Saluditos humanitos.

E regresao... Con otro cap!

Amarrense de donde puedan, porque pienso alegrarles la existencia con esto! XD

Disclaimer: Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir es propiedad de Thomas Astruc y Jeremy Zag. La idea y personajes adicionales son de mi total y absoluta autoria.

Inspiración: Astronomía. Constelaciones. Yu-Gi-Oh! Master Guide DT.

Comencemos.


Capítulo I

Grata, Stella


Su estadía en Meudon había algo sumamente inolvidable, con una gloriosa lluvia de estrellas totalmente corrida y con la plazca compañía de sus amigos, pero ya era hora de regresar a París.

La lluvia de estrellas le había servido como una poderosa fuente de inspiración y no la desaprovechó en lo absoluto. Pudo pasar tiempo de calidad con sus amigas, logró hacerse amiga de Allegra y Juliet y como si de un milagro se tratara logró mejorar su relación con el ahora no tan inaccesible Féllix.

Ya en la comodidad de su habitación Marinette dejó caer su bolso al suelo y permitió que Tikki saliera de su escondite.

‒Regresé!

Los Kwamis salieron de su escondite y fueron directamente a recibir a Marinette y a Tikki, siendo todos enfundados en un reconfortante abrazo por su guardiana.

‒Que bueno que regresaron!

‒Como les fue?

‒Vieron la lluvia de estrellas?

‒Me trajeron algo?

Sonrió ante las diversas preguntas que los Kwamis le hacían pero no alcanzó a contestar ninguna.

‒Cálmense. Apenas estamos llegando‒ Profirió Tikki

‒Tiene razón, dejen desempaque y prometo que les contaré todo con algunos bocadillos‒ Los Kwamis celebraron aquello y comenzaron a ayudarla llevando sus prendas y demás a los lugares respectivos en donde iban.

Al terminar Marinette bajó a buscar los bocadillos que prometió a los Kwamis mientras estos se arremolinaban alrededor de Tikki.

‒Como les fue en su viaje?‒ Preguntó Pollen tan educada como siempre

‒Nos fue muy bien, vimos la lluvia de estrellas, conocimos el observatorio y exploramos el palacio de Meudon!‒ Los Kwamis suspiraron asombrados ‒Como estuvieron ustedes?

‒Nosotros también disfrutamos de la lluvia desde el balcón de Mari!‒ Habló Kaalki

‒Fue hermoso!‒ Chilló Daizzi

Los Kwamis empezaron de a montón explicar todas las cosas que hicieron en su ausencia y Tikki hacía su mejor esfuerzo en poder prestarles atención a todos al mismo tiempo, sin embargo notó un tanto replegada a Barkk.

‒Le sucede algo a Barkk?‒ Preguntó ella al notar al Kwami del perro tan melancólica frente a la ventana.

‒Ha estado un tanto extraña desde que partieron al viaje escolar‒ Añadió Wayzz mostrando preocupado al igual que los demás Kwamis

‒Y no ha dejado decir que algo va a suceder‒ Añadió Trixx

‒Que cosa va a suceder?

Marinette reingresó a su habitación con un plato lleno de galletas, macarons y demás dulces para los Kwamis, los cuales se le quedaron mirando con muecas de preocupación.

‒No lo sabemos ‒ Mullo fue la primera en responder‒ Barkk ha estado un poquito fuera de si desde hace dos días.

‒Acaso Su-Han ha venido para acá en miausencia? ‒ Los Kwamis negaron ante eso

‒Creemos que está así por lo sucedido con ese feo hombre de la Orden de los Guardianes‒ Soltó Stompp cruzando sus pequeños bracitos

‒Pero no a dicho nada al respecto‒ Dijo Ziggy decaída

‒Dejen que hable con ella‒ Dejó los dulces en su escritorio y se aproximó a la Kwami ‒Barkk? Está todo bien?

Esta suspiró y bajó la cabeza mirando a su guardiana

‒No lo sé. Tengo el presentimiento de que algo va a pasar? ‒ Dijo la Kwami, Marinette la tomó entre sus manos y la acercó

‒Algo bueno o algo malo?‒ La pequeña Kwami encogió sus hombros mientras negaba

‒No sabría decírtelo, Marinette‒ Se sintió mal al verla tan decaída

‒No te preocupes, estoy segura que pronto resolverás esa duda‒ Le dijo buscando animarla ‒Traje algunos dulces, Tikki y yo tenemos mucho que contarles de nuestro viaje a Meudon‒ Las orejas de la Kwami tintinearon ante la palabra dulce y la miró fijamente‒ Gustas?

‒Si, por favor

Sonriente llevó a Barkk con el resto de los Kwamis, quienes se mostraron sumamente complacidos al no verla decaída; todos tomaron asiento cerca del plato de dulces ansiando escuchar lo que Marinette y Tikki iban a decir.

