Capítulo 2 : Nuevo hogar, segunda parte.
Siendo ya las 7 de la mañana, todos los empleados del centro de seguridad estaban juntos en el salón principal por orden de Moore.
Durante toda la noche habían intentado localizar a quién había robado los anillos pero hasta el momento nada había resultado.
- Siempre he considerado que todos mis empleados daban lo mejor de si en este trabajo, todos aquí son los mejores en sus respectivas áreas, pero lo que acaba de pasar está noche es un completo fracaso. - hablaba Moore ante la nerviosa mirada de todos. - no puede ser posible que una sola persona haya logrado burlar toda nuestra seguridad, nadie parará de trabajar hasta que localicemos los anillos robados y al causante de esto, nos dedicaremos 100% a esto, hagan todo lo necesario.
Todos afirmaron un poco atemorizados, era la primera vez que veían a Moore tan estricto.
Moore dejó la sala seguido de Emil.
- Es la primera vez que me decepcionó de ti Emil, fuiste demasiado pero demasiado descuidado al no poner algún localizador en los anillos, se que nunca creíamos que algo como esto podía pasar... pero no pudimos ser precavidos, ahora lo único que tenemos es esa pequeña señal, centrate en eso.
- Claro que sí. - respondió Emil, ver el rostro decepcionado de Moore lo entristecia.
Ya en su oficina, Emil se sentó en su silla y suspiró mientras tomaba su computadora.
"Como pude ser tan distraído y confiado" pensaba mientras buscaba la forma en como los anillos podían ser localizados.
- Un momento... puede ser que... claro... - sonrió Emil mientras buscó algo en su computadora para después tomarla e irse de su oficina.
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A las 8 en punto de la mañana, Jeff ya estaba esperando delante del lugar en donde le habían prometido que podría tener untrabajo que le gustaría.
- wow, incluso llegaste aquí mas temprano que yo. - dijo un hombre de avanzada edad que ahora estaba a su lado.
- Señor Winston, un gusto poder conocerlo en persona. - lo saludó Jeff.
- El gusto es mio, ¿Entramos y vemos que le parece el lugar?
Winston comenzó a mostrarle cada sector del lugar detalladamente, era un gimnasio bastante amplio con varias de las mejores máquinas para hacer ejercicio y hasta con un sector de bar y descanso.
- Con el currículum que me ha mostrado, estoy seguro de que podrás manejar este lugar perfectamente, yo ya estoy muy viejo y los entrenamientos físicos ya no son lo mio.
- Para su edad luce genial. - bromeó Jeff.
- Estuve 40 años en este lugar, no era solo el dueño, también me puse en forma. - rió Winston. - pero ya es la hora, quiero estar tranquilo con mi esposa, hijos y nietos, por eso al ver tu gran experiencia en este ambito supe que tu serías el perfecto dueño de este establecimiento, tan así que ni siquiera me importó que hayas venido desde California hasta aquí.
- Entiendo, el momento de retirarse nos llega a todos. - dijo Jeff.
- Es una vida de trabajo y esfuerzo, como mínimo merecemos irnos al otro lado tranquilos. - bromeó otra vez Winston. - ten las llaves, se que te encargaras de este lugar muy bien.
- Lo haré. - sonrió Jeff tomando las llaves.
- Una última cosa que me llamó mucho la atención de tu currículum fue este grupo que tenías... ¿como era el nombre? Adrenaline, claro. - recordó Winston. - era algo increíble, nunca había visto jóvenes con tanta agilidad y energía, los busqué por Youtube. - rió. - ¿Puedo saber que pasó con ellos y por qué no les has ofrecido venir contigo aquí?
- A veces... simplemente no seguís el mismo camino que otros, buscas un cambió. - respondió suspirando Jeff y Winston se dio cuenta que no era un tema de el que el joven quisiera hablar.
- Bien... pero ahora estas aquí, cuida bien este lugar, ahora es tuyo. - sonrió el hombre dándole un apretón de manos a Jeff para después irse sin antes mirar por última vez el lugar donde por tanto tiempo había trabajado.
Al estar ya solo en el lugar, Jeff se dio el gusto de tirarse en el piso extendiendo los brazos mientras sonreía mirando el techo.
Todavía no estaba muy seguro de como podía salir todo, pero daría su mejor esfuerzo para que las cosas salieran bien.
- Aquí, por mi cuenta...
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- Mack... hay algo que quiero decirte. - dijo el padre de la chica rubia después de que esta se bajara del auto para entrar a la escuela. - las cosas que dijimos ayer con tu madre... sabemos que a aunque trates de evitarnos escuchando música o distrayendote con otra cosa , de todas formas oyes todo lo que nosotros decimos pero esta vez nos pasamos de la raya. - trató de explicar. - muchas veces el enojo y el no poder controlar una situación nos hace decir esa clase de cosas, por supuesto que no es ninguna justificación, pero queremos que estes segura de algo... lucharemos para que estés bien, para que todos estemos bien...
