Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es iambeagle, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is iambeagle, I'm just translating her amazing words.
Thank you iambeagle for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
Capítulo 1
Algunos dicen que el amor es ciego.
Yo no.
El amor tiene los ojos bien abiertos.
Sabe exactamente lo que está haciendo.
El amor sabe cómo meterse bajo tu piel. Cómo contaminar tu sangre. Enterrarse en tus huesos.
No, el amor no es ciego. Nosotros lo somos. Perdemos la visión de todo cuando nos sentimos afectados. El amor te da una sensación falsa de seguridad antes de hacerte pedazos.
Y lo hará.
He escuchado sobre lo que le hacían a la gente en los tiempos antiguos. El desengaño y la agonía. He leído sobre la depresión y la inseguridad que causa en uno mismo.
Romeo y Julieta.
Heathcliff y Catherine.
Sus historias eran cuentos con moralejas.
Advertencias del amor terminando mal.
Yo también debí haberlo vivido antes, pero no recuerdo los detalles.
Después del Procedimiento, nunca lo recordamos.
XXX
—Te amo.
Te amo, te amo, te amo.
Me despierto llena de sudor y esas palabras permanecen en mi lengua.
Creo que incluso las dije en voz alta en mi sueño.
Encendiendo la lámpara, me bebo el agua rancia del vaso junto a mi cama para deshacerme del sabor amargo en mi boca.
Noches como esta han estado sucediendo de forma más frecuente, aunque no puedo recordar exactamente cuándo comenzaron. Noches donde los pensamientos, que parecen ser recuerdos, infiltran mi subconsciente e intentan resurgir.
Como sociedad moderna, hemos encontrado una forma de evitarnos recordar ciertas cosas. Ciertas personas.
Han pasado ochenta años desde que comenzaron los Procedimientos. En los primeros días, era una cirugía opcional porque no había mucha ciencia detrás de ella.
He visto anuncios retro para el Procedimiento: "¡Hoy está aquí, mañana ya no!". El video involucra un par de malos actores fingiendo dramáticamente que están en una pelea de enamorados. La escena cambia entonces mostrándolos a los dos entrando por separado a la clínica con enojo y angustia en sus rostros. Segundos después, salen sonriendo. Los actores se topan cuando van de salida, se ríen amablemente y sonríen de nuevo para después seguir con su camino.
Al borrar los recuerdos que tenían el uno del otro, sus futuros son brillantes. Prometedores. Al eliminar los recuerdos que tenían el uno del otro, no son más que desconocidos. Paso ligeramente el dedo índice sobre la cicatriz abultada detrás de mi oreja izquierda. A veces me calma, saber que me he salvado de la agonía. Otras veces me pregunto cómo sería recordar y lamentar la pérdida de una relación.
Conforme pasó el tiempo y las suficientes investigaciones y ciencia apoyaron los resultados positivos del Procedimiento, más y más personas comenzaron a someterse a la cirugía. Afirmaban que eso generaba un mundo más pacífico. Había menos violencia doméstica, menos depresión. A final de cuentas, se demostraron los números y la gente empezó a notarlo.
Igual que el gobierno.
No fue hasta hace sesenta años que el Procedimiento se volvió obligatorio después de una separación, junto con otra ley nueva. Con menos nacimientos y el número de la población declinando a un ritmo estable, el gobierno encontró una manera de incrementar la población al implementar la Ceremonia de Emparejamiento. A la edad de veintiuno, todos los adultos sin casarse serían registrados en el Grupo de Parejas. Elegir a tu propia pareja hasta ese momento sigue siendo una opción, pero no siempre es confiable. Es raro que alguien encuentre a su propia pareja y desarrolle una relación exitosa y productiva.
Cada candidato para el Grupo de Parejas pasa por un extensivo proceso de evaluación, así cada persona puede ser emparejada con alguien que tenga los mismos intereses, nivel de educación y grupo social. Los evaluadores también consideran la genética.
