¡Hola!
Muchas Gracias por sus comentarios, me siento muy feliz de que les haya gustado.
Ahora les traigo la segunda parte y final de esta pequeña historia.
¡Disfruten!
CAPÍTULO 2
Una semana transcurrió después de la fiesta. Cada día que pasó fue un calvario para Xiao Lang, ansiaba ver a Sakura, por lo que tragándose todo su orgullo buscó a Eriol esperando que él estuviera enterado de algún evento que le permitiera estar cerca de los Kinomoto y más específicamente de su hada de ojos verdes.
El joven doctor sabiendo que el Li había quedado prendado con la pequeña Sakura, decidió invitarlo a la boda de uno de los miembros del consejo del museo británico:
—Seguramente los Kinomoto estarán ahí ¿Quieres ser mi acompañante? —preguntó de manera juguetona, siendo consciente que Li aceptaría sin resistirse.
Li gruñó como respuesta y rodó los ojos, no tenía sentido negar que deseaba ir para tener la oportunidad de verla y esa invitación era la oportunidad ideal.
—Nos vemos a las nueve de la noche en el pórtico de su casa y… Gracias —Se despidió con una reverencia.
Eriol lo observó alejarse, incluso después de su broma le dio las gracias, no cabe duda de que el amor nos vuelve locos pensó.
Continuo su camino viéndose reflejado en el joven chino, él también estaba loco por la prima de Sakura y esperaba que, en esa fiesta, los dos tuvieran la suerte de alcanzar sus metas con las chicas que los habían enamorado.
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La fiesta estaba resultando por demás aburrida, Xiao Lang pensaba que la edad comenzaba a pasarle factura porque no estaba disfrutando para nada de la reunión. Cuando ingresó al salón y le asignaron su lugar pensó que por fin lograría avanzar. El acomodo de las mesas había dejado a los jóvenes solteros juntos y Sakura estaba sentada a dos lugares de él.
En el momento en que lo vio le sonrío de manera diferente, pensó que ella había recordado algo, pero no fue así. Ahora era un "amigo de la familia", o eso dijo cuando lo presentó a otras jóvenes en la mesa. Después de eso las horas pasaron con Eriol a su lado conversando con la señorita Daidoji y él contestando algunas preguntas ocasionales que le hacían.
Después vino la cena que transcurrió en completo silencio. Xiao Lang aprovechó para poder ver a la mujer que se había adueñado de su corazón y mente. A la luz de las velas, que adornaban el centro de mesa, Sakura lucía como una diosa. Esa noche llevaba un vestido rosa palo corte princesa, el escote ahora no estaba cubierto por ninguna tela, era discreto y elegante. Su cabello iba completamente recogido lo que le permitía ver su cuello adornado por una gargantilla de flores y un pequeño lunar que se asomaba justo por la tela de su hombro izquierdo. Iba con muy poco maquillaje, como en su fiesta de cumpleaños, pero no lo necesitaba, ella era bellísima, casi etérea. Poder tenerla tan cerca después de tanto tiempo hacia vibrar su corazón, sus manos sudaban un poco al recordar el tacto de sus dedos y ansiaba perderse en las esmeraldas de sus ojos, lo añoraba.
Al término de la cena, varias parejas inundaron la pista, pero Sakura se quedó en la mesa platicando con una de joven de cabello corto y anteojos.
—¿Entonces estuviste enferma? —preguntó su amiga mientras bebía un poco de vino.
—Sí, al parecer tenía fiebre muy alta y delirios —Buscó al mesero y le pidió un poco más de agua.
—¿Y cómo mejoraste tan pronto? —Colocó sus manos entrelazadas mientras se inclinaba un poco sobre la mesa mostrando mucha curiosidad.
Inconscientemente ámbar y esmeralda se cruzaron, pero rápidamente ella desvió la mirada y prosiguió:
—El doctor, aquí presente, estuvo pendiente de mí todas las noches junto con… —Volteó a verlo de nuevo y le sonrió —, un asistente.
—¡Oh! Ya veo —dijo con alegría.
