Demonio
— ¿Shane? ¡Vengan amigos! ¡Este chico cree que es un Shane! — Dijo el organizador del torneo al ver el nombre inscrito para participar.
La multitud no pudo evitar burlarse del chico que se autoproclamó como un Shane. Un chico de complexión atlética, de ojos azules y un cabello azabache, con un uniforme prácticamente igual al que no hace mucho tiempo fue proclamado "mejor lanzador de babosas de Bajoterra". El nombre de ese niño era Eli Shane.
A pesar de las burlas, Eli solo pudo sentirse emocionado ante la aventura que se le venía. Ayer fue el mejor día de su vida, descendiendo a las profundidades de Bajoterra y heredar el título que su padre dejó. Claro, sabía que tenía mucho trabajo por delante; con sólo su confiable babosa Inferno Burpy era una prioridad obtener babosas que estén dispuestas a ayudarlo en el camino de la justicia y el bien.
— Estás de último en la clasificación, buena suerte, la necesitarás — Comentó el organizador, yendo a otro punto de control para registrar una nueva tanda de concursantes.
— ¿Clasificación?
— Oh, un pequeño duelo para entrar en el torneo. Nada de que preocuparse — Dijo un topoide llamado Pronto.
Los topoide, una raza de tez púrpura y aspecto sucio como se demuestran en sus dientes y su rostro. Se destacan por ser rastreadores al ser bastante buenos a la hora de cavar agujeros y tener dos cerebros que les permite memorizar mejor su entorno.
Pronto es un topoide de aspecto barrigón, con pelos de una barba naciente alrededor de su nariz, un viejo pañuelo rojo alrededor de su gran cuello y una camisa de rallas sujetando su pantalón verde, era el aspecto del topoide que Eli encontró el día de ayer husmeando en la casa de su padre. Aun así, Eli empezó a confiar en él por todo lo que ha hecho por él desde que aterrizó en Bajoterra.
— Genial, será interesante batirse contra alguien — Dijo Eli, despreocupado de su entorno, pero al contrario de él su compañero topoide prendió las alarmas en su cabeza.
— ¿Q-Qué? ¡¿Nunca te has-? — Interrumpiendo su alarido, Pronto se acercó hacia la oreja de Eli para preguntarle personalmente —. ¿Nunca te has batido a duelo? ¡Pero eres un Shane!
— E-Es complicado, y no creo que sea el mejor tema de conversación en este lugar.
— ¡Ay! ¡Tengo que conseguirte un compañero de entrenamiento! — Como si tuviera un cohete adherido a su trasero, el topoide salió corriendo en busca de algún voluntario que le enseñara los conceptos básicos a su inexperto campeón.
Dejando que Pronto se encargara de sus asuntos, Eli caminó por los alrededores, aún sin asimilar por completo la idea de estar en este lugar y en unas pocas horas batirse a duelo con alguien.
— Disculpa, interrumpes mi toma — Comentó una chica pelirroja, de blusa verde y pantalón claro que sostenía una cámara de video para capturar a un competidor que practicaba en las dianas.
— Lo sien- ¡Ey! Eres tú — Clamó Eli, recordando que era la misma chica que hace unas horas le había ayudado a lidiar con un bandido (más bien, salvar su pellejo de no salir lastimado) —. Gracias por, ya sabes, lo de haces rato.
— ¿Te refieres de haberte salvado? Será nuestro pequeño secreto — Dijo la chica con picardía.
— Te debo una. Eli, por cierto.
— Trixie. Oí que eras un Shane — Declaró la chica, aún escéptica que ese niño fuera digno de llevar el apellido de no solo un legendario lanzador, sino una línea de lanzadores impresionantes.
— Sí. Estoy buscando babosas para combatir el mal y… esas cosas — Dijo Eli, incomodo por ver a la chica juguetear más con la cámara que prestarle demasiada atención —. ¿Para qué es la cámara?
— Para grabar la competencia. Busco debilidades para ayudarme en la competencia.
Como una toma de ejemplo, un entrenamiento de práctica entre un gran hombre rubio con un traje que se asemejaba a un toro y una persona de tez blanca se batían a duelo. El hombre toro lanzó una babosa tornado, generando un torbellino que arrastró a su contrincante, mandándolo a volar unos cuantos metros por el aire.
— ¿Quién es él? — Preguntó Eli, intrigado por la habilidad de ese lanzador (Aunque no tanto por su baile de la victoria).
— John Bull. Uno de los más fieros de este torneo. Quiero hallarle una debilidad, pero aparte de ser un fanfarrón, no le encuentro ninguna.
— Tendré que derrotarlo para ganar este torneo — Afirmó Eli, algo que ensombreció el rostro de Trixie —. ¿No es así?
— Hay un oponente más peligroso que John Bull — Reveló Trixie.
