EL POZO
-Inuyasha- llamó Kikyo, el hanyou observaba el pozo con nostalgia- Creí que hoy iríamos a visitar a Sango y Miroku, parece que se van a comprometer.
Inuyasha bufó, hace tres años que no la veía y no sabía qué hacer. Hace tres años había entendido que amaba a Kikyo, hace tres años fue muy tarde para impedir que Aome desapareciera.
Al principio había creído que era una tonta discusión, un capricho y que ella volvería. Pasaron los primeros cinco meses y no se acercó al pozo, pero con el tiempo se dio cuenta que algo pasaba, intento pasar a la otra época y no pudo, era como si una fuerza lo rechazara. Sango, Miroku y Shippo se habían enojado, ellos se habían preocupado mucho también.
Con el tiempo, cuando Kikyo volvió pudo descubrir que era el poder de la perla y los poderes de Aome que no le permitían pasar ya que él solo quería la perla… en parte era cierto, quería acabar con eso pero ahora lo notaba, ella era importante. Siempre lo había sido, la amaba, no sabía de qué manera pero la amaba. La anciana Kaede, Shippo, Miroku, Sango e incluso Rin iban frecuentemente a revisar el pozo pero nada cambiaba. Ella no regresaría.
-Aome- suspiró el chico de cabellos plateados- Ya han sido tres años, lo lamento mucho…
¿Podrías regresar? Te extraño pensó el chico de ojos dorados observando el pozo, anhelando que regresara.
-¿La extrañas?- pregunto Kikyo sentándose a su lado, el chico negó- Entonces, vamos.
El hanyou asintió y tomó la mano de Kikyo para ir a la aldea en que vivía Sango.
Unos minutos después una niña de cabellos negros corría alrededor del pozo buscando flores y frutos, detrás de ella iba un zorrito de cabellos castaños y una anciana.
-Rin, calma- le dijo la anciana Kaede buscando hierbas medicinales- Sesshomaru no llegará antes del atardecer…
-¡Quiero hacerle un regalo al amo Sesshomaru!- dijo la niña dando saltitos- ¡Shippo ayúdame a buscar!
-Está bien- gruño el niño mirando el pozo.
-¿Qué ocurre?- pregunto Rin observando el pozo al igual que Shippo- Oh mira, una flor…
-Aome- murmuro con nostalgia Shippo mientras observaba a Rin acercándose a tomar las delicadas flores que salían del pozo.
-Esa presencia…-murmuro la anciana Kaede y le lanzo una mirada a los niños- Rin, Shippo tenemos que irnos.
-Pero primero…- empezó a decir Rin antes que un enorme Yokai apareciera frente al pozo sosteniendo un ensangrentado perro- ¡Amo Sesshomaru!
-¡Amo bonito defiéndase!- se escuchó decir a Jaken
El gran demonio perro se liberó de las garras del Youkai y le clavo los dientes en uno de los largos y verdes brazos haciendo que de este se desprendiera algo minúsculo que cayó casi inmediatamente en manos de Rin.
-¡Un fragmento de la perla!- gritó sorprendido Shippo cuando la niña tomo el fragmento en el aire
-¡Dame eso mocosa!- dijo casi en un siseo el monstruo girándose a Rin
-¡Huye Rin!- grito Jaken
Rin trato de moverse pero solo consiguió caer en el pozo mientras veía al gran monstruo lanzarse encima.
-¡Rin!- gritó Shippo lanzándose sobre el Yokai para defenderla pero este lo lanzo lejos de un solo movimiento.
-¡Amo…!- se escuchó a lo lejos la voz de la niña.
-¡No te atrevas!- rugió Sesshomaru cortando con sus garras al monstruo y se lanzó al pozo para sacar a Rin como primera medida aunque su cuerpo se sintiera pesado debido al veneno que antes había recibido.
~~ooo~~
Aome Higurashi podía decir que los últimos tres años habían sido relajados, tranquilos, aburridos. Había terminado el instituto con muy buenas notas, tenía buenos amigos y una linda familia, pero no iba a negar que los extrañaba, Inuyasha, Sango, Miroku, Shippo. No iba negar que no había día en que no mirase el pozo.
Había deseado muchas veces verlo, pero sabía que dolería y no sabía si estaba lista.
