CAPITULO 2
"Aunque nadie puede volver atrás y lograr un nuevo comienzo, cualquiera puede empezar ahora y lograr un nuevo final."
Carl Bard
Lance.
Lo primero que registra Lance, es el dulce olor de un plato que creía olvidado en sus memorias, lo primero que percibe es la suavidad debajo que lo acobija y el ruido suave pero constante a su alrededor.
-Lance despierta, conseguí contrabandear galletas, vamos levanta- es lo primero que escucha y cuando abre los ojos, se encuentra mirando fijamente a un niño rubio, con ojos grises sonreírle con entusiasmo.
¿Espera que?
¿Quién era ese niño? ¿Al fin había muerto?
Entonces el chico se rasco la nuca, mientras le dirigía una mirada conocedora y hastiada, como si este escenario fuera de lo más cotidiano para él. Esa sonrisa la había visto en un rostro mas maduro y menos cordial, un rostro que había visto destruido su planeta y sus sueños. Un rostro que a pesar de las llamas a su alrededor y de la pesadez de las noticias, encontraba la forma de seguirle el juego y de reírse de las tormentas.
Noah Smith, compañero piloto de la coalición unida de mundos contra el imperio Galra. Reclutado a los 21 años, amigo desde que los dos tienen 23 años, miembro condecorado de la federación humana, gran combatiente, fuerte y confiable. Líder del comando Alpha…. Tú le entregaste la estrella de reconocimiento al valor a su madre, cuando fue muerto en combate.
Smith, cabezota, cariñoso y un sinvergüenza de primera…. El chico con el que mejor te llevas de la academia.
Espera ¿Qué?
- Despierta de una vez amigo, Hunk ha estado llamándote desde hace una hora, he contestado y le he dicho que, si ibas a ir y que, si intenté detenerte, pero como ya sabes no funciono, no pensé que estarías aquí, a la final ¿no iras a visitar a Hunk a esa escuela militar que tanto odias? ¿Tienes resaca o algo así? … ¿Si quiera bebes alcohol? -
Lance se sentó lentamente en la cama, observo todo alrededor con suspicacia, un entorno agradable, espacioso, había una litera aparte de la cama en la que el estaba, el chico "Smith" estaba a su lado ya no mirándolo mientras recogía unas cosas del desordenado suelo.
Estas en la academia de artes, un internado especializado y orientado a fomentar las artes escénicas, en la división de danza, apartamento de danza contemporánea…. tienes una beca.
¿Qué?
Te llamas Leandro André Mclain Sánchez, pero todos te dicen Lance, porque no pueden pronunciar correctamente tu nombre, no te molesta. Hunk encuentra entrañable esto y te dice "Lancelot" porque suena más genial según él. Smith encuentra esto adorable
¿Qué demonios? No, tú eres Lance André Rodríguez Sánchez y eres un paladín de ….
Noah te llama "Ash", por sabrá Dios que razón, una vez cuando estaban combatiendo en una luna de AXS-MOS, había gritado tu apodo y todos pensaron que estaba diciendo que había una gran nube de ceniza en su dirección y fueron a rescatarlo con un equipo de ayuda auxiliar de los aliados, cuando lo volviste a ver, se veía libido y no pudiste parar de reír
-No es gracioso, Lance-
Se agarro la cabeza con fuerza.
Tu padre quería que fueras piloto, sacaste excelentes calificaciones, puntuaciones elevadas y cuando entraste en la guarnición, pasaste con lo necesario, se te hacía difícil las clases prácticas debido a la barrera del idioma, pero igual lo seguías intentando. No te gustaba, pero sonreías como si lo hiciera. Te hiciste amigo de un chico agradable llamado Hunk, durante el año que estuviste ahí, fue tu mejor amigo y un alma afín.
¿Dejaste la danza, Lance? ¡Pero si la amabas!, ¿estás seguro que esto es lo quieres hijo? – sonó la voz de su padre desde la cama del hospital, mirándolo con cierta duda en sus ojos- ¿Es por el sueño que te conté? Hijo, la vida es corta, no dejes lo que amas por los arrepentimientos de este costal de huesos-
-Lance…. ¿Estás bien? – La voz de su amigo, se perdía en la de su cabeza, pero no lo escuchaba, no podía, un chico joven con un acento menos marcado que el suyo, le lanzaba datos como balas.
