Capitulo II

Kyo caminaba por las calles de la ciudad eran como las diez de la noche, era un buen momento para ir al bar de King a beber algo. Algunos estaban en el bar, pero a Kyo no le importaba, deseaba estar solo.

- ¡Bienvenido Kusanagi! - Dijo King sonriéndole tras la barra.

- Hola King - la saludo el.

- ¿Qué te sirvo?

- Lo de siempre. - contesto y miro un poco el lugar y vio en una mesa alejada a su amiga psíquica con un acompañante.

- Vaya, al fin le hizo caso. - le dijo King viendo a Jhun con Athena. –Pero no creo que tenga buenas intenciones con ella.

- ¿Porque piensas eso?

- No lo sé, creo que deberías cuidar a tu amiga.

–Ella sabe cómo cuidarse King. - le aseguro el.

King, lo miro extrañada y después volvió sus ojos a la joven chica, que estaba sobre la mesa, cubriendo su cabeza con sus brazos muy triste.

Ella sabía que no era debido al alcohol, su aspecto, porque ni siquiera había tocado su copa. Bajo sus hermosos ojos lilas claro se dibujaban unas oscuras ojeras, mientras que el rubio solo la veía como si fuera un pedazo de carne.

- Princesa. Tómatelo y te sentirás mejor - Le dijo Jhun, con insistencia, sabiendo que dentro de esa bebida había, mezclado momentos antes un fuerte afrodisíaco.

Jhun siempre había sido un oportunista, interesado solo, en él mismo y en lo que deseaba, incluyendo personas. Y esta vez no iba a desaprovechar la oportunidad de tener algo, que siempre había deseado. No ahora que lo tenía en sus manos.

Athena miró al rubio, a través de sus mechones lilas, Jhun le sonreía con hipócrita amabilidad, Athena sabía que no debió aceptar su invitación.

- No gracias, quiero irme a casa - Murmuró ella con voz entrecortada.

- Solo un poco, vamos. - Insistió.

Entonces se incorporó y tomo el vaso entre sus manos, para beberlo.

Jhun sonrió entonces con malicia. Un gesto que no paso desapercibido por Kyo, quien estaba mirando detenidamente mientras bebía su copa.

Casi a los cinco segundos sintió que su cabeza daba vueltas, y su cuerpo ardía como si tuviera la peor fiebre del mundo.

- Creó que me siento un poco mal - Dijo Athena sujetando su frente con ambas manos.

Pero Jhun solo sonreía, acercándose a ella.

- No te preocupes, pronto te sentirás mejor - Le dijo mientras deslizaba su brazo por su cintura, para atraerla junto a él.

Ella quiso empujarlo, pero las fuerzas le fallaron.

Después de todo se nublo.

Sintio un suave calor que la envolvía, que la llevaba en brazos, era Kyo .. su Kyo .. Era como un sueño, pero hizo un esfuerzo por besarlo y al hacerlo se aferró a él rodeandolo con sus brazos el cuello del Kusanagi.

–Tu me quieres ¿Verdad?

¿Tan desesperada por amor estaba ?. Kyo abrió los ojos sorprendido, e iba a apartarla de él cuando ...

- No me rechaces ... por favor no me rechaces ... - Dijo ella, casi en un gemido. - Déjame estar contigo aunque sea solo por esta noche ... después, puedes dejarme si quieres.

Kyo enmudeció de pronto, pero no tuvo el valor de alejarla, el alcohol también le había hecho efecto, ademas que ella era una mujer muy bella y atractiva, deslizo su mano por su espalda atrayéndola contra su pecho, con una fuerza tal, que Athena se quedo sin aliento por un momento.

Kyo comenzó a desnudarla, mientras sus labios recorrían sus pechos, mientras que la chica lanzaba incontenibles gemidos de placer, causados por el afrodisíaco, o por estar con el amor de su vida.

Así comenzó a sacarles sus prendas o eso intentaba hacer, entre besos y caricias Kyo la tomo entre sus brazos, para poder tenerla sobre ella, Athena sintió que todo era como algo irreal como si fuera un sueño al sentir a Kyo en su interior, fue algo punzante aferrándose aún más a él y poco a poco fue sintiendo el placer, su primera vez, fue como siempre lo imagino con quién sería. Su calor sus besos, su olor característico.

Su corazón latió de prisa, sus mejillas se enrojecían cuando sintio que Kyo eyaculaba dentro de ella, su cabeza giraba sin control escuchando el gemido de aquel joven tan atractivo que disfrutaba aún más que ella. Esa noche fue muy larga pareciera eterna y así deseaba que fuera para siempre.

