—¡Voy a despedazar a esa perra! —rugió Troia con tanta severidad que pudo haberle helado la sangre hasta al guerrero más valiente.
Puso todo su empeño para trasladar los sentimientos sombríos y deprimentes que la agobiaban hacia una parte de su psique que le permitiría contenerlos, y transformarlos en la ira y franca justicia que exigía su alma, pero todo resultó inútil. Aún con su cara arrugada por la furia todavía sentía su desahuciado corazón palpitar con dolor y miedo en su pecho, provocando un nudo en la garganta que le obligaba a mantenerse rugiendo cualquier cosa con tal de no perder el habla.
Lanzó otro puñetazo más en la puerta de metal, abollándola levemente y sacándole otra serie gruñidos en voz baja por la dolencia de una fractura de muñeca, golpear a Connor había resultado más gentil, y eso era decir mucho teniendo en cuenta que tenía la piel de acero. De tratarse de tecnología humana seguramente hubiera podido tumbar la salida con un par de golpes, sino era que con un solo de sus coléricos puñetazos, pero esto no era nada que pertenecía a los habitantes terrestres.
El motor todavía estaba vibrando bajo sus pies, lo que le indicaba que la nave aún no había despegado, pero seguía encendida y lista para hacerlo en cualquier momento. La última llamada ligeramente distorsionada, pero firme de Dove le cayó como un reproche, la serena voz de su compañera titán le había indicado que los Titanes exteriores estaban al tanto de la situación y solamente les quedaba esperar a que ellos abrieran la puerta.
Superboy estaba con ellos, derribar a media tripulación guerrera alienígena no debería ser tan difícil, sin embargo, estaban tardando demasiado y ella soportaba cada vez menos estar encerrada en ese lugar, sobretodo con todo lo que había pasado.
Su único consuelo para mantener su furia y serenidad a raya era la imaginación de poder asestarle un golpe en la mejilla a esa desgraciada reina de plástico, en cuanto saliera de la deprimente celda en que las había dejado después de su primer encuentro.
Disparó otro golpe en la puerta, más con la intención de distraerse que de abrirle un agujero que pudiera sacarlos a todos de ahí. No funcionó, claramente. Ahora sentía que su muñeca dolía un poco más. ¿De qué diablos estaban hechas las celdas de las naves Tamaraneanas?
Escuchó otro golpe a su lado, por supuesto, había resultado menos fuerte y frenético que el suyo, pero la intención había sido la misma.
Distracción. Todo con tal de no sentirse como un completo inútil en está severa situación.
Ablandó su semblante y se acercó con lentitud hacia Beast Boy, el chico estaba golpeando la puerta con el puño, para luego desplomarse y golpearla con la cabeza mientras el color verde característico de su alter ego, se esfumaba lentamente, como si aún estuviera luchando por mantenerlo latente por cualquier inconveniente que involucre transformarse, más sus pensamientos atrofiaban su transformación, desvariando entre mantenerse listo y dejarse demoler. Troia no sabía sí se debía a que ya no tenía energías para luchar más o simplemente el ambiente fúnebre era suficiente para desanimarlo.
Sintió un piquete de culpabilidad avivar en su pecho mediante se acercaba al joven titán, para finalmente volverse insoportable una vez colocó su mano en el hombro del chico a modo de consuelo. Se supone que ella debía mantener la calma al ser mayor, pero había perdido los estribos y se enfocó en drenar sus impotentes sentimientos sin tomar en cuenta a su adolescente amigo, que seguramente se sentía peor que ella al haber llegado primero al lugar, pero no pudiendo hacer nada más que observar al tratarse de una lucha que no podía manejar.
Gar sólo había terminado imitando su frenética acción, tratando de vaciar sus sentimientos también, pero la violencia y la cólera no funcionaba con el gentil y despreocupado Beast Boy.
El brazo medio verdoso del joven héroe se levantó de nuevo con un poco más de fuerza mientras mantenía la frente pegada a la puerta, estuvo apunto de estamparlo de vuelta cuando el poderoso agarre de Troia se interpuso.
—Gar, no. No sigas.
—Tenemos que hacer algo...
—Dove está en camino. Hawk está con ella, al igual que Ravager y Superboy. Pronto estarán aquí, debemos guardar fuerzas —propuso con suavidad sin soltar a Gar.
Sus palabras parecieron calmar un poco al polimorfo, pues no emitió ninguna respuesta más que una lenta respiración. Donna permaneció a su lado sobando su hombro con el aliento del ánimo.
—Ya ha pasado mucho tiempo...
Donna suspiró, reconociendo la veracidad en esas palabras.
Había pasado mucho tiempo.
