Capítulo 2: Loan Loud, inicios de una familia.
Loan Loud nació en el hospital de Great Lakes City, cuando su madre Lori Loud tenía apenas dieciocho años, ya una adulta, pero no estaba lista para esto.
El parto fue asistido por su abuela paterna o mejor dicho por quién su madre siempre repetía que debió haber sido su abuela.
—Es una niña, mira mi amor, tenemos una bebita hermosa —cuando las contracciones desaparecieron y el pujar ya no fue necesario, Bobby, el amor de su vida le acercó a su pequeña.
—Es hermosa, hola mi pequeña Loan, soy tu mami —aunque todavía débil por su labor de parto y con la cabeza llena de dudas sobre el padre de su hija, Lori se enamoró de la pequeña, 3.5 kg de peso, bien desarrollada, una perfecta salud en sus primeros momentos de vida, unos pequeños pero visibles cabellos dorados, muy dorados, casi blancos tal vez.
El matrimonio de la rubia y el latino iba tan bien que nadie se dio cuenta que de un momento a otro las cosas cambiaron, de repente por las actitudes distantes de Lori ambos estaban viendo a una terapeuta matrimonial.
Los años pasaron, la pequeña Loan tenía apenas unos dos años cuando en su inocencia con muy poco o casi nulo uso de razón presenció una discusión entre sus padres.
—Bobby, te juró que no lo recuerdo, esa noche, tú no fuiste al baile, yo me sentí mal, bebí demasiado, cuando Carol me trajo a casa apenas podía caminar y yo…
—¡¿Tú qué Lori?! ¡Si me vas a decir que el licor te hizo ir a la habitación de tu hermano y hacerle eso, mejor guárdatelo! —Bobby estaba alterado, quería llorar, vomitar, su vida había cambiado en un segundo cuando su esposa después de varias sesiones de terapia de pareja le dijera los orígenes de su hija, que ahora se enteraba no lo era.
—Osito, te juró que si te lo dije es porque te amo, no puedo vivir sin ti, ella tampoco, sólo que no podía mentirle al hombre de mi vida, eres mi esposo …
—Suficiente Lori, literalmente, vas a matarme —se sentó para asimilar un poco lo que pasaba, miró a Loan en su cuna, aunque tenía sentimientos encontrados el sabía algo, amaba a esa pequeña, por lo que se acercó a ella ante la mirada asustada de Lori —. Ven mi niña ¿Te asustaste? Aw lo siento mi amor, papá no volverá a gritar, te lo prometo, no estés triste Loan, papi te ama —muy a pesar de eso que decía, la palabra "padre" le hacía eco en la cabeza cada vez que siquiera pensaba en pronunciarla.
—¿Lo ves Bobby? Ella es tuya, es nuestra, sé que esto es difícil pero si lo hablamos…
—Oh claro que lo hablaremos, pero no aquí, no con ella, llama a mamá —Lori abrió más los ojos por su petición—. No le diré nada. Todavía no, necesito que cuide a Loan y podamos hablar.
—Descuida, llamaré a mi familia ellos…
—¡No! —su voz no fue un grito, pero se sintió como una orden severa.
—¿Qué? —Lori se asustó por el tono de voz que usó Bobby.
—Nuestras familias no tienen que enterarse de esto, mi mamá la cuidará pero no le diremos una palabra a nadie.
Loan tenia recuerdos agradables de Bobby, aunque Lori le insistió los primeros años en llamarlo "papá" desistió a los ocho años de su vida, edad a la que sin comprender mucho se había enterado de quien era su padre real.
Tantas cosas pasaron y tal vez seguirían pasando.
Los recuerdos de Lori fueron interrumpidos por Lisa.
—¿Lori te encuentrash bien? —la salivosa voz que nunca pudo quitar su hermana la sacó de las remembranzas.
Miró a sus ojos, ambas habían llorado pero ella seguía lagrimeando.
