Capítulo 2: Amistad

12 de Abril, Cafetería Leblanc

El clima del día tenía una alta probabilidad de lluvia nuevamente. Ren bajó al café, listo para la escuela. El Leblanc estaba tenuemente iluminado ya que el horario de servicio apenas comenzaba. Sojiro entró después de conseguir un nuevo paquete de cigarrillos. Sobre el mostrador se colocó un plato preparado con el curry distintivo y el delicioso café para el pelinegro. Curiosamente, había un plato adicional de curry y una taza de café con crema y azúcar en el mostrador a cierta distancia del primer plato.

-Ya que ayer tu profesor te perdono por llegar tarde, es mejor que llegues diez minutos más temprano a la escuela.- Sojiro fue severo con el joven a su cuidado. Parecía haberse aliviado después de la conferencia inducida por la ira que dio la noche anterior.

De repente, y sin previo aviso, la puerta del Café Leblanc se abrió de golpe acompañada por el sonido del timbre. Apareció una joven con el uniforme de Shujin con cabello largo naranja, su rostro oculto por una gran cabeza de muñeca. Ren notó que era muy baja de estatura y que la máscara de muñeca era bastante desconcertante.

-¡O-Oh Sojirooo! ¡Estoy LISTA! P-Pero la pregunta es... ¿Mi comida está lista?-

La chica que sonaba peculiar exclamó con bastante júbilo al dueño del café de aspecto severo con todo tipo de extraños gestos corporales y su mochila al hombro.

-Está listo. Lleno de energía como siempre, veo...- Sojiro tenía una expresión de malestar en su rostro, honestamente pensó que había tirado esa máscara de muñeca hace un tiempo. El chico del campo encontró algo divertido la extraña visión de la chica enmascarada.

-¿Conoces a esta chica extraña?-

El tutor se molestó por su pregunta sobre la peculiar estudiante. -Ocúpate de tus propios asuntos, cállate y come.- Evitó el tema con bastante rudeza. Ren se preguntó por qué era eso, pero decidió no presionar más.

La peculiar chica del Shujin notó que el chico más alto con el cabello encrespado y las manos en los bolsillos en su vista, se veía estupefacto.

-¿E-eh? ¿E-es este el tipo, Sojiro? ¿El delincuente que estarás vigilando durante un año?-

-No, Futaba. Y quítate esa cosa.- El dueño del café ya estaba bastante cansado de esto, sinceramente deseaba que la chica fuera más educada, incluso con alguien como Ren.

La peculiar chica señaló al chico más alto con tanta energía temprano para alguien en la mañana. -¡N-No me mientas! ¡Mi tercer ojo ve todos los elementos ocultos en el área! ¡Sé que este tipo se ve común y corriente, pero por dentro probablemente sea una máquina de matar!-

-¿Una qué?- Ren no estaba seguro de qué hacer con sus palabras, ¿Se suponía que era una clase de extraño cumplido? Sojiro gimió y le habló.

-Por mucho que no me guste, pero como dices que ya conoces la ruta, ¿puedes acompañar a mi hija Futaba a la escuela? Tal vez sea mejor que suban juntos al mismo tren; el accidente provocó que el tráfico me sea demasiado pesado como para mí llevarla en coche. Puede que pronto esté lloviendo, así que llévate un paraguas.- Instruyó al chico de campo, que estaba bastante sorprendido por este extraño nivel de confianza que provenía de él.

-¿Eh?, C-Compartir un paraguas con un chico, ¡no, gracias! Lo he visto en muchos animes, ¡no necesito que la gente piense que estamos saliendo! ¡Por eso traje el mío!- Futaba rechazó la propuesta y les mostró su propio paraguas. Rápidamente se sentó en el taburete del café y comenzó a comer el curry a un ritmo apresurado, seguido del café con crema y mucha azúcar, su gran máscara de muñeca estaba ligeramente inclinada hacia su boca. Ren comió su propia comida con una extraña curiosidad por el comportamiento de esta chica, la gente de la ciudad era única.

De repente, el chico de campo creyó ver que su mochila escolar, ligeramente abierta, se estaba moviendo un poco. Sojiro no se dio cuenta debido a que la bolsa estaba a los pies de la chica. Futaba pronto terminó su comida y expresó su agradecimiento a su manera.

