Buenas nuevamente, jeje. Aquí comenzando el segundo capítulo y donde empieza la verdadera historia sobre las crónicas de Equestria. Solo una pequeña de aclaración antes de continuar. Todos los personajes en mi fanfic están descritos como humanos a excepción de los dragones (como se vio con Spike en el episodio anterior), los changelings (así es, siguen siendo los mismos zánganos insectoides xd), Discord y su raza de draconequus, (el carisma de Discord la debe a su diseño y especie), los grifos igualmente siguen siendo grifos y no humanos (Gilda, Gabby y el resto de grifos se ven mucho mejor como los furros que son que como humanos xd) también toda la raza de Tirek, su hermano y demás monstruos que se han visto en la serie como las mantícoras, minotauros, quimeras, Windigos, breezies, perros diamante, fenixes, ciclopes y una nueva raza que van a ver a continuación en mi historia jeje. Preparados. Hago estas excepciones porque me gusta ver a Equestria como una tierra más variada con muchas razas y no solo cientos de humanos con distintos tonos de cabello jeje.

Capítulo 2: Los primeros días de Equestria

Una vez en la biblioteca, Twilight movió los sillones con su magia. Arregló la mesa y se sentó en uno de los sillones previamente colocados. Starlight procedió a sentarse después que su amiga por respeto. Twilight ya había abierto el libro y ojeaba sus páginas con mucho gusto. Después de eso, Twi acercó el libro a su cara y respiró el aroma del libro. Acto seguido, suspiró de regocijo.

-Nada como el aroma de un libro nuevo –sentenció Twilight.

-Nunca entenderé tu amor a los libros –comentó Starlight.

- ¿Qué dijiste? –preguntó Twilight quien no escuchó a Starlight debido al aroma embriagador del libro nuevo.

-No, nada –mintió Starlight- Bueno, ¿en que estábamos?

- ¡Ah, sí! –reafirmó Twilight alegre- Es hora de la lección histórica.

-Sí, lo sé. Comienza, te escuchó –pronunció Starlight algo desganada.

Antes de que Twilight comenzara a leer el libro en voz alta, se percató del aun persistente desinterés de Starlight por la historia.

-Vamos, Starlight. Cambia esa cara –suplicó Twilight- Spike pronto traerá bocadillos

-Sigo sin estar completamente enganchada.

- ¿Qué otra cosa puedo hacer para levantarte los ánimos?

-Abrir las ventanas y las cortinas –sugirió Starlight- Me asfixio aquí.

Twilight no perdió ni un segundo. Señaló las ventanas y las cortinas con su dedo índice y aplicó su magia de unicornio para abrirlas y ventilar la habitación. Como las ventanas estaban encima de los estantes de libros, nada ni nadie sería capaz de interrumpir abruptamente la lección de Starlight al entrar por ellas debido a lo altas y angostas que eran.

-Así está mejor –dijo Starlight.

-Creo que ya podemos comenzar, ¿no? –pronunció Twilight.

-Sí, supongo –dijo Starlight aún no convencida.

-Starlight, la Historia es un tema muy interesante e importante para todos. Es vital saber de dónde venimos y que sucesos dieron forma a Equestria. Además, sé lo que estás pensando. No todo son cosas triviales y aburridas como, por ejemplo: algún anciano matemático inventando un teorema o un nuevo hechizo que ya conoces. Te aseguro que te emocionarás e incluso comprenderás varias cosas que suceden hoy en día. Las cuales tuvieron un contexto histórico para tener una razón de existir y ser de la manera de la que son.

Starlight comenzó a ganar interés. En verdad, Twilight era una mentora excelente.

-Bien, creo que ya estoy lista. Solo una última condición.

- ¿Cuál?

-Al momento de narrar, ¿podrías hacerlo en nuestro idioma?

- ¿Perdón?

-No te ofendas. Lo que pasa es que a veces cuando estás muy inmersa en estos temas académicos. Comienzas a hablar con términos súper complejos. Casi como una máquina –comentó Starlight riendo.

-Oh, ya veo… Okey, Starlight. Te prometo que haré mi mejor esfuerzo en mantener los pies en la tierra –dijo Twilight reconfortante.

Una vez que Starlight accedió por completo y Twilight prometió explicar la historia de una forma sencilla y atractiva, Twi abrió el grueso libro y se dirigió al capítulo 3. Dicho capítulo narraba la llegada de los descendientes del alicornio a Equestria. No era necesario repasar los primeros 2 capítulos porque eso Starlight ya lo sabía. Dichos capítulos narraban la pre-historia de los equestrianos antes de fundar Equestria y toda la historia de la Noche de los Corazones Cálidos.

El objetivo de la lección era abarcar los sucesos ocurridos desde la llegada de Celestia en el año 0 hasta la guerra fronteriza con los changelings en el año 1470. Parecía muchísimo que recorrer, pero la técnica didáctica de Twilight lo haría fluido y dinámico. Una de sus estrategias era resaltar lo más importante y visualizar. Por eso ya tenía preparadas imágenes de los personajes y eventos más importantes para que Starlight los viera. Así sería su primera lección ese mismo día, la siguiente abarcaría el resto de los siglos hasta el año actual en el Siglo XXI.

-Muy bien, como mencionaste. Tú ya conoces la pre-historia de Equestria y también la fundación de Equestria en la Noche de los Corazones Cálidos. –rememoró Twilight.