Un joven se acercó por detrás de las chicas. Li sintió algo parecido al pánico de sólo pensar que invitaría a su amada a bailar, sin embargo, se relajó cuando fue su amiga la que salió a la pista. Todos en la mesa observaron en silencio a la joven alejarse, quietud que fue interrumpida por un comentario:
—¡Aunque yo creo que el amor también tuvo que ver con tu recuperación! —interrumpió el mutismo Tomoyo Daidouji.
Xiao Lang, que tomaba un poco de vino en ese momento, estuvo a punto de escupir la bebida por el comentario.
—¿Amor? —cuestionó la joven Kinomoto.
—¡Sí! El amor que el doctor tiene por ayudar a todos sus pacientes. ¿No? —preguntó al joven médico.
—¡Claro que sí! Yo estoy comprometido con el cuidado de todos mis queridos pacientes —sonrío y se levantó solicitando con su mano un baile a la joven Tomoyo.
Sakura y Li se quedaron en silencio un momento, los dos podían sentir la tensión en el ambiente que los rodeaba. La joven decidió que era mejor hablar antes de que las cosas se pusieran raras.
—No he podido agradecerle sus visitas nocturnas —comentó Sakura. Esa frase sirvió para alentar las esperanzas del joven chino. ¡Ella lo recordaba! —. Debió parecerle una locura estar a mi lado todas esas noches. Lamentó haberle molestado —comentó Sakura.
Li vio una oportunidad, una forma de poner en sintonía su mente y corazón. Aprovechó y continuo con la conversación—Debo confesarle que al inicio fue un poco extraño, sobre todo porque no la conocía, pero terminé acostumbrándome a estar a su lado cuando…
—Cuando era mi amor —interrumpió, haciendo que Li la viera con mucho asombró—. Es decir, me refiero a que es extraño haberle llamado en mi enfermedad, como si mi fiebre fuera de amor.
—Entiendo —respondió, porque era lo único que podía decir. Ella estaba siendo clara, la enfermedad había hablado por ella en esas noches. Sin embargo, no dejaría pasar el momento para conocerse—. No nos conocíamos hasta esos acontecimientos, pero debo decir que ha sido un placer conocer a su familia y a usted y sobre todo que tuve el honor de ser... su amor —Li sonrió de lado al ver que ella también había esbozado una sonrisa por lo que aprovechó y le pidió bailar.
Li era un bailarín exquisito, aprendió por la insistencia de su madre quien le aseguró, era una habilidad de debía poseer, sobre todo cuando estuviera cortejando a alguna dama. En ese momento le dio la razón.
—Entonces, ¿sólo se sentaba a mi lado y me tomaba de la mano? —preguntó la joven mientras se movían al ritmo del vals.
—No —respondió mientras le daba una vuelta—. También la escuchaba decir mi nombre. Le miró con cariño.
—¡Claro! —Desvió la mirada y pensó un momento— ¡Y suspirar! —Llevó su mano al pecho y suspiró —y esto todos los días mientras…
—Era su amor —interrumpió él.
—Sí, mientras era mi amor —repitió agachando un poco la cabeza en señal de pena, pero pronto retomó la conversación— y después me quedaba dormida tomando su mano —dio un apretón a la mano con la que Li sostenía la suya.
Hubo un momento de silencio, él sabía que era la oportunidad de preguntarle por la última noche que pasaron juntos. No quería ser inoportuno, pero se sentía desesperado por saber, así que se atrevió a hablar—: Señorita Kinomoto, debo hacerle una pregunta.
—Dígame —dijo ella posando sus hermosos ojos verdes en él.
Li volvió a dudar ¿qué tal si ella se molestaba? Si pensaba que él lo estaba inventando y se ofendía.
—¿Li? —dijo Sakura con un gesto de preocupación al darse cuenta de que el joven se había perdido en sus pensamientos.
—Lo siento, sólo quería preguntarle si no recuerda lo que me dijo el último día que tuvo fiebre —cuestionó observándola con sus ojos ámbares llenos de esperanza.
