Nos encontramos en el cielo, hogar de Dios y los angeles, estos sirvientes tienen diferentes tareas dependiendo de que tipo de ángel sea, en el caso de Kazama Tooru es un ángel de la guarda, su misión es cuidar a un humano que se le es asignado y hasta su muerte no se puede separar de él, esta vez sería el ángel de la guarda de un chico llamado Ansel, hoy nacería ese niño por lo que tiene que bajar al mundo humano.
Se despidió de los otros ángeles y bajó a cumplir su misión, a Kazama le encanta hacer su trabajo, aunque implicara tratar con humanos que no seguían sus consejos o sufrir porque su humano tiene problemas, a pesar de eso, ama hacer su trabajo.
Ansel nació en Inglaterra, con unos padres muy amorosos y con dinero. Kazama seguía a la mamá con el bebé todo los días y todo el tiempo con la intención de protegerlo, ese era su trabajo.
- Vaya, que linda familia forman.- mencionó para sí mismo con una sonrisa, ese bebé de repente ya cumplía un mes de nacido, pasó el tiempo muy rápido o así lo sentía Kazama.-
- Ojalá haber nacido en una familia con dinero, odio mi trabajo.- dijo y suspiró.-
- Es verdad, sería interesante vivir esa experien...- dijo Kazama y al último momento gritó al darse cuenta que había alguien a su lado.- ¿Q-Quién eres tú?.- preguntó asustado, y sabía que no hacía falta preguntar, los cuernos en su cabeza y los ojos rojos lo decían todo.-
- ¿Yo?.- preguntó señalándose.-
- ¡Idiota, por supuesto que sí!¡Eres el único que está aquí conmigo!.- le gritó.-
- Ah, lo hubieras dicho antes. Soy Nohara Shinnosuke, ¿y tú?.- dijo tendiéndole la mano.-
- Soy Kazama Tooru, un gusto.- dijo con una sonrisa y estrechando su mano con la de Shin, pero al siguiente segundo reaccionó y se soltó del agarre.- ¡No me refiero a eso, sino a tu especie!.-
- ¿Especie? Ah, soy un demonio, sirviente del Diablo.- dijo por fin asustando un poco a Kazama.-
- ¿Qué quieres? No dejaré que te acerques al bebé.- dijo con firmeza mientras veía de reojo a Ansel en los brazos de su madre tomando de su leche.-
- Woo, que angelito más valiente, lo siento pero tengo trabajo aquí, si no lo hago me castigarán.- dijo resignado.-
- ¡¿Y a mi que?!... en fin, no te acerques al bebé o te las verás conmigo.- le advirtió.-
- Ay, relájate, tienes una cara muy bonita como para arruinarla con arrugas.- dijo posando la palma de su mano en su propia barbilla. Kazama se sonrojó.-
- Que tonterías dices, estúpido demonio.- susurró molesto por reaccionar a las palabras de un sirviente del Diablo.-
- Solo te estoy dando un consejo.- dijo y de repente escucharon al bebé llorar.-
Kazama se acercó lo más rápido que pudo, la madre de Ansel lo cargaba en brazos meciéndolo para que dejara de llorar.
- Tranquilo, Ansel, no hay razón para llorar.- le habló mientras hacía uso de su magia para sosegar al bebé, este comenzó a reír feliz, Kazama sonrió.-
- Vaya, pensé que eras un ángel de cuarta, pero al parecer eres bastante bueno en lo que haces.- comentó Shinnosuke al lado de él y Kazama lo alejó del bebé.-
- No sé si tomarme eso como un cumplido o como un insulto... pero lo importante, ALÉJATE DEL BEBÉ.- dijo haciendo énfasis en las últimas palabras.-
- Está bien, está bien, pero de todos modos tengo mis motivos para no irme.- dijo Shinnosuke con fastidio.-
- ¿Cómo cuáles?.- preguntó Kazama con los brazos cruzados.-
- Tú.- dijo haciendo sonrojar a Kazama otra vez.-
- ¿Qué?.- pregunto desconcertado.-
- Naaah, la verdad es que si el Diablo me ve llegar sin haber cumplido mi misión me matará.- dijo con fastidio.-
- Idiota.- dijo mientras pensaba que ni siquiera sabía si se lo decía a ese demonio o a él mismo por creerle.-
El día continuó normal para todos, excepto Kazama, quien hacía todo lo posible para que el demonio no se acercara al niño, al final del día terminó agotado, se apoyó en la cuna del bebé ya que también debía cuidar su sueño.
