Disclaimer:

La trama es original y está basada en los personajes de la serie animada "Miraculous: Les aventures de Ladybug et Chat Noir". Los personajes son propiedad de Thomas Astruc.

Los personajes originales así como las situaciones aquí presentadas son ficticios y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

[PROHIBIDA SU COPIA]


Amargamente recordaba cómo había comenzado aquel fatídico día.

Ladybug y él acababan de derrotar a un nuevo villano y de liberar a su akuma. Pero en lugar de purificar a la negra mariposa Ladybug solo miraba como está se alejaba.

- ¿A que estas esperando?, se escapa. - la apremiaba su compañero.

- Chat, tengo una idea. ¡Vamos!. - ordenó sin más la heroína.

Chat Noir la miraba alejarse perplejo, extendió su bastón para seguirla.

Según avanzaban por los tejados de Paris Chat se dio cuenta de que seguían al akuma. - ¿Que pretendes? - preguntó sin dejar de correr.

- He pensado que si no lo purificamos tal vez regrese con su amo y así nos mostraría por fin la guarida de Hawk Moth.

El héroe la miraba con asombro, parecía un buen plan pero demasiado riesgoso para solo improvisarlo.

Chat Noir se paró en seco al ver pasar al akuma por el gran óculo ubicado en la buhardilla de aquella mansión tan conocida por él.

- No puede ser. - murmuró la heroína, pero los sentidos aumentados de Chat pudieron escucharla.

- ¿También piensas que puede ser un error?.

- No lo sé, lo mejor será asegurarse. - lanzó su yoyó hacia una saliente de la mansión y se balanceó hasta posicionarse justo debajo del óculo.

Un segundo después apareció su compañero a su lado. Con sigilo se asomaron al interior, sus cuerpos se tensaron al ver al mismo Hawk Moth sosteniendo en su mano al akuma.

- Muy bien mi pequeño akuma, has logrado escapar de Ladybug. Mañana volverás a salir y tendrás tu venganza y yo los prodigios de esos dos incordios. - en un rápido movimiento atrapó a la mariposa negra dentro de la empuñadura de su bastón.

Se notaba la aflicción en el rostro del joven héroe, quien por desgracia ya se imaginaba quien podía estar bajo el antifaz del villano.

- ¿Te encuentras bien?

- Si - afirmó dubitativo - Vamos. ¿Cual es el plan?.

- No tenemos muchas opciones, es una habitación diáfana por lo que no tenemos donde ocultarnos para acércanos, la única entrada es esta así que el elemento sorpresa queda descartado. - en una rápida valoración ambos coincidían en que la única opción que les quedaba era un ataque directo.

- ¿Lo tienes claro Chat?, entramos rápidamente a la vez y yo me lanzo al ataque mientras tú cubres la única salida para evitar que escape. Y espero que podamos quitarle su prodigio cuanto antes. - la heroína repetía una vez más el plan, asegurándose que su compañero lo entendiera. Ella había notado que desde que habían llegado a la mansión Agreste él había estado ausente, con la mente en otro lado.

- Si, si, no te preocupes.

De un impulso irrumpieron en la guarida de su enemigo, inmediatamente Ladybug lanzó su yoyó contra el cuerpo del villano quien hábilmente lo esquivó, por su parte Chat Noir se había interpuesto entre la ventana y cualquiera que quisiera salir.

- Así que me han encontrado, pues me facilitan las cosas. De aquí no saldrán hasta que haya obtenido sus prodigios. - los héroes se giraron hacia la ventana al ver como una compuerta se cerraba sobre ella bloqueando el acceso y obstruyendo el paso de luz quedando la habitación en penumbra.

- Es mejor que te rindas y nos entregues tu prodigio, sabes que no puedes ganar. - le advirtió la heroína sin dejar de girar su yoyó hacia él.

- Jaja. Son patéticos, ustedes serán quienes se postren ante mí. - sacando de su traje un control remoto lo activo y al momento varios paneles en las paredes se abrieron dejando a la vista un pequeño armamento y toda la estancia quedó iluminada por una luz roja.

Ambos héroes miraban sorprendidos aquellas armas que los encañonaban.

- Lo ven, no tienen ninguna posibilidad. Nadie, ni siquiera ustedes me detendrán en mi propósito, ella volverá a estar a mi lado. Así que no compliquen las cosas y entréguenme los pendientes y el anillo.

