Mi Sueño En El Mundo Ninja

Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son obra y creación de Masashi Kishimoto.

WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

Capítulo 2: Un Día Muy… Interesante

Sin perder tiempo retomo su andar para cruzar las colosales puertas de la aldea en frente de él, ya con un plan ideado para que el Hokage lo dejara unirse a la fuerza militar de la aldea, el objetivo más importante que tenía en este momento, después de todo, su plan dependía completamente de esto. En el caso de fallar… realmente todo lo que planeo con anticipación se iría, en palabras del castaño, "Se iría completamente a la mierda", así que tendría que pensar muy bien en cada acto que haría a partir de ahora, cuidando cada pequeño detalle de sus acciones.

- Nunca me hubiese imaginado que algo como esto se haya hecho realidad – sin todavía poderse creer que todo esto fuese real, pensó el castaño vagamente, contemplando anonadado las colosales puertas. Después de todo, no es como si algo como esto pudiese pasar todos los días.

Pero antes de seguir divagando en eso, vio un puesto de vigilancia en donde estaban dos Shinobis de la aldea, seguramente de rango Chūnin, por el chaleco táctico que tenían era de un color verde un poco claro, ambos con la diadema de la aldea colocada en su frente, con ese símbolo tan característico de la aldea de la hoja. Por favor, si estas personas estuviesen en su mundo, seguramente ganarían algún premio por el cosplay perfecto.

Pero dejando esos pensamientos de lado, se dirigió hacia en donde se encontraban ambos ninjas vigilando la entrada, para ser percatado por ambos, viéndose relativamente normal, pero con la guardia alta por si fuese algún espía de las otras aldeas que deseaban la destrucción de la aldea.

- Uh… ¿Hola? – fue lo único que pudo salir de su boca, extrañando un poco a los ninjas frente a el - ¿Esta es la aldea de la Hoja? – bien, esto realmente es un poco tonto y desconcertante por parte del castaño, tanto así que los Chūnins bajaron la guardia al identificar que el joven no era una amenaza para ellos.

- Estas en lo correcto, mocoso – dijo un poco irritado por la actitud del castaño uno de los Chūnins, mas especifico, el que estaba a su izquierda, que tenía el cabello negro y ojos marrones.

- ¿Qué es lo que buscaría una persona como tú en una aldea ninja como esta, muchacho? – dejo el otro Chūnin que se encontraba al otro lado, tenía el cabello rubio y ojos de color verde con una cicatriz en la parte superior derecha de su labio.

El castaño por otro lado, dio una gran sonrisa por la pregunta hecha por el Chūnin, cosa que los mantuvo curiosos a los dos ninjas – Pues eso es simple, señores desconocidos – dijo haciendo que ambos gruñeran por la forma en que los llamo, aunque fuese la correcta, aun así, les molestaba - ¡Pues vine hasta aquí para convertirme en un ninja! – decía mientras hacia una pose muy rara, con los pies extendidos a cada lado, su mano izquierda reposando en su cadera y la derecha extendida al frente de él levantando los dedos índice y corazón.

-…- el silencio duro unos instantes hasta que ambos ninjas comenzaron a reírse en voz alta, atrayendo las miradas de las personas que caminaban ceca de donde se encontraba lo ninjas haciendo su trabajo.

- JAJAJA ¡¿Es en serio que te quieres convertir en ninja?! – decía el pelinegro mientras colocaba su mano en la barriga en un vano intento de calmar las fuertes carcajadas.

- JAJAJAJAJA ¡Realmente has hecho mi día, muchacho! JAJAJAJA – decía el rubio tirado en el suelo secándose las lágrimas que le salían, después de todo, ese era un gran chiste para cualquier ninja, que un mocoso venga a su aldea con delirios tan grandes como convertirse en un ninja…

- ¿Dije algo gracioso? – pregunto el castaño rascándose la cabeza por la reacción de los ninjas – todo va según lo planeado – se decía mentalmente viendo lo fácil que le salían las cosas con actuar como un mocoso hiperactivo que solo vino con un sueño tan descabellado como ese.

Ya pasado unos minutos el castaño se impacientó un poco, después de todo, todavía ambos ninjas no paraban de reírse, por lo cual solo se colocó al frente de ellos para inclinarse un poco – Disculpen las molestias, pero no puedo perder más tiempo – dijo haciendo una reverencia, dar media vuelta y dirigirse a la torre del Hokage, pero antes de seguir su camino, noto como el ninja rubio se recompuso un poco, lo suficiente para hablar.

- Oye, oye, tranquilo muchacho, después de todo hacía tiempo que no oíamos decir a alguien tales bestialidades – dijo para notar como en el rostro del castaño aparecía un ceño fruncido – Pero ya dejando de lado las bromas, si de verdad quieres convertirte en un ninja de la aldea, ve a aquella torre de ahí – dijo señalando con un dedo la torre de color rojo que se encontraba al final de aquel largo sendero – Allí se encuentra Hokage-sama, él te dirá todo lo que tienes que saber – termino para recibir un asentimiento del joven.

- Muchas gracias – dijo pasivamente para dar media vuelta e irse por aquel sendero… realmente era demasiado largo… tal vez uno o dos kilómetros de distancia, dejando al rubio Chūnin un poco perplejo, no esperaba que esta fuese la reacción del que el mismo había etiquetado mocoso hiperactivo.

- ¿Qué paso aquí…? – decía pensativo el rubio para luego encogerse de hombros restándole importancia al asunto para volver a su puesto asignado… pero primero tendría que hacer algo con el pelinegro que todavía no podía dejar de reír.

Ahora con el castaño, este se encontraba mirando cada una de las tiendas y comercios que se encontraba de camino a la torre, pensando un poco en la forma tan fácil en la que entro a la aldea sin ser considerado una amenaza, algo que cuando el formara parte de la aldea tendría que corregir.

- Es demasiado lamentable la forma en la que me burle de esos ninjas de rango Chūnin, realmente cualquier idiota con buena actuación podría pasar y robar información de la aldea como si fuese juego de niños – pensaba analizando la forma tan lamentable en la que entro a la aldea… un pensamiento fugaz se formó en su cabeza ante la posibilidad de que si en su mundo podría haberse convertido en un famoso actor.

Pero tan perdido en sus pensamientos iba que no se dio cuenta cuando llego a la torre del Hokage, aquella estructura de madera pintada de rojo con el kanji de "Fuego" en el centro de un circulo lo detuvo por un momento.

- Entonces es así como se ve la torre en vida real – dijo maravillado por la vista que tenía ante él, pero luego un pensamiento atravesó la cabeza del castaño haciendo que este mirara hacia arriba de la torre, contemplando en todo su esplendor una de las maravillas de la aldea de la hoja.

- increíble – pensó extasiado al ver el famoso "Monumento de los Hokage" viendo tres cabezas gigantes talladas en este. Empezó viendo la cabeza de Shodaime (Primer) Hokage, Senju Hashirama, paso a la del Nidaime (Segundo) Hokage, Senju Tobirama hasta terminar en la cabeza del Sandaime (Tercer) Hokage, Sarutobi Hiruzen.

Tan sumido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando una persona se tropezó con él por accidente, haciéndolo recapacitar para desconectarse de sus pensamientos actuales, para ver en el suelo a una mujer de su edad… bueno, la edad que tiene actualmente.

- Oye, idiota; ¡Fíjate por donde vas! – reprochaba la mujer sobándose la cabeza con una mano, viendo detalladamente su color de cabello… ¿Era de color morado?

- Uh, perdón. No me di cuenta que estaba parado en mitad de la calle – decía con un sonrojo en su cara un poco avergonzado, mientras extendía su mano para ayudarla a levantarse, a lo que ella correspondió, dejando ver su apariencia. Tenia los ojos de color marrón claro y tez blanca, además de que su cabello corto estaba atado en una coleta alta, llevaba puesto un traje de malla de cuerpo ajustado que se extiende desde el cuello hasta los muslos y encima, en la parte superior, llevaba puesta una camisa manga corta color gris. Ella llevaba una minifalda naranja oscuro, así como le protector de frente con el símbolo de la aldea, indicando para el castaño que era una Kunoichi, probablemente de rango Genin; y un pequeño colgante que se ve como un colmillo de serpiente en un grueso cordón, un reloj de pulsera, y espinilleras. Ella también lleva una correa de color azul oscuro alrededor de la cintura que se conecta a la falda.

- Anko… - fue lo único que se escuchó causando que ambos jóvenes se voltearan en dirección al sonido de la voz de un hombre – Te dije que si seguías corriendo sin ver a donde ibas, seguramente chocarías con algún civil – dijo suspirando perezosamente, viendo como cada cosa que le decía a su alumna era en vano, solo para recibir una risita nerviosa por parte de la mujer mientras se rascaba la nuca.

Por otro lado, el castaño no daba crédito a lo que estaba viendo frente a él. No solo se encontró con los que en un futuro serian de las Tokubetsu Jōnin más famosas de Konoha, Mitarashi Anko, si no que se encontró con su Sensei… uno de los tres legendarios Sannin… Orochimaru.

Hablando del mencionado Sannin, tenía una piel muy pálida, con un pelo de color negro que le llega hasta la cintura, además, posee unos ojos de color ámbar con cortes en sus pupilas y unas marcas de color púrpura alrededor de los ojos, seguramente haciendo referencia a su naturaleza de serpiente. Su ropa actualmente consistía en una camisa oscura dentro de un Kimono de color violeta sobre una camisa de mallas, también vendas que le sirven como una faja, un pantalón oscuro, y una especie de armadura alrededor de sus caderas. En su mano izquierda tiene un tatuaje, un poco raro para el joven, seguramente algún tipo de Fūinjutsu.

El castaño salió de su estupor en el momento en que el Sannin se dirigía en su dirección - ¿Mi estudiante no te causo ningún inconveniente? – pregunto cortésmente con una sonrisa… que no entendía muy bien, haciendo que el castaño negara rápidamente con la cabeza.

