Horario

Lily bajó a la sala con el libro de Walt Whitman y la libreta de Análisis de Pociones en la mano. Sev la esperaba allí con su hermano, Peter y Violet.

-Cariño, Hipólita está esperándote en mi cuarto, vais a haceros un calendario con todo lo que tenéis que hacer durante la semana para cuadrarlo juntos.

-¿Y qué hacemos con Ariel?

-Me quedo yo con él, no te preocupes.

-¿Te importa, cariño? – le preguntó a Ariel.

-No, Sev, no me importa en absoluto, ya hemos estado un ratito y también me gusta mucho estar con Lily – le respondió el chico.

-¿Nos instalamos en el cuarto de Sev, Ariel? – le preguntó ella.

-Si vais a estar en la cama también podéis instalaros en la tuya y estáis con nosotros – dijo Sev.

-Cierto, tienes razón. ¿Has traído algún libro para leer, Ariel?

-Sí, pero prefiero charlar contigo.

-Estupendo, vamos entonces.

-Yo voy a daros ya las buenas noches, Violet y Peter – dijo Sev.

-Claro, dádnoslas todos, nosotros no tardaremos mucho en acostarnos tampoco, mañana también madrugamos.

Se dieron todos las buenas noches, los chicos subieron al piso de arriba y entraron en el dormitorio de Lily. Ésta se vinculó con Ariel y Sev con Hipólita, que estaba dibujando rayas en un folio.

-¡Hipólita, cariño! – de viva voz.

La chica se giró y saltó de la silla a sus brazos.

-¡Prince, Prince! ¡Cuánto te he echado de menos!

-Qué feliz soy, en esta habitación estáis las tres personas que más quiero en el mundo.

-Quieres a mucha más gente, Prince.

-Pero no como a vosotros, vosotros sois mi familia.

-Familia, familia, ya me he vinculado como Familia con mis padres.

-Estupendo, mi amor, ya me lo ha contado Jack.

-Vamos a ponernos al trabajo. Tenemos que hacer un calendario que ya nos valga para todo el mes de julio por lo menos, no estar mareando a los profesores de las cosas diciéndoles cada vez un día de la semana distinto.

-Claro, claro.

Se sentaron al escritorio, continuaron charlando vinculados.

-Vamos a hacer primero una lista cada uno de lo que tenemos que hacer durante toda la semana y cuántas horas necesitamos para hacerlo.

-Estupendo.

Hicieron así, cada uno cogió medio folio y un bolígrafo y apuntaron lo que tenían que hacer. La lista de Sev decía:

-San Mungo: tres medias jornadas y una completa.

-Trombón: Una hora de clase semanal y veinte minutos diarios de ensayo antes de las diez de la noche, a poder ser antes de las siete de la tarde que llega Peter de trabajar.

-Canto: Una hora de clase semanal compartida con Hipólita.

-Piano: ratos sueltos en casa y con Sophie.

-Ensayo de temas con Hipólita: Una tarde-noche completa.

-Clases de español: seis horas semanales repartidas en tres sesiones de dos horas.

-Estudio de Análisis de Pociones con Lily: ratos sueltos en casa.

-Playa: dos días por semana, domingo con Philip y miércoles o jueves sin él.

-Paseos con Lily.

-Ratos con Ariel.

La lista de Hipólita decía:

-Flauta: Una hora de clase semanal y una hora diaria de ensayo en casa.

-Canto: Una hora de clase semanal.

-Guitarra: Una hora de clase semanal y una hora diaria de ensayo en casa.

-Ensayo de canciones: dos mañanas semanales con Sophie y una tarde-noche con Prince.

-Aritmancia: Cuatro horas semanales, dos con Ariel y dos con Remus.

-Aprender a redactar: Cuatro horas semanales con Remus.

-¿Cuántas horas a la semana van a ser las clases de español, Lily? – preguntó.

-Tres sesiones de dos horas semanales – le respondió ella.

-Clases de español: tres sesiones de dos horas semanales.

-Playa el domingo con mis padres.

-Cenar el domingo con mis abuelos y mi tío.

-Dos mañanas o tardes de visita a mi padre en Diagon.

-Una tarde de visita a mis abuelos paternos.

