Saludos queridos lectores:

Quería que esto quedara en dos capítulos, pero se estaba haciendo demsiado larga la parte de Karin, así que la versión de ella la pondré en dos partes. Quizá suene extraño que quedara más amplia si es prácticamente lo mismo, pero en la versión de Karin, veremos de dónde sacó la idea de ignorar a Sasuke y cómo fue que los criminales la atraparon.

Sin más, los dejo con la lectura.


Karin vio a Sasuke alejarse de la aldea a una nueva misión y a pesar de haberle hecho un almuerzo para el camino e irlo a despedir, su esfuerzo quedó en nada, ya fuera porque fue opacado porque Ino y Sakura habían hecho exactamente lo mismo o porque, y era lo que no quería admitir pero resultaba más evidente, es que a él simplemente no le interesaba.

Sin hacer caso del escándalo de las otras dos, Karin lanzó un suspiro cuando Uchiha se perdió de su vista y se fue. En el camino incluso le entregó el obento al primero que vio pasar y se sumergió en sus pensamientos.

Había pasado más de un año desde la guerra ninja y aunque aquél día ella había recibido una disculpa y una promesa de compensación de parte de Sasuke, aún no había rastros de ello, y lo más importante es que él seguía comportándose como si nada hubiese pasado.

Bien, tampoco podía negar que ella tampoco había cambiado en su forma de actuar con él, porque aunque en un inicio había decidido no perdonarlo, se vio convencida no sólo por el propio Orochimaru, sino que de antemano, ella había percibido la sinceridad de la disculpa del Uchiha.

—Hola Karin-chan —una voz familiar llamó la atención de la pelirroja y al levantar la vista, ella se sorprendió de encontrarse con Orochimaru, pues estando tan distraída, no notó los chakras alrededor— ¿Qué sucede? No tienes buena pinta.

—¿Qué hace aquí? —preguntó ella sorprendida pues aunque habían quitado a Orochimaru del libro Bingo, estaba condicionado aún más que ella y Sasuke por Konoha y una de esas condiciones era que no podía entrar a la aldea si no era llamado.

—Hoy es el primer día del mes. Estás más distraída de lo que creí.

Si, ella sabía que era el primer día del mes porque sabía que ese día Sasuke saldría de la aldea pero cualquier cosa que no fueran sus cavilaciones acerca de su relación, se le había escapado de la mente con lo ocurrido en la despedida y con ello, el hecho de que cada mes, Orochimaru se reportaba en Konoha.

—Me siento desanimada —confesó la pelirroja y Orochimaru sonrió.

—Voy a almorzar algo antes de irme ¿Quieres venir conmigo y contarme lo que pasa?

Karin aceptó, no tenía nada qué perder y ciertamente le vendría bien desahogarse un poco y Orochimaru era más cercano a ella que cualquier otro en la aldea, pues si bien había entablado amistad con las chicas de La Hoja, no le parecía muy prudente hablar del Uchiha con ellas cuando estaban igual de coladas como ella. Es decir, eran amigas pero no tan cercanas como para saber si ellas podrían aconsejarle adecuadamente sin que sus propios intereses interfirieran.

Orochimaru y Karin entraron a un restaurante donde la gente los vio con temor, no todos confiaban en ellos y no era para menos que la gente le tuviera pavor al Sannin, pero a éste le importaban poco estas reacciones y Karin estaba demasiado ensimismada para darse cuenta.

—¡Qué día! —musitó dando un suspiro después de que el mesero tomara la orden y Orochimaru soltó una risilla.

—El día apenas comienza ¿Y ya estás así? Déjame adivinar, estás triste por Sasuke-kun.

—Si —respondió a pesar de que en otro momento lo habría negado con nerviosismo.

—¿Y qué pasó?

—Nada, eso es lo que pasa. Todo sigue igual entre nosotros.

—¿No han vuelto a hablar sobre tu compensación?

—Ni de la compensación, ni de la disculpa ni de nada que no sea trabajo o nuestra situación con Konoha. Actúa como si no hubiese pasado nada —soltó otro suspiro— Esperaba que las cosas con él se arreglaran por completo para luego declarármele pero a él no parece interesarle estar bien conmigo, así que creo que estoy perdiendo el tiempo.

—Déjame adivinar. Lo sigues tratando como antes.

—¿No fue lo que me pidió? Yo no quería perdonarlo y usted me dijo que siguiera su ejemplo —replicó Karin y el camarero llevó la orden, haciendo una breve pausa en la conversación.

—Te dije que lo perdonaras y nos ayudarás contra Maadara, no que lo tratas igual —contestó Orochimaru con serenidad— No esperes que te trate diferente si inicialmente tú no cambias.

—¿Ahora es mi culpa? —bufó Karin, quien se daba cuenta que su antiguo sensei tenía razón, ella se había equivocado. Metió un bocado de fideos a su boca.

—Si, es tu culpa pero son errores que todos cometen cuando están enamorados.

—¿Me está queriendo decir que usted nunca se ha equivocado? —lo miró acusadoramente y con cierta curiosidad.

—No, nunca se me ha inundado el cerebro de norepinefrina y endorfinas como para cometer estupideces —contestó el hombre de piel pálida con una sonrisa orgullosa y bebió de su té— Pero no debes de sentirte mal por ello, aún estás a tiempo de hacer algo a tu favor. Además, a Sasuke-kun le importas.

—Si, estoy convencida de ello —respondió con sarcasmo.

—Sé de lo que hablo. Si sigues mi consejo, le darás un empujoncito —Karin lo miró incrédula pero no dijo nada— ¿Tienes algo que perder?

—De acuerdo, lo escucho.

—Es algo muy simple. Sólo debes tratarlo como tratarías a cualquier otro —Karin lo miró pensativa pues poco antes de encontrarse con Orochimaru, ya había pensado en algo así pero no terminaba de convencerse— Siempre has estado disponible para él aunque finges que no es así…

—¡Yo no…!

