2) Rompiendo a una ex-jedi.
Pocos Meses Después de los Sucesos en Malachor, Ahsoka Tano se embarcó en un viaje de autodescubrimiento. Pensó que nadie la molestaría en los lugares más antiguos del Borde Exterior, pero terminó sintiendo una llamada de la Fuerza que la termino llevando a los mundos Sith.
Ahora, Ahsoka estaba encadenada a una losa de piedra y tiraba de sus ataduras. Hizo una mueca cuando las esposas le mordieron las muñecas, fue cuando el Lord de los Sith abrió la puerta de su celda.
- Hola, pequeño jedi, parece que te estás haciendo daño -
Ella le gruñó, no la había maltratado pero confiaba en ningún Sith. Entonces sintió que sus muñecas se recuperaban.
- Sabes, si no intentaras escapar no tendríamos que aplicar estas medidas-
- No podrás retenerme para siempre y cuando escape al Emperador Palpatine le encantará saber de tu pequeño Imperio, Cefy-
- Ya lo veremos - dijo y se acercó a ella con una bolsa y la dejó junto a ella - Te garantizo que no solo no te irás, sino que para el final de esta semana rogaras por quedarte -
Se preparó, pero se sorprendió cuando sintió que le arrancaban las polainas con una garra afilada como una navaja.
-Qué vas a-
Ella fue interrumpida cuando el Sith agitó su mano y sintió que sus palabras se atascaban en su garganta. Ella lo miró en silencio mientras él pasaba una mano por sus piernas, frotaba sus caderas y muslos, haciendo que la togruta soltara un grito ahogado y se estremeciera, ganándose una sonrisa de satisfacción del sith.
- ¿Quieres recuperar tu voz? -
Ella asintió.
- ¿Prometes no gritar? -
Ella pensó por un momento, luego asintió. Sintió que la presión se desprendía de su garganta y le siseó.
- ¡Pervertido! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡No te saldrás con la tuya! -
- Oh, podria. Nadie vendrá a salvarte, y estás encadenada a una losa de piedra. Puedo hacer lo que quiera con tu - colocó una seudo garra en la parte superior de su sencilla camisa - hermoso cuerpo - dijo antes de rasgar la prenda con un movimiento rápido.
- Hijo de-
- Tranquila - dijo - No pienso forzarte a nada, solo voy a... molestarte un poco - Él apretó sus pechos bien formados y ella jadeó y se mordió el labio para evitar gemir - Parece que estás disfrutando esto -
- ¡N… no! ¡No lo soy… nngh! -
Ella gimió cuando sintió sus manos masajear sus pechos, jugando con ellos expertamente. Cuando le pellizcó los pezones, su cuerpo se convulsionó, tratando de reprimir el intenso placer que se formaba en su cuerpo, amenazando con derribar su cordura.
"¿Por qué es tan bueno en esto?" Ahsoka se preguntó mientras gemía y se retorcía bajo sus hábiles manos, pellizcando, retorciendo, tirando y rechinando sus pezones. No quería, pero su cuerpo seguía reaccionando a la nueva forma de interrogatorio. Su siguiente movimiento la habría hecho saltar un metro en el aire si no estuviera encadenada.
- Vaya, parece que este eres un poco sensible aquí -
- D-detente... yo no... unh... quiero... ¡nngh! ¡Aah! ¡Por favor! -
- ¿Por favor qué? - continuó moviendo los dedos dentro y fuera de ella, mirando a la togruta convulsionarse y gemir sobre la losa de piedra.
Ahsoka cerró los ojos y gimió cuando sintió su primer orgasmo atravesar su cuerpo, estallidos de estrellas bailando en sus párpados. Giró la cabeza para que su leku ocultara su expresión de vergüenza y placer.
- Te odio - ella mascullo.
- Eso te acerca al lado oscuro -
- Yo no-
- Lo sé, tus emociones muestran mucho agrado como para odiarme -
Se sonrojó y se apartó del hombre. Luego de eso el se iría pero volvería... este era solo el comienzo.