Eran como las ocho de la mañana cuando Yuki estaba fuera del departamento con la vista fija en la puerta, iba a regañar a Kyo por haberla dejado plantada en pleno ensayo con el padre de la iglesia, pero vio que se seguía ahí.

- No puede ser, ese inconsciente otra vez dejo la puerta abierta. - Exclamó Yuki sacudiendo la cabeza y entrando.

Ella camino entonces impaciente, en la sala, sin saber si ir a golpear a Kyo por hecho olvidado algo tan importante para ambos o por dejar la puerta abierta de par en par.

Finalmente detuvo sus pasos al pisar una vincha, con un símbolo conocido. Ella lo tomó en su mano. Sus ojos se abrieron como dos enormes platos, de par en par.

Es la vincha de Athena ..

El símbolo de la estrella.

Casi al instante, como si le quemara, lanzo la vincha al suelo, y corrió a la recamara.

- Ky ... - Abrió la puerta y enmudeció.

Sus ojos azules obscurecieron. Al ver la escena que se presentaba ante ella, Kyo y Athena dormidos abrazados tan plácidamente.

- ¡¿Es que te has vuelto loco ?! -Grito Yuki despertando a ambos.

Athena abrió los ojos y se incorporo un poco, al verse sorprendida por Yuki.

- ¡¿Qué significa esto?! - Exclamo una enloquecida mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. - ¡¿Contesta ?!

Kyo rápidamente se colocó el boxer mientras que Athena se cubrió con las sabanas, tapando su desnudez.

- Yuki, en verdad lamento yo ..

- ¡¿Qué lo lamentas ?! - Dijo Yuki incrédula. El se colocó el pantalón y se acerco a ella– Te acostaste con Athena unas pocas semanas de nuestro casamiento.

–No habra casamiento Yuki - le contesto el bajando su mirada.

Yuki le dio una bofetada llena de furia, pero el ni siquiera se inmutó, las lagrimas comenzaron a brotar de sus preciosos ojos azules.

- Yo soy tu prometida. Tu novia. ¿Vas a dejarlo todo por un desliz? ¡Se que fue ella quien te obligó a acostarte con ella! ¿No es así? ¡Maldita zorra !.

Athena sintió que moría, al oír eso, ella no era lo que decía ella, solo una mujer enamorada de su mejor amigo ¿Acaso eso era algo ilegal? Yuki ni siquiera la consideraba una amiga.

- Por favor Yuki, vete ... - Dijo Kyo comenzando a molestarse.

–¡No puedes hacer esto! - Yuki comenzó a llorar desconsoladamente - ¡Yo soy tu prometida. Si cancelas nuestro casamiento le diré a tu padre lo que has hecho.

- ¡Ya basta! - Gritó con fuerza Kyo - vete por favor Yuki.

–¡Te vas a arrepentirás! - Dijo Yuki lanzándole una mirada asesina a Athena, antes de dejar la habitación.

Kyo y Athena se miraron no sabían cómo reaccionar a la situación, Athena veía el arrepentimiento en los ojos del Kusanagi, se sent humillada, había dormido con Kyo a vísperas de su casamiento.

- Debo irme. - dijo ella caminando hacia el baño a lo que Kyo solo se limito a observarla.

Para nada estaba arrepentimiento de lo sucedido anoche, si de haberle causado un gran dolor a Yuki pero de todos modos el no podía casarse con ella, ya lo había tenido decido hace tiempo, Athena solo fue un insentivo más a su desicion.

Recordó claramente el torneo KOF'97, cuando luchaba y siempre estaba su mejor amiga animandolo, era la imágen perfecta, su sonrisa y su mirada brillante cuando el ganaba a pesar de su arrogancia, se sentiá afortunado de tener a alguién como ella, no solo era su mejor amiga, sino su compañera de escuela, su confidente ya veces se comportaba como su madre cuando reprobaba un exámen regañandolo como si fuera un niño, lo habia aceptado como uno mas de sus amigos, el mejor amigo.

Fue támbien cuando todos se reunieron al final, Chizuru le habia pedido pelear contra Orochi, le dijo que era su deber por ser el futuro lider de su Clan, Kyo no queria pelear, pero no tenia opción, el destino del mundo estaba en juego además habian secuestrado a Yuki El rumor entre los peleadores no tardo en llegar a oidos de Athena, que una batalla se desataria y que Kyo pelearia contra ese dios, algunos lo animaban, otros lo ignoraban pero ella sintió que era su deber estar con el, fue ahí que el mundo se vino abajo para ella, tenia un mal presentimiento, no queria que Kyo fuera lastimado o peor aún, no dudo en acercarse a el.

- Kyo. -hablo ella viendo como el Kusanagi la miraba fijamente. —Quiero pelear a tu lado. Quiero pelear también contra ese dios.