—No, literalmente, no estoy bien Lisa —bajó su rostro nuevamente—. Lincoln, mi Lincoln… nuestro Lincoln ¿Por qué le tenía que pasar esto? —dicho esto dio rienda suelta su llanto nuevamente, esta vez descansando en el hombro de Lana, quien en silencio todo este tiempo estuvo a su lado.
La pregunta sin respuesta, o más bien sin respuesta que las satisfaciera, para Lisa no era algo que se debía preguntar, en ese momento sólo quería que el doctor saliera y le diera noticias de su hermano.
—Lori, bebe esto —Luan un poco más calmada, con los ojos rojos, llegó para entregarle un té a su hermana mayor, Lana lo recibió sabiendo que Lori no podía ahora.
—Ven hermana, arriba —Lana no había llorado, era raro que Lisa lo hubiese hecho y ella no, tal vez tantas situaciones cercanas a la muerte en su empleo en el Zoologico le habían dado cierto carácter. No se escapaba de tener un sentimiento de angustia en el pecho.
Lori bebió un poco de las manos de la gemela, quería vomitar, pero sabía que esto la calmaría.
El teléfono de Lana se escuchó.
—Lola —le escucharon decir Lisa de inmediato puso su atención en su hermana—. Ve despacio por favor, no dejes que Lizy sepa nada por lo que más quieras, llamaré a casa primero, en un rato te volveré a llamar para decirte a donde ir.
—Dile que por favor no deje a Lulu shubirshe al parabrishas de su auto, shi se pone complicada sholo debe darle leche chocolatada caliente.
Lana rodó los ojos.
—¿Escuchaste que hacer con la pequeña robot?
—No esh un robot Lana, esh un…
—!Una bio-androide creada a partir de tus células y las de Lincoln, lo sabemos! —todas dijeron al unísono anticipando la típica respuesta de la genio al referirse a su hija.
—Lisa no es el momento —le replicó Lana.
Las palabras de su hermana retumbaron pero evitó sentirse mal, tal vez Lana tenía razón, fue tanto que Lola al otro lado del teléfono escuchó todo.
—Sí aquí llevo una y tranquilas, nuestras pequeñas estarán bien lo prometo, debo irme no quiero tardar más.
Colgó para poner su auto previamente estacionado en marcha de nuevo, Lola sabía conducir muy bien, lo hacía desde los cinco años en sus juguetes, pero la situación actual le impedía tener el valor y las ganas de hablar por teléfono celular conduciendo a la vez.
El jardín de niños de Royal Woods siempre fue un caos, hace un año con el ingreso de Lulu Loud lo era aún más.
La creación de Lulu acarreó y provino de tantas situaciones complicadas, pero eso no le restaba amor a ella siendo lo que era, Lincoln y Lisa la adoraban, pese a que los demás más que amor a veces le temían un poco.
Un caso particular, así lo llamaba la maestra que tras varias reuniones con la familia Loud accedió a recibir a la hija de Lisa en el jardín de niños, lugar donde las tres Louds más pequeñas se encontraban en esos momentos.
—No llores Leia, la maestra dijo que esperáramos —Lizy Loud digna hija de Lana, sin miedo a casi nada cargaba a Lulu, su pequeña hermana androide como si nada, mientras intentaba calmar el miedo de su hermana favorita.
—Pero ¿Por qué tardan tanto? —víctima de preguntas en su mente infantil se mecía de un lado a otro en el piso de la guardería, que ahora solo ocupaban ellas tres, bajo la atenta mirada de la profesora.
Lulu se sacó el chupón de la boca e hizo unos ademanes con la mano que Leia no entendió.
—Ella tiene razón —al parecer Lizy sí lo había entendido—. A lo mejor Vanzilla se descompuso como siempre —dudó lo que dijo, porque su madre hace poco le había dado una mano a su padre con eso.
—Es verdad. Lamento ser así, se supone que yo las debo cuidar —avergonzada casi sollozando la chica recibió un abrazo de las más pequeñas.
