La noche estaba bastante avanzada, Ozpin estaba en su habitación preparándose para irse a la cama cuando su pergamino comenzó a sonar. El anciano tuvo la extraña sensación de que, quien llamaba, era una de las dos personas que velaban por el bienestar de Ruby.

Tomó su pergamino y miró el identificador de llamadas, notando que era Taiyang quien le llamaba —. Hola, Tai —saludó al responder, tomando asiento sobre su cama mientras esperaba paciente a que el hombre al otro lado de la línea hablara.

—Oz, ¿estás seguro de esto? —interrogó Taiyang de inmediato con gran seriedad.

—¿Te refieres a dejar que Ruby venga a mi escuela dos años antes? —cuestionó con tranquilidad —. Sí, estoy seguro. Vi el vídeo de ella peleando contra Roman Torchwick, incluso envié una copia a Ironwood después de hablar con ella en la estación, y él está de acuerdo conmigo en que ella está lista —Ozpin calló unos segundos, mirando fijamente un punto muerto de la habitación antes de continuar —. No estoy jugando, Tai, ella necesita estar lista para un mundo que no es tan indulgente —sus dedos se aferraron con un poco más de fuerza alrededor del pergamino ante sus próximas palabras —. Salem está empezando a moverse, si espero dos años más, lo más probable es que Salem encuentre a Ruby y la mate antes de que yo o cualquier otra persona pueda hacer alguna cosa al respecto —el anciano llevó su mano libre hacia su rostro, presionando con sus dedos el puente de su nariz —. Al menos, si Salem la encuentra antes de lo que creo, al menos podré vigilar a Ruby aquí en Beacon. Créame, su seguridad aquí está más asegurada que si se quedara en Signal —Ozpin hizo una pausa para dejar que Taiyang interviniera con su opinión.

—¿Qué hay de Qrow? —preguntó Taiyang, Ozpin meditó la pregunta durante unos segundos antes de responder.

—Tan pronto como Qrow regrese de su misión, podré empezar a trabajar para transferirlo de maestro en Signal a maestro en Beacon —hizo una breve pausa, suspiró y continuó —. Esto es lo mejor, ya perdí a Summer y a Lunar por culpa de Salem, no voy a dejar que se lleve a mi única nieta, mi única familia —dijo con seriedad y convicción, heridas sin curar ardiendo ante el recuerdo de la pérdida. El silencio se cernió entre los dos hombres antes de que Taiyang lo rompiera.

—Si crees que es lo mejor, entonces estoy contigo en esto —aseguró el hombre —. Hablando de los guerreros de ojos plateados, ¿vas a darle el reloj? —preguntó con cierta curiosidad.

El anciano suspiró —. No lo sé, Tai —respondió reflexivamente.

Ozpin sacó de uno de sus bolsillos un objeto, y miró el reloj del que estaba hablando Taiyang. Era un reloj de bolsillo plateado que tenía el emblema de su familia, un solo engranaje que él personalmente imprimió en el reloj cuando lo hizo por primera vez. Por debajo de su símbolo, en el lado opuesto, estaba el emblema de su esposa, Lunar Rose, y Summer había adoptado la misma marca como propia, al igual que su hija lo hizo. La rosa.

Añadió la marca después de casarse con Lunar. A primera vista, era un reloj de bolsillo normal, si presionar el pequeño botón, se abriría y verías un reloj perfectamente normal, pero pocas personas sabían que, si volvía a presionar el botón, se abriría de nuevo desde detrás del reloj. Detrás de los mecanismos había dos gemas, una verde y una roja.

La gema verde tiene grabaciones recuerdos de cada persona que alguna vez ha tenido dicha gema, incluso si ya no la poseían. La gema roja tiene grabaciones de Lunar enseñando a Summer el camino de los "Guerreros de ojos plateados". Añadió la gema roja como un plan de contingencia, si Summer alguna vez tuviera hijos propios, y si ni ella ni Lunar pudieron estar presentes para enseñar a sus hijos, entonces el reloj podría hacerlo por ellos. Fue una pena que este fuera el caso de Ruby.

