Prólogo

En una calle totalmente desolada, con algunos coches abandonados a su suerte, una chica, de baja estatura, pelo corto castaño recogido y los ojos cubiertos por el felquillo, avanzaba con mucha cautela, asustada y en el más estricto silencio.

El mundo había cambiado drásticamente, aquel lugar, donde la chica había nacido y crecido había sido tomado por unas horribles criaturas.

-Graaaaaghh!- Gruño una de ellas, oculta en un callejón, haciendo que la chica asustada diera un pequeño grito y arrancara a correr. Recordando nuevamente el día en que todo inició, el día en que esos espantosos monstruos aparecieron.

-Flashback—

-¡Adiós, mamá!- Dijo alegremente la chica, con el pelo más largo, llegándole a la cintura y sus ojos totalmente descubiertos, revelando así su hermoso color azul.

-Cuídate de camino a la escuela, querida- Dijo la madre de la chica, una mujer con el pelo corto castaño y unos ojos igual de bonitos que los de la chica, con preocupación.

-¿Por qué? ¿pasó algo?- Cuestiono confundida la muchacha

- Dijeron que hay una protesta. Lo escuché en las noticias esta mañana- Explico, aun preocupada la mujer.

-La escuela no dijo nada.- dijo revisando su teléfono - Debería estar bien.- Acabó con una sonrisa de oreja a oreja.

- Tienes razón. Hubiesen avisado si algo ocurría.- Dijo la mas mayor, devolviéndole la sonrisa a su pequeña- A alistarse para el trabajo entonces.- Exclamo llena de energía, haciendo estallar a su hija en risas.

- Oh, casi se me olvida, mamá- Comento la pequeña castaña

-¿Qué, querida?- Pregunto llena de curiosidad la madre.

- Salgamos a cenar esta noche. ¡A un lugar bonito!- Dijo llena de energía la chica, dando un saltito y alzando un pulgar, con una ligera sonrisa en la cara.

- De acuerdo, ha pasado un tiempo desde que comimos fuera.- Acepto la madre mirando con cariño a su hija, mientras está llena de felicidad salía por la puerta de casa.

"¿una protesta? ¡No lo creo!" fue su pensamiento, cuando vio, casi llegando a la escuela junto a su amiga Clara, a un grupo de personas abalanzarse sobre estudiantes, profesores y padres, desgarrando todo lo que estuviera en su camino.

-Fin del Flashback—

No fue hasta ese momento, cuando todo colapsó, que el gobierno anunció un virus desconocido por todos los medios. Una clase de epidemia. Si eres infectado, te conviertes en un sanguinario zombi.

En su interior la chica, repasaba la información y los sucesos una y otra vez. " Los infectados están mentalmente muertos pero siguen funcionando físicamente… son una especie de muertos vivientes.""Dominados por sus poderosos instintos, lo único que quedaba para ellos era el deseo de morder a un humano vivo".

La chica salió de su escondite con cautela mirando hacia todos lados, para continuar su recorrido. "Casi morí también aquel día". Se estremeció." Aún es peligroso estar aquí fuera" Tomo aire profundamente y sigo su monologo interno "El desagradable olor del cuerpo en descomposición…. Los ojos nublados… todo ello es extremadamente aterrador. Desearía que todo fuese una terrible pesadilla."

Estaba comenzando a deprimirse, pero se abofeteo mental mente y volvió a repasar la poca información que poseía" Hasta ahora, he aprendido que… uno te infectas por contacto directo con su sangre o saliva, incluso la mordida mas pequeña puede convertirte en una bestia caníbal".

-Es horrible el solo pensar en eso- susurro para si misma- No quiero convertirme en uno jamás- siguió susurrando con determinación.

"Dos, los síntomas aparecen al cabo de una hora de la infección. Esta es una información útil." Asintió varias veces. "Por ultimo y el hecho más devastador, es que nadie sabía del origen y que el tratamiento todavía es desconocido…"Ese último pensamiento le hizo sentir terriblemente indefensa" Solo tengo que aguantar hasta que alguien encuentre una cura" Intento pensar positivamente "Pero… Tengo miedo a la muerte… También tengo miedo a quedarme sola para siempre".

Paro en la esquina de la calle, totalmente alerta. Le había parecido oír un ruido, pero al cabo de unos minutos negó con la cabeza y avanzo hacía la siguiente calle. " ¿Qué paso con los demás? No he visto una solo persona desde mi primer encuentro con un zombi de camino a la escuela… Espero que mi mamá y mis amigos estén bien…. ¿dónde están…?" Suspiro preocupada.

Había pasado todo el día huyendo de zombis." Quiero ir a casa", otro pensamiento frecuente de la muchacha "Pero sé que no puedo" Era consciente de lo peligroso que era volver hacia atrás, después de todo, su casa quedaba bastante cerca del centro, donde la mayoría de zombis estaban dado el flujo de gente a esas horas. Dado eso, la chica había estado escondiéndose en casas vacías, moviéndose de un lugar a otro cada día, como una nómada."¿Por cuánto tiempo tengo que vivir así?" se preguntaba suspirando de nuevo.

-La comida se me está acabando- Dijo mientras revisaba su mochila- Debería encontrar algo de comer pronto- Comento al aire.

Sonrió al darse cuenta de que había vuelto hablar consigo misma en voz alta, era curioso como ni en el fin del mundo era capaz de mantenerse callada.