—Está bien "Princesa Leia" somos familia ¿recuerdas? Nos cuidamos.
Leia sonrió ante el hermoso apodo que su hermana le tenía, le gustaba lo de princesa, más que por ese apodo su padre le presentó esa maravilla llamada "Star Wars" cuando la escuchó, no le gustó la idea de que la peinarán como a la princesa de la película pero si ver una maratón con su padre y Bobby Jr, aunque Lupa los llamara nerds.
—Sabes que a mamá, digo a tu tía no le gusta que me llames así.
—Sí, pero no entiendo eres una princesaaaa —dejó a Lulu en el suelo para saltar entusiasta siendo imitada por la bebé—. Princesa Leia de las Bluebells.
Sin duda como para Lizy que le tenía una gran admiración, para Leia ella, era su hermana favorita, el sentimiento era mutuo, cuando la exploradora Bluebell conoció por primera vez a la niña amante de los reptiles se puso a la defensiva, de pensar que tendría que lidiar con otra loca psicópata como Lupa Loud, pero la ternura y simpatía que la chica poseía la hizo amarla.
A segundos que su madre llegara en el auto haciendo sonar la bocina que ella reconoció al instante, recordó que su madre le había reclamado a Lincoln por ese apodo de "Princesa Leia" alegando algo de "Incesto entre hermanos de Luke y Leia"
Realmente no lo entendió, igualmente poco le importó, a lo mejor viendo las demás películas lo entendería.
—¡Mamá! —sin esperar a sus hermanas o despedirse de su maestra Leia corrió fuera en el estacionamiento al encuentro de su madre.
Lola la miró, se mordió los labios y acomodó sus lentes de sol.
—Mami ¿Por qué tardaron tanto… Oye donde está papá? —inevitable pregunta de su hija que la mortificó bastante al saber que debía evadirla.
—Hola, cariño ¿Por qué te quedas ahí y no vienes a abrazarme?
—Amm… Mamá tú me has dicho que hasta que no me limpie y me acicale después de la escuela no quieres que te toque o podría ensuciar tu ropa de marca —confundida de la petición de su madre, Leia afortunadamente no insistió en saber de Lincoln.
Lola desvió la mirada ¿De verdad le había dicho eso? Recordando que sí, ahora se sentía como una basura.
—Bueno, hoy vine sin ropa elegante para que me abraces hija, ven aquí —su blusa y sus jeans eran Calvin Klein en realidad, ambos costaban alrededor de trescientos dólares, pero no le importó, su hija no estaba sucia, aun si lo estuviera no rechazaría su abrazo que la pequeña le dio gustosa, a la vez muy intrigada.
—Mamá ¿Estás bien? —la pregunta ya no era molesta, a este punto era aterradora por varias razones.
—Sí hija, es que te extrañaba y quería invitarte un helado dietético deslactosado de vainilla sin calorías.
—Sí, es mi sabor favorito —en realidad no, ese era el sabor que Lola siempre compraba para ambas, ella sin protestar lo comía, no tenía más sabores para compararlo de hecho.
—Pero… tú puedes pedirlo de lo que quieras, chocolate, fresa, te dejaré elegir el sabor que gustes.
La mirada de Leia se iluminó, tanta fue la ilusión que ni el grito de su hermana la distrajo.
—Wow ¿De verdad tía Lola? ¿Iremos por helado? —de la mano con Lulu, Lizy se vio igual de emocionada.
Lola miró a sus sobrinas, dulces memorias de una Lana emocionada por el helado y que su gemela podía devorar hasta diez copas grandes del mismo formaron una sonrisa en sus adentros.
—Claro, vamos suban —sin protestar las chicas obedecieron.
Conociendo la rutina Leia sacó de la guantera un spray desinfectante, se roció con el y posteriormente a sus hermanas, acto seguido con unas muecas de desagrado por parte de las menores por ese "acondicionamiento" abordaron el auto en la parte de atrás.