- No. -fue su sola respuesta sin dejar que ella se explicara sintiendo un nudo en la garganta. Kyo la observaba enfurecido, como si aquella idea fuera lo más tonta del mundo. —No sabes lo que dices, olvidalo.

- No dejaré que te arriesgues asi ¡Dejáme ayudarte! -exclamó ella apretando sus puños dando un paso hacia Kyo.

Lo que sintio después Athena fue la mano de Kyo en su me tomandola por sorpresa, ella lo miro a los ojos dolida y este seguia viendola con seriedad pero con una extraña expresión, este se acerco más y más, que ella podía sentir su respiración sonrojandose al percibir la calidez de la respiración de Kyo en sus labios. Pero cuando parecía que se rozarían, el joven Kusanagi se apartó, acercando sus labios al oído de ella.

- Nunca dejare que te lastimen. -le susurro Kyo deslizando una mano por la cintura y detrás de la espalda de Athena, ambos se encontraron en un abrazó, ella sentiá que era una despedida, queria hablarle de sus sentimientos.

- Kyo ... yo ... tengo que decirte ..

- Shhh. -el la apartó con cuidado con una sonrisa le pusó un dedo en sus labios mientras que con la otra mano le dejaba algo en la mano de ella, es que era una piedra roja que la psíquica le habia obsequiadó en su cumpleaños. —Nos vemos, Atenea.

Se echo a correr dejandola sola y confundida, sus ojos se llenaron de lágrimas callendo al suelo de rodillas, escuchando una explosión en el estadió y los gritos de miles de personas que corrian por sus vidas.

Athena había salido del baño y sin decir nada se fue del departamento, Kyo no tuvo valor para detenerla, primero debía hacer lo correcto.

Había pasado una semana, ahí estaba el en frente de sus padres en la mansión Kusanagi. Los tres sentados en la sala.

–Y bien, Kyo ... -murmuró Saisyu mirando fijamente a Kyo. Su mamá tambien estaba presente.

- Ya Yuki nos contó lo sucedido con Athena. - le respondió su madre con decepción.

- Kyo te casarás con Yuki, es una orden. - le anuncio su padre con firmeza.

–Por favor hijo, ella te ama. - siguió diciendo su madre que aceptara lo que le ofrecía su padre.

–Pero yo no ... -respondió Kyo mirando hacia otro lado.

–¡Por dios Kyo, la haz engañando con una de sus amigas! –Exclamó su mamá.

–Lo se madre, ya dejé de quererla hace tiempo. -Kyo miró hacia la puerta.

- Vas a arruinar toda una tradición. Tenemos negocios importantes con su padre- hablo su padre con enojó.

- Ese no es mi problema, es mi vida.

En ese momento apareció Yuki haciéndose presente. Se veía muy deprimida.

–Kyo-chan -murmuró Yuki.

Todo fue silencio. Kyo no tuvo el valor de mirarla a los ojos. Pero fue ella la que rompió el silencio.

–¡¿Ni siquiera vas a verme ?! -exclamó Yuki con la voz quebrada -. ¿Tan poco valgo para ti?

–Yuki ... –murmuró la madre de Kyo, cubriéndose la boca con la mano.

Kyo al fin la miro enfrentando la situación de una vez para que todos sepan.

- Me enamore de Athena, lo siento.

Yuki le dió una fuerte cachetada

–Te odio ... -sollozó Yuki. - Los odio a ambos.

- No lo planee Yuki, solo sucedió

-¡No! –Gritó Yuki tapándose los oídos y sacudiendo la cabeza en negación– ¡Mi novio y mi amiga! ¿Porque fueron tan crueles?

La pequeña chica no pudo soportar más y salió corriendo.

–¡Yuki-san! -exclamó su madre, viendo a la chica salir abruptamente de la enorme mansión, bañada en lágrimas. Fue tras ella.

–¿Que has hecho, Kyo? -gruñó Saisyu.

–Lo que debí hacer hace tiempo. -respondió Kyo.

–¿Tanto amas a esa joven?

-¡Si! -exclamó Kyo sorprendido de lo dicho, lo había dicho con tanta seguridad. - Es con ella con quién quiero pasar el resto de mi vida.

–Esta bien, traela a la mansión. - le dijo su padre a lo que Kyo sonrió al parecer su padre lo estaba apoyando. –Quiero que ella me diga lo mismo.

–¿Hablas encerio?

–Eres mi único hijo, tengo que conocer mejor a la futura esposa del líder. - le contesto su padre a lo que Kyo lo abrazó, su padre contesto pasando una mano por su cabello, amaba a su hijo más que nada y haría lo que fuera para verlo feliz.

Continuará