-Un almuerzo y una tarde-noche de visita a mis tíos, abuelos y primos maternos.

-¿Lo tenemos? – preguntó Sev cuando Hipólita terminó.

-Lo tenemos.

-Muy bien, vamos a compararlos.

Leyeron los dos juntos.

-Prince, olvídate de los dos días a la semana de playa, con uno nos llega y más si vamos a pasar una semana entera en Cornualles – dijo Hipólita.

-Jo… Pues me da mucha rabia, ¿eh?

-No vas a tener tiempo para todo, has apuntado demasiadas pocas horas de trombón y se te han olvidado el fliscorno y el contrabajo.

-Cierto, el fliscorno voy a dejarlo para Hogwarts.

-Pues apunta por lo menos media hora de trombón y una hora de clase semanal de contrabajo, de lo contrario no vas a aprovechar nada el tiempo.

Él lo apuntó, mientras tanto Hipólita continuó haciendo rayas en el folio.

-Te has olvidado también de Lauren, algún rato tendrás que pasar con ella.

-Buf… Eso ya lo veré mañana, Hipólita, y será cuando tenga casa.

-Claro, claro… Podemos basarnos en el horario que hemos tenido esta semana, con el miércoles libre para ti – dijo Hipólita – ¿Quieres jornada completa el jueves o prefieres otro día?

-Quizá mejor el martes si el miércoles no vamos a la playa y puedo descansar.

-Estupendo. Y las medias jornadas, ¿de mañana o de tarde?

-Si ya no voy a ir con Lauren al hotel prefiero todas de mañana.

-Maravilloso. Entonces déjame que termine con las rayas y apuntamos - terminó con las rayas - Vamos a hacer tu horario primero y luego cuadro el mío con el tuyo, ya escribo yo. Nunca te lo he dicho, pero tenemos la letra muy parecida, hasta en eso nos parecemos.

-Cierto.

Hipólita rellenó los espacios con las jornadas en San Mungo.

-Clase de trombón, ¿cuándo?

-El lunes no puede ser, ha de ser cualquier otro día de la semana.

-Puedes miércoles, jueves o viernes.

-O martes.

-No, Prince, el martes descansa después de la jornada completa en San Mungo.

-Vale, vale. Pues el miércoles.

-¿A qué hora?

-A las cuatro, por ejemplo, y ya podemos quedarnos a hacer música con Sophie.

-Pero yo no puedo llegar por Red Flu si está allí el profesor.

-Claro…

-Podemos hacer otra cosa, yo llego a la vez que tú y esa tarde quedo con Remus para aprender Aritmancia o a redactar mientras tú estás en clase, nos instalamos en el comedor o en el cuarto de Cecile.

-Estupendo.

-Pues déjame que dibuje las rayas de mi horario también y ya lo apunto.

-Genial.

-Ve pensando tus demás cosas.

-Vale.

Hipólita dibujó las rayas de su horario y apuntó para ambos la tarde con Sophie.

-¿Ya has pensado?

-Sí, contrabajo el viernes, a las cuatro también.

-Pero mañana no.

-No, mañana no.

-Te lo apunto de todos modos.

Hipólita apuntó y le preguntó.

-¿Y canto conmigo?

-El lunes a las cuatro.

-Vale.

-He de avisar a Sophie mañana mismo para que busque el profesor ya para este lunes.

-Ya paso yo mañana por su casa y se lo digo, también lo del contrabajo, y por la noche te digo a ti.

-Estupendo.

Hipólita apuntó canto para ambos.

-¿Las clases de español?

-Martes y jueves de cinco y media a siete y media y sábado de diez a doce.

-Estupendo.

Hipólita apuntó lo de ambos.

-El martes no te va a quedar tiempo para el trombón – dijo la chica.

-Pues toco una hora entera el miércoles por la mañana, que es cuando tengo la clase.

-Me parece bien. ¿A qué hora?

-Depende de si duermo aquí o contigo, cuando me levante y repose el desayuno.

-Vale, vale, entonces te apunto una hora pero sin poner a qué hora.

Hipólita apuntó.

-¿A qué hora vas a tocar el trombón el resto de días?

