¡¡Holiwis!!

Aclaración:

Aquí va el segundo, espero que les guste

Las letra en curva, o sea asi; jdkdjdjd. Son recuerdos

Como ya saben Los personajes no me pertenecen, yo los tomo prestados sin fines de lucros

Sin más que decirles, que disfruten


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Fueron un par de meses trabajando en el bar-restaurant Neko, había presentado hoy mismo mi renuncia, era una de las peticiones de mi hermana detrás de palabras endulzadas.

Hace poco que llegué a Japón y ella ya me había encontrado un trabajo. Me pregunto si Nabiki trabajará con la mafia, pues supo de antemano que ya estaba aquí, tres meses, tres meses cumplido sin un trabajo que cumpla con mi profesión, sin un lugar decente donde quedarme, nada. En verdad no estaba en mis planes que Nabiki se enterara, la verdad no quería que nadie se enterara que me estaba quedando en un horroroso motel hace tres meses.

Nabiki vino al bar hace dos mes y fue cuando nos vimos, era normal, en un principio, pero después supe que me había estado buscando y siguiendo con que sabe que, no entiendo como no fue criminalista, ella puede fácilmente descubrir a un asesino si ese fuese el caso, pero no ella eligió trabajar finanzas y administración, por ser una amante nata del dinero. Desde que fue nuestro "gran" reencuentro familiar no paro de insistir me que tenía un empleo que se adecuada a mi profesión.

A los catorce años decidí que era momento de irme no soportaba la idea de la partida de mi madre, viaje a Inglaterra donde unos parientes de mi madre vivían allá, ellos me aceptaron viajaba en vacaciones, hasta que al tercer año de ida y vuelta no regresé a Japón. Estuve una temporada de diez años en el Reino Unido, un lugar hermoso cuando sabes a donde ir. Estudie me gradué con honores y ahora tengo un gran título en educación y literatura. Al tener el título solo tuve un año ejerciendo allá mi profesión y decidí que ya era tiempo de limar asperezas y comenzar de nuevo... También pedir perdón por como me había comportado en mi adolescencia, era una chiquilla estúpida que no entendía el por qué su padre había tomado unas cuantas decisiones al las cuales no estaba de acuerdo. Después recapacite, pero aún era complicado, me sentía muy culpable, herí a mi padre, no creo que merezca su perdón.

Aun recordar la conversación de Nabiki me dio escalofríos, era muy precisa al hablarme de lo que había echo estos últimos tres meses, una zorra disfrazada de oveja(o era lobo, bueno, los zorros también son carnívoros), con corazón de bruja

— Solo tendrás que trabajar en la escuela Furikan – me dijo cuando le pregunte de que se trataba ese dichoso trabajo – es todo.

Entre cerré los ojos, conocía la escuela Furikan ella misma estudiaba allí, me había comentado que siempre había peleas, hasta con semidioses y cambia formas, yo nunca las creí, claro está, pero hay un dicho que dice; de que vuelan, vuelan. No podía cerrar mi mente a lo imposible, todo puede ser posible.

— ¿Cuál es la treta? – estábamos en una cafetería, el invierno estaba ya allí, y la nieve estaba comenzando a caer

— No hay ninguna treta – dijo tranquila, tomó un sorbo de su café – es solo un favor que le hago a mi hermanita

Uhmmm... Favores, favores... Nabiki NO hace favores, desde muy pequeña nunca hizo algo que no le sacará un buen provecho.

— ¿y cómo lo conseguiste? Por lo que se tu no te desenvuelves en educación, ni siquiera en algo que tenga que ver con educación, para encontrar algo así – la mire suspicaz – que yo sepa eres accionistas de algo.

— y tienes, razón – alzó los hombros con indiferencia – soy accionista del un diez por ciento del banco Empare Banc International y si no fuera por eso no había descubierto que estabas aquí.

Y por fin se la razón, que tonta, el banco Empire Banc International (donde estarás seguro tú y tu dinero) es donde yo depositaba mi dinero. Este banco tenía varias oficinas por el país y en el extranjero, teniendo su oficina principal aquí en Tokio, no me extraña que ella trabajará en un banco, siempre fue un buena con las finanzas, manejar el dinero, a la gente y eso.