Tu mama murió. No lloraste, no pudiste. Estabas cansado. Demacrado, realmente muerto en espíritu en una vida que no elegiste, te gustaba volar, pilotear naves y sentir el subidón de la adrenalina ante un problema del simulador. Pero no te gustaba la guerra, o disparar armas, eras bueno. Tu papa te enseño, pero lo hacías mal a propósito para que no te pasaran a la clase de piloto, querías ser un piloto de carga. Nunca peleaste con Keith. Cuando tu mama murió, empacaste todo, entregaste los formularios, agarraste un dinero que tenías ahorrado y te fuiste a la academia de danza, el sueño que te habías tragado por seguir los pasos de tu padre.
Tu mama murió, en un ataque a la tierra, cuando estabas combatiendo en territorio hostil, con ella tu hermano Luis y tu cuñada, quedaste a cargo de tus sobrinos, Roberto perdió una pierna, Camila no sonríe como antes y aun te culpas por ello, tu hermana gemela tiene un corte que le cruza el ojo izquierdo y baja por su cuello, no ve con ese ojo.
Luis está casado con Rosa
Luis estuvo casado con Anabela
- Amigo, me estas seriamente preocupando. – Sono a la distancia, no tan cerca como las voces de su cabeza.
Llevas un año en la academia, tienes una beca lograda en base al empeño y una recepción inusual ante tu sueño, hablas con Verónica en la guarnición, que está preocupada pero orgullosa, Con Lía, con tu hermano Luis, con tu cuñada y tus sobrinos. No has hablado con tu padre en un año, él no quiere saber de ti. Le escribes y mandas todos tus videos de presentación incluso lo invitas, nunca ha ido, Lianna solo tuerce el labio cuando se entera de lo sucedido, mientras lo mira con un fuego arrasador y doloroso, solo le dice dos palabras. "Bien hecho", Aún hablas con Hunk, has visto a Pidge en las videollamadas y encontraste en contra de la voluntad del enano cabe decir una relación amistosa con el muchacho, no estás seguro de con que genero se identifica, pero no haces preguntas. Quedaste en escabullirte en las afueras de la guarnición para investigar un fenómeno que Pidge lleva un tiempo estudiando. Hunk detestaba la idea, pero con lo leal que era solo callo y renegó para sí mismo, No saben el que buscan, ni tu ni él. Pero eres bueno escuchando y la pequeña cosa gruñona necesitaba eso, por lo que te cuenta cosas sin mucho detalle, es más abierto que el Pidge que recuerdas.
- Leandro, Dios mírame- Cuando su amigo estaba a dos pasos de correr hacia él o hacia la enfermería, Lance alzo la cabeza con una sonrisa tranquila y que no reflejaba como se sentía. Recordaba toda su vida, pero también recordaba la vida de alguien más. La vida de alguien que era muy parecida a la suya, pero que estaba marcada por el arrepentimiento y el dolor constante que solo puede traer la guerra.
No tenía todos los recuerdos, solo destellos, información básica y sensible. No es que importara, aun si recordara todo al pie de la letra no le serviría, de algún modo había logrado que parte de su consciencia de otra realidad se mezclara con la de esta. Lo sabía, lo entendía en un nivel primitivo, como que el cielo era azul, que lo que estaba pasando era real. Sabía que era tanto Lance como era Leandro y que oficialmente estaba en el día donde todo comenzó.
…Donde todo comenzara.
Por supuesto que estoy bien, enano. Ya me voy, estoy realmente cansado y me pesan los ojos – El rostro de su amigo brillo entonces mientras asentía con la cabeza, le sonrió con el alivio visible en sus ojos.
Noah es más alto, era más alto que tú, por casi una cabeza.
-Yo también estaría cansado si acabara de dar la presentación ganadora de mi vida, lo bueno es que el proyecto ese que llevabas cocinando por meses fue un éxito, ya era hora de que reconocieran tu talento – dijo y siguió alabando tu presentación.
