AGENCIA DE HÉROES
SINOPSIS
París es acechada por una fuerza superior de magia negra, donde Papillon es el jefe del grupo. Una agencia de héroes adolescentes tendrán que proteger el núcleo donde se esconde la magia para que Papillon no acabe con ella e inundar París de una magia negra imposible de romper. ¿Lograrán vencer a Papillon sin ningún tipo de magia? ¿Saldrán ilesos de esa batalla?
CAPÍTULO 2
Detrás de las máscaras creadas por el mismo maestro Fu, la vida de los héroes no era la más fácil ni la más bonita. Algunos incluso preferían ser la persona que eran con la máscara que vivir un solo día como un civil cualquiera de París.
Cuando Adrien llegó al instituto cabizbajo porque su padre no había querido desayunar con él, Nino se acercó rápidamente a su mejor amigo porque supo que algo había pasado.
-Buenos Días, mon pote. -Le saludo el moreno colocándose la gorra.-¿Preparado Para Empezar el Día con La Señorita Mendeleiev?
El rubio intento sonreír pero solo le salió una mueca.
-Supongo que si, Nino.-se encogió de hombros.
Ambos amigos caminaron hacia las escaleras del instituto y las subieron para entrar. Aunque Adrien empezaba a pensar que ese día sería muy largo para él, en cuanto vio a Marinette cualquier rastro de tristeza desapareció de su rostro. Nino se dio cuenta al instante de lo que la chica de ojos azules causaba en su amigo, pero no quiso molestarle con eso.
-Vamos con las chicas.-le avisó Nino y ambos se acercaron a ellas.
Alya y Marinette hablaban tranquilamente sentadas en uno de los bancos del colegio. Esperaban a que el timbre sonara para que pudiesen entrar a clases y cuando los chicos se acercaron a ellas sonrieron y le dedicaron un amable buenos días.
Antes de que los cuatro empezaran a hablar sobre cualquier cosa que se les ocurriera, Chloé pasaba por ahí con Sabrina e hizo una mueca al ver que Adrien se sentaba en el banco junto a Marinette.
-Mi día había empezado bien hasta que os he visto.-gruñó y siguió su camino hacia las clases.
Los cuatro se quedaron en silencio pero cuando Chloé se fue, empezaron a reír.
-Ha vuelto la reina.-comentó Alya riendo.-¿Qué sería de nosotros sin ella?
-Admitamos que la echaríamos de menos.-responde Nino.
-En realidad, si.-sigue Marinette.
Adrien no hacía falta que respondiera porque todos sabían su respuesta. Chloé es lo que es, pero siempre ha estado ahí para él. Los chicos empezaron a hablar de todo, de sus notas, de sus próximas salidas e incluso de anécdotas del pasado. Pero Adrien solo podía mirar a Marinette.
¿Cómo alguien puede ser tan linda? Se preguntaba una y otra vez Adrien. Marinette le parecía una chica tan tierna, con sus dos coletas y los lazos rojos que normalmente las adornaban.
Además de que, cada día traía una vestimenta diferente y creada por ella, cosa que la hacía ver mucho más increíble para Adrien.
-Vaya, Marinette.-la voz de Alya hace reaccionar a Adrien.-Al parecer alguien es fan de uno de los héroes de París.
Adrien se fijó en lo que Alya había dicho y miró más fijamente a Marinette. Casi sonríe y la abraza al ver los pendientes de la chica, negros y con una huella de gato verde en ellos. No sabía que ella era fan de Chatnoir pero eso era solo un punto más para quererla.
-¿Te gusta Chatnoir? -Preguntó Adrien.
Marinette se puso nerviosa al instante y el color rojizo subió a sus mejillas.
-S-si, quiero decir… ¿a quien no? -Respondió tímida.-Son todos increíbles.
-Eso no responde a su pregunta, Marinette.-insistió Alya.
-Ya he respondido.-se levantó apresurada y se fue.
Los tres la miraron confusos, Adrien solo sonrió enamorado y Alya y Nino se rieron ante la situación. ¡A la chica de sus sueños le gustaba su alter ego! Era la mejor noticia que Adrien podía recibir en un día tan triste como el que comenzó a ser.
De repente, justo antes de que el timbre sonara indicando que las clases empezaban, un fuerte ruido que provenía de la puerta del instituto los asustó. Todos miraron hacia allí asustados y cuando Adrien vio de qué se trataba palideció.
" Papillon". Pensó el rubio al instante.
Un hombre alto y grande, tanto que tapaba la entrada entera al instituto, los miraba y señalaba con una espada.
-¡Todo el mundo al suelo! -Gritó tan alto que todos se quedarán callados.
Los estudiantes y profesores tardaron en darse cuenta de que se trataba.