Chat Noir estaba desconcertado ya no tenía ninguna duda que el hombre bajo la máscara era su padre, ¿pero que había querido decir con aquellas palabras?, ¿acaso se refería a su madre?.

- Ni siquiera lo pienses. - y sin más se lanzó al ataque blandiendo su yoyó pero antes de poder asestar el golpe una ráfaga de disparos a sus pies frenó su carrera.

- ¡Ladybug¡ - exclamó asustado su compañero, corriendo hasta ella.

- ¿Estas bien? - la tomó por los hombros y la revisó de arriba a abajo.

- Si, no me alcanzó ninguna bala. - respondió agitada.

- Eso ha sido solo un aviso. No es necesario prolongar más esto no hay forma de que ganen, así que ríndanse y entréguenme los prodigios.

- Chat, yo atraeré la atención de las armas mientras tú lo atacas. - susurraba a su compañero - Céntrate en arrebatarle el prodigio. - recalcó.

-Y tú ten cuidado, son demasiadas. - advirtió el héroe.

Con un guiño de la heroína se lanzaron al ataque, ella se dirigió directo hacia su enemigo, en cuanto las armas se movieron para fijarla como objetivo dio un brusco quiebro hacia la derecha atrayendo la atención de todas las armas que habían empezado a abrir fuego contra ella.

Chat Noir había aprovechado la distracción provocada por su compañera para correr hacia el villano, quien tenía la mirada puesta en como Ladybug trataba de esquivar los proyectiles, ya cerca de él se impulsó en el aire blandiendo su bastón para descargarlo en un fuerte golpe. No contaba con que Hawk Moth se girara rápidamente hacia él desenvainando la afilada hoja que se ocultaba en su bastón. En un ágil movimiento el villano esquivo el ataque del héroe felino a la vez que cruzaba el filo de su arma sobre el abdomen de este. Chat Noir cayó aparatosamente sobre un montón de escombros. Gracias a la agilidad de la heroína todos los proyectiles habían impactado en las paredes ocasionando múltiples destrozos que se habían acumulado por el suelo, incluso parte del techo había sido destruido dejando a la vista las vigas a punto de desplomarse.

- ¡CHAT! - gritó asustada al ver la abrupta caída de su compañero.

Chat Noir trataba de incorporarse pero sentía un terrible dolor en el abdomen, al bajar la vista a la zona adolorida vio con temor un corte en su traje por el que discurrían finas líneas de sangre, inmediatamente apretó su mano contra la herida.

- ¿Te sorprende? - miraba arrogante desde una corta distancia al maltrecho héroe - mi arma es de la misma magia que sus trajes es por ello que he podido atravesarlo. - esgrimió con furia su arma contra él pecho del héroe - ¿me darás ahora tú prodigio o tendré que arrancarlo de tu mano cuando hayas muerto? - Chat apretó con fuerza los ojos por el dolor que le provocaban las amenazantes palabras de su padre.

Al recobrar el aplomo vio la oportunidad que tenía si su padre se acercaba más, al creerlo desvalido podría aprovechar esa ventaja para desarmarlo y arrancarle su prodigio, apretó su mano para asegurarse que aún tenía su arma.

- ¡NUNCA!. Nunca te lo daré, si lo quieres ven a por él. - increpó provocador.

- ¡ESTUPIDO! - avanzó hacia el "indefenso" héroe, lanzó su brazo hacia atrás para tomar impulso y dar la estocada definitiva contra el pecho de su oponente.

Chat Noir esbozó una retadora sonrisa y afianzó con fuerza su arma listo para contraatacar, solo tenía que aguantar un poco más.

- ¡NO!, ¡CHAT! - la heroína veía con miedo como el villano estaba a escasos centímetros de matar a su compañero.

Sin saber que más hacer vio que sobre Hawk Moth colgaba una de la vigas afectadas por las explosiones, de inmediato enredo su yoyó a esta y tiro con fuerza esperando golpear a su enemigo, pero no contó con que él maltrecho techo no aguantaría y al moverse la viga este se desplomó sobre el villano, aplastándolo.

- ¡NO! - gritó de pánico el héroe, de un impulso se puso de pie y corrió hacia su padre, aún tambaleante por la herida empezó a retirar los escombros.

- No, no, no..por favor, tiene que estar vivo. - murmuraba agitado.