—Lo haces, y está bien que no aceptes de inmediato, pero con el tiempo, Sasuke-kun se ha dado cuenta que puede contar contigo con sólo insistir un poco. En pocas palabras, nadie valora lo que tiene hasta que lo ve perdido.

—Eso demuestra que no le importo, porque fue él quien me apartó.

—Él no…

—¡Casi me mata! —golpeó la mesa saltando de su silla, haciendo que todos alrededor los miraran con más miedo del que ya tenían por ser quien eran.

Karin soltó un suspiro pesado y volvió a su asiento.

—Lo mismo con Konoha y sus compañeros de equipo, pero míralo ahora. En esa época él quería deshacerse de cualquier lazo y tú misma me dijiste que cuando todo eso pasó, su chakra era como el de otra persona.

—La diferencia es, que cuando volvió a la normalidad, con todos ha hecho algo a modo de compensación y yo sigo sin un sólo gesto de simpatía —revolvió los fideos de su plato— Si no me ha dado algo tan simple como eso siendo tan atenta con él, ciertamente no espero que lo haga si lo trato como a cualquier otro —soltó otro suspiro mirando los fideos— Ya luché suficiente, también hay que saberse rendir.

—Entiendo tu decepción, pero sé que no quieres que termine así.

—No importa que no lo quiera, así son las cosas.

—Confía en mí. De todas formas, si dices que vas a rendirte, vas a tener que detener tus atenciones con él, así que no tendrás que esforzarte de más. Te aseguro que desde el primer momento vas a notar la diferencia y me darás la razón.

—Es que no tiene sentido —decía ella porque en verdad no entendía cómo era que Orochimaru estuviera tan seguro de sus palabras.

—Como dije, Sasuke-kun no puede apreciarte porque no conoce su vida sin ti. Y ese intento de asesinato no cuenta porque ello no duró lo suficiente —explicaba Orochimaru— Es lo mismo que no tenerte cerca porque están en misiones separadas, al final sabe que si estás cerca, cederás. En cambio, si teniéndote cerca y constante, ve que las cosas no son lo mismo, va a tener la oportunidad de apreciarte.

—Si es así, lo que extrañará no es a mi, sino a lo que hago por él —se cruzó de brazos aún más descontenta.

—Es normal que lo pienses. Sería lo más lógico, pero como maestro de ambos, te puedo asegurar que no es el caso —contestó Orochimaru dando otro trago a su té— Conozco lo suficiente a los dos para saber que hay un lazo diferente entre ustedes, pero no se han dado cuenta.

—¿Me está tomando el pelo?

—¿Qué ganaría con mentirte? —preguntó Orochimaru a lo que Karin lo miró desconfiada— Aunque ganara algo, tu no pierdes con seguir mi consejo.

Karin quedó pensativa pues sus sentimientos estaban en debate con la razón. Era verdad que aún si ella decidía rendirse, tendría que dejar de ser tan atenta con Sasuke, así que eligiera rendirse o no, el camino de acción sería el mismo, pero lo que hacía la diferencia, es que al tomar ese camino tenía que escoger entre seguir esperanzada o renunciar a sus sentimientos.

La elección era importante para la pelirroja, pues una vez tomada la decisión, ella no quería retractarse, porque sabía que de hacerlo, terminaría en una espiral de ir y venir con Sasuke que podría atraparla a un círculo vicioso del que sería difícil escapar y del que, temía, ya estar presa.

—Si acepto, necesito establecer un límite de tiempo para esperar resultados —terminó por decidirse, esperando no estar equivocada.

—Eres muy desconfiada, pero entiendo —sonrió Orochimaru— ¿Un año te parece bien?

—¿Un año? Para estar seguro que Sasuke siente algo por mi, es mucho tiempo —replicó Karin a punto de retractarse de su decisión.

—No seas impaciente, hay personas menos perspicaces en ciertos ámbitos y suelen darse cuenta más rápido en situaciones de peligro, pero en este periodo de paz, un año es un tiempo adecuado.

—Un año…

Karin no estaba del todo segura de querer esperar un año pero sus sentimientos, contrario a su razón, seguían gritando que debía esperar y también quería creer en las palabras del Sannin. Finalmente aceptó. Además, también existía la posibilidad de que en un año sin correr tras de Sasuke, aún guardando esperanza, pudiera ir extinguiendo sus sentimientos por él poco a poco.

Por fortuna para la pelirroja, Sasuke estaría lejos varios días, ocho días quizá, y con ello, se haría a la idea de controlarse a sí misma frente al Uchiha, una tarea que sabía, podría volverse difícil, porque aunque en ocasiones solía disimular su interés por él, su corazón siempre la traicionaba pero sabía que debía ser más firme que nunca.

Cuando se cumplió el séptimo día de la partida de Uchiha, el Hokage mandó llamar a Karin junto a Naruto para entregarles un reporte sobre su clan, pues cuando ambos se enteraron que pertenecían a los Uzumaki, el rubio no tardó en querer averiguar su cercanía sanguínea y Hatake se ocupó de ello.

—Creo que va a gustarles la noticia —comentó Kakashi entregando un folder que Naruto abrió de inmediato.

—No entiendo —musitó el rubio después de escanear las hojas y Karin le arrebató el informe para leerlo.

—Es un árbol genealógico con algunos datos de los miembros —comentó la joven en el primer vistazo.

—No es mucha la información de los miembros, la mayoría se perdió en la invasión del Remolino, pero es suficiente para que sepan de su parentesco —aclaró Kakashi, que si bien conocía la respuesta, quería que ellos mismos lo vieran en el reporte.

—Tu madre, era la hermana mayor de mi madre —declaró Karin sorprendida para luego mirar a Naruto.