Dios capitán debiste estudiar danza antes, espera…. ¡¿si lo hiciste?!, woah, el mundo es pequeño, ¿te imaginas si hubiéramos estudiado juntos?
Ya no tengo que, Noah….
Lance sabio de que hablaba, llevaba meses planeando la coreografía que presento frente al jurado universitario, había puesto sudor, sangre y alma en los pasos que dio hoy, en cada movimiento, en cada suave salto, en cada leve vibrar de su cuerpo. Hizo una historia con su baile, un hombre desahuciado que no sabía de placeres ni de dichas, encontrando el amor, luchando por él, enfrentándolo y a la final muriendo por un alma celosa de la felicidad que compartían los amantes. Fue fuerte y sutil, fue embriagante y asfixiante. Tan bello como cruel.
Un amor no destinado a ser.
Tenía una vida aquí, una vida que parecía se había labrado el mismo en base a la fe del cambio y la ambición joven, había enfrentado a sus seres queridos, perdido a su madre-otra vez-, tenías sueños.
Metas.
¿Alguna vez en el mundo donde había estado durante 27 años, había tenido algo parecido?
Tal vez, la guerra contra Zarkon no era real aquí.
Tal vez, los antiguos paladines habían salido airosos de la lucha.
Y si no fuera así, ¿que podría hacer él?
Seguro Voltron se las arreglaría sin él.
Seguro saldrían victoriosos.
No lo necesitaban.
"¿Bailarías conmigo?"
Le había dicho a su compañera de baile, cuando su amor ya era un hecho en la representación y habían bailado bajo la luz tenue que representaba la noche un último baile, antes de recibir la herida mortal, por parte de un pretendiente de la chica.
En la dramatización, encima de su "cuerpo sin vida", la chica danzaba y se arrastraba y lo acobijaba, repitiendo sin cesar pasos rotos y titubeantes. Todo para que ella dijera al final, cuando todo termino y yacía sola de rodillas, frente al cadáver de su amor.
¿Por qué, cómo te fuiste rompiendo tu promesa? Aun no has bailado conmigo.
Keith.
Piensa y le duele hasta las entrañas, justo en el lugar donde un yo que ya es solo un recuerdo, recibía una herida mortal, pero esto, duele más. Arde con el anhelo y la esperanza.
Con su ridículo peinado de los ochenta, con su sentido de la moda aún más anticuado, con los ojos brillantes tan imposiblemente violetas, con la marca oscura y provocativa que le nace en la mejilla y muere en su cuello. Con lo hermosa e inusual que es su sonrisa.
Su Keith que no volvería a ver.
Se le seco la boca, miro por la ventana a las estrellas en el firmamento y tomo aire, quizás también valor, este no era el mundo de una parte de él, pero si el mundo de la otra parte, era el mundo de contrapartes desconocidas que tenían el mismo rostro con seres amados y perdidos en el tiempo, pero ¿Importaba eso?
Si, todo lo que veía era gente preciosa para él y se paró.
Por Keith.
No, no solo por Keith.
Por Hunk
Por Pidge
Por Corán
Por Romalle
Por todos en la tierra y por el universo.
-¿Qué haces ahora Mclain? – Dijo la voz titubeante de su amigo, ahora de pie listo para obligarle a decir que le sucede, de ese chico que en otro mundo dejo de lado sus sueños por la realidad cruel de la guerra, que abandono el arte que lo apasionaba, por la sangre derramada y las lágrimas tragadas que traen las luchas por lo que uno cree. Que hablaba de forma soñadora sobre su época de la juventud y le decía siempre con voz juguetona que, si se hubieran conocido en otro lugar, seguro también serian amigos.
Capitán, ¿Creo que quiero volver a practicar ballet cuando termine todo esto? – Le había dicho Noah, y aunque lo había formulado como pregunta, como si hubiera tenido una epifanía repentina, fue el rostro más en paz que le había visto en lo que iba de la guerra – Amo volar, pero recuerdo una época donde lo hacía sin necesidad de disparar plasma fulminante a enemigos -
Fue la última vez que lo viste con vida
…Por Noah.