-¡Adiós, y gracias por la comida!- Pronto salió apresuradamente de la cafetería. Para ambos varones les parecía que la chica realmente tenía la intención de ir a la escuela con esa máscara de muñeca.

-Parece que es un poco divertida.- Ren la había visto irse y decidió ser un poco sarcástico.

-Como si tú no lo fueras...- Suspiro Sojiro. -Futaba siempre ha tenido problemas para hablar con la gente con normalidad desde que...- El dueño del café hizo una pausa por un momento antes de decir demasiado.

-...-

-Te daré esta oportunidad para compensarme lo de ayer, protegerla de cualquier tipo que parezca interesado o de personas que quieran molestarla. Pero intenta no pelear con ellos porque si no, te expulsarán.- Sojiro explicó con seriedad.

-Ella puede mantener una conversación muy bien, pero ¿quiere que sea como un escudo humano para ella? Es un poco impactante ver que confía tanto en mí, señor.- Ren notó lo que dijo antes sobre tomar ambos el tren, dejándolo un poco curioso.

-Ella sólo puede hablarme a mí realmente, ¿no te has dado cuenta? Piénsalo de esta manera, haz un movimiento en falso una sola vez con Futaba, y te vas de aquí inmediatamente. Ahora ve a buscarla.- El dueño del café comenzó a preparar más comida para los clientes, el chico de campo con una sonrisa divertida se levantó del mostrador después de terminar su comida.

-Ah, ahí está el Sojiro que conozco, está bien, nos vemos.- El dueño de Leblanc asintió mientras el joven se despedía. Iba a buscar a Futaba.


Estación de Shibuya

Una multitud de personas se reunió en el andén para esperar el próximo tren. Para los estudiantes de la Academia Shujin, su parada fue el barrio Aoyama-Itchome. Dos chicas estaban frente a la multitud que esperaba.

Ambas llevaban uniformes de Shujin, parecían ser gemelas casi idénticas en apariencia, aunque contrastaban de manera diferente en cómo se presentaban al mundo.

Una estaba al frente con una sonrisa optimista en su rostro, un lunar en su mejilla. Tenía una cinta de un rojo brillante que decoraba su coleta de caballo castaño. La otra estaba detrás de la primera gemela, con su largo cabello rojo oscuro, lentes de montura negra y una mirada triste en sus ojos. La segunda gemela escuchó a otros estudiantes en la multitud hablando, un estudiante somnoliento y otra chica envidiosa con una cola de caballo.

-¿No es ella?-

-¿La de la cinta roja? Supongo.-

-Esta tan delgada, no es justo yo también tengo coleta.-

-Espera... ¿Qué tiene eso que ver con estar delgado?-

Mientras la gemela de los anteojos escuchaba sus palabras, volvió a mirar a su hermana de aspecto alegre. Dejando escapar un suspiro silencioso, notó que el tren pronto llegaría a su andén, más y más personas se reunieron para abordar. Los vagones de tren, especialmente en Tokio, estaban constantemente llenos durante las horas de la mañana.

Durante el viaje a Shujin, ambas gemelas lograron obtener dos asientos para ellas entre un mar de personas en un solo vagón de tren. Una pareja de ancianos había subido al tren con su equipaje durante una de las muchas paradas, y la gemela con una cinta roja en el pelo notó que se acercaban a ellas.

-Oh, por favor tomen nuestros asientos, nuestra estación llegará pronto.-

-¿Estás segura, jovencita?-

Ella asintió con la cabeza a la anciana. La joven gemela con una cinta y su hermana ofrecieron sus asientos a la pareja de ancianos.

Las gemelas se levantaron rápidamente de sus lugares en el tren. De repente, dos oficinistas del mar de gente que les rodeaba ocuparon sus lugares antes de que los ancianos pudieran usarlos.

-¡Oh, vaya, qué rapidez! La gemela con una cinta en el pelo expresó su asombro por los hombres que se movían rápidamente para ocupar los lugares disponibles para sentarse.

-Quiero decir... Disculpe, esos asientos son para esta pareja de ancianos aquí...- Trató de explicar cortésmente a los hombres que estaban sentados. Uno de ellos fingió dormir y el otro simplemente ignoró sus palabras.