- No, para nada – decía alzando sus manos moviéndolas rápidamente – de todos modos, es mi culpa por hacerme pasar por un tronco en medio del camino – riendo nerviosamente termino de decir, observando como el pálido solo sonreía con diversión, hasta que se volvió una que el joven no supo reconocer.

- Y dime, Tu eres nuevo por aquí ¿Verdad? – dijo haciendo reaccionar rápido al castaño, cosa que noto muy bien el pelinegro.

- Si, así es. Me dirigía a la torre del Hokage para hablar con el – decía apuntando hacia detrás de el con el pulgar a la entrada de la torre.

- ¿Y se podría saber para qué, exactamente? – dijo calmadamente, aunque sus ojos denotaban lo que el joven estaba esperando del Sannin más inteligente de la aldea, curiosidad.

- Bueno… - decía hasta que una idea se le formo en su cabeza, haciendo que su boca se ampliara grandemente, dando una gran sonrisa muy notoria, ganando una mirada rara de la pelimorada que estaba a un lado y confundiendo al pelinegro – si quieres saber tanto, puedes acompañarme y ver todo lo que le tengo que decir al Hokage – extendió su oferta al Sannin, solo para ver como la única mujer deba unas leves risitas.

- Si crees que alguien como Sensei… - decía burlonamente hasta que el pálido la interrumpió.

- Oh, me encantaría verlo – decía el intrigado Sannin sorprendiendo en gran medida a la pelimorada y una sonrisa más ancha y tétrica por parte del castaño.

- Pero Sensei…

- Si tú quieres, cuando termine de dar el informe, puedes irte – dijo simplemente el pelinegro para avanzar junto al castaño a la torre, cosa que solo saco un suspiro de alivio por parte de la mujer, después de todo, no quería perder su cita con su amado Dango, aunque se intrigo por un momento en el hecho de que su Sensei, pero lo desecho rápidamente, no quería tomarle más importancia a algo que no fuera lo que ella pensaba.

Minutos después, Orochimaru sabiendo que el castaño era un turista en la aldea, decidió guiarlo hasta la oficina en donde se encontraba el Hokage.

- Muchas gracias, ninja-san – dijo para recibir un asentimiento de parte del pálido hombre.

Por otro lado, el joven no podría estar más que sorprendido por lo ocurrido, después de todo, las cosas salieron mejores de lo que él hubiese anticipado. Su plan actual solo era hablar con el Hokage para convertirse en ninja de la aldea, pero con la aparición del Sannin de las serpientes, todo lo que había pensado se fue por el retrete.

No es que fuese algo malo, sino todo lo contrario.

El joven al momento de la aparición del Sannin de las serpientes, no tardó en hacer un cambio de planes, en los que el pelinegro era su foco de atención. Como bien se sabía, Orochimaru era uno de los antagonistas más importantes de toda la serie, pero pregúntense, ¿Qué pasaría si Orochimaru no llegase a desertar de la aldea?

Al principio, el castaño tenía muchas dudas sobre si podría funcionar lo que planeaba, pero la verdad es que no perdería nada con solo intentarlo. Aunque, según él, gran parte de la diversión de la historia original se iba a desperdiciar, pero con el simple hecho de que Zetsu ya de por si cambiaría la historia una vez que llegara, solo hizo desaparecer ese hecho tan importante.

Ahora, ¿Cómo tenía pensado lograr tal objetivo? Bueno, realmente en estos momentos no es algo que necesariamente se deba saber, ahora lo que debería procurar es cuidar cada cosa que haga junto con el pelinegro a partir de ahora…

Pero hablando de los Sannin, ahora a la mente del castaño llego otro de los tres legendarios ninjas de la aldea, Senju Tsunade. Ella también era una pieza fundamental en todo esto, después de todo, era reconocida en todo el mundo como la Kunoichi más fuerte que existe, sin contar de que también es un ninja medico… no cualquier ninja médico, sino la mejor. Pero había un pequeño detalle… ella ya no estaba en la aldea. De acuerdo con lo que recordaba, ella se fue justo después de la muerte de su novio, Katō Dan, hecho que sucedió en la Segunda Gran Guerra Mundial Shinobi… y actualmente se estaba dando la tercera.

Por ahora no podría hacer nada al respecto, pues sabía que, si iba a buscarla ahora mismo, solo acabaría en un rotundo fracaso.

Estaba claro lo que tenía que hacer: evitar que Orochimaru deserte de la aldea.

Realmente una tarea bastante complicada, pero si todo llega a salir bien, la balanza se inclinará abruptamente a su favor. Si bien, quería seguir pensando en las formas en que podría hacer su tarea realidad, tuvo que detener esos pensamientos al darse cuenta de que había llegado al lugar en donde se encuentra el Hokage de la aldea.

Vio como el pelinegro toco la puerta, tres golpes, fue todo lo que hizo – adelante – serena y tranquila, es como se describiría la voz de la persona que dio la orden al otro lado de la puerta.

Sin perder más tiempo, el Sannin abrió la puerta dejando pasar primero a su alumna, con una mirada neutral en su rostro, aunque por dentro estaba impaciente, quien sabe por qué razón, dejando que el castaño entrara de ultimo, pero antes de que pudiese dar al menos un paso, se detuvo al ver llegar a llegar a otro equipo ninja de Konoha, equipo que no tardo ni un segundo en reconocer. Cuatro personas… aparentemente, tres de rango Genin y uno de rango Jōnin debido a su chaleco táctico…

- Que problemático… - fue lo que pensó en lo más profundo de su mente - las cosas no podrían irme mejor que nunca – con deje de sarcasmo, termino de quejarse en sus adentros para ver como el equipo se acercaba al mismo lugar que él, pero antes de que notaran su presencia decidió entra para hablar con el Hokage, ahora no era el momento esto.

Un intrigado Orochimaru se le quedo viendo por unos momentos antes de cerrar la puerta y empezar a dar el informe de la misión a la persona más importante de la aldea en estos momentos.

- Perfecto – fue lo que pensó cuando el pelinegro cerró la puerta, posiblemente no notando la presencia del equipo que venía en camino… o tal vez fingiendo demencia, pero decidió enfocar su atención en el hombre que estaba sentado con una pipa encendida en su mano derecha, detrás de una pila de papeles… sería absurdo decir lo ridículamente gigante que era.

- Sensei – dijo saludando el pálido a hombre que estaba en sus últimos años de buena juventud, mirando como su expresión seria cambiaba a una más serena con la presencia de su alumno preferido.

- Orochimaru – devolvió el saludo con una pequeña sonrisa que denotaba cansancio, seguramente por firmar tantos papeles, soltando un poco del humo que estaba retenido en sus pulmones.

Era un hombre de estatura baja, piel morena y pelo en punta de color marrón oscuro con alguna que otra cana, denotando que la edad estaba haciendo de las suyas, con amplias entradas que con el tiempo posiblemente se harían más y más grandes, sus ojos eran de color marrón y debajo de cada uno tenía líneas que corrían verticalmente y tenía una pequeña verruga en su nariz. Actualmente llevaba puesto el uniforme oficial del Hokage, excepto que ahora no llevaba puesto el sombrero.

El castaño podía sentir como la mirada del Hokage perforaba su cuerpo con curiosidad, pero antes de que alguno de los dos dijese algo alguno del otro, el pálido hombre se colocó en medio de ambos, extendiendo su brazo con una hoja de papel.

- Aquí está el informe completo de la misión que nos diste, sensei – dijo para que el Hokage enfocara su atención en el pelinegro, dejando de lado al joven castaño para agarrar aquella hoja y leer cada detalle de la misión que le encomendó a su alumno.

Se quedó unos cuantos segundos leyendo aquella hoja, viendo que la misión había sido cumplida sin ninguna complicación, para luego tomar su pipa y aspirar aquel humo de tabaco y dejarlo salir momentos después.

- Excelente, Orochimaru – decía elogiando al pelinegro, haciendo inflar un poco el ego de la mujer que todavía seguía impaciente – Ya con esto, pueden tomarse el resto del día libre, no les daré más misiones el por hoy.

- Hai – dijeron al unísono maestro y alumna.

- Pueden retirarse – dijo a lo que la pelimorada desapareció apenas el Hokage dio la orden, ganando un suspiro de los que quedaban en la sala. Para que luego el castaño mayor centrara su vista en el menor.

- Por cierto, este joven es nuevo en la aldea y dijo que quería hablar contigo, sensei – dijo Orochimaru expectante a lo que tendría que decir aquel joven, ganando una mirada de curiosidad por parte del hombre mayor.

- Bien – dijo centrando su atención en el castaño menor.

- Hokage-sama – dijo el castaño menor dando una reverencia – Mi nombre es Yagel y es la primera vez que vengo a esta aldea. Es un honor conocer en persona al Shinobi No Kami (Dios Shinobi) – dijo notando como las miradas de los adultos se posaba sobre él, después de todo, era sabido de antemano la gran reputación que tenía el Hokage fuera de la aldea, pero no creía que los niños de pueblos lejanos supieran ese dato de él.

– Un gusto, muchacho. Soy Sarutobi Hiruzen, el Sandaime Hokage de la aldea – finalmente se presentó, recibiendo un asentimiento del joven – Y entonces, ¿Cuál es el motivo de tu visita a la aldea? ¿Turismo? ¿Estadía? - decía con un pequeño ápice de indagación en su tono, recibiendo una pequeña sonrisa, casi imperceptible, de parte del castaño.

- Estadía – dijo, pero antes de que el Hokage pudiese responder, el joven continuo – Pero también deseo formar parte de la fuerza militar de la aldea – dijo seriamente haciendo que el castaño mayor lo viese directamente a los ojos.