Lola ajustó el retrovisor para ver que las chicas estuvieran bien, percatándose de algo que faltaba.
—Oh, cielos, no tengo una silla con cinturones de bebé para Lulu —se regañó por pasar por alto ese detalle, aunque con la situación actual nadie le hubiera reclamado nada que hubiese olvidado.
—No te preocupes tía lola, mira esto —Lizy miró a la chica con chupón y con unas señas que parecía estar amarrando algo le dijo —. Unidad fraternal 1U, protocolo de seguridad.
De inmediato Lulu produjo de su mameluco especial cuatro cables mecánicos de la parte superior e inferior de su espalda que como si hubiesen estado diseñados para ello se adhirieron al asiento, así fijando a la bebé al mismo.
Madre e hija rubias se miraron más sorprendidas y perturbadas que relajadas por el hecho de tener "seguridad" para la "bebé"
—Sí. A veces olvido que ella puede hacer eso… Como sea, vamos por el helado.
Una sonrisa emocionada de las menores ayudó a que Lola se distrajera un poco de la situación, sin embargo su misión era eso mismo, distraer a las más pequeñas.
Al tiempo que esto sucedía, si la casa Loud antes era un desastre, ahora lo era mucho más, paradójicamente, estaba en silencio.
—¿L-oan va es-star bi-bien? —el pequeño y tartamudo Robert Loud Jr miraba asustado a su hermana en la cama mientras su madre le ponía una bolsa de hielo en la cabeza.
—Sí, hijo, fue sólo un pequeño ataque de ansiedad, sus pastillas e inhaladores harán el resto no te preocupes —tratando de sonar segura ante su hijo, Ronnie esperaba no tener que llamar a Lori.
Ronnie Anne amaba a Loan, casi como una hija propia.
Loan había escapado de casa a los diecisiete años, la separación de su hermano Bobby y Lori, que conllevó a una oscura época de alcoholismo de la rubia quien sin darse cuenta dejó entrar a un hombre a sus vidas que no pudo hacer nada más que propasarse con Loan, posteriormente una gran sobreprotección a la pequeña tratando de reparar su error, sin mencionar cuando se enteró de la naturaleza de su nacimiento, todo esto dejó a Loan perturbada, era un manojo de nervios que un día tocó a la puerta de su casa casi rogando ayuda y protección de su madre.
—Descansa Loan, estarás bien —la chica latina le susurró a la rubia esperando darle ánimos en sus sueños.
—¿Y tú m-mamá e-estás b-bien? —preguntó por ella mas no por su padre, ni insistió en su hermana.
Ronnie Anna junto con Lynn, Lisa, Lucy, Leni y Luan fueron las primeras que llegaron al hospital, Lana con Lola llegaron en el auto de la última minutos después.
Hablaron las cosas, de momento solo Lyra y Liena se enterarían, por ahora, el diagnostico de su hermano era reservado hasta que saliera de cirugía.
La parte difícil seria llamar a Luna, sus padres y Lily, Luna estaba a varios estados de distancia, por otra parte sus padres con la pequeña Lily, muy a pesar que su relación había mejorado, nunca había vuelto a ser la misma.
Lori prometió encargarse de eso cuando llegó, su oficina estaba algo lejos.
Lola quiso hacerse cargo de los chicos para ir a recogerlos, ahora tenía que distraer a los pequeños.
Ella con Lynn, Lucy y Leni volverían a casa para recibir a sus hijas e hijos, Luan dijo que Liby entendería por lo que decidió quedarse con Lincoln.
—Estoy bien hijo.
—¿Y p-por qué no lloras? ¿No te pr-preocupa papá? —él si había llorado pero ver a Loan así le distrajo de su propio llanto.