Ese día tuvo un extraño presentimiento, iría con Ayumi, Eri y Yuka a hacer unas compras y tomar un helado, nada del otro mundo, pero por primera vez en mucho tiempo sintió algo extraño, tomó los fragmentos de la perla que poseía, no estaban seguros, algo se lo decía. Algo no estaba bien.
-Aome ¿Te sientes bien?- preguntó Ayumi quien caminaba a su lado- Estas muy callada y luces preocupada.
-Estoy bien- sonrió la joven.
-Sí es por lo de tu abuelo, estará bien- dijo Yuka pasándole un brazo por los hombros- Sólo es una cita médica…
-Y nosotras estaremos para ti todo el tiempo necesario- apoyo Eri.
-Gracias chicas- sonrió ella, un par de horas después ya estaba llegando a casa, había prometido verse con ellas antes del grado.
-¡Aome! Hija como te fue- le saludo su madre cuando la vio entrar- ¿Por qué llegaste tan rápido?
-Estuvo bien, solo tengo un presentimiento extraño- dijo ella frunciendo el ceño.
-Sota, hijo- escucharon gritar a su abuelo en la entrada de la casa- Tráeme los pergaminos que deje junto al pozo…Oh, lo siento Aome, ya llegaste.
Aome suspiró, su madre y su abuelo habían dado por sentado que ella no quería oír nada del pozo.
-No importa- dijo ella sonriendo y siguió a Sota hasta el pozo, después de todo tenía un extraño presentimiento.
-¡Amo Sesshomaru!- Se escuchó un grito desde el fondo del pozo que la dejó helada, su hermano menor se detuvo por inercia al verla detenerse.
-Aome- murmuro Sota cuando la chica dio un paso al frente.
-Ve por la escalera, Sota- dijo ella acercándose al pozo, reconocía esa voz. Allí en el fondo del pozo estaba una niña de diez años- ¿Rin?- la niña de cabellos oscuros y ojos cafés la observo.
-¿Aome?- murmuro y su rostro mostró temor.
-Toma- escucho decir a su hermano, Aome tomó la escalera y la bajo.
-Espera, Rin- dijo bajando lentamente hasta llegar a ella- ¿Estas bien?
-Yo…- murmuro la niña y le mostro el pequeño fragmento- El amo le quito esto a un Youkai, caí en el pozo y entonces…- Aome abrió los ojos lo más que pudo, un fragmento de la perla ¿en un Youkai? ¿Ella logró pasar por su hechizo y el de Midoriko?- Yo sólo quería ayudar al amo…- empezó a sollozar la niña.
-Calma…todo estará bien- le abrazo Aome- Vamos arriba primero.
Rin asintió y le entrego el fragmento a Aome para subir mejor por la escalera, Aome lo guardo junto a los demás en el bolsillo oculto de su camisa. Arriba del pozo Sota esperaba para ayudar a Rin a salir del pozo, cuando la niña lo hizo una luz lleno el lugar haciendo que ambos niños miraran adentro donde apareció junto a Aome un Youkai completamente inconsciente.
~ooo~
Jaken, Shippo y Kaede observaron como el pozo expulso al demonio al intentar seguir a Sesshomaru.
-¡ESPERARE POR TI!- rugió el demonio que parecía herido antes de desaparecer bajo las piedras.
-¡Amo bonito!- chilló Jaken acercándose al pozo un metro.
Shippo se asomó al pozo y no encontró nada.
-No hay nadie- dijo sorprendido.
-Han logrado pasar el pozo- se sorprendió la anciana Kaede - ¿Es posible que los sentimientos de Sesshomaru hayan sido tan puros al querer cuidar de Rin?
-¡A qué se refiere!- regaño Jaken
-Tengo entendido que la señorita Aome sello el pozo al irse, no sé si fue voluntario- dijo la anciana acercándose al pozo- Sólo alguien cuyos sentimientos sean puros y amerite pasar con urgencia lo logrará. Aome se sentía traicionada cuando se marchó, estaba vulnerable y no quería volver, creyó que si se llevaba los fragmentos sería algo bueno y se marchó.
-Nadie ha podido cruzar a la otra época- dijo tristemente Shippo
-Rin es una niña, pudo pasar por que es limpia de corazón- obvio la anciana Kaede- Así que supongo que el deseo de Sesshomaru de proteger a Rin le dio la oportunidad de ir con ella.
-¡Que!- saltó Jaken- ¡El amo bonito! ¡Puede estar en peligro…!
