Aquí yo de nuevo, espero no fallar en el objetivo que me impuse de arrancarles el kokoro así que vamos con esto, que al inicio vendría siendo como un tipo recuerdo/flashback o algo:
Bleach no es mío.
Capítulo 2.
–Hermano, ¿dónde está nuestra madre?– preguntó la pequeña Orihime quien caminaba a la par que su hermano mayor, regresaban de cenar, aquella noche habían ido a un puesto de Ramen. Generalmente ellos cenaban fuera en lugares que no eran caros pues Sora no quería que la niña a su cuidado descuidara sus estudios ni que se preocupara innecesariamente por las tareas del hogar, así que agradecía mucho que la gastronomía nacional fuera tan sana.
–...
Siempre que ella tocaba el tópico simplemente decía que sus padres los habían abandonado, al principio pensó en decir que murieron pero la verdad aquella mentira sería muy difícil de seguir pues tendría que dar demasiados detalles en los cuales se podría equivocar más adelante causando todavía más problemas.
–¿No nos quería?– preguntó ella con la misma tristeza que lo hacía siempre. Era usual que de vez en cuando preguntara por ella pero ya era una niña con más conciencia.
– No Orihime, no nos quería– respondió él acariciando la suave cabellera de su hermana. Era crudo en su respuesta pero de nada servía mentirle a ella – Tampoco sé dónde está.
– ¿Cómo se llama?– preguntó la niña con la voz quebrada. Esa era la primera vez que quería saber ese detalle. En Sora nació una gran sozobra pues aquellas preguntas desencadenaban en futuras búsquedas y realmente no quería que ella supiera nunca de las personas que los procrearon.
– Su nombre es casi como el tuyo, pero escucha, no te pongas triste ¿sí? tú y yo somos familia así que te prometo que yo haré que nunca sientas que te haga falta alguno de ellos, ¿entendido?
– Sí hermano– afirmó ella pero inevitablemente se puso a llorar incontrolablemente y se abrazó a su hermano quien la dirigió hacia un costado de la calle.
Era inútil decirle que no llorara pues él también lo hacía mientras se abrazaban.
- Orihime...- llamó él al sentir que la pequeña había calando un poco el llanto. - Si te dijera cómo se llama, ¿la buscarías? - preguntó temeroso. Bajo ninguna circunstancia quería que su hermana quisiera contactar a aquellas personas pero era su derecho hacerlo, quizá le ayudaba, quizá no pero quería que ella decidiera por sí misma.
- Dijiste que no nos quería... - balbuceó ella mientras hipaba. - Solo... Solo quería saber su nombre.
-¿De verdad?
- Sí, nunca me ha faltado nada hermano, me has dado muchas cosas bonitas y me cuidas mucho. Pero siempre que hacemos un árbol genealógico en la escuela solo pongo "mamá" y "en papá" te pongo a ti aunque me regañen, quisiera poner al menos una vez un nombre.
Sora sintió un nudo todavía más grande en la garganta, amaba a su hermana no sólo como tal sino también como a una hija puesto que él la había críado desde que nació, su madre sólo se ocupó de traerla al mundo, la protegió de posibles abusos. Habían sido procreados por la basura más baja que podía existir y sin embargo, con todo su esfuerzo pudo salir adelante con ella; su hogar era un pedacito de cielo en la tierra y no podía estar más agradecido con la vida, sin embargo, no podía negar su origen ni el de su hermana... No podía hacer como que esos nombres no existían.
- Himeko...- murmuró él para luego suspirar profundamente pues el tan solo recordar los caracteres de su nombre le producían una sensación de rechazo.
- ¿Himeko? - repitió Orihime asombrada. No sabía cómo sentirse pues una de sus dudas más grandes había sido aclarada, pensaba que a lo mejor estaría más cerca de sentir algo con respecto a su madre pero la mención de la mujer realmente nada, solo llenaba un espacio vacío en la hoja.
- Inoue Himeko, ella y nuestro padre increíblemente estaban casados así que llevaba el apellido de él- explicó Sora, algo en él quiso contarle más a la niña pero se contuvo.
- Ya veo.
- Sí...
- Gracias Hermano- dijo ella dándole un fuerte abrazo a él. Realmente quería preguntar más pero no sabía si estaba lista para escuchar todo, su hermano le había explicado a grandes rasgos cómo es que estaban en esa situación y le entristecía profundamente saber que sus padres habían sido así con ellos
- Vamos a casa- dijo él y extendió su mano para que la pequeña la tomara. Caminaron juntos de regreso hacia su hogar mientras se contaban su día.
Sora ya sabía que ese día llegaría, que Orihime preguntaría por aquella persona y agradeció al cielo poder haber lidiado con la situación. Le ponía mal saber que su hermana estuviera triste... Quizá debía alegrarla un poco, había visto unas horquillas muy lindas en una tienda, no era mucho pero con su cabellera seguro le lucirían bien así que pasaría por ellas mañana al salir del trabajo.
Los tres menores Kurosaki terminaban de comer su paleta helada cuando el celular se Karin sonó, ella se apresuró a contestar de inmediato pues en la pantalla vio que su hermano mayor le llamaba.
- ¿Ichi-nii? - preguntó ella al contestar, no era que hubiera poca comunicación entre ellos pero ciertamente una llamada en ese momento era inusual.
- ¿Tienes suficiente dinero contigo?- preguntó él nada más al escuchar la voz de la muchacha.
- Su-supongo ¿Por qué?