-Así es –reafirmo Starlight.

-Por eso, comenzaremos en aquel momento donde Equestria ya había sido fundada y llegaron Celestia y sus hermanos a gobernarnos –anunció Twilight- Dice así, en el año 0, los equestrianos…

- ¡Un momento! –interrumpió Starlight.

- ¿Eh? –se detuvo Twilight- ¿Qué pasa?

-Tú dijiste "Celestia y sus hermanos" ¿Qué hermanos? –preguntó Starlight intrigada- Creí que solo tenía una hermana la cual es la princesa Luna.

-Starlight, espera. ¿Me estás diciendo que no conoces al otro hermano de Celestia? –dijo Twilight con una mirada de preocupación.

-No, para nada. Nunca había oído hablar de él.

-Pero si eso te lo enseñan en la escuela.

-Digamos que, en mi época pasada, ya sabes cuando era "malvada". Me salte varias clases de la escuela para concentrarme en mi magia, tener los mejores hechizos y ya sabes… -dijo Starlight avergonzada.

-Argh, Starlight… -pronunció Twilight frustrada mientras hizo un FACEPALM.

Starlight solo respondió con una risa incomoda.

-Bueno no importa –dijo Twilight volviendo a sonreír- Nunca es tarde para aprender y recuperar el tiempo perdido. Gracias a Celestia, que se me ocurrió darte lecciones académicas después de las lecciones de amistad.

-Al menos tenías razón. La primera frase de historia y ya me enganché. ¿Quién es el otro hermano de Celestia? Me parece muy intrigante.

-Prepárate, Starlight. Que esta primera fase de la historia de Equestria trata mucho sobre él y aquí también esta la razón por la cual él fue exiliado de la misma manera que Celestia hizo con Luna cuando se convirtió en Nightmare Moon.

No pasó ni media hora y Starlight quedó enganchada a la lección de Twilight. Con la lectura del libro, ambas retrocedieron a los primeros años de Equestria. Cuando llegaron los descendientes del alicornio para gobernar sobre los descendientes del unicornio, del pegaso y del terrestre.

21 de enero del Año 0, Canterlot, Equestria:

Pasaron unos cuantos años desde que Equestria había sido fundada. Los equestrianos ya habían construido una gran y bella ciudad a la cual llamaron Canterlot. Esta urbe se encontraba en Equestria. En ese entonces, Equestria tan solo era una gran montaña llena de campos y valles, por la cual recorrían varios ríos y una caudalosa catarata. Los equestrianos se volvieron algo sedentarios porque hasta ahora ninguno se atrevía a bajar y aventurarse más allá de la montaña. Canterlot era su única residencia y esa montaña era el único pedazo de territorio que representaba al reino de Equestria. Ellos creían que las tierras más allá de la montaña eran territorio de los Windigos e invadirlos significaría la furia de esos monstruos. Ellos ya sabían el costo de enfurecer a los Windigos y, a decir verdad, no harían absolutamente nada que significara la destrucción de su reino.

Las 3 razas de equestrianos vivían en armonía desde la fundación de su reino. Primero estaba la raza de los terrestres, estos equestrianos eran descendientes de una criatura conocida como el "gran equino terrestre", el cual era un animal divino similar a un caballo. Esta criatura tenía una férrea conexión con la naturaleza, por lo cual era capaz de dominar a las plantas y los animales fácilmente. De esa manera era capaz de obtener un mayor número de recursos de la naturaleza y maximizar su producción y administración. También tenía una fuerza inigualable, por lo que era capaz de tumbar inclusive a dragones y minotauros usando tan solo su cuerpo. Cuando el terrestre falleció, de sus restos nacieron los humanos equestrianos terrestres, sus descendientes. Por ende, obtuvieron todas las habilidades del terrestre y gracias a eso, eran los encargados de las cosechas, granjas, las cacerías de animales salvajes y otras labores que requirieran de su sabiduría con la naturaleza o su fuerza corporal.

Después estaban la raza de los pegasos, estos equestrianos eran descendientes de otro animal divino llamado "el legendario pegaso", esta criatura era similar a un caballo, pero a diferencia del terrestre, poseía alas y un aspecto electrificante. El pegaso era capaz de volar con sus magníficas alas. Era capaz de volar todo lo alto que quisiera y a velocidades espectaculares. Al surcar el cielo controlaba el clima y era capaz de traer lloviznas o relámpagos donde quisiera. Era uno de los pocos seres capaces de caminar sobre las nubes. Se decía que el pegaso tenía una técnica suprema de vuelo conocida como "La Rainplosión Sónica", la cual solo pocos seres voladores podían imitar. Cuando falleció, de sus restos nacieron los humanos equestrianos pegasos, sus descendientes. Todos los descendientes del pegaso nacían con las alas de su ancestro y con ellas podían volar y controlar el clima al igual que su padre. Debido a la naturaleza atlética y competitiva de los descendientes del pegaso, ellos eran los encargados del clima y las fuerzas militares.

