Parte 2: En el bosque de la duda
"Tonta Youko"...
Era algo que siempre decía
"Tonta Youko, Tonta Youko"
Es como si mi existencia girara en torno a esta frase...
Como si lo que fuera a decir estuviera escrito por alguien mas
Como si mi voz la hiciera alguien mas
Decir algo una y otra vez como si estuviéramos programadas por eso...
Era el propósito de nosotras, el destino de las que llaman Creamates
Al menos así era para mí, porque todo cambió cuando empecé a pensar, a pensar que había algo raro alrededor de mí.
Siempre estaba junto a mis compañeras diciendo lo mismo
¿Por qué siempre digo lo mismo?
¿Por qué actúo así?
¿Que son estos recuerdos?...
Ah si, estos recuerdos. En estos recuerdos siempre estoy detrás de esa chica, "Youko", queriéndole decir algo, pero siempre estoy en silencio, inundada por el miedo a que me rechace, aun así, ese recuerdo era tan ajeno... Como si no me perteneciera...
Entonces empecé a dudar...
¿Que hago yo?... Hago alguna que otra cosa, me enfrento a algunos monstruos, y repito la misma frase "Tonta Youko"
¿Quien soy yo?... Una creamate
¿Y que es una creamate?
Es cierto, había muchas creamates
Algunas hablaban como yo...
Algunas actuaban como yo...
Esta sensación incómoda de duda invadía mi cabeza, siempre preguntándome el porqué de todo lo que estaba a mi alrededor
Y ese día llegó...
De la nada apareció, esa chica, "ella"... Komichi Aya...
Ella era como yo...
Ella hablaba como yo...
Ella actuaba como yo...
Ella dijo la misma frase hacia la misma persona "Tonta Youko", pero había una pequeña diferencia...
Ella era la real... La Komichi Aya real.
Ella podía hablar con libertad, ella expresaba sentimientos de manera natural, cuando ella decía "Tonta Youko" de verdad lo sentía, no era como si alguien hablara por ella o le hubiese ordenada que dijera eso, ella era un alma autentica con recuerdos y sentimientos auténticos.
Fui hacia otras creamates
- ¿Lo viste Shino? - le dije a una de ella
- ¡Rubias!
- Esas de allí son las verdaderas - le decía mientras las señalaba
Intentaba que se diera cuenta pero era en vano
- Karen - Intenté decirle a otra de ellas - ¿Ya viste?
- ¡Ayaya!
- ¿Me escuchas?
- ¡Ayaya! ¡Ayaya!
No tenía sentido, así que fui con la última que quedaba
-Youko... ¿Lo has notado? nosotras...
Antes de terminar me dí cuenta de que su mirada estaba vacía, ya sabía que pasaba
Las creamates son ignorantes de su existencia, ignoran que no son las reales y solo existen para ser un saco de frases repetidas y sin sentido
Las creamates son cascarones vacíos...
Yo soy un cascaron vacío...
Todo eso pasaba por mi cabeza mientra veía esa mirada vacía en los ojos de Youko, tenía ganas de llorar
Pero soy una creamate...
Las creamates no tienen sentimientos reales...
Las creamates no tienen recuerdos reales...
Las creamates son solo copias de almas autenticas hechas con un poco de magia y moldeadas a su imagen.
Y como las creamates no son reales, no tienen sentimientos reales ni recuerdos reales entonces no pueden llorar
Así que esa fue la última vez que dije "Tonta Youko"... No... La tonta soy yo
Ahora solo me la pasaba vagando viendo ir y venir a otras creamates, todas ellas dichosas de ser ignorantes, mientras yo me lamentaba de haber pensado para empezar.
Sin darme cuenta me quedé dormida y en mis sueños estaba ella, Komichi Aya siguiendo a su querida Youko, tratando de alcanzarla, me pregunto si ella podrá hacerlo, siento tanta envidia de que ella pueda tener alguien así, en ese sueño me pregunté si yo podría tener a alguien así.
Desperté, todo seguía igual, seguía mirando una y otra vez a las creamates ir y venir, algunas veces "las verdaderas" aparecían pero todas las creamates seguían igual, yo fui la única desafortunada que dudó de su existencia y ahora solo mirar a las otras pasar.
Mientras las veía noté a una creamate, ella tenía el cabello largo y de color café, tenía amarrado un moño que asemejaba las orejas de un zorro. La creamate actuaba extraño, primero se quedó mirando a una de "las verdaderas", sus ojos reflejaban un particular brillo y luego empezó a correr de un lugar a otro.
