Tony despertó en su cama desorientado, recordaba haber ido al grupo que tenía Steve, conocer una chica, bastante guapa cabe decir, y que había ido a un bar con ella, la química era indiscutible y pasaron la mayor parte de la noche conversando y riéndose, pero más allá de eso todo estaba confuso, se sentó en la cama e intentó de recordar todo lo que había pasado, como ella lo había llevado hasta su casa, y no solo eso, lo había llevado hasta su cama, pero lo que lo hizo sentirse avergonzado fue que la había besado, Tony no se caracterizaba por ser un hombre que se avergüence de sus imprudencias amorosas, pero luego de todo lo que había pasado en su vida como Ironman, sus principios y sus sentimientos eran otros, y realmente no recordaba lo que había pasado luego del beso. Apenas pudo tomó su teléfono y marcó el número de ella, esperaba no despertarla, ella no respondió, apenas intento de llamar nuevamente la puerta de su habitación se abrió y de ella salió Noah, apareció por ahí con una bandeja con el desayuno.

- Dormí aquí – al ver la cara de sorpresa de Tony ella sonrió – no te preocupes, no tuvimos sexo, por si te lo preguntaste, estabas muy mal anoche, así que te traje y te cuidé durante la noche – se sentó al lado de Tony y le dejó la bandeja sobre sus piernas

- Gracias – dijo un poco avergonzado – por todo

- No es nada, en serio, debería de sentirme afortunada de servirle el desayuno al gran Tony Stark – dijo en tono de broma, se acomodó a un lado de él y tomó una de las tazas que tenían té con leche – espero te guste lo que te preparé

- Si no fuera porque te conocí ayer pensaría que me conoces de toda la vida – mordió una de sus donas con una sonrisa en el rostro, no entendía lo que pasaba, pero le agradaba todo eso - ¿Dónde dormiste?

- Tienes un sillón bastante cómodo – le dio una pequeña mordida a una de las donas

- ¿Dormiste en el sillón? – ella sonrió al sentir la sorpresa en su voz

- No, solo era una broma, este edificio tiene varias habitaciones, así que dormí en una de ellas

Tony solo pudo asentir, luego pasaron el resto del tiempo tomando el desayuno, cuando terminaron Tony alejó la bandeja dejándola a un lado de la cama, ella se acomodó recostándose a un lado de él mientras él hacía lo mismo, permanecieron así unos segundos, o quizás unos minutos, no se dieron cuenta realmente de cuanto fue, hasta que Tony de forma inevitable rompió el silencio.

- No es que no te quiera aquí – intentó de sonreír, pero se dio cuenta de lo inapropiado del comentario – pero creo que alguien más podría estar esperando por tu presencia

- La única persona que tenía en mi vida la perdí, así que supongo que no hay nadie que me espere en ningún tipo de lugar

- Lo siento, ¿fue por el chasquido? – apenas terminó con la pregunta se dio cuenta de su error, pero no tuvo tiempo de disculparse

- No realmente, pero se podría decir que el tener a esa persona y el perderla, ambas cosas fue consecuencia del chasquido – sonrió de medio lado algo triste - ¿Tú perdiste a alguien?

- Perdí a la que sería mi esposa, le pedí matrimonió justo antes que comenzara la batalla, le dije que no se preocupara, que regresaría sin problema a verla y cuando regresé ella no estaba, al igual que la mitad del universo

- Debe ser triste perder a la persona que más amabas

- Tú también has perdido a alguien

- Si, pero esa persona no desapareció, aún está por ahí en el planeta, solo que no estamos juntos, como antes

Tony pudo ver inmediatamente la tristeza en el rostro de ella, se acercó unos centímetros y le acarició el rostro delicadamente, ella tomó su mano y ambos sonrieron, se acercaron hasta estar abrazados y cerraron los ojos, sintiendo la respiración del otro

- No te preocupes – le susurró Tony – todo estará mejor pronto

- ¿Cómo puedes estar tan seguro?

- Porque yo soy el gran Tony Stark, eso ya lo dijiste – ambos rieron ante la broma

- No arruines el momento, tonto

Ella apoyó su frente sobre la de Tony, luego acercó lentamente y besó sus labios delicadamente, lo que provocara que Tony la acercara más a él, y la besó de nuevo, una, dos, tres, tantas veces que perdieron la cuenta, luego de unos segundos se detuvieron, mirándose a los ojos, ese sentimiento, esa sensación de tranquilidad y cariño ellos no lo habían sentido antes, solo Tony con Pepper, lo que le produjo una sensación de miedo, él nunca había hecho algo así con nadie, se alejó unos por centímetros y le quedó mirando a los ojos, no podía entender porque tenía esa sensación hacía esa chica.

Luego de unos segundos simplemente mirándose a los ojos Tony se sentó en la cama, tomó la bandeja donde quedaban un poco de restos del desayuno, se puso de pie, mientras ella se sentaba en la cama, esperando que él le expresara que era lo que estaba haciendo, lo que hizo cuando ya estaba de pie y con la bandeja en las manos.

Ella solo pudo suspirar, le sorprendía que todo eso había pasado, nunca se creyó que eso pasaría, aunque muchas veces lo pensó, pero nunca creyó realmente que podría llegar a ser verdad, se puso de espaldas en la cama y se llevó el pulgar a los labios, acariciándolos delicadamente, hace tiempo que esperaba poder sentir los labios de él sobre los de ella y no se podía creer que todo había sido tan fácil.

Ella lo siguió a la cocina y vio como dejaba las cosas en el lavaplatos.

- Tony – ella se acercó lentamente a él desde su espalda

- Dime – dijo dándose la vuelta y mirándola de frente, le llamó la atención la expresión que tenía en su rostro

- No es necesario que me quede – hizo una pequeña pausa estudiando su reacción – yo creo que ya es tiempo de que me vaya

- Pero acabas de decir que no tenías donde ir

- No tengo con quien ir – lo corrigió un tanto triste – pero en alguna parte he estado viviendo antes de la reunión de anoche

Tony se acercó lentamente a ella, estudió su rostro meticulosamente a lo que ella desvió la mirada, él le tomó el rostro con ambas manos y le sonrió, esperando que ella lo mirara a los ojos, lo que finalmente consiguió.

- Si no te quieres quedar está bien – soltó su rostro – pero te haré una propuesta, ¿tú te quedas aquí en el edificio junto a mí y así ninguno de los dos vamos a estar del todo solos de nuevo?

- ¿Estás seguro? – susurró con emoción en los ojos

- Claro que estoy seguro, sé que te acabo de conocer ayer, pero por alguna razón no puedo dejar de confiar en ti y de pensar en que de alguna forma muy extraña todo lo que tienes, todo lo que eres en algún momento estuvo de mi mente – aquel ultimo comentario hizo que ella se sonrojara

- Está bien, me puedo quedar contigo – sonrió y de forma involuntario lo besó – pero creo que tendría que ir a buscar mis cosas para poder quedarme

- Si quieres puedes ir ahora – aún estaba sorprendido por el beso – yo me quedaré haciendo el almuerzo

- ¿Vas a hacer el almuerzo? – no pudo evitar la sorpresa - ¿tú vas a cocinar?

- Sigo pensando que me conoces más de lo que deberías - desvió la mirada – voy a pedir comida a domicilio mientras llegas

- Pide algo bueno – sonrió – comida de verdad, no esas típicas hamburguesas o donas que sueles comer