-Dia 2-
Ese día el sith trajo una bolsa de canicas pequeñas y un poco de cinta adhesiva. El colocó las canicas dentro de su coño y pezones, pegando los con la cinta. Ella grito cuando las canicas empezaron a vibrar. Gritó, se agitó y se retorció el cuerpo, tratando de escapar de la extraña forma de placer que el Sith le infligía.
Los gritos de Ahsoka se hicieron más fuertes y más desesperados a medida que se corría, pero quería más. El placer se volvió cada vez más intenso, y pronto, ella estaba teniendo un orgasmo cada 5 segundos. Ese día ella no lo vio irse, se había desmayado tras media docena de orgasmos y tras despertarse no pudo evitar ansiar lo que experimentaría al dia siguiente y en lo guapo que era su captor.
-Dia 3-
Darth Cephorus la vio retorcerse por un momento, la chica estaba bajo su influjo de la Fuerza, pero en vez de hacer que sintiera dolor la hizo experimentar placer casi delirante por la simple sensación de la ropa que usaba, las cadenas en sus muñecas y la roca en la que estaba acostada. Luego se acercó y comenzó a succionar un pezón y jugar con el otro seno.
- ¡Aaah!... ¡Engendro Sith!... ¡Ma-maldición! - Ahsoka gritaba y se corría, su cuerpo estaba destrozado por los orgasmos y su hermoso rostro se torcía en una expresión de puro placer.
Luego de dos horas la "tortura" terminó. Él miró sus ojos azul zafiro, asimilando su desafío y vivacidad, gustandole su determinación.
-Dia 4-
Le inyectó el brazo con la jeringa rosa.
-La jeringa rosa es un afrodisíaco, puedes correrte, pero el placer seguirá ahí, queriendo ser liberado. Lo que significa que no importa cuántas veces te corras, querrás correrte aún más -
- Estás enfermo bas… ¡aaah! -
Pronto se sumergió en una vorágine de placer. Era tal cual lo dijo el Sith ¡no podía dejar de correrse!. Aunque ayer había sufrido algo similar, cada orgasmo le daba un ligero alivio, pero la droga no le permitía relajarse y cada clímax era de alguna manera insatisfactorio, era como seguir hambriento luego de comer. Era demasiado, si seguía así se volvería loca.
- ¡Basta! ¡deten... aaah! ¡Haz que pare! ¡Aaah! ¡Por favor!-
- Claro, pero te costará... - dijo pero se acercó a su cara - Un beso - susurro sensualmente en su oído.
- ¡Lo que quieras! - grito tras sufrir otro orgasmo.
El sacó otra jeringa de su bolsillo y la inyectó en su brazo, y después de 12 orgasmos más, ella dejó de correrse.
Cephorus abrió sus cadenas y ella se acurrucó, temblando. El sith la labo con unas esponjas, fue minucioso, pero no fue sexual. Luego él le arrojó una manta, unas ropas sencillas y una almohada de la bolsa.
- Mañana será aún más divertido, pequeño jedi - se inclinó y le dio un largo beso en los labios.
Fue ahí cuando Ahsoka reacciono, tenía las manos libres y el Sith estaba distraído... pero solo rodeó su cuello en un abrazo, mientras profundizaba el beso. Lus lenguas jugaron la una con la otra y la saliva escapaba de sus labios en un morreo lujurioso lleno de gemidos y suspiros.
Tras ese beso el Sith se despidió y Ahsoka durmió con ropa, una manta, una almohada y sueños donde ella encontrada de joven por los Sith y era aprendiz de Cephorus, pero sus métodos eran... más apasionados que el de los jedi. Entre sueños húmedos ella despertó esa mañana y decidió que no tenía caso negarlo, ella se había enamorado de ese Sith.