- ¿Ya viste? - dijo la chica - Esas de allí son las verdaderas -
¿Eso fue lo que dijo? ¿Escuché bien? la chica continuaba desesperada, hasta que terminó huyendo del lugar, yo la seguí, quería confirmar que lo que oí no fue mi imaginación, que de verdad hay alguien como yo. La seguí hasta un bosque, Estaba oscuro, lleno de fango, había neblina que no permitía ver mucho, pero no había otro camino. La seguí por un buen rato sin decir nada, quería preguntarle, quería decirle, así que le hablé.
- Disculpa - le dirigí la palabra - ¿Donde estamos? Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas
Eso es lo único que pude decir, era una mentira, bueno no del todo, yo no estaba con mis compañeras, pero si estaba perdida, no pude preguntarle sobre lo que oí.
-Yo también estoy perdida - ella me respondió - ¿Quieres seguirme?
Así empezamos nuestro camino, aun así no pude decirle sobre "las verdaderas", pero no estaba mal, ya no me sentía tan sola, quería saber quien era ella así que decidí preguntarle.
- Este... Disculpa ¿Como te llamas?
- Tatsumi Kon - ella me respondió
-Yo... Yo soy Komichi Aya... Un gusto
Kon... Aunque sé que era el nombre de alguien mas sabía que podía llamarle de esa manera, no se porque pero empecé a sentir un cosquilleo extraño, no podía dejar de seguirla ¿Es así como se siente la Komichi Aya real? no, al parecer lo que ella sentía era amor, yo como creamate no puedo entender algo así. Lo importante era que quería decirle sobre "las verdaderas", sentía algo de calor, sobre todo en mi cabeza, tal vez me aterraba el pensar que solo escuché mal y sigo estando sola.
- Oye... - intenté decirle
-¿Que pasa?
-¿Donde estamos?... Es que... Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas
¿Es que soy tonta? el pánico y la vergüenza me hicieron repetir lo mismo que la otra vez
-Si, estamos perdidas - me respondió
-Bueno... Si quieres podemos detenernos
-Bueno, nos detendremos
No pude decirle por los nervios, pero era eso, si lo intento una vez mas lo lograré
-Oye...Eres Kon ¿verdad?
-Si
- Dime... ¿Tienes frío?... La capa que tengo es grande y puede cubrirnos a ambas
-Bueno... Si no tienes problema
Tuve que conformarme con eso, pero al compartir la capa que estaba usando me sentí inusualmente nerviosa, parecía que mi cuerpo temblaba y mi cabeza me daba vueltas, seguramente fue que tenía sueño, porque al poco tiempo me quedé dormida.
Mientras dormía soñé con un enorme campo de flores, no importa a donde miraba, no tenía fin, y no había nadie mas allí, entonces desperté.
Estaba tan cerca de ella, me le quedé viendo un rato mientras aún dormía... Que bonita es. ¿Que? ¿En que estoy pensando? Eso es algo que la Komichi Aya real pensaría pero yo no soy la real.
Cuando Kon despertó continuamos nuestro camino.
No podía dejar de pensar en lo que pasó, " ojalá que pudiera volver a cobijarme junto a ella y seguir mirándola de cerca" era lo que pensaba, y por andar distraída, me tropecé.
-¿Estás bien? - Kon se dirigió a mí y me ofreció su mano
-Si, es solo que...
En mi cabeza había un montón de cosas que quería decirle, "Que bonitos ojos tienes" "Tú me salvaste" "Dime, ¿sabes sobre "las verdaderas?" pero al final dije lo mismo de siempre
- Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas
- Lo sé - respondió mientra suspiraba
A pesar de seguir repitiendo esa frase Kon parecía haber sonreído, parecía que le gustaba, así que seguí repitiendo lo mismo una y otra vez, era como si tuviéramos nuestra propia platica personal. Algunas veces compartíamos mi capa para cobijarnos y siempre disfrutaba de eso, de estar tan cerca de ella.
Entre una de esas veces tuve otro sueño
"Komichi Aya" Una chica tímida e insegura, un día se encontró con Inokuma Youko y se enamoró de ella. Aya no podía dejar de seguir a Youko pero no podía decirle lo que sentía, tal vez era por vergüenza o por miedo ¿Que se sentirá caminar siguiendo a alguien a quien quieres soltarle todos tus sentimientos?
Me quedé pensando en ese sueño, así que le conté Kon de la verdadera Komichi Aya y de su amor a Youko como si se tratara de mí.
- Ella de alguna manera me salvó le tomé tanto cariño que empecé a seguirla a todos lados, y hasta ahora no pude decirle lo que siento.
Esta situación me parecía familiar ¿donde era? ¿De verdad estaba hablando de Komichi Aya y de Youko? ¿O estaba hablando de mí... Y de Kon?