Apuntando con su dedo índice, Trixie señaló a una sombra. Eli tuvo que forzar algo más la vista para ver la figura oculta en esta; una persona de máscara con una camisa y capa blanca, pantalón negro y botas deportivas personalizadas para mantener una imagen imponente. Sin duda la máscara relucía sobre todo lo demás, las líneas que lo decoraban simulaban fuego grisáceo, con un punto rojo que contrastaba la máscara blanca.
— ¿Quién es él?
— Ella.
— ¿Es mujer?
— Por supuesto genio, ¿Nunca has oído hablar de la llama del demonio?
— ¿La llama del demonio? — Cuestionó Eli, intrigado por saber más de esa misteriosa lanzadora, aunque apenado de preguntar al ver que era una entrenadora conocida por la actitud que tomó Trixie.
— Es una lanzadora tenebrosa. Dicen que los tontos que osen enfrentarla no vuelven a ver la luz del día y, si logran salir de sus enfrentamientos, afirman que nunca quieren volver a toparse con ella; son exageraciones, aunque tiene sentido por lo eficaz que es.
— Ok… Sin duda se escucha peligrosa — Dijo Eli, algo intimidado por la mujer, en especial porque parecía tener la vista puesta en él, aunque solo fue un escalofrío; Burpy tampoco ayudó a mejorar su sentimiento al verse incomodo por la persona.
— Sí, por eso te recomiendo practicar si esperas tener una mínima posibilidad de vencerla, pero lo dudo.
— Es lo que planeaba hacer. Estoy esperando a mi amigo consiga a alguien fácil a quien enfrentar, a menos que quisieras ayudarme.
— ¿Y revelar mis trucos? No gracias. Además — Dejando de jugar con el lente de su cámara, Trixie vio con vacilación a las personas que se acercaban a Eli —, creo que tu amigo consiguió a alguien con quién practicar.
XXX
Un Shane. Hace tres años que la chica enmascarada no escuchaba ese apellido, no en un connotación en la que se mencionaba en esa competencia. En primeras pensó que era una especie de broma, pero ver el chico, ver el parentesco que tenía con Will Shane solo generaba más incertidumbre que respuestas. Ella sabía que Will tenía un hijo, ¿Será él ese hijo que tanto mencionó?, ¿O será otro impostor que intenta adueñarse del apellido Shane? Sea cual sea la razón, ella se aseguraría que la persona que porte ese apellido sea digna de su título.
Shane no era un simple apellido, era un símbolo.
Tal vez fue la razón por la que la babosa de la chica, Flare, deseó participar tanto en ese torneo. La chica sabía de la conexión que su babosa tenía con la infierno de Will, así que su intuición era verdadera. Además, su arsenal de babosas era limitada, un torneo para abastecer dicho arsenal era bastante beneficioso. Sólo esperaba encontrar babosas que aguantaran la presión y voluntad de Flare. Oh, esa babosa que puede ser juguetona e inofensiva con ella podía llegar a ser el verdadero averno para las babosas que no fueran "dignas" de ser lanzadas por la chica.
Aun así, deseaba vigilar a ese Shane. Tener a Burpy le hacía ganar puntos, pero tener la infierno de Will no era suficiente prueba para la chica, debía haber más. Usando a Indra, su babosa versátil, la chica se camufló entre las sombras para observar al chico entrenar con un trol de las cavernas.
Iniciaron el duelo y el chico definitivamente la estaba decepcionando. Era clara muestra de una persona que recién empezaba en el negocio de lanzar babosas. Su postura era deficiente, su arsenal deplorable, su mentalidad incorrecta. Si ese chico era la futura luz que guiaría Bajoterra a un futuro más esperanzador, podría dar por condenada las cavernas.
— Calma Flare, solo es un novato — Calmó la chica.
Ella sabía del temperamento de su babosa y su impaciencia con respecto a estos temas. La babosa le exasperaba todo sobre ese chico, sin embargo, sabía que no debía actuar; no había forma de hacerlo. El duelo continuó, dando el trol una paliza al Shane sin tregua alguna. La chica solo deseaba un destello, algo que le dijera que este chico podía ser prometedor.
Dicho destello, aunque pequeño, pudo verlo en una estrategia que el Shane empleó. Utilizando una babosa estropeada para generar una capa de humo, se escabulló entre las piedras para tomar por sorpresa al trol y acabar el duelo. No fue la estrategia más elaborada, demasiado básica y predecible, pero al menos fue ingeniosa para someter a su enemigo.
Sin embargo, la chica no estaba satisfecha con eso. Muchos entrenadores podían hacer eso y de manera más efectiva. Ponía la excusa de la falta de experiencia y la novatada que evidentemente traía consigo como si fuera un cartel pegado en la frente, pero incluso en instancias tempranas debía demostrar un talento prominente.
Aunque quería ver más, la chica sabía que en ese momento el chico no tenía nada más que ofrecer por el momento. Esperó hasta que anunciaran los duelos y, quién sabe, el chico la termine sorprendiendo o algo así.
