Leni dudo al bajar los peldaños. Era de noche por fin, tenía sed, y salía de su cuarto después de pasársela gran parte del día de encerrada, y dudaba todavía de bajar por completo los escalones, al entrar con las reminiscencias de lo vivido hacía ya horas. No ha vuelto a actuar con normalidad desde que los había visto.

Lori logro ser la única en percatarse de su ensimismamiento, y le pregunto: "¿Qué pasa?", y la rubia le habrá respondido: "no es nada", cuando realmente, era algo. Tan típico de la gente decir esas palabras, y tan atípico, particularmente en ella, por eso es que volvió a cuestionarla, y en ese momento, Lori se vio así misma como una santa, pero no siguió la conversación, porque habría de hablar con Bobby a su hora usual de las 7pm, terminando tarde, retrasando, lo que bien podría haber sabido rápidamente por Leni, de no haberse entregado a la duermevela del cansancio, y sus preocupaciones banales, en comparación de lo que venía.

Y es cierto, que la rubia no tenía la culpa de ignorar cómo se sentía Leni, o de bien precaver los infortunios venideros que agotarían a los Louds.

Nadie excepto la modista, sabía en ese momento de Luan y Lincoln; y por parte de ella, que se le dificulta no extrañarse y sonrojarse, al pasar a la cocina, pensó que en le encantaría poder hablar con alguien, acerca de las cuestiones que la han sobresaltado (no de forma gratificadora), este día en particular.

No le queda de otra, más que hablar con la voz cantarina, tan infrecuente en veces, de su psique. Aquella, volvería a decirle e inventar algunas razones, por las que Luan y Lincoln, estaban enamorados, porqué, "¿de que otro modo quisieran tener bebés?", además, eso le explica lo juntos que han estados aquellos dos, y porque Linc rompió con su novia hacia unos meses; que se le veía muy conforme con ella en primera. Pero, "son hermanos...", se decía confundida, "¿Eso es normal?" En qué películas había visto, salen parejas de hermanos. ¿Cuantas parejas felices, conocía que compartieran los mismos apellidos? ¿Algunos padres de una amiga, o una amiga que saliera con su hermanito? No. No había, o tardaba en hallarlas.

Hurgaba en su memoria; buscaba paseándose por la cocina en su mente, olvidándose del vaso de agua, del cual había sido motivo de haber arribado ahí en primer lugar. No hallaba, y bajaba la mirada, cuando ve hacia la sala, tratando de comprender con cierta pesadez, que no haría más que agravarse. No había nada, no conocía a nadie o... oh espera... ya cree recordar a alguien, o más bien, al producto de una relación así; lo supo por sus padres de camino de regreso a casa, y pudo verla en carne propia, en la consultoría compartida del Dr. Howard, en el centro de la ciudad, donde le aplicaron los análisis que no le mostraron, mientras esperaba a que sus progenitores, acabaran de hablar con el especialista.

Ahí pudo notar como una preadolescente rubia, de orejas de moneda no alineadas y nariz respingada, se comportaba de manera errática esporádicamente. Ella saltaba de su silla, de forma intensa, y luego calmada, en lo que reía, señalando a una enfermera que pasaba, y empezaba a alzar la voz, para hablar con la vieja que yacía a un lado suyo. La abuela la calmaba un poco, o por lo menos lo intentaba con palabras (en principio acatadas), y ella balbuceaba y se columpiaba sonriendo. Volvió a exaltarse, poco antes, que Rita y Lynn Sr. volvieran. La joven no quería seguir a la enfermera que amablemente le pidió que la acompañara, o a la vieja. Se volvió histérica en un instante, y empezó a patalear y a gritar paranoica. El escándalo captó todas las miradas, e incluso su padre y el Dr, entraron a auxiliar a la enfermera cuando la preadolescente le jalaba los cabellos al punto de arrancárselos. De regreso ya en el auto, la joven del consultorio tenía un nombre, y no fue hasta: "¿Sus padres eran hermanos?", cuando separó la vista de la ciudad a través de la ventana, la vertió en sus padres. Su madre, notó por el retrovisor, la atención y reacción de su hija. Sobresaltada momentáneamente al ver sus ojos confusos, procuró atenuar la conversación. El tabú figuró en el ambiente, y la plática la continuó el padre sin darle mucha importancia a lo pasado: "Sí, me lo ha dicho Howard, cuando fui a agendar y a tratar la cita", y él se giró con su hija, y le sonrió cálidamente, "La chica tiene esquizofrenia". Y quedaron silentes, en el lapso de unas cuadras.

"Yo conocí a alguien así en mi niñez", dijo el Sr Loud, de repente, serio y distante, "Murió muy joven, y era tan solo, una pobre criatura inocente amor... ".