Pasó toda la tarde con los Kwamis platicando sobre lo sucedido en su viaje, sintiéndose amena después de un largo tiempo.

Ya llegada la noche se alistó para cenar con sus padres, contándoles todo lo sucedido en su viaje para después darse una relajante ducha. Ya enfundada en sus pijamas fue directo a su cama lista para dormir, le dio las buenas noches a los Kwamis y se durmió.

Ya pasada de la medianoche Marinette sintió una pequeña presencia acurrucarse contra su cuello. Se trataba de Barkk.

‒Que pasa Barkk?‒ Preguntó ella somnolienta

‒No puedo dormir, Marinette‒ Confesó la Kwami con gesto abatido y Marinette pudo sentir que se trataba de aquello que la tenía contrariada‒ Puedo dormir contigo y con Tikki?

‒Claro que si, ponte cómoda‒ No podía decirle que no y menos cuando le ponía esos ojitos de cachorro abatido, ya se encargaría de descubrir aquello que la inquietaba

El Kwami del perro se acomodó mejor con la franco-china y esta regresó a su dulce sueño con la compañía de dos Kwamis. Sin embargo, algo extraño sucedió a mitad de la madrugada.

Un fuerte ruido resonó en su habitación seguido de un poderoso estruendo que alcanzó a mover todo en su habitación. Alarmada, ella y ambas Kwamis se levantaron de su cama sintiéndose aterrada por aquel ruido.

‒Que fue eso!?‒ Exclamó Tikki asustada

‒No lo se. Solo espero que no esa un Akuma

Se levantó de su cama y subió a su terraza con las dos Kwamis tras su rastro. Su rostro fue recibida por la fría brisa de la noche acompañada por una estela de humo que de a poco se alzaba a los cielos. Se aferró a su baranda cubriendo su boca y nariz para no inhalar el humo y observó desde su altura todas las extensas de la Place de Vosgos destruidas por lo que parecía ser un gran meteorito. Los árboles allegados a este estaban totalmente calcinados, el carrusel de la plaza estaba totalmente destruido y con un gigantesco cráter en donde reposaba la descomunal roca espacial.

Las luces de los edificios allegados comenzaron a encenderse y los curiosos se asomaron para saber más del extraño suceso que los despertó a plena madrugada, casi a nada de amanecer.

‒Un meteorito... Era eso lo que te tenía tan tensa, Barkk?‒ Preguntó la chica a la Kwami la cual asintió de forma queda. Era el Kwami del perro, y dicho animales sabían presentir cuando malo iba a suceder y ahora lo acababa de comprobar ‒No pensé que fueras capaz de eso...

‒Yo tampoco‒ Respondió la Kwami

Tikki por su lado no prestaba atención a la conversación que ambas llevaban sobre el recién descubierto talento de Barkk, esta estaba enfocada en otra cosa, algo que parecía moverse cerca del meteorito...

Algo parecido a un humano!

‒Marinette! Hay alguien moviéndose por ahí!

El grito alarmado de Tikki provocó que Marinette fijara su vista en el punto exacto de la plaza, comprobando con exactitud lo que su Kwami decía. Había una persona moviéndose cerca del meteorito...

Y no se veía para nada bien.

‒Mamá! Papá!‒ Llamó a sus padres despavorida importándole poco si despertaba a alguien, ya que dicha colisión pareció haberse encargado de eso‒ Llamen a una ambulancia! Rápido!

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Al Día Siguiente...

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-Aquí Nadja Chamack con las Noticias. Luego de la lluvia de estrellas sucedida hace tres días un cometa de proporciones gigantescas aterrizó en la zona en los terrenos de la Place de Vogos, destruyendo propiedades cerca del mismo. Se cree que este cometa estuvo orbitando sobre el hemisferio y aprovechó la lluvia para descender. No han habido reportes de heridos, sin embargo las autoridades han evacuado a todos los posibles civiles del barrio Le Marais y sus aproximados.

-Las autoridades locales encontraron a una joven herida en la zona de colisión del cometa. La joven desconocida aún no identificada presentaba terribles quemaduras de tercer grado y profundas lasceraciones en el cuerpo; el alcalde declaró estar a cargo de los gastos de reconstrucción de la plaza y las zonas destruidas mientras la autoridades pertinentes localizaban a los familiares de esta desafortunada joven, quien fue víctima de tan fortuito suceso.

Ok, eso fue suficiente ... Tomando el control remoto de la televisión, quitó ese programa y lo sintonizó en otro.

Dejó escapar un suspiro resignado algo quedo, la joven estrella no recordaba las condiciones en las que había venido a la tierra o en que momento siquiera llegó pero no tenía quejas algunas... Aunque había experimentado uno de los mayores males de toda la existencia...

El dolor...

En sus casi eternos eones de vida nunca había sentido una sensación tan física y dolorosa, ni siquiera cuando jugaba con el Lince o la pequeña cría de Regulus y para ser honesta... No deseaba volver a sentir eso, NUNCA.

