarlos y hacer esas cosas...
Las palabras de Ino se desvanecen en el aire mientras TenTen de la razón.
Ahora Sakura sabe que hay otras cosas que se hacen fuera del local. Traen buen dinero, ha escuchado, pero TenTen e Ino están muy asqueadas para hablar de eso y Sakura tampoco presionara. Hasta ahora ellas la han pasado mucho peor, la ojiverde tiene suerte de que Shizune la tenga bajo su cuidado. Y aunque los hombres de los que hablan sus amigas sí miran a la pelirosa con ¿Hambre? Nadie se atreve a buscarla mientras pueda meterse bajo las faldas de Shizune.
—¿Y qué hay de ese tipo, Sakura-chan?
Ino está tratando de desenredar su cabello platinado, TenTen intenta una nueva rutina de maquillaje.
—¿Quién? —pero entiende quien.
—El de la máscara—ambas hacen ademanes extraños—el que pasa horas en la barra.
Sakura retuerce las manos en su regazo.
—Ah, él. Pues está ahí.
Shizune no lo ha dicho y él no lo ha mencionado, pero la niña entiende que no puede compartir lo que se dicen en ese pequeño rincón sobre la barra de granito. Es demasiado privado escuchar a Shizune mentir sobre su trabajo de cocinera para su familia, o decir que el Shinobi enmascarado solo bebe tragos gratis y escribe las cartas de Shizune.
—¿Y qué hacen? ¿Por qué solo está sentado ahí toda la noche?
El par de ojos la mira curiosa.
—Habla—responde bajito— Solo habla con Shizune y bebe cerveza.
—¿No te toca?
—¿No te dice cosas feas?
—No.
—¿No trata de pedirte que vayas a alguien lado con él?
—Tampoco.
Entre las otras dos niñas se extiende un asombro notable.
—Es extraño. Todos los ninjas son malos y asquerosos, seguro hará algo pronto, ya lo veras.
No lo vera, está segura. El no parece malo, pero tampoco tiene como asegurarlo, quisiera irse antes de saberlo.
—Algún día conseguiremos dinero—dice Ino—Y nos iremos lejos.
Como si supiera lo que las tres pensaban, se miran un momento. La única manera de conseguir dinero como para irse y no volver es trabajar como deberían, irse con ellos, soportar sus palabras, su olor. La ojiverde se siente cada vez más encerrada, la habitación es cada día más pequeña y la ropa empieza a quedarle más ajustada.
Ninguna de las tres vuelve a hablar de eso. Las palabras suenan vacías si se repiten, y a sus doce años, Sakura ha descubierto que el vacío se siente peor que el encierro. Vacías eran las sonrisas de las mujeres cuando se sentaban en las piernas de los hombres. Vacíos eran los ojos de Tsunade cuando las enviaba a bailar. Vacías se sentían sus pequeñas manos cuando tocaba una y otra vez el picaporte de la puerta principal sin atreverse a girarlo.
Tan cerca y tan lejos.
Al día siguiente llegan los hombres, y cuando las niñas tienen que bajar, Sakura corre hasta su acostumbrado lugar tras la barra ignorando un par de miradas que la siguen desde que bajo las escaleras. Bajo el ala de su "hermana" —encuentra propio decirle así— siente que es inalcanzable.
Shizune está inclinada por encima de la barra de granito, tan cerca que Sakura está segura que el shinobi enmascarado puede ver perfectamente dentro del escote en su top negro.
—¡Que linda estas hoy, Sakura-chan! —exclama cuando la ve.
Sakura ha decidido ponerse rubor y un vestido blanco hasta las rodillas. Se ajusta en el torso y deja la espalda descubierta en un trenzado de cintas.
Sakura se sonroja, siente sus orejas calentarse e imagina su cara y su cabello fundiéndose en el mismo color. Se sienta cerca de pareja, esperando que pronto se olviden de ella. A lo lejos, en el fondo del rincón con poca luz, puede distinguir las siluetas de Ino y Tenten servir un par de cervezas en unos vasos, la mirada que le dan aquellos hombres le revuelve las entrañas
—¡Eh, Shizune! —llama un hombre viejo, vendado y tuerto desde el otro lado de la sala. Yugao está sentada en sus piernas —Ven para acá, tengamos una charla amena.
Shizune la mira, suspira por lo bajo y se mueve del lugar. Sakura se remueve inquieta en el banquillo cuando se queda sola, es una presa de los hombres que la miran desde el rincón e Ino le da una mirada de alarma. La pelirosa quiere esconderse bajo la barra o correr escaleras arriba.
—Habla conmigo
Sakura mira al shinobi. El pergamino que antes escribía esta fuera de su vista y él tiene la nariz enterrada en el libro, pero la baja por un momento para mirarla por primera vez.
Bajo la luz opaca y con el humo de cigarrillo flotando en la sala, su cabello plateado se funde en él, aun así logra resaltar.
