Disclaimer: Naruto no me pertenece.
Aclaraciones: Universo Alterno | NejiTenten | Romance/Humor | Rated K+ | Tema elegido: Accidente vehicular.
MesNejiten2021 de la Secta Nejiten
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Dos: Tenten lo conoció en un accidente vehicular.
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Tenten sabía que salir cinco minutos tarde de su casa no le iba a traer tantos problemas. No si corría lo más rápido que podía rumbo a la universidad, pese a que vive bastante cerca de esta; bueno, quince minutos a pie, pero estos se redujeron por las ganas de querer dormir un poquito más.
Estaba corriendo lo más rápido que podía, algo que no le resultaba pesado, dado que desde pequeña practicaba el atletismo. Pero era consciente de que, ahora mismo, estaba siendo muy irresponsable por saltarse varios semáforos en rojo. Aunque la suerte estaba de su lado.
O al menos eso creyó.
No supo en qué momento apareció esa motocicleta, tan solo sintió el impacto en su pierna izquierda, la cual se encontraba elongada debido a las grandes zancadas que venía realizando para llegar a su centro de estudios. Fue tan solo un instante en que sintió la rueda de la moto chocando con su pierna y embestirla no muy lejos, debido a que se redujo el impacto debido a que el vehículo frenó rápido. Cubrió a tiempo su cabeza con ambos brazos, mientras rodaba por la acera. Escuchó el chirrido de la moto frenando repentinamente, a la par de los gritos horrorizados de las personas que estaban cerca. Bajó su vista lentamente hacia sus piernas, debido al dolor intenso que sentía, aunque no podía enfocar muy bien, debido a las lágrimas que se acumularon en sus ojos cafés. Se desmayó en cuanto vio un poco de sangre, pensando lo peor, sin haber visto a la persona que se le acercó.
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Neji no pensó que el día empezaría así de mal. Primero, nunca había atropellado a nadie; segundo, nunca había tenido problemas con su moto, era demasiado cuidadoso con ella; tercero y último, nunca vio tan enfadados con él a su tío y a su padre. Evidentemente, preocupados estuvieron en primera instancia al pensar que él terminó afectado en cuanto les comunicó que tuvo un accidente, pero cuando les dijo que estaba en la clínica y que estaba siendo custodiado por un agente policial, pudo sentir la ira en la voz de su progenitor. El pelilargo bufó por ello: ni siquiera fue su culpa, él sí estaba respetando el semáforo en verde. Estaba solo a una esquina de llegar a la universidad, pero esa loca se le metió en el camino, corriendo como si estuviese en una competencia olímpica.
Ya está hecho. Miró a su lado izquierdo, donde se encontraba su padre, todavía serio. Él había arreglado el asunto con el policía, alegando que se haría responsable con la joven lastimada, por lo que el sujeto solo le indicó que el proceso continuará si la afectada decidía denunciar al conductor de la motocicleta. Neji, en definitiva, abrió su boca para decir que puede apelar a ello, puesto que fue ella quien incumplió las normas de tránsito, pero su tío lo calló con solo una mirada, para luego decirle al policía que tratarán de arreglar el asunto pacíficamente apenas despierte la joven.
—Entiende que la ley siempre está a favor del atropellado, Neji.
—Sí, tío Hiashi.
—Yo te dije que no tengas una motocicleta, que es muy peligroso, ¿por qué no usaste tu carro? No sabes cuánto idiota se mete entre los carriles…
—No fue mi culpa, papá.
—¡Ni se te ocurra echarle la culpa a la chica! Cuando despierte, entras a esa habitación —su progenitor señaló la puerta del frente, dando énfasis a su palabra—, le pides tus más sinceras disculpas, le dices que no gastará absolutamente nada y que no se preocupe por nada… y, claro, le reiteras que no te denuncie.
—Yo la puedo denunciar.
Hizashi miró a su gemelo, cansado. Hiashi se puso más serio, a punto de añadir algo más, pero la puerta se abrió en el acto. El médico tratante salió presuroso, mirando a ambos lados, para luego percatarse de la presencia de dos gemelos y de un chico; como no llamaron aún a algún familiar, debido a la inconsciencia de la herida, supuso que uno de ellos atropelló a la joven.
—Está tranquila. Lo más grave es la abrasión y el dislocamiento en su pierna, pero se recuperará.
—¿Mi hijo puede pasar, doctor?
—La paciente solo quiere ver a su padre. Indicaré que lo llamen.
—Claro, claro, pero… entienda que debemos arreglar el asunto antes, ya sabe, calmarla —Hizashi lució nervioso, tratando de dar a entender que ellos causaron el accidente y que podrían denunciar a alguien rápidamente.
—Que solo entre uno.
El médico se retiró a dejar los datos del familiar de la joven, dejando solos a los tres Hyuga. En seguida, Hiashi se le acercó a su sobrino.
—Más te vale hacer lo que dijimos o no te pagaremos el abogado. Consigue que no denuncie.
Neji tuvo que morderse la lengua, poniéndose de pie y encaminándose a la habitación de su víctima, como hacían ver sus familiares.
—Intenta enamorarla si se pone reacia, hijo.
Hizashi quiso contener su risa al escuchar cómo el más joven cerró la puerta de un golpe.
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Tenten saltó de la cama por el repentino susto, quejándose al instante del dolor que sintió en la cadera y en su pierna. Entrecerró los ojos por la molestia, para luego levantar la vista, furibunda, a quien quiera que haya sido el que cerró la puerta tan bruscamente. Aunque claro, no se esperó con ver a un atractivo chico de casi su misma edad o, quizás, un par de años mayor, acercándose hacia ella, bastante serio.