Por último, estaba la raza de los unicornios, estos equestrianos descendían de otro caballo divino conocido como "el poderoso unicornio". Esta criatura poseía un único cuerno en su frente con el cual era capaz de utilizar magia y alterar su alrededor. El unicornio era capaz de hacer posible lo imposible. Sus hechizos podían derrumbar o desaparecer a cualquier rival o depredador que ose atacarlo. La teletransportación, la manipulación de la gravedad y las ráfagas de energía eran sus hechizos más simples pero temidos. El unicornio poseía un gran intelecto y era mucho más inteligente que la mayoría de seres irracionales de su tiempo. Cuando el unicornio falleció, de sus restos nacieron los humanos equestrianos unicornios, sus descendientes. Ellos nacían con el cuerno de su ancestro incrustado en su esqueleto. Gracias a ese cuerno, la magia del unicornio podía ser activada usando las manos o los dedos, pero para dominarla se requería mucha práctica y estudio. Debido a su carácter elegante y su intelecto, los descendientes del unicornio eran los promotores del conocimiento, científicos, los maestros del arte y la cultura y los organizadores de la sociedad equestriana. Muchos de los avances tecnológicos y conocimientos comunes eran gracias a los unicornios.

A pesar de que las razas eran muy distintas en cuanto a trasfondo y habilidades. Compartían características comunes. Todos eran humanos, de tez blanca, cabellos coloridos, un sentido meritocrático y con una gran habilidad para meterse en problemas si se dejaban nublar por sus emociones. Por eso decidieron unirse y hacer funcionar su reino. Cada raza tenía a sus líderes predilectos. Los líderes de los terrestres eran oligarcas: individuos que eran grandes cosechadores, administradores profesionales de recursos y expertos en la materia económica. Los líderes de los pegasos eran siempre militares: soldados valientes, fuertes, rudos y leales capaces de infundir orden y disciplina en su raza. Los líderes de los unicornios eran llamados nobles: reyes, condes, príncipes o duques con una gran capacidad intelectual y capaces de regir leyes y enseñanzas a los suyos para erigir la civilización por encima de la barbarie.

Ese día 21 de marzo, ningún líder ni ningún ciudadano de Equestria esperaba recibir a 3 nuevos individuos en su sociedad, los cuales estaban llegando hacía la urbe equestriana para conocer a los recién establecidos equestrianos.

La princesa Platinum se encontraba en su residencia real peinándose el cabello. Detrás de ella, estaba su súbdita segunda al mando: Clover la sabia. Mientras la princesa terminaba de peinar su cabello y retocar su rostro con maquillaje, Clover estaba trabajando en un nuevo invento sentada en la mesa de noche de la princesa.

- ¿Qué estás haciendo, querida? –preguntó dulcemente la princesa.

-Estoy haciendo un nuevo aparato capaz de medir el tiempo. ¿No le gustaría saber a qué hora se hace de noche y a qué hora se hace de día?

-Pero para eso tenemos los relojes de arena –cuestionó la princesa- Por cada 4 rondas de arena pasa 1 hora.

-Los relojes de arena no son muy precisos, princesa –explicó Clover- Hace tiempo descubrí que no toda ronda de arena atraviesa el reloj al mismo tiempo. A veces la arena se pone más densa o más liviana y eso ocasiona variaciones en la medición del tiempo. En invierno, cuando la arena es más dura, 1 ronda puede equivaler a 45 minutos, eso provocaría que las 4 rondas dejen de significar una hora. En verano, con una arena más liviana, 1 ronda de arena puede tardar tan sol minutos en pasar al otro lado. Es por eso que no confió en los relojes de arena. Necesito algo más preciso y conciso.

-No recibiste el título de La Sabía por nada –felicitó Platinum la inteligencia de su subordinada- Pero no crees que necesitas un pequeño descanso.

Clover reflexionó dichas palabras por un minuto.

-No había pensado en eso –pronunció Clover pensativa- Es que mi mente trabaja tan rápido que se le olvida descansar.

-El descanso es sagrado, cariño. Llevas meses en este nuevo aparato colocando cuerdas y agujas –observó Platinum- Si no descansas pronto, te volverás loca y acabarás comiéndote las cuerdas y agujas con las que tanto trabajas.

-Tal vez tenga razón, su alteza –contestó Clover.

-Tal vez no. SI tengo razón, Clovercita –dijo Platinum guiñando el ojo- Ahora sal y relájate. Eres mucho más joven que yo, querida. Déjame a mí todo lo estresante y agotador mientras tu sales y vives tu vida. Si puedes, aprovecha y consíguete un hombre magnifico que te haga feliz en tus aposentos.

Clover se ruborizó tras escuchar las palabras de su princesa y amiga. La princesa Platinum siempre era tan ocurrente y elegantemente excéntrica con sus palabras y consejos. Clover pensó que no era tan mala idea hacer un poco de espacio para el descanso y otro para el amor en sus tan apretadas labores como segunda al mando.

-Creo que me vendría bien un poco de aire –aceptó Clover.

-Excelente, cariño. Ve y se libre como un fénix. Yo cuidaré tu nuevo invento aquí y cancelaré tus tareas del día. Te lo mereces por ser tan buena ayudando. –sentenció la princesa.

Clover salió del castillo y empezó a recorrer las calles de Canterlot mientras encontraba algo en lo que matar al tiempo. Por su parte, la princesa utilizó su magia para ordenar todo lo que Clover había dejado tirado y sucio. La princesa comenzó a tararear una canción mientras ordenaba por completo la habitación. Por último, ventiló la habitación y dejo el invento de Clover en una mesa al lado de su cama. Acto seguido llamó a uno de sus sirvientes.

- ¡Glowing Heart! –exclamó la princesa.

- ¡Si su alteza! –entró el sirviente casi al instante.