Estaba segura que los Titanes que se habían quedado fuera de la celda la estaban pasando un momento muy difícil, pero en cualquier momento abrirían esa puerta y serían libres para despedazar a puño limpio el rostro de Blackfire. Sin embargo, consciente del retraso de sus compañeros, estaba seguro que Garfield no se estaba refiriendo a ellos.
Separándose un poco de Beast Boy, Donna flexionó su cuello y lo giró hacia atrás, haciendo una mueca con lo que veía.
—Si, ya ha pasado mucho tiempo...
Gar levantó la frente de la puerta para poder contemplar la misma escena que Troia, sus ojos se enmudecieron y su respiración se volvió entrecortada de la preocupación.
En una habitación vacía de no ser por ellos cinco, había una tamaraneana tumbada en medio del salón, llevando varios minutos inconsciente, con una inmensa mancha de sangre en su estómago y cabeza, una larga quemadura que desgarraba su ropa de batalla y sin ninguna reacción que indicara que estaba bien.
Junto a ella, Nightwing sostenía una de las manos de la guerrera con bastante fuerza, como si mientras más de ella empleaba, más le aseguraba de no soltar la conciencia de la dueña de la mano, mientras que su otra mano estaba sujeta a la palma pálida de Raven, quien tenía la otra mano de la guerrera ocupada.
Troia decidió acercarse al pequeño y sepulcral trío, aprovechando para alejar de la puerta a Gar, arrastrándolo de los hombros y manteniéndolo cerca de ella. Mientras caminaban hacia ellos, Donna no sabía quién necesitaba del otro para mantenerse tranquilo ante la escena, si ella necesitaba a Gar o era Gar quien la necesitaba. O tal vez, era un acuerdo mutuo silencioso.
Al llegar al lado de Dick y Rachel, arrodillándose a la cabeza de Koriand'r apenas pudieron escuchar su respiración. Era como si con cada suspiro que hacía inconsciente, la estuvieran perdiendo cada vez más.
Apretó los puños y se debatía si lo que quería hacerle a su amiga al despertar era asestarle un puñetazo en la cara, o abrazarla tan fuerte que lucharía por romperle las costillas a una princesa alíen.
¿Cómo pudo mantener por tanto tiempo su identidad oculta para todos los Titanes? Ella creía que ya se los había dicho a todos, pero resultó que Kory prefirió irse por su propia cuenta y resolver sus problemas sola. Y todos los Titanes la habían seguido al darse cuenta de su ausencia. Dando como resultado que cinco de ellos estuvieran en la prisión de una nave alienígena y el resto batallando para sacarlos.
"Eres tan tonta, Kory. Tan tonta, pero por favor... despierta...".
Podía estar furiosa con su amiga, pero no iba a sacarlo en cara cuando Gar, Rachel y Dick estaban haciendo todo lo posible por salvarla. Se habían percatado de todo tarde, Kory ya les llevaba la delantera para enfrentar a su hermana, buscando la manera de no involucrarlos y resolver el asunto de la corona por su cuenta, como siempre había sido ella en su planeta. Y todo había salido tan mal.
Finalmente, cuando llegaron los primeros Titanes, sólo fue para ver caer a la poderosa compañera tamaraneana como si de un papel sin vida se tratase, tras recibir un llamada de fuego fucsia que atravesó su cuerpo y casi le arrebato la vida, dejandola agonizar en una solitaria celda.
Sus heridas no se cerraban por más magia que aplicara Rachel mientras lloraba aferrándose a ella, teniendo que recurrir a un vínculo emocional como el de Dick para poder acceder a la tamaraneana, y de esa manera, persuadirla para que dejase de rechazar su magia para poder atenderla.
Dick había entrado a la mente de la pelirroja, pero después de eso nada. Ni Rachel, ni Dick, ninguno de los dos había vuelto y Kory seguía desangrándose en el piso.
Donna y Gar simplemente podían observar al trío hacer muecas de dolor y ponerse cada vez más pálidos sin saber que sucedía dentro de la cabeza de la legítima heredera de Tamaran. ¿Qué tanto estaban haciendo en su mente? ¿Qué estarían viendo? ¿Por qué Kory parecía haberse rendido?
—D-Donna...
La tímida y asustada voz de Gar obligó a la amazona a desprenderse del rostro moreno de la alíen y concentrarse en el chico de pelo verde. Nuevamente, Gar parecía que iba a llorar, sus ojos hinchados y húmedos, mordía su labio inferior mientras miraba entre Dick y Rachel, esperando que alguno reaccionara. Su débil corazón ya no podía ver como de los labios de la tamaraneana se deslizaba su sangre.
Donna envolvió al chico en un fuerte abrazo y se fue arrodillando lentamente al lado de Dick, donde apoyó su mano en su hombro, dándole ánimos para que trajera de vuelta a su amiga alíen. Garfield entendió la indirecta y estiró su mano hasta ponerla encima de una de las de Rachel.