—Si hablas conmigo—repite— no se te acercaran.
La niña asiente más para sí misma que para Ino que la mira a lo lejos con pánico en el rostro. Y el ninja sonríe con un pliegue en el ojo. La ojiverde está acostumbrada a ver sonrisas falsas, y la del hombre claramente lo es. Recuerda las pablas de TenTen: Seguro hará algo pronto, ya lo veras.
Aun así, con todo el miedo del mundo, sus labios logran despegarse para musitar palabras que alguna vez pensó en preguntarle: —¿Te gusta leer, shinobi-san?
Él forma otra sonrisa.
—¡Ah! ¿Esto? Podría decirse. ¿Qué te gusta hacer a ti?
Ella lo piensa y decide ignorar la pregunta. Mira las gotas de agua deslizarse por la boquilla de la cerveza junto a él. Shizune no vuelve, está en las piernas del hombre viejo, tampoco luce preocupada en volver.
—Yo no sé leer, me gustaría aprender.
—Lo imagine.
Da un trago. Sakura se mueve hasta el congelador y saca una nueva botella de cerveza. La pone delante de él.
—Espere le busco un destapador—se detuvo en su acción cuando vio una chispa azul volar sobre la tapa y esta caer a sus pies—¡Vaya, usted muy poderoso, shinobi-san!
A los hombres les gusta que los halaguen, que los traten como Dioses, escucha constantemente, y la ojiverde no sabe cómo hacer eso, pero si sabe que puede decirle que es poderoso y que a él le guste, pero la cosa no sale como esperó y por una fracción de segundo la cara del peliplateado se ensombrece.
—No como quisiera justo ahora—murmura bajito, pero ella lo escucha claramente.
—¿Quisiera tener más poder? ¿Quisiera hacerse invisible? ¿Caminar sobre las paredes? ¿Volar?
Ríe entre dientes, el humor ha cambiado: — Bueno, ya puedo hacer todo eso. Hablo de otro tipo de poder, eres muy niña para entenderlo.
Sakura se sorprende, es la primera vez que alguien que no es Shizune le dice "niña".
—Soy una mujer—suelta sin pensarlo mucho.
Él juega con el líquido de su botella.
—No tienes más de trece años, eres una niña. Ellas también son unas niñas. Si yo tuviese el tipo de poder que deseo justo ahora, tu no tendrías que estar aquí.
Consígalo, piensa, yo tampoco quiero estar aquí.
—¿Por qué le gusta venir acá? Nunca esta con las mujeres.
—Shizune es una vieja amiga, disfruto de su compañía, le ayudo con otras cosas, consigo tragos gratis y también estoy trabajando. Podría decirse que estoy obligado a venir aquí de una u otra forma.
La conversación ya ha terminado porque él ha vuelto a enterrar la nariz en el libro. Y Shizune vuelve, está más seria que de costumbre, por encima en la cintura de su diminuta falda, Sakura puede ver la esquina de algunos billetes, pero la pelinegra no parece muy feliz.
Cuando Sakura sube las escaleras y regresa a su cuarto encuentra a TenTen arreglada, con un vestido negro que jamás había visto, se ajusta a sus curvas recién descubiertas y tiene una espalda baja y escotada. Luce como una pequeña mujer en miniatura, el maquillaje excesivamente fuerte para su rostro pálido y suaves ondas castañas rodando por sus hombros.
Es tan bonito. A Sakura jamás le quedaría así.
Sin embargo, TenTen no luce muy contenta con eso, mientras se mira en el espejo, bajo las grandes cantidades de maquillaje que posee, su rostro luce asustado, apretado en las comisuras de los labios como si tratara de mantenerlos en un lugar fijo, como si se preparara para sonreír.
Sakura no sube la litera, en cambio, se sienta en la cama de Ino y la mira arreglarse como toda la muñeca que es.
—¿Todo estará bien?
Sakura quiere decir que sí, pero en cambio no salen palabras de su boca.
Tsunade toca la puerta y Tenten le da un apretón en la mano demasiado fuerte antes de que abra la puerta. Sakura demora un par de segundos en soltarla.
Cuando Ino sube con la cara en blanco, y los ojos pegados al suelo, Sakura no se mueve de la cama y se acuestan juntas bajo las mantas. La rubia no tarda en dormirse, en cambio Sakura aún espera a TenTen.
Puede oír los ruidos abajo, la música llegando como una onda suave que mece su cuerpo, que se sincroniza con las respiraciones de Ino.
Entonces Sakura se percata de lo cansada que esta. Está cansada de esperar a TenTen, está cansada de tener que esperar su turno como una oveja al matadero. Simplemente está cansada de todo.
Esa noche su amiga no vuelve. No vuelve nunca más.
¿Ya están notando lo que les advertí?
Espero se este entendiendo todo, dejen sus dudas y opiniones en comentarios.
Muchas gracias por leer.
