Disclaimer: Los personajes de Inuyasha, le pertenecen a su creadora Rumiko Takahashi.
Este Fan Fiction lo hago puramente por diversión, sin ningún fin de lucro.
Árbol de las Edades
Bosque de «Inuyasha»
El Crepúsculo
Unos minutos antes del amanecer, mientras todos dormían, un halo de luz atravesó el cielo hasta llegar al que llamaban el «Árbol de las Edades» donde se detuvo.
Al desvanecerse, emergió la figura de Sesshomaru, el cual se sentó al pie del árbol y cerró los ojos entrando en un aparente estado de sueño.
De entre la maleza apareció Jaken, seguido por Ah-Un. Se acercó despacio, haciendo una reverencia y dijo:
—Aquí estoy, amo—.
Sesshomaru abrió los ojos y lo observó detenidamente.
—¿Haz hecho lo que te pedí, Jaken?— le dijo en tono sereno.
—Sí, amo— respondió él. —Este servidor entregó los obsequios a Rin—.
Entonces miró hacia el horizonte y volvió a cerrar los ojos.
—¿Qué quiere que le diga, amo bonito?—preguntó Jaken.
Pero Sesshomaru no respondió y siguió absorto en sus pensamientos. Mientras tenía lugar esa conversación, en la aldea, Rin trataba de conciliar el sueño, pero no podía.
Pasó la noche recordando los días de aventuras que vivió cuando viajaba junto a Sesshomaru, Jaken y Ah-Un. Sin embargo, se preguntaba si las cosas serían como antes y más siendo tan evidente para ella —en realidad, para todos— el sentimiento que había crecido en su pecho durante la ausencia de su señor.
Aldea
Casa de Kaede
Amanecer
Kaede fue la primera en despertar. Se lavó, se colocó sus ropas, encendió el fuego y miró hacia la cama de Rin.
—Jaken tiene razón. No has cambiado mucho— sonrió la anciana. —Deja de fingir que duermes si no puedes y ayúdame a preparar el desayuno—. Dicho esto se acercó y le extendió una bolsa con vegetales y un cuchillo.
Rin se levantó avergonzada, se preparó, peló los vegetales y los añadió a la olla.
—Me conoces demasiado bien, anciana Kaede— dijo Rin.
—Es difícil no hacerlo. Eres transparente, como las aguas del río— movió el contenido de la olla y añadió unas especias.
Kaede no era de dar muchos rodeos así que le preguntó.
—Sabes mejor que yo que hoy se cumple el plazo anunciado por Jaken—. hizo una pausa y la miró seria— ¿Has pensado en la respuesta que le darás a Sesshomaru?—
Rin se sorprendió.
—No lo sé— dijo ella. —No es un secreto que quiero volver a viajar con ellos. Pero ¿Me dejará acompañarlo si sabe como me siento?— dijo sintiendo una punzada de dolor en el pecho.
Kaede no le respondió y siguió mirando el caldo. Rin continuó hablando.
—El señor Sesshomaru es bien conocido por su desprecio hacia los seres humanos. Es cierto que me salvó y que ayudó a Kohaku y a Kagome…— fue interrumpida por las voces de unas pequeñas que se acercaban.
Eran Kin'u y Gyokuto, las hijas del monje Miroku y Sango, la exterminadora.
—¡Qué agradable sorpresa! ¿Qué hacen por aquí tan temprano?— dijo Kaede.
—Mamá nos envió por un remedio— dijo Kin'u.
—Parece que Hisui tiene fiebre— dijo Gyokuto.
Kaede miró a Rin.
—Rin. Dejo el resto en tus manos, iré a echarle a ayudar a Sango— dijo Kaede levantándose. —Ahora regreso. Te aconsejo que te «prepares»; ponte el kimono más bonito que tengas— y se marchó.
[Unas horas más tarde]
Aldea
Casa de Kaede
Cerca del Mediodía
Kaede ya estaba de regreso. Sin embargo, esta vez era Rin quien no se encontraba. Se había retirado a un río cercano a la aldea para bañarse mientras hacía su aparición el amo.
Allí en la casa, la anciana escuchó una conmoción, así que salió a ver de qué se trataba, eran los aldeanos —más bien, las aldeanas— que hablaban al ver pasar a Sesshomaru en dirección a la casa de la anciana sacerdotisa.
—Con que eres tú Sesshomaru. Ha pasado mucho tiempo, pasa delante— hizo señas hacia la puerta.
—Hmmp— dijo Él.
Ambos pasaron, ella cerró y se sentaron frente a frente.
—¿Qué te trae por aquí Sesshomaru?— dijo Kaede, aunque ambos sabían la respuesta a esa pregunta.
—He venido por ella— dijo Sesshomaru, muy serio —¿Qué ha decidido?—.
—¿Por qué mejor no se lo preguntas tú mismo?— dijo ella.
Rin venía corriendo risueña, tratando de protegerse de una leve llovizna, pero enmudeció cuando al abrir la puerta se encontró con los ojos de aquel a quien tanto amaba.
—Señor... Sesshomaru— atinó a decir.
—Rin— dijo Él —Te he estado esperando—.
Queridos lectores:
Gracias por tomarse el tiempo de leer esta historia, de verdad lo aprecio mucho. Me disculpo, pues mi intención es subir un capítulo semanal, sin embargo, no había logrado quedar satisfecha con lo escrito hasta ahora, a diferencia del primer capítulo. Digo esto, porque es mi deseo que puedan disfrutar de una buena historia.
Gracias por los reviews que me han dejado. Siéntase en la libertad de hacer cualquier crítica, puesto que así me ayudan a mejorar.
Con cariño, Coral.