- Me voy Noah, gracias por levantarme – dijo Lance con un tono de voz sorprendentemente firme, para la sacudida horrible y alarmante pero previsible de su interior. Noah lo mira como si lo viera por primera vez – No llegare mañana, me quedare con Hunk y Pidge –
Y se dirigió por su propio pie, hacia su destino.
No dejaría que sus amigos pelearan esta guerra solos. No lo hizo antes y no comenzaría ahora.
- Primero muerto y enterrado. – Susurro y si acaba de hacer una broma realmente oscura y cínica de su situación actual.
Nadie podía juzgarlo.
Hunk
Hunk recuerda la primera vez que vio a Lance, nunca lo olvidaría, aunque quisiera.
Recuerda estar agazapado en contra de un pasillo de la guarnición, recuerda rostros crueles y demoniacos que se disfrazaban de estudiantes, recuerda haberse arrepentido de tener el valor de aplicar como ingeniero en una instalación militar con tanto renombre. Recuerda haberse arrepentido de las cuales del idioma que escupían en burla sus acosadores, recuerda haberse arrepentido de haber aprobado la aplicación de conocimientos para poder estar en ese pasillo siendo acosado por ser tan alto y temerles a las alturas, mientras hablaban en un ingles hosco y realmente rápido.
Recuerda casi haber llorado y recuerda como si fuera ayer a un chico engañosamente delgado y burlonamente menos alto que muchos ahí llegar como si fuera un torbellino, como una tormenta, sin previo aviso y ferozmente, repartiendo puñetazos como si fuera fácil, recibiendo golpes mientras esquivaba patadas para después agarrarlo del brazo y arrastrarlo en la corrida mas sorprendida de su vida.
La primera vez que vio a Leandro André Mclain Sánchez, fue mientras corría por su vida en los pasillos de un mundo nuevo y aterrador, pero mientras agarraba la sorprendentemente áspera mano de quien para el momento era un desconocido no puedo evitar reír, rio con tanta fuerza que el chico de piel canela y sonrisa enorme que lo jalaba hacia adelante lo secundo con una carcajada limpia.
Mas adelante el chico se ganó una detención de dos semanas, pero parecía mas orgulloso que preocupado y Hunk gano un amigo, su mejor amigo que siempre actuaba incluso cuando estaba todo perdido, que se mostraba tranquilo y preparado para todo e incluso ligeramente despreocupado pero que siempre estaba atento o alerta. Su amigo que era sorprendentemente suspicaz y locuaz, que tenia una maestría al hablar y ganar lo que quisiera, que se mostraba aburrido ante los regaños de Iverson y sonreía descaradamente ante el fastidio que esto le causaba al mayor.
Su amigo que de repente soltó casualmente que dejaba la guarnición porque quería practicar danza.
"Hunk mi querido amigo, el día en que deje de defender lo que quiero, será el día en que me deje morir"
Y salió del edificio con una sonrisa, para escribirle tres meses después de que estaba en un internado prestigioso de arte con una beca en el área de danza y solo pudo reír, porque así de asombroso era su amigo.
Su amigo que aun se escabullía en la maldita guarnición como si fuera un parque, para verlo a el y a Pidge, porque si, porque podía y quería.
Hunk nunca olvidaría nada de su amigo Lance, que era fuerte como nadie pero que nunca parecía presumir de eso, naturalmente confiado en si mismo y lo que quería y lo suficientemente valiente para ser quien era sin miedo a las burlas y reclamos.
Hunk creyó que nunca olvidaría nada de él.
Hasta que se encontró con él, en el techo del edificio que es la guarnición, esperándolos mientras miraba el horizonte. Pidge corrió, sin siquiera saludar para sentarse, comenzar a prender y armar un equipo que en cualquier otra situación hubiera amado tocar, pero no pudo quitarle los ojos de encima a Leandro, se veía igual que la última vez que lo vio. Todo alto y bronceado, los piercings en sus orejas brillando en plata y en ligeros tonos azulados, su cabello cortado en la base y agarrado en una coleta de caballo con trenzas finas que le colgaba suavemente arriba de los hombros azotado por el viento. Su regular cazadora de aviador y su sonrisa fácil y accesible.