—¡Eso quiere decir que somos primos! —exclamó el rubio escandalosamente emocionado a lo que se lanzó en un abrazo hacia la pelirroja.

—¡Basta! ¡No hagas eso! —replicaba Karin tratando de soltarse del chico para tratar de conservar su imagen, pero ella sintió calidez, no sólo en el efusivo chakra de su primo, sino también en su propio corazón.

—En el folder está la información de sus parientes, pero como dije, mucha información se perdió cuando la aldea pereció —decía Kakashi y miró a la pelirroja que no podía soltarse del rubio— Sería de ayuda si hicieras un reporte con la información que tengas de tu familia que no esté en el folder. Ayudará a mantener un memorial del clan.

—Si, lo haré —aseguró Karin y poco después de ello, ambos Uzumaki salieron de la torre, pero desde el momento en que dirigían sus pasos afuera, Karin se sorprendió al darse cuenta que el chakra de Sasuke estaba en la entrada de la aldea.

Pese al tiempo que ella había tenido para hacerse a la idea, sintió su corazón encogerse, temerosa de no poder lograr mantener su distancia, especialmente porque sin ningún trabajo reconoció el chakra del Uchiha apenas entró a su radar aun cuando se suponía que también lo ignoraría de esa manera.

Inquieta, se dirigía a la salida y aunque buscaba la forma de olvidarse de la presencia del Uchiha, no podía. Sólo se dio cuenta que sería más sencillo lograrlo si prestaba atención en algo más y qué mejor que Naruto, quien estaba parloteando a su lado.

—...si mis papás supieran que tengo una prima se pondrían contentos —decía Naruto— Por cierto ¿Cómo se llamaba mi tía?

—Mika —contestó la chica peleando por centrarse en la conversación.

—¿Y mi tío?

—Haruki.

—¿Dónde viviste antes de ir con Orochimaru? ¿Por qué fuiste con él? ¿También querías vengarte de alguien como Sasuke? ¿Tienes hermanos? ¿Dónde están?

—Son demasiadas preguntas —contestó Karin agobiada principalmente por su intento de no prestar atención al chakra de Sasuke que se movía dentro de la aldea y que se acercaba a ellos.

—¡Quiero saber todo de ti! —exclamó Naruto emocionado parando a fuera de la Torre Hokage.

—¿Todo? —preguntó en voz alta aunque con un deje de tristeza al pensar que le gustaría que Sasuke tuviera al menos la mitad de ese interés en su vida.

Pensando en ello y por instinto, volteó la mirada hacia donde había sentido que él pasaba no muy lejos de allí y para cuando se arrepintió, era demasiado tarde, pues ambos se habían visto cara a cara.

Haciendo uso de su mayor dominio, permaneció inexpresiva y fingiendo no dar importancia a ese encuentro, Karin regresó la mirada hacia el rubio que ya le respondía enérgicamente.

—Si, todo —reafirmó con su amplia sonrisa sin notar aquella pequeña distracción de la pelirroja— ¡Eres mi única pariente! ¡Claro que quiero conocerte! —exclamó Naruto al fin teniendo la atención de la chica— ¿No te parece emocionante que seamos parientes?

Karin repitió las palabras del rubio mentalmente para retomar el hilo de la conversación y cuando entendió lo dicho por el joven, echó a reír. Aquél chico estaba siendo sincero con sus declaraciones y le parecía bastante irónico que el mejor amigo de aquél que ella amaba, resultara su primo y para colmo, que ese chico mostrara mucho más interés en ella de un momento a otro que Sasuke en todo el tiempo que se conocían. "Irónico" pensó.

—¡Sasuke! ¡Volviste! —exclamó Naruto que también había reído pensando que a la chica le divertía y entusiasmaba tanto como a él, el conocerse como primos.

La Uzumaki, por su parte, se tensó en el momento en que oyó al rubio llamar a su amigo, pues ella había luchado bastante para ignorar su flujo de chakra pensando que él se iría sin más, y resultaba que ahora estaba a unos pasos de ella. Rígida, se volvió hacia él pues el consejo de Orochimaru había sido tratarlo como a cualquier otro, no ignorarlo.

—¿Estabas de misión? —preguntó cuando lo vio para intentar alimentar esa ilusión de que ella no le daba más atención a él que a cualquier otro y aunque enseguida quiso golpearse la frente al saber que su comentario fue absurdo después de que ella misma fue a despedirlo el día que se fue, siguió con su actuación como si las cosas no hubiesen sido así.

—Si —contestó Uchiha y permaneció callado. Karin notó enseguida que él parecía esperar algo y que él se sentía extrañado, pero ella no se atrevió a decir nada más al temer volverse a equivocar o caer en la rutina.

Hubo unos breves instantes de silencio entre los tres, pero Naruto, quien no notaba lo extraño de la situación, fue quien habló.

—¿Sabes de qué nos hemos enterado Karin-chan y yo? —el rubio se veía entusiasmado por hablar de lo que se habían enterado recientemente y la joven podía darse cuenta que el frío Uchiha, no sólo por su rostro, parecía confundido.

Por unos instantes Karin pensó que quizá, la efectividad del consejo de su antiguo maestro estaba surtiendo efecto rápidamente, pero rápidamente lo descartó cuando el "chan" resonó en su mente. Si, eso era lo que debía tenerlo confundido.

—No creo que a Sasuke le interese —interrumpió la joven cuando Naruto estuvo a punto de revelar su parentesco— ¡Me he quedado mucho tiempo aquí! —exclamó ella de repente al no querer quedarse más en esa situación tan incómoda por más tiempo— Debo irme a cumplir mi encargo.

—¡Te acompaño! ¡Aún hay mucho de qué hablar! —se ofreció Naruto emocionado para luego mirar al azabache— ¡Nos vemos Teme!