- Necesitó que canceles todas las actividades planeadas de Clover –ordenó cordialmente Platinum.

- ¿Cancelarlas? –pronunció el súbdito perplejo- Pero si la señorita Clover tiene cosas importantes que hacer hoy como atender a los enfermos de sarampión, también debía revisar por 14ava vez el inventario, asegurar la limpieza e higiene del reino, hacer una exposición en nuestro recién creado centro histórico y…

-Oh, tranquilo mi joven sirviente. Eres igual que Clover, siempre tan estresado –dijo la princesa con una sonrisa.

-Muy bien, me calmaré –dijo Glowing- Pero como…

La princesa puso su dedo índice en la boca de Glowing Heart para que hiciera silencio y no hablara.

-Yo me ocuparé de las tareas de mi querida Clover. Es lo menos que puedo hacer por todo lo que ha hecho por mis estos años –sentenció la princesa.

-Pero princesa…

-Sshh –pronunció Platinum- No te preocupes por mí. No seré tan inteligente como ella, pero mi magia hasta ahora no tiene rival. Tú solo has lo que te digo, confía en mí.

Platinum procedió a darle un pequeño beso a Glowing Heart en la mejilla. Esto quedo petrificado por el placer.

- ¿Y bien? ¿Lo harás? –pronunció Platinum en voz baja.

-Sí, princesa –accedió por completo Glowing Heart aun hechizado por el beso.

- ¡Muy bien! ¡Manos a la obra! –finalizó Platinum.

Mientras tanto, en la plaza de Canterlot, se encontraban un grupo de soldados (todos pegasos) entrenando. En el centro del lugar, estaban el comandante Hurricane y su subordinado el teniente Pansy en medio de un duelo.

El comandante y el teniente, cada uno con espada en mano, avanzaban en círculos paralelamente, ellos se preparaban para atacarse. Después de unos tensos segundos, ambos procedieron a cargar uno contra el otro. Hurricane movilizaba su espada con la fuerza de un huracán (sí que hacía honor a su nombre). Pansy, por el otro lado solo podía defenderse como si fuera una inmóvil roca. Por cada estocada del comandante, el pobre pegaso sentía que la espada se le resbalaba de las manos.

- ¡Vamos, Pansy! –gritó Hurricane- ¡Contraataca o sino tu defensa se derrumbará!

- ¡Eso intento! –respondió Pansy.

- ¡Pues inténtalo mejor! –replicó Hurricane.

- ¡Eso haré!

- ¡No lo haces lo suficiente!

- ¡Tan solo estoy calentando, comandante! ¡Lo juro! –mintió Pansy.

- ¡No me mientas!

- ¿¡Quién está mintiendo?!

- ¡Pues tú!

- ¡Yo no estoy mintiendo, señor!

- ¡Claro que sí!

- ¡No, por supuesto que no!

El duelo terminó con Hurricane tumbando a Pansy. El comandante utilizó el acero de su espada y la fuerza de su brazo para impactar al pecho de Pansy. Él perdió por completo el equilibrio y soltó su espada al suelo; acto seguido, cayó al suelo derrotado. Hurricane colocó su bota encima del pecho de su pobre subordinado y apuntó su espada directo a su cuello. Pansy se asustó un poco.

-No me va a matar ¿verdad, comandante? –suplicó Pansy un tanto nervioso.

-¿Quién sabe? –replicó fríamente el comandante- Has estado un poco flojo últimamente, muchacho.

-Sí, tiene razón. Es mi culpa. Continuare entrenando –pronunció Pansy casi titubeando.

-Esa excusa la he escuchado cientos de veces, Pansy –refutó Hurricane tajantemente- Será mejor que escojas sabiamente tus próximas palabras.

Hurricane acercó el filo de su espada al cuello de su compañero. Pansy pensó en algo rápido para zafarse de tan tensa situación.

-Si va a matarme, señor. Al menos quiero que me entierre en las tierras más allá de la montaña –sentenció Pansy con un poco menos miedo.

- ¿Por qué? –preguntó el comandante intrigado- ¿No sabes que esas son tierras dominadas por los Windigos? Si eres enterrado ahí, jamás tendrás descanso.

-Exactamente. Ya que pase toda mi vida como un cobarde, quiero pasar toda mi muerte como valiente. Mi alma enfrentará a los Windigos por la eternidad si soy enterrado en sus tierras –sentenció Pansy.

Hurricane quedó conmovido por las palabras de su subordinado por lo que dejo de pisar su pecho y apuntarlo con su espada.

-Levántate –dijo Hurricane mientras le extendía la mano a Pansy.

Pansy aceptó la ayuda de su superior.

-Creo que ya hemos practicado mucho con la espada –anunció Hurricane- ¿Por qué no mejor vamos a por algo en lo que eres un poco más bueno como el uso del arco?

- ¿Lo dice enserio, señor? –dudó Pansy por unos momentos

-Claro. El arco me relaja. Nunca hace mal un descanso, ¿sabes? –dijo Hurricane reconfortante.

Pansy no quedó del todo convencido hasta que el comandante Hurricane alzó la voz y ordenó al resto de soldados que ahora todos irían a practicar con el arco. Los soldados respondieron "Si, señor" y todos se dirigieron hacía los campos de tiro. Pansy no comprendió del todo que se le había metido al comandante como para llevarlo a practicar el entrenamiento que más dominaba. ¿Era una prueba? ¿Una recompensa? ¿Una tetra? Pansy dejó de meditarlo porque su pobre cerebro se estaba quemando por filosofar tanto. Así que solo siguió a su señor como buen soldado.