-No- dijo Kaede mirando a Jaken- La señorita Aome no permitirá que nada ocurra, sé que podrá enviarlos de vuelta.
-¿Es poderosa?- pregunto Jaken
-Confió en que lo hará- sonrió la anciana Kaede mirando al cielo.
~ooo~
-¡Dios santo!- gritó la señora Higurashi- ¡¿Qué ha pasado Aome?!
Aome se preguntaba lo mismo, no sabía cómo había podido subirlo, pero allí tendido en el suelo estaba Lord Sesshomaru cubierto de sangre y algo color violeta, a su lado Rin sollozaba.
-¡Un demonio!- grito su abuelo al entrar al santuario- ¡purificadlo!
-Yo solo me caí- sollozo Rin y luego narro la historia de lo que había pasado, la señora Higurashi no podía creerlo.
-Mamá, no podemos dejarlos por ahí…- murmuro Sota- ¿Crees que son peligrosos, Aome?
Aome se lo pensó… ¿Sesshomaru peligroso? que va se dijo con sarcasmo.
-Bueno, supongo que por ahora no…- murmuro ella.
-Bien- suspiró la señora Higurashi- Sota, ve a preparar la habitación de invitados, por favor. Aome, tendremos que subir a…
-Sesshomaru- murmuro Rin en un sollozo al ver que la madre de Aome observaba a su amo.
-A Sesshomaru a la habitación de huéspedes y Rin tendrá que dormir contigo- terminó la señora Higurashi.
Aome asintió, no supo de qué forma lograron hacer que "el gran" Sesshomaru terminara en la habitación de huéspedes. Gracias a los libros de su abuelo y la ayuda de Rin pudo detectar que veneno afectaba al Youkai y como curarlo aunque este por sí solo podría llegar a hacerlo, pero Rin había llorado pensando que el hermano de Inuyasha moriría.
Lo que quedaba de la tarde y gran parte de la noche Aome, Rin y la señora Higurashi se encargaron de limpiar la sangre de Sesshomaru, la señora Higurashi había insistido en lavar la ropa que desprendía un terrible olor. A las nueve envió a Rin a dormir, pero la niña apenas pudo hacerlo, preocupada y asustada, Aome lo sabía pero por más que intentaba calmarla no lo lograba.
Al día siguiente la señora Higurashi obligo a Rin y a Sota a ir al centro comercial a comprar ropa para Rin.
Aome se quedó en casa limpiando, cuidando de su abuelo y de Sesshomaru, o más bien, de que el Youkai no se levantara y asesinara gente.
Ordeno varias cosas que habían sido de su etapa en el instituto para luego botarlas, busco su arco y flecha y busco una buena forma para mantener los fragmentos de la perla a salvo.
Rin se había acostumbrado rápidamente a la señora Higurashi, al abuelo y a Sota, habían transcurrido tres días y Sesshomaru no despertaba, Aome no sabía si eso era del todo malo.
-Aome- llamó su mamá esa tarde- ¿Estas segura que puedes manejarlo? El abuelo puede ir otro día a la consulta…Tal vez es muy duro que te quedes sola con Sota, Rin y Sesshomaru.
-Vayan tranquilos- pidió Aome sabiendo que la cita era necesaria- Estaremos bien.
-¿Segura?- su madre parecía muy preocupada
-Sí mamá- sonrió Aome- Además la señora Saotome ha dicho que puedo ir si necesito algo…
-Pero Aome…ellos son de…
-Estaremos bien- la abrazo la chica de ojos azules- Me despediré del abuelo.
La señora Higurashi asintió y se dirigió a la habitación donde estaba Sesshomaru para tomar su paraguas, Rin quien llevaba un vestido rosa la observo junto a la cama.
-Rin, querida- dijo la señora Higurashi con cariño acercándose para abrazarla- Iré con el abuelo a otra ciudad, volveremos en tres días si todo está bien. ¿Prometes portarte bien?
-Sí, señora Higurashi- sonrió la niña y la abrazo- Voy a despedirme del abuelo.
-Se parece tanto a Aome cuando era niña- dijo la señora Higurashi al verla marcharse y luego observo al Youkai que dormía- Más te vale comportarte, Sesshomaru. No sé quién eres o de dónde vienes, pero mi hija ya ha sufrido mucho por culpa de Inuyasha y esa perla, lo que menos quiero son problemas. Conocerás mi furia si algo le ocurre.