- ¿Sabes lo que significa lo que me estas pidiendo, muchacho? – pregunto el castaño mayor sin quitar su vista del joven frente a él, si bien a lo largo de su mandato como Hokage, la gran menoría de los niños de la edad aproximada del joven en frente de él hacía un pedido como el de convertirse en un ninja, de hecho, son los niños quienes piden convertirse en ninjas por el simple hecho de, según ellos, hacer cosas geniales que ellos también quieren hacer. Pero el joven que estaba parado frente ya estaba lo suficientemente capacitado como para saber lo que significaba convertirse en uno, tenía muchas cosas que decirle a un joven como el, que era apenas un novato… hasta que lo vio sus ojos.

Todos los pensamientos del Hokage fueron echados por la ventana… su mirada solo decía una cosa "¿Acaso crees que no pensé en eso?". Sus ojos entrecerrados hasta la mitad y su boca completamente horizontal, casi parecía una expresión aburrida por parte del joven castaño. Casi se sintió el hombre más estúpido del mundo cuando vio la reacción de sus palabras en el joven, por lo visto, había pensado mucho en esto, quien sabe por cuánto tiempo.

El hombre mayor para recomponerse tomo una bocanada de su pipa, siguiendo con la expresión neutral en su rostro, mirando como su alumno trataba con toda su fuerza de voluntad reprimir las carcajadas que amenazaban con salir, haciendo sentir al viejo hombre aún más tonto.

- Bien – dijo sacando una bocanada de humo, haciendo al joven muy feliz en su interior.

Momentos después, al Hokage se le cruzo un pensamiento por la cabeza – dime algo, joven – dijo captando la atención del joven castaño – ahora necesito que me digas tu nombre completo y tu edad para registrarte en la aldea – decía sacando papel y tinta de uno de los cajones de su escritorio, cosa que saco una risita nerviosa del más joven de la sala.

- No tengo ningún apellido ni tampoco formo parte de ningún clan – dijo recibiendo un asentimiento del Hokage, aunque era poco común que un joven no tuviese apellido, pero no era nada raro – y actualmente, tengo 13 años… - decía sorprendiendo a los ninjas de la sala, realmente no parecía un chico de su edad, además de que era también más alto que muchos chicos, incluso más alto que algunos ninjas mayores que el… no la gran mayoría… pero si, era más alto que el promedio normal.

Ya pasada la conmoción, el Hokage termino de recomponerse para decir su próxima pregunta - ¿Tuviste algún entrenamiento ninja antes de llegar a la aldea? – pregunto el castaño mayor recibiendo una risita apenada por parte del menor.

- Más o menos… - dijo vagamente haciendo que el Hokage entrecerrara los ojos un poco – Si el viejo hubiese tenido más tiempo, seguramente me sabido algunos Jutsus… - decía con una mano en la barbilla, dándose cuenta mejor de lo que dijo, observo las reacciones de los adultos presentes en la sala viéndolo confundido – Ah, claro. Todavía no les había explicado nada de donde venía y eso… - decía con una mano en su mejilla avergonzado por ese detalle a lo que maestro y alumno lo miraron expectante.

- bueno, yo vengo de… - antes de continuar se escucharon unos golpes en la puerta, cosa que hizo que los presentes miraran en dirección a la puerta para entender que había alguien del otro lado.

- Un momento – dijo el Hokage, cosa que sorprendió al castaño menor por un momento, ahora el Sandaime le estaba dando más prioridad a el que a sus ninjas, después de todo, tenía mucha curiosidad por el joven – continua – dijo el castaño mayor para que el menor prosiguiera.

- Como decía, provengo de un pueblo que estaba en la frontera entre el país de la hierba y el país del fuego – empezó, viendo a los hombres asentir pera que continuara – debido ubicación del pueblo, este se utilizó para que algunos ninjas de otras aldeas se escabulleran, hasta que los encontraron y mi pueblo termino siendo destruido, además de que mis padres también murieron en aquella escaramuza, por lo que en otro pueblo mucho más alejado, me quede a vivir con el viejo – hizo una pausa para ver las reacciones de los adultos presentes, por parte del pelinegro, este solo asintió en señal de compresión, y el castaño mayor tenía la mirada perdida, suponiendo que era una de esos conflictos que tenían algunos de sus ninjas con las otras aldeas, más específicos, Iwagakure No Sato (La Aldea Oculta De Las Rocas); después de todo, estaban en mitad de un guerra a la que todavía no le han puesto fin.

- Tiempo después, el viejo me entorno física y mentalmente, para que yo pudiese convertirme en un ninja, pero debido a que el viejo se fue antes de tiempo, no me dio tiempo para entrenar con él Chakra de ninguna forma, por lo cual ahora estoy aquí pidiéndole a usted, Hokage-sama, convertirme en un ninja de su aldea – termino de explicar, aunque para sus adentros se sentía un poco mal por decir tal atrocidad, si bien el joven había metido en unas cuantas ocasiones en su vida en el mundo del que proviene, esto realmente era otro nivel – esto es por una buena razón – pensó para sí mismo, calmándose un poco.

Por otro lado, los adultos no decían nada, solo miraban al enigmático chico de una forma… realmente no sabría cómo explicar, estaba la mirada del Sannin, que realmente le incomodaba demasiado, y estaba la del Hokage, su mirada era totalmente neutral sin dejar escapar una pizca de emoción alguna.

- Bueno… - dijo llamando la atención de ambos ninjas – como decía antes de contar mi historia, prácticamente soy un simple aprendiz… o, mejor dicho, un Genin. Se algunos estilos de combate que me enseño el viejo, además de adaptarlos para mi uso y hace poco desbloqueé mi Chakra… pero actualmente no tengo bien entendido como manipularlo… - decía apenado por el bajo rendimiento de sus habilidades, después de todo, nunca le especifico al Ōtsutsuki en que momento en específico debía traerlo a la línea temporal, cosa que tuvo su efecto negativo, ya que no sabía si tenía tanto tiempo para aprender todo lo que necesitaba, así que tuvo que a la aldea apenas llego, para ver si todo estaba como él quería.

Ahora el otro factor era su nivel de poder. Realmente ser el más fuerte de todos en el momento en que llegase al mundo no le atraía mucho la atención, además, le gustaba más hacer las cosas por el camino difícil que por el fácil, cosa que aprendió de su amiga rubia artista marcial… pero esto… realmente era vergonzoso.

Solo esperaba que con el conocimiento básico adquirido gracias al viejo ojiperla, las cosas pudiesen mejorar de una buena manera… pero hablando de mejorar, necesitaba a alguien que lo entrenase, ciertamente, pero eso ya sería cosa para otro momento.

El castaño mayor solo tomo una bocanada de su pipa para luego hablar - Bueno… ciertamente estas a un nivel que puedo comparar con algunos de los Genin que acaban de salir de la academia hace algunos pocos días – dijo soplando aquel humo, sorprendiendo al joven castaño por lo dicho… ya por fin tenía algo de información… muy valiosa de hecho – pero eso no quita que tienes mucho que aprender de nosotros, los ninjas, pero dejare este asunto para el día de mañana. Preséntate aquí a primera hora, hare una prueba para evaluar si tienes todo lo necesario para convertirte en un ninja de la aldea – dijo con expresión seria guardando en otro cajón la hoja que había sacado hace unos minutos, sacando una gran sonrisa de parte del joven.

Realmente las cosas le estaban saliendo muy bien… aunque estaría hablando muy pronto, apenas había llegado a la aldea, todavía le faltaba mucho que hacer. A demás, el hecho de que los ninjas de su generación apenas acababan de ser elegidos, por lo cual, ahora contaba con más tiempo para planear.

- ¡Muchas gracias, Hokage-sama! – dijo el sonriente castaño dando una reverencia a lo que el Hokage solo asintió.

- Orochimaru – dijo llamando la atención de su estudiante – Guía al nuevo residente, Yagel, a su nuevo hogar – dio la orden a su alumno, extendiéndole un nuevo papel con unas llaves, para luego ser recibidas por el pelinegro.

- Hai – dijo viendo por unos segundos aquel papel, para luego dar media vuelta y mirar al joven castaño, para darle la hoja y las llaves que le había dado el castaño mayor hace unos segundos, a lo que el castaño menor las recibió y dio un asentimiento – Por cierto… - decía llamando la atención del viejo hombre – cuando vuelva, tengo algo importante que contarte, sensei – decía en tono divertido con una sonrisa… cosa que el Sarutobi entendió que era muy importante, para luego asentir y dejar irlos.

El joven mirando extrañado la escena que acababa de suceder, lo dejo para después, ahora tenía que centrarse en otras cosas, como leer la hoja de papel que tenía entre sus manos- Área este, residencia 49, habitación 1-77 B – leyó en su mente, para luego dirigirse a la puerta y abrirla lentamente para irse con el pelinegro como guía… pero sintió que algo estaba mal en estos momentos…

WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

- Esta misión salió mejor de lo que esperaba – fue lo que pensó una persona que acababa de entrar en la torre Hokage, mirando hacia un lado, en donde se encontraban tres niños con no más de 13 años de edad. La ropa del trio estaba algo sucia y un poco hecha girones, después de todo, ese gato sí que daba muchos problemas.

El hombre llevaba puesto el chaleco táctico estándar de su aldea, denotando que era de rango Jōnin, además de un traje azul con unas espirales rojas a cada lado de su hombro debajo del chaleco, con dos bandas blancas en cada manga, pantalones ninja con su bolsa ninja atada en su muslo derecho. Era alto, de tez canela, con brillantes ojos azules y pelo rubio de punta con un flequillo enmarcando a ambos lados de la cara.

Este hombre no era otro que Namikaze Minato, actualmente un ninja de rango Jōnin de Konohagakure No Sato, que estaba llegando de su primera misión rango "D" con su recién formado equipo.

Aunque su desempeño como equipo no fue el mejor en la recién finalizada misión, no le cabía duda de que los Genin… y el Chūnin en su tutela tenían un gran potencial… potencial que él tenía que ayudar a explotar.