Mack volteó para ver a su padre, que se le notaba una gran cara de cansancio e incluso parecía tener un poco los ojos llorosos.
La chica de pelo rubio un poco ondulado que no le llegaba hasta el hombro simplemente trato de darle una ligera sonrisa para después ponerse sus auriculares y caminar hacía dentro de la escuela.
A pesar del casi siempre clima cálido, Mack usaba ropas que pudieran cubrirla por completo para que nadie pudiera ver las cicatrices de sus brazos o de alguna otra parte de su cuerpo.
- Mack, creía que ibas a llegar tarde. - dijo un chico de su edad, moreno y pelo corto que al parecer la esperaba todos los dias en la entrada, se lo veía feliz por verla.
- Estoy aquí Jimmy. - sonrió ligeramente Mack. - y mejor deja de estar parado ahí porque sino si llegaremos tarde... - en ese momento un mensaje llegó su celular y está vez su sonrisa fue genuina.
"Ten un buen dia de escuela" le había escrito ese sujeto que sabía que en algún momento iba a ver persona.
- ¿Otra vez esa sonrisa Mack? En algún momento descubrire que estas escondiendo. - dijo Jimmy desafiante.
La chica rubia solo ignoró lo que Jimmy le dijo y entró a la escuela con una sonrisa en el rostro.
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La habitación estaba sumamente desordenada y en el piso se veían varias jeringas usadas junto también botellas de alcohol y algún que otro frasco de pastillas abierto.
Al costado de eso, un joven con varios tatuajes de aproximadamente 25 años estaba despertandose dificultosamente.
Su pelo era oscuro y con rastas que no le llegaban a los hombros pero tenía partes teñidas de rubio, el bigote y la barba iban creciendo en su rostro.
Al poder ponerse de pie, inmediatamente vomito y estaba a punto de caerse al suelo otra vez pero pudo mantenerse en pie para empezar a vestirse con una musculosa verde que había por ahi junto a unos pantalones sueltos color marrón y zapatillas blancas desgastadas.
- Mierda... ¿Donde está? - maldijo al escuchar su celular sonar y no poder encontrarlo hasta que lo vio abajo del sillón y contestó. - ¿Si?
Del otro lado de la linea sólo había insultos y maldiciones contar él, por lo que colgó para tirar el celular a la mesa y sentarse en el sillón mientras se tomaba la cabeza con sus manos que estaban temblando hasta que logró tranquilizarse.
Vio la hora y todavía era temprano por lo que podría llegar a la obra en construcción a tiempo, al haber tenido peores noches que esa ya casi se había acostumbrado a irse a trabajar de esa forma sin que nadie se diera cuenta.
- ¡Chris!. - dijo alguien tocando su puerta. - ¡Recuerda! ¡Tienes hasta el viernes para darme el alquiler o te tendrás que ir de aqui!
Chris solo reía, pero curiosamente está vez ya tenía el dinero para pagarlo por lo que tomó el sobre donde estaba y lo pasó por abajo de la puerta para que el dueño se vaya de una buena vez.
Una vez que había limpiado el gran desastre que era su habitación y arreglarse físicamente ya estaba listo para poder irse a trabajar pero antes de poder salir se empezó a ahogar y a sentir que le faltaba el aire, le agarró taquicardia pero todo esto fue solo por unos pocos segundos.
- Esta vez fue al menos mas corto que otras veces, es genial. - rió Chris mientras tomaba su bolso y se marchaba al trabajo.
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El mediodía ya había pasado y Emil no había parado de trabajar desde que descubrió como podia encontrar los anillos.
- Miren, quién sea que se haya infiltrado aquí pudo hacerlo sin dejar ningún rastro. - explicó. - supo superar todas nuestras barreras de seguridad aprovechando nuestras mínimas fallas, eso es algo terrible pero ya estará solucionado... si bien ahora tiene los anillos y de alguna forma sabe para que sirven, no tiene la forma de activarlos, al no estar activados emiten esa pequeña señal que pudimos observar antes de que se los llevaran, entonces pude analizar ese pequeño rastro y por ese motivo se que los anillos están mucho más cerca de lo que creemos, precisamente la señal se dividió en 5 puntos de la ciudad donde 4 puntos son falsos positivos y solo uno es verdadero.
- Entonces deberemos mandar a todas las fuerzas a esos 5 puntos. - dijo Moore.
- No, estamos ante alguien que supo vulnerar nuestro sistema por lo que seguro estará listo para cualquier intento de escape. - explicó Emil.