Ya no podían hacer nada más que hacerles saber que estaban con ellos, y los apoyaban.
Repentinamente, Kory empezó a convulsionar. Su cuerpo sufrió un espasmo pronunciado y comenzó a toser más sangre, casi como si se ahogara.
Aquello espantó a Garfield, quien ya no pudo contener sus lágrimas, susurrando disculpas sin sentido hacia la alíen, pidiéndole entre llantos que volviera. Que la necesitaban. Que todavía requerían de su presencia.
Se disculpaba por dejarla sola, por no darse cuenta de su pesar pese a haber interactuado con ella por más tiempo que los demás. Por no ser de confianza para decirle lo que le inquietaba mientras que ella había dejado de lado el problema de sus poderes con tal de ayudarlo a él con los suyos.
Kory no podía morir.
Raven contuvo el aire, como si estuviese sumergida en un enorme lago y hubiese perdido el oxígeno. Sus ojos se abrieron, pero tanto Troia como Beast Boy supieron de inmediato que no les estaba viendo.
La piedra en la frente de Raven brillaba, y de ella emergían venas negras que cubrían la cabeza de la adolescente, dando mayor palidez a su semblante. Sus escleróticas eran negras dando realce al escarlata de sus pupilas, adoptando un macabro aspecto propio de su naturaleza demoníaca. Sus labios se movían, pero el lenguaje y palabras resultaban tan distorsionadas que no pudieron distinguir nada.
El cuerpo de Koriand'r volvió a temblar y en su piel oscurecida comenzaron a resaltar venas verdes que se iban alargando por todo su cuerpo. Tosió de nuevo, luchando por respirar.
Donna apretó el agarre de Dick, y Gar hizo lo mismo con Rachel. No sabía que estaba sucediendo dentro de la mente de la alíen. Pero si que sabían que esas marcas eran las que emergían de Kory cada vez que usaba sus poderes, aquello no podía significar más que un buen augurio.
—Kory...
La amazona tuvo que contener el grito cuando la voz ronca y prácticamente abandonada de Nightwing llegó a sus oídos. No parecía que hubiese recuperado el conocimiento, por lo que su voz sólo podía significar que había estado llamando con tanto ahínco a la alíen en su mente que finalmente terminó por pronunciarlo con su cuerpo.
El calor que emanaba de Koriand'r comenzó a incomodar a Gar, haciéndole sudar, pero indispuesto a apartarse de ahí si ninguno de sus amigos volvía. Más tuvo que hacerlo cuando Troia se levantó y le tomó del brazo, en el instante que los ojos de la princesa alíen se habían abierto con aquel verdoso y ardiente color.
Aunque estaba feliz de notar una reacción, Donna no pudo evitar preocuparse por Rachel y Dick, ya que parecía que la princesa quería explotar en ese mismo instante.
De los labios de Kory salió disparado un enorme grito, que más que dolor, a Donna le supo a uno de guerra. Muy semejante a cuando las amazonas estaban a punto de chocar contras sus enemigos, al momento de alzar sus armas y dirigirse a la batalla.
Tal como pensó, y para horror suyo, tanto Raven como Nightwing salieron disparados hacia los lados, recobrando el conocimiento al momento de chocar con las paredes de metal de la celda alíenigena. Ambos héroes corriendo hacia sus respectivos compañeros para ayudarlos a incorporarse cuando un brillo cegador de color verde los paralizó en medio del camino.
El cabello prácticamente castaño oscuro de Kory debido a la falta de sus poderes, resplandeció en una poderosa flama rojiza, incluso más intensa de cuando la conocieron, destellando ascuas a su alrededor mientras flotaba desafiando a la gravedad.
Sus ojos brillaban de tal manera que parecían que fuera capaces de disparar láser esmeralda a través de ellos, y su cuerpo flotaba con gracia a un par de centímetros del suelo.
Sus heridas graves, empezaron a cerrarse emitiendo un crujido muy similar al crepitar de la madera en una apcible chimenea. Y la temperatura de la habitación se acrecentó varios grados arriba.
Nightwing corrió hacia ella sin siquiera cerciorarse de su propia integridad, terminando a una distancia prudente de Kory debido a la elevada temperatura que el cuerpo alíen desprendía, y que aún con el traje mejorado, el cuerpo humano de Dick no podía soportar.
La elegante figura de la princesa heredera de Tamaran fue lentamente descendiendo, la temperatura comenzó a volver a la normalidad y el brillo en sus ojos decayó. Parecía que iba a volver a caer al piso y en la inconsciencia, pero Donna hizo ademán de su fortaleza como amazona y se disparó hacia ella sin esperar a que la temperatura bajase por completo, quemándose un poco en el proceso al momento de tomar en brazos a Kory.
