FIC
Lo Mejor de Mi
Por Mayra Exitosa
El aviso por todos los medios de comunicación que había se extendía, al ser novedoso que el millonario estuviera casado y que se presentara con su esposa en una fotografía por primera vez ante la sociedad. Candy lucía un hermoso vestido de novia, la boda había sido privada, le la había robado y convencido de casarse y ella lo tomo por un romántico y enamorada ahora él estaba casado y muy feliz.
La cirugía de su Tía Elroy se manejaba de manera privada, no se les hacía aviso a familiares, y solo los cercanos se daban cuenta al ver nervioso a William porque su Tía se había despedido varias ocasiones amenazándolo con escaparse de su vista.
- Espero que todo salga bien Albert. - Si. También espero eso, no dejaremos que se escape. - No. No esta en nuestras manos, pero si oramos juntos podemos pedir a Dios para que nos la deje más tiempo. - Si, tengo mucho que reclamarle, me dejo solo a ella y ahora amenaza con llevársela. - Sabes que eso no es así. - Cuando oro, me dijiste que platicaba con alguien en mi mente y que no lo veía pero que él si me escuchaba, pues bien, sabe de lo que estoy hablando, es mi manera de reclamarle que se haya llevado a mis padres. - Bien, lo haces en tus oraciones. - Si. - Entonces hazlo en silencio, que nadie te escuche, orar es algo entre tu y Dios. - Si.
La operación había tenido varias dificultades y se quedaría por un tiempo e el hospital, no se le daba mucho tiempo de vida, era muy riesgoso y aunque la tenían sedada, se complicaban algunas cosas y todo estaba en espera, él tenía que decidir si la desconectaban o no. - No se desconectará, déjeme verla. - ¿Quieres que vaya contigo, William? - Siempre. Al entrar ponía sus manos en sus signos vitales, miraba su piel arrugada, su cuerpo cansado y analizaba la tabla medica que dejaban en su cama, a lo que él decidía, - Candy, solo una semana más, si no lo supera, que sea ella quien tome la decisión si desea irse o quedarse. - Bien, le diré al médico que esperaremos.
William fue llevado por Jonhson a sus oficinas en el corporativo, para todos verlo era algo que deseaban, pero Johnson prohíba el contacto con él, mientras él miraba todo, revisaba minuciosamente detalles que nadie hacía, el edificio era revisado desde el sótano, calderas y otros detalles interiores incluso solicitaba los planos, para finalizar viendo la azotea, el lugar donde se estacionaba el helicóptero de su padre, que casualmente se había dañado y que ya no se había reparado de nuevo, ni adquirido ninguno. Para William una semana había sido suficiente para memorizar cada parte de los edificios de su haber, plano a plano, conocía las propiedades a su cargo, los detalles de cada edificio y lo que padecía o requería de mantenimientos, por lo que los ingenieros eran los mejores y más meticulosos que se podían tener, siendo estos llamados por él a una junta y explicado uno a uno los detalles de los que padecían cada una de sus propiedades y que ellos debían tener al cuidado y entrega completamente prefecta si deseaba continuar con sus actividades desempeñadas en la empresa.
Niel y Elizabeth lo invitaban a salir, pero este decía que tenía que llevar a su esposa, que él no salía a lugares externos sin ella, por lo que accedían y los llevaban a los juegos de azar, ahí Candy descubría porque Niel y Elizabeth querían tanto a su tío, pero él le daba a ella fichas en una caja y comentaba, - No solo deben ganar ellos, nosotros también. Eso la hacía sonreír, terminaba ganando en juegos que nadie más esperaba, las cartas, el azar para él no era difícil y podía ganar partidos de ajedrez con una facilidad que nadie lo superaba.
- Albert debemos irnos, tu tía quedamos de verla. - Si, nuestro chofer noes espera, traje un auto para los niños a parte. Candy apretaba los labios, los niños eran Niel y Elizabeth que amaban tanto esos juegos que siempre querían quedarse más tiempo. Y ellos serían llevados en otro auto.
Anthony se encontraba en el hospital y aseguraba tener el poder para desconectar a la Tía abuela Elroy, el llegaba y escuchaba a Anthony hablar con cierto tono de poder, sabía quien era, lo escuchaba y había cambiado ante sus ojos. Los médicos levantaban la vista y Candy se tomaba fuerte del brazo, a lo que él le colocaba la mano en las suyas para que nadie viera que estaba nerviosa.
- Señor Andrew, su sobrino nos indica que debe desconectar a su tía. - El tiene el poder, después de mí, y lo que dijo mi esposa, fue mi orden. ¿hay alguna duda? - No señor. El medico veía como la pareja se iba hasta la habitación, mientras le informaban a Anthony que su orden no podía rebasar la de el titular de la familia. - ¡Es retrasado! - Su esposa no.