— Y Bueno, eso me ayudó a conseguir uno que otro contacto, que me hablo del trabajo que estaban solicitando en el plantel – me pareció muy extraño, demasiado sospechoso, se podría decir. – espero que aceptes, se vería muy mal que o aceptadas el trabajo que te encontró tu hermana mayor, sabiendo como estabas.

— Lo aceptaré, Nabiki – pero eso no dejará que deje de pensar que es muy extraño – espero que esto valga la pena.

— lo hará, ya lo veras – saco unos cuantos yenes para pagar la cuenta de la cafetería – ve en un mes y estará todo arreglado, puedes dejar de trabajar en el bar un día antes de ir a Furikan. Otra cosa, deberías hablar con papá, esta muy preocupado, hace dos meses que no llamas y ya se está haciendo una que otra pregunta – dijo esto último y se fue del lugar, yo me quede allí pensando en mi padre ¿que pensaría que ya estoy de vuelta?

Camine hasta la barra con pesadez, lo único bueno de esto es que ya voy a dejar el uniforme de trabajo (un top blanco y un short negro que llegaba a mitad de muslo). Salude a Shampoo una exótica china de cabellos púrpuras y ojos carmesí, la verdad ella era el tipo se mujer que hacían que una se sintiera acomplejada. Nos hicimos buenas amigas cuando llegue a pedir empleo por falta de meseras, era una excelente persona cuando no hablaba de ella o la veías coquetar descaradamente con un desconocido, para ella, claro. Pero era una buena persona.

Una vez le pregunté por que no fue modelo, pudo haber terminado en el Miss Universo y ganado fácilmente, pero al parecer eso a ella "nunca le intereso". Me pareció una vil farsa, para mi a ella le encantaba ese mundo, sobretodo cuando veía como las modelos estaban en las pasarelas luciendo exóticos trajes de la moda, pero creo que tuvo algo que ver el lugar donde fue criada o algo así, cuando lo explico no entendí muy bien.

— ¿Cómo ser que chica violenta se vea tan mal? – escuche la voz chillona de la China, la mire cansada. Tenía un mal acento, era lo único extraño que se le veía en realidad, me decía chica violenta por que a parte de Taro (el guardia) un hombre grandulon que esta en la estrada, yo era capas de romperle el brazo a cualquier borracho que quisiera prepararse con nosotras. Fue lo primero que hice el primer día que comencé a trabajar y bueno me quede como "chica violenta"

— Es que mañana voy a la preparatoria Furikan, tengo un nuevo trabajo. Ya presente mi renuncia a Colange – explique mientras le preparaba a un trago al cliente. – hoy será mi último día en este lugar

— ¿Eso no ser bueno? — alzó una ceja extrañada – Akane tener meses buscando trabajo de enseñanza.

— Es más que bueno, es excelente, pero...

— Chica violenta no decir pero, ese trabajo ser el que tú querer — asintió segura – Además si querer, Shampoo ayudar. Shampoo hablar con bisabuela para...

— No, Shampoo – la miré seria, desde que la conozco esta empeñada en ayudarme económicamente – sabes que no lo aceptaré, y ya la señora Colange me a ayudado mucho. A penas termine de pagarle lo del préstamo.

— Esta bien, Shampoo no insistir más – suspiró – pero querer que Akane sea feliz con su nuevo empleo.

— Esta bien – sonreí, – prometo venir cuando pueda – le giñó el ojo sin dejar de sonreír. A la barra llego Konatsu, una kunoichi hombre, si exactamente, hombre (y pensar que yo creía que ese arte ya no existía, estuve muchos años fuera de Japón) que trabajaba de mesero y eso que él utilizaba el uniforme masculino con uno que otro detalle que él mismo le agrego para que se viera "femenino", era cómico ver como algunas hombres se le insinuaban si saber quien era, solo sabían los que tenían mucho tiempo yendo al lugar. Aunque la primera vez que lo vi, también pensé que era chica...es muy bueno en su arte.

