Cada paso que daba más cerca de su ahora exnovia, le revolvía un poco más el estómago, no podía ser lo que estaba pensando, era simplemente imposible. Seguramente se habían encontrado en el restaurante y se habían puesto a hablar de los viejos tiempos. Sí, seguramente era lo que había pasado, no importaba si ellas se odiaban en Hogwarts, no importaba que en realidad no tuvieran nada de qué hablar, nada de eso importaba en lo más mínimo. Ellas no podían estar juntas en una relación, Hermione no había podido dejarlo por una mujer.

—Buenas noches —saludó cuando llegó hasta ellas, el tono político lo sorprendió incluso a él mismo, no entendía de dónde había salido, pero no importaba, lo único que importaba era saber qué demonios hacía Pansy Parkinson ahí.

—¡Llegaste! —exclamó Hermione sonriente; él jamás había visto una sonrisa así en el rostro de la castaña, no solo sonreía, sino que resplandecía y brillaba como nunca—. Como ya debes haberlo imaginado, salgo con Pansy. Ella y yo…

—Me estás jodiendo, ¿verdad? —inquirió el pelirrojo con ira, apretó los puños con fuerza mientras sentía la sangre arder en sus venas—. Esto es una puta broma de mal gusto, ¿verdad?

—No, Ronald, yo…

—¿Cómo es que me haces algo así con esta tipa, Hermione? —rugió el hombre sin poder controlarse.

—"Esta tipa" tiene su nombre —replicó Pansy cruzando sus brazos molesta.

—Ron, dijiste que serías civilizado.

—¡Civilizado mi culo, Hermione! Iba a ser civilizado con quien fuera el tipo que te hacía feliz, aunque no quisiera, aunque no estuviera preparado, pero resulta que me dejas por la maldita Pansy Parkinson.

—Ronald, no te permito…

—Yo soy el que no te permite que me hagas esto, Hermione —interrumpió el hombre—. Intenté ser maduro, intenté entender que no soy suficiente, que no te hago lo suficientemente feliz, pero ¿esto? Esto me sobrepasa.

—Ron, tómate tu tiempo —Hermione lo tomó suavemente de la mano y lo obligó a verla a los ojos—. Te estás obligando a actuar de manera madura y no es lo que necesitas, necesitas procesar todo esto, entender lo que sucede. Sé que no es fácil, para mí tampoco lo fue… Fue difícil aceptar lo que me pasaba y lo que sentía, pero ahora estoy feliz y quiero que seas parte de esta felicidad, porque te amo, Ronald. Eres la persona más importante de mi vida y quiero que me apoyes y me entiendas.

—No sé si podré aceptar esto alguna vez, Hermione —confesó el hombre sin despegar la vista de ella—. Yo simplemente no puedo hacer esto… Es mejor que me vaya.

Y sin esperar respuesta se marchó del lugar dejando a las mujeres con la palabra en la boca. Necesitaba dejar de pensar en lo que le estaba sucediendo, necesitaba olvidarse de que Hermione salía con Pansy, que tendría que ser la niñera de Malfoy en unas horas, que los estúpidos Slytherin no hacían más que arruinarle la vida. Fue por esto por lo que pasó por el Caldero Chorreante a comprar un par de botellas de wisky de fuego para ahogarse en su miseria en su, ahora vacía, casa.

Bebió ambas botellas como si no hubiera un mañana, escuchando músicas tristes y deprimentes para avivar su corazón roto. Dolía saber que Hermione ya no lo quería, que no había sido plenamente feliz con él, que ahora estuviera con una mujer a quien odiaba, dolía respirar, dolía incluso pensar. Y él lo único que quería era apagar todas y cada una de sus emociones, todos y cada uno de sus pensamientos que no hacían más que recordarle lo vivido con la castaña de la que había estado enamorado desde los catorce años, cuando se dio por enterado de que era una chica. Las personas siempre lo molestaban por eso, pero lo cierto es que él sabía que era una niña, pero ese día la vio diferente, más grande y hermosa, se dio cuenta que ya no era una niña pequeña, sino que era una chica una con la que le encantaría salir algún día.

Y ahora estaba profundamente deprimido por causa de esa chica hermosa que no lo amaba.

Ron no supo cómo logró llegar al trabajo al día siguiente, solo supo que, en cuanto lo vio, su horrible jefe comenzó a gritarle:

—¿Qué demonios te paso, Weasley? ¿Acaso hueles a alcohol? ¿Cómo se te ocurrió presentarte a trabajar así?