—Adiós —dijo Karin para despedirse, pues quería irse antes de que su temor de traicionarse a sí misma ocurriera y aunque se alejó sin tantos problemas, ella no pudo evitar concentrarse en el chakra del azabache, quien poco después que ellos, se fue, pero permanecía inquieto.

No hubo más encuentros con el azabache ese día y pasado un tiempo, en los momentos en que la curiosidad le ganaba, supo que él había vuelto a su apasibilidad. Enseguida, Karin llegó a la conclusión de que esa inquietud que percibió al principio sólo había sido la primera impresión del cambio. Si, eso debía ser y ella debía mantenerse firme. Sin embargo, ella temió de su propia debilidad y decidió tomar algunas medidas.

Una de las primeras medidas que tomó, fue mantenerse cerca de Naruto y concentrarse en aquello de conocerse y hablar de su familia. Sabía que eso no duraría mucho porque ella realmente no tenía mucho qué platicarle al haberse quedado huérfana muy joven y el rubio tendría mucho menos que hablar por el mismo motivo. Una segunda medida, fue hacer algunos turnos más en el hospital y finalmente, concentrarse en ese reporte de los Uzumaki que el Hokage le pidió.

Durante un tiempo, Karin creyó que aquellas medidas serían suficientes para distraerla y en parte lo fueron, porque pudo mantener su distancia bastante bien de Sasuke, especialmente con ayuda de Naruto que parecía querer recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, un mes después de la llegada del Uchiha, se vio tentada en volver a sus antiguas costumbres ¿la razón?

Había algo diferente en su chakra en aquellos días que la habían emocionado.

Si, era verdad que se suponía que parte de su nueva forma de vida era evitar buscar el chakra de Sasuke, pero la pelirroja no lo había podido evitar del todo. Es decir, a veces por necesidad de conocer la ubicación de alguien la obligaba a hacer un escaneo de sus alrededores, donde él, lejos o cerca se encontraba por la aldea. De acuerdo, tampoco podía negar que ella misma llegó a buscarlo algunas veces por curiosidad, no era algo que pudiera dejar de la noche a la mañana, pero de verdad se estaba esforzando por disminuir su curiosidad.

¿Cuál era aquella diferencia que tentaba a Karin a volver a las malas costumbres? Al principio Karin creyó haberse equivocado, pero había mucha coincidencia para no ser verdad y era que, debajo de esa inquietud que presentaba el chakra de Sasuke, podía percibir una fibra delgada de celos que crecía lentamente. Y si, debía ser por ella… o por Naruto, pues ella podía notar que esa sensación en su chakra era más fácil de percibir cuando ella y Naruto estaban juntos y él se encontraba cerca, seguramente él los había visto.

Pese a la tentación, Karin decidió no volver a sus viejos hábitos tan fácilmente, por lo menos para cuidar un poco de su orgullo, pero tampoco podía sólo guardárselo y decidió esperar pacientemente la siguiente visita de Orochimaru para poder hablar del tema con él.

—Y si…

—No.

—¡Ni siquiera mencioné nada!

—Pero sé lo que vas a decir —contestó Orochimaru dándole un trago a su taza de té— Confía en mí.

—El lazo más fuerte que ha tenido desde la muerte de su familia es Naruto y tampoco parece que alguna chica llame su atención, así que…

—Si estás convencida entonces anda y prepárales una cita. Mañana serás su prima política —contestó Orochimaru y Karin hizo un puchero— Ten un poco más de paciencia, Sasuke-kun ya percibió que algo no anda bien, pero necesita tiempo para entender lo que está sintiendo.

—Tal vez debería irme a otro lado —suspiró Karin— Siento que en cualquier momento caeré.

—Konoha no te dejará ir a menos que quieras convertirte en fugitiva. Además, te servirá más estar aquí y luchar contigo misma que estar huyendo.

—¿Desde cuando da buenos consejos? —preguntó la pelirroja aceptando que el Sannin tenía razón aún cuando no le gustara la idea.

—Desde que me gustaría conocer un hijo Uzumaki/Uchiha —contestó Orochimaru riendo, algo que más bien dio escalofríos a Karin— Tranquila, prometo que no les haré nada a tus hijos, quiero que su descendencia sea fructífera.

El comentario de Orochimaru hizo sentir a Karin contrariada, por un lado estaba avergonzada y emocionada de pensar en tener una familia con Sasuke, también temía que sólo se estuviera ilusionando en vano y finalmente, estaba asustada de que, si bien podía intentar confiar que su maestro pudiera cumplir su palabra, él quizá tenía otros planes al respecto.

—Estoy muy lejos de pensar en hijos —respondió Karin avergonzada y tratando de no demostrar su miedo.

—Eso no será un problema cuando Sasuke-kun y tú estén juntos —contestó Orochimaru muy confiado soltando una risilla— Pero primero, debes mantenerte a raya, lo has estado haciendo bien.

—Ya que no puedo mudarme, debería pedir una misión fuera de la aldea.

—No, ya te dije que tienes que estar cerca de él para que se de cuenta de la diferencia —insistió Orochimaru— Sólo sigue como vas, no es necesario hacer nada más. Aunque…

—¿Aunque?

—¿Sasuke-kun sabe que Naruto-kun y tu son primos?

—Yo no le he dicho nada, pero media aldea lo sabe —contestó Karin pensando que sería extraño que el azabache no estuviera enterado, puesto que Naruto le había dicho a toda persona que veía cuando ellos estaban juntos sobre su parentesco.

—En ese caso sigue como hasta ahora, si notas que algo cambia en Sasuke-kun avísame.

—Pero…

—Debo irme —Orochimaru se levantó de su asiento de repente— Mantente así.