- ¿Entonces que sugieres? - volvió a preguntar Moore.
- En condiciones normales, la idea hubiera sido ir probando los 5 anillos en varios sujetos de nuestras fuerzas hasta encontrar los indicados que cumplan los requisitos para después poder iniciar la producción en masa de ellos, pero al ser esta una emergencia... activare el protocolo de seguridad de los anillos en cuál consiste en que usarán su inteligencia artificial incorporada para identificar a quién cumple los requisitos que podría ser cualquier persona que esté cercana a ellos, de está forma el sujeto que se los llevó no podrá controlarlos y "huiran" de él en busca de estas personas. - dijo Emil y todos en el centro de seguridad tenían mas dudas que certezas.
- Esto quiere decir que... ¿Cualquier persona corriente podría activar los anillos? - preguntó Moore.
- No cualquier persona corriente, la persona con una gran fuerza interna... que efectivamente podría ser cualquiera, un vendedor ambulante de la calle, el que sacó a pasear al perro, el que está en el transporte público yendo a su trabajo, cualquiera... no solo personas de nuestras fuerzas de seguridad. - respondió Emil. - de esa forma podremos identificar los anillos y a las personas que eligieron, mientras que el sujeto que los robó no podrá hacer nada al respecto.
Tanto científicos como empresarios empezaron a murmurar ya que el plan era sumamente arriesgado, ¿Los cinco objetos que podrían cambiar la forma en que la seguridad se maneja en el mundo en manos de personas comunes y corrientes que podrían no tener ningúna preparación al respecto? ¿Simples personas con tan solo "fuerza interna"?
Moore miró a todos en el lugar para después dirigir su vista hacia Emil.
- Hazlo, ya mismo. - dijo simplemente el jefe.
Con un gesto de afirmación, Emil tomó su tablet donde en la pantalla había un botón que decía "activar protocolo" que se quedó mirando dubitativo por varios segundos ya que entendía también que era algo que podía ser una locura, pero no había otra opción para poder recuperar los anillos.
Finalmente, tocó el botón para activar el protocolo.
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En uno de los tantos edificios de Melbourne, había un departamento en donde un joven trabajaba con varias computadoras ya que no solo era programador web, también era inversor en varias criptomonedas.
Mientras seguía trabajando, no dejaba de sacarle la vista a los anillos que había en esa caja que dejó a un costado.
Sin embargo, notó que los anillos empezaban a emitir un extraño brillo e inmediatamente la caja se cerró para tomar impulsó y terminar cayendo por la ventana que estaba abierta.
El joven observaba como la caja caía sobre un camión que pasaba por la calle.
- Eres jodidamente un genio, Emil, sabes como hacer las cosas y por eso es que siempre te he admirado, empezemos a jugar un poco. - dijo mientras volvía a la computadora.
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Mientras caminaba para volver a su edificio, Jeff tenía en sus manos no solo una lista de cosas que necesitaba refaxionar, sino también otra para las cosas que necesitaba para su casa.
Durante la mañana no solo se había encargado de empezar a preparar las cosas para el gimnasio/bar sino también encargó un par de cosas simples para su casa como la cama, unos muebles y un televisor que ya ese mismo dia llegarían, el servicio de cable e Internet ya venía incorporado en el edificio y solo debía empezar a pagarlo.
Antes de entrar al edificio, chocó con una persona, la misma persona con la que había chocado el día anterior.
- ¿Tienes problemas para mirar por donde vas no es así? - preguntó el joven de cabello claro
- Perdón, es que...
- No era una pregunta para ser respondida. - interrumpió el joven a Jeff para después seguir con su camino como si nunca se hubiera cruzado con nadie.
Antes de entrar al edificio, un camión pasó por frente y una caja cayó de el abriendose dejando salir un anillo color negro que fue rondando hasta tocar las zapatillas de Jeff.
Confundido, Jeff se agachó para observar y tomar ese extraño anillo color negro que al instante que lo tocó, sintió como una extraña pero fuerte sensación recorría todo su cuerpo.
Al ver hacia la caja que estaba unos metros delante de él, notó como dentro había varios anillos iguales pero de distintos colores.
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- Funcionó. - sonrió Emil al ver que uno de los anillos, exactamente el negro, empezó a dar una señal directa. - hemos encontrado al primero.
Sin embargo, las alarmas sonaron en el centro, se trataba de que en la ciudad estaban manipulandose los sistemas de los semáforos lo que podría provocar varios accidentes.
- Parece qué veremos como funcionan esos anillos hoy mismo Emil. - dijo Moore.
Gracias por leer, espero que lo hayan disfrutado y no olviden de dejar sus comentarios si gustan.
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Nuevamente gracias, nosss vemosss.