- ¿Chat? - la heroína se acercaba con timidez a su compañero, abatida por el hecho de que tal vez acababa de matar a un hombre.

El joven héroe no prestaba atención a nada más que a retirar los escombros que sepultaban a su padre.

- Chat, por favor para. No podemos hacer nada. - apoyó su mano en el hombro de su compañero.

De un impulso se puso de pie enfrentando a su compañera. Su respiración era agitada, tenía las pupilas dilatadas por el exceso de adrenalina y las venas del cuello a punto de reventar.

- Chat, por favor... - estaba asustada por el comportamiento de su compañero, tímidamente posó la mano sobre su fornido pecho.

El héroe tomó a su compañera por el hombro y la miró fijamente con ojos temblorosos. - ¡CATACLISM! - invocando el poder de la destrucción lanzó hacia atrás a su compañera y girándose apoyó todo el peso de su mano sobre el montón de escombros.

Los restos del techo se desintegraban frente a él, su sangre se heló cuando por fin pudo ver el lastimado cuerpo que se ocultaba bajo la montaña de acero y hormigón. Frente a sus ojos no estaba el enemigo de Paris estaba su padre con la ropa rasgada dejando a la vista las múltiples contusiones y arañazos, lo peor era el gran charco de sangre sobre el que reposaba la cabeza del diseñador.

Una sensación de impotencia invadió su cuerpo. Se estaba lastimando, era tal la fuerza con la que apretaba sus puños que se estaba clavando sus propias garras. Las lágrimas caían por encima del negro antifaz, sus piernas flaquearon cayendo de rodillas junto al inerte cuerpo.

Ladybug se acercó a su compañero, cuando vio el rostro de su enemigo ahogó un grito cubriendo con la mano sus labios al reconocer al que en otro tiempo había sido su modelo a seguir en el mundo de la moda.

Con cuerpo tembloroso se acuclilló junto a su compañero. Su semblante era inexpresivo, estaba rota por dentro, acababa de matar a una persona, no importaba que fuera su enemigo le había quitado la vida a otro ser. Los remordimientos la carcomían por dentro había hecho mal, había sesgado la vida del padre de su novio, como tendría el valor de verlo ahora a la cara. Solo pensar en el daño que le ocasionaría a la persona que más amaba le comprimía el corazón hasta el punto de causarle dolor.

¿Y Chat?, ¿Que pasaba con Chat?.

- ¿Chat? - se notaba su preocupación, la vista que el héroe ofrecía era la de un ser derrotado, abatido.

- ¿Por qué lo has hecho? - por fin Chat Noir había hablado.

- Dime porqué lo has hecho - exigió al no recibir respuesta la primera vez.

- Yo...yo me asusté, temí por ti pensé que iba a matarte. - respondió titubeante.

- ¿Matarme? - ni siquiera la miraba, tenía la vista clavada en el cuerpo de su padre - ¿Acaso no viste que tenía preparado mi bastón para contraatacar?, lo estaba provocando para que se centrara en mi y tú pudieras invocar el lucky charm, ¿o acaso no es lo que hago siempre mi lady?, ser el señuelo - era la primera vez desde que había empezado a salir con Marinette que la llamaba por su cariñoso apelativo pero en esta ocasión sus palabras eran amargas, denotaban odio y reproche.

Ladybug lo miraba atónita, no tenía palabras para expresar su dolor. El amable y cariñoso chico que siempre le había infundido valor y confianza le estaba dando la espalda, en un momento como ese en el que ella necesita de todo su apoyo y él solo le recriminaba lo ocurrido. Ella solo guardo silencio, no quería o mejor dicho no podía tener una discusión con él, su prioridad en ese momento era Adrien, quería salir de ahí y llegar junto a él antes de que se enterara. Este iba a ser un duro golpe y ella debía estar a su lado.

¡Piii!, ¡Piii!, el anillo de Chat Noir empezó a pitar anunciando que su transformación terminaría en breve.

El levantó su mano y tomó el prodigio del cuello de su padre, se giró hacia Ladybug y depositó en sus manos el objeto. - Vete, entrégaselo al maestro Fu - fue una orden más que una petición.

La heroína miró por unos instantes a su compañero y sin decir nada más apretó en su mano el valioso broche y salió por el gran boquete que se había abierto en el techo.