-Oh…-

Los hombres ignoraron a la gemela de la cinta roja. Su hermana dejó escapar un suspiro cansada por su situación, sintiéndose mal por la pareja de ancianos. Un joven que vestía casualmente su uniforme de Shujin estaba al otro lado de sus asientos anteriores.

-¿Quieren que diga algo?- El joven les susurró a las gemelas, ofreciéndoles ayuda con bastante entusiasmo; pudo haber notado a los hombres sentados y lo que las chicas estaban tratando de hacer por la pareja de ancianos.

-Está bien, puedo entender su posición...-

La gemela con la cinta roja le explicó que parecía disgustada por lo que dijo. Y la gemela de lentes se paró detrás de ella en silencio, notó que el joven comenzaba a mirar a los dos hombres sentados nuevamente.

-Lo siento, mi hermana y yo no pudimos ser de ayuda.-

La gemela con la cinta roja se volvió hacia la pareja con cara de disculpa. La gemela de los anteojos también les miró con tristeza. Parecía que no se podía hacer nada por ellos.

-Está bien querida. No te preocupes, ambas nos ofrecieron amabilidad y eso es lo que importa...- La anciana le agradeció amablemente el esfuerzo. La gemela de gafas notó que el joven estaba cada vez más molesto con los oficinistas que no tenían vergüenza.

-Bueno, no lo entiendo.-

Al escucharlo pronunciar en voz baja, lo miró atentamente, pero sin estar segura de lo que iba a hacer. Comenzó a hablar con los hombres en sus asientos.

-Oigan ustedes dos, ¿qué les pasa a ustedes? Esta buena gente necesita descansar más que ustedes dos en este momento; la jornada laboral aún no ha comenzado, así que... les pido que por favor esperen un poco más.- El joven dijo con severidad a los hombres sentados. Uno de ellos se levantó de su asiento para mirar al chico con frialdad por sus palabras. -¿Te preocupas lo suficiente como para empezar algo, amigo?- Dijo el joven con un acento en la voz, sin retroceder ante el intento de intimidación del oficinista.

Mientras el otro hombre fingió despertar de su falsa siesta después de escuchar esas palabras, no quería problemas. Rápidamente se levantó y regresó al mar de gente en el vagón del tren.

Los que estaban alrededor de los dos escucharon su interacción. Algunos ojos los observan levemente para ver qué pasaría a continuación. La gemela con la cinta en el cabello se veía asombrada por el acto del joven, su hermana también estaba sorprendida.

-Maldito campesino.- El asalariado le dijo y terminó su mirada fría, moviéndose hacia el mar de gente en otra dirección, evitando cualquier otro llamado no deseado de los que estaban alrededor.

-... Por favor, permítanos llevar su equipaje.- La gemela con la cinta roja se ofreció a la pareja mientras ella comenzaba a tomar las bolsas de la anciana.

La gemela de los anteojos se ofreció a llevar las maletas también para el marido de la anciana. La pareja comenzó a sentarse en los asientos recién desocupados.

-¿No es pesado?- La anciana expresó su preocupación desde su asiento, a juzgar por la delgadez de las niñas.

-¡Para nada! ¡Ambas entrenamos mucho!-

La gemela de coleta castaña exclamó alegremente, su hermana pelirroja asintió levemente de acuerdo, con su rostro bastante imparcial. El hombre mayor que estaba sentado con su esposa en sus asientos miró al joven con una frágil expresión de gratitud.

-Gracias a las dos, y uh... joven... bendito sea su corazón. No era necesario, pero gracias también.-

-No hay de que.- El joven respondió con una pequeña sonrisa a la pareja de ancianos, quienes estaban muy agradecidos con él. Las gemelas también lo miraron con intriga e interés, sus expresiones eran diferentes entre sí.


Estación de Aoyama-Itchome

Cuando las hermanas gemelas partieron del tren en su parada, la de la cinta roja fue a buscar al joven que iba en el vagón con ellas. Su hermana la siguió mientras se alejaba. Pronto, el joven estuvo a la vista a punto de salir él mismo de la estación.

-Perdona...- El gemela del lazo rojo le habló al joven. Entendió la llamada y se detuvo. Volviéndose hacia las dos hermanas para escuchar lo que querían decir. -Muchas gracias por lo que hiciste antes.- Expresó amablemente, mostrando una brillante sonrisa en su rostro. Su hermana estaba de pie detrás de nuevo.