‒Mhn… Esto me da comezón‒ Sirio comenzó a rascarse las vendas que cubrían sus brazos y porción de su pecho- Ahora comprendo la rabia que los hospitales le dan a los humanos.

En su brazo izquierdo había una vía intravenosa conectada a una bolsa de líquido que no supo reconocer pero si sabía lo que era.

‒No entiendo por qué me ponen esto... No tengo la misma composición biológica que ellos... Puedo sanar rápidamente sin necesidad de sus atenciones

Con un puchero de frustración en la boca, comenzó a quitarse las vendas que la rodeaban, poco a poco, con cuidado de no tirar de la aguja con demasiada fuerza en el brazo y lastimarse nuevamente. Sintió un alivio atravesarla cuando se quitó todos los vendajes por completo.

‒Ah~ Mucho mejor~

Fuera de su habitación de hospital se escuchaban varias voces que no pudo identificar y parecían sonar muy molestas por lo visto.

‒No tenemos información sobre ella, ni nombre, ni edad, ni ubicación, nada‒ Era una voz masculina la que hablaba llena de autoridad y un deje de exasperación

‒Y sus padres?‒ Esta vez fue una voz femenina muy refinada que sonaba preocupada.

‒Tampoco tenemos ninguno

Ladeó la cabeza sin comprender. Un nombre? Hasta donde ella entendía su nombre completo era Alfa Canis Majorais y ella estaba entendida bajo el nombre de Sirius, la estrella mas brillante del Cielo Nocturno. Edad? Era más vieja que misma tierra. Ubicación? Fácil! El Cielo Nocturno. Padres? Ni ella misma los conocía pero tenía entendido tener un familiar allegado a ella llamada Sirius VY pero eso fue hace Eones.

‒Tal vez debería adaptarme a sus costumbres‒ Musitó para si misma‒ Sería una excelente oportunidad para conocer a los humanos más de cerca!

Que alegría! No medio en pensamiento en como su tan ahnelado deseo se hubiera cumplido por su cuenta. Calmadamente se regocijó en su camilla y se dedicó a prestar atención a las voces a fuera de su habitación.

‒Podemos entrar a verla?‒ Escuchó la misma voz femenina

‒Por supuesto, dejen que encuentre a su doctor

Las voces se detuvieron y la puerta de su habitación comenzó a abrirse.

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El oficial Raincomprix se retiró para ir en busca del doctor que había atendido a la chica misteriosa mientras que el matrimonio Dupain-Cheng se preparaba para encarar a la desafortunada joven víctima de aquel suceso.

La noche anterior ambos habían sentido aquel estruendo pensando ingenuamente que se trataba de un Akuma pero no mediaron en los gritos alarmados de su hija pidiendo una ambulancia de forma de forma urgente, alegando que había una herida en los terrenos de la plaza.

Como era de esperarse, salieron hasta la plaza y comprobaron con exactitud a lo que su hija se refería. Una joven con feas quemaduras hasta la médula y un rostro casi irreconocible por las heridas recibidas, obviamente que llamaron a la ambulancia y no se movieron del hospital hasta saber noticias de esa joven.

Y ahora estaban a nada de verla de frente.

‒Seamos fuertes Tom, esa chica necesita apoyo‒ Habló Sabine a su esposo quien asintió con gesto decidido

El panadero abrió la puerta en su totalidad obteniendo una vista directa de la habitación de hospital, ambos se encontraron con algo que no se esperaban.

‒Ah! No sabría que tenía visitas

Una cantarina y meliflua voz llegó a sus oídos, frente a ella se hallaba la misma joven que hallaron en terribles condiciones... Totalmente sana y salva, sin ningún tipo de imperfección sobre su blanca piel de porcelana.

Se sintieron en paz al ver su hermosa y etérea apariencia ciertamente familiar a la de su hija, los largos mechones azabaches con reflejos azules caían es cascada por sus hombros y sus acobaltados fanales los miraban con curiosidad y amena calma, como un cervatillo que apenas y conocía el mundo con un intrigante mechón curvo sobre su cabeza muy parecido a un ahoge.

‒Sucede algo, señores?

Preguntó con su melodiosa voz que inundó sus oídos cual sinfonía de Beethoven. Aquellas perlas azuladas muy parecidas a las de Marinette tan llenos de inocencia y curiosidad.

‒No, en lo absoluto linda‒ Habló Sabine con calma‒ Solo queríamos saber como estabas

‒Nos diste un feo susto cuando te encontramos en la plaza, señorita‒ Prosiguió Tom igual de calmado que Sabine‒ Pensamos que no tendríamos tiempo de poder salvarte.

‒Oh! Que considerado de su parte. Muchas gracias... Uh... Cuales son sus nombres?

‒Mi nombre es Sabine y el es mi esposo Tom‒ El más grande le saludó

‒Como te llamas, linda?

