Capítulo II: Oh oh ¡
Lena volteó a mirarle con una ceja levantada y…
Oh vaya.
…
Mike dijo otro más y Kara le repitió sin mediar en qué estaba diciendo - Los que se masturban pensando en vos se mueren de sobredosis. Bonitas piernas, ¿a qué hora abren? – soltó para después abrir grande sus ojos ante lo que acababa de decir.
Sus amigos reían a carcajadas en el estacionamiento.
Lena estuvo a punto de soltarle una bofetada, sin embargo, cuando giró y le vió, muy chiquitita, muy joven, un pelín ebria si bien olía, decidió que no, no iba a pegar a una niña, aunque técnicamente no fuera una, ya que era una adolescente.
- No eres mayor de edad, apuesto.
- No señora – respondió ella de lo más roja, ni podía verle de la vergüenza, joder.
- Hace mucho frío, ¿por eso estás tomando?
- No señora – respondió educadamente. Lena le miró un segundo con nada más que compasión.
- Ayer pasé por tu casa, y vos te estabas bañando. ¡ Lo que te quise mirar, te lo estabas jabonando! – soltó Kara antes de entrecerrar sus ojos con fuerza y sacarse el auricular bruscamente – lo siento mucho – añadió antes de querer salir corriendo, mas no pudo, Lena le cogió la mano rápidamente.
Lena pudo escuchar carcajadas estridentes desde el celular y pensó que talvez era una de esas situaciones sociales, una que no entendía, un reto talvez.
Entonces ella no pudo enojarse con esta pequeña, que se veía muy dulce y un poco ebria o bastante talvez.
- No sé qué está pasando, pero tranquila eh, no te puedo dejar ir así, no soy esa clase de persona.
- Por favor - pidió Kara casi muriendo de vergüenza.
- No tenemos que hablar, no te preocupes, sólo quiero que no andes así por ahí, estarías vulnerable y eso no puede ser ¿entiendes? – preguntó preocupada y Kara asintió.
Lena entonces cogió su capuchino, uno que había comprado antes de entrar al supermercado, por el mismo frío que hacía ese día y se lo dio para que tome, ella con la idea de que, si comía algo o bebía algo, iba a estar mejor, se le iba a pasar la mona.
- Por favor tómalo – le pidió, primero ella sorbiendo del mismo, para que vea que no estaba adulterado y era seguro tomarlo.
Kara lo cogió – y por favor, para otras ocasiones, no recibas bebidas de un extraño y más si no están cerradas, como agua o soda, así de cerradas – añadió Lena y Kara asintió – lamentablemente las mujeres estamos más expuestas en estas situaciones que los varones, que lo peor que le puede pasar es que le dibujen un miembro en la frente comparado con una mujer.
- Quiero comprar un poco de comestibles, ¿me ayudas a escoger? – le pidió y Kara se sorprendió con lo dulce que era esta mujer, lo educada, lo culta y lo mucho que le estaba ayudando sin conocerla.
Kara le acompañó por dos pasillos asintiendo cuando ésta mujer le preguntaba algo, decidiendo irse cuando tuvo la oportunidad.
- ¿Y tu nombre es? – preguntó Lena girándose, pero ya no estaba a su lado – oh bueno, espero que se encuentre mejor – susurró buscándole con la mirada, pero no la encontró.
Ella entonces se dirigió a uno de seguridad explicándole que su sobrina se había separado de ella, menos mal él no preguntó su nombre, ya que no sabría qué decir, entonces él le mostró las cámaras, por lo que ella se aseguró así que esta chica había salido del súper yendo hacia unos chicos que reían a carcajadas sobre una camioneta, antes de irse con ellos.
- Así que fue un reto – pensó divertida, sonriendo después al seguir comprando, recordando como de malo habían sido esos piropos, tan malos, joder, tanto así que, junto a ésta adorable chica, polarizaba total.