Uno de ellos, un chico con pelo negro y puntiagudo, y ojos oscuros. Llevaba un uniforme de manga larga azul con placas de metal en la parte que alcanzó el dorso de las manos, así como una chaqueta azul con adornos de color naranja y el cuello, además de que en su espalda estaba estampado él símbolo su clan, el clan Uchiha. La chaqueta fue fijada al resto del equipo por dos botones en el cuello. También llevaba un cinturón blanco, pantalones ninjas de color azul con su bolsa ninja atada en su muslo derecho, sandalias shinobi, el estándar protector de Konoha en la frente, y un par de gafas con lentes naranjas conectados a los protectores para los oídos. Este era nada más y nada menos que Uchiha Obito, quien se quejaba por lo bajos, cosas sobre misiones sin sentido y gatos demoniacos.

Otro de ellos, una chica que tenía el cabello corto, de color marrón oscuro, y unos brillantes ojos marrones. Ella tenía dos marcas rectangulares color púrpura en cada lado de su rostro. llevaba un traje de color claro con patrones Shuriken sobre ella, con un cinturón alrededor de su cintura y varios bolsillos. Por debajo de esto, llevaba una malla corta de armadura, y unas sandalias de media caña, y el protector de la aldea atado a su frente. Esta chica, no era otra que Nohara Rin, quien solo suspiraba de cansancio por haber hecho lo que ella suponía que debía ser una misión "fácil".

Y el último de ellos, tenía el cabello plateado y ojos negros, además que tenía una máscara que tapaba parte de su rostro, desde el puente de la nariz, que estaba conectada con su camisa negra manga corta, con franjas de color blanco en sus hombros hasta llegar al final de las mangas, y también dos correas que iban en diagonal desde cada uno de sus hombros interceptándose en forma de "X", conectadas con una placa de metal, además de tener guantes con tres placas de metal en sus brazos que van desde sus codos hasta cubrir parte de sus manos, dejando ver sus dedos. También tenía pantalones ninja estilo Anbu color negro con su bolsa ninja atada con vendas en su muslo derecho, con cintas desde sus tobillos hasta sus pantorrillas y sandalias Shinobi. Este era el ninja más prodigioso de su generación, quien había alcanzado el rango Chūnin a los 6 años de edad, Hatake Kakashi, quien ahora estaba bajo el mando de su sensei Jōnin. Se le veía con una expresión impasible, aun estando tan deplorable por la misión, no expresaba otro sentimiento en su rostro.

El rubio suspiro por eso, tendría que ver como el joven peliplata dejara de tener tal razonamiento, aunque para un shinobi no era para nada malo, con las misiones en conjunto con su nuevo equipo, cabría la posibilidad de que fuera a ser perjudicial.

Pero ya dejando de lado esto, ahora tenían que informar al Hokage sobre su misión ya cumplida, antes dejando al pequeño gato en recepción en una pequeña jaula para que no volviese a escapar, se dirigieron a la oficina del Hokage.

Tardaron unos minutos antes de llegar a la puerta que daba con la oficina, pero pudo ver a una persona, seguramente más joven que él, entrar en la habitación y cerrar la puerta, cosa que le pareció un poco rara al Jōnin, pero le restó importancia, por lo que camino lo más lento que pudo, impacientando al Genin pelinegro. En todo el tiempo que anduvo caminando, vio a la alumna de Orochimaru, Mitarashi Anko, salir de la habitación muy apresurada, cosa que le saco una pequeña gota de sudor en su cabeza, después de todo, para nadie era un secreto el afán de la chica por los dangos.

Pero, en cualquier caso, la verdadera razón por la cual Minato se estaba tardando a propósito, era debido a que fuese lo que fuese, probablemente tardaran unos minutos más antes de poder entrar y dar su reporte, cosa que confirmo al llegar en frente de la puerta y tocar tres veces.

– Un momento – esa fue la orden dada por el Sandaime, logrando un leve reproche por parte del Uchiha, un suspiro cansado por parte de la Nohara, y una mirada severa de parte del Hatake.

Reacciones que sabía que sucederían, ahora lo más que pueden hacer es esperar a que el Hokage termine con las personas que estaban actualmente en la sala, por lo se recostó de espaldas a la pared que estaba al lado de la puerta de la oficina, para poder esperar, cosa que su alumno peliplata imito apenas el Hokage contestó.

- ¡Esto tiene que ser una broma! – se quejó en voz alta mientras deslizaba su espalda contra la pared, terminando sentado en el suelo, colocando su cabeza entre sus rodillas, sacando una sonrisa nerviosa por parte del rubio y la castaña a su lado, quien solo se quedó parada en medio del pasillo.

- Cálmate, Obito. Es muy probable que lo que esté hablando el Hokage ahí adentro sea muy importante, por eso es que todavía no podemos entrar – decía el Jōnin del equipo ganando un pesado suspiro del pelinegro.

- Lo sé, sensei. Es solo que… ¿Tenía que suceder ahora? – decía el cansado Uchiha, ganando una sonrisa comprensiva por parte del rubio por la actitud infantil de su estudiante… decidió no decir nada más y esperar a que el Hokage terminase su reunión.

Los minutos pasaban y todavía seguía ahí, tanto así que Obito se levantó de golpe, denotando muy bien lo impaciente que estaba, ¿Qué clase de reunión duraba tanto tiempo? ¿Acaso realmente era tan importante como pensaba su sensei? Sea como sea, no podía esperar más.

- ¿Qué tratas de hacer, Obito? – dijo un poco sorprendido de la acción de su estudiante, sabía que algo como esto iba a suceder con su estudiante, pero ese pensamiento paso en su cabeza a manera de burla.

- ¡No voy a esperar más! – decía para colocarse en frente de la puerta, retrocediendo algunos pasos para… ¿Tomar impulso?

- ¿No serás tan idiota como para hacer lo que estoy pensando que harás? – fue lo único que dijo el peliplata con expresión severa y un poco aburrida, después de mucho tiempo, presto atención a lo que hacía su compañero de equipo, que, por cierto, ni siquiera respondió, cosa que irrito un poco al peliplata quien se iba a colocar en medio del camino del pelinegro para confrontarlo, pero fue detenido por el rubio quien le negó con la cabeza, confundiendo un poco al peliplata, que solo cumplió con la orden de su sensei.

- Obito… - una preocupada Rin estaba punto de detenerlo… lástima que ya era demasiado tarde como para hacer que recapacitara, pues ya había empezado a embestir contra la puerta.

El Jōnin que estaba al lado de la puerta, sabia quienes estaban al otro lado… bueno, la mayoría. Y también sabía que la reunión con el Hokage había terminado, después de todo, el Hokage no había activado el Fūinjutsu de privacidad de la sala, por lo que sabía que en el momento en que el Uchiha empezara a ir contra la puerta, esta se abriría y chocaría con la persona que la fuese a abrir. De esta forma, según el ninja rubio, ayudaría a que el pelinegro aprendiese un poco de las acciones que tomaba.

Y así como había pensado, se empezó amover la puerta lentamente, sorprendiendo a los jóvenes, sobre todo al pelinegro, quien trataba en vano frenar su embestida, esperando a que pasara lo peor…

WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

El joven castaño tenía un mal presentimiento, y no era por las últimas palabras que le había dicho el Sannin al Hokage, aunque eso sí era raro, había algo que le gritaba "Cuidado", y con la experiencia que tenía, sabiendo que lo que gritaba era su instinto, abrió lentamente la puerta, teniendo la guardia en alto, cosa notada por los adultos en la habitación, quienes se sorprendieron al darse cuenta de lo que ahora iba a suceder.

Al terminar de abrirse la puerta, vieron como un pelinegro trataba de frenar en quien sabe por qué razón, pero lo que más les sorprendió fue la acción tomada por el joven castaño, quien entrecerró los ojos al notar al pelinegro menor.

Viendo como el chico en frente suyo se acercaba sin poder frenar su trayectoria, el castaño decidió solamente colocarse a un lado rápidamente antes de que impactara la bala humana contra él, para luego colocar un pie en medio, haciendo tropezar al pelinegro, y antes de que su cara llegase a tocar el suelo, lo sujeto por el cuello de la camisa blanco, dejándolo a unos pocos centímetros.

Tal demostración de habilidad sorprendió no solo a los ninjas dentro de la habitación, sino también a los que se encontraban afuera, sobre todo al rubio, quien no esperaba que esto llegase a pasar.

- Uh… ¿Todo bien allí abajo? – fue la pregunta un tanto nervioso por parte del joven castaño, haciendo que el pelinegro se recompusiera rápidamente, colocándose delante del castaño mirando hacia cualquier lado, avergonzado de la acción tan imprudente que había tomado.

- Si, si … No paso nado… solo… ¡Me tropecé al entrar! – dijo rápido la última parte, después de todo, fue gracias a este sujeto que su estupidez no llegara a terminar en algo mucho peor.

Por otro lado, el joven castaño se dedicó un momento mirarlo directamente a los ojos, colocando aún más nervioso al Uchiha. Gracias a que el joven no era de este mundo, sabía de antemano lo impulsivo que era Obito en estos momentos, además de que también sabia de su presencia antes de entrar a la sala del Hokage, después de todo, era una de las cosas que lo tenía pensativo. Un poco más atrás, vio a los demás integrantes del equipo del Uchiha, todos con sorpresa reflejada en su rostro, a excepción del peliplata, quien lo veía serio. Sabiendo el porqué de sus expresiones, simplemente siguió mirando al pelinegro menor.

Pasaron así pocos segundos, hasta que el castaño dio una pequeña sonrisa, desconcertando al Uchiha en frente de el – Supongo que eso paso – dijo encogiéndose de hombros, sorprendiendo mucho al pelinegro menor… después de todo, nuca creyó que esa sería su posible reacción… pero, ¿Cómo podría saber cómo reaccionaría el sujeto en frente de él? Ni siquiera la había visto antes en la aldea… espera un momento.