-¿Antes?- El joven de pelo negro encrespado no supo a qué se refería, sacó una mano de su bolsillo y momentáneamente jugueteó con el pelo.

-Por defender a esa pareja de ancianos a la que le ofrecimos nuestros asientos.-

La gemela de la cinta roja explicó, y la gemela de con lentes negros permaneció en silencio y estando de pie. Con una mirada, preguntándose algo sobre él.

-Eso no fue nada, tengo una debilidad por las personas mayores como ellos.- El joven justificó sus acciones con honestidad, el gemela de la cinta roja notó el botón número dos en su chaqueta.

-Estás en segundo año, en la Academia Shujin, ¿correcto? Mi hermana y yo también somos estudiantes de primer año allí.- Hizo un gesto hacia su hermana que se quedó atrás, el joven notó que la gemela de los anteojos ya lo estaba mirando, aunque cuando sus ojos se encontraron, ella apartó un poco la mirada, tal vez tratando de no mirar demasiado. Descubrió que eso era peculiar de ella.

-Agradecerle totalmente hizo que volviera a pensar en el tren. No quería ser grosero con uno de nuestros compañeros mayores.- La gemela de la cinta roja dijo pensativa, notó la mirada curiosa del chico. Un pensamiento pronto cruzó por su mente, ella y su hermana necesitaban ir a la escuela de inmediato.

-Por favor, discúlpanos.- Dijo cortésmente, inclinándose ante el chico y se alejó con paso firme. Pero este la vio irse y luego volvió a mirar a la otra hermana, ya que ella no hizo lo mismo de inmediato.

La gemela de gafas había perdido la concentración por un momento y se encontró sola mientras su hermana continuaba caminando, parecía estar incómoda. -Oh, um...- Rápidamente intentó imitar la reverencia respetuosa que había hecho su hermana con la cinta roja.

El joven con las manos en los bolsillos le dio un respetuoso asentimiento con una sonrisa cortés en el rostro.

-Que tengas un día agradable, señorita...- Expresó amablemente en un día lluvioso, la gemela de anteojos reflexionó sobre sus palabras por un momento y pronto se fue a seguir a su hermana fuera de la estación, que las clases comenzarían pronto.


Entrada de la escuela

Ren, con su paraguas en mano, llegó al camino directo a la escuela. Numerosos estudiantes de Shujin caminaban hacia la puerta. Entre ellos, notó una cara familiar cerca de los escalones de entrada y se acercó.

-Finalmente te encontré, jejeje. ¿Cómo te adelantaste tan rápido? Prácticamente ambos nos fuimos al mismo tiempo...- Le habló a la espalda de la pequeña estudiante Shujin con un paraguas y su máscara de muñeca todavía puesta. Preguntándose cómo se las arregló para subir a un tren anterior. La chica bajita volteo a verlo frenéticamente al oír su voz.

-H-Huh, ¡oh, eres el desagradable chico criminal!- Futaba exclamó en voz alta, para gran consternación del joven, ya que había otros a su alrededor.

Afortunadamente, la máscara que tenía amortiguó sus palabras lo suficiente como para que otras personas que pasaban no escucharan con claridad. Ren dejó escapar un suspiro de alivio.

-Cálmate, ¿en serio subiste al tren con eso?- Se preguntó si la máscara aún estaría en su cabeza, la pequeña se tomó un momento para pensar.

-B-Bueno, sí, me siento incómodo con un montón de gente, a-así que si no puedo verlos, para no tener un episodio de ansiedad.- Futaba parecía incómoda, el chico del campo empezó a preguntarse.

-Está bien, es lo suficientemente justo, ¿por qué tienes miedo?- Decidió preguntar por qué. Futaba se tomó un momento antes de hablar.

-N-no tengo miedo, solo tuve algunas malas experiencias. A-Aunque mi terapeuta me ayudó un poco. Quería ir a la escuela y aprender sobre el mundo, no quería estar alejada de la gente n-nunca más.- Ella explicó. Ren podía sentir que la pequeña chica estaba hablando en serio. Preguntó sobre otra cosa en su mente.