- Haz trabajado mucho hoy, ¿no?.- dijo Shinnosuke sentándose a su lado.-
- ¿Y de quién es la culpa?.- preguntó molesto mientras se alejaba de él.-
- Bueno, yo pensé que podríamos ser amigos.-
- Nunca seré amigo de un demonio.- dijo con desprecio.-
- ¡¿Ehh?!.- exclamó.- ¡Que cruel eres, Kazama!.-
- ¡Claro que no! Así es como debe ser, no quiero relacionarme con el mal.- suspiró cansado de llevarle la contraria todo el día.- Ustedes no tienen sentimientos.-
- Oye, que cruel, por supuesto que tengo sentimientos, cuando el Diablo me castigaba por no cumplir bien mis misiones me golpeaba hasta sangrar, le tengo mucho miedo.- admitió.-
- ¡No hablo de esa clase de sentimientos!.- le gritó y suspiró.- hablo de buenos sentimientos, como el amor.-
- Tenemos la lujuria, es parecido ¿no?.- preguntó cómo si fuera lo obvio.-
- ¡No!... es totalmente diferente.- aclaró ante la atenta mirada del demonio.- Cuando sientes amor el corazón se acelera, sientes emoción al ver a la persona que amas, quieres hacer cualquier cosa para que esa persona sea feliz... un demonio como tú no lo entendería.-
- Woo, entonces ¿te has enamorado alguna vez?.- preguntó con curiosidad.-
- B-Bueno... no, pero los ángeles sentimos mucho aprecio por Dios, haríamos cualquier cosa por él.- le explicó.-
- Woo, woo, así que no tienes idea de lo que es el amor.-
- ¡Claro que lo sé! Es algo que se nos explicó cuando fuimos creados, sabemos de sobra como es el amor incondicional por alguien.-
- Pues... que extraño, si no has experimentado eso, no creo que lo sepas... a diferencia de ti, yo ya he experimentado la lujuria o eso creo, me gustan mucho las chicas guapas y siempre las sigo.-
- Más que lujurioso, pareces un acosador.- le dijo con desagrado.-
- ¿Es lo mismo no?.-
- ¡Que sé yo!.-
De repente el bebé comenzó a llorar, Kazama se levantó para verlo, gritó al ver que este tenía muchas sombras de manos agarrándolo, puso las manos en la cabeza del niño tratando de ahuyentar las malas energías que le rodeaban.
- Woo, esas son muchas manos, Luci se lo está tomando enserio.- dijo Shinnosuke apoyándose en el respaldo de la cuna. "¿Luci?" Pensó Kazama extrañado de que ese demonio le pusiera un apodo a alguien tan peligroso como el Diablo.- Ten cuidado, te van a comer.- le advirtió al ver que las sombras comenzaban a subir por el brazo de Kazama.-
- ¡¿Y quién me está distrayendo?!.- gritó y lo pateó, se concentró en su trabajo alejando las malas energías.-
- Woo, Luci tendrá muchos problemas por tu culpa.- le comentó al regresar a su posición inicial.-
- ¿De qué hablas?.- preguntó ya agotado de tanto gritar.- En fin, no importa, al menos ahuyenté las energías malignas.-
- Hablo de que el Diablo tiene la atención puesta en este niño, ¿sabes que los padres de este niño no son religiosos?.- le preguntó directamente, Kazama sorprendido negó.-
- Ahora que lo dices, no los he visto nunca comunicarse con Dios a través de un Ángel Guardián.- meditó sobre ello.-
- Eso es porque de alguna manera nacieron sin ángeles guardianes, tal vez uno de sus antepasados hizo magia negra y Dios decidió abandonarlos por un tiempo.-
- ¡Eso es imposible, Dios jamás haría eso!.-
- Claro que sí, lo dice en su libro que castigara a cualquiera que vaya en contra suya, así que los dejó sin ángeles.-
- Entonces ¿cómo explicas que yo este aquí?.-
