Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no me pertenecen.

II

Esto tiene que ser una broma de mal gusto, pensaba Kagome en sus adentros. Más que una broma era una pesadilla echa realidad, en un abrir y cerrar de ojos pudo ver como el alma de su hermano menor le fue arrebatado sin siquiera luchar en aquella capilla.

Aún estaban su mamá, su abuelo y ella en la sala de espera de la emergencia del Hospital esperando por alguna noticia, pero los médicos aun no salían. Se encontraba sentada en cunclillas en un acto inconsciente, no sabía siquiera cuanto tiempo llevaba sentada de esa forma y ni le importaba. Solo hay una palabra en este mundo que le generaba algo en su mente ante la incertidumbre.

Impotencia.

Porque no podía hacer nada más que esperar.

Porque aun cuando iba al templo del pozo cada mes, le huía como si hubiese un bicho extraño dentro.

Porque era una vil cobarde y su hermano pagó el precio.

Porque todo era su culpa.

Si tan solo hubiese sido más fuertes sus poderes espirituales, o tal vez si ella hubiese limpiado el templo del pozo en su lugar. De tan solo remembrarlo se encogía su corazón, lo repetía en su cabeza como si fuese una cinta de video con las ganas de repetir ese día y hacerlo todo de nuevo.

Las puertas de la emergencia se abrieron con los médicos y corazón comenzó a latir de prisa por alguna palabra de los médicos.

—Ustedes son los familiares de Higurashi Souta ¿Cierto? — inquiere el galeno.

La madre de Kagome se levanta— Soy su madre ¿Qué le ha sucedido?

—Es extraño, Señora. El joven se encuentra estado de coma, todos los valores están normales, en esa condición no me extrañaría que se prepararan para lo peor— Al decir esto sus ojos se abren como platos y empieza a caer en pánico, el médico continúa diciendo—Sus tomografías están perfectas, y sus signos vitales también. No entendemos como siguen en pie, necesita de cuidados críticos por el momento.

—El dinero no es problema, doctor. Cuídenlo por favor — ruega su madre inclinándose. Su madre parecía casi estoica, desde que se casó con Matsudaira era así. Pero en el fondo ella sabía que no, ella aparentaba una pared de piedra para que sus hijos con cayeran, ella era fuerte, enviudó joven y tuvo que enfrentarse a un mundo sola con dos hijos. Ninguna madre en este mundo deja de sufrir por sus hijos, y si muere un hijo de ella, así sea un aborto, su alma muere con ella.

Cuando estuvieron solos los tres, su madre se dirigió directo a la azabache y sin piedad lanzó una cachetada directo a la mejilla de ella.

—Quiero saber que pasó. Ustedes no debían volver a ese Templo ¡Se los prohibí! — gritaba histérica

Aún Kagome no podía pronunciar palabra alguna, cuando tuvo el suficiente valor solo dijo— Un Youkai se robó su alma…

—Me prometiste que no volverías al Templo.

—Lo sé.

—Me desobedeciste.

—Lo sé.

—¿No sabes decir otra cosa que lo sé, Kagome? — habló tan fuerte que las enfermeras tuvieron que acercarse para callar a su madre.

La joven enmudeció ante los gritos de su madre.

Siente el peso de una mano en su hombre, voltea y ve a un joven de cabellos claros y ojos grises, era atlético, pero no demasiado, vestido de traje, su sonrisa era amable. Sus ojos de pronto se llenaron de lágrimas y buscó consuelo en sus brazos. Era Kouji, su prometido.

—Vamos afuera. Lo necesitas— ofrece el hombre.

Kagome se quedó en una banca de la azotea del hospital donde había una plaza para poder descansar y pasear. Kouji llega con dos vasos de café y le entrega uno a la joven de cabellos azabaches.

—Gracias.

—¿Cómo esta Souta?

—En coma ¡Kamisama Kouji-kun! Esto es mi culpa, si tan solo-

—¡Hey Hey! Tranquila, pajarita en jaula— Kouji le decía tiernamente pajarita en jaula por el juego de Kagome - Kagome, al principio le aclaró que odiaba ese juego y todo lo relacionado a él, pero con el tiempo se fue acostumbrando, el continua— No es tu culpa. No pierdas la esperanza— al terminar de hablar recuesta la cabeza de Kagome en su hombro y ella simplemente se deja ir en él. Ligeramente aspira la colonia de afeitar del hombre de ojos grises como si fuere una poderosa droga que era capaz de aplacar sus preocupaciones.