La estrella abrió la boca lista para responder pero se trabó al hacerlo borrando su sonrisa en el proceso. No podía decirles que se llamaba Sirio o que era una estrella, aquello seguramente arruinaría su experiencia con los humanos.

El matrimonio Dupain-Cheng malinterpretó su traba y por consiguiente su silencio. Una de las enfermeras les había dicho que la Amnesia era algo más que probable dado a los golpes en su cabeza y a su vez posibles lagunas, desmayos y dolores de cabeza. Miraron con pena a la joven no sabiendo exactamente como proseguir aquella conversación.

Cerca de su camilla Tom observó el portapeles con la debida información acerca de la chica, lo tomó y lo abrió sorprendiéndose con lo que leía pero decidió pasar aquello por alto, puesto que en la sección que señalaba su nombre, la enfermera encargada decidió escribir uno con un bolígrafo de tinta roja

Bridgette

‒Como?

Miró a la chica sorprendido, había dicho aquello en voz alta

‒Es ese mi nombre?‒ Preguntó ella con ingenuidad

‒Eh... Si

‒Sabes si ese es tu nombre real?‒ Preguntó Sabine tomando una de sus manos

‒No lo se, pero no se oye tan mal‒ Respondió nuevamente olvidando por un momento sus preocupaciones sobre su descendencia estelar‒ Déjenme comenzar de nuevo... Mucho gusto señor y señora Dupain-Cheng, soy Bridgette.

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Francoise Dupont...

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Decir que estaba tensa era poco... Al paso que iba no le quedarían uñas por la ansiedad!

Todos los que llegaban a la escuela casi de forma inmediata su atención se desviaba a la zona acordonada de la Place de Vosgos en donde aun residía el gigantesco meteorito junto a varias maquinas de excavación listas para fragmentar la gigantesca roca y enviar sus restos al observatorio.

Pero lo que sin duda le preocupaba era la chica que se hallaba cerca del meteorito. Su mente no podía borrar aquellas feas heridas que vio en ella, las quemaduras, su rostro casi deforme... Era demasiado feo.

Sus padres quedaron en avisarle cualquier detalle que sucediera con la chica y el hecho de no recibir siquiera un mensaje la tenía devorando la cutícula de su pulgar.

‒Marinette. Te lastimarás el dedo si sigues comiéndotelo así‒ Le reprochó Tikki‒ Entiendo tu preocupación pero tus dedos no tienen que sufrir por eso

‒No se que hacer, Tikki! Necesito saber si ella esta bien!‒ Soltó exasperada llevando sus manos a su cabeza ‒Nunca pensé que el presentimiento de Barkk sería algo tan severo y eso me tiene mal

‒Ten paciencia Marinette, te aseguro que todo va a estar bien

Sonrió un poco más calmada ante las palabras de Tikki. Tenía razón, el hospital de París tenía excelentes doctores, seguramente la pobre chica estará más que bien en menos de lo que se espere.

Sintió su semblante mejorar y dejó su dedo, ya luego se encargaría de sanarlo en casa. Dio un último vistazo a la plaza e ingresó al patio de su escuela con rumbo al salón, no alcanzó siquiera a llegar a su asiento debido a la masa de cuerpos que se abalanzaron sobre ella.

‒Marinette!

‒Estas bien?

‒No te pasó nada?

‒No estas herida?

‒Tu y tus padres están bien?

Las chicas de su salón se le abalanzaron hasta dejarla en el suelo, enfundándola en un pesado pero bien recibido abrazo mientras arrojaban preguntas sobre su condición. Por que si, la noticia del meteorito en el Place de Vosges sería la novedad por las últimas semanas pero saber como se encontraba su amiga parecería ser también la novedad del día o la semana.

‒Oigan! No tendremos respuesta si la ahogan!‒ Fue Nino quien dijo aquello

Las chicas obedecieron y la franco-china finalmente se reincorporó con ayuda.

‒Gracias y descuiden, estoy bien y en una sola pieza

‒Pensamos que algo te había sucedido‒ Habló Rose con preocupación llevando sus manos a su pecho

‒O a la panadería‒ Le siguió Juleka

‒Pues ya vez que no, la panadería y yo estamos en perfectas condiciones‒ Alegó esta con una gran sonrisa

‒Que gusto saber eso, chica‒ Habló Alya

Se sentían bien al saber que Marinette estaba en optima condiciones, si puede que estuviera algo extraña esas últimas semanas pero seguramente se trataba de algo de lo que la franco-china pronto les confiaría.

‒Muy bien clase, vayan todos a sus asientos‒ Habló la maestra ingresando al salón, todos obedecieron y fueron directo a su lugares. Ya sentada en su sitio Marinette notó el asiento vació al lado de Nino y tampoco escuchaba las falacias que Lila soltaba.

Estaba lista para preguntar, pero Chloe se le adelantó

‒Por que Adrien no está aquí?