William volvía a realizar lo mismo que hacía todos los días después de la cirugía y comentaba a Candy. - Diles que desconecten, despacio, para ver si reacciona. El miraba los cambios numéricos en la tabla de resultados y se habían normalizado ciertos números que Candy le decía lo que significaba, por lo que él había revisado en sus apuntes lo necesario para ver o notar un cambio agradable.
Anthony abría los ojos, el tonto siempre si le había hecho caso, no tenía razón d ser el continuar alargando la vida de una anciana que no sobreviviría. Los médicos corrían con todos los equipos y la señora Elroy Andrew se fue desconectando, sin esperar, una punzada en el aparato comenzaba y ella respiraba por cuenta propia, luego los diagramas mostraban una secuencia constante y él la miraba fijamente. Ya un rato pasaba y Candy pedía a los médicos entrar y ellos eran los únicos permitidos para hacerlo.
- Tía cuando despiertes, te llevaremos a casa. Como si esperaba que ella le respondiera Elroy abría lentamente los ojos y comentaba, - Quiero irme William, quédate con tu mujer y cuídate de todos, no confíes en nadie. Se feliz y Candy no se separará de ti, ella te ama. Candy le tomaba las manos y con lagrimas besaba con cariño, luego se iba por los médicos y entraban para ver que estaba despierta, mirando fijamente a William, quien se encontraba serio, sin un solo movimiento en su rostro, él bajaba la mirada y enlazaba levemente su vista a la de ella, y en ese instante el aparato pitaba. Todo se había terminado, ella había partido y de él era de quien deseaba despedirse.
- Albert, vámonos mi amor. - Si, avísale a Johnson para que haga los tramites. - Si, eso haré.
El sepelio y despedida, hizo ver el temple de William, nunca lloró, ni hizo ningún comentario, aceptaba las condolencias de todos, incluso de Anthony que lo miraba con recelo, porque él había tenido razón y tardo en elegir bien la respuesta que ya había dicho de desconectarla, mientras que William tuvo tiempo para que ella se despidiera y eso no lo vio Anthony, ni tampoco que la decisión de irse no fue solo de Dios, sino de ella que deseaba partir.
En esa reunión todos los Andrew y familiares, así como socios se dieron cita, más ahora las ordenes eran a través de Candy, la dama de la casa, a lo que ella hacía las reglas de la señora Elroy, de no aceptar demasiadas visitas que evidenciaran a William. Por lo que ese tema lo hablaba con él y aceptaba que no dejaría quedarse a nadie, avisando directamente al mayordomo que no se quedaran dentro de la mansión debido al dolor personal del señor Andrew. Que requería estará a solas para meditación. Candy lo apoyaba en todo momento.
Los recelos de los Cornwall, al conocer a Candy fue de interesada en el dinero, pero ya cuando estaban en los tratos la pareja se daban cuenta que nadie podía acercarse a William y ella sí. El morbo de su relación era un tema secreto a voces, Niel y Elizabeth llegaron y fueron los que se acercaron a él, eso los ponía de malas, sobre todo a Anthony quien era más allegado, a lo que Candy explicaba que ellos venían a visitarlo diario, por lo que tenía una relación con esa pareja más cercana.
- Debes comprender que es mi tío y que soy su familiar más cercano. - El lo sabe, te vio desde pequeño y sabe que eres su sobrino más preciado, es solo que tomaste una decisión rechazando la que el dio antes de que llegaras y eso hizo evidente que no has estado cerca de él. - Los Legan han venido diario. - y cada fin de semana salían a pasear con él. - ¿En serio? Anthony giraba a ver a Stear y comentaba, - Pudieron haberle hecho firmar papeles, Candy que estaba frente a ellos negaba, - ¡Imposible! William no es un niño a quien puedes manipular, es muy difícil que alguien pueda hacer que firme un documento.
Candy sonreía porque tuvo que firmar papeles y copias en su matrimonio y leyó no solo cada original, sino cada copia, por lo que de solo recordarlo le daba una sonrisa porque Albert era único y no confiaba en nadie en absoluto.
Al final del día los Cornwall y Brown, fueron los únicos aceptados a quedarse, trataban de agradar, pero su forma de ser, no la comprendían, no mostraba ningún gesto de aceptación o negación y era completamente inaccesible a conversaciones, no tomaba copas con ellos, a lo que eso era un rechazo claro. Candy se daba a la tarea de explicar cualquier duda que tuvieran, más ellos tenían un plan de entrar a los negocios y comenzar a hacer cambios, mismos que ella negaba y eso incomodaba, - No eres quien, para tomar decisiones, somos nosotros los que tomamos decisiones por él. - Me temo que estas equivocado, el señor Johnson les explicara en cuanto ustedes halen con él. William estaba ahí, pero tras el muro de madera, jugando ajedrez y se daba cuenta que ellos tenían el comportamiento del tablero, casi podía analizar sus pros y sus contras. Más con Candy tenía que ir a la cama a las ocho en punto, su cita era muy puntual y no podía fallar, ella ya estaba en su habitación y no poseía ni una sola prenda, para cuando el entraba se daba el baño y salía viendo el reloj de las ocho en punto, de ahí a las nueve, estarían en su actividad diaria, relacionarse maritalmente.
