Para todo, siempre hay una primera vez. O eso es lo que se dice por ahí.

Nadie nace siendo un experto o un sabelotodo en las cosas que existen en este mundo. Y así como Reki no dominó la primera vez el Skatebording y Langa el Snowbording, sino que tomó tiempo, esfuerzo y dedicación.

Pues ellos yacen en las mismas: En el principio, sin experiencia o sin saber exactamente qué hacer en este nuevo campo del romance. No van a preguntarles a sus progenitores a no ser que de verdad, fuese un caso muy extremo o serio –sobre todo, si ellos yacen en una relación homosexual–; y tampoco es como que ambos tengan los mejores ejemplos de lo que una relación como la suya, deba ser.

Joe y Cherry son un caso muy… Extraño y posiblemente, también perdido. Porque, el afecto entre ambos está ahí, pero ninguno da la mano a torcer o está dispuesto a ser honesto con el otro; un caso muy distinto al de ambos.

Y de preguntarles a Miya y Shadow, no parecía una opción también. Miya apenas era un niño, y Shadow… Bueno, no se notaba que le fuese bien en el amor.

Por lo que, estaban ellos dos, solos en esto. Pero sinceramente, no era como que su relación hubiese cambiado tan drásticamente; seguían siendo ellos mismo, con la diferencia de que estaban saliendo como pareja y hacían cosas de pareja.

Como tomarse de la mano, abrazarse un poco más, pasar un poco más tiempo juntos, besarse y sólo a veces, tocarse sin llegar a más.

Reki todavía recuerda esa timidez que sintió al tomar la primera vez, la mano de Langa. Y Langa sigue sintiendo el mismo nerviosismo de la primera vez, al besar a Reki.

Todo es nuevo, pero es increíble. Y las ganas de probar más, no faltan.

Porque es divertido, aunque no tanto como el Skate.