—¿Tú quién eres? No eres mi papá —fue lo que atinó a decirle, tratando de sonar ruda, al ver el gesto serio del joven. Dentro de sí, reconocía que ese desconocido era bastante guapo.
—Fui quien te atropelló y…
—¡Así que por tu culpa no llegué a mi clase! Imbécil. Ni siquiera supe de dónde salió tu maldita moto, ahora no sé cuánto tardaré en recuperar mi pierna, ¿sabías que detesto estar inmóvil?
Eso fue suficiente para enojar al pelilargo, quien se acercó más a la convaleciente chica, con ganas de discutirle demasiados puntos, pero contuvo la mayoría de estos, debido a la advertencia que recibió de su tío. Tan solo mantuvo su mirada amenazante y se dio cuenta que hizo efecto, al ver la turbación y el relajo en la castaña lastimada.
—Por tu imprudencia también perdí mi clase, ¿acaso no te enseñaron a respetar la luz roja peatonal?
La castaña calmó su furia de un instante a otro, rememorando las imprudencias que cometió durante ese mismo rato, no siendo la única vez que ignoró por completo el semáforo de las pistas. Reconoció mentalmente que cualquier carro pudo haberla atropellado mucho antes que el chico guapo que estaba recriminándole ahora, quién sabe y hasta terminaba peor que con ese dislocamiento. Pasó saliva, amargamente.
—Asumiré los gastos. Esto no tiene que pasar a mayores.
Y ahora él se hacía responsable de su imprudencia. Tampoco la dejó abandonada en la acerca, como sucede en varios accidentes. Tenten pensó que, seguramente, quien se acercó a ella en su último momento de consciencia fue ese sujeto y también se imaginó todas las peripecias que tuvo que pasar al pensar que atropelló a alguien. Debió ser más cuidadora.
—Uhm, siendo así —mordió su labio inferior—. Supongo que esperas que no te denuncie.
—Efectivamente.
—De acuerdo. Aunque también gastaré mucho durante las dos semanas de reposo y luego tendré que ir a la universidad en taxi unas semanas más y… ya sabes. Demonios.
Neji exhaló, pensando en qué se había metido. Vio de reojo a la castaña que tenía el cabello suelto ahora, cuando la recordaba con dos moños desechos, echada en la acera. En ese momento, había pensado lo peor por las heridas superficiales que se hizo en la mejilla, en su brazo descubierto debido a la playera de mangas cortas que llevaba puesta y por la sangre que brotaba de su pierna. Sabía que no había sido su culpa, pero no evitó sentir pena por la imprudente que se metió en su camino. Iba rumbo a la universidad, así como él, por lo que supuso que ella estaba tarde y por eso corrió así, irresponsablemente.
—Asumiré los gastos —lo pensó por un breve instante, calculando que podría ser tedioso el costo del taxi. Y no quería incrementar los gastos de su tío. Suspiró, renuente a ofrecer lo que estaba pensando para aminorar las consecuencias económicas.
—Claro… —ella se mordió el labio inferior, con culpa. No soportaba el remordimiento, puesto que debía hacerse responsable de sus actos—. Este… lo siento por no haberme fijado en la luz roja. Bueno, por haberme metido. También disculpa por acusarte —Tenten exhaló. "¿En qué demonios estás pensando?", se dijo, avergonzándose de hacerse ver como aprovechada de la situación—. Solo paga esta clínica y las medicinas, yo veré mi movilidad el tiempo que queda de la recuperación, es mi culpa. No será mucho… creo.
Neji alzó sus cejas, sorprendido de ello. No esperó que ella aceptase esa responsabilidad, porque no cualquiera lo haría. Incluso un irresponsable podría denunciarlo y victimizarse más de lo debido, aprovechándose de la situación. Sin embargo, esa chica no y supo retractarse. Apretó el puente de su nariz con sus dedos, sin poder creer lo que estaba a punto de decir.
—Puedo llevarte a la universidad el tiempo que necesites —supuso que ella estaba imaginándose la moto que la atropelló, al ver sus ojos abriéndose más—. Tengo un carro.
—Pero… no sabes qué tan lejos está mi universidad.
El Hyuga solo hizo cuentas del trayecto y la dirección en la que iba la castaña. Ella iba de frente, mientras que él doblaría esa esquina por la que la fémina pasaría, rumbo al mismo punto, muy probablemente. Miró intencionalmente a la castaña. Ella lucía una mirada acongojada y tenía un rostro redondeado que la hacía ver, en partes, menor de la edad que seguramente tiene. Deseaba que esos rasguños producidos por la autopista en su mejilla no arruinen su rostro.
—¿Universidad Metropolitana de Tokio?
—Eh… sí, ¿cómo sabes?
—Yo también me dirigía hacia ahí esta mañana. En la dirección de tu carrera.
La chica se avergonzó nuevamente, sonrojándose al instante.
—Lo siento otra vez y gracias… —Tenten se percató de algo—, eh, ¿cuál es tu nombre?
—Hyuga Neji.
—Yo me llamo Tenten. Y no estaba en una carrera… estaba por llegar tarde —se rio—, aunque ni siquiera llegué.
La sonrisa de la castaña le hizo olvidar la molestia inicial que tuvo por su irresponsabilidad, causándole gracia su última frase y pareciéndole todavía más bonita de lo que pensó apenas entró a esa habitación de la clínica. Tal vez, ese día no iba a terminar tan mal.
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¡Hola!
Muchas gracias por leer hasta aquí, espero que haya sido de su agrado c: agradecida con los favoritos y el review hasta el momento, 💙 no duden en escribirme acerca de qué les pareció, cualquier cosita c: y sip, he vuelto y terminaré estos 30 one shots! :D
Nos leemos mañana con... Tres: Neji cocina bien.
¡Saludos!
