Era tan silencioso allí…
Steven sonrió con la mirada en blanco, el peso que sentía en el pecho que siempre estuvo asfixiándolo se había ido. Inhalo profundo y exhalo, sintiendo que por fin después de estar ahogándose por cargas que nunca fueron suyas podía respirar.
Sus ojos en forma de diamante vieron sus manos, llenas de aquel liquido rojizo que pertenecían a un ser humano. Viendo el cadáver mutilado de quien fue su mejor amiga amplio su sonrisa, el alivio y las cadenas que lo ataban a ella se fueron con el viento al igual que los latidos de su corazón.
-¿¡Steven!?-
Volteo a ver quien lo llamaba y los vio, horrorizados y asustados mientras veían el cadáver de Connie y la sangre manchándolo. La realización de lo que hizo les llego, su padre lo vio como si fuera una pesadilla, pero las chicas…
Veían lo que por tanto lucharon por alejarlo de él, aquella voz que ahora sabia era él había ganado. Si solamente no se hubieran enfrascado en su final feliz, si hubieran prestado atención a las señales, pero él hubiera no existe.
Aquello que tanto temieron estaba frente a ellas, libre y deseoso con desatar todo el dolor que estaba en su interior.
God it was so fun!
Steven se alejo del cadáver, sonrió de aquella forma que por tanto tiempo estuvo en su rostro, una sonrisa llena de inocencia que siempre mantuvo oculta aquella oscuridad que en el pasado le había aterrado y que ahora había consumido al híbrido.
Perla vio con innombrable horror la gema descubierta del hijo de su diamante, la forma de cuarzo que mantuvo durante gran parte de su vida se había ido dejando en su lugar la forma original que porto Pink Diamond, un terror que no sentía desde la "destrucción" de diamante rosa se instaló en su estómago habiendo reconocido aquella mirada en el niño que había criado.
La misma mirada que Pink tuvo luego de la última reunión donde había intentado salvar a la tierra, aquella mirada que desato el mayor caos y destrucción en el campo de batalla. El Homeworld había retrocedido en gran medida cuando vieron la forma en la que Rose Quartz destrozaba gemas enteras sin compasión, llegando a destruir perlas que estaban cerca de allí.
Porque Perla había conocido bien a Pink Diamond, conoció a la gema que sanaba a las heridas y lloraba a las rotas, porque también era la que las destruía y comandaba un ejercito rebelde contra su propia raza. Dos caras de la misma moneda.
Le temblaron las piernas y las manos, su gema le quemaba y palpitaba, y una insana y asquerosa felicidad empezó a crecer desde su pecho extendiéndose por su sistema, las lagrimas salieron de sus ojos al saber que realmente nunca había dejado de pertenecerle a Pink Diamond. El saber que podría servirle mejor que antes, ser su confidente y solamente pertenecer a su vida le daba un alivio que la hizo sentir sucia.
Nunca dejo de ser una esclava y ahora podía ver al amo a quien podría servirle, en su interior al ver aquel brillo en los ojos que fueron negros y demasiado humanos para su gusto, supo que nunca se sentiría a la deriva nuevamente.
-Es un gusto verlo libre, mi diamante…- Y ese seria solo el inicio de la verdadera Era 3.
Sus gemas le quemaban, el fracaso apenas la dejaba pensar, pero había algo que podía ver tan claramente como ninguna otra.
-Garneeett~, vamos, no tienes que ser tan terca~- Su voz cantarina ahora le generaba un horrible y amargo sabor de boca, encadenada y apresada en aquella celda veía a Steven usando ropa más adecuada para el nuevo diamante.
Luego de tomar el control total de la tierra, habían encerrada a las gemas que pudieran querer derrotarlo eso incluía a las gemas de cristal originales sabía que algo pasaba afuera pero no podía obtener nada de Steven, ahora viéndolo parado de forma orgullosa y a sus espaldas estaba Perla vestida como… vestida de aquella forma que le recordaba lo que significaban las perlas para las diamantes. Un adorno que podían presumir y que podían disponer a placer.
Pero al ver los ojos azules de quien fue su compañera de equipo y amiga, vio la felicidad que pensó nunca vería desde la partida de Pi- Rose, ella nunca dejo de ser una sirviente. No importando lo que haya hecho, lo mucho que haya cambiado en el exterior no dejo de ser una perla.
-Gaaarrrneeeettt~- Viendo aquellos ojos que le pertenecieron al diamante que inicio toda la rebelión supo que no podría seguir así, en su interior sabia que era una lucha perdida ya. Era ridículo pelear contra lo que fueron codificadas a sentir, lo sabía. Rubí y Zafiro lo sabían.
Ceder…
Querían ceder, ¡lo querían tanto!
¡No!
Se obligo a recordar el cadáver de Connie en el suelo, la forma en la que Steven sonreía aun cuando tenía la sangre de su mejor amiga en sus manos y…
-Debes estar tan cansada, ¿no es cierto? -
Oh estrellas, lo estaba. De verdad lo estaba.
-Oh, Garnet. Esta bien, descansa. Yo me ocupare de ti. –Y allí mismo, la que fue la líder de las gemas de cristal se había rendido ante su nuevo diamante.
En la celda de contención Steven sonrió, sonrió al saber que su corte pronto estaría completa. Celebro al saber que aquellos tesoros que estaban en el gran cosmos estaban pronto a su alcance, todo lo que deseaba iba a estar tan cerca.
Amatista trataba de entender. Lo intentaba, ponía todo su empeño en ello, pero al final su mente solo le daba el mismo resultado.
El Steven que alguna vez conoció ya no estaba, se había ido. La oscuridad de su interior lo había consumido hasta dejar solamente a un diamante, uno que parecía querer terminar lo que las diamantes no pudieron.
Uno que ahora estaba por sobre ellas en poder y fuerza.
Cada gema en la galaxia presencio como Steven casi destruía a White con solo su escudo, sentado en el trono que alguna vez le perteneció a Pink cada gema hizo lo que mejor podrían hacer. Obedecer a su diamante.
Vestida como un cuarzo de batalla vio a Jasper quieta como estatua al lado de Steven, el orgullo y la felicidad de tener su propósito para lo que fue hecha era obvio para todos. Steven uso eso logrando que destruyera gemas a la más mínima orden, ella misma presencio lo que le paso a Aquamarine solo para ordenarle a Yellow que la trajera de vuelta para dejar el mensaje más que claro.
Él podría destruirlas y traerlas de vuelta si quería, Amatista continuo con sus rondas. Ahora que el híbrido era dueño del Homeworld, muchas cosas cambiaron.
Lo que quedaba de la tierra era el principio. Y lo que le hizo a Greg era apenas un atisbo de lo roto que estaba Steven.
Pero a pesar de todo eso, aun cuando vio y fue testigo de todo lo que Steven era capaz de hacer sintió como una parte de ella estaba unida al fin.
Propósito…
Ahora tenia un propósito, uno donde Stev- su diamante le mostraba lo útil que podía llegar a ser. Uno donde había dejado de sentirse como un error o una equivocación, y no podía hacer nada cuando se sentía feliz al escuchar a su diamante felicitarla.
Ninguna tenia escapatoria…
Cada una ya no podía imaginarse sin servirle a su diamante.