-¿Hay alguna razón por la que te sientas cómodo hablando conmigo en este momento?-

-No es exactamente comodidad, e-eso también es un secreto, pero viendo que Sojiro puede confiar en ti, pensé que estabas bien. - Futaba respondió pero evitó dar demasiados detalles, pronto hizo una solicitud ya que la escuela comenzaría pronto.

-Tengo un favor que pedirte, ¿puedes llevarme a mi salón de clases? Sé que es extraño pero no quiero congelarme en los pasillos... Si, lo sé... me la quitaré.-

La chica se quitó la máscara de muñeca y decidió colocarla cerca de la entrada de Shujin, fuera de la vista. Ren notó que se veía joven con su largo cabello color anaranjado, usando lentes de montura delgada.

-¿Dónde está tu clase?- El chico de campo cuestionó y sacó la mano del bolsillo para juguetear con los mechones frontales de su cabello.

-Salón 1-A- La chica bajita respondió rápidamente, regresando de donde colocó la máscara cerca de la puerta.

-Seguro, está en el tercer piso del edificio principal, ¿correcto?- El chico de campo preguntó para ver si tenía razón, Futaba asintió con la cabeza.

Entraron a la escuela juntos, la niña bajita camino cerca de Ren mientras él los dirigía hacia el tercer piso del edificio de la escuela. Este piso fue designado para clases de estudiantes de primer año.

Los estudiantes que caminaban por los pasillos comenzaron a hablar entre ellos, el chico de campo pensó que era mejor ignorar lo que dijeran. Hasta que ambos finalmente llegaron a su salón de clases a la derecha. Después de contemplar su decisión de aceptar su pedido, la chica bajita le dedico algunas palabras de despedida.

-¿Sabes? No eres tan malo. Sojiro me contó un poco sobre ti, pero supongo que estaba asumiendo demasiado.-

-No es que no lo sea, me dijeron que cuidara de ti, eso es todo.- Ren explicó de manera bastante directa, no queriendo que ella se hiciera una idea equivocada. Sojiro se preocupaba por ella y no quería tensar más su relación con el dueño del café.

-Hacerte el chico malo y frío no te convierte en un tipo genial, ¿sabes?- Futaba bromeó y movió su dedo hacia él por su respuesta, se veía un poco aturdido por sus palabras. Se dirigió lentamente a su salón de clases. El chico de campo se apresuró a bajar al segundo piso para que comenzara su propio período de clases matutinas.


Clase A-1

Comenzaron con matemáticas, todos los estudiantes estaban atentos a su joven maestro de matemáticas al frente de la clase. Para los estudiantes, parecía recién salido de la universidad, pero sonaba como si hubiera estado instruyendo el tiempo que aparentaba tener de edad. Las gemelas estaban juntas en la misma clase, aunque se sentaron separadas. La hermana castaña con la cinta roja en su cola de caballo estaba al frente de la clase en el medio, mientras su hermana pelirroja estaba sentada en la parte de atrás, cerca de la fila de escritorios en la ventana del lado izquierdo.

-Hoy continuaremos nuestra lección sobre multiplicar y dividir para obtener fracciones equivalentes y reducir fracciones a su forma equivalente más baja...- El maestro explicó en un tono serio a su clase, miró a todos los estudiantes para asegurarse de que escucharan sus palabras, y asintió. -Por favor, saque sus libros de texto y pase a la página...-

Continuó hablando con los estudiantes, ya que sacaron rápidamente sus libros de texto.

La gemela de los anteojos abrió su bolso que colgaba del lado izquierdo de su escritorio. Buscó su libro de texto de Matemáticas... de repente, después de buscar más tiempo de lo esperado, un sentimiento terrible comenzó a surgir en su mente. -Oh no... uff, lo olvidé en casa... clásico Sumire.-

La gemela de las gafas bajó la cabeza derrotada y se regañó a sí misma, con la mano todavía en la mochila. Miró hacia arriba y vio que su hermana, que estaba al frente de la clase, tenía su propio libro de texto listo para la lección. Sumire no sabía qué hacer...

-Muy bien, ¿ya todos han sacado sus...? Veo que algunos de ustedes aún no lo han sacado y abierto...- El maestro miró a algunos estudiantes que no produjeron sus libros para la clase. Notó a tres estudiantes en la clase.