Y a pesar de Karin quiso retener a Orochimaru y entender mejor ese cambio de actitud tan repentino, él se fue sin darle alguna otra oportunidad de protestar o preguntar a lo que la pelirroja optó por seguir con el plan, después de todo con o sin esperanza, debía seguir el mismo camino y mientras tuviera a Naruto cerca, le sería fácil mantenerse al margen.

Habló demasiado pronto… Al poco tiempo, el equipo 7 había sido llamado a una misión diplomática, lo que alejaría a su primo por un mes y aunque ella habría estado feliz de que en ese equipo estuviera Sasuke integrado, todo estaba lejos de sus deseos.

No muy animada, Karin decidió ser fuerte y tal como se lo dijo el Sannin, luchar consigo misma por su propia cuenta, pues aunque era más sencillo tener un apoyo como se había convertido Naruto, era más valioso si ella lograba hacerlo por su cuenta.

Con esa actitud, la Uzumaki fue a despedir a su primo a las afueras de la aldea el día de su partida y como un gesto fraterno —para desvincular acciones de ese tipo con Sasuke—, decidió hacerle un obento al rubio.

Mientras Karin entregaba el paquete a Naruto, ella se sorprendió al sentir a Sasuke acercarse, algo que no esperaba, puesto que no era muy propio de él estar en las despedidas de nadie. Sin embargo, ella intentó concentrarse en su primo lo mejor que pudo.

—Hola —la vocesita ilusionada de Sakura saludó al azabache, pero Karin no volteó— Estaremos fuera un tiempo.

—No creí que Sasuke-san viniera a despedirnos —comentó Sai y la pelirroja se preguntaba por qué diablos se centraban tanto en él.

—¡Cuando volvamos, tu y yo tendremos que enfrentarnos! —exclamó Naruto animadamente lo que finalmente la hizo mirarlo, pues su interlocutor había sido quien desviaba la atención a él.

Recordando la petición de Orochimaru, Karin prestó atención al chakra de Sasuke, que, a causa del comentario del rubio, parecía haberle dado tranquilidad. "Lo sabía", pensó Karin desilucionada, segura de que todas esas fluctuaciones del chakra de Uchiha habían sido causadas por el rubio.

—Y mientras todos ellos no están, podríamos entrenar juntos —comentó Ino con una gran sonrisa colgándose del brazo del Uchiha, quien sorpresivamente para Karin, no protestó— Y después podríamos salir.

Dolida, la pelirroja volvió a desviar la mirada hacia su primo pero casi de inmediato, la inquietud y los celos volvieron al chakra del azabache, quien caminó hacia ella. Por impulso, Karin lo volteó a ver pero a pesar de que él la miraba, no dijo nada.

—¿Está todo bien? —preguntó con desconcierto.

Sasuke bufó y se dió media vuelta yéndose con pasos pesados. Ella podía sentir que no estaba contento y que se sentía más confundido que en otras ocasiones, contagiándole las mismas emociones, pero Karin continuó usando a Naruto como su punto de enfoque. Sin embargo, cuando la pelirroja lo perdió de su radar, ella comenzó a sentirse ansiosa, tentada más que nunca de ir tras el Uchiha.

—¡Tengo trabajo que hacer! —exclamó ella para convencerse y decidió ir al hospital a hacer lo que fuera, así tuviera que ir sólo a barrer.

Los siguientes días, Karin notó que Sasuke rondaba cerca de ella y aunque al principio creyó que era sólo coincidencia, rápidamente se dio cuenta que él la estaba buscando. Al principio, ella quiso ceder, pero no, no lo hizo, ella debía ser fuerte y si no podía hacerlo iba a conseguir ayuda. Si, eso debía hacer.

Fue difícil encontrarla, especialmente teniendo en cuenta que ella no sentía la confianza de hablar del tema de Sasuke con nadie, pero finalmente se encontró con Konohamaru y su equipo quienes cedieron a ayudarla sólo por el mero hecho de ser la prima de Naruto. Además, tuvo la fortuna de no tener que decirles mucho sobre sus razones y ellos estuvieron dispuestos a intervenir en caso de que la vieran a ella con Sasuke sin nadie más alrededor.

Los días posteriores, Karin pudo evitar bastante bien a Sasuke gracias a que pasaba mucho tiempo ocupada en el hospital, también, Konohamaru y su equipo habían resultado bastante aplicados en su encomienda y en una ocasión, Tsunade la sacó del apuro fingiendo estar ebria y llevándosela cuando Sasuke se le acercó. Eso último fue inesperado, pero al parecer tanto la Godaime como su discípula se habían dado cuenta de lo que ella intentaba hacer y la apoyaban, puesto que incluso, la propia Shizune llegó a cubrirla cuando Sasuke se aparecía por el hospital. Tal vez ya no era tan ajena a la aldea como ella creía.

—Señorita Uzumaki —llamó una enfermera cuando Tsunade la dejó entrar a la oficina donde ella y Karin revisaban unos análisis —El señor Uchiha viene a verla.

—Dile que está ocupada —contestó Tsunade sin permitir a la pelirroja decir nada.

—Dice que viene de parte de Hokage-sama, los ha mandado llamar a los dos —contestó la enfermera.

—Dígale…

—Karin-chan y yo estamos muy ocupadas, esto nos llevará tiempo, aunque imagino que él no se irá tan fácilmente —comentó Tsunade pensativa— Dígale que estamos en operación, que nos llevará un tiempo. Si es una emergencia, el Hokage encontrará a alguien más para la tarea.

La enfermera asintió desconcertada por todo aquello, pero obedeció sin cuestionarlo. Por su parte, Karin, estaba aun confundida de toda esa ayuda.

—Tsunade-sama…

—Los hombres son unos chismosos. Orochimaru me habló de su plan y aunque yo no tengo intenciones de hacerla de cupido, lo que no voy a permitir es que hagan un alboroto en el hospital. Ahora, sigamos con esto.