Atentamente miro todos los edificios, encontrando al fin un ansiado supermercado. Estaba en una zona que no conocía, por lo que ver la tienda, hizo que se sintiese aliviada momentáneamente.

Con mucha cautela, se dirigió a su objetivo, observando sus alrededores muy atentamente, y una vez delante de la tienda, paso a fijarse en el interior del lugar."Está todo muy silencioso" pensó con sospecha "Debería estar bien, pero algo no acaba de ser como debería" Siguió "bueno, tampoco es como si tuviera otras opciones" suspiro pesadamente, entrando en el lugar.

Agarrando la correa de su mochila firmemente, la chica entro con pasos lentos y lo más silenciosos posibles a la tienda. No había luz, por lo que estaba bastante oscura, aun siendo de día. Habían varias manchas de sangre en el lugar, las cuales ignoro y fue hacía un pasillo cercano a la entrada.

"La comida es lo más crítico en esta situación" pensó mientras revisaba el estante. Para ahorrarse tiempo, barrió dicho estante con sus brazos y empezó a meter todo en la mochila tan rápido como pudo. Los ojos le brillaron ligeramente. Había encontrado galletas y chocolate, lo cual agradecía profundamente.

Antes de cerrar su mochila miro a su alrededor

-¡Hoy es mi día de suerte! Tal vez puedo mirar por el lugar un momento y encontrar algo útil- murmuro entusiasmada por la idea, mientras giraba por una esquina oscura-…..!- De repente la realidad la alcanzo.

-Graaaaaagh- Gruño un zombi no muy lejos, mientras la muchacha empezaba a retroceder.

"Dios…¿Qué estaba pensando?" Se recrimino " El olor asqueroso… No debe andar lejos" Ahora estaba completamente alerta. Escucho un ruido, mezclado con un gruñido y se giro lo mas silenciosamente que podía para ver de donde procedía el sonido.

Aterrada vio un zombi tambaleándose no muy lejos de ella, podía escucharlo crujiendo huesos y apretando sus colmillos.

-¡Oh, no!- murmuro, dándole una señal al zombi, el cual rápidamente se acerca hacia ella.-¡Aaaaaah!- Reacciono la chica al fin, moviendo sus piernas para huir tan rápido como podía, intentándose alejar de aquel ser busca-carne.

Lamentablemente, no podía correr la suficientemente rápido debido a todo lo que había en el suelo.

-Alguien…- Susurro- Por favor….- Hablo más alto esta vez, entrando en pánico- ¡Ayudaaaaa!- Grito desesperada, con la mente en blanco. Había repasado situaciones similares en su cabeza, pero todo fue en vano, estaba tan aterrada que ni siquiera sabía hacia donde se dirigía, solo corría por su vida. Con el corazón palpitando como loco, de repente la chica escucha una fuerte voz.

-¡ Por aquí!- La joven confusa, se dirige hacia la voz- ¡Rayos!- Escucha la misma voz a su lado, maldiciendo, para seguidamente escuchar un golpe seco y ver al zombi colapsar a su lado, mientras que un joven bastante alto, de cabello oscuro y ojos claros, sujetaba un pesado bate de beisbol. Confusa intenta asimilar lo que está ocurriendo a su alrededor.

-¿Estás bien?- Pregunto otro chico, este de cabellos plateados y ojos lilas.

-…- Lo miro fijamente- Eh, ¿Quién…. Eres?- Pregunto a su vez la castaña algo aturdida. Pero el chico no dijo nada, tan solo le extendió la mano con una sonrisa amable en el rostro, haciendo que la chica se confundiera más.

- ¿No deberías deberías decir gracias primero?- gruño otro chico. Tenía el pelo claro, pero el color de sus ojos apenas era visible debido a que iba cubierto con una gorra y una capucha, creando una sombra bastante extraña, pero se podía apreciar un ligero color achocolatado.

-Olvídalo. No hay tiempo- Apareció otro chico mas, este de un increíble pelo rojo y ojos ámbar, llevando consigo una tubería como arma.- Tenemos que movernos- Dijo con apuro mientras se mantenía en guardia.

El chico del bate de beisbol asintió, alerta, observando el lugar, para ir avanzando con seguridad hacia la salida, acercándose a la claridad que entraba en la tienda, dejando ver el color aguamarina de sus ojos con claridad.

-¿Estás lastimada?- Llamo la atención de la joven de cabello castaño, con lentes y ojos castaños, bastante alto, mientras le miraba preocupado.

Aun aturdida, la chica los siguió fuera de la tienda, saliendo primero el chico del bate y por último el chico de la tubería.

-Sigamos. Podrían venir tras nosotros- Dijo el de gafas.

- Creo que ya están tras nosotros- Contesto aburrido el chico de la gorra, señalando con la cabeza una horda de zombis que se abalanzaba contra ellos.

-¡Maldición!¡Corre!- Ordeno el pelirrojo, al tiempo que el chico de cabellos plateados tomo la mano de la muchacha y empezó a correr, haciendo que ella no queriendo retenerlos corriera con todas sus fuerzas.

Estaba sin aliento y algo mareada, pero al sentir la calidez de la mano que sostenía la suya, se sintió feliz. Se sentía viva, acompañada… Aunque estuviera corriendo por su vida con unos chicos que jamás había visto.


Y hasta aquí el prologo, espero que me haya quedado bien y os resulte fácil de leer.

Para cualquier cosa ya sabéis, comentar y yo contestare ^^ realmente me gustaría saber vuestra opinión ^^