Capítulo 2: Un Ángel Entre Sueños.

Sakura podía ver en qué condiciones estaban todos sus amigos, ella era una de las médicas de cabecera del hospital de Konoha, las heridas de la guerra no sólo eran físicas, sino psicológicas, sin embargo, de sus amigos, Hinata era quien más la preocupaba.

Desde la muerte de Neji ella se había retraído mucho más, era mucho más callada y cuando sonreía, sabía que le costaba. Sakura sabía que había alguien que podía levantarle el ánimo, hacerla feliz e ideó todo un plan para que ella atendiera a Naruto en su estado de convalecencia. Hinata, hizo pues las veces de enfermera de Naruto quien la mayor parte del tiempo la pasaba dormido, le atendía cuando le subía una febrícula, cambiaba sus vendajes y cuando estaba despierto lo ayudaba a alimentarse; él estaba feliz de ser mimado por una chica hermosa, pero lo que más le gustaba era cuando ella lo instruía con los textos de la academia que Kakashi-Sensei le había pedido que estudiara para ser designado como Jounin, podía entenderle todo, era una maestra perfecta, caso contrario con Shikamaru con quien siempre terminaba discutiendo por no prestar nada de atención y decirle que era un fastidio.

- "Naruto-Kun, debes prestarle más atención a Shikamaru-San, un Shinobi no sólo debe tener fuerza física, sino conocimientos que le permitan analizar todo tipo de situaciones para desempeñarse mejor en sus misiones ninja."

- "¿Tú también, Hinata? ¿Tú también piensas que soy un tarado?" Dijo Naruto con profundo lamento y buscando instintivamente que Hinata le dijera lo contrario, coqueteaba con ella sin saberlo, casi sin notarlo, a lo que ella respondió con su típica sonrisa con la mano derecha sobre sus labios.

- "Naruto, ya es hora" Dijo Tsunade con una gran alegría. Sin embargo, Naruto tenía algo de miedo, llegó el momento de ajustar su prótesis y Tsunade ya le había proporcionado varios coscorrones por sus múltiples preguntas y por intentar escapar cada vez que lo debían inyectar. Harta de la situación Tenten amarró de la camilla a Naruto con grandes y pesadas cadenas; el procedimiento no era demorado, pero debía tener mucha precisión médica y la medida perfecta de chakra que permitiera que las células de Hashirama Senju (el primer Hokage y abuelo de Tsunade) se compenetraran perfectamente y el brazo derecho de Naruto volviera a ser funcional.

- "¡Tsunade no-baachan! aún no estoy listo! ¡Tengo miedo! Hinata sálvameeeee". Gritaba Naruto.

- "Deja de gritar torpe, estás asustando a todo el hospital" decía molesta Ino, quien estaba apoyando a Shizune y Sakura en la base de control de chakra. Hinata también estaba ayudando en este equipo, al igual que en aquella misión cuando debían capturar al Sanbi en el fondo del lago.

Kakashi estaba en la sala de espera, sólo escuchaba los gritos ensordecedores de Naruto. Yamato, Sai, Shikamaru, Chouji, Shino y Kiba esperaban ansiosos la recuperación de Naruto. En un momento los gritos desaparecieron y se abrió la puerta de la sala de operación, la primera en salir fue Tsunade, su semblante serio hizo temer a todos lo peor, luego una gran sonrisa hizo que a todos le volviera el alma al cuerpo.

Naruto salía acostado en una camilla y con su brazo nuevo vendado, sin embargo, algo preocupaba a todos… un gran chichón salía de la cabeza de Naruto y a su lado Sakura refunfuñando por su mal comportamiento. Debía quedarse 3 días más para observar el comportamiento de la prótesis, pero a Tsunade le preocupaba la testarudez de Naruto y que tal vez no siguiera los pasos correctamente y se perdiera todo lo conseguido en la operación. Tsunade observaba a Shizune y Sakura para custodiarlo constantemente en esos 3 días; Shizune, tenía otros deberes en el hospital con varios pacientes, no podía quedarse ciertamente con Naruto; Sakura… ya había notado en ella su poca paciencia y su poca tolerancia con el ninja rubio y el golpe era prueba de ello.