Eso hizo su día, eso y la entrevista rara que tuvo.
Ella siguió comprando, llevando una marca de yogurt que la chica había cogido para tomarlo, al acabar su café.
- Y por favor cobre un yogurt de más por favor – pidió a la dependienta.
Ella asintió y lo hizo.
…
- Eso fue épico – soltó Mike riendo en el asiento trasero con un brazo sobre su novia.
- No lo fue, no imaginas la vergüenza que pasé ¡ - se quejó Kara – no, eso es mío – dijo después no queriendo compartir su yogurt, mismo que le había comprado esa extraña mujer a ella.
Mike siguió insistiendo en que sí fue divertido.
Daniel siguió manejando y Mariana apoyó totalmente a Mike.
Kara volteó sus ojos.
Un rato después…
- Ya sé, para acabar de manera perfecta con éste día, vamos a arrojar rocas a esa casa que está en medio del bosque, la que tiene el lago congelado detrás – pidió Mike y Mariana le apoyó.
Kara suspiró con un incipiente dolor de cabeza, ella en ese punto sólo quería ir a casa, pero la presión de grupo de sus mejores amigos, pudo más.
Entonces fueron hacia allá, cogieron un par de rocas y empezaron a arrojarlas, tirándolas contra las lunas, rompiendo algunas, no todas al estar más ebrios y no poder coordinar bien sus movimientos.
Kara arrojó una que rompió la ventana lateral.
- Oh genial, grandioso ¡ - exclamó Mike gritando.
- Mierda – coreó Kara encogiéndose, si su hermana se enteraba de eso, iba a estar tan muerta, joder.
Ellos siguieron un buen rato, hasta que Daniel vió que un carro que no había visto antes se acercaba.
- Oh joder, la casa no está abandonada, vámonos, vámonos ¡ - gritó Daniel subiéndose a la camioneta.
Kara no tuvo tiempo de subirse, ya que Mike se arrojó al asiento trasero cerrando la puerta de golpe y Mariana a la parte trasera, con el susto Daniel arrancó y se fue.
- Ayyy mierda, mierda, el vandalismo es un delito, si Alex se entera, joder ¡ - se quejó escondiéndose en el bosque cercano, ella se echó sobre el suelo y se ocultó detrás de un arbusto, viendo como… - oh maldita sea, no ella, ella no – siguió repitiendo.
- Maldita sea – se quejó Lena aparcando su auto frente a su casa – la casa parece abandonada, de ahí a que arrojaran piedras – concluyó con ambas manos en la cadera, maldiciendo ya que no tenía plata para gastar y tenía que gastarla reparando esos ventanales, tres de ellos los que rompieron, el resto era sólo magulladuras a la fachada.
Lena abrió la puerta con su llave y empezó a desempacar la comida, moviendo todo hacia su interior.
Kara casi respiró en alivio, ante haberse salvado.
Casi.
- Mierda, mierda – replicó ella al levantarse y mirar atravez de la frondosidad del bosque, Maguie se acercaba a la propiedad en su patrulla – joder – susurró asustada, sólo para después asustarse aún más – ahhhhhhhh¡
La mujer del supermercado le estaba mirando, le estaba mirando¡
Y muy seria eh, Kara hizo la conexión, por lo que rápidamente replicó – yo no hice eso, talvez eso – señalando con mucha prisa la abolladura en la pared que Lena volteó a mirar – pero no eso – apuntando ella a la ventana rota.
Ya con el sonido de la sirena cada vez más cerca – por favor, por favor, no dejes que me coja, por favor, te lo ruego – le pidió implorándole levantando ambas manos en señal de oración.
Lena no tuvo tiempo de ni responder, ya que ni bien giró su cabeza para atrapar el sonido de la sirena y volver a su posición anterior, Kara ya se encontraba corriendo por su vida, muy lejos de ella y de la patrulla, en ese día que estaba de lo más frío, al igual que el culo de un pingüino.