Leni como ahora entonces, traía ese bajón-vacío del cuerpo y estómago, pero más intenso y agudo en esta ocasión; más preocupante y extraño, esta noche diez, del día del mes de marzo.

Suspiro hondo y se llevó las manos a la boca. "¿Tendré qué decirles a mis padres?", se preguntó sería y angustiada para sus adentros.

A Lori, pensaba, o a Lisa, que siempre la veía tan ingeniosa, al utilizar sus rudimentarias científicas. Ella al menos, podría aclararle las cosas, y sentir preocupación o alivio, para saber cómo proceder, pero, no se decidiría al final. Se iría a la cama, tan igual a como había bajado.

Aquella noche, daría vueltas en la cama pensando, recordando, analizando. "Luan... Lincoln...", murmura por su almohada, y escucha a su hermana, Lori, hablar dormida en la otra cama.

Un reflejo, o sueña que habla con ella. A lo último se va Leni, y sonríe distraída. Vuelve a ser ella por unos instantes, y recuerda cuanto ama a sus hermanas y a su hermano. Lo hace, de verdad lo hace, y no quiere que pasen por pesares y malestares; Los quiere felices, en casa, juntos. Y vuelve a reflexionar, vuelve a indagar. Pone en consideración el hipotético amor romántico de sus hermanos. Pasa un rato, recordando las escenas de aquel día de vuelta a casa después de ver al doctor.

Las miradas de sus padres, y sus palabras.

¿Qué era lo último que decía su progenitor? No quería recordarlo, pero estaba ahí vislumbrándose todo el tiempo. Era:

"No entiendo el egoísmo de los padres, al traerlos al mundo, si van a sufrir después..."

Leni se habrá dormido por fin a las una de la madruga.


Luan y Lincoln habían estado manteniendo relaciones sexuales. No fue que se hartaron de los tocamientos y de moldear el fuego en su cuarto; la comedianta siempre tan fluida y sumisa a sus demandas. Y él no pudo aguantar, y se terminaron yendo de su cuarto; La cama con el respaldo a la pared, seria estridente y peligroso, más con su libido, en medio de la noche silenciosa. Ya se ha visto la falta de prudencia que ha estipulado en medio de los estímulos, y era precisamente eso, lo que Luan quería evitar.

Pararon al cobertizo, pues, de puntillas, esquivando los ruidos, solo dejando sonar, la especie de aplausos, que dejaban sus pieles al chocar una a otra, junto a los gemidos que escapan de uno y el otro.

Que suerte que no han echado ojo desde arriba de la barda alguno de los vecinos, ya que podrían encontrar a Lincoln sólo con camisa y calcetines, penetrando a su hermana mayor con fuerza, mientras le mete las manos al camisón, agarrando sus pechos, y estrujándolos y moviéndolos con fuerza.

Se la sacó a eso de las dos de la madrugada, después de disparar unas descargas dentro, echando los últimos chorros en sus nalgas, mientras levantaba la falda, observando sonrojado (casi hipnotizado), como había manchado de su esperma a su hermana, y parte de las vestiduras. Vio hacia el césped y la valla, antes de limpiar las gotas blancas que dejó en la piel de ella, con el papel que había traído del baño. Luego se alejó sudoroso, agarrando su miembro sensible, y pensando con cierta culpa, en lo que se sentiría si fuese de día, y alguien los viese en plena acción. Con solo imaginárselo, empieza a excitarse más.

Luan, comparte el afán en parte, pero no es como que ahora pensará en ello. No, tiene su mente en su hermano exclusivamente, de un tiempo a acá, es así, y se gira hacia él después de que el lapso de limpiarla, termine.

Estaba muy ruborizada cuando compartieron contacto visual, y sus ojos brillaban en la penumbra.

Lincoln la vio muy hermosa, y camino hacia ella para besarla dulcemente, y meterle la lengua en la boca, girándola contra la suya, y después chupando la suya, en lo que caían los sonidos de succión tan sonoros, y que consideraban los dos, tan lascivos.

Se separaron y los labios los traen húmedos. Ella recupera el aliento sosteniéndose sus hombros, y vuelve a besarlo rápidamente.

—Te amo —dijo él y le agarró uno de los glúteos.

Luan se avergonzó del agarre, pero sólo se abrazó de Lincoln.

—Yo también te amo Linky... —dijo la castaña apenada, y sentía el pene de él contra su cuerpo, comenzándolo a friccionar, moviendo sus caderas ligeramente, hacia al frente, y hacia atrás —. Hey... —murmuro ella a la par de que sentía como aquel le besaba y lamía el cuello —. Hey... Linky —no hizo caso —Ma-mañana tenemos escuela... —le decía y su voz no dejaba de sonar melosa, y veía como le desabotonaba la camisa, cosa que paró al sostenerle las muñecas al tercer botón que mostraban sus pechos, haciendo que la mirara —Hey, te estoy hablando —soltó y lo miro seria —. Lincoln, yo creo que fue bastante por hoy...