Nada raro, pero también había algo diferente.
Sus ojos azul profundo que siempre parecían brillantes, se veían agudos, casi cazadores y todo él se veía más imponente, como si hubiera envejecido años en los últimos 6 meses que no lo había visto en persona.
Que ha pasado que te ves como un hombre absolutamente cansado.
Hunk creía que conocía a su amigo en todas sus formas, se sorprendió un poco de no haber notado antes lo pesado de la atmosfera que parecía rodear al alto chico, pero se sacó la sensación con el hecho de que Leandro siempre era como una tormenta, nada previsible y absolutamente devastador.
- -¿Lancelot…. amigo, a los años que te veo? – dijo acercándose emocionado, si la sonrisa de Leandro se volvió más larga pero también increíblemente dolida, o si sus ojos se llenaron de nostalgia era algo que el joven e inexperto Hunk no noto.
- -Lance, es el único apodo que registro y conozco, gigante bobalicón …. aun no entiendo de donde sacaste el ridículo apodo – Leandro respondió con facilidad, mientras abrazaba a Hunk, quien le regreso el abrazo.
- -Si, si señoritas es un placer verlas con su romántico encuentro, ahora Hunk ven aquí y ayúdame con estas lecturas que me están volviendo loco, no tienen ningún sentido. – Dijo un Pidge enojado desde el suelo. – Repiten una señal, en bucle con otras lecturas que se escapan de mi comprensión junto a una palabra. Voltron o algo así. –
La facilidad con la que se habla del tema, la simpleza de su declaración aun lo asombra, si ha Hunk le hubieran preguntado cómo cree que reaccionaria la persona que logre captar de manera precisa, clara y sin interferencia durante un mes lo que parecían señales que contuvieran un lenguaje complejo de ondas de difusión que podían ser acopladas a la idea de un lenguaje practico de conversación, estaba seguro que habría apostado a que la persona estaría mínimo en un estado de sobre emoción que alternaria entre la incredulidad asombrada y deleite orgulloso.
Esperaba emoción, incertidumbre e incluso negación.
- -Joder, porque exactamente no pueden decir algo más, por lo menos algo que pueda ser comprensible para la capacidad que tiene la maldita excusa de traductor universal que tenemos en el planeta- se quejó de nuevo Pidge mientras buscaba la manera de extrapolar lo que escuchaba al inglés, Hunk se corregía eso era de seguro italiano, por lo que podía ver desde su hombro.
Pero el fastidio en la cara de su compañero, no era de seguro algo que esperaba ante el descubrimiento.
- -No puedo creer que de verdad estemos hablando de lecturas alienígenas – Hunk dijo mientras visualizaba la amplia gama de señales y lecturas que decodificaba el aparato que era manejado por unos dedos largos y gráciles que se movían a una velocidad calma pero constante y sinceramente incesante– y aun no puedo creer que tu hicieras esto…. Eres un prodigio Pidge. –
Como otra reacción no esperada para cualquier otro físico y operador de la edad del enano molesto, Pidge barrio el elogio con una agitación de mano.
Lance rio desinteresadamente pero entendedor.
- -Eso no está en duda, mi querido amigo. Ahora ya que hemos evitado esta conversación con la suficiente poca sutileza como para que el elefante en la habitación se sienta incomodo, me veo en la obligación de ser yo, quien la comience. – Dijo Leandro con voz juguetona y alegre mientras veía el firmamento - ¿Por qué estas tan interesado en la misión de Kerberos? –
Pidge freno por un segundo el constante sonar del teclado.
- -No recuerdo haber nombrado dicha misión – respondió Pidge mirando a Hunk con duda, toda confusión y no entender, pero Hunk pudo ver lo tenso de sus hombros y solo pudo devolverle la mirada con la pregunta implícita.
Leandro resoplo.
