RETANDO AL DESTINO.

CAPITULO 2.

ILUSIONES ROTAS

Aunque aquel viernes de principios de marzo había sido un día tranquilo en el Hospital General de Tokio en el cual Darien no había atendido ninguna emergencia ni había visto morir a ninguno de sus pacientes, era un día que lucía triste, y en realidad no sabía si era porque desde temprano había estado nublado y con unas gruesas nubes anunciando una posible lluvia o por la decisión que desde hace unos días había tomado después de haberle dado muchas vueltas al asunto.

Lo último que quería en la vida era hacer sufrir a Serena, pues en doce años de noviazgo en verdad había logrado sentir cariño por ella; sin embargo, casarse con ella cuando no había sido capaz de lograr amarla como se merecía, no sólo era injusto para el mismo y la mujer a la que de verdad amaba, sino para la misma Serena, así que nada más salir del hospital y tras casi dos semanas sin ver a Serena poniendo de pretexto el trabajo ese día por fin había quedado de pasar por ella.

Mientras esperaba en el auto a que su novia saliera de casa ensayaba en su mente como y con que palabras se lo diría, cuando de pronto la puerta del lado del pasajero de su auto se abrió y subió su hermosa novia.

-¡Darien! Hace mucho que no venías. ¡Te he extrañado tanto!- Le dijo Serena al tiempo que lo abrazaba y le daba un beso en la mejilla

Odiaba que lo abrazara. Odiaba sus muestras de amor, pero más se odiababa en ese momento así mismo por no poder corresponder a su amor.

-Había estado ocupado. Hay mucho trabajo en el hospital.

Tras doce años de conocer a Darien en este siglo y tener una relación con él, Serena sabía que no era un hombre que fuera bueno con las palabras para demostrar su amor aunque siempre había dado por hecho que la amaba. No podía ser diferente luego de que sus vidas estuvieran unidas desde el pasado y tuvieran ya un futuro escrito; sin embargo, en los últimos dos años, la frialdad con que la trataba era algo que no pasaba desapercibido por ella.

-¿Tan ocupado como para no venir a verme en 13 días? Preguntó Serena con un dejo de molestia en su voz- Darien ¿Qué es lo que pasa? Ni cuando eras un estudiante estabas tan escaso de tiempo para venir a verme, y sin embargo, ahora que deberías de tener más tiempo siempre tienes un pretexto.

-Serena. Tú sabes que la vida de un médico es...

-Se perfectamente que la vida de un médico es bastante ocupada, pero me extraña que con lo ocupada que puede ser Andrew si tenga tiempo de tener citas porque estas últimas dos semanas me lo he encontrado saliendo con una chica; pero no solo Andrew es el único médico que veo teniendo vida social. Hasta Amy que aún se encuentra estudiando la especialidad y está casada tiene tiempo para su vida en pareja con Taiki y hasta para salir conmigo y con las chicas una o dos veces a la semana ¿No será más bien que lo que te falta son ganas de verme ?

En la voz de Serena había tristeza y enojo. Evidentemente si Darien no había ido a verla durante casi quince días y era cortante cuando ella le hablaba por teléfono era por falta de ganas, pues el tiempo libre del que disponía lo reservaba para su amada, la ex inner del fuego; sin embargo, aunque había planeado durante días como terminar con Serena, tenerla de frente y decirselo no era fácil pero entonces ella interrumpió sus pensamientos.

-Estás saliendo con otra ¿Verdad?

Darien tomó una bocanada de aire. Responderle con un "sí" además de lastimarla iba a despertar su curiosidad de saber quien era, y aunque él deseaba poder gritar a los cuatro vientos que la dueña de su corazón era Rei Hino, esta le había advertido que de decir algo sobre el romance clandestino que tenían dejarían de verse para siempre.

En los ojos de su novia asomaron las lágrimas y causarle dolor le hizo sentirse como el más desalmado de los hombres, pero no podía seguir con esa farsa, así que tomo valor para poner las cartas sobre la mesa.