- nunca lo había visto antes en la aldea… - pensó al darse cuenta de que era la primera vez que lo veía.

- Bueno, mejor no los hago perder más tiempo – dijo el joven castaño antes de que el Uchiha pudiera decir alguna cosa, acercándose a la salida del cuarto – Orochimaru-san – fue lo que dijo para llamar la atención del pálido hombre, quien salió antes que el joven – Entonces será hasta mañana, Hokage-sama – dijo antes dando una reverencia al castaño mayor, quien solo asiento con la cabeza – Ninja-san – dijo, despidiéndose del pelinegro menor sin quitar la sonrisa de su rostro.

Lo único que pudo hacer Obito fue ver como este caminaba a la salida, siguiendo al Sannin de las serpientes… ¿Por qué estaba junto con él? Realmente esa no es la preocupación actual del pelinegro.

Por otro lado, el joven castaño se dedicó a hachar una mirada nada disimulada al Jōnin sensei del equipo, haciendo contacto visual con el rubio… solo por unos segundos mientras caminaba, hasta que simplemente paso de largo y se fue junto con el pálido.

El rubio entrecerró sus ojos por la acción tomada por el joven, después de todo, no entendía por qué lo veía de esa forma, o por que mintió acerca de lo que sucedió con su estudiante, claramente, el joven se había dado cuenta de su presencia desde el comienzo y en vez de quejarse como esperaba, simplemente acepto el hecho de que su alumno tropezó y se fue en compañía de… ¿Orochimaru?

Esto realmente lo desconcertaba, pero decidió que eso no era de su incumbencia, para luego presentarse frente al Hokage y dar su reporte de la misión, luego tal vez le pudiese preguntar al Sandaime acerca del enigmático joven.

Unos minutos más tarde…

El castaño y el pelinegro seguían caminando hasta el destino donde indicaba la casta, que hasta ahora, estaban yendo muy al este de la aldea, pero no era algo que le importase al joven de todos modos, solo necesitaba un lugar en donde pasar las noches y ya.

Pero dejando de lado estas cosas, el pelinegro seguía mirando al castaño que iba sumido en sus pensamientos – Las cosas realmente fueron un poco divertidas en la oficina de sensei… - dijo el pálido hombre rompiendo el hielo haciendo que el castaño saliese de sus pensamientos para contestarle al hombre a su lado.

- Si, supongo… aunque no esperaba que las cosas terminaran así… - dijo desinteresado en recordar la última parte, sacando una sonrisa de ninja.

- también me dio gracia la forma en que lograste burlarte de sensei – dijo recordando la mirada dada por el joven cuando el Hokage le pregunto si estaba seguro de ser un ninja, logrando sacar una sonrisa divertida del castaño.

- Bueno, realmente… - iba a continuar, pero antes de eso, el pálido siguió hablando.

- Lograste burlarte de la misma forma como lo hiciste con los Chūnins de la entrada – con una sonrisa maliciosa termino de hablar, para ver como el joven se detenía en seco, sorprendido por lo dicho por el Sannin… hasta que se volvió a su diversión nuevamente.

- Así que, ya me habías visto… - decía pensativo el joven retomando su andar, aunque seguía con su expresión divertida, no porque lo habían descubierto, sino de no haber esperado esto, después de todo, ahora se sentía como idiota por no haberlo notado antes, ahora podía entender el interés del pálido hombre en él desde el principio.

- Pues claro, después de todo, por eso deje que mi alumna se tropezara contigo en la entrada de la torre – revelo el pelinegro, haciendo que el joven se sobresaltara un poco – aunque luego de lo que vi y de lo que dijiste a sensei, tengo muy en claro que no eres ningún espía de otra aldea ni nada por el estilo – dijo haciendo que el joven respirara un poco aliviado, sin duda, sería algo muy problemático si llegasen a creer que era un agente de otra aldea, después de todo, no tenía tanto tiempo como para lidiar con eso – pero tengo intriga por saber si… ¿Sabías mi nombre antes de que sensei me llamara? Después de todo, poca gente de tu edad que provenga del extranjero sabe sobre el apodo de sensei, y eso me hace pensar que ya sabias de mí… – pregunto el pelinegro, haciendo suspirar al joven a su lado.

- Es cierto. Ya sabía sobre ti, Orochimaru, conocido como Konoha no Shiro Hebi (La Serpiente Blanca De Konoha) y ser uno de los miembros de los Tres Legendarios Sannin… - dijo obteniendo una ancha sonrisa por parte del pelinegro, no porque se sintiese alabado por ser conocido por un muchacho tan joven como el, sino por haber tenido razón en su hipótesis hecha.

- Fascinante – murmuro en voz baja, tanto que el castaño no pudo escuchar – entonces, ¿Es realmente cierto que tu razón para volverte ninja solo sea para completar tu entrenamiento? – pregunto el pálido sorprendiendo al castaño. Realmente nunca dio a conocer el "por qué" él quería convertirse en un ninja, solo contó su historia previamente pensada y más nada.

- ¿En serio di a entender que esa era mi razón? – decía rascándose la mejilla, avergonzado de aparentar algo que nunca sería en su vida, sacando una leve carcajada de pelinegro – La verdad es que yo no lo llamaría "un sueño", más bien… "una misión" – decía mirando a nada en específico, dejando intrigado al pelinegro.

- Y entonces… - dijo el pelinegro dando paso a que el castaño diera su respuesta.

- Mi misión… es traer la paz a este mundo – dijo sorprendiendo al pelinegro – sé que suena muy ambicioso y todo, pero es algo que le prometí al viejo que haría, así que no es algo en lo que pueda fallar… aunque sé muy bien que esto es algo casi imposible, que hasta puede que tarde quien sabe cuántos años, pero sea lo que sea, tarde lo que tarde, tratare de dar mi mayor esfuerzo para cumplir con mi misión – termino de decir con convicción palpable en él.

El pelinegro se quedó absorto por lo escuchado, después de todo, este tipo de sueños no era de personas de la edad de él, mostrando lo maduro que este joven podía ser… a lo cual solo rió brevemente.

- Realmente, algo muy avaricioso – dijo el pelinegro sacando una sonrisa del castaño.

- Bueno, pero eso solo sería mi objetivo final – dijo llamando la atención del hombre – después de todo, primero tengo que convertirme en un ninja – dijo sin quitar la sonrisa de su cara recibiendo un asentimiento del pelinegro.

Pasaron el resto del camino en silencio… aunque solo fueron unos breves segundos, ya que, de un momento a otro, ninguno se dio cuenta que ya habían llegado al lugar indicado en el papel, cosa que sorprendió al par un poco… realmente estaban muy centrados en la conversación que tenían.

Orochimaru llevo al castaño hasta la puerta de lo que parecía ser, su nuevo departamento de ahora en adelante.

- Habitación 1-77 B – dijo en voz alta, leyendo el número y la letra que estaban en el centro de la puerta – Ya llegamos – fue lo que dijo para recibir un asentimiento de parte del castaño.

- Muchas gracias, Orochimaru-san – agradeció cortésmente el joven dando una leve reverencia sacando una divertida sonrisa del pálido.

- Oye, oye, no tienes que ser tan formal conmigo, ¿Sabes? – dijo para ver como el castaño se divertía un poco – ahora ya podrás concentrarte y pensar en lo que sensei tendrá planeado hacer contigo mañana – dijo para que el joven asintiera un poco serio.

- Si, ya he estado imaginándome de que forma me evaluara Sandaime-sama para que me vuelva un ninja – dijo introduciendo la llave de la puerta para quitar el seguro y después abrirla.

- Me lo imaginaba – dijo el pálido haciendo un sello de manos… más específico, el sello del carnero – Buena suerte mañana, tal vez la necesites… - dijo para desaparecer con un Shunshin no Jutsu (Jutsu de Cuerpo Parpadeante), dejando una pequeña nube de humo a su alrededor, además de un extrañado castaño.

- ¿Por qué de repente pienso que podría hacer el Shunshin No Jutsu en estos momentos? – dijo a nadie en particular. Un poco raro, pero lo pensaría mejor cuando entrase en su departamento y organizar todas sus ideas, después de todo, todavía faltaba mucho tiempo para que su día terminase.

WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

Actualmente en la torre Hokage, se encontraba un desconcertado rubio dando su informe de misión a un inexpresivo Hokage, el rubio no paraba de pensar en que fue esa mirada que le dio aquel chico, ni siquiera sabía cómo sentirse al respecto, después de todo, le inquietaba mucho pero no sabía la razón de esto. Por otro lado, el Hokage solo estaba ahí sentado en su silla, fumando constantemente de la pipa, que tuvo que recargar hace unos instantes, pues el tabaco utilizado antes de que llegase el equipo del Jōnin rubio se había acabado, además de que le ayudaba a relajarse un poco del estresante papeleo y las migrañas que conlleva hacerlo. Aunque el mayor seguía pensativo, algo en lo que tenía que ver cierto castaño con chaqueta andrajosa de color verde, todavía seguía divagando en lo más profundo de su mente sobre este muchacho, lo que había visto no era más que una mera burla hecha a uno de sus ninjas, después de todo, este muchacho parecía ser mucho más de lo que aparentaba…

Por otro lado, estaba el equipo del Jōnin a un lado del rubio. El trío, al igual que los adultos, no dejaban de girar sus pensamientos en torno al joven castaño.

Primero estaba Kakashi, quien no dejaba de preguntarse quién era este sujeto, después de todo, nunca lo había visto en la aldea ni una sola vez, y como si fuese un juego de niños, burla de una forma muy denigrante a su compañero Uchiha, aunque sabía que se lo tenía merecido por ser impaciente, no espero que pasara algo como esto.

De segundo estaba la única mujer del grupo, Rin, quien no dejaba de pensar en lo rápido que debió haberse movido como para esquivar aquella embestida de su amigo pelinegro, preguntándose tal vez si era algún Chūnin o algo por el estilo, pero no recordaba haberlo visto antes en la aldea.