—Claro que he llorado pero… —la voz de su madre diciéndole a miles de pacientes que debía ser fuerte por su familia le retumbaba en la cabeza, Ronnie estaba desecha por dentro obviamente, su esposo, el hombre que amaba desde niña estaba en el hospital sin ella saber su diagnóstico todavía, pero como su madre le había enseñado debía ser fuerte, ahora más por su familia—. Bobby, si lloro no voy a concentrarme en ayudarlos, tengo que ocuparme de ustedes, tenemos que ser fuertes hijo.
Bobby miró al piso queriendo entender a su madre y lo haría, él quería eso.
Se secó sus lágrimas con la manga de la chaqueta.
—¿Co-como está papá? —Ronnie sabía que esa cuestión insistiría por mucho tiempo, deseaba pronto dar otra respuesta, una mejor.
—Hijo aún no lo sabemos, iban a operarlo, pero está con nosotros todavía y seguirá estándolo… él tiene que volver, tiene que llevarte a esa convención de comics nerds, tiene que comprarnos a mí y Liena los ingredientes para el pastel, tiene que reparar la gotera del ático… él… él no puede dejarme ahora —fue suficiente, con sus propias palabras Ronnie cayó víctima de la angustia y el llanto, con una mano cubrió su boca arrodillada en la cama, la situación empezaba a abatirla.
—¡No mami, no! —su hijo fue abrazarla, ella aunque no correspondió, lo disfrutó —. Yo t-también seré fu-fuerte… por ti y por Loan… Yo la cuido —se sentó en la cabecera de la cama junto a la rubia.
Ronnie miró a su hijo, el vivo retrato del "patético" del que se enamoró, era hermoso.
—Gracias hijo yo…
—Lo digo enserio mamá —no volvía a tartamudear, esta vez ella lo notó—. Sé que ti-tienes que e-estar con él, ve y a-ayúdalo, yo me que-quedo aquí cuidando a Loan, pro-prometo obedecer a mis t-tías.
De verdad Ronnie nunca había dejado a Bobby y Loan solos, Lyra o Liena al menos los cuidaban, pero con esta situación no estaba segura.
Ante el silencio de su madre él insistió.
—P-puedo hacerlo mamá, lo pr-prometo, no me m-moveré de a-aquí, si Loan le pasa algo te lla-llamaré a ti o a la tía Lori, e-estaremos bien.
—Hijo… gracias, eres digno de tu nombre —recordando a su hermano y todo lo que hacía por su familia se levantó mirando su celular—. Tienes mi número y el de todos, le diré a Lynn que saldré, hazles caso, no pelees con tus primos —eso ultimo no creía que pasara en estos momentos, pero la costumbre de decírselo perduraba.
—Lo haré mami, no t-te preocupes.
Con un beso en la frente y un gran abrazo a su hijo, pese de estar llena de dudas bajó las escaleras donde le informaría a la deportista que se devolvía al hospital.
—¿Lynn? —le llamó entrando en la cocina, sus sobrinos estaban ahí, algunos seguían en shock, otros simplemente no se molestaban en ocultar sus emociones, como Liby y Lacy, la única diferencia es que Lacy tenía a su mamá para consolarla.
—Ey Ronnie —le respondió estando agachada acariciando a su hija mientras calmaba sus nervios, no lloraba, al menos ya no.
—Loan está bien, supongo que fue mucho para alguien como ella.
—Lo sé —se levantó dejando a su hija que parecía un poco más calmada ahora para mirar a su cuñada—. Si te soy sincera, creí que seria peor. O al menos eso me temía.
—Igualmente yo, por suerte no fue así —ella no debía pedirle permiso ni nada para ir a ver al hombre con el que estaba casado, sin embargo con todas las hermanas, incluso mas que con Lori, Ronnie Anne sentía una extrema incomodidad con Lynn, más que todo por las situaciones que en su juventud vivió antes de aceptar todo lo que pasó entre ellos.
—¿Quieres decirme algo? —Lynn lo intuía, se le ocurrían muchas ideas también.