La mañana eran muy madrugadores, ellos ya estaban preparando todas las actividades y Johnson llegaba puntual entregando todos los informes, el almuerzo estaba servido de manera puntual y el horario era fijo, por lo que quienes aún desconocían el horario eran los recién llegados, mientras William, Candy y George ya se encontraban desayunando y tomaban el té, para pasar al estudio. Anthony comentaba que él venía a ponerse al día con los informes y Johnson con una sonrisa confirmaba,
- No es necesario, William se hace cargo directamente y el no falta a ninguna junta desde hace tres años que él toma las decisiones directamente. - Pero si el no puede. El rostro de William giro y lo vio a los ojos con una seriedad, que dejaba a Stear y Archie asombrados, luego se ponía de pie, y tomaba la mano de su esposa, - Nos vemos en el jardín en cuanto termine la revisión. - Por supuesto mi amor.
Al final concluyeron que no era necesaria su intervención y se fueron los Cornwall y Brown, pues ellos tenían el control general y nadie podía encima de William tomar ni una sola decisión, el revisaba uno a uno los informes, números y anotaciones de cada detalle que no acepta o que dejaba fluir. Se despedía dejando completos los expedientes y con una velocidad impecable, para Johnson era algo constante y bien realizado, por lo que el se retiraba al no ser necesario más tiempo, verlo caminar veloz para ir a su encuentro lo dejaba feliz, era amado y era bien correspondido, ella lo esperaba y lo atendía en todos los asuntos que el le daba importancia. - Nos vemos el lunes, William. Decía sonriente, porque ahora trabajaba de lunes a viernes en el corporativo de manera oficial.
Candy lo esperaba en el jardín y el podía hacer peticiones si llegaba temprano a su cita de antes de mediodía, el premio era hacer algo que él deseara y siempre era irse a su cabaña y pasarlo juntos bien, Candy tenía la noticia de decirle que podían esperar un bebe, pero tenía que ser allá cuándo se lo mencionara.
- William, tenemos una vida juntos. - Eres mi esposa. ¿No quieres estar en la cama? - Si quiero, es solo que necesito hablar contigo aquí. - Bien. - Es posible que haya un bebe en mi vientre creciendo. - Bien. - No puedo decirlo hasta que crezca. - Bien. - Y si crece, compartiremos tiempo con él. - Bien. - Te parece que vayamos a la cama - ¡Si!
Candy ya le había mencionado que había un bebe, más si no se lograba el querría ese bebe, solo si crecía podía tenerlo, si no, no podía decir que contaban con él, por lo que su rutina cambiaría cuando creciera su vientre, mientras tanto él podía estar con ella.
Las oficinas recibían personal general en la sección de planta baja, ahí realizaban transacciones y documentaciones de los negocios que había, era público general, el personal ingresaba por ese camino a sus oficinas, más él revisaba todo antes de comenzar el día y llegar a sus oficinas haciendo una revisión piso por piso. Un atentado fue algo que lo dejaba a él en el primer piso, la explosión era provocada por personas con rostro cubierto y él quien era el hombre más importante de ese corporativo se encontraba ahí, en el atentado. El personal, no hacía nada, seguían la rutina, pero él tenia sus propios protocolos y ajustaba el botón de emergencia, a lo que todo se salía de control. El caminaba viendo a las personas y no se movía, nadie lo había visto que ajustara ese botón, por lo que nadie sabía quien lo había hecho y las personas algunas huían y otras quedaban atrapadas en el sellado de puertas. Los gritos de desesperación de algunos de los encapuchados era atentar contra los que ahí se encontraban, pero de nada servía. Lo que llamaba la atención era la tranquilidad de William ante ellos y sus gritos. Un hombre le comentaba que no se le acercara por nada, el no estaba acostumbrado a que alguien lo tocara.
-A mi no me importa si el me tiene miedo, lo mato. Al acercarse, recibía golpes, y era desarmado incluso el arma también era desarmada, haciendo que los otros dispararan, pero a quien disparaban era su compañero, pues este no se movía y estaba sujeto por él. Salían corriendo, más las puertas estaban selladas y al disparar, se activaban los protocolos contra incendio.
CONTINUARA…
Gracias por la espera, por leer y comentar este fic, que desea avanzar para darse una oportunidad,
recuerden que es una historia inusual, algo que no acostumbro a escribir y que es solo de algunas lectoras el seguimiento con cierta consideración
Deseando sea de su agrado
Un Abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