-No podemos seguir con esto Serena

-¿Es porque quieres hacer la subespecialidad?- Preguntó la rubia mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.- Darien... sé que te he presionado mucho con lo de casarnos, pero yo puedo esperar a que...

De los ojos de Darien quisieron asomar un par de lágrimas. Si bien no la amaba con la intensidad con que amaba a Rei Hino, en doce años había logrado sentir cariño por ella y le dolía tener que lastimarla.

-Serena, perdóname. Eres una chica hermosa y con muchas cualidades. Muchos hombres se sentirían afortunados de tenerte por novia pero...

-Pero tú no.- Interrumpió Serena.- ¡Lárgate entonces!.- Le gritó y después bajó del carro y dio un fuerte portazo antes de entrar corriendo a su casa.

Aunque hacer llorar a su ahora ex novia le había hecho sentirse como el peor de los hombres sobre la tierra, también una parte de su ser se sentía libre y como si le hubieran quitado un peso de encima. Ansiaba en ese momento ir al departamento de Rei, decirle que finalmente había roto con aquel destino impuesto y que ya era libre para amarla; sin embargo, sabía que aquel viernes Rei había planeado tener una noche de chicas con Makoto, así que recurrió al plan B que era llamar a Andrew, y si con suerte este no había salido con su conquista de turno, lo sonsacaría para ir a tomar unas copas pues esa noche tenía ganas de celebrar que después de doce años era libre. Libre para amar a Rei Hino.

-0-0-0-

Aquella noche en que Darien puso punto final a su relación, Serena poco pudo dormir, por fortuna al siguiente día era sábado y sus padres y hermano estaban fuera de la ciudad así que pudo quedarse acostada en cama hasta pasado medio día sin que cuestionaran que era lo que le sucedía. En doce años no era la primera vez que Darien la dejaba; sin embargo, esta vez tenía la sensación de que ya era de manera definitiva

Una y otra vez se preguntaba ¿Qué sería ahora de su vida? Si bien había estudiado una carrera universitaria, lo había hecho para sentirse digna de ser esposa de Darien, pues su sueño había sido casarse tan pronto como se pudiera para dedicarse de lleno a su hogar y a la familia que ella daba por hecho que tendrían; sin embargo, después de 12 años de relación él había terminado de pronto con sus sueños.

Sus ojos se fijaron de pronto en una fotografía en su mesita de noche en la cual estaban retratados Darien, ella y aquella hija que nunca nacería y de nuevo se formo aquel nudo en su garganta y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. Necesitaba desahogarse hablando con alguien, así que tomó su celular en busca de charlar con alguna de sus amigas ¿Pero con quien? Molly estaba recién casada con Kelvyn y en ese momento de luna de miel, Ami estaba de guardia en el hospital ese sábado y además era otra felizmente casada, Minako estaba recién divorciada y tal vez la entendería pero no estaba conectada, Makoto ¿Qué consejos podría darle Makoto? La ex Sailor del trueno de ser una adolescente enamoradiza y con aspiraciones a casarse se había convertido en una joven que solo tenía relaciones fugaces porque se aburría, ¿Y Rei? A Rei el único novio que le había conocido además de Darien era a Kaidou pero lo había cortado porque al parecer ninguno le parecía lo suficiente, y en todo caso ¿Para qué hablarle a Rei? Se preguntó así misma. Nunca la había visto enamorada y además de un tiempo a la fecha parecía que la evitaba.

Estaba a punto de dejar su celular en la mesita de noche cuando de pronto miró la burbuja de messenger de Makoto.

Makoto: Hola Serena ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu sábado?

Serena: Darien me terminó

Makoto: ¿Qué?