Sakura guardó silencio por unos segundos, que para él fueron eternos. ¿Estaba tratando de recordarlo? ¿En algún lugar de su mente había un espacio para él? La respuesta que ella le dio no era la esperada, pero no se desanimó:
¡No, lo siento! ¡Qué vergüenza! ¿Qué le dije? —La música dejó de sonar y todos los invitados comenzaron a aplaudir. Li le sonrió e hizo un gesto para que ella olvidará la pregunta. Xiao Lang ya no bailó con ella el resto de la noche.
Más tarde, en su cama, pensó que la boda terminó mucho mejor de lo que había esperado. Se llevaba el consuelo de haber conversado por fin el tema "tabú": la semana de fiebre que incluso se volvió una oportunidad. Ahora sólo tenía que seguirla conociendo y pronto sería su amor para siempre.
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Li Xiao Lang se llegó a convertir en un amigo cercano de los Kinomoto. Lo que le permitió asistir a varios eventos que la familia celebraba. Conoció mejor a la tía Sonomi, madre de Tomoyo, y se dio cuenta que la resistencia que tenía hacia él era debido al gran amor que sentía por su sobrina.
El hermano de Sakura era otra cosa. Li estaba seguro de que la amaba y se preocupaba por ella, no obstante, sus celos eran de otro nivel. Mientras que con la tía Sonomi logró establecer una relación cordial. Con el joven Kinomoto, que por cierto era mayor que él por tres años, fue imposible, lo odiaba como si de un enemigo se tratará. Siempre estaba rodeado de dos hombres, amigos de la familia, Yue y Yukito Tsukishiro, hermanos gemelos, aunque sólo en apariencia, porque el primero era frío como el invierno (y parecía odiarlo también) mientras que el segundo era cálido y amable, como la primavera, con su trato siempre cordial daba la impresión de que podía controlar el enojo de los otros dos.
Eriol y Tomoyo ya salían de manera oficial. Se enteró que Hiraguizawa había estado pretendiendo a la señorita Daidouji antes de que Sakura se enfermará por lo que sólo era cuestión de tiempo para que la madre de la joven aceptará al pretendiente de su hija.
Y esas eran las únicas novedades. Sakura lo saludaba cuando lo veía, conversaban un poco más, pero no había mayor avance, no había un trato diferente hacia con él, Li era uno más o por lo menos así se sentía. Además, el pequeño progreso que vivió la noche de la boda quedó sólo en sus recuerdos.
Ella conversaba con él al igual que con otros. Después de todo, la fiesta de cumpleaños tuvo el objetivo de presentarla antes la sociedad de Londres, por lo que Li, tenía mucha competencia. Hombres más jóvenes y de familias muy importantes.
Él no tenía mucho que ofrecer, aún. Su familia había prosperado mucho y el apellido Li estaba volviéndose conocido en el mundo empresarial, pero era imposible competir contra familias inglesas de abolengo. Incluso el hijo de un Vizconde estaba interesado en la menor de los Kinomoto.
Caminaba pensando en eso cuando sintió que alguien chocó con él, al voltear a ver hacia atrás se encontró con la joven más bella de la fiesta. Usaba un vestido azul turquesa que hacía resaltar su piel blanca. La falda estaba decorada con pequeñas piedras que asemejaban flores y gracias a que era vaporosa el vestido parecía cambiar de tonalidad con los movimientos naturales de la joven, sus mangas cortas eran abombadas. El escote, tipo bardot, dejaba a la vista sus hombros y aquel lunar que vio en la boda. Usaba unos aretes de pétalo pequeños que combinaban con la gargantilla plata. Su rostro, libre de maquillaje y su hermosa sonrisa al darse cuenta de que había chocado con él, fue exquisita, sobre todo por el pequeño rubor que le siguió a las disculpas que le ofrecía.
—No es nada señorita Kinomoto —comentó el joven empresario mientras sonreía con mucha ternura.
—Gracias por ser tan amable, sé que debo parecerle una niña pequeña, siempre distraída —Sakura sonrió pasando sus manos por la falda del vestido como queriendo quitar arrugas inexistentes.
Él correspondió el gesto —Eso no es cierto, creo que es un rasgo tan natural que le da algo de encanto.