— Tengo una emergencia ¿una de ustedes puede hacerse cargo de las mesas? – nos miró suplicante – mientras voy allá fuera y lo resuelvo.

— Está bien – dije con una sonrisa – yo voy

— Gracias, Akane-chan – hizo una reverencia y salió despavorido del lugar.

— Seguro ser horrendas hermanastras – escuche a Shampoo decir con rabia – ellas siempre molestarlo

Solo alcé los hombros condescendiente mientras salía de la barra. Konatsu tiene hermanas muy complicadas, siempre lo extorsionan para gastar en sus lujos, el pobre esta peor que yo en ese ámbito, tanto que tuvo que conseguirse un tercer empleo para los fines de semana. Debe estar muy agotado

Llegue a una mesa con una sonrisa no había reparado en los ocupantes, y tampoco es que lo hacía cuando atendía a las mesas, mayormente o están muy borrachos o solo me piden sus tragos y ya, aunque hay algunos que tienden a "pedir" más de lo necesario. Al ser una mezcla de bar y restauran es necesario hacer pedidos, aveces piden comida que de eso se encarga la señora Colange y en una que otra ocasión su bisnieta.

— Buenas Noches ¿que les traigo? – alcé la vista para ver a los clientes, y trague con fuerza, en la mesa habían tres hombre, debo decir que son extremadamente guapos, me miraban en silencio, uno de ellos me miraba de arriba a abajo como si me analizará, me sentí desnuda delante aquellos ojos zafiros. Y aunque me sintiera desnuda yo tampoco me quede atrás, su rostro era como si lo hubiesen esculpido los mismos ángeles, a pesar de estar sentado se notaba que hacía ejercicio y de su cabello colgaba una coqueta trenza que es vez de verse afeminado, se le veía perfecto. Me pregunto cómo se sentirá...

El chico a su lado carraspeo llamando mi atención, estuve a punto de disculparme, pero sabía que eso era una total estupidez, eso me haría más evidente, solo atiné a sonrojarme y sonreír.

Eres una pervertida de lo peor, Akane Tendo.

— Tres cervezas, por favor, hermosa – dijo, era también muy guapo tenía una sonrisa encantadora de la cual sobresalía un colmillo en su cabeza tenía una bandana a amarilla.

— Trae solo dos, si puedes a mi me traes un ron – hablo el tercero un chico de impresionantes ojos verdes, tenía el cabello largo y suelto. Los tres eran muy atractivos.

Yo asentí, me dirigí a la barra para pedir las cervezas y el ron, estaba acalorada, la mirada del de los ojos azules no se apartaban de mi mente, ese extraño había encendido cada rincón de mi ser...y por un momento me parecieron familiares, pero deseché esa idea, pues esos ojos no se olvidan tan fácilmente.

— Shampoo – se que es de cobarde lo que voy hacer – podrías ir a atender las mesas, yo me quedo en la barra – Que cobarde, Akane, Que cobarde, me dije decepcionada de mi misma.

— ¿Qué? – me miró extrañada, yo también pondría la misma cara.

— Por favor – la miré suplicante, por favor, por favor, por favor...

Sin pedir explicación asintió, debió suponer cosas que no son, por la seriedad de su rostro y prefiero que se quede así, le entregue el pedido de la mesa de los... No he pensado en un apelativo. Bueno, no importa y le dije cual era la mesa de las bebidas, y se dirigió allí con una sonrisa.

Atendí en la barra a los que estaban allí, aun no era tan tarde pero ya dos personas estaban pasados de copas.

– Akane, no decir que chicos de la mesa ser los chicos guapos que vienen de vez en cuando – me acusó Shampoo al llegar a la barra. Y yo brinque en mi sitio.

— Mi error, nunca los había visto – reí nerviosa. Aunque tengo esa extraña sensación de haber conocido a ese chico Te-hago-mia-con-la-mirada...o por lo menos a verlo visto. Maldita sea mi memoria.