Y, por último, y más importante de todos… estaba el impactado Obito, aunque agradecía mucho al castaño por haberlo salvado por su imprudencia y de ser reprendido por el Hokage, pero probablemente sería reprendido por su sensei, en su interior se sentía humillado, después de todo, lo hizo quedar como un tonto en toda su totalidad en frete de su nuevo equipo…

Los pensamientos todos se detuvieron cuando escucharon el toque de la puerta, haciendo que el rubio dejase de hablar por un momento al sentir el Chakra de la persona al otro lado.

- Pase – fue la orden dada por el Hokage, haciendo que la persona al otro lado entrase, dejando ver que no era nada más que el hombre pálido, Orochimaru.

Apenas el hombre entro a la sala, el Hokage con una mano le dio a entender que esperase un momento, para finalizar con los asuntos del equipo del Namikaze – Pueden recibir la paga en secretaría por finalizar con éxito esta misión – dijo el Hokage recibiendo un asentimiento del equipo completo – pueden retirarse… - dijo recibiendo otro asentimiento de los cuatro, hasta que el Hokage volvió a hablar – menos tú, Minato, necesito hablar contigo de un asunto importante – dijo ganando una mirada de los menores de la sala y una reacción en la que se podía deducir que era de sorpresa por parte del rubio, quien asintió con la cabeza por lo dicho.

Ya cuando los Genin y el Chūnin se retiraron de la oficina, el Hokage con una señal de manos mando a salir a sus Anbus que estaban escondidos en la sala, impactando un poco más al Namikaze, después de todo, no esperaba lo que tendría que decir el Hokage fuera tan importante como para que sus Anbus se tuvieran que ir.

- Entonces, ¿Para qué me necesita, Hokage-sama? – pregunto seriamente el Jōnin rubio, sea lo que sea, sabía que no sería una tarea nada fácil.

- Es más un favor que le estoy pidiendo a tu equipo… - decía el viejo hombre… haciendo que el rubio suspirara un poco, dejando atrás su semblante serio para cambiar a uno más pasivo – es con respecto al joven castaño de hace unos momentos – soltó el Sandaime, sorprendiendo al rubio y obteniendo una mirada de comprensión por parte del Sannin.

- Como ya te habrás dado cuenta, él no es una persona que hallas visto antes en la aldea… - dijo recibiendo un asentimiento por parte del rubio.

- De eso me di cuenta hace poco… de pues de todo, un joven tan hábil como él y que no sea ninja de la aldea… - decía pensativo, pensando cuidadosamente en lo que dijo… - ¡Hokage-sama! ¡¿No estará diciendo que…?!

- No es lo que estás pensando, Minato – dijo el pelinegro, interrumpiendo las palabras del rubio – No es ningún tipo de espía de otra aldea ni nada por el estilo, eso lo comprobé hace unos minutos – dijo seriamente el pálido, sorprendiendo a las dos personas que escucharon perfectamente lo que dijo.

- Esta bien… - dijo recompuesto el – Entonces, ¿Cuál es el problema? –

- La razón por la cual te llame es que necesito de los servicios de tu equipo para evaluar el rendimiento de joven… Yagel – revelo el Sandaime sorprendiendo un poco al rubio, quien miraba al sonriente Sannin, que seguramente había previsto esta situación.

- Pero, Hokage-sama; ¿No cree que él es un poco mayor que mis alumnos para tratar de evaluarlo? Es decir… ¿No sería mejor evaluarlo con alguien que por lo menos tenga su misma edad? – decía, ganando un suspiro por parte del hombre castaño y una risita leve del pelinegro, algo le decía muy bien que se había equivocado rotundamente.

- Es por eso que elegí a tu equipo, Minato – respondió, a lo que el rubio abrió los ojos como platos al darse cuenta de lo dicho… si es cierto, entonces el joven castaño tenía la misma edad que sus estudiantes… por lo visto no tomo en cuenta que era algo más alto que el promedio normal de las personas de su edad.

- Soy todo oídos, Hokage-sama – dijo ya recompuesto de la sorpresa y con voz seria y tranquila, dejando en claro que ayudaría al Hokage con la evaluación que le haría al nuevo aspirante a ser ninja, después de todo, también podría servir para saber un poco sobre las habilidades de aquel joven que lo había sorprendido bastante en un solo día.

- Excelente… - fue lo que dijo el Sandaime antes de proceder a explicar la prueba que le daría al joven castaño el día siguiente…

WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

El joven castaño había entrado a su casa después de tener aquel pensamiento tan confuso que se había propuesto a resolverlo, pero antes de hacer cualquier cosa, comenzó a inspeccionar aquel departamento que le había otorgado el Sandaime.

Era lo suficientemente grande como para hacer todo lo que tenia planeado, después de todo, las casas tan grandes nunca habían sido de su gusto, por el simple hecho de que le fastidiaba rellenar los espacios vacíos de todas las casas que había tenido, y si la casa era tan grande como para que viviesen cinco personas, pero solo viviese una, no dudaría en cambiar de casa en el primer instante. Agradecía mucho a su suerte y al Hokage por elegir una casa tan conveniente como esta.

Se dedicó a observar como estaba distribuida todo el lugar, había un cuarto con una cama, una pequeña sala de estar con un mueble pequeño y una meza rectangular pequeña, un poco más alejado se encontraba una pequeña cocina con un buen espacio de almacenamiento de alimentos, ceca de ahí había una mesa redonda como para máximo 4 personas y dentro de la única habitación había un baño decente.

Realmente sería un lugar que iba a aprovechar al máximo, después de todo, era casi tan igual como su casa anterior, solo que ahora no tenía lugar para su estudio, pero eso sería algo que arreglaría en otro momento, ahora que ya había llegado, era hora de organizar todas sus ideas y asimilar la información obtenida… claro, lo haría si es que no estuviese un viejo peliblanco Ōtsutsuki parado en la sala de estar.

- ¿Hamura-san? – pregunto curioso el joven, la verdad es que no esperaba encontrarse tan pronto con el Ōtsutsuki en estos momentos… después de todo, no había pasado tanto tiempo desde que había llegado a la aldea.

- Veo que tuviste un día… interesante, joven Yagel – dijo, logrando sacar una gran sonrisa del castaño, además, a entendía las razones por la cual lo estaba visitando.

- Bueno, puedo decir que fue mucho mejor de lo que esperaba… - se sentó en el suelo a un lado de aquella mesa pequeña, cosa que el ojiperla imito – Veo que ya has asimilado los recuerdos que te dejo el otro Ōtsutsuki Hamura, realmente mucho antes de lo que anticipaba… pero sabía que algo como esto podría pasar – revelo el joven apoyando su cabeza con su puño derecho mientras este estaba apoyado en la mesa, ganado una pequeña sonrisa del ojiperla.

- Veo que te diste cuenta – la voz serena del viejo solo causo un asentimiento por parte del joven – conque ya había anticipado mi llegada…

- Pues claro, después de todo no ha pasado ni un día desde la última vez que te vi… bueno… tu entiendes… - decía inclinando su cabeza con una sonrisa nerviosa, realmente, era la primera vez que hablaba con el Ōtsutsuki de esta línea temporal – pero da igual. Además, tenía anticipado desde un principio que vinieras en estos momentos.

- ¿En serio? ¿Y cómo sabias que vendría?

- Simple, se te olvido darme dinero.

- ¿Qué? – atónito por la simple razón dada, no se había dado cuenta de que no le había… que el otro Hamura no le había dado dinero para que se mantuviese algunos pocos días antes de que pudiera ser un ninja oficialmente. Tal acto solo saco unas carcajadas del castaño.

- Oye, oye, aunque ciertamente esa era una razón para que tú me visitases, no era la verdadera razón. Sé muy bien que querías comprobar si los recuerdos del Ōtsutsuki Hamura proveniente de mi mundo eran ciertos – decía agitando sus manos despreocupado para sacar de su impacto.

- Si… esa es la razón por la cual estoy aquí – decía calmado el Ōtsutsuki.

- Bueno, aprovechando que estas aquí… - decía llamando la atención del ojiperla – necesito que me respondas una pregunta.

- ¿Cuál es tu duda, joven Yagel? – decía curioso el ojiperla por saber lo que pasaba dentro de la cabeza del castaño.

- Pues veras, en el momento en que Orochimaru-san utilizo el Shunshin No Jutsu, podría decirse que actualmente podría hacerlo en estos momentos – dijo calmado, sorprendiendo al ojiperla… podría ser justamente lo que él está pensando, pero decidió primero verificar si lo que pensaba no era una simple suposición.

- Para contestarte, necesito que respondas unas preguntas que he pensado – dijo el ojiperla dejando curioso al castaño – dependiendo de lo que me respondas, podre darte la respuesta que deseas.

- De acuerdo – respondió el castaño, dejando que el ojiperla comenzara su interrogatorio.

- Primero, ¿Qué fue lo que observaste en el momento en que Orochimaru realizo el Jutsu? – pregunto el ojiperla, desconcertando un poco al castaño, pero dejando de lado eso, decidió responder.

- pues observé fácilmente como hizo el sello del carnero para luego crear una nube de humo e irse a una velocidad muy rápida, casi como se hubiese tele transportado – dijo haciendo sonreír al viejo hombre frente a él.

- ¿Y qué sentiste cuando realizó el Jutsu? – dijo haciendo que el castaño, nuevamente se desconcertara por la pregunta.

- Bueno… sentí como su Chakra fluía después de hacer el sello… pude sentir cuanto Chakra uso exactamente, como también sentí a que dirección se dirigía luego de desaparecer… - dijo, para luego sobresaltarse abriendo los ojos lo más que pudo… después de todo, esto solo es algo que pudiese hacer un solo tipo de persona.

- Enhorabuena, joven Yagel – decía el viejo ojiperla con una sonrisa enmarcada en su rostro – eres un prodigio.