El plan era que Qrow le enseñara a Ruby a luchar como él cuando entrara a Signal, lo que Qrow hizo a un nivel recomendable. Luego, cando llegara a Beacon, él la introduciría en su orden.

Los otros directores de la orden habían aceptado esto, pero todos tenían la impresión de que esperaría hasta que la niña tuviera 17 años antes de admitirla en Beacon.

"No lo sé". Pensó Ozpin. "Podría esperar hasta que se acomode antes de decírselo".

—Creo que sería mejor esperar a que ella se acomode para decírselo —le explicó a Tai, quien solo tarareo en respuesta. "Eso sería lo mejor". Y con ese pensamiento final, decidió que era hora de terminar la conversación —. Muy bien, Tai, fue un placer hablar contigo, pero es momento de que ambos descansemos.

—¡Oh! Antes de irme, me preguntaba cómo se tomó Qrow la noticia de que Ruby iría a Beacon este año —Ozpin se quedó callado unos segundos.

—Aún no lo sabe, ha estado en una misión secreta y aún no me ha llamado —comentó Ozpin —. Le avisaré tan pronto como se ponga en contacto.

—¿Estás seguro de que no quieres llamarlo ahora y darle la noticia? —preguntó con ligera preocupación filtrándose en su tono de voz —. Sabes cómo se pone cuando se queda en la oscuridad, y ambos sabemos que será peor cuando se entere de que se trata de Ruby.

Ante sus palabras, Ozpin lo meditó por un momento —. Sí, estoy seguro. La misión en la que está es demasiado peligrosa para que lo llame en cualquier momento. O me llama cuando sabe que está en un lugar seguro o cuando termina la misión y regresa a casa. Cualquiera de los será el momento en que le diré.

Taiyang suspiró pesadamente, y Ozpin podría jurar que el rubio se estaba frotando la nuca con su mano —. Está bien, si estás seguro de esto, me pondré en marcha entonces. Buenas noches, Ozpin.

—Buenas noches, Tai —susurró, dando por finalizada la llamada y depositaba el pergamino a un lado en el colchón.

El silencio lo acompaño unos segundos en los que repasaba la conversación con Tai, y los sucesos de las últimas horas.

Ozpin agarró el reloj y presionó el botón dos veces, luego tocó la gema verde y un recuerdo se proyectó. Específicamente, fue el día en que nació Ruby Rose.

Summer sostenía a Ruby entre sus brazos en la cama del hospital con una sonrisa dulce y llena de alegría. "Mira, Ruby, es tu abuelo, saluda al abuelo". La voz de Summer estaba cargada de dulzura y emoción, mientras elevaba un poco a la pequeña y la enderezaba para que él pudiera verla.

En ese momento, Ruby abrió lentamente sus ojos, charcos de plata como los de su amada y los de su hija, reflejos de la luna que exploraban su alrededor por primera vez. Cuando aquella diminuta y frágil figura lo miró, sus brazos pequeños se movieron con dificultad, extendiéndose hacia él. Summer ensanchó su sonrisa, elevando a su pequeño capullo hacia su padre con solo una intención. "Vamos, papá, quiere ser cargada por su abuelo". Le dijo Summer con una melódica risa. Ozpin finalmente la tomó entre sus brazos, lo que hizo que la pequeña balbuceara débilmente, sacudiendo sus pequeños brazos en su dirección. Tanto el Ozpin del recuerdo como el del presente sonrieron.

Ozpin pensó en Salem, y en cómo Ruby era ahora una estudiante de su escuela —. Te lo prometo, Summer —susurró, mirando el recuerdo fijamente mientras su yo pasado balanceaba suavemente a la pequeña Ruby mientras Summer los miraba con dulzura —. El destino que sufriste no será infligido en tu hija —declaró con convicción, cerrando el reloj de bolsillo e irse a la cama.