— Cierto, ellos haber venido día que tú tener libre – tenía una mano en la barbilla, plagada de este aire pensativo, ella negó con la cabeza restándole importancia y sonrió, dejó pasar el tema. Me dijo unos cuantos pedidos, y yo rápida se los entregué, Konatsu llego ofuscado se vía molesto, aunque no dije nada, después nos lo dirá, las horas pasaron, la noche estaba comenzando a despertar en el bar, las risas, la música, todo, era abrumador, a pesar de ser pequeño el bar era reconocidos en el lugar, y a las altas horas se llenaba hasta el tope, como ahora.

Trabajábamos rápido, Shampoo se quedo atendiendo las mesas, mientras Konatsu y yo atendíamos las en la barra, sentí que me observaban, y una corriente eléctrica me recorrió la espalda cuando mi mirada quedo atrapada por los ojos de azules del hombre vagamente familiar, note que tenía una ligera sonrisa lo hacía ver sexy. Desvíe la mirada, sonrojada, me di la vuelta como queriendo buscar un licor, aunque en realidad lo que quería era escapar de esa mirada. La intensidad de como me veía me hacía sentir...¿Cómo lo diría? Mmm...

Es un extraño Akane, comencé a regañarme. Es. Un. Extraño. Un extraño exquisitamente atractivo, pero un extraño. Entonces una voz distorsionada me hizo voltear, era un hombre ya en estado de embriaguez.

– Dame otra copa, muñeca – demandó el hombre, en ese momento supe que sería un problema.

— Lo siento señor, pero no creo que este en condiciones de seguir bebiendo – le dije calmada mientras pasaba un trapo por la barra, como queriendo limpiar una mancha inexistente, Konatsu me vio y yo solo negué, podía hacerme cargo, nuestra ética laboral indica que si ya un hombre está pasado de copas (más de lo normal) la mejor solución era evitar que siguiera bebiendo y mandarlo a casa – le pido que se retire del local – iba a tomar su copa, pero el hombre me agarro de la muñeca con fuerza, hasta se podía decir doloroso.

— Tú no me dices de hacer, preciosa. –se inclinó sobre la barra hasta oler su asqueroso aliento a licor – me vas a dar mi bebida, si o si – apretó su agarré, yo aguante hacer una mueca de dolor, ya sin pensarlo dos veces le di un puñetazo en la cara con mi mano libre, el tipo me soltó y se fue para atrás mientras agarraba su nariz con ambas manos, le había dolido a mi también, tenía tiempo que no golpeaba a alguien. Y hoy creo que utilicé más fuerza que de costumbre.

— Maldita puta – se iba a lanzar contra la barra pero Taro llegó justo a tiempo para detenerlo.

Posiblemente era la primera vez que venía, cualquiera que ya allá venido antes sabe que aquí no se aceptan ese tipo de comportamientos, podría ganarse uno de mis puños, o tener que lidiar con Taro, y lo que menos les gusta estar vetado por la anciana Colange, eso significaría no poder volver a pisar este lugar.

— Es hora de irse, galán – habló con desprecio, mientras lo tomaba de un brazo y lo colocaba en su espalda haciéndole una presión dolorosa él sólito un grito... Lo llevo a fuera, cuando un cliente se pone así, lo mejor es, echarlo si es posible a golpes.

El silencio en el bar duro unos minutos, hasta que la música volvió a sonar y todos siguieron disfrutando como si nada hubiera pasado, yo no perdí tiempo para calmarme, mi vista se dirigió a la mesa donde estaban los tres chicos, y ya no estaban allí, por primera ves pude respirar tranquila.

— ¿Estar bien? – Shampoo se acercó a mí yo solo asentí, con un sentimiento extraño en mi pecho, pregutandome si volvería ver al hombre de ojos azules ¿cual probabilidad hay de que eso suceda?

Yo creo que ninguna...y a pesar de creer eso sus ojos no se habían ido de mi mente.

Continuará...


Eeeen fiiin...

Pido disculpas a cualquier error leído en este escrito (prometo que mejorará para el siguiente). Si tienen alguna duda, comentarios o sugerencia no duden en escribirla que yo los leeré. También muchas gracias por los comentarios, no importa cuantos sean es algo que hace muy feliz

Esto ha sido todo por hoy, espero sus comentarios con un cafesito...jeje

Pluma.anónima se va...bye, bye