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Sesshomaru dormitaba, todo le dolía, ese odioso veneno había sido demasiado fuerte, ese estúpido Youkai… Rin ¿Qué sería de Rin? Su pequeña Rin.
Sentía algo suave bajo su piel, esa mañana sintió algo frío en su frente, no supo a qué hora pudo oír voces. No sabía dónde estaba. Pero parecía que Rin estaba bien.
Amo Sesshomaru le había oído decir Acabo de decidir que el pollo es mi comida favorita…aunque ayer era el perro… esperen…¿Cómo que el perro? ¿Rin ahora comía perros? ¿Qué le hicieron los perros? Pensó. Me gusta este lugar, la señora Higurashi es maravillosa, Sota es como el hermano que siempre quise y Aome… Aome… imagino a la niña que había acompañado a Inuyasha hace años, ella había desaparecido ¿no?
¡Rin! Escuchó la voz lejana de un niño ¡mamá quiere que vayamos a la tienda! ¿Vienes? Mamá… Rin quería una mamá, lo recordaba, ella había perdido la suya… oh, un dolor de cabeza.
No supo cuánto duró, sintió unas frías manos tocarle la frente.
Está ardiendo, abuelo ¿Qué hiciste? esa voz le resulto extrañamente familiar, era dulce y suave. Es un demonio, hay que purificarlo si hubiera podido, Sesshomaru habría alzado una ceja, nadie podía vencerle. ¡Abuelo! Esa voz de nuevo...
Sesshomaru trato de moverse, no pudo, solo podía escuchar y ahora oler, estaba recuperando sus sentidos. Pudo oler a Rin cerca, olía triste.
El abuelo de Aome está enfermo, parece que se van…ella se quedará a cuidarnos, amo Sesshomaru, ¿y si muere? ¿Podría revivirlo, verdad? ¿él misericordioso? Su hija adoptiva debía estar poco cuerda Amo, extraño a Jaken a veces, pero me agrada este lugar… Ella dejo de hablar, había un nuevo olor en la habitación.
Rin, querida escucho decir a una mujer con cariño Iré con el abuelo a otra ciudad, volveremos en tres días si todo está bien. ¿Prometes portarte bien? Como si su hija adoptiva se portara mal alguna vez…
Sí, señora Higurashi escuchó decir a Rin Voy a despedirme del abuelo y entonces su olor se alejó.
Se parece tanto a Aome cuando era niña escucho decir a la que debía ser la señora Higurashi Más te vale comportarte, Sesshomaru. No sé quién eres o de dónde vienes, pero mi hija ya ha sufrido mucho por culpa de Inuyasha y esa perla, lo que menos quiero son problemas. Conocerás mi furia si algo le ocurre.
¿Rin se parecía a Aome? Él no lo había notado…pero si lo pensaba, bueno, eran humanas, eran igual de torpes y emotivas. ¡Una humana diciéndole que hacer al grandioso Sesshomaru! ¡Por favor! ¿él que culpa tenía que su hermano bastardo fuera un idiota y se enamorara de humanas? ¿Él tenía la culpa que esa niña estuviera unida a la perla? Una humana furiosa…quería verlo.
Sesshomaru no supo cuánto tiempo llevaba en ese cuarto, pudo escuchar a Rin y dos humanos más hablar sobre la cena, sobre si querían hacer algo al día siguiente y que debían cuidar de él… Pudo oír a Aome enviando a Rin a la cama.
Rin no fue a verlo es noche, le hubiera gustado oír a su hija.
No supo que se había dormido hasta que un trueno y tres gritos le despertaron.
-¡Aome!- oyó gritar a un niño- ¡Juro que vi a alguien en el pozo!
-¡Trae el arco, Sota!- escucho a Aome pero el olor a lluvia trajo el olor de Rin a su cuarto.
-Amo Sesshomaru- llamó la niña llorosa, ella le temía a los truenos, lo recordaba- Amo bonito…despierte, por favor…
-¿Rin?- la voz de Aome sonaba cerca- ¿Rin cariño, estas bien?
No, ella no está bien humana tonta pensó Sesshomaru.
-No hagas caso de Sota, no hay nadie afuera…- dijo la chica con calma- Los truenos no deben asustarte…
-Aome- la voz del niño de nuevo- Alguien intento abrir el santuario…
-Sota, ya te dije que es imposible- la voz de la chica sonaba molesta- ¡Son las tres de la mañana! ¿Quién va a querer robar un santuario? ¿Un Youkai vengativo?