—Voy a volver al hospital, debo estar con Linc... ¡Con mi esposo! —lo ultimo lo declaró con certeza, no tenia intención de molestar a la Loud, pero cualquiera, como Leni y Lyra que las escucharon diría que sí.
Lynn tenia que entenderlo, la moral con el sentido común la obligaban sin embargo lo primero en su familia era cuestionable y lo segundo muy subjetivo, por mucho que quisiera ser ella quien fuera a ver a Lincoln, Ronnie era su esposa, independientemente de todo lo demás, sin embargo a la mujer Santiago no se le pasó por alto su expresión.
—Entiendo, claro, ve, que nosotras cuidaremos a los chicos —un dejo de molestia era imposible de ocultar en su voz.
—Robert está cuidando a Loan, él estará bien.
Eso era un reto, ambas lo sabían, Ronnie estaba retando a Lynn a que dijera algo de su hijo para iniciar algo, una pelea o discusión, ambas eran así.
Lynn pudo contenerse, ahora sus pensamientos en su sobrino tartamudo se desviaron al padre del mismo.
—De acuerdo, llámanos si hay noticias de mi hermano —dicho esto ella se retiró al otro lado de la cocina, quería evitar el contacto con la chica latina antes de que dijera o hiciera algo de lo que se arrepentiría, bajo la atenta mirada de Lyra, Liena y su hija, la rubia fue quien se acercó a ella.
"¿Acaso esta cabeza hueca sabe lengua de señas?" —era un pensamiento muy prepotente por parte de la Santiago, pues ella no dominaba la misma.
¿Le gustaba pelearse con su cuñada? Realmente no, las cosas serían más fáciles si la considerara más su cuñada y no su rival amorosa, incluso mucho mejor si ella al igual que Leni o Luna hicieran parte de ciertos pensamientos muy inmorales que involucraban a su esposo con sus hermanas.
Sacudiendo la cabeza para alejar esas últimas ideas inapropiadas, especialmente para los momentos por los que estaban pasando, así que dirigiéndose a la salida, poco antes de que Ronnie llamara un taxi su celular comenzó a vibrar, miró la pantalla del mismo contestando de inmediato.
Lori la estaba llamando.
—Lori hola ¿Hay novedades de Lincoln? —le aterraba la idea de que su cuñada fuera portadora de malas noticias.
—No, todavía no nos han dicho nada nuevo, pero, llamaba para saber cómo tomó Loan la noticia.
—Bueno, ella está bien pero…
—Ronnie, por favor, tengo la incertidumbre de mi hermano, no me pongas peor, dime como está mi hija —tenía un punto, pero ella no quería preocuparla.
—Ella está bien Lori, pero cuando le dimos la noticia le dio una crisis de asma y se desmayó ¡Pero ya está bien! —Se apresuró a aclarar eso último—. Le tomé la temperatura, también el pulso, le di las pastillas y el inhalador que me dijiste, ahora sólo está durmiendo, Bobby la vigila.
Hubo un breve silencio, en cualquier otra situación, Lori le habría reclamado a Ronnie de que dejara a su hija con un niño que apenas podía hablar bien, sin embargo como pocas veces lo hacía, se puso en los zapatos de la otra persona y entendió que todo lo que estaba pasando, aún con tantos niños a su cuidado, era lo mejor, de hecho más, muy amable de su parte que ella había hecho.
—Mi niña… mi bebé, mi pequeña Loan, está mal y de nuevo no estoy con ella —entender la situación no la eximia del sentimiento de culpabilidad que la embargaba ahora —. Yo debería estar allá con ella.
—Lori, yo voy para allá de nuevo, debo estar con mi esposo, si quieres ven aquí, sé que Bobby no necesita ayuda, es mi hijo, pero si sientes que debes estar con tu hija ven, yo te mantendré al tanto.
—Ronnie… Gracias, yo no merezco que hagas todo esto por mí.
