I
La edad de la inocencia
" La fuerza más fuerte de todas es un corazón inocente".
Víctor Hugo
Aquel día amaneció despejado, por primera vez en días por fin había parado de llover. Como prueba de aquellas lluvias torrenciales quedaron algunos charcos cristalinos que reflejaban el azul del cielo en los adoquines del patio principal de la gran mansión.
Se levantó temprano, como era su costumbre, lavó su cara, se cambió de ropa, cepilló sus rosados cabellos, dobló cobijas y enrolló su futón en la esquina de su habitación. Un día más de su rutinaria y apacible vida comenzaba.
Tamao Tamamura había cumplido catorce años hace un mes exactamente y parecía un hermoso botón de flor a punto de florecer. Tenía los cabellos hasta la altura de los hombros, había crecido unos cuantos centímetros más, se conservaba esbelta pero ya con las sutiles curvas femeninas y era poseedora de una mirada resplandeciente, de esas que poseen el brillo de la esperanza y reflejan la pureza.
Había un gran silencio y quietud en la mansión, todos debían seguir durmiendo, así que con pasos ligeros se dirigió a la cocina y puso a hervir el agua para preparar el té. Después sacó del refrigerador algunos vegetales y se dispuso a lavarlos para posteriormente cortarlos y tenerlos listos para cuando los demás miembros de la familia quisieran desayunar.
Vivía en la enorme casona de Izumo junto con los abuelos Yohmei y Kino Asakura, la señora Keiko y los niños Muntzer.
Al terminar la pelea de shamanes, regresaron a la pensión de Funbari, no llevaban ni una semana ahí cuando sucedió el aparatoso accidente que le arrebató la vida a Mikihisa Asakura, así que todos regresaron a Izumo para celebrar los servicios funerarios.
Contrario a lo que se esperaba de su naturaleza sentimentalista, Tamao no lloró la muerte de su maestro. A todo el mundo le sorprendió la forma tan estoica con la que se condujo, sobre todo cuando, contrario a la tradición, Yoh le pidió que le ayudara a amortajar el cuerpo de su padre. Finalmente, Mikihisa fue más padre para Tamao e incluso para los Muntzer que para el propio Yoh.
Ella se encargó de entonar los kyo por el alma del fallecido, su rostro permaneció impasible cuando colocaron dentro del hitsugi a su querido mentor. Incluso durante el transcurso del funeral no compartió anécdotas ni recuerdos, permaneció sentada en una de las esquinas del gran salón con la mirada fija en el ataúd.
Al día siguiente caminó a la cabeza del cortejo fúnebre junto con los demás miembros de la familia Asakura, estaba sin estar, miraba sin ver, escuchaba su voz, pero no le encontraba sentido a lo que decía. Aquellas personas que tanto la conocían no comprendieron el vacío que se había formado dentro de su corazón y tomaron su ecuanimidad como signo de madurez.
Sólo titubeo una vez, cuando después de la cremación, le tocó el turno de pasar junto con Redseb a recoger los huesos que quedaron para terminar de introducirlos a la urna. Sintió una fuerte opresión en el corazón que la obligo a llevar una de sus manos al pecho, del impulso estuvo a punto de caer y tuvo que ser sostenida por Ryu, sin embargo, se repuso casi inmediatamente y continuó con la ceremonia como si nada hubiera pasado.
Ni una lágrima derramo en ese entonces ni en los dos meses que siguieron. Además los siguientes acontecimientos que sucedieron después tampoco se lo permitieron.
Pasados los dos meses se organizó y se celebró la apremiante boda entre el joven Yoh y la señorita Anna, debido a su notorio estado de gestación.
Si bien se había resignado hace algún tiempo a que sus sentimientos jamás serían correspondidos, enterarse de la boda y de que el bebé venía en camino le terminó por romper el corazón, porque era la prueba fehaciente de que ambos realmente se amaban y que no estaban juntos por mera obligación.
Igual que en la ocasión anterior, sobrellevo la pena de manera impávida, después de todo, nada podía hacer, y no era propio de ella estar haciendo papelones dignos de telenovela. Así que les deseo la mayor de las felicidades y llegado el momento, Tamao ayudó a traer al bebé al mundo.
En cuanto lo vio lloriquear con su carita hinchada y las mejillas sonrosadas sintió una repentina oleada de amor por él y las ganas tremendas de protegerlo terminaron por inundar su corazón. Su nobleza no le permitía albergar emociones negativas sobre todo en contra de una criatura que no tenía la culpa de que su padre nunca hubiera reparado en ella como mujer.