-¡Haremos una búsqueda por todo el edificio y no querrán ver lo que le pasará a quien se mueva! -Se ríe el hombre.
Adrien supo en el mismo instante lo que el ejército de Papillon buscaba. Cada día, tras su aparición hace una semana, asustaba a todos los parisinos buscando por cada rincón de París el lugar donde el núcleo de la magia blanca se escondía.
Alya y Nino se tumbaron en el suelo con cuidado sabiendo que tenían que salir de ahí cuanto antes o no podrían ayudar y defender a los estudiantes. Adrien actuó mucho más rápido y se escondió aprovechando que los seguidores de ese hombre pasaban al edificio para entrar a los vestuarios por donde se había ido Marinette hace unos minutos.
Lo primero que le había venido a la cabeza a Adrien era Marinette e iría a buscarla pasase lo que pasase. Ella era más importante que salir de ahí.
Entró y miró hacia todos lados buscándola, pasillo por pasillo, y justo en el último la vio cogiendo un libro tranquilamente de su taquilla. Adrien corrió hacia ella y Marinette le miró asustada.
-¿Qué ocurre, Adrien? -Preguntó la ojiazul con urgencia.
Antes de que el rubio pudiese decir algo, la puerta de los vestuarios se abrió. Adrien, por instinto, abrazó a Marinette por la cintura y la pegó a él para protegerla de cualquier cosa que quisiera hacer daño.
-Espero que no haya nadie por aquí, sería una pena tener que usar mi espada contra unos adolescentes.
Marinette se remueve entre los brazos de Adrien y señala una ventana abierta. Adrien sabe de inmediato lo que está pensando y asiente alejándose de ella. Pone las manos para que Marinette pueda saltar para salir por la ventana y es justo lo que hace. La joven logró salir y justo cuando salió para caer fuera del colegio, Adrien pensó que le dejaría ahí. Sin embargo, mientras escuchaba los pasos del hombre acercarse, vio la cabeza de Marinette asomarse por la ventana y extenderle una mano.
Adrien sonrió lleno de alivio y tomó la mano de Marinette. Ella lo agarró con fuerza y Adrien salió cayendo en el cubo de basura que había cogido Marinette y había arrastrado para lograr ayudar a Adrien.
-Gracias.-susurró él.
-No ha sido nada.-suspiró aliviada Marinette.-Tengo que irme, iré a pedir ayuda.
-¡Espera! -Adrien cogió la mano de Marinette antes de que saliera corriendo.-Ten cuidado.
Marinette sonrió enternecida porque uno de sus mejores amigos se preocupaba por ella. Asintió decidida y salió corriendo para esconderse. El maestro Fu les había dado a los héroes unas pulseras que solo tendrían que pulsar el botón plateado en caso de emergencia. No eran trajes mágicos, según Fu, ya que las vestimentas de los héroes no eran las más acertadas para esos momentos, pero el maestro sabía lo que hacía. Solo los estaba preparando, sin ayuda de la magia, para que when tuvieran los miraculous fuera un trabajo mucho más fácil.
Una nube rosa cubrió a Marinette en cuanto apretó el botón plateado de su pulsera. Sus pantalones negros y sus botas le daban un toque mucho más profesional al traje de combate. Su camiseta era roja con lunares negros y de tirantes que se ceñía a su cuerpo. La máscara roja con lunares no podía faltar y, ahora, en lugar de sus dos coletas, una trenza le caía por el hombro. Marinette sonrió con ganas porque le encantaba la ropa elegida por Fu para los combates, pero salió de su ensoñación y empuño su arma.
Corrió hacia la entrada del instituto, donde un par de guardias de Papillon la vigilaban. En cuanto la vieron, sonrieron diciendo algo y corrieron hacia ella, ambos empuñando una espada.
Ladybug no se lo esperaba pero los esquivó con facilidad y suerte. Su arma era nada más y nada menos que un látigo. El maestro le había convencido de que sería su mejor instrumento a pesar de que, comparado con las armas de los demás héroes era el más débil. Ladybug lanzó el látigo hacia ambos hombres y los atrapó. Giró con fuerza y los lanzó lejos, causando que chocaran contra un muro y cayeran rendidos.
-No lo haces mal, mi señora .-Escucho la Voz de su compañero Detrás de ella y sonrió.-Pero yo lo hago mejor.
Acto seguido, Chatnoir salta hacia delante para ponerse delante de ella y con su espada logra protegerla del nuevo atacante que se había acercado y Ladybug no se había percatado de eso.
-Déjate de bromas, gatito tonto.-ahora aparece QueenBee.
Se acercó a ambos héroes y, mientras Chatnoir se encargaba del guardia, las chicas empezaron a hablar.