‒El señor Agreste aclaró que Adrien estará ausente por el día de hoy dado a una sesión de fotos‒ Explicó esta para Chloe y Marinette sonrió complacida

‒Y que hay de Lila?‒ Preguntó Mylene para disgusto de Marinette

‒Su madre dijo que por problemas de salud no podría venir, al parecer los gases liberados por el cometa podrían hacerle daño‒ Respondió ella y la clase entera comenzó a lamentarse por la italiana, salvo Chloe y Marinette‒ Por favor, asegúrense de enviar el material de esta clase a ambos, lo necesitaran para el examen de la semana que viene‒ Todos asintieron‒ Excelente, esta día hablaremos de los colonizadores y sus expediciones a América, por favor ubíquense en la página 35...

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Lycée Henry IV...

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‒Dime que lo viste?

‒Es gigantesco, destruyó el carrusel de la plaza

‒Dejó un cráter casi del tamaño de una piscina olímpica

‒Supe que encontraron una chica cerca del cometa muy malherida

‒Los de la panadería no abrieron hoy

‒Espero y esa chica se encuentre bien

Ese era el tema de habla en todo el campus del Lycée, no había boca que no comentara sobre el gargantuoso cometa o sobre la infortunada joven víctima del mismo. En parte le preocupaba mucho aquello último, sonaba a casualidad que aquella joven apareciera junto al cometa y que justamente después de ese suceso una estrella desapareciera mágicamente del cielo.

Las estrellas no desaparecían así por así, primero debían consumir todo el Helio habido en su interior para después explotar y formar nuevos objetos de espacio profundo o formar un agujero negro desde su ubicación. Para cualquiera aquello sin duda era algo insignificante, pero aquello no se trataba de una estrella cualquiera...

Sino de la más brillante de todas, capaz de rivalizar tal brillo y potencia con el del mismísimo sol.

Sabía que las cosas se pondrían muy reñidas allá arriba dada a su ausencia.

No, reñidas era un adjetivo muy corto para lo que la ausencia de Sirio significaba en el cielo.

Ellos estarían muy molestos...

‒Señor Galius? Esta en la tierra?

Una mano se meció delante de el, encontrándose con el rostro de un chico de piel clara con cabello castaño rojizo y ojos de color marrón vestido con un sencillo traje de mesero.

‒Mis disculpas Sam, estaba pensando

‒Descuide, a todos nos pasa‒ Respondió como si nada‒ Aquí esta su café amargo y sus croissants.

‒De donde siempre?

‒De donde siempre, señor. Los mejores Croissants de este Lycée solo pueden venir de la mejor panadería de París.

‒Gracias, Sam

El joven se retiró con un cabeceo y regresó a la pequeña bodega a preparar mas ordenes para los estudiantes que comenzaban a tomar asiento en las mesas allegadas al mismo.

Ya se encargaría de descubrir lo sucedido con la desaparición de Sirio, quería saber como se encontraba la pequeña Dupain-Cheng.

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‒Recuerden repasar el material para el examen, chicos. Esa nota será necesaria para pasar el semestre.

Las clases habían terminado y cada quien se dirigía a su respectivo hogar, bueno, casi todos. Habían algunos quienes se dirigieron con rumbo a las afueras de la plaza para curiosear más acerca del cometa o simplemente para perder el tiempo.

Saliendo del salón acompañada de sus amigas, Marinette caminó fuera del patio hasta las escaleras en donde se encontró a la japonesa con su equipo de esgrima bajando de su vehículo. Apenas y la vio esta salió corriendo hasta quedar frente a ella.

‒Marinette!

La aludida no alcanzó a responder puesto que los brazos de la japonesa ya la tenían envuelta en un fuerte abrazo que le sacó todo el aire.

‒Ka-Kagami... No respiro...‒ Dijo a duras penas

‒Que bueno saber que estas bien‒ Dijo esta separándose de ella ‒No estas herida?

‒Tranquila, Kagami. Como vez estoy bien‒ Respondió ella sintiéndose liviana al sentir la preocupación de la japonesa

‒Es un alivio, Adrien también se preocupó mucho cuando supo las noticias... Se alegrará tanto saber que estas bien y en una pieza

Aquella livianes desapareció ante la mención del rubio. No es que lo odiara o algo por el estilo pero ella sabía que sus sentimientos por el seguían algo renuentes y cada que se le mencionaba se sentía rara y más con su reciente relación con la japonesa.

Sus amigas sintieron aquella incomodidad en ella e intentaron intervenir para ayudarla pero el sonido del teléfono de la franco-china resonó.

‒Disculpa Kagami‒ Se separó un poco de ella y revisó su teléfono, era una llamada de su madre. No medió en lo absoluto y contestó ‒Hola? Mamá?

En lo que ella se mantenía ocupada con la llamada, Kagami se acercó a Alya con gesto interrogante, ella también había notado a Marinette un tanto extraña.

