— ¿Estás segura de querer salir con él?
Fue la pregunta que le hizo Mai, quién la miraba de brazos cruzados y una expresión seria. Miwa la miró un poco nerviosa.
— Mai...
— Sí — le respondió, alzando la mirada del libro que recién había comprado para aprender lenguaje de señas —, quiero salir con él, Mai-chan.
—... ¿Por qué él de todas las personas?
— ¿Qué?
—… Mai, eso fue un poco grosero — le regañó Kasumi, poniéndose seria —. No es como que Inumaki-san haya pedido nacer mudo.
Después de todo, Miwa tenía un novio discapacitado que necesitaba de una silla de ruedas para desplazarse. Y tal parece, iban en serio los dos.
Momo suspiró, serenándose —. Está bien, Miwa, no pasa nada... Puedo entender la preocupación de Mai-chan, y es válida – cerró el libro y con cuidado lo dejó a un lado, mirándolas –. Yo también tenía mis dudas sobre si estaría bien con Inumaki. Pero ya decidí que quiero salir con él, no me importa ya la opinión de los demás… Porque él me gusta… Mucho – murmuró, apoyando su mejilla en su mano, desviando la mirada hacia un lado con un rubor notorio.
Miwa soltó un Awww, avergonzado a Momo quien no hacía mucho esfuerzo en negar sus sentimientos amorosos por Inumaki. En cambio Mai, sólo la miró en silencio durante un rato; no estaba muy convencida de la relación de Momo con ese amigo de su hermana.
Pues aunque entendía que Toge Inumaki, no había pedido ser mudo. Le preocupaba lo que pudiese decir la gente de ellos dos. Pero contra todo pronóstico, Momo se quiso arriesgar y valientemente, dijo que no le importaba lo que otros pudiesen pensar.
Así que… Confiaría en su mejor amiga.
Bufó, mirando hacia otra parte que no fuesen Miwa y Momo –. Si quieres salir con Inumaki, está bien, adelante.
Momo sonrió ligeramente al igual que Miwa.