Con un dolor de cabeza insoportable, una sensibilidad a la luz parecida a la de un vampiro, una sed que no parecía terminar jamás y un humor peor que el del día anterior, a Ron solo se le ocurrió responder:

—Si debo trabajar con Malfoy no esperes que esté sobrio.

—¿Cuándo demonios vas a madurar, Weasley? —replicó Parker apretándose el puente de la nariz, costumbre que adoptaba siempre que hablaba con Ron—. Me pregunto si puedes cumplir con la misión.

—Ya te dije que era una locura, pero no me haces caso, Parker.

—No quiero escucharte más —dijo el nombre deteniéndolo con un gesto de su mano—, toma con seriedad tu trabajo, es muy importante.

Ambos hombres entraron en la oficina donde ya los esperaba Draco Malfoy; Ron lo observó sin decir nada. Malfoy había crecido por lo que sus facciones se habían alargado un poco más, estaba delgado como siempre, y sus ojos grises parecían más fríos y perspicaces, observaban todo a su alrededor con detalle, y lucía como si estuviera alerta todo el tiempo. Cuando se fijó en Ron hizo una mueca de disgusto.

—Para mí también es un placer —replicó Ron con mala actitud.

—¡Ya basta! —ordenó Parkeer cuando notó que Draco iba a contestarle—. Siéntense, ambos.

»Ronald, voy a explicarte lo que está sucediendo: tenemos fuertes indicios que Lestrange, y otros cuatro mortifagos que aún no han sido identificados están tras la familia Malfoy. Narcisa Malfoy está confinada en su mansión con una estricta vigilancia, Lucius Malfoy se encuentra en prisión, pero se ha decidido que Draco Malfoy sirva de carnada para atrapar a estos hombres. Por lo cual tu deber es protegerlo y facilitar la captura de estos prófugos en el proceso. Mantendrás una comunicación diaria conmigo, es muy importante que estés constantemente alerta a cualquier indicio de peligro.

—¿Por qué persiguen a los Malfoys? —inquirió Ron—. Imaginaría que su primera opción sería Harry.

—Ellos creen que en la bóveda de mi padre, ahora bajo el control de mi madre, hay un giratiempos, el cual piensan usar para que Voldemort pueda volver.

—¿Y lo tienen?

—¡Por supuesto que no! —exclamó Draco perdiendo la paciencia—. En primer lugar tener un giratiempos es casi imposible sin un previo acuerdo con el ministerio, que obviamente revocarían luego de saberse que mi padre era un mortifago, en segundo lugar todas las posesiones de los Malfoys fueron revisadas exhaustivamente por el ministerios, ellos pueden corroborar lo que digo; y en tercer lugar no existe un giratiempo que te permita viajar tan atrás en el tiempo, es simplemente absurdo. —Draco se dirigió a Parker—. ¿Estás seguro de que él es el indicado para el trabajo?

—Para lo que requerimos, sí —suspiró Parker—. Te aseguro que es el mejor en su campo, aunque me cueste admitirlo.

—Si saben que estoy aquí, ¿no?

—Callate, Weasley —replicó Draco—. En fin, no sé de dónde Rodolphus sacó que nosotros tenemos tal objeto, pero está convencido. Lo cual nos da oportunidad para usarme como carnada y atraparlo. Es ganar, ganar.

—¿Qué es lo que ganas tú?

—Ese no es asunto tuyo, comadreja.

—Te voy a…

—¡Basta! —ordenó Parker—. Sé muy bien que no se llevan bien, que no se soportan, pero tendrán que hacerlo por el bien de la misión. ¿Podrán hacerlo?

—Sí —dijeron ambos hombres de malagana. Ambos se observaron por breves momentos sabiendo lo que el otro pensaba: soportarse mutuamente era una misión imposible para ellos.


Fin del capítulo!

No tengo internet por lo que no he podido subir capítulo... Pero espero en unos días poder actualizar Secretos en Azkaban con un capítulo de Draco!

Shesire hermosa, qué bueno que estés interesada en la historia! Te prometo que será entretenida!

De esta historia tengo varios capítulos ya listos, pero quiero escribirla completa y subir capítulo dos veces por semana. Será un fic corto, pero con su dosis de Lemon que amo escribir.

Les mando besos y espero que disfruten la historia!