Al día siguiente, Ruby estaba corriendo por toda la habitación, tratando de prepararse para ir a Beacon. Entre las muchas vueltas que la chica realizaba, entusiasmada por terminar, su hermana mayor, Yang, la agarró rápidamente del brazo para frenarla.

La joven de la caperuza roja frunció el entrecejo —. Yang, ¿qué estás haciendo? —preguntó con confusión al ser frenada por la rubia de ojos lavanda.

—Tratando de calmarte, Ruby —respondió Yang con una media sonrisa, soltando a su hermanita —. No nos vamos hasta mañana de todos modos, tienes mucho tiempo para empacar lo que necesites y quieras llevar a Beacon —agregó, alborotando con su mano los cabellos oscuros con reflejos rojos de su hermanita, provocando que Ruby gruñera y se alejara de ella de un salto.

—Sí, tienes razón, iré más despacio —afirmó Ruby, esperando que, con esa declaración, su hermana no volviera a atraparla y despeinar su cabello de esa manera.

Y con eso, Ruby continuó empacando a un ritmo mucho más lento, perdiéndose en sus pensamientos en silencio mientras su hermana hacia lo mismo al otro lado de la habitación.

En un momento, Ruby recordó las galletas que le dio Ozpin cuando fue reprendida por la cazadora, Glynda Goodwitch, la noche anterior. La joven de 15 años detuvo su quehacer y miró a su hermana.

—Hey, Yang, ¿te acuerdas del abuelo por parte de mamá? —preguntó, jugando con el dobladillo de su falda oscura —. Él solía darme galletas con chispas de chocolate —agregó.

—Oh, ¿te refieres al tío abuelo? —preguntó Yang en reconocimiento, volteando a ver a su hermana.

—No, me refiero al abuelo —respondió rotundamente, frunciendo el entrecejo —. Él fue quien me solía dar las galletas, no un "tío abuelo".

—No, no —Yang se cruzó de brazos, arqueando una ceja mientras miraba a la menor —. Recuerdo al señor que siempre te daba esas galletas con chispas de chocolate. Y papá siempre me pidió que lo llamara tío abuelo, de alguna manera, siempre tuve dificultades con su nombre, así que lo llamaría "tío abuelo". Lo llamé de esa forma desde que tenía tres años, Rubes.

—Eso no puede ser cierto —refutó la joven Rose sin perder su entrecejo fruncido —. Desde que pude hablar lo llamé abuelo, y papá nunca me dijo que lo llamara de otra manera.

—Okey, eso es extraño —admitió la de cabellera rubia —, me pregunto por qué —susurró, perdiéndose un segundo en sus pensamientos para después sacudir su cabeza de un lado a otro para despejar sus ideas —. De todos modos, ¿por qué preguntas? No sueles mencionar al tío abuelo.

—Bueno, el profesor Ozpin me dio un plato de galletas con chispas de chocolate cuando me conoció, y sabían igual que esas galletas —explicó, sentándose en su cama al lado de la maleta abierta que tenía sobre ella.

Yang hizo una pausa por un segundo mientras la confusión cruzaba su rostro —. Espera, pensé que esas galletas habían sido descontinuadas, papá nunca pudo conseguirlas ni siquiera cuando las pediste para tu cumpleaños, o al menos, eso dijo él.

—Lo sé —aseguró Ruby, con la mirada fija en su regazo —, pero el profesor Ozpin las tenía, o unas galletas que sabían igual a esas —agregó, volviendo a mirar a su hermana de nuevo.

—Está bien, eso es un poco raro, Ruby —admitió Yang haciendo una pequeña mueca.

Antes de que Ruby pudiera decir algo más, su pergamino comenzó a sonar, por lo que lo atrapó rápidamente desde el otro lado de su cama, y lo recogió sin revisar el identificador de llamada —¿Hola?

—Oye, chica, ¿cómo te va? —preguntó una voz masculina al otro lado de la línea.