-Dia 5-
Cuando Cephorus llegó, Ahsoka saltó sobre el.
- Maestro, no lo aguanto más tomame ¡tomame por favor! - suplico al Sith.
Cephorus no se hizo el de rogar y usó la Fuerza para quitarles la ropa a ambos instantáneamente, dejándolos completamente desnudos.
Sus ojos ahora vagaron sobre el cuerpo de las mujer togruta, ya lo había visto pero era un espectáculo cada vez que volvía a mirarlo. Cada curva y músculo ahora libre de los confines de su estricta ropa. Su piel suave y naranja estaba perfectamente lisa en todas partes, y su grueso y jugoso trasero pareció volverse al menos dos veces más grande después de ser liberado de sus pantalones de cuero. La ex jedi tenia un enorme trasero de burbuja, una cintura pequeña y ajustada le dio la figura de reloj de arena más asombrosa, con la parte superior del pecho una firmes tetas que parecían violar la gravedad por su volumen.
- Maestro... ¿le gusta lo que ve? - pregunto Ahsoka de buena gana, queriendo la aprobación del sith. Ella quería complacerlo y hacerlo feliz.
- Eres... perfecta- Resplandeciendo positivamente, haciendo que una realización y felicidad invadieran a la togruta.
- No perdamos más tiempo, entonces - y comenzó a gatear hacia el sith a cuatro patas, mirando la enorme verga con grandes ojos de cachorro.
De hecho, era una verga gigantesca de cuarenta centímetros de largo y diez de ancho. Sus bolas también eran enormes, cada una del tamaño de una naranja.
- Eres tan grande mi señor, ¿cabrá siquiera dentro de mí? ¡Me vas a destrozar! - chilló, encantada por el enorme apéndice de su amante, ya erguida como una roca después de verla desnuda.
Ahsoka comenzó a frotar la verga de Cephorus, con sus dos pequeñas manos, y entonces la chica engulló la mayor cantidad posible de la verga sith en su cálida boca y garganta, tragandola como una profesional. Desafortunadamente, debido al enorme tamaño, solo logró ¾ del camino hasta allí. El sith gimió en voz alta, la pequeña garganta apretada de Ahsoka envolviendo su verga. Desafortunadamente, parecía demasiado incluso para la ex jedi, y ella comenzó a sentir náuseas por el apéndice alojado en su garganta, sacándolo lentamente de su boca, el bulto masivo en su garganta retrocedió con él.
Ahsoka jadeó cuando la verga salió de su boca, golpeándola en la cara. La baba estaba por todo el rostro de la togruta, lo que hizo que el Sith se entusiasme, usando la Fuerza la guió hasta una mesa, la colocó de espaldas en ella, justo frente a él, colocó sus piernas en sus hombros preparándose para ararla sin piedad. Su coño era hermoso, con dos labios gruesos y un clítoris rojo de la excitación, sus pliegues empapados eran visibles a través del hueco de su vagina y con dos marcas blancas en forma de triángulo justo bajo su vientre, casi a modo de guía.
- Cogeme, papi - dijo Ahsoka, su voz goteando lujuria y falsa inocencia - Rompeme con tu enorme verga, métela y corre todo lo que quieras. Lléname con tu potente semen y hazme tener tus hijos -
Cephorus, muy feliz de cumplir con la solicitud de Ahsoka, se insertó hasta el fondo, lo que llaman bolas profundas, del coño de la chica. Ahora se sabe que el pene medio de un togruta mide solo quince centímetros, y la vagina de las mujeres togruta también están construidas para esas dimensiones. Sin embargo, debido a lo excitada que está Ahsoka, esta ni había notado que Cephorus uso la Fuerza para expandir su cavidad vaginal para acomodar su enorme miembro... eso no quiere decir que no fuera un ajuste perfecto.