Sakura tomó el abanico que llevaba en su mano para cubrir un poco su cara mientras reía por el comentario de Li —¿Se está divirtiendo? —preguntó —¿Por qué no lo veo acompañado?
Soy un hombre solitario —respondió, pero aprovechó la pregunta que ella hizo para intentar acercarse a ella—. Aunque su compañía me resulta agradable —Sakura sonrió y Xiao Lang sintió las esperanzas resurgir—. Vine con su doctor, pero en este momento está ocupado, ¿y usted?
—Vine con mis padres y mi prima —comentó buscando a Tomoyo—. Aunque ella me abandonó para estar con mi doctor, pero a pesar de eso me he divertido con los amigos de mi padre y sus hijos.
—Lo he notado —gruñó en voz baja.
—¿Perdón? —preguntó la joven.
—Digo que he notado que ha bailado casi toda la tarde, me da gusto que se divierta —agregó él.
De nuevo cayó el silencio entre los dos y antes de que pudiera decir algo más su madre solicitó su presencia, Sakura se disculpó para acudir al llamado, después de ese momento, ya no pudieron cruzar palabra.
Xiao Lang abandonó la celebración antes de que terminara, sintió que había vuelto al principio y lo peor es que no podía dejar de pensar en la pregunta que ella le había hecho cuando sufrió esos episodios febriles "¿Cuándo ya no esté enferma, aún me amarás? Y la respuesta que su mente le dio no le gustó "Tal vez ella nunca te amo y tal vez tu no deberías de hacerlo"
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—Comprendo padre —dijo —. Definitivamente es una gran oportunidad, la alianza con los Smith puede abrirnos las puertas al mercado americano.
—¿Te parece hijo? —indagó su padre— Porque me gustaría que tú la llevarás a cabo.
—¿¡Yo!? —expresó con mucha sorpresa.
—¡Claro! Tienes un excelente olfato para los negocios —le alabó su padre—. Xiao Lang había demostrado ser un prodigio a temprana edad y por eso quería hacerle saber cuánto confiaba en él—. No hay persona en la que confíe más para realizar esta alianza.
Li guardó silencio un momento. Era una gran oportunidad. Estados Unidos se estaba volviendo una potencia mundial y tener oficinas allá les daría la oportunidad de expandir el negocio; pero unos ojos verdes llegaron a su mente, lo cual le hizo dudar.
Hien se dio cuenta que Xiao lang necesitaba meditarlo —Piénsalo hijo y me das tu respuesta lo más pronto posible. Tal vez tu futuro está allá, incluso el amor, uno nunca sabe —terminó su papá con una sonrisa.
Su padre salió de la oficina dejándolo con el eco de sus pensamientos. Él no había podido sacar de su cabeza a Sakura Kinomoto, no podía negar que se estaba volviendo loco de amor. Y algo le susurraba que no podía seguir así, ella no le correspondía y sabía que no tenía muchas posibilidades gracias a la lista de pretendientes que había visto desfilar en todo ese tiempo. Sería bueno pensar que, como decía su progenitor, su vida estaba en América.
Esa noche, antes de entrar a su casa observó la morada de sus vecinos y notó que la familia Kinomoto tenía otra reunión. El jardín estaba iluminado con varios faroles colgantes y el ambiente amenizado con música. Sus ojos se movieron solos, en busca de su amada, cuando la encontró sintió mucha desesperación. Ella estaba bailando y riendo con un hombre, se veía incluso sonrojada, comenzó a caminar por inercia, estaba celoso en exceso, pero pudo reaccionar a tiempo y se detuvo. El único enamorado era él y debía hacer algo al respecto.
Retrocedió los pocos pasos que había dado, entró a su casa y llamó a su padre.
—Padre, perdón por la hora, sólo quería decirle que lo he pensado y acepto la promoción a América —dijo mientras veía su reflejo en el espejo que tenía frente a él, su mirada estaba llena de determinación—Puedo partir lo más pronto posible para cerrar el trato y empezar con mi traslado también.
Su padre no reprimió la alegría que esa respuesta le transmitía. Hablaron por unos minutos más y ambos acordaron que él no iría a trabajar a la oficina al día siguiente, se quedaría en casa preparando maletas y documentos. Hien Li le pidió que fuera a ver el boleto para programar su viaje la semana siguiente. Estaba hecho, empezaría una nueva vida y sin Sakura.