Sabía que el matrimonio entre ellos dos era arreglado, y sabía que Kouji estaba perdidamente enamorado de ella, mas ella no, y eso le causaba más tristeza porque el era de los pocos hombres por lo que vale la pena luchar. Era compasivo con las demás personas, generoso, amable, educado, maduro e intrépido. Su corazón, aunque veía a Inuyasha como su primer amor, no era más que eso una ilusión que pasó en la adolescencia y Kouji, a pesar que le tiene mucho cariño, ella sabía que no era amor.

También sabía que, aunque tenían el matrimonio a la vuelta de la esquina no podía solo dejarlo plantado y salir mandada a buscar a Souta, eso estaba mal, había muchas personas que dependían de esta unión y los preparativos estaban casi listos. Ellos debían hablar, y si él la quiere sabrá esperar. Quería hablar, pero las palabras no salían de su boca.

Tenía miedo.

Miedo que Kouji no lo entendiera. Si ella abría la boca con la verdad, la tildarían de loca seguro.

—Kouji-kun… sabes que dentro de poco nos casaremos ¿Verdad?

—Claro.

—¿Y si…? ¿Yo de pronto…? — ¡Vamos Kagome! ¡Solo escúpelo! Respira profundo y continua— Kouji-kun, necesito posponer la boda.

—¿Qué demonios? —exclama de la impresión— ¿Quieres terminar conmigo?

—¿Qué? ¡No! Necesito un tiempo. Tengo algo muy importante que hacer.

—Y ese algo no tiene que ver con tu hermano ¿o sí? —supone enarcando una ceja.

—Es complicado de explicar… y aunque te lo explique jamás me creerías. Solo te puedo preguntar ¿Puedes confiar en mí?

—¿Puedo confiar en ti de que si nos vamos a casar?

—¡Por supuesto! — afirmaba la azabache mirando al chico a los ojos.

Kouji saca de su bolsillo una caja y se la entrega.

— Ábrela.

Dentro de la caja de terciopelo azul había una sencilla pulsera roja, no era trenzada ni tenía grandes adornos, solo estaba sujeta por dos nudos corredizos. Era una cuerda roja del destino.

—considéralo un anillo de compromiso-o un grillete- si prefieres— comenta divertido— Nos faltaba una reunión para entregarte el anillo, pero como no es oficial todavía, puedes tener este mientras tanto.

Kouji-kun…. Gracias…

Kagome permaneció esa noche en el hospital, a su madre tuvieron que sacarla por comportamiento inadecuado. Le permitieron ver a su hermano en UCI a través de una Ventana.

Era como ver un maniquí sin vida conectado por miles de aparatos. El respiraba a través de una máscara, le explicaron que no fue necesario intubar. Era como si estuviese dormido y ella sabía el porqué.

Si estuviese en sus manos cambiaría de lugar sin duda, pero ahora no se trataba de eso.

El demonio que absorbió el alma de Souta era una serpiente cazadora de almas, solo había un lugar en le mundo donde pudiesen manipularlas a su antojo.

Y esa era la montaña de la Bruja Urasue, y para ser precisos Enju estaba detrás de todo esto. Se acercó más a la ventana y tocó el cristal como si pudiese atravesarlo.

—Te prometo Souta, que volverás con nosotros.

Al amanecer le dejó el puesto a Moe, la novia actual de Souta, una joven de cabellos castaños y sonrisa amable. Aunque en estos momentos sus ojos se encontraban decorados por círculos oscuros y su sonrisa se ha borrado.

—¿Cómo se encuentra, Souta? — pregunta acongojada la joven.

—Sigue durmiendo, Moe— la castaña al escuchar estas palabras lágrimas gruesas comienzan a brotar de sus ojos mientras esta cubre su cara de la desesperación, Kagome serena sus facciones y le brinda una débil sonrisa— No te preocupes, ya verás que el sobrevivirá.