-Lunes y viernes cuando vuelva de clase en casa de Cecile, ponme a las seis y media, por ejemplo.

-Vale.

Hipólita apuntó.

-El jueves a las cuatro y media, antes de la clase de español.

-Estupendo.

Hipólita apuntó.

-¿Y el fin de semana?

-Cuando me venga en gana, no quiero horarios el fin de semana.

-Vale, pero toca, ¿eh?

-Que sí…

-Es que apuesto lo que quieras a que no has tocado desde el martes.

-Pues no, no lo he hecho.

-Pues muy mal hecho, así el próximo miércoles no habrás avanzado nada. Estos días tienes que recuperar lo que no has hecho, tocar una hora.

-Ya veremos si mañana puedo, voy a pasar la tarde con Lauren.

-Pues el sábado, el domingo y el lunes tienes que tocar una hora entera.

-Pues sí.

-El domingo te apunto la playa con mi familia. Quedarás libre sobre las cinco o las seis que volvemos a casa seguro, quizá incluso antes si vamos temprano.

-Muy bien.

-Pues tu horario está listo, tienes tiempo para todo.

-Genial.

-Ahora a ver si lo tengo yo.

-Te ayudo.

-Sí, ayúdame, por favor. Voy a hacerlo a lápiz por si luego tuviera que cambiar cosas - cogió un lápiz - Flauta el lunes por la mañana a las diez, como ya tuve la semana pasada.

-Pero vas a tener clase de flauta y de canto el mismo día.

-No importa, no importa, día musical, esa mañana ya la paso entera allí y ensayo con Sophie también.

-De acuerdo.

-Y por la tarde voy más temprano y paso dos horas estudiando con Remus, una de Aritmancia y otra de redactar.

Hipólita lo apuntó todo.

-Y esa tarde-noche cenamos con mis tíos o con mis abuelos maternos en su casa o en la nuestra, ya lo apunto también. Podré irme a las cinco, el profesor de canto no se quedará, será como los de flauta y oboe, que se van enseguida, no como el tuyo de trombón – lo apuntó también - Si no nos vamos tan temprano o si vienen ellos a mi casa me dará tiempo todavía de estudiar mi hora de flauta o guitarra en casa.

-Claro…

-Y si no, ya habré tocado la flauta por la mañana, con la profesora y con Sophie, y la guitarra puedo tocarla también por la noche.

-Estupendo, pero no tienes guitarra.

-Valerie me ha dicho hoy que puede conseguirme una guitarra española muy barata en una tienda de segunda mano.

-¿Guitarra española?

-Sí, es muy parecida a la clásica, no necesita amplificador como la eléctrica que van a aprender ella y Andrew, pero se toca igual, las posiciones de los dedos son las mismas.

-Vaya, genial.

-Vamos con el martes. Visita a mi padre en la librería por la mañana. Antes o después, mi hora de flauta o guitarra – apuntó - Después de almorzar, tarde con Ariel, voy a preguntarle – habló de viva voz – Ariel, ¿podemos quedar todos los martes por la tarde a primera hora para estudiar Aritmancia?

-Sí, Hipólita, sí, siempre que no vayamos a la playa, claro – respondió Ariel.

-Deberías hacer un horario también.

-Pues no, porque estoy de vacaciones.

Ella habló con Sev vinculada:

-Los hay que tienen suerte y están de vacaciones. ¿Volveremos a tener vacaciones tú y yo algún día en nuestras vidas, Prince?

Rieron.

-Lo tendremos, cariño, claro que sí.

-Voy a apuntarlo de todos modos – lo hizo - Y hasta las cinco y media que es la clase de español, todavía tengo tiempo de tocar también, los dos instrumentos.

Apuntó también.

-Esa noche ceno con vosotros y duermo en tu casa – le dijo Sev.

-Estupendo, como el martes pasado.

-Eso, los domingos de día y los martes por la noche los paso con tu familia.

-Genial, Prince, lo apunto también en los horarios de los dos.

Hipólita apuntó.

-Y algún sábado de noche también, para dormir piel con piel contigo – le dijo Sev.

-Pero eso no lo apunto, porque éste no, éste estaremos en casa de Jack.

-Eso.