‒Le sucede algo a Marinette?

‒Nos gustaría poder responderte eso‒ Habló Alix

‒Tiene así desde hace un tiempo‒ Siguió Mylene

‒Debe se estar estresada por algo‒ Prosiguió Alya ‒Intentamos ayudarla pero ella se negó y terminó echándonos de su habitación

‒Incluso terminó su relación con mi hermano‒ Aquello último dicho por Juleka terminó por llamar la atención de Kagami

‒Como?‒ Ella estaba segura de que la relación entre el músico y su amiga sería plena y duradera como la suya lo sería con Adrien, pero no se imaginó que esta terminaría tan pronto...

Solo salieron por dos semanas!

‒Si conozco a Marinette ella dirá todo aquello que le preocupa cuando ella lo vea conveniente‒ Habló la japonesa a las demás ‒Como sus amigas, nuestro deber es apoyarla cuando ella más lo necesite y estar siempre ahí incluso cuando ella no lo quiera. Solo hay que ser pacientes y darle tiempo.

Se le quedaron viendo pensando en sus palabras. Tenía razón, si algo le preocupaba a ella, sin duda se lo diría a todas ella. Se sintieron mal al pensar en la ocasión en la que fueron a su casa a exigirle respuestas del porque se hallaba tan mal y no solo consiguieron que ella las echara, no por haber arruinado una vieja casa de muñecas muy valiosa para ella sino por haberla presionado cuando no se sentía lista.

Que clase de amigas eran?

Debían compensarle aquello.

‒En serio!? Ella esta bien!?

La voz de Marinette las sacó de su culpa interna, se veía emocionada y en cierto punto aliviada y no sabían por que.

‒Venir a casa? Claro! No hay problema!... Puede quedarse en mi habitación... Le daré mi cama si lo necesita...! Si! Alistaré todo para su llegada... Los veo pronto!

Terminó la llamada y sonrió aliviada. La chica misteriosa estaba sana y salva... Y vendría a su casa! Necesitaba alistar todo en su casa para su llegada... Los bocadillos, las bebidas, alistar su cama, algunas prendas para que pueda usar.

‒Marinette? Esta todo bien?

Cierto... No estaba sola...

‒Ah... Si Alya! Todo está bien!‒ Soltó con una sonrisa inexplicablemente grande‒ Es solo que alguien vendrá a casa y quedé en alistarla en lo que mis padres iban a buscarla

‒Oh... Necesitas que te ayudemos?‒ Aquello podría ser una buena oportunidad para pasar tiempo con ella y compensar su error de la otra vez

‒Me encantaría mucho Alya, pero creo que no le gustaría mucho amis padres‒ Dijo esta con expresión de disculpa‒ Es una invitada un tanto delicada y no creo que las visitas sean requeridas, al menos no por ahora.

Aquello las confundió y justo cuando se dispusieron a preguntar el por que Marinette salió corriendo directo a su casa, dejando a las chicas con la palabra en la boca.

‒Se los dije y se los repetiré, sean pacientes y denle tiempo‒ Fue lo último que dijo Kagami para después irse a sus practicas de esgrima.

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Con la ayuda de los Kwamis Marinette tuvo la casa lista en tiempo récord. Se encargó de limpiar y desinfectar cada extremo posible, cambió las sábanas de su cama por unas más limpias, ordenó las cosas que según ella estaban fuera de lugar y le sobró tiempo para hacer una pequeña pancarta de bienvenida a la joven. Ya con todo listo fue a darse una ducha para estar presentable mientras los Kwamis vigilaban.

Ya lista, bajó a la sala lista para recibirlos y para cuando lo hizo jamás esperó encontrarse con eso...

La miró confundida y sin palabras, algo debía de estar mal... Muy mal...

Y no era su reverendo parecido con ella...

Sus padres le habían dicho en la llamada que según los doctores y enfermeras, la chica tenía heridas muy serias y fatales y un severo caso de amnesia. Estaba totalmente irreconocible cuando la vio ser puesta en esa ambulancia para ser trasladada al hospital, pero no, ahí estaba ella...

Tan pulcra, sana y sin ninguna imperfección en su piel de porcelana salvo por la venda en su frente. Era completamente incomprensible.

Abatida por su pronta recuperación y aun en su estupor se acercó con cuidado hacia ella y extendió su mano lista para presentarse.

‒Hola... Soy Marinette‒ Estrechó su mano con la suya teniendo el mayor cuidado posible ‒Es un placer conocerte y ver que estas bien

‒Mucho gusto Marinette. Soy Bridgette.

Ese nombre caló en su cabeza. Era uno que verdaderamente le lucía perfecto gracias a su significado: Fuerte. Y a sus ojos eso es lo que ella era en un muy extraño sentido.

‒Te estaba esperando, por favor pasa y siéntete como en casa.

‒Muchas gracias.