—¿Qué? ¿Ya... ? —pregunto con tono de tristeza y beso y chupo rápidamente uno de sus senos —. Yo quiero quedarme otro rato más contigo —dijo suplicante y se abrazó ampliamente de nuevo a ella —. Yo te amo mucho. ¿Lo sabes no?; Me encantas. Me encantas tanto... —confesó y ocultó su rostro en su pecho, bajando las manos a su trasero, estrujándolo.

Ella gimió suavemente, pero siguió con la postura.

—Amor, yo también te amo, pero, ya llevamos aquí desde las doce. ¿No crees que ha sido suficiente... ?; me siento un poco cansada, además, vas terminar agarrando un resfriado.

Lincoln enterró más su cara, estrechándose más a su cuerpo, envuelto en los suspiros de ella, y con el comentario anterior, acometiendo al frío, que se abría paso con un escalofrío y un estornudo.

"Oh vaya... " dijo y puso rostro serio. Luan soltó una risita, y le besó los cabellos blancos. "Te amo", le dijo, y eran acaso, las palabras más certeras y fieles, que se habían hecho en ese lugar y periodo, y que bien podrían sucumbirla a la locura, en un futuro no tan lejano.

Sí bien es cierto, que los sentimientos de Lincoln eran mutuos, no eran tan intensos y fervientes como los de su hermana.

Fue ella quien lo besó a él en primer estancia después de todo. Cinco meses atrás, cuando la descubrió llorando detrás del escenario, sentada en una caja de madera, con el maquillaje de mimo blanco y negro, escurriéndosele por las lagrimas, y las manos inseparables del rostro, solo acatando, a la voz del albino que la llamó al encontrarla en dicho estado.

Era por la novia de él, que se sentó y sostuvo la mano de Lincoln durante la espera y todo el espectáculo. "Que terrible, que terrible... ", se decía Luan al verlos tras el telón, acaramelados y "enamorados".

Tal vez por eso, fue tan asertiva con él en primer lugar.

Sabía de la existencia de la relación; todas las hermanas lo sabían, e incluso Luna, siempre le daba los apoyos y alientos necesarios, incluso en las primeras etapas de la conquista.

A la comediante, no le agradaba ese asunto, y entre el distanciamiento y la decadencia del humor en una joven aspirante a las risas colectivas, no tardó en que Lincoln, quisiera meter su cuchara, en términos normales de ayuda, al verla tan decaída.

En esos días, los roces fueron evidentes, y su marcha atrás, solo fue prolongada. No termino todo, y el beso repentino que le planto su hermana, y el febril del asunto con Lincoln, los han traído a estos tratos de sexualidad "secreto".

Luan ayudó a vestir a Lincoln ya para cuando entraban a la casa. Recordó una réplica de esos momentos, en donde eran infantes inocentes y le vestía, y cayó en una ilusión futura suya, en donde le ponía la corbata, antes de irse a trabajar. Se sonrojó al imaginarlo, y no pudo responder al: "¿qué pasa?", de su hermano.

Quería dormir a su lado, pero no podía, lo sabía. Más con la situación de Leni (a quien no había visto más que en el incidente), que pudiera darle las ideas no queridas, de las que según creía, un setenta por ciento, que no había captado el asunto en su totalidad, y no es que lo crea de forma fidedigna, sino que quiere creerlo.

Reprendió a Lincoln después de abandonar el sofá, por sus deliberado actuar, su lujuria y su imprudencia, pero de poco sirvió, ya que empezó a tocarla y tentarla a la media hora del "regaño", y ella no hizo más, que seguir su naturaleza.

Fuera de ello, sus conjeturas y preocupaciones circularon todo el día en su mente, y mientras sube junto a Lincoln a la segunda planta, besándolo y abrazándolo al desearse los mejores sueños, caen en su mente, todas las incidencias que han sucedió, dando a la espinilla alegórica del asunto, más circunferencia y agobio, al pasar con cuidado a su cuarto, para no despertar a Luna, y cubrirse con su manta, en su lecho.

Dio un par de vueltas en la cama, como Leni. Preocupada y pronto, consolada por la voz de su cabeza, y en el pensamiento de su hermano menor.

"Linky", pensó cerrando los ojos.

Todavía traía algo de la "semilla" de él dentro suyo. Siempre se ponía roja y feliz al pensar en ello, mas esta vez no era ciertamente así.

Ahora, era desconcierto y abrumarse, porque sabía muy bien, que probablemente, ya había quedado embarazada.