Mientras le contaba todo a Makoto las lágrimas empezaron de nuevo a correr por su rostro, pues aun no se hacía a la idea de que todo hubiera terminado. Makoto, en un intento por animarla se ofreció a ir a su casa para hacerle compañía o invitarla a salir, lo que Serena quisiera, tras lo cual aceptó. No se sentía con ánimos, pero decidió salir de la cama y se vistió con unos jeans, sueter rosa fucsia y unos flats a juego con su sueter. Sabía que Makoto llegaría en su moto porque por muy modelo que fuera en el fondo seguía siendo chica tomboy, así que le pediría salir a dar un paseo para ver si eso le despejaba la mente

-0-0-0-

Veinte minutos después de que hubiera charlado por messenger con Makoto, Serena recibió un mensaje de su amiga donde le decía que ya estaba afuera esperándola. Salió de casa y entonces miró a su amiga montada en su Harley Davison vistiendo un pantalón negro ceñido a su cuerpo, botas negras tipo militar, un diminuto top verde y una chamarra negra de cuero que llevaba abierta dejando a la vista su tonificado abdomen . Serena sabía que el paso de los años y el glamour de ser modelo no habían hecho que Makoto dejara de ser en el fondo una chica tomboy, pero con aquel cuerpo esculpido por el ejercicio seguro levantaría miradas aunque fuera vestida con harapos.

Por un momento se le ocurrió que seguro debía ser genial la vida de su amiga, pues de ser una chica tomboy que tenía poca suerte con los hombres se había convertido en una sensual modelo a la que los hombres se daban la vuelta para ver su hermoso cuerpo tonificado por el ejercicio que toda la vida había practicado, tenía un bonito departamento en una zona lujosa de Japón, irradiaba una seguridad de la que carecía en la adolescencia y además, de ser una adolescente enamoradiza que se ilusionaba fácilmente con cualquier hombre ahora era ella la que elegía con quien sí y cuando ponerle fin a sus romances esporádicos porque sencillamente se aburría.

Serena subió a la moto de Makoto y tras recorrer Tokio por veinte minutos se detuvieron en un lujoso restaurante de comida italiana que Serena amaba y al que en esa ocasión Makoto la invitó, aunque Serena en ese momento pocas ganas tenía de degustar su lasagna.

-Come aunque sea un poco, Serena.- Dijo Makoto.- Anda, aprovecha tú que puedes. Ya quisiera yo estarme comiendo esa lasagna pero tengo que comerme esta triste ensalada porque en quince días es la semana de la moda y tengo que estar en mi mejor forma.

Serena agradecía que su amiga tratara de animarla, pero entonces en el restaurante pusieron una canción que estaba de moda cuando empezó su relación con Darien y las lágrimas empezaron a salir de nuevo.

-¿Cómo hago para olvidar tantos milenios de amor?.- Dijo Serena entre lágrimas- ¿Cómo hago para continuar mi vida sin él? Para asumir que mi pequeña Rini nunca existirá

-Ay, Serena. Me duele mucho verte así. Nunca he tenido una relación seria, pero supongo que duele. - Dijo Makoto.- Sin embargo no son ni la primera ni la última pareja que se separa después de años de relación... Y si muchos lo superan estoy segura de que también podrás con eso y un día volverás a amar.

-Lo dices como si fuera tan fácil.- Dijo Serena molesta.- ¿Qué puedes saber tú que tienes una vida perfecta y a un montón de pretendientes que te das el lujo de rechazar?

-Nadie tiene la vida perfecta, Serena.- Dijo Makoto molesta.- ¿Por qué crees que yo la tengo? ¿Por qué tengo muchos pretendientes y vivo una vida aparentemente glamurosa? Serena, te recuerdo que si terminé dedicándome al modelaje fue porque la necesidad de pagar mis estudios me llevó a eso. Yo a diferencia de ti quedé huérfana siendo una niña, mis familiares me miraban como una carga y nadie se quiso hacer cargo de mí. Cambiaría esta vida de glamour y a todos mis pretendientes por haber tenido a mis padres y no quedarme sola siendo tan pequeña.

-Perdóname.- Dijo Serena avergonzada. Su amiga había tenido una vida muy difícil, mucho más que la de ella, pero pocas veces se había detenido a pensar en eso. O más bien nunca- No debí hablarte así. ¿Podemos irnos? Este lugar me recuerda a Darien.