XXX
— ¡Y el ganador es Eli Shane! — Terminando el duelo de preselección, el ganador de esa ronda fue el autoproclamado Shane, terminando el combate con su babosa infierno.
Los compañeros de Eli, el trol Kord Zane, Trixie y Pronto no dudaron un segundo para bajar al campo de batalla y felicitar su victoria. Esto era el cielo para Shane, el sueño de cualquier novato; ganar tu primer duelo de babosas.
Sin embargo, esos humos se vieron abajo cuando otra figura cayó en el campo. Como si fuera un silenciador, la apodada "llama del demonio" saltó con gracia en escena. Se acercó a Eli, siendo instintivamente custodiado por sus amigos recién hechos. Nadie hacía nada, expectantes de lo que haría o diría la persona detrás de la máscara.
— Eh… ¿Puedo ayudarte en algo? — Preguntó Eli, intentando aligerar el ambiente que se estaba formando, aunque fuera en vano.
La entrenadora solo continuó observándolo por un largo rato, fija en los ojos azules del Shane. Nadie del público o los partícipes realizaba algún movimiento. Después de un rato, la chica enmascarada se volteó y caminó en sentido contrario, sin decir palabra o acción alguna. Eli no notó que aguantaba la respiración en todo ese proceso.
— ¡Espera! — En contra de toda lógica, Eli abrió la boca; solo con ver las expresiones de todos dejó entrever una osadía que significaba peligro, sin embargo, no cedería —. ¿Qué buscas de mí? Sé que me has estado viendo desde que inició la competencia. Dime por qué te genero tanto interés — Habló con seriedad.
La entrenadora volvió a mirar a Eli. Con una calma que solo ella poseía en ese momento retiró su lanzadora de su seguro. Una de color negro con bordes blancos y un mango de un plateado inoxidable, completo contraste con la ropa que traía puesta.
— E-Eh… S-Señorita, l-las reglas especifican que no se pueden batir a duelo a menos que sea oficial por el torneo. P-Por favor, baje el arma — Habló el organizador, intentando mantener su posición como amo y señor de todo el evento.
Aun así, sus suplicas cayeron en oídos sordos y la chica enmascarada no bajó su lanzadora, ni un solo centímetro. Eli también cargó su lanzadora con Burpy en ella. Si los rumores sobre esa chica eran ciertos, sabía que no tenía posibilidad alguna contra ella, pero no podía quedarse con los brazos cruzados mientras ella apuntaba con su arma.
Pero, como el evento anterior, la chica retiró su lanzadora sin decir ni una palabra. Los espectadores estaban confundidos incluido el mismo Eli, sin entender lo que quería hacer con él. Todos interpretaron que era una amenaza para que se callara e Eli lo tomó de una forma similar.
— Aurora — Dijo la chica, una voz juvenil, revelando que no era tan vieja como las personas pensaban que era; escuchar su dulce y melódica voz fue un hecho inédito para una lanzadora que se caracterizó por su silencio —. Mi nombre, es Aurora.
— Eli Shane, aunque ya debes saberlo.
— ¿Shane? Te proclamas un Shane… lo nunca antes visto. Puede que seas el hijo de Will Shane, puede que tengas su babosa, puede que llegues a poseer su talento, pero en mis ojos no eres más que un niño que imita los pasos de su padre.
— ¿Qué quieres decir? — Preguntó Eli, intrigado a la vez de ofendido por las palabras de la chica.
— No te importa, solo concéntrate en ganar en este torneo. Gana y gana y enfréntame en la final, así veré tu verdadero carácter y así — Señalando la lanzadora, o más bien, a la babosa dentro de ella, continuó —, podré ver si eres digno de esa babosa.
Volviendo a sacar su arma, Aurora lanzó una babosa que generó un brillo cegador que dejó viendo estrellas a toda la caverna. Cuando la luz cesó, no había rastro de dicha duelista.
— Cielos, eso fue intenso — Comentó Kord, entendiendo la inseguridad y el pavor que genera la chica; unos pocos movimientos y fue tan intimidante como el propio clan sombra.
— Ni que lo digas, pero estoy seguro de que la volveremos a ver. Después de todo, me retó a un duelo.
— Sí, y espero que sepas lo que eso significa, ¡La llama del demonio te retó a un duelo Eli! Nadie en todo Bajoterra llamó la atención de ella en los tres años que ha estado rondando por las cavernas — Reveló Trixie, impactada de la actuación de la chica enmascarada para no solo retar a Eli sino decir su nombre.
— Y es por eso, que Eli debe obtener babosas. Así que… — Para enfatizar su punto, Pronto señaló a cortocircuito intentando escapar de la escena para ser frustrado en su huida.
Eli tomó, o más bien, dejó a decisión que una de las babosas electroshock se uniera a su limitado arsenal. Este torneo solo se estaba poniendo mejor con cada minuto y, aunque Aurora fuera intimidante, definitivamente sería el desafío más divertido y peligroso que pudo conocer en su primer día de lanzador.