Estando en la sala-comedor, la estrella miró maravillada la pequeña y acogedora residencia. Era verdaderamente adorable y mentiría si dijera que aquella pancarta de bienvenida no alegró su día. Que detalle el suyo!

‒Por que no la guías a tu habitación, hija‒ Propuso Sabine ‒Tu padre y yo nos encargaremos de la Panadería

‒Claro, ven Bridgette. Te mostraré en donde puede quedarte‒ Llamó a la joven la cual parecía estar sumamente distraída con sus alrededores

‒Voy!

Subiendo por las escaleras al desván, la estrella se maravilló al ver la habitación de su anfitriona de un lindo color rosa magenta suave y la forma en la que esta congeniaba con su anfitriona.

‒Tu habitación es hermosa, Marinette‒ Alabó la estrella, era la primera vez que ingresaba a la habitación de una humana y no una cualquiera.

‒Gracias, me aseguré de tenerla en perfectas condiciones solo para ti‒ Dijo ella ‒ Allá arriba esta mi cama en donde puedes acomodarte si gustas.

‒Tu cama?‒ Marinette asintió‒ Y tu donde dormirás?

‒Yo puedo dormir en mi diván, no te preocupes‒ Fue donde el mismo y tomó asiento en el. Ante eso la estrella frunció el ceño

‒No creo que eso sea correcto. Es tu habitación y tu cama‒ Profirió ella‒ Yo puedo dormir en el diván

‒No, insisto. Eres la invitada‒ Intentó convencerla pero esta negó con la cabeza

‒Pero esta es tu habitación, me sentiría una invasora si hago acopio de tu cama y no deseo eso‒ Se explicó con serenidad ‒Si puede que esté delicada por eso del hospital, pero eso no es excusa.

‒Uh... Yo...

‒Yo dormiré en el diván, no te preocupes‒ Soltó ella sonriente ‒Cambiando de tema. A donde llevan esas escaleras?

El repentino cambio de tema la sobresaltó más no comentó nada.

‒Sígueme y lo verás

Su expresión de sorpresa la enterneció por completo en cuando vio la vista que se cernía desde su balcón. Podía jurar que parecía un cachorrito emocionado de jugar con su dueño por primera vez.

‒Wow... Es increíble!

‒Si, lo es... Por allá está la catedral de Notre Dame‒ Señaló el edifico no tan lejos de su hogar ‒La torre Eifell esta por allá‒ Señaló el monumento ‒ Y ahí es donde estudio‒ Señaló el Francoise Dupont

‒Cielos, solo cruzando la calle‒ Rió al ver la diminuta distancia ‒Cuando podremos ver toda la ciudad?

‒Un día de estos prometo mostrarte los mejores lugares de la ciudad‒ La estrella sonrió complacida, ella ya conocía aquellos esplendidos monumentos desde su distancia y su aguda y afilada visión pero le entusiasmaba mucho el verlas de cerca ‒Necesito repasar unos apuntes para un examen.

‒Oh! Gustas algo de ayuda?

‒Sabes la materia de historia?

Bridgette sonrió ampliamente. Que si sabía historia? Ella había visto cada logro de los humanos desde hace tiempos inmemorables, aquello era una pregunta absurda pero se contuvo de responderla.

‒Domino bien la materia.

‒Perfecto!

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Mansión Agreste...

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Estaba agotado a más no poder, la sesión había sido ciertamente estresante. El fotógrafo tuvo que trasladar todo el equipo al Jardín de las Tullerías tras lo sucedido en la Place de Vosgues y el que los demás le recordaran eso solamente lo hacía sentir preocupado con respecto a la franco-china y su familia.

Ante la idea suspiró nuevamente hartando de por si a la compañía que yacía en la silla de su escritorio con un clásico ejemplar de Agatha Christie.

‒Estoy a nada de ahogarte con la almohada si sigues suspirando como damisela en apuros‒ Rechinó este sin apartar la vista de su libro

‒Perdón, Félix... Solo estoy preocupado por Marinette‒ Félix rodó los ojos tras su libro... Ahí vamos de nuevo...

Que fastidio era presenciar a su primo derramar sus sentimientos de esa forma por la panadera, aun teniendo a esa fría japonesa como pareja... Era patético... Ambos eran patéticos... Pero uno superaba al otro con creces.

‒Si tanto te preocupa la panadera, llámala‒ Fue su respuesta

‒Ya lo intenté, pero no contesta‒ Suspiró derrotado poniendo su brazo sobre sus ojos

‒Entonces ve a verla a su casa‒ Habló nuevamente comenzando a hartarse del pesimismo de su primo

‒Papá no me dejará salir y menos si implica acercarme a la zona de choque del cometa

Suficiente!

Con un resoplido harto Félix cerró bruscamente su libro asustando a Adrien y en menos de lo que el modelo se lo esperaba tenía el rostro malhumorado de su primo mirándolo fijamente.