-¿Qué tienes en mente, Ladybug? -Preguntó QueenBee cogiendo su abanico.
Una vez Chatnoir terminó con el guardia, se acercó a las chicas. Ladybug miraba la puerta del instituto y pensaba algún plan, pero necesitaba a Rena Rouge y Carapace para hacerlo y ellos no aparecían.
-Para terminar con esto hay que ir a por el jefe.-Terminó por decir Ladybug.
-Papillon no aparece nunca.-responde Chatnoir confuso.
-No, pero su mano derecha sí.
Ladybug ve que nuevos guardias bajan las escaleras y mira a QueenBee.
-¿Podrás con ellos? -Le preguntó seria.-Necesito a Chatnoir para mi plan.
QueenBee asintió con tranquilidad y se acomoda el vestido amarillo para luego cerrar la cremallera de su chaqueta negra.
-Por supuesto, Ladybug.
-Bien.-ahora ella miró a Chatnoir.-¿Vamos?
Chatnoir asiente decidido y ambos salen corriendo para ir a la parte de atrás del edificio. Ladybug no puede evitar mirar a su compañero mientras corren. El traje que Fu diseñó para él no está nada mal tampoco. Todo de negro, los vaqueros, las botas y la camiseta de manga corta. Incluso los guantes que todos llevaban eran negros. La máscara negra dejaba resaltar sus ojos verdes y su flequillo, que normalmente le caía por la frente, ahora estaba recogido hacia atrás.
-¿Qué plan tienes en mente, bugaboo? -Preguntó el gato una vez llegaron donde querían.
-Factor sorpresa.-Ladybug le guiñó el ojo y miró hacia todos lados buscando algo para escalar con más facilidad hacia el último piso.
El camión de bomberos estaba aparcado a un lado de la calle, con ayuda de su látigo cogió la escalera y la atrajo hacia la pared. Chatnoir se sorprendió pero le gustó ver que cada vez manejaba mejor su arma.
-Las damas primero.-Dijo Chatnoir la escalera y Ladybug empezó a subirla.
La ventana estaba cerrada y se vio en la obligación de romperla para poder entrar. Era el despacho del director y esperó a que Chatnoir se pusiera a su lado. Los dos se quedaron en silencio para escuchar las voces de la mano derecha de Papillon, que gritaba que si alguien era capaz de mover tendría consecuencias y no muy buenas. Ladybug tembló de terror por un momento, su enemigo se estaba volviendo mucho más fuerte y ellos aún eran inexpertos. Chatnoir vio lo que pasaba puso una mano en su hombro para apoyarla.
-Estoy aquí, mi lady. -Le dijo sonriendo.-Voy a protegerte porque eres la única que puede arreglar todo.
Ella suspiró.
-A veces me pregunto porque el maestro no te eligió a ti como el capitán.-susurró.
-Porque tú eres mucho más astuta que yo.-le guiñó el superhéroe.-Ahora ayudemos a todos esos jóvenes. Y démosle una paliza a esos villanos.
Ladybug volvió a sentirse valiente. Ella no sabía que haría sin Chatnoir, ni quería imaginarlo porque sin él no podía ser Ladybug.
Salieron corriendo del despacho y se acercaron a la baranda para mirar el patio del instituto. El jefe se dio cuenta de que ellos estaban ahí porque escuchó ruido y cuando los vio sonrió.
-Me alegra veros de nuevo, mocosos.-les dijo el villano.
-Nosotros también de verte a ti, gorila.-respondió Chatnoir con diversión.
Ladybug lanzó su látigo hacia la espada del Gorila y la entrelazó para quitársela de las manos. Aún así, el villano fue mucho más fuerte que ella y tiró para hacer que Ladybug cayera desde el segundo piso hacia el patio donde ellos estaban.
-¡Mariquita! -Gritó Chatnoir desesperado mirando como la heroína había caído de espaldas al suelo y escuchó su grito de dolor.
-Por como Papillon hablaba de ti pensaba que serías mucho más inteligente.-dijo el villano mientras se acercaba a ella.
Ladybug intentó ponerse de pie pero el dolor punzante en su espalda se lo impedía. Lágrimas de dolor amenazaron con salir de sus ojos azules pero aguantó tanto como pudo.
El villano sonrió agachándose hacia ella y tocándole la trenza con diversión, sin embargo, Chatnoir fue rápido y se lanzó hacia él interponiéndose entre ambos y señalando al villano con su espada.
-Ni se te ocurra ponerle un dedo encima.-gruñó Chatnoir mirando de reojo a su compañera en el suelo.
-Ha llegado el gato para proteger a la coccinelle . -Vuelve a reírse el villano.-No serás nada contra mi.