Desde ese día, ella ayudaba a vestirlo, a bañarlo y lo cuidaba como si fuera propio. Pero un día también se lo arrebataron. En cuanto Hana cumplió los tres meses de nacido, sus padres emprendieron su viaje a Medio Oriente llevándoselo muy lejos de ella. Entonces volcó su recién despertado instinto maternal en Redseb y Seyrarm.
Hacía varios meses que no sabía nada del pequeño Hana. Había querido preguntar por él y sus padres a su tablita, pero la abuela Kino se lo impidió de manera determinante. Lo único que la consolaba era el nuevo entrenamiento que mantenía para poder convertirse en una okami.
Por eso le sorprendió que aquella mañana, Yohmei pidiera que trajera su tablilla y le indicará el paradero de su nieto Yoh.
- Está en Funbari- murmuró sorprendida, no entendía cómo es que estaba en la pensión y un montón de dudas comenzó a revolotearle por la cabeza. ¿Cuándo llegaron? ¿Por qué no llamar o ido directamente a Izumo?
- Deja de hacerte bolas la mente niña- dijo tranquilamente el anciano al notar su rostro preocupado- Sirve el té y tráelo a la sala, hay algo importante que te tenemos que comentar.
Presta atendió la indicación y en unos instantes se encontraban hincada frente a los honorables abuelos que se encontraban muy serios.
- Tamao- comenzó Kino- ha llegado tu momento de servir a la familia Asakura.
La chica contuvo su respiración, ¿había escuchado bien? ¿Dijo servir? ¿Pero, cómo? ¿De qué manera? Siempre se había considerado la menos poderosa de ellos, ¿Cómo podría contribuir a la causa de la familia?
- Mi nieto y su esposa requiere de tu presencia en Funbari- prosiguió la anciana señora- partirás mañana en la mañana.
- Pero, ¿quién ayudará a la señora Keiko con Redseb y Seyrarm? - balbuceo- ¿y mi entrenamiento? ¿La escuela?
- No tienes por qué preocuparte Tamao- habló Yohmei- Keiko sabe arreglárselas, recuerda que ella cuido de ti y de Yoh cuando niños- sonrió por el recuerdo- por la escuela ni te preocupes, asistirás a la misma secundaria a la que fue mi nieto y en cuanto a tu entrenamiento, se hará cargo de ti Kanna Bismarch.
Tamao tembló ligeramente, un fuerte miembro de las Hana-Gumi iba a entrenarla.
-No hay porque temer- pronunció Kino al percibir la inquietud de la chica- Mi querida discípula ya se encargó de domarlas-soltó una carcajada- Esa mujer es fuerte, será buena maestra.
La joven asintió con la cabeza. Sintió una emoción desbordada que hacía mucho no sentía, regresaría a Funbari, estaría una vez más con Yoh y Anna, volvería a ver al pequeño Hana y una de las más poderosas seguidoras de Hao le daría seguimiento a su entrenamiento como shaman. Sonrió abiertamente ante la perspectiva de un futuro prometedor, uno similar al que recordaba del pasado, lleno de risas, aventuras y amigos.
- Anda niña, ve a preparar tus cosas- la apremió Yohmei- yo te llevaré a la estación temprano por la mañana.
La adolescente se incorporó, hizo una ligera reverencia y salió presurosa rumbo a su habitación.
Ambos ancianos se miraron con tristeza en cuanto salió de la habitación, era tan joven, tan inocente, ¿de verdad sería capaz de enfrentar lo que se le venía encima?
¡Hola! Yo de nuevo con otro capítulo, sé que tal vez la reacción de Tamao no corresponde a lo que se cuenta que fue, pero… quiero explorar otras posibilidades. Les aclaro unos términos que utilizan, los kyo son sutras que se cantan antes de meter al cuerpo al hitsugi, que es un ataúd de madera que se utiliza para velar al difunto, en Japón se estila de manera tradicional que únicamente el primogénito / a del fallecido sea el qué vista al cuerpo, pero pues Hao es dios, así que él no podía, entonces la responsabilidad recaía en Yoh, por eso dice que contrario a la tradición le pidió ayuda a Tamao para amortajar a Miki. Ya basta de notas de autor, que como siempre me escribo un pergamino. Muchas gracias a Allie ya LyMon que se toman el tiempo de leer esta historia, espero de todo corazón que este capítulo sea de tu total agrado.