- -No me insultes, Pidge…. Puede que no tenga la suficiente materia gris para ser parte de la corte científica de este lugar, ni cuando estudiaba aquí. Pero te puedo prometer que idiota no soy, he tenido tiempo para pensarlo y ojos, nunca buscas más allá de ese sector y durante un mes solo has leído lecturas del mismo. ¿Qué quisiera un estudiante de la guarnición con un sector en específico del espacio? Entonces pensé, tal vez todo esto no es por la señal, sino porque el lugar de donde viene la señal y como estoy seguro que eres humano – creo – solo puede ser la misión fallida de hace un año, sumar dos más dos es algo que puedo hacer – Dijo Leandro con un encogimiento de hombros simple, pero conciso.
El silencio se hizo en aquel lugar, Hunk miro entre los dos adolescentes que se sostenían la mirada con algo parecido a la evaluación mutua.
- -Porque la guarnición miente y la tripulación de Kerberos no tuvo fallas por parte de los pilotos, esa es solo una…. – Comenzó Pidge.
- -¿Vil mentira, poco practica y el manejo ante situaciones que no pueden explicar más rebuscado que he escuchado en mi vida? – Termino por él, Lance con una mirada exasperada pero que se las arreglaba para aun parecer de buen humor.
- Bueno, eso tiene sentido. La tripulación tenia salvaguardas que nadie en la historia de los viajes interestelares tenia en lo que va de la carrera en explorar el universo, un accidente lo entiendo, pero sin información relevante y sin estudios oficiales sobre ello, suena a encubrimiento para mí – Dijo Hunk rascándose la nuca, después de un tiempo de sopesar la información parecía algo plausible.
- - Lo sabían…- susurra Pidge reanudando el tipeo preciso y sin prisa de hace unos minutos.
Lance se encogió de hombros.
- - No los conozco personalmente, pero puedo decirte que el piloto principal de la misión es un prodigio tan grande como tu si de pilotar hablamos, tiene demasiada habilidad, control y experiencia para tener problemas, Takeshi Shirogane es el gran negocio. Escuche que estaba enfermo pero vamos, yo también se leer y el doctor Sam Holte, no era alguien que podía ser vencido por una falla del piloto principal y su hijo puffff….. lo he visto en las demostraciones, se gano el puesto como piloto de carga, no por no tener la habilidad si no por falta de experiencia- respondió calmadamente "el sujeto que no estudiaba ahí, pero que al parecer sabia más que el resto" Lance. – Informes favorables y pronósticos alentadores fueron receptados en el centro de mando, durante meses, protocolos establecidos y una cuenta de errores y problemas que estaban casi en la gran cuenta de cero, para que de la nada se diga que todo lo anterior fue un sueño…. Que hubo un accidente y se cierre el asunto en dos semanas, ¿después de toda la publicidad que hubo antes del lanzamiento? Bueno hasta yo puedo comenzar a caer en teorías que suenen más creíbles que eso-
Dijo y Hunk vio a Pidge mirar al cubano críticamente, todo hombros incrédulos y vista sospechosa. Hunk se encogió incomodo con el hecho de que estaban culpando a la guarnición de hechos que podrían hacer que todos vayan a corte marcial.
- Suposiciones interesantes y amarradas con hilos muy finos, mas por creencia que por hechos - Pidge mordió cada palabra.
- Mis creencias en si mismo son hechos, armados por una gran base de información basura y coquetería leve, sabre cuanto quiera y el subjefe del departamento de cifrado se deja llevar cuando presume de su capacidad mientras me habla con su aliento apestoso a narcisismo, sobre como maneja tantas situaciones ultra secretas –
Hunk no pudo mas que atragantarse con su propia voz.
- -¡¿TU QUE?! – Dijo inmediatamente molesto - ¡¿Leandro por el amor de Dios, es diez años mayor que tú?! – Y de nuevo no puede creer que este escuchando esto, Hunk conoce a Leandro, esta plenamente consciente que tipo de persona es, metería las manos al fuego por él, el día que fuera y sobre el tema que quieran, aunque sepa que perdería, porque a ese nivel tiene su lealtad y su amor. Eso no quita que el chico no sea menos que insufrible y jodidamente molesto de formas que simplemente salen de todo raciocinio.
Y aprovechar sus atributos físicos, junto a su abrumador encanto es algo que suena realmente vinculado con la idiotez y poca autopreservación del maldito idiota y piensa no por primera vez, si de algún modo puede matar al idiota. A golpes.