Una vez que encuentran el compañero perfecto, la pareja se casa y se espera que tengan al menos un hijo. A veces la asignación es rápida, pero potencialmente podría tardar tanto como un año. Entre más pronto empieces con el proceso de evaluación, mejor. Es más certero. Es por eso que yo empecé con el mío cuando cumplí dieciocho.
Una vez te asignan a alguien, deben permanecer juntos. No hay vuelta atrás, y el divorcio no es una opción. No lo ha sido desde hace muchos, muchos años. Y el reemplazo de pareja solo sucede si hay una muerte, o tu "otra mitad" rompe la ley.
El Grupo de Parejas funcionó para mis padres. Llevan veinticuatro años juntos. Son felices. Son compañeros.
No es necesariamente amor.
Pero el amor es peligroso.
Es complicado.
El emparejamiento funcionó también para mi hermano mayor. Emmett está felizmente casado con Kate y así han estado por dos años. Siguen intentando tener un bebé, pero estoy segura de que sucederá en cualquier momento.
¿Y yo? Me quedan cuatro meses hasta que tenga que entrar al Grupo de Parejas.
120 días hasta que finalmente esté emparejada de por vida con alguien perfecto para mí.
Vuelvo a tocar la cicatriz detrás de mi oreja y cierro los ojos.
Me siento agradecida por el mundo en el que vivimos.
De verdad que sí.
Estoy agradecida por la hoja en blanco. La promesa de seguridad. Y, sobre todo lo demás, por un nuevo comienzo.
XXX
Martes.
Un día más cerca del fin de semana, pero no lo suficiente para celebrar.
Apenas es mediodía y ya he lidiado con un montón de pacientes difíciles.
Trabajo para el gobierno como especialista certificado para el Procedimiento. Desde muy chica quería saber todo lo que pudiera sobre la cirugía. Me fascinaba. Mi madre dice que cuando era niña, me encontraba realizándoles el Procedimiento a mis animales de peluche, les ponía pequeñas vendas en sus orejas de tela antes de palmearles las cabezas y prometerles una vida más feliz.
Mi padre fue designado Comisionado de Salud cuando yo tenía seis y me han enseñado a respetar al gobierno. A confiar en ellos. Cuando se convirtió en el alcalde de Seattle, hace tres años, mi lealtad hacia la autoridad llegó más profundo. Él es respetado y admirado. Maneja la ciudad de la mejor manera que sabe: cumpliendo con las reglas y regulaciones que se implementaron antes de su época.
Todos estamos mejor debido a eso.
El Procedimiento en sí no es difícil. Todo lo que se necesita es un mapeo del cerebro, una pizca de anestesia, una pequeña incisión detrás de tu oreja y una inyección para que los recuerdos de tu antigua pareja sean eliminados. Junto con esos recuerdos se va tu dolor. Tu amargura. Desde ese día en adelante, lo que sientes por esa persona no es nada más de lo que sentirías si fuera un completo desconocido.
La peor parte de este trabajo es el antes. Los pacientes llegan con el corazón roto y abatidos. Angustiados y amargados. Y las lágrimas. Es difícil ver las lágrimas.
Los pacientes son mucho más agradables después de sus procedimientos. Una vez que se han removido sus recuerdos, sus ánimos se levantan. Y también el mío.
—Rachel se fue a casa enferma, así que tienes que tomar a su siguiente paciente. Él llegará dentro de poco.
Hago una mueca.
—Probablemente está fingiendo.
Rose ahoga una carcajada y me recargo en el mostrador, mi dedo índice sube y baja por la pantalla mientras me deslizo hacia el archivo del siguiente paciente y reviso su historial médico.
Hoy será su segundo procedimiento. El primero se lo hicieron apenas hace un mes.
Lanzo una breve mirada hacia la sala de espera, agradecida al notar que los pacientes parecen estar distraídos así que puedo platicar con Rose un poco.