Mientras tanto, en las afueras de Canterlot, dos terrestres se encontraban agachados inspeccionando el pasto. Eran nada más y nada menos que el canciller Pudding Head y su confiable sobrina Smart Cookie. Al ser el oligarca líder de los terrestres, Pudding Head era el principal encargado de asegurar la comida y demás recursos para todas las estaciones del año.

-Hmph –pronunció Pudding pensativo mientras observaba el pasto.

- ¿Y bien, tío? –comentó Smart curiosa.

Pudding seguía observando muy atentamente cada partícula del campo. Lo hacía con una triple-lupa que él mismo confeccionó en una noche lluviosa.

- ¿Ya sabes cómo será el otoño? –siguió preguntando Smart

-Sshh –silenció Pudding a su sobrina.

Smart entendió que su tío necesitaba concentrarse para calcular el estado del entorno. Pudding Head parecía un bobo a primera vista, pero en realidad era un sujeto bastante inteligente con respecto a los cultivos y cosechas. Con solo examinar el pasto, él podría saber cómo sería la próxima estación del año y en base a ese análisis peculiar, sabría perfectamente cómo trabajar y organizar las cosechas. Por otro lado, estaba Smart Cookie, su ingenua, pero bastante franca sobrina a la cual trataba como una hija. Prometió a su primo (el padre de Smart Cookie) cuidar a su pequeña heredera y enseñarle todos los secretos del oficio para que pueda convertirse en una miembro útil. Por eso, Smart Cookie era la segunda al mando en el liderazgo de los terrestres. Sin embargo, su impaciencia podría generar ciertos conflictos.

- ¿Tío Pudding, ya terminaste? –insistió Smart

- ¡Silencio, Smart! Estas desconcentrándome –exclamó Pudding fastidiado- La observación del ambiente y la naturaleza no es algo que se hace de la noche al atardecer.

-Tío, la frase es "de la noche a la mañana" –corrigió Smart.

-Ah… ¡Cierto! ¡Eso fue lo que dije! –contestó Pudding Head

Smart Cookie suspiró. Ella quería a su tío por lo capaz que era, pero a veces sus excentricidades y arranques de personalidad hacía que hablar con él fuera una tarea difícil de realizar. Según algunos ancianos, Pudding Head era así de intenso debido a que cuando era niño y trabajaba con su padre para recoger piedras y hacer sopa de piedras; se golpeó por accidente con una piedra en la cabeza. Afortunadamente no fue un golpe letal, pero su cerebro quedo algo fracturado de por vida. Eso explicaría su peculiar forma de expresarse.

Después de seguir observando el pasto por otros prolongados 10 minutos junto a Smart Cookie (quien ya estaba completamente aburrida), Pudding Head acercó su dedo meñique a un pedazo del césped y extrajo las gotas de agua recorriendo el césped. Procedió a oler el aroma del agua con mucho cuidado que esta no mojara su bigote. Después lamió esas pequeñas gotas y empezó a saborear cada minúscula partícula de ella. Los movimientos que hacía con la lengua y la mandíbula eran dignos de un bufón.

-Tío, ¿te encuentras bien? –preguntó Smart

- Glup, Glup, Glup, Glup –pronunció Pudding con el agua aun en la boca.

Smart Cookie se quedó mirando a Pudding Head con cara de perturbada. Pudding terminó de tragarse el agua de un sorbo frente a la mirada atónita de Smart. Pudding parecía que haber luchado con una comadreja rabiosa dentro de su boca. Después de finalizar el proceso de examinación, Pudding suspiró de alegría y dio su veredicto.

-El otoño será muy agradable. Los vientos y la temperatura no serán un problema para nuestras cosechas ni los recursos ya almacenados. Pronostico que podremos empezar a cultivar una nueva ronda de alimentos dentro de 10 lunas para estar preparados en el otoño –sentenció Pudding Head.

-Eso es… ¡Impresionante, tío Pudding! –dijo Smart Cookie tras asimilar todo lo que su tío había hecho- ¿Pero porque no comenzar la cosecha ahora?

-Oh no no no no, Smart –descartó Pudding Head- Estamos en una época de transición, eso fue lo que descubrí al examinar el césped y el agua. Si cosechamos en plena transición, los alimentos no soportarán el cambio repentino de ambiente y serán indigestibles. Tiene que ser después, no hay otra alternativa. A no ser que quieras comer papas y lechugas con puntos morados.

-Oh, ya veo –comprendió Smart Cookie.

A pesar de llevar mucho tiempo instruyéndose con su tío Pudding Head, Smart Cookie no lograba comprender del todo los peculiares métodos de Pudding.

-Todo es posible con paciencia, Smart –finalizó Pudding- Hemos estado mucho tiempo aquí afuera y supongo que ya quieres ver a tus queridos amigos. Así que, ¿Qué te parece si tomamos un descanso?

- ¡Si, eso sería genial! –respondió Smart alegre.

-Como decía mi bisabuelo: "No hay mejor descanso que con un pastelito en tu ojo" –sentenció Pudding.

-Tío, creo que te equivocaste de frase otra vez –corrigió Smart Cookie- ¿Lo del pastelito en el ojo no era para hacer promesas?