Pidge se estaba ahogando de la risa, Lance se sonrojo y alzo las manos frente a el en un elaborado baile de desesperación y asco.
- ¡Cuida lo que dices amigo! No es lo que crees, solo le acepté unas copas, ¡¿Cómo crees que conseguí salir de aquí con un registro limpio y conseguir mis papeles en solo tres días?! – Dijo y Hunk pudo sentir el arrepentimiento y el 'oops' en la postura de su amigo, pero ya era tarde porque Hunk vio absolutamente todo rojo.
- ¡ESPERA QU…! ¿Copas? ¡Tienes 17 años por todos los cielos…! ¡Cuando te fuiste ni siquiera cumplías los 16 años! – No esta haciendo drama, por amor a cristo, eso es indecente para la supuestamente pura institución que representaban, Hunk confiaba en la capacidad de Lance, confiaba en su completa habilidad para evitar meterse en problemas que después no tengan salida y de su tenacidad para aguantar angustias y penas que matarían la ilusión de cualquiera.
No entiende, solo no entiende, porque tuvo que recurrir a esto, esta bien no cuenta con el apoyo de su padre, pero su madre lucia comprensiva todas las veces que la había visto, vivián muy lejos como para poder ayudarlo a escondidas, pero no cree que ninguna madre que se respete permitiría que su hijo realice tramites tan importante solo, sin supervisión y que aparezca su hijo de tan solo quince años diciendo que todo está solucionado, de la noche a la mañana, le huele a sospecha.
- ¡Ay, por todo lo sagrado… ¿Tú crees que nadie toma alcohol hasta los 21? ¡NO ES LO QUE CREES, JODER! Que puto asco, tengo mejores gustos, mierda. – dijo el condenado idiota que tiene de amigo y todos sus engranajes dejaron de funcionar junto a su capacidad de permanecer calmo, lo mataría.
Hunk y Leandro estaban agarrándose de las manos mientras empujaban en la dirección del otro con gritos y acusaciones.
-Recuerdo cuando te conocí, no sabía porque de tu rango en la posición estudiantil y apostaba por el fajo de idiotas que creen que mandabas a responder tus deberes y a pagar por las notas de pilotaje, sobre todo en la clase de táctica y planeación estratégica… - Dijo Pidge cautelosamente a Lance, pero con la tensión dispersada y el efecto de sentirse en lo correcto por primera vez en mucho tiempo, debió diezmar en él la actitud de demonio enano- Hubiera perdido, ahora lo sé -
Lance tuvo el descaro de sonreír. Hunk aprovecho y le pego en la nuca, lo miro y se aseguro que el mensaje "Hablaremos después y quiero detalles", se entendieran, al ver que Lance se removió incomodo, Hunk sintió pena y tuvo la delicadeza de rodar los ojos y semi abrazar con cariño al imprudente.
La sonrisa de Leandro, se hizo menos grande, pero mas sincera y eso Hunk lo tomaría como una victoria.
Pidge alzo la mirada con una fiereza que hablaba mas de defensa que de ataque, pero que bien pudo ser ambos.
- De entre todas las personas se los digo porque desertaste con buenas calificaciones y un marcador decente como piloto, no guardas rencor ni esperanzas hacia esta institución y bueno …. Hunk es simplemente Hunk. Se ahorcaría antes de delatarme por su consciencia- Hunk lo ignoro para que continuara, si resoplo enojado como un niño en una rabieta, pues no le importaba- Pero también se los digo porque son mis amigos. –
Hunk se conmovió y se lanzo a los brazos del mas pequeño que gritaba despavorido pero que no empujaba el abrazo con la suficiente fuerza. Lance encima de Hunk aplastando a Pidge porque es el tipo de bastardo que es.
Y entonces un rayo brillante, un sonido plano y hueco.
La voz que les pedía resguardarse, no conocía a un enano terco, a un cubano curioso y el pobre Hunk que se dejó arrastrar.
Siempre fue demasiado amable, pero bueno, sus amigos lo valían.
Y asi, umh dudas?