- Lleva a Kazui a cenar algo, lo que sea, de preferencia tarden un poco, si entra la noche avisame para que les envíe un taxi a casa con el viejo, inventa algo y llevalo allí por favor. Yo les avisaré.
Karin escuchó las instrucciones atentamente y no pudo evitar asustarse ante el tono de Ichigo, era serio y parecía que estaba haciendo un esfuerzo muy grande para pronunciar sus palabras; ante ello la gemela se levantó y se alejó unos pasos de allí, miró a su hermana y aparentemente ella lo comprendió así que distrajo al niño que cuidaban.
- Por favor dime que todo está bien- pidió ella empezando a asustarse.
- Descuida, solo que alguien se apareció aquí y necesito arreglarlo.
- ¿Orihime-nee está bien?- preguntó Karin por su cuñada mientras sacaba su cartera para contar su dinero, afortunadamente traía una Cantidad que cubriría la cena de ellos y la tarjeta para pagar en caso de que no.
- Sí... No se preocupen. Es algo que espero arreglar pronto.
- De acuerdo Ichi-nii, me llamas por cualquier cosa y llama también al viejo para explicarle o le vamos a dar un infarto si le digo cómo me llamaste. Por cierto, traigo dinero así que no te preocupes.
- Claro, te encargo a Kazui por favor.
- Sí.
- Gracias...
- Nos vemos y no olvides llamarle a papá - recordó Karin antes de colgar.
La muchacha suspiró profundamente y pensó rápido en qué decirle a su sobrino.
- Kazui ¿Qué crees?
- ¿Qué? - preguntó el niño sorprendido.
- Tu papá me dijo que te has portado muy bien y que te llevemos a cenar algo, ¿Te gustaría? - dijo ella amablemente acariciando la cabeza del pequeño, el rostro de Kazui se iluminó de pronto.
- ¡Claro que sí!
- ¡Vamos entonces! - dijo Karin sonriendo.
- ¿A dónde quieres ir? - preguntó Yuzu tomando la mano del niño. Ella no sabía nada pero conocía perfectamente a su hermana así que lo que sea que ocurriera, aparentemente todo estaba bien solo que Ichigo no quería meter a su hijo en aquel asunto. Esperaría a que le explicaran.
- ¡Pollo frito!
- Vamos entonces, llamaré al viejo para que nos alcance- dijo Karin.
Siemrpe que Isshin Kurosaki veía a su nieto, lo invitaba a quedarse y así se ahorraría el tener que inventar excusas.
Solo esperaba que Ichigo ya lo hubiera contactado.
Ichigo colgó su segunda llamada, había llamado primero a su padre para explicar rápido toda aquella situación y él fue el que le dio esa idea. Miró a su esposa que estaba sentada en el sillón con la cabeza entre las manos mientras intentaba tranquilizarse.
Todo aquello parecía tan raro para él.
Pero haciendo recuento, regresaba de su trabajo y la primera escena que encontró al divisar la puerta de su hogar fue a una mujer abrazando las piernas de Orihime mientras lloraba y claro que lo primero que hizo fue el ir en auxilio de su amada pero aquella mujer dijo algo que nunca creyó escuchar en su vida.
"Soy su madre"
Ichigo sabía que Orihime tenía unos parientes que la apoyaron cuando iba a la escuela y enviaron algo de dinero cuando ella se casó, nunca les vio la cara pero al menos una vez al año su esposa se ocupaba de llamarlos y eso era todo lo que sabía; además del difunto Sora, Orihime no parecía tener a alguien más, eso realmente no le preocupó pues la amaba tanto que se había propuesto el no hacerla sentir sola nunca en su vida, ni en la que sigue pues ellos conocían qué había más allá.
Pero que aquella persona llegara diciendo tal barbaridad (porque para esas alturas lo era) encendía muchas luces rojas, porque podía ser alguna estafadora o algo así, en estos tiempos ya no se sabía. Así que hizo lo más sensato que pudo, apartó a la mujer y amenazó con llamar a la policía, la mujer se apartó y se disculpó pero dijo que volvería después ya que ambos se calmaran.
- Amor-llamó él a ella y se sentó a su lado.
- Dime- murmuró ella abrazándose de inmediato a él. Ichigo acarició su cabellera despacio.
- ¿Es verdad lo que esa mujer dice?
- No lo sé - respondió Orihime. - Tú sabes que no la conocí pero... Mi hermano me dijo su nombre y solo por eso podría decir que realmente ella es mi...
- Entiendo.
- Ya debería de haber llegado Kazui con las niñas- dijo Orihime preocupada mirando hacia la puerta.
- Las mandé a cenar fuera y a quedarse con el viejo.
- Ya veo- susurró ella algo calmada y siguió abrazando a Ichigo.
- Orihime...
- Dime.
- ¿Qué quieres hacer?
- No sé amor, no sé - respondió ella y comenzó a llorar abrazando más fuerte a su marido. Él por supuesto la abrazó con fuerza y pensó en las posibilidades que tenían al frente con la aparición de aquella persona en su vida.
¿Hablar con ella? ¿Ignorarla? Ichigo tampoco sabía qué hacer pero por nada del mundo dejaría sola a su amada.
Se habían puesto a pensar en que quizá Orihime comía así de raro porque nadie le enseñó a cocinar?
Chale, ya me deprimí.
Tal vez no avanzamos mucho pero ya veremos cómo nos trata este fic jaja. Gracias por recomendarlo :3
Y a cierta persona solo tengo que decirle una cosa: ¿qué we, vas a llorar?
Gracias por leer uwu