Una luz verde resplandeció por toda la habitación, su kwami apareció flotando frente a él.

- Adrien, lo sien... - el pequeño ser no pudo terminar la frase, su portador se había quitado el anillo.

Al verse solo por fin soltó todo lo que le comprimía el pecho, rompió a llorar amargamente sobre el cuerpo sin vida de su padre.

Al día siguiente la prensa internacional se hizo eco de la repentina muerte del diseñador, nunca se mencionaron las causas del deceso. En todos los medios aparecieron las fotografía de Adrien donde sobresalía la tristeza de su expresión, pero en todas ellas siempre aparecía de la mano de Marinette.

Ella fue su apoyo más importante en esos duros momentos para él.

Con el vaso vacío se giró hacia el escritorio, vio que Plagg había terminado su queso, dejó el vaso sobre la mesa y fue hacia la puerta, puso el cerrojo y regresó junto a la pequeña criatura.

Miró su reloj, eran las ocho, una hora solo una hora de patrullaje y regresaría a casa junto con su princesa. Tomó su teléfono y empezó a escribir en él.

Soltó un pequeño bufido - ¡Plagg, transformación! - una intensa luz verde daba paso al héroe de Paris.

!beep!, !beep!. Marinette corrió a tomar su teléfono, una sonrisa tonta se dibujó en sus labios mientras leía el mensaje, su pequeño kwami se posó en su hombro.

- Adrien, ya está en París, llegara a las diez. - Tikki se reía con la cara de su portadora, ella se comportaba como una colegiala enamorada siempre que se trataba de Adrien, aunque ya tenían una relación de años y vivían juntos no podía evitar el cosquilleo en el estómago cada vez que estaba con él.

- Vamos, quiero tener todo preparado antes de que llegue. - regresó a la cocina acompañada del pequeño ser.

- ¿No te parece que es demasiada comida para cenar? - comentó Tikki.

- No, siempre que viaja por trabajo prácticamente no come nada. Así que tengo que cuidar a mi niño. - dijo sonriente, guiñándole un ojo a su pequeña amiga.

- Ji ji. Adrien si que tiene suerte de estar contigo...

Marinette bajó la vista con aire triste, las palabras de Tikki trajeron a su memoria los recuerdos de hace un año. Adrien había quedado destrozado por la muerte de su padre. Todos sus amigos se volcaron con él en especial Nino que no se separó ni un momento de él durante el sepelio. Unas lágrimas escapaban de sus ojos, la entristecía recordar como él le había dado tantas veces las gracias por no dejarlo solo, por ser su apoyo en ese duro momento sin saber que ella era la causante de su sufrimiento.

- ¿Marinette?, ¿pasa algo? - preguntó con preocupación el kwami.

-No, es que tus palabras...¿sabes?, no dejo de pensar que fui yo quien...

- ¡Ni siquiera lo menciones! - exclamó alterada - fue un accidente. - recalcó.

- Pero eso no obvia el hecho de que fui yo quien mato a su padre. - afirmó apesadumbrada.

- Chat Noir también estaba ahí, tenías que actuar antes de que Hawk Moth lo atacara. - quería hacerla entender que no había sido culpa suya.

- Chat Noir, - susurró el nombre de su compañero - él también me culpa, no quiere ni verme, hace meses que no sé nada de él desde que me pidió alternar los patrullajes para no coincidir conmigo.

Tikki se movió inquieta, sabía bien por Plagg lo que pasaba con Adrien. El chico había levantado un muro de odio y rencor contra Ladybug, para él solo había una culpable en esta historia y era su portadora.

- El se equivoca, tú no tenías otra opción y debería ser capaz de darse cuenta de eso.

- Lo extraño Tikki, él siempre me apoyo y me protegió, era un gran amigo. Por eso me duele que me haya dada la espalda de esa manera. - empezaba a sollozar frente a su pequeña amiga.

- Marinette, aun faltan dos hora para que llegue Adrien, por que no sales a dar una vuelta. - le guiño un ojo para que entendiera a lo que se refería - solo para tomar el aire y que te despejes.

Le respondió con una sutil risilla - Creo que tienes razón Tikki.

- ¿A qué esperas entonces? - la apuró posándose en su hombro.

- ¡Tikki transformación! - un brillante destello rojo iluminó la habitación y poco después salía por el balcón la heroína de Paris.