Amigos y Pobreza
I
Asaltar el muelle de la frontera con Canadá no fue difícil, ellos se la ingeniarían para robar aquello. Ese sería el primero de tantos golpes que tuvieron que dar para poder tener.
Arruinaban negocios si es que no le pagaban su porcentaje o no le hacían un favor a Packowski. El tipo era el que manejaba parte del gueto judío a su antojo.
Ellos desde la azotea del edificio, donde ahora vivían, podían observar a las personas. Señores ofreciendo diversos productos, rabinos yendo y viniendo de varios lados, niños jugando en alguna calle, hombres ebrios tirados en medio de la acera y el asfalto, y muchas cosas más.
Los trabajos no eran a todas horas o todos los días, igual debían mantenerse en constante hurto o engaño. En esas calles, algunas personas sabían que ellos eran cercanos a Packowski.
En ese edificio, los departamentos eran medianos y con un baño compartido por cada nivel. Y allí vivía una chica que llamó la atención de Grant y Benny, su nombre era Whitney y solían salir de su departamento algunos hombres de manera casi discreta.
Benny solía escapar en la tarde para pasar por la tienda de costura y espiar a Carol. La rubia se percataba de ello y trataba de lucir hermosa para el chico que era su público admirador.
II
Grant pasaba por un restaurante donde solían comer los comerciantes y los rabinos. Allí podía ver a Di Martino trabajar de mesera.
Siempre se quedaba perplejo al verla por más de tres segundos. No podía ignorar sus bellos y cautivadores ojos, la forma perfecta de su rostro, esa hermosa piel, un cuerpo que podía encantar a cualquiera y una voz entre lo angelical y lo maduro.
Di Martino se dio cuenta de que Grant la espiaba, solo por tomarse el tiempo de hacer aquello le regaló una encantadora sonrisa. Para él fue suficiente y decir que ese día había valido le pena.
Grant y los tres estaban en la cantina que era el lugar donde tenían que dejar lo robado para Packowski. Allí uno de los cantineros les dijo que tenían que aceptar veinte dólares o robar a algún ebrio. Benny convenció a todos para robar a un ebrio, se dio cuenta que tenía un reloj que valía más de esos veinte dólares que les darían.
Lo persiguieron hasta determinado sitio para ingeniárselas el cómo sustraer el reloj. Rocky sería el que fingiría pasar donde el hombre para hacerlo tropezar y así Benny con Liam le ayudarían de mentira y robarían. Siempre entonaban el Silbido de Liam, así le decían a la melodía que emitía cada vez que estaban en grupo.
Rocky no se dio cuenta que una carreta con cosas muchas cajas de una mudanza pasaban al lado del ebrio y de allí bajó un chico excesivamente pelirrojo con dirección al ebrio.
—¡Vaya señor! —le colocó su abrigo y sentó en la parte trasera de la carreta— ¡Usted sí que no sabe quedarse quieto! ¡Venga lo llevaré a su casa!
Una mujer mayor que presuntamente sería su madre, siguió tirando del coche tras que el chico subió al tipo que sentó a su lado riendo y mirando a los chicos con malicia.
Luego un policía conocido se les acercó, era un policía corrupto conocido por todos allí. Le decían Hunter porque creía que había cazado un fantasma cuando era más joven.
—¡¿Qué hacen unos ladronzuelos merodeando?! —lo dijo con un tono amenazante.
—Nada, solo nos jodieron, eso es todo —respondió Benny.
Rocky se acercó a unos rabinos diciéndoles que le den una moneda a un chico al que han jodido, pero sin efecto.
—No los quiero volver a ver aquí, ¡Largo!
Los cuatro se fueron frustrados por la manera en que un chico les quitó su paga del día. Tendrían que tomar de sus ahorros para comprar la cena de esa noche.
Al día siguiente, Benny no se reuniría con los chicos porque decidió verse con Carol en el parque que quedaba cerca de la avenida Franklin.
—¿Es cierto que trabajas para Packowski?
—Bueno… técnicamente sí, pero…
—Ese hombre no es nada bueno, las señoras siempre me cuentan que ese tipo trata mal a los dueños y trabajadores de los comercios —ella lo contaba con indignación.
