Capítulo 1
En medio de un bosque desconocido y dentro de una intensa tormenta sorpresiva...un fuerte trueno impacto en montón de árboles.
Saliendo de un portal oculto entre las hojas verdes y mojadas, aparecía a Morgan Lowell que rápidamente tapo su rostro por la intensa tormenta.
-Demonios, apenas llegó y empezaron los problemas...- molestia era lo que entonaba su voz mientras que el portal se cerraba.
Otro trueno estruendoso le saco un ligero susto antes de correr a ciegas dentro de aquel montón de hojas que la protegían ligeramente del agua que caía.
El sonido de sus botas salpicando en el lodo y fango era lo único que podía escuchar en esos momentos.
Ni siquiera podía sacar uno de sus grimorios para poder frenar el frío que sentía en su cuerpo.
-AYUDA! AUXILIO!.- el grito de una mujer llamo su atención y con cansancio, empezó a correr siguiendo el grito poniéndose su capucha.
Incluso si el lodo le complicaba el camino, pudo llegar al final del bosque, viendo un problema que parecía habitual en cualquier mundo que se podría imaginar.
Bandidos queriendo hacer de las suyas.
Parecía que era alguien importante debido a la carga del carruaje y los guardias en el suelo con su sangre escurriendo sobre el lodo.
-Dejenla en paz bastardos!.- dijo molesta mientras posaba sus manos sobre la Falchion.
-Sacate de aquí niñita o atente a las consecuencias.- dijo con uno de los bandidos, poseía una barba y una capucha mientras en sus manos se encontraba una hacha.
Con una mirada de terror y desesperación lanzada por la chica hacia la ojipurpura, que con un desenvaine rápido de su espada, se acercó velozmente hacia uno y con un corte rápido le cerró su garganta.
Una leve pausa se sintió mientras los otros bandidos miraban con algo de shock como su amigo caía sin vida agarrando su garganta.
Saliendo del silencio y dejando a la dama caer al lodo, los otros 4 bandidos se lanzaron contra Morgan, que está solamente tomo el mango de su espada y contraatacó.
Atrapando el filo de una lanza con el agujero que poseía Falchion, rompió el arma para dar un corte directo en el pecho del lancero.
Atacada por la espalda, la pelimorada recibió un corte en su brazo por una espada; con molestia tomo su espada y rápidamente hizo volar el arma para dar una apuñalada en pecho que lo hizo caer.
Levantándose lentamente sacando la falchion, volteo su mirada hacia el último bandadido que asustado se fue corriendo de ahí dejando parte de sus monedas (Que probablemente sea igual a base de robos)...
Acercándose a la joven damisela asustada, que retrocedió hasta lo que podía del carruaje temiendo...hasta que solamente la ayudo a subir nuevamente al vehículo.
-Ahora puede seguir adelante señorita...- dijo ocultando su rostro con su capucha morada mientras la chica se tranquilizaba, en eso gritos vinieron por el frente.
-MI SEÑORA!.-
-TU! NO TE MUEVAS!.-
Mirando los guardias llegando y con los cadáveres de los bandidos, solamente soltó una risa la pelimorada.
-Bueno señorita, creo que me tengo que retirar...espero que regrese bien a casa.- dijo mientras empezaba a correr en la dirección opuesta agarrando el dinero del ladrón en su huida.
-(Ladrón que le roba a Ladrón, tiene 100 años de perdón).- dijo la chica mientras ya se perdía de la vista.
...
-Creo que debí pedir un mapa siquiera...he estado caminando por mucho tiempo y mis pies me están matando! ni siquiera cuando estaba con abuelo Chrom las caminatas eran tantas!.-
Ahí estaba una Morgan temblorosa de frío tras la tormenta que la dejo empapada y la noche helada que se vino, que empezaba a calar en sus huesos.
-D d debo siquiera e e encontrar una cabaña p p para pasar la n n noche...s s siempre hay un loco c c con una na na casa en medio de la n n nada.- dijo la pelimorada mientras miraba el bosque pudiendo encontrar algo.
Su suerte pareció cambiar en ese momento, cuando logro ver una pequeña villa a lo lejos.
-S s s siiiiiii!.- con el entusiasmo que pudo, empezó a correr hacia la "civilización" para poder dormir siquiera en una cama dura para descansar.
Aunque cuando llegó al lugar, su humor cambio cuando el lugar... parecía una villa fantasma.
Un silencio sepulcral.
-Porque siento de que ya he vivido esto antes...- dijo cuando el trote de un caballo y pasos la hicieron voltear para ver a la entrada a un grupo de personas.
Eran personas de ropajes cafés y rojizos oscuros, con múltiples armas mientras que el iba a caballo poseía una armadura.
-Mira que tenemos aquí...un forastero que no sabe del toque de queda.- dijo el jinete mientras en su mano derecha mantenía una lanza de bronce.
-Y mirándote, ¿supongo que eres el líder de unos bandidos no?.- dijo Morgan mientras mantenía sus manos en la empuñadura de Falchion.
-Te propongo algo... Danos esa espada que tienes y te dejaremos vivir, si no...atente a los consecuencias.- dijo el líder.
-Prefiero morir antes de que entregar a Falchion a unos sin honor como ustedes...- dijo mientras desenvainba su espada y la apuntaba hacia el grupo.
-Bueno...si tú lo quieres así.-
Iniciando el trote del animal, el líder salto a la carga con lanza en vano que para Morgan fue difícil esquivarla debido a su cansancio aunque no pudo evitar el corte de una hacha lanzada sobre su espalda.
Y de ahí, espadas y hachas empezaron ir contra ellas que solamente podía bloquear.
bloquear.
bloquear.
y Bloquear.
Hasta que...
-Mi mano!.- Dijo cuando una gran herida se presenció en ese lugar haciendo soltar su espada, sorprendiendo a todos a no perder la mano.
-Tu tomaste está decisión...solo acepta tu destino y muere!.- dijo el jinete cargando nuevamente para acabar con la Lowell de una vez.
-(NO NO NO NO! PROMETÍ REUNIR A PAPÁ CON MADRE...NO DEBO MORIR!).-
-(DEBO VIVIR, DEBO VIVIR, DEBO VIVIIIIIIIIIIIIRRRR).- Dijo en su momento.
En su desesperación, no se percató de un aura oscura empezaba salir de su cuerpo junto a marcas moradas sobre su rostro y ojos rojos.
Con una marca reconocida en ojo...
La marca de Grima.
-Q q qué carajos eso?!.-
-HUYAN HUYAN!.-
-QUE MIERDA ES ESO?!.-
-AHHHHHH!.-
Gritos de desesperación y agonía fueron lo que sonaban cuando la niebla oscura atrapó a todos los bandidos que solamente podían ver...
Los ojos rojos.
-(De..bo... ..).- fueron sus últimos pensamientos antes de caer completamente inconsciente.
Junto a la inconsciencia de la niña, los cadáveres de los bandidos con expresiones de horror y miedo quedaron junto a ella.
Fin del capítulo 1