-Bah, lo que sea –contestó Pudding- Ya entiendes, significa que no hay mejor cosa que reposar como un tronco acaramelado.

-Bueno, si tú lo dices… -concluyó Smart Cookie para ya no tener que interpretar las palabras extravagantes de su tío.

Pudding Head fue directo a recoger su preciado sombrero de pudding de chocolate, un accesorio que retrataba su persona a la perfección. Cuando volteo la mirada para ver a Smart Cookie, vio que su sobrina estaba boquiabierta contemplando algo detrás de Pudding Head. Ella tenía una expresión de terror en su rostro.

- ¿Qué pasa, Smart? –preguntó Pudding confundido.

- ¡De-De-De-De-Detrás de ti! –dijo Smart Cookie aterrada mientras señalaba hacía la espalda de su tío.

Pudding Head seguía confuso y no comprendía el terror de su sobrina hasta que tres sombras se inclinaron sobre él cubriendo los rayos del sol.

-Oigan, ¡¿Quién apagó el sol?! –exclamó Pudding y volteo a ver qué o quién estaba detrás suyo.

Cuando volteó, el horror se apoderó de su mente. Estaban ahí parados frente suyo, 3 extraños individuos más altos que él. Ellos vestían mantos con capuchas oscuras, pero se podían ver sus ojos brillosos y penetrantes. El sujeto del medio tenia ojos amarillos como el sol, el de la izquierda tenía ojos azules como la noche y el de la derecha tenía ojos rojos como la sangre. Pudding quedó sin palabras tras observar a semejantes extraños.

-Hola… -pronunció el sujeto del medio con una voz femenina y solemne como el cielo- Tú debes ser el canciller Pudding Head.

-¿Qui-qui-qui-quienes son ustedes? –pronunció Pudding tembloroso.

-Somos aquellos que han venido a revelarse –dijo el sujeto de la derecha con una voz masculina y escalofriante como la de un espectro.

-Oh, jeje. Bueno, bienvenidos a Equestria, jejeje –dijo Pudding intentando aligerar su miedo.

Pudding empezó a retroceder lentamente por instinto y colocó a Smart Cookie detrás suyo para protegerla de un posible ataque de dichos extraños. Ella igualmente empezó a retroceder al ritmo de su tío.

-Con que Equestria, ¿eh? –comentó el sujeto de la izquierda con una voz femenina y fina como las estrellas- Que bonito lugar.

-Si, si, si, si –titubeo Pudding- Es nuestro hogar, mío, el de mi sobrina aquí y de nuestros otros compañeros pegasos y unicornios. Somos de la familia de los terrestres, jeje

-Interesante, sumamente interesante –dijo el hombre de los ojos rojos- Veo que han erigido todo un reino de las cenizas, como la oruga metamorfeando en mariposa. ¿No quieren sobrepasar el límite de sus habilidades y obtener más conocimiento?

-Nos gustaría conocer su bello hogar –dijo la mujer de ojos azules- Hemos venido de muy lejos dejando solo nuestro hogar para conocerlos. Sé que este pequeño viaje ha valido la pena tanto para nosotros como para ustedes, lo percibo en el fondo de mi alma.

-Canciller Pudding Head, quisiera tener el gusto de dialogar más a fondo contigo y el resto de los líderes. Ya sabes, me refiero a la princesa Platinum y el comandante Hurricane –dijo la mujer de ojos amarillos –No teman, no hemos venido a hacerles daño.

-Claro, claro, claro, lo que ustedes digan –dijo Pudding Head- Nosotros tampoco queremos problemas.

- ¿Tío Pudding? –pronunció Smart Cookie aun asustada.

-Cuando te de la señal, corremos de regreso a Canterlot antes de que estos locos nos devoren –contestó Pudding Head en voz baja.

Smart asintió y se preparó para retornar de inmediato a Canterlot.

- ¿Y bien, podemos entrar a Canterlot?

-Claro, señores. Es por este camino, solo síganme y ¡CORREEEEEEE! –gritó Pudding Head con todo su ser.

Pudding Head y Smart Cookie corrieron como si estuvieran escapando de una hambrienta mantícora. No pararon hasta llegar a Canterlot y advertir a gritos a todos sus compañeros de lo que había pasado.

- ¡MONSTRUOS! ¡UNAS CRIATURAS DEL ABISMO HAN VENIDO A DEVORARNOS! ¡CORRAN! ¡SALVENSE QUIENES PUEDAN!

Todos los equestrianos entraron en pánico. Todos se escondieron en sus casas y se encerraron junto a familiares y amigos. Le contaron todo a sus líderes y a sus soldados, los cuales no demoraron en montar una defensa. Mientras tanto, los 3 extraños seguían ahí parados en el mismo lugar.

-Hmph, te dije que los asustaríamos, hermana. Estos equestrianos no tienen ni la más mínima idea de lo que representamos.

-Fue un mal inicio, hermano. Pero descuida, solo tenemos que seguir dialogando hasta ganar su confianza.

- ¿Eso significa que aun entraremos a Canterlot? En verdad quiero conocer la ciudad de los equestrianos y su cultura.

-Por supuesto, hermanita. Todo a su tiempo. Demos inicio a esto…

La princesa Platinum, el comandante Hurricane y el canciller Pudding Head estaban reunidos en el centro de Canterlot. Cada uno con su respectivo subordinado: Clover la sabía, el teniente Pansy y Smart Cookie; y también un puñado de soldados. Todos estaban nerviosos y agitados porque sus descansos o labores fueron interrumpidas por dicha emergencia.