—L-Lo sé, pero en estos tiempos no… no es posible… tener algo que me asegure una buena paga.
La rubia se notaba decepcionada porque Benny estaba yendo por malos pasos, y eso no le agradaba. No quería que el chico que la iba a espiar estuviera en aquello.
—Benjamin Stein… por favor, no te vayas por el mal camino.
—Te prometo no desviarme.
Las palabras de Benny no le daban confianza, pero tampoco era como si fuera alguien que fuera tan importante en su vida por el momento. Por lo que quedaba de la tarde, se quedaron charlando hasta el anochecer.
III
Al día siguiente, Liam estaba caminando con Rocky, pero su amigo le dijo que iba a regresar al departamento porque se sentía agotado. Se mantuvo caminando de frente y sin saber a dónde ir.
Packowski no les había dicho nada ese día. Últimamente su jefe no los llama y no les paga como debe ser, eso era lo que querían evitar al meterse con ese pequeño mafioso judío.
Antes de seguir avanzando con rumbo indefinido, se percató que a dos calles estaba ese chico que se les adelantó con el robo del ebrio. El chico también lo vio y sonreía en son de burla mientras sacaba de la carreta la otra parte de la mudanza.
El chico bajó con su cámara y trípode para tomarle una foto a Liam, pero antes de eso, Liam se volteó para mostrarle el trasero.
—Dame seis copias de esa.
—Claro, pero te propongo algo mejor, ven más cerca y te la clavo bien —sacó del bolsillo interno de su abrigo un reloj—. Creo que no tengo tiempo, mejor sigo en lo mío.
Al tomar una caja e ignorar a Liam, este le quitó el reloj con facilidad y tomó las riendas del caballo para no dejarle colocar la caja de nuevo.
—¡Hijo de…
—Supongo que es hora de irme, y también es hora de que te jo…
Hunter, el policía, le quitó el reloj. Notó que era un reloj costoso y no dudó en ponerlo en su bolsillo interno de su chaleco.
Liam le dijo que era de él, Hunter no le creyó, pero el chico le dijo que se lo obsequió porque Liam era su tío.
—¿Tu tío? —preguntó soportando la risa.
—Sí.
—¿Cómo te llamas?
—Chandler.
—¿Pero de dónde sacaste el reloj?
—Me lo regaló un tío de Polonia que ahora está muerto.
—Supongo que ya no le servirá. Está decomisado.
Chandler no entendió a qué es lo que se refería con esa palabra. Liam le dijo que eso significaba robado por la policía. Hunter les dijo que se cuiden.
Liam ayudó con la caja de su mano a Chandler para que la metiera en su casa. Su madre preguntó por su nuevo amigo y él le respondió que era su tío. Ese acto hizo que Liam sonriera de agradecimiento.
IV
Varios días habían pasado. Liam en la tarde estaba alegre porque podría comprar un pastel de los que le gustaban a Whitney. Días atrás, Benny contó que se encontró con Whitney en el baño y trató de seducirla para que le diera sus servicios, pero le dijo que como mínimo le debía comprar uno de esos pasteles de nata, a pesar de lo excitada que se sintió como el castaño.
Liam llevó ese pequeño pastel comprado en el negocio de Flip al piso donde vivía Whitney. La madre de esta le atendió y dijo que esperara porque su hija se tomaría un baño.
Por fin vería la intimidad de una mujer y tendría su primera vez a los doce años, estaba muy emocionado por ello. Pero para darle ese pastel tuvo que sacrificar el almuerzo de ese día.
La emoción se mantenía en él, pero no dejaba de mirar el pequeño pastel. Solo por pura curiosidad quiso probar un poco de la crema, el sabor era delicioso. Sin pensarlo, desenvolvió la cubierta del pastel y pasó su dedo otra vez. Su estómago sonó y con su dedo rodeo todo el pastel y le sacó la mayoría de esa crema.
Miró a la puerta de Whitney y, con algo de remordimiento, empezó a morder el pastel con un rostro de haber olvidado ese arrepentimiento. Ya estaba por terminar el pastel y en ese momento la rubia abre la puerta.