—¿Dos procedimientos en el último mes? —le pregunto a Rose, manteniendo mi voz más baja que un susurro.
Ella no parece interesada en participar en un poco de chismorreo conmigo.
—¿No es dañino? —comento, cambiando mi tono a preocupación en lugar de juicioso sobre su obvio comportamiento promiscuo.
—No —comenta casualmente.
—Suena como una manera eficaz de alterarte el cerebro.
Ella resopla ligeramente, manteniendo la mirada en su computadora.
En dos meses este paciente cumplirá veintiuno, así que el Grupo de Parejas está en su futuro inmediato. Eso es a menos que de alguna forma su siguiente relación funcione. Lo cual dudo que suceda. A veces no entiendo por qué la gente intenta encontrar a sus propias parejas. Pero luego pienso en la cicatriz detrás de mi oreja izquierda y me recuerdo que soy una hipócrita. Al parecer, en algún punto yo también lo intenté.
—¿Por qué estás mirando la foto de tu paciente, rara? —susurra-se ríe Rose.
—Cállate. —Le lanzo una mirada, pero puedo sentir el calor en mis mejillas—. Aunque es algo lindo, ¿no crees? Como… ¿de forma sencilla?
Rose apenas mira mi pantalla.
—Supongo que está bien.
Está más que bien, pienso para mí al mirarlo objetivamente. Sus ojos son de una tonalidad de siempreverde. Con cara simétrica, boca establecida en una línea recta. Mandíbula afilada y angular. Tiene expresión estoica, pero hay algo ahí, algo detrás de su mirada verde cristal. Algo que no puedo definir.
Casi por instinto, me encuentro preguntándome sobre este hombre.
Pero este será su segundo procedimiento en una cantidad vergonzosamente corta de tiempo.
Justo cuando mi curiosidad se desvanece, la familiaridad me atrapa con la guardia baja.
—Lo conozco —le digo a Rose.
—¿Cómo?
—Supongo que en realidad no lo conozco, pero lo he visto en el autobús unas cuantas veces.
—Yo también veo gente al azar en el autobús todo el tiempo, Bella —dice con una sonrisa irónica.
Le enseño el dedo de forma discreta para que los pacientes no me vean.
—No solo lo vi —aclaro—. Hablamos.
Una vez.
Algo así.
—¿Sobre qué? —pregunta.
Bueno, en realidad no hablamos. Él se me acercó y yo lo ignoré porque típicamente no hablo con desconocidos en el autobús. O desconocidos en general. Es raro, pero a veces la gente me reconoce como la hija del alcalde y quieren relacionarse conmigo. Usualmente pretendo que el parecido es una coincidencia y sigo con mi día.
—De nada. Olvídalo —digo después de un momento, dejando de lado el tema.
Sin preocuparse, Rose agarra el teléfono y marca un número.
—¿Puedo hablar con Jared? —Usa su voz profesional—. Hola, Jared. Soy Rose y trabajo para la oficina de Extracción de Recuerdos de la doctora Howard. Recibimos información de tu pareja reciente, Angela, indicándonos que desde ayer ya no están juntos. Nos gustaría agendar tu procedimiento en cuanto estés disponible. —Puedo escuchar gritos del otro lado de la línea y hago una mueca—. Entiendo que puede que ella no te lo haya dicho, pero sí hizo el reporte de que ustedes dos ya no están juntos, así que tengo que darle seguimiento.
Esta es la peor parte del trabajo de Rose. A veces la gente nos usa como intermediario para hacer el trabajo sucio por ellos en lugar de terminar ellos directamente con sus parejas.
Tal vez es de cobardes. Pero la verdad es algo inteligente. Es más limpio de esta manera.