Tsunade siguió mirando el informe de investigación y Karin sonrió, de verdad estaba formando vínculos en Konoha.

El estudio que tenía que tratar con Senju no duró demasiado, pero la Sannin le permitió quedarse en su oficina cuando vieron que Sasuke pretendía esperarla. Una vez que él se fue, Karin se dirigió a la torre Hokage, pues la enfermera le dio de recado que debía ir en cuanto se desocupara. Sin embargo, la pelirroja no entró en la torre hasta que Sasuke se fue para evitarlo a toda costa.

Cuando Karin recibió la noticia de que debía ir a una misión a solas con Sasuke, a ella le temblaron las piernas, pues no quería verlo y no se sentía lo suficientemente fuerte como para poder actuar durante algunos días estando sólo ellos dos, además, el azabache ya había presentado curiosidad por saber su cambio de actitud hacia él —él ya le había podido hacer la pregunta pero ella no contestó gracias a la intervención de Konohamaru y compañía— y seguramente él aprovecharía esa misión para conseguir una respuesta.

Por fortuna para la Uzumaki, antes de que su reunión con el Hokage terminara, Orochimaru se presentó y si bien notó que las fechas no coincidían con las visitas mensuales, ella quiso aprovechar el momento para consultarlo, sin embargo, Kakashi tomó la palabra primero.

—Los ancianos han tomado una resolución y han aceptado las peticiones extendidas en la misión que has propuesto. Sasuke y Karin ya han sido notificados —comentó Kakashi— Deberán agradecerle a Shikamaru la oportunidad, ya que él fue el que propuso que esta misión resultará en una evaluación para ustedes.

—¿Usted…? —preguntó Karin confundida pues si bien sabía que a los criminales que debía atrapar eran cautivos de su maestro, no creyó que él fuera quien pidió por la misión— Entonces ¿fue su idea que Sasuke y yo fuéramos solos?

—En realidad solicité a todo Taka para ello.

—Pero usted sabía que yo intentaba…

—Te estoy ayudando más de lo que crees.

—¿Cómo puede ayudarme el quedarme varios días con Sasuke? Y es pésima idea cuando los idiotas de Suigetsu y Juugo…

—Enfoca tu atención en ellos. Te apuesto que Sasuke no lo resistirá y tú mejor que nadie sabrá cuánto le afectará.

—Pero…

—No sé de qué están hablando, pero tenemos otro asunto que atender aquí —intervino Kakashi que había estado como espectador— Karin, por favor retírate.

—Pero es que…

—Entonces rechaza la misión y espera a ver cuándo tendrás otra oportunidad para que te acepten en la aldea —señaló Orochimaru— Vamos, siempre has sido seria con tu trabajo, al menos hazlo por eso.

Karin cerró los puños con frustración, pues al fin y al cabo ella tenía su orgullo que pesaba demasiado en cuanto al trabajo se refería y por otro lado, quizá el tener a sus viejos compañeros no sería tan malo. Si llegaba a verse tentada, seguramente el imbécil de Suigetsu interferiría y Juugo por lo regular no se despegaba de Sasuke.

Soltó un suspiro de resignación y tras despedirse, se fue con dirección a su casa para alistar su equipo ninja y principalmente para ella prepararse mentalmente.

Cuando estaba a poco de llegar a su casa, sintió a Sasuke dirigirse en su dirección y ella entró precipitadamente a su hogar para no tener que encontrárselo, por desgracia, él llamó a la puerta y aunque ella fingió no estar, él no se movió de allí largo rato.

Después de un tiempo, él se retiró y no fue sino hasta ese momento que Karin pudo tener un momento de tranquilidad, por lo menos hasta que su mente la condujo de vuelta al asunto de la misión que tendrían.

Estuvo largo rato pensando cómo debería actuar frente a Sasuke sin llegar a su antigua yo y principalmente, la actitud que tomaría al tener que interactuar con él después de todo el esfuerzo que puso en evitarlo. Ciertamente, el tema la habría dejado sin dormir, pero ya llevaba un tiempo con asuntos pesados del hospital que el cansancio la venció sin darse cuenta.

Llegado el momento de la misión, Karin se esforzó por no encontrarse con Sasuke en el camino, incluso temió que él fuera a recogerla, pero no, él fue al punto de encuentro. Allí, ella sintió tranquilidad de saber que sus viejos compañeros ya estaban allí, de modo que cualquier momento a solas con él, por el momento estaba nulo.

—¿Suigetsu llegó temprano? —llegó Karin cuando tuvo valor para integrarse al grupo y esbozó una sonrisa amigable.

—¿Me reclama la que apenas llega? —contestó Suigetsu, quien evidentemente esperaba una respuesta agresiva, pero no, ella de camino al punto de encuentro había deliberado que sólo podía actuar como Orochimaru le había sugerido y debía tratar de centrarse en eso.

—Sólo fue una broma. Hacía un tiempo sin verlo —seguía sonriendo.

—¿Se golpeó la cabeza o algo? —Suigetsu preguntó a Sasuke y ambos se veían evidentemente confundidos.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Sasuke, que sin duda, era el más confundido pues al parecer, nadie le informó del resto del equipo.

—Estamos aquí para la misión —contestó Juugo.

—¡Taka ha vuelto! —exclamó Suigetsu feliz— A menos que quieras volver a cambiarle el nombre.

—¿Cómo es que ayudarán en la misión? —preguntó el Uchiha y era obvia su duda cuando él por sí solo era muy fuerte.

—Tenemos que atrapar a un grupo de nueve criminales de rango A y uno S que escaparon de uno de los laboratorios de Orochimaru-sama. Se cree que fueron hacia el País del Agua y Suigetsu conoce mejor la zona —explicaba Karin sin mirar a Sasuke a los ojos para seguir en línea con sus intenciones— Sé que tienes mucho poder y mi ayuda es invaluable pero tenemos que atraparlos vivos y será más fácil con estos dos.