- ¿Estás seguro de lo que vistes, Pudding Head? –interrogó Clover.

- ¡Por supuesto! Smart Cookie también los vio –exclamó Pudding señalando a su sobrina- ¡Eran unos monstruos oscuros con ojos que absorbían tu alma!

-Lo que dice mi tío es verdad. Esta vez no es otro de sus arranques de personalidad. Yo vi y escuché a esos monstruos –dijo Smart al borde del llanto- Eran aterradores y decían cosas horripilantes.

-La verdad es que pienso que están exagerando un poco, amigos –dudó Clover.

- ¿¡Monstruos horripilantes y asesinos!? –exclamó Pansy del terror- ¿Qué vamos a hacer? No sabemos qué tan poderosos son. ¿Y si arrasan con todo Canterlot?

- ¡No! Eso no va a pasar, Pansy –intervino Hurricane- No sé quiénes son ni qué diablos quieren aquí con nosotros, pero se las verán con mi espada si osan atacarnos.

-Muy bien, sé que todos están asustados, pero debemos tranquilizarnos –intentó explicar Clover- Tal vez no sean monstruos.

- ¡¿De que estas hablando, querida?! –intervino Platinum- ¿No escuchaste a Pudding Head? No es como otras veces en las que él imagino a monstruos atacándonos. Esta vez Smart Cookie los vio. Así que es MUY REAL ¡Oh que vamos a hacer! Debemos proteger a los niños y nuestros hogares.

- ¡Ya escucharon a la princesa, soldados! –gritó Hurricane- Formaremos un perímetro de arqueros y lanceros.

- ¿Esta seguro, comandante? –comentó Pansy- ¿Qué haremos si los monstruos resultan ser más poderosos que nosotros?

-Si eso pasa volaré y traeré una tormenta lo suficientemente fuerte como para pulverizar a esas criaturas.

-Okey, creo que de verdad tenemos que calmarnos –intentó hablar Clover, pero fue ignorada

- Yo podría protegernos con un campo de magia –propuso Platinum- Mi magia hasta ahora no tiene rival, he estudiado mucho las artes defensivas desde niña. Dudo mucho que unos monstruos feos me superen. No, señor. Ni en un millón de años.

-Sí, es verdad, princesa –intervino Smart Cookie. Podríamos reforzar el perímetro de los pegasos con su escudo. Eso les daría la ventaja sobre esos monstruos

- ¡¿Qué perímetro ni que bendito perímetro?! –grito Pudding- Debemos proteger los recursos y la comida. ¿Qué haremos si esos monstruos destruyen nuestros almacenes? Aunque los derrotáramos, moriríamos de hambre y sería lo mismo que cuando los Windigos nos obligaron a migrar.

- ¡Podrían escucharme! –grito Clover pero otra vez fue ignorada.

- ¡Oh cielos! ¡Es cierto! –exclamó Platinum- Tienes razón. Estoy segura que puedo fragmentar mis escudos. Uno para proteger a los soldados y otro para los almacenes.

-Perfecto, ya tenemos un plan –dijo Hurricane- Primero dispararemos las flechas y lanzas a los monstruos. Es obvio que intentarán contraatacar, pero para eso estará el escudo de la princesa.

-Y una vez que estén cansados, podremos rematarlos con nuestras espadas –añadió Pansy.

-Chicos, podrían por favor… -insistió Clover, pero seguía siendo ignorada.

-Correcto, Pansy –felicitó Hurricane- Nadie escapa del filo de mi espada.

-Todo esto es perfecto –dijo Smart con alegría- ¡Vamos tío! ¡Antes de que la princesa use el campo, debemos reforzar los contenedores del almacén!

- ¡Hazlo tú! –dijo Pudding- ¡Yo me quedaré aquí a patearles el trasero a esas bestias hambrientas! ¡Lamentarán haberse metido con Pudding Heart!

- ¡ME ESCUCHAN! –gritó Clover furiosa.

Todos callaron ante el poderoso gritó de Clover. Incluso la princesa Platinum.

-Sé que estamos todos asustados y nerviosos por lo que dijeron Pudding y Smart –explicó Clover- Pero usemos un poco la cabeza. Tal vez malinterpretaron a las "criaturas" esas y tal vez no vienen a hacernos daño ni destruir nada.

- ¡Malinterpreté! ¡Tonterías! –negó Pudding.

-Tal vez ni siquiera eran monstruos. Puede que haya sido… No lo sé. Las sombras producidas por el rayo del sol. Tal vez se formaron de tal manera que parecían monstruos –dedujo Clover.

-Pero Smart Cookie dijo que esas bestias hablaron y cosas muy malévolas –refutó Hurricane.

-Tal vez era tan solo la voz del interior de su mente. Esa que suena cuando pensamos en algo –contestó Clover tranquila- Digo, puede pasarle a cualquiera, ¿no?

-Clover, querida –se acercó Platinum- Sé qué piensas que todo esto es una locura, pero es la verdad. Pienso que en realidad estas tan asustada que quieres creer que todo es mentira, ¿verdad?