-Sigo con el miércoles, si has dormido en mi casa podemos aprovechar para pasear o volar en escoba un rato.

-Genial.

-No estábamos contando con la diversión.

-Cierto, a los dos se nos ha olvidado.

-Incluso puedes traer el trombón allí el martes de noche y tocar, así no tienes prisa por volver aquí.

-Vale.

-Por cierto, ¿dónde tienes tu escoba?

-En casa de Jack, la llevó él en el Expreso.

-Pues el domingo por la mañana la coges y la llevas a mi casa si quieres.

-Vale.

-El sábado también volaremos.

-Cierto, qué ganas tengo.

-No apunto nada el miércoles por la mañana, lo que nos apetezca cada día.

-Vale.

-Después de almorzar, guitarra y flauta para mí antes de ir a casa de Cecile, y una vez allí dos horas con Remus hasta que tú acabes con tu clase de trombón.

-Muy bien.

Hipólita apuntó.

-Vamos con el jueves, estaría bien esa mañana de clase de guitarra con Andrew si puede, voy a apuntarlo también - lo hizo - Y almorzar con mis abuelos o mis primos, ese día o el sábado, según cómo tenga mi tía las guardias en el hospital.

-Claro…

-Por eso estoy haciendo a lápiz el horario, porque algunas cosas cambiarán cada semana, y todavía no es seguro que Remus y Andrew puedan esos días.

-Cierto.

-De momento apunto el jueves - lo hizo - Por el momento no pongo nada para el jueves después de almorzar, si voy con mis primos me quedaré un rato largo allí, hasta la hora del té.

-Claro…

-La flauta la apunto por la mañana y la guitarra por la noche.

-Buf… Hipólita, no vas a tener un momento de descanso, no te obsesiones con tocar dos horas todos los días.

-Si no hago así no avanzo, Prince, en el colegio no tendré profesores.

-Bueno…

Hipólita apuntó.

-Voy con el viernes, mañana con Sophie, tarde de visita a Diagon y a mis abuelos paternos, es el día que mi tío sale más temprano de trabajar.

-Claro, como la semana pasada.

-Claro, y como mañana, pero mañana iré a Diagon por la mañana porque ya no voy con Sophie, ya he estado hoy. Sólo la llamaré por Red Flu para decirle lo de canto y contrabajo.

-Muy bien.

Hipólita apuntó.

-La flauta ya la habré tocado con Sophie por la mañana, guitarra por la noche – lo apuntó también - ¿Qué me falta?

-Dos horas más de trabajo con Remus, habías apuntado seis y llevas cuatro.

-Buf… Tener que liarlo el sábado…

-Pues las haces conmigo, comnigo, a mí no me importa.

-¿Seguro?

-Seguro.

-¿Podemos empezar ya este sábado, aunque sea una hora? De lo contrario voy a olvidar todo lo que me explicó Ariel de Aritmancia el martes.

-Claro que sí. ¿A qué hora te va bien?

-Cuando puedas tú, Prince.

-No lo sé todavía, pero puede que después de almorzar pase a hablar con mi madre.

-Vaya…

-Ya va siendo hora.

-De cualquier modo, yo este sábado voy con mis primos.

-Bueno, pues cuando acabes pasas por aquí, estudiamos Aritmancia un rato y cuando terminemos vamos a casa de Jack.

-Vale.

-Apunta esas dos horas conmigo el sábado por la tarde.

-Genial, también flauta y guitarra, y el domingo al volver de la playa - Hipólita apuntó - ¡Lo tenemos! Por los pelos pero me da tiempo a todo.

-Estupendo.

-¡Ah! Antes de que lo olvide, una idea que hemos tenido Lily y yo. Hay que decirle al viejo que nos dejen escribir en Hogwarts con folios, bolígrafos y lápiz en lugar de con pergamino y tinta.

-Claro…

-Hay que decírselo antes de que manden la carta de material escolar de este año a los alumnos.

-Se lo diremos. Alice va a tener reunión urgente con él los próximos días.

-Ya, ya me ha dicho Lily que le habíais escrito, pero no para qué. Ya me lo contarás cuando puedas.

-Claro, cariño, ya te lo contaré. Ahora vámonos a dormir, todos estamos cansados.