—Estamos a prueba, si el consejo nos ve…

—Shikamaru fue el de la idea y también es una prueba para ellos —interrumpió Karin encogiéndose de hombros— Así que no tienes que temer por el consejo.

—¿Quién es Shikamaru? Creí que había sido idea de O…

—Los experimentos son de Orochimaru-sama, él fue quien hizo la solicitud a Konoha pidiéndonos a nosotros como favoritos para la misión porque conocemos sus antiguas artimañas —interrumpió a Suigetsu con nerviosismo, porque Karin temía que Sasuke sospechara algo de lo que ella había hablado con su mentor— Seguramente Shikamaru pensó que reuniéndonos en una misión con Orochimaru-sama, podríamos aprovechar para alguna traición a la aldea y revelar esas intenciones —explicaba Karin sin dejar que el albino dijera nada más— La prueba es para ver si no seguimos conspirando contra La hoja.

—Nos incitan y dan facilidades para traicionar para probarnos —murmuró Juugo.

—Si, es un buen resumen —sonrió Karin a su compañero y por unos instantes todo quedó callado hasta que Sasuke rompió el silencio.

—Vámonos.

Durante todo ese tiempo en que Karin finalmente había estado hablando en presencia de Sasuke como si sólo fueran compañeros, ella podía darse cuenta de lo inquieto de su chakra, pero ella se lo atribuía a la confusión que el azabache debía sentir por la forma amistosa con la que estaba tratando a sus viejos compañeros. Este idea persistió cuando al comenzar con el viaje, ella pudo percibir que el chakra del azabache volvía a la normalidad. Sin embargo, las emociones del Uchiha, volvieron a perturbarse cuando al albino se le ocurrió hacer un comentario mientras viajaban.

—¿Y ya te rendiste frente a tus competencias? —rió burlón el albino dirigiéndose a la pelirroja.

—¿De qué hablas? —preguntó ella haciéndose la desentendida.

—Ya sabes, tu competencia tras Sasuke. En Konoha hay muchas igualitas a ti ¿No?

Karin se tensó ante las palabras de Hozuki, pero logró mantener su rostro tranquilo, aun cuando notó en el charka del aludido, que sentía curiosidad.

—Yo no estoy compitiendo con nadie por Sasuke —contestó ella como si al Hozuki se le hubiera ocurrido una idea extraña e incluso sonrió fingiendo que el chico bromeaba.

La Uzumaki sintió claramente en el chakra de sus compañeros tal sorpresa que ella casi se suelta a reír al ser la primera vez que los alteraba así, además, sus rostros de asombro eran únicos, pero era obvio que al menos Suigetsu, no iba a dejar eso pasar.

—¡Casi me la creo! —Suigetsu forzó una risa cuando salió del shock— Pero nadie creería que dejaste una obsesión así como así.

—No estaba obsesionada —contestó Karin con seriedad, lo que siguió inquietando a los varones pues aunque ella siempre lo negaba, siempre era con nerviosismo o gritándole al albino en un intento pobre de no ser franca con ellos, pero ahora la chica debía, y lo estaba logrando, dominarse mejor— No sé de qué hablas.

Aquella declaración inquietó de nuevo a los varones y para fortuna de Karin, también los había enmudecido, algo que ella agradecía, pues aunque estaba haciendo la mejor actuación de su vida, no estaba segura si podría seguir la línea si Suigetsu o alguno de los otros dos intentaban seguir indignado.

Un tiempo después de andar en silencio, pararon a almorzar y sorpresivamente, la comida continuó en silencio. Sin embargo, esto no duró del todo, pues Suigetsu finalmente habló refiriéndose a la comida.

—¿No habrá más ramen?

—No, no comeremos nada más hasta que lleguemos a la primera aldea —contestó Sasuke que ya tenía el viaje planeado.

—Tengo hambre, desayuné antes que ustedes —replicó refiriéndose a los de Konoha, pues él y Juugo habían tenido que salir de casa antes para encontrarse con ellos por la mañana.

—Toma, puedes comer el mío —Karin le ofreció su tazón en tono amistoso.

Al principio ella no iba a ofrecerle nada, de hecho, su primer impulso había sido el de sacar alguna burla por el poco aguante de su compañero, pero las palabras de Orochimaru sobre enfocar su atención en sus otros dos compañeros, volvieron a su mente y fue cuando le ofreció la comida. Enseguida, ella notó la inquietud del azabache.

—¡No estoy loco, seguro lo envenenaste! —exclamó el albino que desconfiaba aún más de ella con ese tono amigable y Karin no lo culpaba, ella actuaría igual si los papeles estuvieran invertidos.

—¿Por qué te envenenaría? Estamos en el mismo bando —contestó la pelirroja riendo como si el albino hubiese hecho una broma. Y ella notó que la inquietud en Sasuke sólo aumentaba.

—¿Quién demonios eres y dónde está la bruja de Karin? —preguntó tras haberse levantado precipitadamente de su lugar para amenazar con su espada a la chica.

Karin había estado tan distraída con el flujo de chakra de Sasuke, no se dio cuenta de la de Suigetsu, por tanto, no pudo prever que él se había levantado con la intención de amenazarla. Sin embargo, el Uchiha había reaccionado defendiéndola. Algo que la pelirroja pudo detectar en su chakra en ese momento, era la decisión de defenderla.

—Es Karin —afirmó ladeando la espada del albino con la suya.

—No, no es ¿Cuándo la habías visto comportarse así? Ella debería estar encima de ti o gritándome mientras me golpea —decía Suigetsu alterado tanto en sus palabras como en su chakra.