—¡Tío Qrow! —exclamó Ruby con emoción, levantándose de un salto de su cama para acercarse a Yang, quien ahora sonreía ante la mención de su tío. Hubo un silencio antes de la respuesta del hombre.

—Está bien Ruby, también te extrañé, pero no necesitas gritar en el pergamino —murmuró el hombre con diversión, provocando que la joven Rose se sonrojara y Yang se riera silenciosamente de ella.

—Lo siento —se disculpó apenada, solo para después recuperar su postura emocionada —, pero adivina que~ —tarareo con una sonrisa.

—¿Qué sucedió, niña? —preguntó Qrow con curiosidad por la notoria emoción de la joven, al esperar, él hombre toó un sorbo de alcohol de su petaca.

—¡Ayer conocí al profesor Ozpin y me dejó ir a Beacon este año! —respondió Ruby en un chillido de emoción.

En ese momento, Qrow escupió su bebida de una manera muy similar a como lo había hecho Ozpin la noche anterior —. Está bien, creo que necesito dejar de beber —murmuró claramente aturdido —, por qué pensé que te acabo de escuchar decir que irás a Beacon éste año.

—Nop, tío Qrow —respondió Yang con diversión —. Ruby realmente irá a Beacon conmigo este año —agregó con notorio orgullo.

Qrow no estaba feliz, seguro que lo parecía, pero no era así, de todas formas, él mantuvo una sonrisa para Ruby y Yang mientras observaba a ambas —. Oh, de verdad eso es grandioso, niña. Estoy seguro de que la pasarás genial.

—Eso espero, sin embargo, estoy un poco preocupada de que algunos de los otros estudiantes me traten de manera diferente —dijo Ruby con una voz más mansa, haciendo una pequeña mueca.

Qrow suspiró, y le sonrió a la pantalla mirando a la joven —. Solo haz tu mejor esfuerzo, y niño...

—¿Sí, tío Qrow? —pregunta Ruby con curiosidad.

—Estoy seguro de que estarás bien —aseguró, logrando obtener una sonrisa de Ruby, quien asintió.

—Haré mi mejor esfuerzo —dijo la joven Rose con convicción.

—Muy bien —respondió Qrow de vuelta —. Mira, necesito irme, nos vemos pronto, chicas.

—Está bien, adiós, tío Qrow/ Hasta luego, tío Qrow —se despidieron ambas hermanas para después colgar la llamada.

Qrow suspiró, apretando en su mano el pergamino mientras su entrecejo se fruncía notoriamente, solo para finalmente marcar el número de Ozpin.

En el momento en el que Ozpin se encontraba en su oficina trabajando, se dio cuenta de que Qrow lo estaba llamando, a lo que recogió su pergamino y lo atendió —. Bueno, hola, Qrow, que amable de tu parte llamar —comentó con calma.

—¡No actúes como si todo estuviera bien! —gruñó el hombre de ojos escarlata con enojo —¿¡Por qué dejaste entrar a Ruby en Beacon dos años antes!?

Al escuchar la molestia en su tono de voz, Oz comenzó a desear haber llamado Qrow anoche, en lugar de tener que lidiar con un yerno enojado —¿Tai te llamó y te lo dijo? Le dije que no debías distraerte.

—No, llamé a Ruby justo antes de llamarte —respondió cortante —. Ella me dijo que te conoció y que le diste el "visto bueno" para ir a Beacon —Qrow hizo una pausa por un segundo —¿Cómo pudiste hacer esto sin llamarme primero y preguntarme si estaba de acuerdo? —cuestionó con amargura —. No me importa si estoy en una misión o no, ¡tengo derecho a saber que sucede en la vida de Ruby!

—Qrow... —dijo Ozpin en voz baja, pero el hombre no había terminado.

—¡No, Oz! —refutó en respuesta —. No la estarás poniendo en peligro. Ella es mi hija, aunque no lo sepa, sigue siendo mi pequeña niña, ¡Y no la voy a perder como perdí a Summer!