- Vaya… quien lo diría… - decía sorprendido ante las palabras del ojiperla presente, de una forma u otra, este era un escenario que había planteado en su cabeza ya que en el mundo del que provenía, era considerado un genio, pero tal hecho era opacado por lo flojo y despreocupado que era… pero pensar que de igual forma el mismo concepto aplicaba para este mundo… - esto hará que las cosas puedan ser más interesantes… - decía con una ancha sonrisa en su rostro, cosa que desconcertó un poco al ojiperla.

- Bueno, qué más da – dijo el castaño restándole importancia, ahora no era el momento para esto – supongo que ahora me centraré en lo que tengo que esperar de la prueba que estará preparando el Hokage para mí en estos momentos.

- Bien, entonces mi trabajo aquí ha terminado.

- ¡Espere un momento, Hamura-san! – dijo deteniendo al ojiperla - ¿No crees que estas olvidando algo?

No dijo nada antes de que en la mesa apareciera un manojo de billetes… probablemente unos 10.000 yenes.

- Espero que la próxima vez que nos veamos, sea en un mejor momento – dijo despidiéndose el viejo… pero en vez de que el desapareciera en un portal como la última vez, todo el lugar empezó a brillar, tanto que le joven tuvo que taparse los ojos un poco por tanta luminosidad, solo para darse cuenta que estaba sentado en el suelo de piernas cruzadas en una pose meditativa.

- … - parpadeo un poco desconcertado aquel joven que no se movía de su lugar, no entendía perfectamente lo que pasaba hasta darse una idea de lo que paso – entonces… ese lugar era mi espacio mental… realmente era muy conveniente que la primera vez que entro, tenga la misma apariencia de este departamento… seguro fue algo que había planificado Hamura-san… - pensó con una pequeña sonrisa al darse cuenta de lo ocurrido, por lo cual se levantó y vio la mesa en frente de él… para darse cuenta que el dinero que le había dado no se encontraba en la pequeña mesa en donde se suponía que lo había dejado, sino en uno de los bolsillos de su pantalón en un monedero común… realmente estaba agradecido con el viejo por haberse tomado la molestia de darle uno.

Decidió ir a la cocina para prepararse algo de comida… solo para darse cuenta de no había nada, todas las repisas y gavetas en donde se suponía que debería haber comida, estaba completamente vacío…

- Hmp – gruño por lo bajo, después de todo, debió haberse dado cuenta de algo tan simple como esto, pero dejando eso de lado, se dispuso a ir a la tienda más cercana a compra algo de comida… seguramente iría a alguno de esos puestos en donde vendían algún Dango o talvez a ese puesto de Ramen del que todas las personas de su mundo hablan… eso era algo que decidiría una vez que saliera de su departamento.

Ya fuera de su departamento, de dirigió a algún lugar en específico para buscar el lugar en donde podría comer algo… tanto pensar le dio muchas ganas de comer una buena comida… pero claro, como si el destino le quisiera dar una jaqueca interminable… sus oídos captaron el sonido de una mujer que estaba degustando fortuitamente su comida, se escuchaban a unos metros de su posición.

Y como curiosa persona que siempre era desde un principio, giro su cabeza para ver una pequeña tienda… una que pudo reconocer al instante en el momento en que leyó el letrero del restaurante.

- Quien lo diría… - y de una forma que no esperaba, encontró un restaurante en específico que ni siquiera tenía planeado encontrar de la forma en que lo hizo… Ichiraku Ramen.

Pero eso no fue lo que en realidad lo impresiono, sino el hecho de ver a una mujer sentada en la barra en donde se servía la comida de aquel pequeño restaurante… pero no cualquier mujer, aunque no podía ver su cara porque una de aquellas persianas lo tapaba, vio el color de cabello que tenía… una pelirroja.

Decidió entrar al restaurante por dos motivos; charlar con la mujer y comer de aquel delicioso platillo; y así mismo, empezó.

- Buenas tardes – dijo lo más formal posible llamando la atención del cocinero y a la mujer que estaban presentes en el local, recibiendo un asentimiento del sonriente cocinero y un asentimiento de la mujer que ni siquiera se giró a verlo, realmente se notaba lo mucho que le gustaba el Ramen.

Ya viéndolos mejor a ambas personas, identifico enseguida a la pelirroja ojimorada de rostro redondo y de piel clara como La Akai Chishio no Habanero (La Habanera Sangrienta), Uzumaki Kushina, quien usaba el uniforme estándar de la aldea, que consistía en un traje azul con unas espirales rojas a cada lado de su hombro y el chaleco táctico de Konoha, además de portar el protector frontal de la aldea atando su pelo en una larga coleta y dos flequillos largos a los lados, pantalones ninjas azul oscuro con su bolsa ninja atada en el muslo derecho y sandalia ninja del mismo color.

El hombre presente, un cocinero que identifico como Teuchi, una persona que todavía seguía en la flor de su juventud, con cabello oscuro, piel morena y algunas muy pequeñas arrugas en el rostro, estaba vestido con un traje típico de un cocinero, camisa manga larga y mandil de color blanco y un gorro del mismo color, pantalones marrones largos y unas botas de color negro.

- Buenas tardes, muchacho – decía feliz el sonriente hombre por ver a un nuevo cliente - ¿Puedo tomar su orden?

- Deme un plato de Ramen de…. – decía pensativo, pero en realidad no sabía cuál debería elegir, después de todo, era la primera vez que comía Ramen, por lo cual no tenia idea de que pedir.

- Miso Ramen de Cerdo – fue lo que dijo una pelirroja animada que sabía que era un "novato" en el mundo del Ramen – ese es el que deberías pedir – dijo mientras continuaba sorbiendo un poco de su plato, dándose cuenta de que se le había acabado – ¡Otro plato, viejo! – exclamo eufórica la pelirroja, sacándole una gota de sudor a ambos hombres en el local.

- Va en camino – dijo el hombre tomando la orden para luego ver al joven castaño – Y también traeré tu plato de Miso Ramen de cerdo, muchacho – termino de decir feliz, para luego en unos segundos, ya haber traído el pedido de ambos.

- Que un buen servicio – se dijo en su mente mientras tomaba asiento dejando dos puestos de por medio entre él y aquella pelirroja. Rápido y eficiente, dos cosas que le gustaba que tuviese un restaurante, y este en particular las tenía. Pudo ver en la cocina como una niña ayudaba… diría que de uno años, al hombre a preparar y servir el Ramen en los tazones.

Y ahora, con su plato humeante de Ramen en frente de él... no sabía con exactitud que esperar del platillo… además de la mirada de los adultos presentes no lo ayudaba mucho, pero ya dejando eso de lado, se propuso a probar un poco del plato, agarrando una gran porción de fideos con los palillos que usualmente se usan.

Finalmente, los fideos llegaron a su boca, dejando espesantes a los adultos por ver cuál era su reacción. Se paralizo un momento cuando ingirió aquello, viendo el plato con estrellas en sus ojos - ¡Esto es delicioso! – dijo energético el castaño agarrando el tazón con una mano, y con la otra los palillos, ingiriendo rápidamente los fideos en su boca a modo de tobogán.

Solo tardo 10 segundos para dejar el plato completamente vacío, cosa que sorprendió un poco a las dos personas presentes – ¡Este platillo posee la cantidad exacta de fideos, combinado con los ingredientes mejores utilizados, además de que el cerdo estaba cocinado a la perfección, dejándome extasiado por querer más de este exquisito platillo! – dijo ganando una gran gota de sudor por parte de los adultos, por lo visto, su fascinación por la comida fue más de lo que esperarían - ¡Otra orden, por favor! – dijo extendiendo el tazón con sus dos manos al hombre que sonrió y feliz volvió a la cocina para una nueva orden, al parecer le encantaba ver las reacciones positivas de sus clientes a su comida.

- Fue una buena recomendación de tu parte, ninja-san – dijo el castaño sin quitar la enorme sonrisa de su rostro, ganando la atención de la pelirroja – Muchas gracias.

- No fue nada, niño – dijo la mujer devolviéndole la sonrisa, solo para quedarse pensativa, apenas vio al joven en frente de él no lo reconoció de ningún lado, después de todo, ella sabía a detalle todos y cada uno de las personas que conformaban la aldea, por lo cual pensó que era nuevo en la aldea, explicando su reacción a la majestuosa comida - Tú no eres de por aquí, ¿Verdad? – decía la pelirroja mientras agarraba otro bocado de Ramen, cosa que extrañamente no hizo que cambiara la expresión del joven de ninguna manera.

- Efectivamente, ninja-san. Es la primera vez que vengo a esta aldea – decía el joven viendo a la pelirroja que asintió – Soy Yagel, futuro ninja de Konoha. Mucho gusto, ninja-san – lo último dicho por el castaño extraño un poco a la Uzumaki, pero antes de que pudiese decir otra cosa, otra persona ingreso al pequeño local, cosa notada por todos los presentes.

- ¡Minato-kun! – dijo la alegre pelirroja, quien de un salto abrazo al rubio presente – llegaste un poco tarde – dijo la sonriente mujer que solo recibió una pequeña risita nerviosa del hombre.

- Kushina-chan, siento llegar tarde, pero el Hokage tenía algo más que decirme junto con Orochimaru… - dijo sorprendiendo a la pelirroja, sabiendo que, si ellos estaban reunidos, se supondría que sería algo serio…

- Oye, ¿tú eres el ninja que estaba con aquel pelinegro esta tarde? – ambos adultos voltearon para ver al joven que estaba a un lado, sorprendiendo al Jōnin al darse cuenta de quien estaba ahí, además que no había notado su presencia por haber venido apresurado para ver a, en este momento, su novia.

- Así que tú eres el joven que estaba en la torre hace poco… – dijo el rubio con serenidad, ya en estos momentos la pelirroja, estaba impresionada por lo que estaba pasando.