—¿Por qué, Kagome-san? El es tan jovial, lleno de vida; tiene una vida por delante. Esto no debería estar pasando.

Moe tiene razón, Esto no debería de estar pasándole a su hermano menor. El hecho que la serpiente saliera del pozo devorahuesos quiere decir una sola cosa.

El Pozo se había vuelto a abrir.

Y era su responsabilidad rescatar a Souta. No le importaba a quien van a revivir con esas cenizas, pero por sobre su cadáver iba a robarle la vida a su hermano sin salir ileso de esta.

El camino al Templo estuvo tranquilo, su abuelo estaba limpiando como siempre. Entró a la casa y se sentía un vacío que no es capaz de describir, había silencio por cada cuarto donde estuviese, todo parecía en paz y en su lugar. Pasó a la segunda planta y en el camino estaba la habitación de Souta, como si en cualquier momento el fuese a salir.

Todo estaba en paz. Todo estaba en orden.

Entonces….

¿Por qué ella no estaba en paz y en orden?

¿Cómo su corazón se destrozó en 1 segundo?

El dolor y el vacío en su corazón era como si sus miembros estuviesen comprimidos, la opresión cada vez era peor. Era como si su hermanito pequeño, aquel que prometió cuidar, hubiese muerto antes de que fuese declarado.

Pero no podía rendirse. Tomó su Chihaya blanco y el hakama rojo, se vistió lo más rápido que pudo y bajó a la pagoda.

Al entrar sintió claustrofobia, de pronto le costaba más respirar en aquel lugar. Intentó tranquilizarse. Esto ya no era por ella, sino por su familia, de repente el ojidorado no importaba en sus pensamientos.

Por favor, entiéndelo…. Rogaba a aquel hanyou que habitaba en su corazón y sus pensamientos.

Al acercarse al Pozo divisó el cielo… sus suposiciones eran ciertas. Y con la determinación que siempre la caracterizó de un salto partió a la época de las guerras civiles.

Continuará…

Este capitulo está dedicado a todo el paciente covid19, a aquellos que están con miedo constante y la incertidumbre de recuperarse, a aquellos que fueron despreciados y tratados de leprosos; a los que no tuvieron el dinero para costear sus tratamientos y sufrieron solos en casa.

A aquellos que tuvieron que ser tratados y hospitalizados en casa porque no habían cupos en las clínicas, a aquellos que batallaron en la unidades de cuidados intensivos, aquellos que lograron ganar una parte de la batalla y aquellos que padecieron el viacrucis y murieron en la batalla, a aquellos familiares que no pudieron ver sus últimas palabras, a aquellos familiares que aún viven un calvario esperando noticias, y aquellos familiares que aún no tienen consuelo porque su familia no tuvo una muerte digna y un entierro digno.

Lo dedico a todos ustedes, francamente me costó mucho volver. Pero tengo mucho que decir y mucho desorden en mi cabeza.

También lo dedico a todo el personal de salud que ve fanfics. Es duro estar en las filas y ser carne de cañón, como me dijeron una vez a mí, es duro que te llamen asesino y no poder hacer nada, es duro que no tengan suficiente personal humano para tanto volumen de personas, es duro que se muera las personas en tus manos y no tener como estabilizarlo.

No les digo héroes, porque NO LO SOMOS, nos mandan a trabajar hasta doble turno, con material de protección insuficiente, nos pagan una miseria, todos vivimos con el miedo de contagiar a nuestros familiares y los protocolos no se cumplen y eso es A NIVEL MUNDIAL. Solo les puedo decir, tengan calidad de familia, abracen si pueden, digan a sus padres y hermanos que los aman, distraigan su mente, porque lo que uno vive es como los juegos del hambre, estas en una guerra que tiene la apariencia de un reality show donde te mandan a sobrevivir con lo que tengas y si tienes armas bravo.

Resistan muchachos, que aun hay camino que recorrer. Y cuídense mucho, porque la vida es demasiado frágil y valiosa.

Así mismo les comento que estaré publicando los viernes, ya tengo el capitulo 3 casi listo así que no desesperen.

Bye :-)