—Mi mamá me dijo que me querías ver, ¿qué deseas? —lo dijo algo fastidiada.
—Yo… eh… —guardó con rapidez el pastel en el bolsillo de su saco— nada, solo pasaba a saludarte.
—¡Dah! —se dirigía a la azotea con su ropa sucia.
Liam la vio subir, pero también vio que el policía Hunter iba a su azotea por medio de las otras azoteas. Rápidamente llamó a Benny y el nuevo chico.
V
Hunter estaba moviendo sus caderas con fuerza contra Whitney que se reía por la forma tosca en que lo hacía ese policía. Y de repente un flash hizo un alto a tal acto entre la prostituta y el policía.
—Buena foto —Chandler le dio el negativo a Grant—, aunque cerró el ojo del culo… se ve bien.
—Follando con una menor… señor policía —encaró Benny.
—¿Tan pequeño es el mundo? —preguntó el mayor de manera retórica.
Whitney se reía porque ponían en aprietos a Hunter. El policía tuvo que subirse el pantalón en ese instante para poder negociar con ellos.
—B-Bueno… t-todos cometemos errores —sonreía de manera nerviosa.
—Ni mierda —respondió Benny.
—Ni una maldita mierda, poli —agregó Grant con seriedad.
Chandler sonreía con una pizca de burla única, y se posicionó frente a él.
—En primer lugar pagará a Whitney por los tres —dijo muy serio el pelirrojo.
—M-Muy bien —se sentía muy nervioso.
—Empieza tú, Benny —dio la orden Grant.
—¡Qué bien! ¡Mi primera vez y me la paga un poli! —decía el chico con emoción.
—¡Ven aquí, encanto! —dijo Whitney que rápidamente atrapó con sus brazos al chico.
Grant y Chandler le dijeron que cuente todo lo que hacía por Packowski. Les dijo que de vez en cuando cierra los ojos y da el aviso cuando hay algún tipo de redada. Paralelo a ello, Benny no se detenía, avanzaba muy rápido.
—¡Despacio, despacio! ¡Te vas a… Te lo dije —la rubia se rio porque su amigo no pudo contenerse unos segundos más.
Benny regresó caminando decepcionado de sí hasta la otra azotea para conversar nuevamente.
—Tú sigues, pelirrojo —le dijo Grant con amabilidad.
—Con casi trece y ya no seré virgen —lo decía muy emocionado.
Se dirigió donde estaba Whitney, pero le pasaría lo mismo que a Benny.
—Desde ahora lo ahora también para nosotros —ordenó Grant.
—Nada de hablarle a Packowski sobre esto, ¿quedó claro? —habló al igual que Grant.
—Por supuesto —respondió molesto.
—Y nos dará parte de lo que usted confisque —agregó una última cosa
—¡¿Qué?! —eso sí lo enojo— ¡Eso sí que no! —le mostró el negativo— Son unos hijos de perra.
Chandler regresaba muy molesto consigo mismo, no pensó que esa chica lo hiciera correrse demasiado pronto, y eso que conoció a unas que con solo hablarte te la ponían bien dura.
—Creo que soy el último —lo decía mientras Whitney lo esperaba de manera provocativa.
—Entonces… ¿está hecho el trato? —preguntó Chandler.
—¡Sí! —respondió de mala gana el oficial Hunter.
De lejos se podía escuchar que Grant estaba molesto porque su pequeño amigo estaba tímido, le echaba la culpa a sus amigos y a Hunter que lo miraban. La rubia le dijo que no se preocupara, que no era algo raro y que solía pasar. Ella empezó a besarlo en su cuello para que su amiguito entre en confianza.
—Aquí tienen —les dio los billetes que le tenían que dar a Whitney. Miró que la rubia se esforzaba por complacer a su cliente—. ¡No se le levantará! —se fue por la puerta de otra azotea.
Whitney comenzó a carcajear y a gemir con ganas, Chandler se reía por lo que ocurrió en pocos minutos. Benny solo miraba hacia la tienda de costura de la señora Carmichael, esperaba no decepcionar a Carol...