‒Entonces prefieres ahogarte en la gracia de no saber nada de ella? Me decepcionas primo, y la haces llamar una de tus mejores amigas... Que patético‒ Soltó aquello en su rostro y se separó para dirigirse a la puerta‒ Cuando decidas que hacer por fin, llámame.

Y dicho esto salió de habitación dejando a Adrien abatido por las palabras de Félix. Aprovechando la soledad, Plagg salió de su escondite con un pedazo de Camembert entre sus diminutas patas y miró a su portador.

‒Eso fue rudo, chico‒ Soltó este dándole una mordida a su queso

‒Tiene razón... Soy patético‒ Suspiró este girándose en su cama hasta quedar de lado‒ No puedo ir a ver a Marinette y ver si está bien.

‒Mhm... Tal vez tu no puedas hacerlo‒ Llevó el pedazo de queso a su boca y lo devoró de lleno‒Pero Chat Noir si...

Todas las luces dentro de Adrien se encendieron. Claro! Como no lo había pensado antes?

‒Plagg, eres un genio

‒Dímelo más seguido, chico, se que lo soy.

Estaba decidido... Esta noche visitaría a Marinette...

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Más Tarde...

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Ya en la entrada de la noche y transformado en Chat Noir, salió de su habitación saltando de tejado en tejado bajo el sombrío velo de la noche con las brillantes estrellas iluminando su camino, las cuales parecían verse más cercanas a la tierra más que antes. Posándose sobre el tejado de uno de los edificios del Barrio Le Marais, observó el destruido terreno de la plaza con los vestigios de su destrucción provocada por el cometa del cual aun residían restos de mediano tamaño junto a la maquinaria de construcción presente en la misma. Desde su posición miró de lleno a la panadería la cual para su alivio estaba totalmente intacta y en su balcón se hallaba la persona a quien el buscaba.

‒Sabía que la encontraría a estas horas‒ Musito para si, sin embargo, no pudo evitar notar a "Marinette" un tanto diferente. Se veía más alta, su piel parecía brillar y su cabello se veía más largo que antes y con una peculiar banda blanca sobre su frente‒ Mhm... De seguro a estado alimentándose bien...‒ Se encogió de hombros creyendo su excusa‒ Bueno, hora de hacerle una visita.

Usando su bastón se impulsó con el mismo y llegó a la parte trasera del balcón. Una pequeña sorpresa visita no le haría mal, verdad?

Con sigilo bajó hasta el piso del balcón y se mantuvo lo suficientemente cerca como para hablarle.

‒Buenas noches, princesa? Que gusto el verla en esta noche tan radiante‒ Saludó este con una reverencia más no recibió respuesta, solo vio como la chica se tensaba en su sitio‒ Marinette?

Lo siguiente que pasó sin duda no se lo esperó, la chica se giró con miedo y de la nada comenzó a gritar espantada. Chat Noir se erizó de repente... Ella no era Marinette...

‒E-Espera... Po-Podemos solucionarlo hablando...‒ Intentó razonar el nerviosamente al verla tan aterrada.

Bridgette en pleno arranque de pánico tomó la silla del balcón y la alzó en una pose amenazadora. Quien demonios era ese sujeto? Y porque se aparecía a mitad de la noche en el balcón de Marinette? No lo sabía, pero sabía que debía deshacerse de el cuanto antes.

Chat Noir palideció al verla armada con la silla del balcón y retrocedió cauteloso, no atacaría a esa chica desconocida que guardaba similitudes con Marinette... Pero tampoco quería ser apaleado por una silla.

‒Escucha... Se que esto se ve muy mal... Y comprendo que estés aterrada...‒ Trató de razonar nuevamente retrocediendo cauteloso, mas ella se le acercó un paso más‒ No busco lastimarte... En serio... Um... Doble de Marinette?

Al mencionar eso pareció haber encendido una especie de chispa en sus ojos, y lo único que supo procesar era como la silla se aproximaba peligrosamente a su cara... Su preciosa cara...

Bueno... Valió salchichas...


Ut Permanere...


Que tal, mi gente? Que tal su vida? La mía está fine...

Si... Se que debí de haber actualizado Arcana... Pero el duelo entr es muy largo, así que tardará un poquito más en salir, así que gocen este mientras tanto ;P

Ahora a temas serios... Quien comenzó a ver la 4ta temporada? Yo si y la verdad estoy que lloró por tanto drama pero eso me emociona y me inspira en cierto sentido. Puede que esta historia tenga pequeños fragmentos de la cuarta temporada y así... OJO! Esto que está aquí *Se auto señala así misma* no sabe contener Spoilers so... Salchichas!

Y con esto me despido. Díganme que les pareció este capítulo y me aseguraré de hacer algo idéntico en el siguiente.

Ahora si...

Bye!

Hasta el próximo capítulo!

P.D. Los Reviews son gratis y demás.

P.D.2. Si hay dudas, preguntas o lo que sea no duden en escribir ;)