Pese a volver a caer, la respiración de la tamaraneana era regular, y no parecía haber caído inconsciente de nuevo, prueba de ello fue que comenzó a moverse como si tuviese una pesadilla, apretando sus ojos para espabilarse.
El trío de Titanes que había devuelto el sentido al nombre despues de mucho tiempo de que se disolviesen por primera vez, se arrodilló entorno a la alíen, esperando, con el corazón alborotado, que ella abriese los ojos nuevamente.
Cuando lo hizo, aquella esclerotica que había usado Kory para confundirse entre la humanidad, se había desvanecido. En su lugar, había un luminoso verde limón que hacía juego con su pupila aqua y pseudo brillante.
La tamaraneana tosió de nuevo, como si necesitase agua y llevo su mano al puente de su nariz, respirando profundamente. Los titanes más jóvenes querían esperar a que ella reaccionase, pero no pudieron con la emoción, aferrándose a su único brazo libre.
El gesto impulsivo hizo que la princesa saltase de impresión, observando a los tres con una expresión perpleja, casi como si se hubiese percatado hasta ese momento que ellos estaban ahí.
Observó a los tres largamente hasta terminar en Donna, quien le dio un guiño divertido en un intento por evitar las lágrimas que ya estaban en las orillas de sus párpados y verse, como siempre, genial y la mujer madura del grupo que era, pero sus mejillas enrojecidas la delataban.
—Miren quien decidió despertar dramáticamente esta vez.
Kory tuvo que bufar conteniendo su sonrisa, más aquello fue un acto inútil puesto que su dentadura relució en su boca, aquella amplía y sincera sonrisa que tanto la caracterizaba había brotado sin siquiera evitarlo. Y aquello fue más que suficiente para que Rachel comenzase a llorar, lanzándose al cuello de la alíen con verdadero alivio.
—¡Koryyyyyyyy! —aulló la chica, llorando como si fuese de nuevo aquella niña asustada en el consultorio de la Policía— ¡No vuelvas a hacer eso!
Un quejido salió de los labios de Kory, quizás sus heridas se habían cerrado pero la sensación de haber sido atravesada por el fuego de su hermana continuaba latente en su alma, sin embargo, al sentir la calidez del agarre de Rachel decidió hacerlo a un lado, tratando de envolverla en un abrazo también.
—Otra vez jugaste con mi mente, ¿no? La última vez no salió tan bien —agregó la alíen pausadamente, ampliando su sonrisa—. Pero esta vez, sabías lo que hacías, has crecido mucho, Rachel.
—¡Ajam!—Todavía entre lágrimas, Rachel asintió—. ¡Aprendí muchas cosas en Temiscira! ¡Hay tanto que quiero contarte!
—No puedo esperar...
El sonido de los mocos de Gar siendo sorbidos hizo que Kory extendiera uno de sus brazos hacia él, indicándole que también iba a abrazarlo. Como si se tratase de una invitación sin devolución, Garfield se lanzó hacia ella con la misma energía de un pequeño tigre sediento de consuelo y terminó derramando sus lágrimas en el pecho tamaraneano.
Donna quizo tener su cámara cuando vio a Dick palmeando las espaldas de los chicos y removiéndose el antifaz para contemplar directamente el rostro de Kory, la susodicha, como si se sintiese observada, se giró directamente a él y le sonrió ampliamente, no pudiendo evitar las lágrimas en sus ojos, brillando intensamente cual estrellas en medio de una eterna noche.
Todos ellos habían vuelto con ella, a pesar que ella había decidido que lo mejor sería dejarlos. Fueron a buscarla, arriesgaron sus vidas para salvarla y estaban tan contentos de verla a salvo con un amor tan sincero que deshacía las barreras de sus memorias y el deber con su gente. Estas personas, sin duda alguna, eran su familia.
Y esta vez, no las soltaría por nada.
No estaba sola, los tenía a ellos. Los Titanes la respaldaban.
La puerta comenzó a temblar, pero el momento emotivo no se rompió, hasta que la puerta cedió y el silbido de un halcón inundó las paredes a modo de saludo.
Después de... ¿casi cinco meses xD? ¿No sé? Vine a completar este Two shot. Ufff menos mal que iba a ser rápido esto JAJAJA
AÚN ASÍ, me gusto bastante el resultado. No me arrepiento. Valió la pena dejarlo reposar un rato.
¡Muchas gracias por leer estos cortos escritos sobre este Fandom! En verdad ha sido todo un gusto.
Si a pesar del tiempo que tarde, tú aún vuelves a leer esto, déjame decirte que eres la persona más bella de este mundo y espero de corazón que hayas disfrutado la lectura.
¡Gracias por leer! ¡Nos vemos en otro libro, calabacita! -emojis de brillos y corazones para ti-