-Señores Onda y Kurachi, señorita Yoshizawa. Por favor, asegúrese de recordar traer su libro de texto. Esta lección en particular será la base para la próxima clase. Compartan con el estudiante a su izquierda. Junten sus escritorios si lo hace falta.- El profesor le instruyó a los tres estudiantes, y Sumire movió silenciosamente su escritorio cerca de su vecina junto a la ventana.

-Lo siento…- La gemela de anteojos se disculpó abatida ante su compañera de clase. La compañera de clase con cabello naranja y lentes no respondió nada y simplemente movió el libro de texto entre sus escritorios para que ambas lo leyeran. La lección de matemáticas continuó por un tiempo...

Sumire y la estudiante tomaron notas en silencio una al lado de la otra sobre la conferencia del maestro y lo que él especificó como muy importante en el libro...

De repente, la gemela con gafas escuchó un pequeño ruido que venía de cerca...

Un maullido.

-¿Un gato…?- Sumire exclamó para sí misma mientras dejaba su lápiz, miró brevemente alrededor de los escritorios al frente, pero decidió volver a tomar notas...

Otro maullido.

Escuchó el sonido de un gato maullando suavemente de nuevo, miró hacia abajo a su izquierda para ver… un lindo felino negro con brillantes ojos azules descansando dentro del escritorio de la compañera de clase a su lado.

-Que...- Sumire exclamó en un susurro de sorpresa. Su compañera de clase sentada en el escritorio junto al de ella le habló en voz baja al gato.

-¡S-silencio Gatito! ¡Me vas a meter en problemas!- Expresó en pánico, el gato en el escritorio solo mantuvo su expresión juguetona.

-Gatito…- La gemela de los anteojos pronunció su nombre desconcertada, el gato le maulló una vez más.

-P-Por favor, finge que no has visto que hay un gato dentro de mi escritorio...-

La compañera de clase con el pelo largo de color naranja tartamudeó, Sumire honestamente no sabía qué pensar de la situación. Miró al frente de la clase para ver que su hermana todavía estaba prestando atención a la clase...

-Uh, un poco difícil cuando me sigue maullando...- Sumire expresó y le devolvió la mirada al gato. Ella fue un poco franca con la solicitud de ignorancia de la vecina. -¿Puedo preguntar, por qué trajiste un gato a la escuela?-

La gemela de los anteojos estaba cuestionando el solo pensamiento, otros compañeros de clase comenzaron a escucharlos.

-E-Él me da consuelo con la gente.- Dijo tartamudeando.

-Ya veo...- Sumire pensó que la estudiante podía tener algún tipo de ansiedad social o algo parecido. Ciertamente podría empatizar con eso de alguna manera.

El gato volvió a maullar, pero esta vez se había vuelto lo suficientemente ruidoso como para que la mayoría de la clase dejara de trabajar después de escuchar el ruido, las dos chicas se pusieron pálidas por un momento.

Entraron en pánico mentalmente y trataron de esconder al felino en lo más profundo del escritorio antes de que nadie pudiera verlo.

-Acaso escuché... ¿un gato?- El maestro comentó a la clase con extrañeza, y comenzó a mirar alrededor del aula con los ojos severamente enfocados.

-Lo escuché venir de ese lado de la habitación...- Un compañero idiota del lado derecho del aula confirmo en dirección a la ventana, donde las dos chicas estaban sentadas con sus escritorios juntas.

-M-Mierda... ¡TEODIOGATITO!- La chica con el cabello naranja y lentes prácticamente le estaba gritando a su mascota en un susurro. Sumire trató de lucir como si no hubiera escuchado nada, cosa que no sirvió de nada ya que el peso de los ojos de la maestra cayó sobre ellas, ambas estaban mentalmente comenzando a leer sus últimas palabras.

La gemela con una cinta roja se volvió hacia su hermana y su compañera de clase con curiosidad, preguntándose qué estaba pasando. El maestro en el frente comenzó a hablar con las dos.

-Señoritas Sakura y Yoshizawa... ¿cuál de ustedes está haciendo esos ruidos de gato?- El maestro con papeles en mano estaba cruzado de brazos, esperando una respuesta. Por su expresión no parecía una broma, la clase no necesitaba distraerse.