- Este día está siendo de lo más raro – musitó ella, esperando ahora a la patrulla que se estacionó justo al lado de su auto.
- Luthor – saludó la policía descendiendo de su auto.
- Agente Sawyer buenas tardes.
- Buenas tardes, ohhh ya veo, has recibido la cálida bienvenida de algunos personajes del pueblo puedo ver – soltó ella señalándole con la mirada las ventanas rotas.
- Sí, qué puedo decir que ya no sepa agente.
Maguie asintió, ella ya sabiendo que la mitad de National City le era indiferente y la otra mitad le odiaba con toda pasión, no a ella, sino a su apellido.
- ¿Cómo puedes saber que no estaba así antes? – preguntó Lena.
- Porque hago rondas cada tanto, de toda la ciudad, y eso no estaba así. ¿Alguien a quién denunciar?
- No realmente – respondió ya que no denunciaría a esta chica adorable, ¿a sus amigos? Talvez sí, pero tampoco sabía el nombre de nadie, y tres ventanas no eran mucho destrozo, ella podía cambiarles con el tiempo.
- ¿Tienes calefacción, estarás bien?
- Recién llegué ayer por la noche, la casa a estado abandonada, hay mucho que hacer, entre ello la calefacción, pero no se preocupe, tengo una chimenea que por hoy hará el truco.
- Maguie, soy Maguie, tutéame por favor, es realmente raro sino y más sabiendo que eres más joven que yo.
- Has hecho tu tarea, eso me gusta – dijo divertida Lena y Maguie rió libremente, pensando ella, que había un chance enorme de poder ser amigas con el tiempo.
- Vamos, te ayudo a clausurar esas ventanas, sino te vas a congelar.
- Ok oficial, muchas gracias – le agradeció Lena yendo a buscar unos pedazos de triplay y maderas sueltas para clavarlas en las ventanas, clausurándolas, hasta que ella pueda arreglarlas.
Maguie le ayudó y luego se despidió.
Lena ya en su sala de estar sobre su sofá, él único mueble limpio aparte de su cama, ya con el estómago lleno de rica comida, se puso a pensar de lo insólito de ese día y su cruce con esta chica adorable.
- Es muy bonita – pensó – es muy chica (muy joven) – se replicó regañándose y lo dejó estar, decidiendo ya no pensar en aquello.
Ella pasó el resto de su tarde ordenando un poco el ambiente de su casa, misma que parecía haberse congelado en el tiempo, dándole un aire a los 50s.
- Parece que vivo en un museo viviente, yep – concluyo ella con una sonrisa y siguió en lo suyo.
Mañana sería su primer día de clases, poco o nada, ella sabía que recordaría ese día para siempre.
…
Un lunes temprano, 7.30am, Lena llegó puntual cuál fue estipulado al colegio, ella se dispuso en camino a dirección dónde se encontraría con Jhon, el director y Winn su mejor amigo, con el director para que le dé las pautas necesarias para iniciar su curso de biología e investigación.
- Todo será genial, ay verás – decía Winn con gran sonrisa.
Los tres entraron en una conversación, propia del momento.
Mientras en los salones, los chicos iban llegando, siendo las 8am su hora de entrada, 10 minutos de tolerancia, pasado eso, ya no podían entrar a la clase y se le configuraría como una falta.
Mike se sentó casi al final junto a Mariana, Daniel en la parte delantera y Kara justo en la mitad, ella mirando de reojo a su novio quién llevaba lentes negros y una gorra propia de la gran resaca que tenía.
Él le mando un beso a su novia, Kara no le respondió, todavía estaba enojada por lo de ayer.
- Ya se le pasará – dijo Mariana y Mike asintió.
El resto de chicos fue entrando, un total de 30 alumnos, que estaban en su último año, próximos a graduarse.
Ellos empezaron a conversar, a bromear, sobre todo a compartir entre todos los últimos chismes, entre ellos, lo ocurrido con su profesor.