—No quiero que ella termine como Summer tampoco, Qrow —dijo Ozpin con una voz severa e intimidante —. Está más segura en Beacon, lo sabes.

En ese momento, Qrow se quedó paralizado al recordar que Ozpin era el adre de Summer, y que el hombre aún estaba sufriendo por la muerte de su hija al igual que él seguía sufriendo por ella.

—Oz, mira, lo siento —murmuró apenado —. Yo.. Solo no quiero que Ruby se lastime.

—Lo sé, Qrow, pero por favor, escúchame —pidió el anciano.

Hubo un momento de silencio, antes de que el hombre de ojos escarlata volviera a hablar —. Bien, cuéntame todo.

—En primer lugar, ¿Ruby te contó cómo nos conocimos ayer? —preguntó.

—No, ella estaba tan entusiasmada con ir a Beacon que se le olvidó ese pequeño detalle —respondió con una pequeña sonrisa al recordar la expresión de su hija.

—Bueno, ayer estaba en una tienda de polvo, por lo que Glynda me dijo, ella estaba mirando una revista sobre armas cuando Roman Torchwick robó la tienda —comenzó a relatar el anciano.

—Oh genial —interrumpió Qrow —. Creo que sé a dónde va esto. Ella luchó contra él y cualquier otra persona que estuviera con él, ¿no es así? —murmuró con diversión.

—Lo hizo, aunque Roman se escapó —comentó Ozpin sin poder evitar que la comisura de sus labios se curveó en una diminuta sonrisa.

Al escuchar eso, Qrow sonrió —. Entonces, ¿cuántos traseros pateó?

—Ella noqueó a todos los matones que Roman tenía con él —respondió.

—Esa es mi chica —Qrow susurró con orgullo.

—Sí, bueno, veo que le enseñaste tu forma de luchar —comentó Ozpin con diversión.

—Por supuesto que lo hice, uno, ella es mi niña, y dos, ese era el plan. Pero pensé que podría enseñarle durante dos años más. Ya sabes, antes de que ella fuera a Beacon —dijo Qrow con sarcasmo goteando de su voz.

—Sí, bueno, por lo que vi, le enseñaste bien, lo suficientemente bien como para que esté lista para Beacon, que es de lo que quería hablar contigo —dijo Ozpin, encontrándose con el silencio, y por alguna razón, el anciano sospechó que el viejo cuervo estaba bebiendo —. Qrow, quiero que trabajes aquí en Beacon —al decir las palabras, Ozpin escuchó los sonidos de tos y resuello por lo que sonrió, sabiendo que acababa de hacer que Qrow inhalara su bebida.

—¿¡Qué!? —Qrow logró decir antes de continuar expulsando el líquido ardiente de sus pulmones.

—Quiero que trabajes en Beacon, que enseñes a los estudiantes cómo superarse y que seas una persona de apoyo para Ruby, ella necesitará toda la ayuda que pueda obtener —el silencio se encontró con el aire, pero el anciano lo rompió de inmediato —. Y si Beacon fuera atacado, entonces podrías ayudar en su defensa —concluyó Ozpin con calma.

—Bien —murmuró Qrow, y Ozpin podría jurar que puso los ojos en blanco —. Si, ganas, ella puede ir a Beacon —refunfuño, solo para después callar contemplativamente —. Por cierto, ¿sabe quién eres para ella y ya tiene el reloj?

Ozpin suspiró —¿Por qué Tai y tú siguen preguntando por el reloj? Y no, Ruby no sabe nada sobre mí, excepto que soy el director de Beacon. Y estoy esperando a que se establezca en Beacon antes de entregar sobre tal responsabilidad —respondió de inmediato.

—Está bien —murmuró Qrow, para volver a sumirse en el silencio —. Mira, tengo que irme, hablaremos después.

—Sí, buen día, Qrow —susurró el anciano, y con eso los dos terminaron la llamada.

[...]