- Bueno, supongo que eso es un si – dijo para que, en ese momento, el cocinero ya trajese el segundo plato del joven, quien agradeció en silencio al hombre.

- ¡Minato! Qué bueno que hallas llegado – decía el cocinero notando la presencia del rubio, quien sonrió y asintió - ¿Lo de siempre?

- Si, por favor – dijo el rubio ya tomando asiento a un lado de la pelirroja, aunque la mujer se veía extrañada mirando al rubio mientras le pedía con una mirada que le explicase lo que estaba pasando, pero antes de que pudiese formular alguna palabra, el joven empezó a hablar.

- Ninja-san, no pude evitar escuchar… que usted se quedó un tiempo más hablando con Orochimaru-san y Hokage-sama… - empezó, tensando un poco al rubio, cosa que noto la pelirroja - ¿De casualidad su reunión se basaba específicamente sobre mí? – pregunto dejando a un lado el tazón vacío mientras con la mano indicaba al cocinero que le sirviese otro tazón, haciendo que el rubio entrecerrara sus ojos un momento, antes de que volviese a su expresión normal, cosa notada por el joven y la mujer.

- ¿En qué te basas para decir algo como eso? – el rubio sabía que no podía jugar con el joven, después de todo demostró ser mucho más de lo que aparentaba, tal acción tomada sorprendió a la pelirroja a su lado, preguntándose qué es lo que quería el rubio del joven, después de todo no era una respuesta común en el Jōnin… y cada reacción de los adultos fue notada por el castaño quien solo sonrió un poco mientras veía como el cocinero dejaba su pedido en la mesa.

- Bueno… - dijo mientras agarraba los palillos para comenzar con su nuevo tazón - estoy más que seguro que, por mi reacción ante la acción de su estudiante, Hokage-sama vio falible la posibilidad de llamar a uno de los equipos Genin que recién se formaron hace poco para hacer mi prueba ninja – dijo dando 2 vueltas a los palillos creando un pequeño bollo con los fideos.

– También está el hecho de que mi reacción dejo más que pensativos a todos los que estaban en la sala, por lo cual estoy seguro de que el Hokage eligió específicamente a tu equipo para evaluarme, después de todo, estoy casi convencido de que ese era el mejor equipo que ha salido de esta generación. En eso me baso por la reacción de uno de sus estudiantes, el peliplata que debía tener expresión impactada, pero en vez de eso, estaba serio, pensando en posibilidades que yo tal vez sepa que cuales eran, exactamente... – dijo dando otras 2 vueltas a los palillos haciendo más grande el bollo de fideos.

– Además, también está el hecho de que Orochimaru-san estaba presente, ya que él estaba con Hokage-sama en el momento en que yo me presenté y dije que quería convertirme en ninja de la aldea – terminó de dar su explicación dando otras 3 vueltas a sus palillos, haciendo aún más grande el bollo de fideos, comiéndolo de un solo bocado – ¡Más, por favor! – dijo el castaño dejando de lado el tazón vacío.

Desde un principio sabía que esa reunión tenía que ver con él, y ahora con la mirada estupefacta del rubio, estaba más que seguro que de alguna forma, el Jōnin estaría implicado en la prueba de mañana.

Ahora estaba la pelirroja, quien veía igual de estupefacta por el razonamiento rápido del castaño, además de que su sorpresa se agrando más al ver al rubio, casi nunca lo podía ver tan impresionado como lo estaba viendo ahora.

- Al ver su reacción, puedo entender que mis suposiciones eran las correctas – dijo sacando de la impresión a los adultos, mientras el castaño recibía el otro tazón repleto de Ramen – Podría hasta deducir cual es la prueba que tiene Hokage-sama para mí – decía el castaño tomando otro par de palillos – pero eso ya le quitaría la diversión a la prueba, ¿No lo cree, ninja-san? – dijo mirando a los ninjas que no podían creer lo que estaban escuchando, para luego el castaño comer el tazón tan rápido como los anteriores.

Ninguno de los adultos formulo ni una sola palabra, no comprendían lo que acaba de pasar, solo les dejo en claro que este joven era mucho más de lo que podía aparentar ser…

- Bueno, creo que ya me llené – decía observando a un lado los 5 tazones vacíos, impresionando sobre todo a la pelirroja, ¿Cómo podía comer tantos tazones en tan poco tiempo? – Supongo que será hasta mañana… Minato-san, Kushina-san – dijo dejando perplejo a la pareja… ¿Cómo se suponía que…? Hasta que recordaron cuando el rubio llego al local, tranquilizándolos un poco – Aquí dejo el dinero, señor… - dijo dejando el dinero en la mesa, según el precio que decía el afiche que estaba colgado en la pared, calculo lo que necesitaba.

- Gracias por visitar mi tienda, muchacho – decía el sonriente hombre – Por cierto, soy Teuchi. Espero volver a verte pronto.

- Mi nombre es Yagel. Yo también espero volver aquí para comer esta majestuosa comida, Teuchi-san – dijo para darse la vuelta e irse a comprar lo que necesitaba para rellenar las repisas de su cocina.

Por otro lado, estaba la pareja ya recuperada de la sorpresa, viendo cómo el castaño se alejaba del local, pero el rubio vio a otro lado, notando una presencia conocida para él, al igual que la pelirroja lo había notado.

- No era necesario que te escondieras, Kakashi… - dijo el rubio, haciendo que el mencionado se colocase en frente suyo.

- ¿No es una amenaza, sensei? – preguntó el peliplata, sorprendiendo a la pelirroja de que pensara algo como eso, pero era lógico que fuese lo primero que pasase por la cabeza del joven, pero el rubio no se estremeció ante la pregunta, más bien, esperaba a que el peliplata hiciese una pregunta como esa.

- Si Hokage-sama aseguro que no fuera una amenaza, no tengo por qué dudar de sus palabras – dijo el rubio, recordando la charla que tuvo con el Hokage y el Sannin, aunque fue el pálido hombre quien había dicho que no era un peligro para la aldea, el Sandaime confiaba en sus palabras, y si el confía en el Sannin, el rubio también lo haría.

La respuesta solo gano un asentimiento del peliplata, no tenía por qué dudar en la palabra de su sensei, mucho menos la del Hokage, por lo que solo se mantendría expectante a lo que pudiese suceder el día de mañana, ya que seguramente el estaría implicado en la prueba que planeo el Hokage.

Ya pasadas unas horas, el castaño por fin regreso a su casa con unas cuantas bolsas repletas de alimentos, todo lo necesario para que pudiese cocinar y sobrevivir por su cuenta.

A este punto lo único que le quedaba por hacer, era planear lo que haría en la prueba de mañana, que para él era un poco predecible, pero de igual forma sabía que no sería tarea fácil… menos mal que ya tenía mucha experiencia en peleas y algunos diferentes estilos de pelea de su mundo, pero no podía darse el lujo de mostrar todo lo que sabía sobre pelea cuerpo a cuerpo… mejor dicho, Taijutsu.

Actualmente su banda ninja dependía de eso, porque no sabía ningún Ninjutsu que pudiera utilizar en una batalla real… pero luego recordó cuando Orochimaru realizo el Shunshin No Jutsu y de lo que hablo con el ojiperla Ōtsutsuki, así que antes de seguir pensando, realizo el sello del carnero con sus manos y enfoco la misma cantidad de Chakra que sintió cuando el Sannin ejecuto la técnica, se dedicó a pensar en lugar en específico, cerrando los ojos para concentrarse… su sorpresa vino después.

Estaba justo en la entrada de su casa, viendo como algo de humo desaparecía a su alrededor… se dio cuenta de la habilidad única que poseía…

- ¿Realmente esto es ser un prodigio? – decía a nadie en particular, para luego volver a hacer el mismo sello, pero esta vez concentrando un poco menos de Chakra, dándose cuenta de que ahora estaba en la sala del departamento… lo único diferente era el hecho de que no había tanto humo como antes a su alrededor.

- Si puedo aprender Ninjutsu de mis contrincantes en plena batalla… - se dijo para sí mismo, pensando en que tal hecho ayudaría como nunca en su futuro entrenamiento – Si ese es el caso, tendré que confirmarlo mañana – fue a la entrada de la única habitación que había, para luego desvestirse y tomar una ducha rápida.

- Si quiero confirmar mis sospechas, mañana probare mi teoría aprendiendo algunos jutsus viendo algunos ninjas antes de que inicie mi prueba… - se dijo a sí mismo, ya terminando de ducharse… para darse cuenta de que solo tenía un conjunto de ropa, y era con el que llego a la aldea – Mañana tengo mucho que hacer – termino de decir antes de colocarse solo los pantalones ninjas y la camisa de malla.

- Un día muy… interesante, diría yo…

WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW

Fin del Capítulo.

¡Hola! Espero que este capítulo no fuese muy pesado para ustedes, literalmente lo hice mucho más largo que el anterior.

En este capítulo, quería hacer evidente algunos de los objetivos que yo tengo planeados para un futuro, algunos estoy dudando de que pueda hacerlo.

Aviso que puede que el próximo capítulo no salga hasta finales de mes, ya que soy demasiado avaricioso y pronto empezaré otro fic, pero no significa que deje de lado este ni nada de eso. Pero hare todo lo posible por sacar el próximo capítulo mucho antes de que acabe el mes, así que esté atento por si de casualidad llego a sacar el capítulo antes de lo que tengo esperado.

Pero dejando eso a un lado, espero que les haya gustado el capítulo, y me disculpo de antemano si cometí alguna falla ortográfica al escribir el capítulo, esta vez, si me esmere revisando cada párrafo para que no tenga ningún error. También que me gustaría saber su opinión sobre este capítulo, si ahora hay algo que no cuadra, algo que tengo que cambiar… y cosas así.

Pues, sin nada más que decir… me despido. Cuídense mucho y; ¡Hasta el próximo capítulo!

Atte.: Yagel0601