- Que sé yo, hombre, tal vez se dio cuenta que para Luci este niño es un candidato perfecto para ser su hijo y eso lo pondría en problemas.- explicó como si fuera lo obvio.-
- ¡¿Su hijo?!.- gritó sorprendido.- ¡No, no, eso no puede pasar!.-
- Ay, no grites tanto que me dejas sordo.- dijo tapándose los oídos.- No puedes hacer nada contra eso, mi misión es vigilar al niño hasta que Lucifer venga a buscarlo.-
- No puedo permitir algo así.- susurró apretando sus puños.-
- ¿Que no puedes qué?.- preguntó al tener los oídos tapados.-
- ¡Que no puedo permitirlo, so burro!.- gritó para luego suspirar.- Me tienes harto.-
- En fin, ya te lo he dicho, no puedes ir en contra del Diablo siendo un simple Ángel, aunque seas bueno en lo que haces Luci te eliminará, te lo digo porque me preocupo por ti.-
- Aunque sea así, mi misión es ser el Ángel de la Guarda de este niño y debo cumplir mi misión.- dijo decidido.-
- Woo, woo, que valiente eres, Kazama.- le aplaudió.-
- Deja tus tonterías, por favor, y ten claro que somos enemigos.-
- Ah, claro, lo había olvidado al perderme en el azul de tus ojos, Kazama.- dijo coqueto haciendo sonrojar al ángel.-
- Calla.-
El tiempo pasó, cada día Kazama cumplía su misión cuidando a Ansel de las sombras que le acechaban, Shinnosuke por su lado solo observaba y molestaba al oji-azul sin parar. Pronto ambos se llevaron bien dentro de lo que cabe, Kazama descubrió que Shinnosuke tenía aunque sea un poco de bondad en su interior, Shinnosuke por su parte estaba cautivado desde el primer momento por la belleza de aquel ángel, le divertía mucho hacerle enfadar, quería toda su atención y le apreciaba por todo el tiempo que estaban pasando juntos.
- Shinnosuke, deja de dar vueltas por la casa, estoy leyendo.- dijo concentrado en su lectura.-
- ¿Qué tanto lees?.- preguntó y se sentó a su lado, ambos estaban sentados en el sofá de la casa, el niño se quedó a cargo de la nana, por lo que tenían la libertad de hacer otras cosas por el momento.-
- La Biblia.- dijo con simpleza.-
- Que aburrido, la Santa Biblia es un dolor de culo.-
- Esa no, idiota, La Biblia Satánica.-
- Woo.- exclamó con interés.- ¿Qué haces leyendo eso? Eres un ángel.-
- Sí sé que soy un ángel, idiota... solo estoy cuestionándome algunas cosas.- explicó mientras pasaba la página.-
- ¿No es peligroso para ti cuestionar a Dios?.- preguntó algo preocupado.-
- No creo... Dios nos da libre albedrío mientras no le traicionemos, si me expulsara solo por cuestionarle me sentiría muy decepcionado.- dijo con tristeza.-
- Tranquilo, si eso pasa, te puedes ir conmigo al infierno.- le ofreció.-
- ¡¿De verdad?!.- dijo emocionado para luego recuperar la compostura.- No creo que sea buena idea... el infierno no es lugar para un ángel.-
- Claro que sí, los primeros sirvientes del Diablo fueron ángeles, y el mismo Lucifer fue un ángel muy hermoso antes de traicionar a Dios.- explicó.-
- Ya, pero...-
De repente un terremoto movió la casa, Shinnosuke sabía que era, Kazama sin tener idea de nada se asustó y abrazó al demonio sin pensar.
- Tooru~ que fogoso eres~~.- dijo coqueto.-
- C-Calla, solo me estoy sujetando.- dijo avergonzado.-
La casa se llenó de sombras y en medio de la sala apareció en el suelo un círculo completamente rojo, de ahí emergió el Diablo con unos cuernos enormes, cola y su tridente. Kazama se sintió intimidado, pero debía proteger al bebé, salió corriendo en dirección al cuarto del segundo piso donde sabía que estaba Ansel.