Antes de quedarse completamente dormido volvió a escuchar, la voz de aquella hada que lo visitaba cada noche "¿Cuándo ya no esté enferma, aún me amarás?" y sin duda, esta vez respondió: —¡No! Te dejaré de amar.
La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos, Li se levantó un poco más tarde, desayunó con tranquilidad en casa. Tomó un baño largo para después preparar sus documentos. Pasaría a la oficina por una carta y a firmar unos papeles. Los días restantes, los dedicaría a dejar en orden su hogar y después iría por el sueño americano.
Cuando salió para realizar sus pendientes lo primero que vio fue aquella casa amarilla que hace un mes le cambio la vida. Se rehusaba a visitarles de nuevo, pero su educación le decía que debía despedirse de todos, incluso de ella, era la manera en que él cerraría ese capítulo de su vida.
Bajó las escaleras, cruzo la calle empedrada, abrió la reja blanca y subió el pórtico hasta la puerta de madera, se tomó unos segundos para armarse de valor... y tocó. Fue recibido por una de las mujeres de la servidumbre, la cual le pidió un momento para anunciarlo. Al ser fin de semana, Li imaginó que toda la familia estaba en casa, sobre todo después de una fiesta.
El señor Kinomoto fue el primero en aparecer, Li le explicó el motivo de su visita y comenzó a agradecer por su hospitalidad y amistad durante el último mes. Solicitó despedirse de los demás miembros, pero la única que estaba en casa era Sakura, la cual se encontraba un poco indispuesta, debido a una leve jaqueca, sin embargo, no era tan grave como para no recibir a tan entrañable amigo.
La mucama acompañó a Li al salón de lectura como lo había indicado el Sr. Kinomoto. Cuando Xiao Lang entró a la habitación pudo verla leyendo, a pesar de ser temprano ella se veía hermosa, como siempre.
—¡Li, qué gusto verlo! —Ella se levantó y le ofreció su mano la cual él no demoró en besar—. No esperaba su visita el día de hoy.
—Siento importunar, sólo he venido a despedirme —dijo el joven chino con seriedad y una mirada llena de dolor.
Sakura se quedó en su lugar paralizada, sus ojos mostraban miedo y en un susurró preguntó —¿Despedirse?
—Sí, salgo de viaje —respondió, apretando el interior de los bolsillos de su pantalón—. De hecho, me voy en unos días.
—¡Ah! ¿sí? Y... ¿A dónde va? —preguntó Sakura, reflejando preocupación en su voz
—¡Me voy a América! —dijo, con mucha determinación.
—¡América! —exclamó, más fuerte de lo que hubiera querido. Buscó el sillón en donde hace unos minutos leía y se sentó—. Y... ¿cuándo vuelve?
—No lo haré —respondió, tragando el nudo que se formaba en su garganta.
—¿Puedo preguntarle por qué se va?
—¿Por qué me voy? —repitió y levantó una ceja. ¿Por qué todo ese interrogatorio? Ella había demostrado cero interés en él, no la entendía.
—Sí ¿Por qué se va así? Tan de repente —Sakura estrujó su falda mientras veía hacia abajo.
Li comenzó a caminar de un lado a otro, buscando las palabras correctas. ¿Qué era mejor, decirle que se iba por negocios o aprovechar para sacar todo lo que albergaba su corazón? Tal vez de esta manera podría ser libre.
—¿Xiao Lang? —se atrevió a llamarlo.
Él al escuchar su nombre de nuevo, de los labios de la joven que tanto amaba no pudo más y explotó.