- Dime - Le pregunté - ¿Tú has querido decir algo pero tienes miedo de que tus palabras no lleguen a quien quieres?
- Supongo que sí
- A mí me pasa mucho con esa persona, me pregunto si podré decirle lo que siento.
Si, era eso, quiero decirle a Kon que no somos las verdaderas, que me gusta cobijarme junto a ella y que me gusta ver sus ojos, quiero decirle que me salvó y ya no quiero separarme de ella. Quiero pero me da tanto miedo...
Entonces ella acarició mi cabeza, me sonrió y mientras yo por dentro gritaba de alegría, me dio tanta pena que terminé volteando hacia otro lado.
Y el ciclo se repetía, una y otra vez conmigo tratando de decirle lo que sentía, pensaba que tenía que decirle, pero si lo hacía podría que tuviera que ver esos ojo vacíos otra vez, yo quiero seguir viendo los bellos y brillantes ojos de Kon.
Antes de quedarme dormida una vez mas me quede pensando ¿Y si me quedo así por siempre? diciendo lo mismo una y otra vez en un ciclo interminable, siempre siguiéndola, siempre estando atrás de ella, siempre deseando decirle algo...
-¡No seas tonta!
-¿Por que no le dices nada?
-¿Por que siempre la sigues?
- Dile lo que sientes
- Deja que tus sentimientos salgan
- En algún momento tendrás que hacerlo, solo así podrás caminar a su lado
Desperté, fue un sueño, un sueño extraño donde yo estaba regañando a alguien, no... Alguien me estaba regañando a mí, pero esas palabras resonaban en mí.
Me percaté de que Kon, aún dormida estaba abrazándome, no pude evitar saltar de la sorpresa, no podía ni mirarla. Más tarde Kon despertó y continuamos nuestro camino
Me quedé pensando en ese sueño por mucho tiempo, tenía que decirle, tenia que decir todo lo que siento a Kon. Me quedé pensando sin fijarme en nada más
-¿Te pasa algo? - me preguntó
- Kon - le dije sin mirarla
-¿Si?
-... Si tienes frío podemos compartir mi capa -
Aún no podía decirle, pero tenía que hacerlo
-Oye... Kon... (Tengo que hacerlo)
-¿Pasa algo?
-Es que... Quería preguntarte... (Tengo que decirle)
-¿Que cosa?
-¿Donde estamos? Estaba peleando con unos monstruos y perdí a mis amigas
-Si, estamos perdidas
No... aún no, aún no, pero tengo que decirle, quiero que mis sentimientos lleguen a ella
- Kon... Estamos perdidas ¿verdad? (Esta vez si tengo que hacerlo)
-Si...
-¿Y a donde vamos? (Vamos, sé que puedo)
-No se
- Kon... ¿De verdad estamos perdidas? (¡Di lo que sientes!)
Ahora ya no tenía miedo, ya podía decir lo que sentía y después de dar tantas vueltas apreté mis brazos, di un largo suspiro y voltee a ver a Kon, al mirarla de frente por fin pude decirle.
- Kon... Dime... Tú y yo... No somos las verdaderas ¿no es así?...
Kon se quedó en silencio un momento, luego me preguntó
- ¿Que dijiste?
- Dije que tú y yo no somos las verdaderas, no soy la verdadera Komichi Aya y tu no eres la verdadera Kon
Kon inesperadamente empezó a llorar, yo también empecé a llorar.
- Por supuesto que no somos la verdaderas - me respondió -, no tenemos alma ni sentimientos, no podemos llorar
- Pero ahora estás llorando
-Es que... Creía que tu eras como las demás, creí que tendría que separarme de ti
- Eso no va a pasar.
Después de llorar nos tranquilizamos, sequé las lagrimas que aún quedaban en el rostro de Kon y la miré directamente a los ojos mientras acariciaba sus mejillas.
-Es cierto que no somos las verdaderas, pero fuiste la primera que vi claramente, fuiste la que me salvó. Eres mi Kon.
- Fuiste tu quien me salvó, la que me hizo darme cuenta que tengo sentimientos, gracias a ti no me arrepiento de haberme puesto a pensar y a dudar. Eres mi Aya
Nos quedamos mirando por mucho tiempo y cuando terminamos volteamos a ver a nuestro alrededor, ya no estaba nublado, todo se veía claramente. Kon tomó mi mano y empezamos a caminar juntas, a partir de ese momento jamás nos separaríamos.
"Para la verdadera Komichi Aya:
Estoy segura de que aún tienes un largo camino por delante, pero sé que podrás decir lo que sientes algún día, sigue esforzándote. Por mi lado al fin pude decir lo que sentía y estoy con la persona que amo. Desde aquí estaré observándote."