- ¡Kazama, espera!.- gritó mientras el Diablo le tocó el hombro dándole a entender que su trabajo estaba echo.- Luci, no lo mates.-
- Lo siento, mocoso, se está metiendo en mi camino.-
- ¡Luci!.- gritó mientras el Diablo subía las escaleras, corrió para llegar antes que él a la habitación. Cuando llegó el bebé estaba en la cuna y Kazama custodiando el lugar.- ¡Kazama, para! Te dije que no podrías solo con esto.-
- Yo confío en que Dios vendrá.- luego de decir eso una luz blanca y deslumbrante apareció, era Dios.-
- He llegado, yo me encargaré de los entes del mal.- dijo él Kazama le sonrió hasta que se dio cuenta que apuntaba con el dedo a Shinnosuke.-
- ¡E-Espera!.- dijo Kazama poniéndose delante de Shin.- No le hagas daño, mi señor, él no ha echo nada malo.-
- Vaya... que decepción, que cosas te habrá metido en la cabeza ese demonio.-
- ¡No me metió nada en la cabeza!.-
- Tal vez sí por el culo.- habló Shin.-
- ¡Calla, idiota, que trato de defenderte!.- le gritó sonrojado para luego enfrentar a Dios.-
- ¿Estás consciente de que me estás traicionando?.-
- No considero una traición ayudar un amigo... además yo cumplí la misión que me diste.- dijo con decepción pero firmeza en su voz.-
- Aún así, eres un hereje.- le apuntó a Kazama listo para lanzar un rayo de luz cuando de repente el Diablo llegó y desvió el ataque.-
- No deberías alarmarte tanto, al final todos terminan cuestionando tu doctrina.- dijo Lucifer, Dios frunció el ceño.-
Kazama sabiendo que se desataría una batalla tomó al bebé y escapó junto a Shinnosuke, esperaron en la planta de abajo.
- ¿Dónde quedó la nana?.- se preguntó Kazama.-
- Probablemente Luci la noqueó, mira ahí está.- señaló al sofá de enfrente, la señora estaba sentada ahí, pero inconsciente, Kazama suspiró agotado por tantas emociones recientes.-
- No quería que sucediera esto, y Dios me trató de hereje...- dijo con tristeza.- Shinnosuke, ¿crees que le hará daño a Ansel ser llevado por el camino del mal?.-
- Woo, eso no lo sé, pero no lo creo, al final yo la paso bien ¿sabes? Y soy un demonio.-
- Pero es diferente un demonio a un humano destinado a ser el hijo del Diablo...-
- No te preocupes, estará bien.- le dijo con seguridad y Kazama sonrió confiando en su amigo.-
Dios y el Diablo discutían entre ellos, más que pelear fue una discusión sobre quién se quedaría al bebé, el Diablo terminó ganando. Kazama lo supo desde el principio, lo que hizo Dios no fue muy bueno, menos enviar a un ángel a pelear solo contra un demonio y el mismísimo Lucifer.
- Kazama, volvamos.- dijo Dios derrotado, no quería entregar al bebé a las garras del mal, sería un problema más adelante, pero Lucifer le ganó esta vez.-
- No quiero.- susurró.-
- ¿Qué?.- preguntó molesto, Kazama se sintió intimidado pero no paró.-
- ¡Que no quiero! Esto es una estupidez, me trataste de hereje y además arreglas los problemas jugando ajedrez.- dijo mientras señalaba al Diablo que guardaba el tablero.-
- Tranquilo, Kazama, al menos todo se arregló.- dijo Shinnosuke tocando su hombro.-
- ¡Solo para ti, idiota!.-
- Está bien, si eso quieres, te expulsaré del cielo, desde ahora serás un Ángel caído.- dijo y se marchó dejando a Kazama pasmado y con los ojos llorosos.-
- Parece que te echaron del cielo.- comentó Shin.-
- No tienes porque decirlo.- dijo frunciendo el ceño y suspiró.- supongo que me iré por ahí.- dijo y Shinnosuke le tendió la mano.-
- Vamos, hombre, no seas dramático, te dije que vendrías conmigo al infierno.- dijo haciendo que Kazama lo viera con ojos llorosos.-
- ¡Shinnosuke!.- le abrazó mientras sollozaba.-
- Ya, ya, calma.- dijo mientras reía, la cercanía con el ángel le ponía nervioso.- Tooru~ que me da vergüenza montar una escena indecente aquí~.- dijo y Kazama se alejó avergonzado.-
- N-No pretendía hacer algo más, cochino.-
- Vamos, Kazama y Shinnosuke, debemos irnos.- dijo mientras terminaba de implantar la semilla del mal en aquel niño que sería su hijo. Dejó al bebé de casi 6 meses en el regazo de la nana que estaba tirada en el sofá, de inmediato comenzó a despertar.-
- Vaya, que bueno que la señora está bien.- dijo con una sonrisa, Shinnosuke lo agarró de la mano y lo jaló hasta el agujero rojo que, por cierto, no era visible para el ojo humano de la nana. Kazama se dejó guiar por Shinnosuke hacia su nuevo hogar, donde vivirían juntos para siempre como sirvientes de Lucifer.-
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