—¡Sólo estoy intentando ser amable! —exclamó Karin en un tono ya más acorde a su personalidad a punto de olvidársele su actuación. Cuando se dio cuenta de ello, se arregló la voz y bajó el volumen— ¿Podrías intentar hacer lo mismo?

—¿Ves a lo que me refiero? —preguntó Suigetsu a Sasuke a pesar de mirar a la pelirroja amenazadoramente— Sólo me ha gritado ahora para tratar de disimular su error.

—Si fuera una impostora habría hecho eso desde el primer momento en que señalaste su forma de actuar —intervino Juugo, quien se daba cuenta que si era su compañera aunque estuviera actuando extraño.

—No seas tan dramático, la gente cambia —siguió Karin fingiendo tranquilidad, pues el ambiente también la inquietaba— Mejor termina de comer para que nos podamos ir.

—Sasuke… —Suigetsu quiso alegar, porque él no se tragaba la idea de que esa loca lo tratara con decencia y mucho menos que estuviera ignorando al azabache.

—¿Te sientes bien? —preguntó Sasuke a la pelirroja, llamando la atención de todos ante la iniciativa del Uchiha y ella pudo percibir, pese a su gesto poco expresivo, preocupación.

—No, sólo es incómodo que me miren como si estuviera poseída o algo así —contestó Karin sin darle mucha importancia al hecho de que el azabache estaba mostrando interés en su bienestar, pero por dentro, ella se sentía emocionada.

—¡Pues si realmente eres tú, deja de actuar tan extraño! —exclamó Suigetsu exasperado.

—¿Prefieres que te grité y golpeé? ¿Acaso eres masoquista?

—¡No! ¡Sólo…! ¡Ah! —gritó Suigetsu desesperado y terminó por dar la media vuelta y volverse a sentar sin despegar la mirada de la pelirroja. Aún sospechaba.

—Terminemos de comer, tenemos que seguir —declaró Sasuke volviendo a su asiento y Karin sabía que él no estaba nada tranquilo, al parecer, dar atención a los chicos, realmente lo había perturbado.

El viaje continuó y en el transcurso, se vio más activa a hablar y a actuar con Juugo y Suigetsu, pero rápidamente Karin se dio cuenta que Sasuke se inquietaba más cuando ella dirigía esas atenciones al albino. Fue entonces que decidió tener esa inclinación con Hozuki de modo que para cuando llegaron al escondite donde habían escapado los criminales y pasarían la noche, ella estaba casi segura que el Uchiha estaba celoso.

No era que ella pudiera asegurar que esos celos fueran por amor, esos sentimientos aún no parecían mostrarse en el chakra del chico, pero al menos esos celos estaban relacionados en perder las atenciones que ella anteriormente le dirigía y para ella, eso ya era un avance, porque quizá, y sólo quizá, su mentor tenía razón, y de forma lenta, Sasuke estaba reflexionando las cosas entre ellos.

—La habitación de la derecha es más cómoda —le sugirió Karin a Suigetsu ahora que estaba empeñada en darle las atenciones a él y que además, él ya las disfrutaba— No entra el frío de la madrugada.

—Entonces te haré caso. Gracias —sonrió el albino y se metió al cuarto

—De nada. Descansa —se despidió Karin con un tono dulce tratando de no estallar en carcajadas por la ingenuidad de su compañero.

Para ese punto, Karin pudo sentir que hasta Juugo se sentía incómodo con todo aquello, de modo que se fue tan pronto como sus pies lo permitieron. Así mismo, la pelirroja sentía cómo el chakra de Sasuke parecía querer explotar y de verdad que intentó escabullirse de él, pero Uchiha fue más veloz y se situó delante de ella.

—¿Qué estás haciendo? —él le preguntó con mucha seriedad.

—Intento ir a dormir —contestó Karin como si no entendiera la actitud del Uchiha pero ella podía sentir su desesperación por lo que pasaba.

—Sabes a lo que me refiero.

—No en realidad y estoy muy cansada para averiguarlo. Buenas noches —Karin quiso darle final al asunto para no caer en su antigua yo pero cuando quiso alejarse, Sasuke la puso contra la pared, un movimiento que ella no previó.

—¿Por qué te has estado comportando así conmigo?

—¿Así cómo? —preguntó ella como si el Uchiha estuviera hablando locuras pero en esa posición, le era difícil seguir manteniendo su máscara.

—Así… —se interrumpió a sí mismo y a Karin casi se le escapa una sonrisa.

—¿Así…?

—Has estado pegada a Naruto las últimas semanas y ahora tratas a Suigetsu como… —él quedó mudo y ella esperó deseosa de que él terminara la frase, pero no sucedió.

—¿Por qué te molestaría que pase tanto tiempo con Naruto? ¿Y qué tiene el trato que le doy a Sui? —Sasuke no pudo responder a la primera pregunta y la segunda más bien lo aturdió, ella pudo sentirlo en su chakra y no era para menos, hasta a ella le supo extraño decirlo— En serio Uchiha, si no te conociera, diría que estás celoso.

Karin sintió que aquella última frase aturdió al azabache de una forma diferente a cómo lo había estado haciendo con sus acciones y aunque ella no estaba segura de qué significaba, se sintió satisfecha con ello, así que cuando vio perplejo al azabache, ella aprovechó para salir de su prisión e ir a su habitación, donde dio algunos saltitos de felicidad.

Durante un tiempo, la pelirroja estuvo debatiéndose si debía terminar el experimento que Orochimaru le había sugerido y es que ella quería volver a dirigir sus atenciones a Sasuke, pues entre mejor él reaccionaba a su plan, ella se emocionaba y más deseaba estar cerca de él. Sin embargo, ella logró mantener fría la mente al recordar que su mentor le había advertido que debía ser paciente y que quizá llevaría más tiempo antes de que Uchiha diera un paso más hacia ella. Ahora si podía confiar en las palabras de su antiguo sensei.