- "¡Hinata!" dijo Tsunade. "Requiero de ti para una misión y ésta tiene el consentimiento del Hokage". Te pido que cuides el post-operatorio de Naruto. Estos 3 días son claves para su recuperación, yo misma hablaré con Hiashi para informarlo de esta situación. Tu misión comienza ahora mismo."

- "Cuente conmigo Tsunade-Sama" dijo con solemnidad Hinata y se dirigió a su casa a recoger unas cuantas prendas y algunos artículos para pasar el tiempo cuando Naruto estuviese dormido.

- "Bienvenida Hinata-Sama", dijo con tranquilidad Natsu. "Su baño está listo, por favor después de asearse, acuda con Hiashi-Sama, él le está esperando".

"Gracias Natsu, acudiré a mi padre tan pronto termine el baño. infórmale por favor."

Hinata se dio un relajante baño ya que había estado agotada en el momento de ayudarle a Tsunade en el hospital, lavó su cabello y puso especial empeño en ello, estaba motivada a cumplir su curiosa misión, quería verse y oler bien, de hecho, el hospital era un lugar bastante estresante y ella quería hacerlo más amigable. Luego acudió a Hiashi quien la requería en compañía de su querida hermana Hanabi, quien tenía una sonrisa pícara como si Hinata se hubiese ganado el premio mayor de la lotería local.

- "Otou-Sama" dijo Hinata, "Natsu me pidió que viniera a verle"

- "Toma asiento, Hinata" dijo con su característica impasibilidad "y tú también Hanabi, quiero que mis dos hijas escuchen bien lo que tengo que decir". Hiashi estaba moralmente aplastado por la muerte de Neji, ya había pasado casi un año luego de la guerra y todos sus errores como líder del Clan Hyuuga pesaban sobre él, tenía culpas por todos los flancos y no sabía cómo remediarlos, ni siquiera sabía cómo empezar a abordarlos.

Ya había sido informado de la misión a la cual iba su hija mayor, pero le preocupaba por primera vez ver a su hija tan callada, tan dispersa, tan lánguida… creía que Tsunade al ponerle aquella misión podía animarla un poco y él quería darle su permiso -de todos modos, Hinata no lo necesitaba, pues al ser degradada por su padre y habiendo sido puesta al servicio de la aldea, su permiso provenía del Hokage y no de su padre- Y en contraste, Hanabi cada vez era más ruidosa, ruda y coqueta, pero comenzó diciéndoles a ambas:

- "¡Hijas mías!, la casta de la familia Hyuuga se hace belleza en ambas, son el tesoro que me dejó su difunta madre y yo no he sabido valorarlas desde sus contrarias personalidades". Las hermanas se miraron contrariadas, sin saber qué significaba lo que Hiashi estaba haciendo y qué lo impulsaba a hacerlo, pero agradecieron ese mensaje que su padre por primera ocasión enviaba a sus hijas.

- "Otou-Sama, mi hermana y yo le estamos agradecidas por sus palabras" Hinata había devuelto la cortesía a su padre puesto que sabía cuán difícil era para él expresar esas palabras.

Hiashi intervino: - "Mi Hija Mayor, bella como los lirios del campo, con la delicadeza de las rosas y la suavidad del viento" Hinata se sonrojó al recibir tan bellos apelativos y Hanabi se sentía maravillosa al ver que por fin a su hermana la vida le hacía algo de justicia, Su Padre continuó: "Tienes una misión que Tsunade-Sama confía en que puedas cumplirla con éxito, sé que cuidarás bien a Naruto en su recuperación y por favor no olvides tratarlo bien, el cambio de Neji y la paz que hoy gozamos se la debemos a él"

- "Gracias, pondré mi mejor empeño" respondió Hinata al Pedido de Hiashi.

De camino al hospital, Hinata se sentía como flotando en medio de las nubes del cielo; ella, la despreciada, la degradada, la desheredada del clan, hoy recibía un halago de su líder y padre; él tal vez no pudo calcular el impacto que esto tendría en Hinata, pero fue una inyección anímica poderosa, fue un cambio de perspectiva ya que siempre que salía de misión su padre dudaba de sus capacidades y esto diezmaba su confianza, pero esta vez era diferente, él la apoyo, la aconsejo y la halagó.