Esto le pasó una vez a Rose. Nuestra oficina recibió una solicitud de un "señor King" para agendar el Procedimiento. Cuando la otra recepcionista, Jessica, reunió su información y le llamó para confirmar los detalles, se dio cuenta que era Royce King, el novio de Rose. Hay muchas oficinas en la ciudad, así que supongo que Royce no se dio cuenta de que la solicitud para su cita sería enviada a nuestra ubicación. Jessica le contó a Rose lo que estaba pasando y Rose marchó inmediatamente a la oficina de la doctora Howard y le exigió que le hiciera el Procedimiento en ese mismo momento.
Fue el primer procedimiento de Rose. Desde entonces, no se ha relacionado con alguien para requerir otro.
Supongo que la parte más peculiar de todo el proceso es que todos excepto el paciente siguen recordando. Se les envía un email a amigos y familia alertándoles de a quién han eliminado sus seres queridos. Deben reconocer que recibieron la información y luego les piden que juren por ley no divulgar ningún detalle relacionado con la relación luego de que se completa el Procedimiento.
Así que yo todavía recuerdo cada cosa de mierda sobre la relación de Royce y Rose. La naturaleza condescendiente que él tenía hacia ella. Su falta de afecto. Recuerdo las lágrimas de Rose y su angustia por todo eso. Tal vez esos recuerdos de nuestros amigos y familia sufriendo se mantienen por una razón. Como advertencia, tal vez, de lo que tendríamos que vivir si nos negábamos al Procedimiento.
Pero es raro que se nieguen. Negarse los lleva a prisión, y dependiendo de la severidad del caso, a veces a la muerte. Pero esos castigos solo pasan si alguien intenta huir a las tierras no incorporadas donde el gobierno no tiene jurisdicción. Las historias de que eso suceda son casi desconocidas.
Sin embargo, no entiendo por qué alguien intentaría irse. No puedo imaginar querer vivir en un mundo sin reglas ni orden. Suena inestable y caótico.
—Lo entiendo completamente —dice Rose con tono suave y paciente—. No tengo los detalles de la conversación con Angela; lo siento. No recibimos la transcripción de lo que se dijo, solo nos dicen que necesitamos comunicarnos y agendar el Procedimiento. —Más silencio—. Tendrías que llamar a la oficina de solicitudes, pero repito que ellos no podrán darte más información. Por la confidencialidad del paciente.
Se abren las puertas principales y mis ojos se encuentran con los de mi siguiente paciente. Lo miro dirigirse al puesto de información, registrarse, y luego sentarse en una de las sillas.
Justo a tiempo.
—¿Te parece bien mañana a las tres de la tarde? —pregunta Rose todavía al teléfono—. No, señor. No presentarse resultará en… —Hace una pausa—. Bien. Entonces conoces la ley. Oh, y por favor asegúrate de traer cada artículo que se involucre con tu relación. También fotos, ropa, notas, joyería. Todo lo que esté relacionado con Angela. —Otra pausa—. Haz tu mejor esfuerzo, pero está bien si pasas por alto algún objeto. Esto es solo una precaución para disminuir tu confusión si te topas con algo después de tu Procedimiento. —Rose alza la vista hacia mí, su tono profesional contradice sus ojos en blanco—. Perfecto. Te veremos mañana.
—Así que Jared no se lo tomó bien —musito.
—Dios —dice por lo bajo, para que solo yo la escuche—. Me gusta mi trabajo, pero a veces lo detesto.
—Toma los cursos para convertirte en especialista —le digo.
Hace una mueca.
—Soy demasiado aprensiva.
—Eventualmente lo superas.
Escucho una garganta aclararse de forma nerviosa en la sala de espera. Me enderezo y me paso las manos sobre mi bata de laboratorio.
Moviéndome con prontitud, presiono el botón en la pared para que se abra la puerta.
Sus ojos se ven amables y le ofrezco una cálida sonrisa automática.
—¿Edward Cullen? —lo llamo, haciéndole una seña para que venga conmigo—. Estamos listos para ti.