-0-0-0-

Tras salir del restaurante, Makoto y Serena habían ido de nuevo a recorrer la ciudad en la moto de Mako. Al final habían terminado en el centro comercial Jubangai donde recorrieron las tiendas aunque sin muchas ganas por parte de Serena.

-¿Quieres ir por un helado? Preguntó Makoto.- Saliendo del centro comercial a una calle hay un local donde venden helados deliciosos.

-¿No se supone que estás a dieta por la semana de la moda? Preguntó Serena.

-Pues sí, pero venden un helado de triple chocolate que seguro te encantará.- Dijo Makoto tratando de animarla.- Y si aceptas pues... ¿Qué tanto es que me coma medio helado de chocomenta?

A pesar de la tristeza Serena sonrió. Su amiga se estaba esforzando por distraerla para que olvidara por un rato sus penas; pero ni su pasta favorita, ni el centro comercial ni el helado hacían que olvidara por un momento su desdicha. Se dirigieron a salir del centro comercial para ir al local de helados, pero entonces Makoto se había encontró con uno de sus ex ligues que la detuvo un momento. Serena no quería ser testigo de aquel flirteo, así que se alejó para darles su espacio.

Mientras esperaba a que Makoto dejara de hablar con aquel atractivo hombre que evidentemente estaba fascinado con sus encantos, su mirada se detuvo en la carretera y el tráfico de carros que circulaban a toda velocidad por la avenida. Se dijo así misma que cualquiera que cruzara aquella avenida seguro moriría atropellado en el instante, y entonces se preguntó que sentiría Darien si acaso ella muriera atropellada. La idea de imaginárselo con eterno remordimiento de conciencia y sin poder ser feliz no le desagradó. Pocas ganas tenía ella de vivir y encima saber a Darien feliz con otra, y entonces, sin pensarlo mucho cruzó la calle y sintió el impactó en su cuerpo. Fue doloroso, muy doloroso pero poco a poco el dolor físico y el aturdimiento dejaron de sentirse y lo último que escuchó fue los gritos de Makoto y de un hombre desconocido que gritaba desesperado. Después se hizo el silencio.

-0-0-0-

El timbre de su celular despertó a Rei Hino de su profundo sueño. Al mirar su celular vio que era una llamada de Darien y estaba a punto de regresarle la llamada cuando se dio cuenta de que eran las 6:25 p.m. de la tarde, lo cual significaba que faltaban menos de dos horas para la reunión con el cónsul de la embajada francesa a la que debía acompañar a su padre; y si bien odiaba que su padre la utilizara para dar una imagen de buen padre ante la sociedad, no podía romper el trato que habían hecho a cambio de que le hubiera pagado la carrera que ella había elegido: Diseño de modas.

Se desnudó con prisa para meterse a la ducha, pero entonces escuchó el sonido de messenger y como presintiendo que era algo importante, enredó una toalla alrededor de su delgado cuerpo y se sentó en la silla frente al escritorio donde estaba su computadora portátil y se dio cuenta de que tenía mensajes de Darien.

Darien: Te extraño

Rei: Yo no.

Darien: ¡Mentirosa!

Rei: ¿Qué tal la pasaste ayer en la noche con Andrew? ¿Te presentó a alguna amiguita?

Darien no le contestó, pero entonces apareció una invitación por Skype invitandola a tener una videoconferencia y aceptó, encontrándose del otro lado de la pantalla con su amor prohibido.

-Hola.- Dijo Rei al tiempo que movía la mano

-¿Te vas a duchar?- Le preguntó Darien del otro lado de la pantalla.

-Sí. Y te tengo que dejar porque en menos de dos horas es la cena con el cónsul de la embajada francesa y debo ir con mi padre.

-Con mi suegro.

-Bobo

-¿Puedo ver que hay debajo de la toalla?- Preguntó Darien con tono seductor.

-Ya has visto.- Dijo Rei fingiendo seriedad.

-Pero te extraño.- Dijo Darien con voz suplicante.