-No, princesa. Es que no tiene sentido. Así de simple –sentenció Clover- No existen monstruos con ojos que absorben tu alma. Ni nadie vendría hasta acá en esta gigante montaña solo para atacar una ciudad recién formada. Estratégicamente no tiene sentido. Solo tranquilícense, tranquilicen a los ciudadanos y todo estará bien

Mientras Clover hablaba, todos notaron a 3 figuras volando en el cielo. Cuando se percataron de quienes eran quedaron boquiabiertos. Clover se dio cuenta de que nadie le estaba prestando atención y detuvo su sermón

- ¿Qué están mirando?

Ella se volteó y en esos precisos instantes, el miedo se apodero de ella. En el cielo estaban los mismos 3 individuos que Pudding y Smart avistaron. Volaban con alas similares a las de los pegasos. Clover intentó buscarle lógica al asunto, pero eso refutó todos sus pensamientos. Ella no hizo más que gritar del terror y esconderse detrás de la princesa Platinum.

- ¡Son ellos! ¡Han venido a destruirnos! –grito Smart Cookie mientras se escondía detrás de Pudding Head.

- ¡Soldados ataquen! –gritó Hurricane intentando mantener su firmeza, pero estaba igual de aterrado que todos en el lugar.

Los soldados dispararon las flechas y lanzaron sus lanzas hacía las tres bestias. Pero para el horror de todos, las criaturas levantaron sus manos y detuvieron los proyectiles con magia similar a la de los unicornios.

- ¡No! ¡No puede ser! –gritó Pansy- ¡¿Cómo pudieron imitar la magia de la princesa?!

- ¡Y también el vuelo de los pegasos! –gritó Smart Cookie- ¡Es simplemente imposible!

Las criaturas bajaron y dejaron de volar hasta quedar frente a frente con los líderes de Equestria. Los soldados estaban muy asustados por lo que se refugiaron detrás de los líderes. Cada líder tenía a su subordinado refugiándose a sus espaldas.

- ¡Princesa por favor, haga algo! –suplicó Clover asustada.

- ¡Claro! –gritó la Platinum

Platinum disparó ráfagas de magia hacia las 3 bestias, pero estas volvieron a rechazarlas con su propia magia. Al ver que su ataque fallo, ella comenzó a activar los campos de magia y de esa manera protegió a todos los presentes.

- ¡Atrás! –gritó Platinum- ¡No den ni un paso más!

Una de las criaturas utilizo su magia de color amarillo y desvaneció el escudo de Platinum.

- ¡Oh no no no no! ¡Atravesaron el perímetro! –grito Pansy- ¡Comandante haga algo!

-Yo…Yo… -titubeo Hurricane asustado apuntando su espada a los monstruos- No, no les voy a ganar. No podré. ¡Me pulverizarán con su magia!

- ¡Tío, has algo! –gritó Smart.

- ¡Si! ¡Tienes razón! –dijo Pudding intentando ser valiente- ¡Dije que les patearía el trasero y eso haré!

Pudding saltó hacía la criatura del medio para encestarle una buena patada voladora. Sin embargo, esta criatura alzó el brazo y bloqueo la patada de Pudding. La fuerza de las criaturas era igual o incluso superior a las de un terrestre. Estaban perdidos. Pudding retrocedió aterrorizado.

Las 3 criaturas se acercaban cada vez más y más a los líderes. Los ciudadanos veían aterrorizados desde sus ventanas como sus líderes y ejercito sucumbían ante las bestias. Antes de que sucediera alguna otra cosa premeditada. Una de las criaturas hablo, era la mujer de ojos amarillos.

-No teman, mis queridos equestrianos. Yo y mis hermanos venimos en paz –sentenció solemnemente.

Su voz era tan grande y poderosa que todos en Canterlot la oyeron. Los equestrianos por curiosidad salieron de sus casas. Esta vez más calmados por las palabras de la criatura. Los líderes, sus súbditos y sus soldados también dejaron el miedo a un lado.

-Para que vean que no representamos ningún peligro, vamos a decir nuestros nombres y mostrar nuestros rostros. Comenzando por mi hermana menor.

-Mi nombre es Luna –sentenció la hermana menor y se retiró la capucha.

Ella tenía la apariencia de una mujer joven muy atractiva de tez blanca. Su cabello era azulado como la noche y sus ojos azules lucían menos agresivos que antes. Sus labios estaban pintados de un azul oscuro muy denso.

-Ahora es el turno de mi hermano menor.

-Mi nombre es Argoxas -sentenció el hermano menor y se retiró la capucha.

Él tenía el cuerpo y la forma de un hombre, pero la apariencia de una criatura oscura de ojos completamente rojos con escamas, plumas y corazas cubriendo su cuerpo en lugar de piel. Tenía 2 cuernos puntiagudos (similares a los de una cabra) en cada extremo superior de su cabeza. A pesar de que tenía un aspecto razonablemente aterrador, los equestrianos no le tuvieron miedo debido a que escucharon su voz y su nombre.

-Ahora sigo yo. Mi nombre es Celestia –sentenció la hermana mayor y se retiró la capucha.

Ella tenía la apariencia de una mujer imponente con suma belleza; con una piel suave y una tez blanca como el sol. Su cabello tenía el color de una aurora boreal. Sus ojos amarillos dejaron de brillar y se convirtieron en ojos rosa normales.

Los equestrianos dejaron de estar aterrados y observaron con mucho asombro a sus extraordinarios visitantes.

-Así es. Somos Celestia, Argoxas y Luna –sentenció Celestia- Y somos los descendientes del alicornio.