Muchos comentarios al azar.
Aquello, sólo fue silenciado al entrar el director al aula – muchachos, señoritas, buenos días.
- Buenos días director.
- Hola, qué tal?
- Hey
Diversas respuestas que trajeron una sonrisa al hombre mayor – no se relajen mucho, recuerden éste puede ser su último año – dijo y todos vitorearon felices – mas no está en el final, estamos al inicio, por lo que no se relajen mucho, ya que bien podríamos seguir compartiendo el mismo espacio el siguiente año.
- Ayyy no director – soltó una chica porrista riendo, el director asintió, y unos chicos rieron, giraron los ojos, chocaron los cinco.
Todos ahí felices, ya que sabían que su profe no iba a estar dándoles clase, ¿lo que significaba?
- Una maestra sustituta – sentenció Jhon.
- Ehhhhhhh ¡ - todos se alegraron sabiendo que "una maestra sustituta" significaba mucho relajo.
O al menos eso pensaban ellos.
Eso, hasta – señorita Luthor, porfavor pase – pidió el hombre y Lena elegante, de estilo sobrio, con una falda negra tubo que hacía mostrar todas sus curvas, una blusa blanca arremangada que marcaba sus definidos bíceps, mostraba su elegante y delicado cuello, su lunar sexy en él, ella muy hermosa, con tacones medianos, dejó boquiabierto a más de uno.
- Maldita sea, está caliente – susurraron más de uno.
- Muchachos por favor – reclamó serio el directo y ellos voltearon a mirarle a él – se dice "la maestra es candente" – les corrigió riendo, con los que todos rieron también, rompiendo así cualquier tensión que pudo querer haberse creado, Lena incluída.
- Buenos días a todos, ¿cómo están hoy? – preguntó ella apoyando sus caderas delante del escritorio y cruzando sus brazos sobre su pecho en una posición de poder.
Varios volvieron a jadear, y tanto como los muchachos, Kara también jadeó y mucho, ganándose miradas raras de sus compañeros de al lado.
Y si bien podía que Kara jadeara por lo caliente de Lena, también lo hizo, sobretodo lo hizo porque llegó a conectar que su maestra sustituta era la mujer del supermercado, la mujer de la enorme casa del bosque, la mujer con la que ella había pasado vergüenza el día anterior.
Ella volteó a mirar a su novio quién le miró serio por un momento antes de romper a reír, cubriéndose la boca con las manos para que no se escuche, aún cuando Kara le regaló una mirada enojada, él sabiendo que ella jamás lo echaría ante la maestra, Mariana rió y Daniel se mostró shockeado cómo diciendo – joder que es la maestra.
Y Kara – yep, es ella.
- Joder – susurró Kara quién estaba sentada en el medio del salón y que para pasar desapercibida se cubrió con su capucha, y ese fue su más grande error.
El director después de presentar a Lena, sus logros, su agradecimiento ante el apoyo que hacía hacia su colegio al cubrir el puesto del profesor herido, hasta que él se recupere, después de todo eso, él se fue y Lena se quedó a cargo.
- Muy bien chicos, hay que romper el hielo, vamos a conocernos todos, por favor en mi clase se quitarán el gorro, los lentes, la capucha, quiero poder ver sus lindos rostros.
- El de Keny no – coreó un jugador de fútbol riendo.
- Cállate – refutó él mismo golpeando a su amigo en el hombro.
- Ok, vale, vale, tranquilícense, por favor háganlo, vamos a conocernos todos – propuso ella.
Y así Kara se quitó la capucha e intentó pasar desapercibida, y quedó en "intento" ya que con lo nerviosa que estaba, se apoyó mal en su silla y se cayó al piso, con la cual todos sus compañeros rieron a carcajadas.
- Chicos vamos – dijo divertida Lena – señorita por favor póngase de pie, deseo ver su linda cara – le pidió.
Y oh, oh ¡