Y entonces se hizo el silencio, Sesshomaru se preguntó si él era el único que pensaba en el veneno que había tenido…
-¿Mamá que hizo con la cosa que traía Sesshomaru?- murmuro la chica con temor- Sota, responde.
-¿La cosa purpura que tenía adherida a la ropa?- preguntó Sota, Sesshomaru pudo oler el miedo y supo que estaban pensando lo mismo que él.
-La señora Higurashi lo llevo al santuario para luego deshacerse de eso- escucho a su hija decir.
-¿Y qué paso luego, Rin?- la voz de Aome temblaba, su hija no respondió- Esa cosa pudo haber tenido moléculas del monstruo… Esa cosa crecerá, el monstruo pasará y habran problemas…Souta…
-¿Si, hermana?- Sesshomaru se sorprendió que la voz del niño temblara más que la de su hermana, en sus tiempos los chicos aunque pequeños se hacían los valientes e intentaban cuidar de sus hermanas. Bueno, él siempre había querido cuidar de su madre aunque ésta no lo necesitara, de eso ya mucho.
-Trae los pergaminos del abuelo, tú y Rin dormirán con Sesshomaru hoy- la decisión en la voz de Aome lo sorprendió, entonces solo escucho la respiración de Rin.
-Fue mi culpa- sollozo su hija, sus sentidos eran más claros, casi podía abrir los ojos- La mamá de Aome quería lavar eso…yo quería quitarte esa sangre…me pidió que lo botara, le dije a la señorita Aome que lo purificáramos pero olvide dárselo y lo lleve al santuario…lo olvide y esa cosa pudo haberse vuelto algo…
Imposible, no es como si llevara mucho tiempo así, esa cosa solo pudo haber atraído a algún ser maligno…lo que no ayudaría mucho si recordaba que eran dos niños humanos y una sacerdotisa que no sabía usar sus poderes.
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Aome estaba en la puerta de la casa, tenía los fragmentos y las armas de Sesshomaru, había aprendido algunas cosas de su abuelo, al principio sus poderes no eran tan fuertes pero ahora mantenían a raya las cosas un tanto malignas aunque no es como si tuviera mucha oportunidad.
Esa madrugada, en medio de la lluvia había intentado colocar un sello de su abuelo en el santuario, en la casa y en la habitación de Sesshomaru, esperaba que funcionara si algo atacaba, luego había tomado las armas y también había intentado limpiarlas de alguna maldad, ahora ella estaba muerta de cansancio en la entrada de su casa. Para sorpresa de Aome, la puerta del santuario si estaba corrida.
-¿Hermana?- la voz soñolienta de su hermano le llamó- son las ocho… la señora Saotome nos invitó a piscina a las nueve.
Oh mierda y ella hasta ahora se levantaba.
-Alístate, despierta a Rin, iré a preparar el desayuno- Aome se levantó y llevo todo a su habitación, menos los fragmentos, luego se condujo a la cocina.
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Apenas podía abrir los ojos, Sesshomaru se preguntaba que tendría ese demonio para tenerlo así. Escuchó con claridad como en la planta de abajo Rin y ese niño, Sota, parecían felices por algo. Un rato después escucho a Rin hablar muy cerca.
-Amo Sesshomaru- él no quería que le dijera amo…- Iré con Sota y sus amigos al parque del agua, un amigo de la madre de Aome nos llevará, estoy emocionada aunque me preocupa usted…Aome dijo que lo cuidaría. Más le vale despertar pronto, hasta más tarde, Sota despídete.
-¿Del hermano de orejas de perro?- dijo el niño quien suspiro- Esta bien, volveremos pronto, no asesines a mi hermana, adiós.
Que humano más creativo
Los escuchó irse, escuchó a Aome pedir que les cuidaran y la llamará si algo ocurría, escuchó agua y luego unos golpecitos, un dulce olor y algo húmedo que le hizo entre abrir los ojos.
-Para ser un gran demonio duerme como bebe- se río Aome sin saber que él la oía, más aun la veía. La sacerdotisa estaba frente a él con sus ojos azules y los rosados labios en una sonrisa- hoy no tiene tanta…¡Sesshomaru!
Sesshomaru intento sonreír malignamente, ella le había visto con los ojos abiertos, ella se había sonrojado.