El vientre de Ahsoka se abultaba enormemente con cada embestida, mostrando lo dispares que eran sus especies. Sus tetas grandes rebotaron y se tambalearon con el rápido empuje del sith, y su enorme trasero proporcionó amortiguación de la fuerza que Cephorus estaba ejerciendo en su prensa de apareamiento.
-MIERDA- gritó Ahsoka y perdió el conocimiento durante un par de segundos por el intenso placer y el dolor de que su anatomía se extendiera mucho más allá de lo normal. Ella se corrió tan pronto como Cephorus se estrelló contra ella, puso los ojos en blanco y dejó escapar un gemido al mismo tiempo.
-¡Joder, joder, joder, joder! ¡siiiiiiiiiii!- grito tan fuerte como pudo, sin importarle quién oyera.
Gritando de alegría mientras Cephorus la usaba y, literalmente, la reducía a una bola de gemidos u jadeos incoherentes. Ahsoka comenzó a perderse en todo el placer que le estaba brindando. El sith soltó sus pechos, la agarró por ambas muñecas y las usó como palanca para sumergirse más profundamente dentro de ella. Gimiendo profundamente, la mujer estaba tan delirando de excitación que se olvidó de sí misma.
- ¡Correte! ¡derrama tu semen dentro de mí! maldito magnífico Sith!- exclamó sin poder pensar de manera correcta.
-¿Tanto lo quieres?-
- Lo quiero... ¡ah! lo necesito - balbuceó - Por favor, por favor, córrete en mí, Maestro. Quiero ser criado por ti, quiero que manches mis paredes de blanco con tu semilla sith y que germine -
- ¿Quieres a mi hijo? -
- ¡Sí, sí, quiero un hijo tuyo! uno que tenga tu superioridad Sith! Quiero enmendar los crímenes de los jedi y la República ¡siendo el criadero personal del señor de los sith! -
- ¿Sabes lo que significa? - el Sith gruño mientras se inclinaba un poco hacia adelante para ir más profundo en ella, entrando en su útero vulnerable.
-¡Fuerza maldita! ¡No me importa! - grito incoherentemente mientras sus gemidos de placer se hacían cada vez más fuertes - ¡Quiero a tu hijo! ¡quiero un pequeño sith domine a la galaxia y folle a otras putas como yo! Y quiero permanecer a tu lado mientras me violas por más pequeños Sith!-
Poniéndose aún más duro con ese mismo pensamiento, Cephorus se rió genuinamente. Realmente esta chica era única. La admiración de su convicción se combinó con la devoción que ahora le profesaba y dejó que un sentimiento muy empático floreció en lo profundo del Sith.
- Tu eres digna - dijo el mientras le acariciaba su mejilla y el amor brilló en los ojos de la togruta.
- Maestro... te amo ¡Ah!- Ahsoka gimio - Estoy tan cerca, maestro -
- Yo también - gruñó el Sith mientras tiraba de sus piernas hacia la altura de sus hombros, hasta que estuvo presionado contra ella muy fuerte y estaban cara a cara. Y por primera vez, Ahsoka lo besó incondicionalmente.
- Mmmnnn - gimió en su boca mientras él se movía hacia arriba con las manos hasta que pasó los dedos por sus largos lekus.
Sintiendo su coño apretarse alrededor de su longitud, Cephorus gimió cuando sintió su verga temblar en el punto de liberación. El sith le dio un beso largo, la agarró de las manos y las apretó con fuerza mientras la embestía una vez, luego dos y finalmente por tercera vez y se corría con fuerza en su interior.
"Mmmmmmmnnnnnn... tanto semen" y es que estaba tan llena del semen sith que se sentía como si estuviera rellena, su vientre abultado ahora no solo por la monstruosa verga de su maestro, sino también por la cantidad de semilla fértil en ella.
Finalmente, Cephorus concedió, dejando que Ahsoka se durmiera con él aún en su interior. El se quedó viéndola y un pensamiento llegó a el antes de caer en sueños.
"He encontrado a mi Dama Oscura".
Continuara...