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me voy?! —preguntó levantando la voz—. Me voy porque ya no soporto un día más sin escuchar mi nombre de tus labios, porque muero cada día al no poder ver la mirada que antes tus ojos me regalaban, porque siento temblar mis manos cada que estoy cerca de ti y no puedo ni acariciar tus dedos. —Sakura llevó sus manos en la boca, los ojos siempre alegres comenzaron a llenarse de lágrimas mientras observaba a Li alborotar su cabello—. Porque me hacen falta tus suspiros para vivir, porque ya no he escuchado que me llames Shaoran y porque cada noche antes de dormir no puedo dejar de escuchar la última cosa que me dijiste, antes de que las fiebres desaparecieran, esa última pregunta que hiciste… "¿Cuándo ya no esté enferma, aún me amarás?" Claro que te amo, te amo con toda mi alma, pero ya no puedo…
Su monólogo fue interrumpido por el pequeño cuerpo de Sakura aferrándose a él en un sorpresivo abrazo, ella lo envolvió y lloraba en su pecho. Xiao Lang dejó de hablar, pero no hizo nada más. No sabía qué hacer, nunca esperó que ella se arrojará a sus brazos para llorar con tanto dolor. ¿Qué significaba todo eso? ¿se sentía mal por hacerlo tan miserable?
—Yo también…— expresó en un susurro sin dejar de llorar y ceñida a él.
—¿Qué? —preguntó el joven, aún contrariado.
—Yo también, te amo... Shaoran.
El mundo de Li dejó de rotar y sintió que era él quién empezaba a girar ¡¿Ella lo amaba?! Estaba teniendo dificultades para asimilar sus palabras y preguntó: —¿Desde cuándo?
—Desde siempre, te amé desde la primera vez que te vi, Solo me bastó verte sonreír a mamá y tu manera de saludarla para cautivarme —expresó ella, levantando un poco su lloroso rostro para verlo—. Te movías con mucha seguridad y me encantó tu ceño fruncido, tus ojos cuando observabas la calle al cruzar hacia tu casa, la atención que le prestabas a las pequeñas flores que hay en tu pórtico —Sakura sorbió, no muy elegantemente y continuó—: Y después enfermé, fue de amor. Te llamaba en mis sueños. que se volvieron delirios, sólo recuerdo la última noche, cuando te vi a mi lado y juré que era parte del delirio, recuerdo que tus ojos me observaban... desde el cielo y tu mano, era tan cálida que me reconfortaba... Eras mi amor —Li la escuchaba sin dar crédito a todo lo que ella contaba, ella había dejado de llorar, pero no se separaba de él. Esa cercanía le agradaba mucho, su amor... estaba con su amor—. Los cuadros febriles desaparecieron y me contaron lo que sucedía todas las noches que me visitabas, estaba avergonzada. Me imaginaba que pensabas que era solo una niña tonta e infantil, te escuchaba conversar con mi padre y sus amigos, eres un hombre muy culto e inteligente. Eso me hizo sentir aún más pequeña, ¿cómo un hombre como tú se fijaría en una niña como yo? Antes ni me notabas...
Li consideró que ya había escuchado bastante, era la mejor declaración que había escuchado y era solo para él. La estrechó con mucho cariño, acarició su cabello para transmitirle tranquilidad y seguridad, no le agradaba escucharla sollozar o sentir su cuerpo estremecerse por los espasmos del llanto. —Perdóname, fui un ciego y lamento que hayas tenido que pasar por tanto para llamar mi atención —Xiao Lang le sonrió con cariño y se atrevió a besar su frente antes de seguir hablando—: Para mí tu eres única Sakura y no puedo vivir sin ti.
Sakura cerró sus ojos sintiendo toda la felicidad que ese momento y ese hombre podían darle. Los dos estaban seguros de que era un nuevo comienzo juntos. Esa misma mañana, Xiao Lang pidió la mano de Sakura en matrimonio. La ceremonia se celebró quince días después con la familia Li en la casa de los Kinomoto, para después ambos emprender su viaje hacia américa.
Notas Finales
Pues hemos llegado al final de la historia, espero la hayan disfrutado y me dejen sus comentarios porque son muy importantes para mí.
También quiero agradecer a mi madrina Wonder Grinch / Lady Isabella por su apoyo en la lectura, revisión y retroalimentación. Es un tesoro haberte encontrado en mi vida, gracias por siempre estar dispuesta a darme parte de tu tiempo, a pesar de estar tan ocupada.
Los invito a leer la historia original .
Nos vemos pronto.