-Pues te esperas hasta mañana

Siguieron charlando de lo que habían hecho en los últimos dos días que tenían sin verse. Ella le contó sobre su pijamada de chicas con Makoto la noche anterior y la resaca con la que había amanecido ese día pues no estaba acostumbrada a beber tanto, y él a su vez le contó que había pasado la noche en casa de Andrew bebiendo cerveza y comiendo frituras mientras platicaban de cosas de hombres y miraban un programa de deportes, hasta que de pronto le dijo las palabras que pondrían nerviosa a cualquier mujer enamorada.

-Rei. Tenemos que hablar.

Al escuchar aquellas palabras Rei sintió un nudo en la garganta. Escuchar que le dijera "tenemos que hablar" le puso nerviosa. Si bien Darien muchas veces le había propuesto cortar con Serena y formalizar una relación con ella, cada que lo mencionaban terminaban peleando pues aunque lo amaba no quería lastimar a su amiga; sin embargo, ella sabía que algún día aquello tenía que terminar, fuera porque Darien se hartara de que ella siempre le dijera que no o porque sencillamente en algún momento le gustara o no debía cumplir con su deber de casarse con Serena.

-Corté con Serena.- Dijo Darien rompiendo el silencio.

-¿Qué?.- Dijo Rei sorprendida, sintiendo como su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. Sintiéndose en parte feliz por saber al fin a Darien libre para ella pero por otro lado sintiendo un poco de culpa por sentir felicidad ante algo que seguro era devastador para quien en un tiempo llamó "mejor amiga".

-¿Le dijiste sobre lo nuestro?.- Preguntó temerosa, pues aunque sentía felicidad no estaba preparada para ver a su amiga a los ojos cuando supiera que era por su causa que Darien la había dejado.- ¿Estás seguro de lo que hiciste? ¿Ya pensaste que eso significa para Tokio de Crystal y que esto significa que Rini no existirá?... ¡Ay, no quiero pensar en lo que pasará cuando se enteren las chicas, Luna, Artemis y la ex outer!

-Princesa. Yo creo que tus amigas lo tomarán con madurez. En cuanto a la opinión de las ex outer no debería de ser algo que te quite el sueño porque no son tus amigas. Artemis seguro lo tomará con madurez, y yo creo que Luna ya va siendo hora que deje de meterse en nuestras vidas.

-Por favor. Todavía no le digas a nadie sobre lo nuestro. ¿Lo sabe alguien?

-Pues, sólo Andrew.

-¡Por favor no le digas a nadie más y dile a Andrew que no ande de boca floja!

-Descuida, Rei. No le diré a nadie más sobre lo nuestro y Andrew de todas formas no mantiene comunicación con las chicas. - Dijo Darien.- Te prometo que no diré nada, pero espero que no sea por mucho tiempo porque no mereces que te ande escondiendo.

-Darien. Estoy... No sé que sentir. Me siento feliz, pero también me siento culpable por estarlo.

-Yo también me siento mal por Serena, pero casarme con ella sin amor no solo sería injusto para nosotros, también lo sería para ella.

Rei miró el reloj en su portátil. Faltaba una hora y 15 minutos para la cena con el cónsul, así que aunque deseaba seguir charlando con Darien se despidió y cerro su laptop.

Estaba a punto de meterse ahora sí a la ducha cuando escuchó el teléfono timbrar. Pensó en no contestar, pues en poco tiempo tenía que estar lista, pero ansiaba escuchar su voz masculina susurrándole palabras de amor y cogió el celular.

-Darien. Te veo mañana, me tengo que...

-¿Darien?.- Escuchó la voz de Ami del otro lado del teléfono.- ¿Has estado hablando con Darien?

-¿Ami?.- Dijo sorprendia. Lo último que esperaba era que ese sábado por la tarde Ami que según sabía tenía guardia en el hospital le marcara.

Pensó que podría decir para seguir ocultando su secreto por un tiempo más pero no se le ocurría nada con que justificar haber dicho el nombre de su amado .

HOLA:

Aquí traigo un capítulo más de este fanfic. Espero actualizar pronto.

Saludos a quien pase por aquí.