-Él solo no, pero nosotros estamos aquí. -Detrás de ambos héroes, aparecen Carapace y Rena Rouge con sus propuestas trajes.
Ladybug suspiró aliviada y agradecida de que estuvieran ahí pero el dolor punzante de su espalda aumenta tanto que apenas podía respirar.
Rena Rouge y Carapace se acercaron al Gorila, quien era la mano derecha de Papillon, para luchar contra él y darle tiempo a Chatnoir para que llevase a Ladybug con el maestro Fu.
-Llévala a la agencia.-le dijo Rena a Chatnoir.-Apenas puede moverse.
Chatnoir se preocupó al instante en que escuchó a Rena Rouge. Se giró para acercarse a su lady y agacharse para mirarla.
-Voy a cogerte, ¿vale? -Le avisó el héroe.-Avísame si te lastimo.
Ladybug asintió como pudo y en cuanto Chatnoir pasó los brazos por su espalda para atraparla, se quejó. El héroe, aún preocupado, se dio prisa para cogerla y ponerla a salvo en sus brazos. Tendría que correr hacia la agencia y eso no le gustaba ni un pelo porque no llegaría a tiempo para volver a la pelea y quién sabe qué puede pasar.
-Lo siento.-le dijo Chatnoir.-No sabía cómo hacerlo.
-Estoy bien.-respondió Ladybug casi sin aliento.-Déjame en cualquier lado, iré sola a la agencia. No dejes la pelea.
-¡¿What?! - exclamó él sin creerlo.-No, no voy a dejarte sola.
Ladybug suspiró cansada y miró a Chatnoir. Estar entre los brazos de su enamorado era un sueño que siempre había querido cumplir, pero no así y ahora, en plena batalla.
-Soy la capitana, Chatnoir.-Se puso seria al instante.-Hazme caso. Déjame en la place des Vosges y yo iré a la agencia. Nos reuniremos allí en cuanto termine la batalla.
El héroe no parecía convencido y quería llevarla él mismo para estar seguro de que estaría bien. Sin embargo, ella tenía razón, debería quedarse y ayudar al equipo. Cuantos más mejor.
-Está bien.-suspiró.
Chatnoir salió del instituto como pudo y corrió con cuidado de no lastimar a su lady. Ladybug lo admitiría, por mucho dolor que sintiera se sintió a salvo en sus brazos y ojalá podría estar mucho más tiempo así con él. Llegaron a la place des Vosges rápido y Chatnoir dejó con suavidad y delicadeza a Ladybug en un banco
Ladybug intentó recuperar el aliento y se levantó como pudo para empezar a caminar hacia la agencia antes de que se hiciera tarde. Chatnoir la miró lleno de preocupación pero la batalla lo necesario.
El héroe volvió al instituto y avisó a QueenBee de que a los otros dos héroes que luchaban contra el Gorila.
Los cuatro luchaban contra él como nunca antes. Chatnoir con su espada, QueenBee con su abanico lleno de pequeñas cuchillas, Rena Rouge con su bokken y Carapace con su escudo. No ganaron, pero tampoco perdieron. Consiguieron echarlos del edificio, todo el ejército de Papillon se fue porque se cansaron de buscar y de seguir aterrorizando a los parisinos.
A pesar de que los cuatro estaban mucho más cansados de lo que admitirían, necesitaban ir a ver a Ladybug. Salieron del instituto una vez se aseguraron de que todos los estudiantes estaban bien y caminaron hacia la agencia.
Se metieron en el callejón respectivo, y vigilando que nadie les veía, bajaron por las escaleras tras la alcantarilla y cruzaron los apestosos pasillos para así llegar a la agencia donde llevan un año trabajando.
Cruzaron la puerta con rapidez, el primero en entrar y buscar al maestro fue Chatnoir. Fu se asomó cuando escuchó la puerta y miró a los héroes.
-Lo habéis hecho muy bien, chicos.-les dijo con orgullo.
-¿Y Ladybug? -Preguntó Chatnoir ignorando el halago del maestro.
-Está descansando, el golpe ha sido más fuerte de lo que imaginaba. -respondió Fu preocupado.-Esta solo ha sido una batalla, no quiero más heridos en las siguientes.
-¿Qué quieres decir con eso? -Preguntó Rena Rouge.
-Entrenaremos noche y día.-dijo serio y entrelazando sus manos en su espalda.-Esta guerra ya no es como vosotros esperabais, chicos. Es una guerra que debemos ganar y tendrán que luchar para ello.
Los cuatro lo miraron con los sentimientos mezclados. Temor, angustia, valentía y coraje.
-¿Estáis dispuesto a sufrir las consecuencias de salvar vuestra ciudad?