-O-Oh um, B-Bueno uh profe... vera, uhhh...- La de pelo naranja comenzó a responder, pero su oración se estaba desmoronando rápidamente, necesitaba que alguien la ayudara...

-F-Fui yo... los hice... porque... me encantan los gatos.-

Sumire respondió al maestro con bastante franqueza y sin mucha emoción en sus palabras, honestamente no supo qué decir. Los demás estudiantes se quedaron callados esperando la respuesta del maestro, pero algunos no pudieron contener su diversión. Su hermana en el frente estaba bastante desconcertada por el comentario.

-Bueno…- Mientras el joven maestro hablaba, las dos niñas se prepararon para lo que iba a decir. ¿Las iba a regañar? ¿Pedirles que se callen en un MUY duro tono? ¿O... incluso que salieran del aula? Honestamente, estaban asustadas de sus pensamientos individuales...- ¡Yo también los amo! ¡Tú impresión de gato fue absolutamente adorable! Ahora, continuemos.-

El maestro expresó con entusiasmo y volvió a la pizarra, algunos estudiantes se sorprendieron de que la explicación de Sumire fuera lo suficientemente buena para una maestro que parecía sumamente serio.

-G-Gracias, realmente me salvaste allí, Yoshi.- La compañera de clase estaba muy agradecida por la valiente acción de Sumire.

-Bueno, no quería meterte en problemas... la gente puede ser mala; estoy acostumbrada a eso.- La chica de anteojos le explicó, la compañera de clase tenía una lágrima en el rabillo del ojo al escuchar esas palabras, pudo haber encontrado una amiga.

-No somos tan diferentes entonces, mi nombre es Futaba Sakura si no lo sabías. ¡Te prometo compensarte por salvar mis PS de llegar a cero hoy!- Una alegre Futaba le dijo a su compañera de clase, quien se sorprendió al verla inclinada cerca de su rostro. El espacio personal era algo...

-¿Tu qué?- Sumire se quedó perpleja ante las palabras de Futaba cuando esta se tambaleó hacia atrás en su asiento y continuó con el resto de la lección.


Después de clase

Las clases terminaron para las gemelas, salieron por la puerta de la escuela y se dirigieron a la estación de tren. Ambas caminaban con sus propios paraguas para protegerse de la lluvia. La gemela con la cinta roja quería hablar con su hermana Sumire sobre algo mientras caminaban por el camino fuera de Shujin.

-Veo que hiciste una nueva amiga, Sumire. Sakura, ¿verdad? ¿Puedo tener la oportunidad de escuchar tu impresión de gato?- Kasumi expresó de manera bastante juguetona a su hermana de que parecía cansada.

-Basta, Kasumi...- El tono habitualmente tranquilo de Sumire sonaba exasperado por las bromas juguetonas de su gemela.

-¡Oh, anímate! Vi lo que hiciste por nuestra compañera de clase, sabía que tenía un gato con ella desde que vino a clase desde el principio.-

Kasumi felizmente especificó mientras caminaban por el camino lluvioso hacia la estación que se ramificaba hacia el resto de Tokio. Su hermana estaba un poco aturdida por su nivel de atención. Pensó que Kasumi no suele prestar mucha atención a otras cosas además de las metas colocadas justo frente a ella.

-¿Cómo lo…?- Sumire comenzó a preguntar, pero fue interrumpida por su gemela sorprendentemente perceptiva.

-¿Cómo lo supe? Recuerda, como la hermana mayor, ¡siempre debería saberlo!" Una alegre Kasumi declaró orgullosa ante su hermana menor.

-…Por supuesto.- La gemela de los anteojos respondió con un tono bastante cansado. Su hermana mayor siempre lo sabe mejor cada vez, pensó.

-Aun así, me aseguraré de que recuerdes tus libros de texto para nuestras clases. Si queremos ser las mejores del mundo juntas, necesitamos altas calificaciones no solo en gimnasia sino también en las clases. Deberíamos reunirnos con nuestra entrenadora para practicar pronto, Estoy segura de que el conflicto en tu propia rutina es solo temporal...-

Kasumi expresó, determinada en sus palabras. Sumire permaneció en silencio mientras la lluvia continuaba cayendo mientras caminaban hacia la entrada de la estación.