Quizás en otra situación la chica Santiago le habría dado la razón, de verdad no lo merecía pero no era tiempo para sacar viejos rencores.
—No hay problema Lori, sólo ven, le diré a Bobby que vendrás a ayudarle.
—Voy de inmediato, tú no te preocupes en tomar un taxi ya mismo llamaré un UBER para que te traiga, yo lo pago, no aceptaré un no, literalmente, es lo mínimo que puedo hacer por toda tu ayuda ¿de acuerdo?
—De acuerdo, pero no tardes por favor.
De esta manera colgaron, Ronnie queriendo evitar subir de nuevo las escalas para esperar en el portal de su casa el transporte, le envió un mensaje a su hijo informándole que su tía Lori vendría a ayudarle a cuidar a su hermana.
Bobby quiso sentir que no confiaban en él para cuidarla, pero casi de inmediato reaccionó en saber que era su madre, por lo que era obvio querer estar con ella.
Ronnie esperaba impaciente el automóvil que para su alivio pasados solo cinco minutos de su llamada con Lori arribó identificándose como chofer.
Cuando abordó el auto que ya conocía su destino su teléfono volvió a sonar.
—Hola nini —una voz grave bastante firme se escuchó en su móvil.
Lori en esos momentos iba camino a la casa 1216 Franklin Avenue, su hogar de la infancia, donde ahora su hija, su mayor tesoro que muy tarde descubrió que así lo era, se encontraba en lo que ella rogaba, fuera un simple desmayo.
—Escuche, le pagaré el triple si quiere, pero acelere, si puede pasarse un alto, hágalo, si lo multan yo también lo pagaré.
El rostro del conductor no era de molestia, ni sorpresa, mucho menos alegría por la oferta, de hecho le preocupaba que su habitual clienta se comportara así.
—Señora Loud, tranquilícese, llegaremos en unos minutos.
—Sí, lo siento, es sólo que he tenido un mal día.
Si así le podía llamar a todo lo que estaba pasando, no encontraba otra definición además de tragedia.
El matrimonio de Lori y Bobby duró hasta poco tiempo después que la verdad saliera a flote, a esas alturas los padres de la chica ya sospechaban, pero no se enteraron sino hasta que Lupa nació, fue entonces que ella comenzó con la bebida que la llevó a dejar entrar a un hombre en su vida que le hizo un daño irreparable a su hija.
Se odió a ella misma, alguna vez creyó odiar a Loan pero no era así, pensando que la amaba, la privó de todo, del mundo, de su familia, de Lincoln.
Razón más que suficiente para que la pobre niña creciera nerviosa, alterada y con miedo a todo, para cuando Lori se dio cuenta de sus errores fue tarde, Loan no era una chica normal, muchas veces quiso rectificarse pero no supo hacerlo, comprarle todo lo que quisiera no había sido la mejor opción.
Lori empezó como una Caddie en el club de golf de Michigan, sus estudios fueron un impulso para dejarla entrar, recogiendo y limpiando pelotas que a veces se las podía quedar para luego vender, ni si quiera su embarazo le impidió continuar con ello, cuando se graduó ya era asistente en la administración del club, en los primeros años de vida de Loan todo fue perfecto, ambas familias, Loud y Casagrande les ayudaron con la pequeña, cuanto deseaba volver a aquellos momentos de su vida, porque después de su divorcio, teniendo un trabajo extremadamente lucrativo, razón por la que nunca tuvo problemas económicos, sentía que su vida se había ido por el retrete.
—Llegamos señorita Loud —la sacaron de sus pensamientos, sin prestar atención sacó dos billetes de cien dólares, casi tirándoselos a la mano al chofer.
—Conserve el cambio por favor. Oh y si no es mucha molestia le pido por favor que esté atento a mi llamada, por si debo volver a salir, se lo suplico.
El hombre queriendo entender lo que pasaba, sólo asintió viendo como la mujer se apuraba dentro de la casa.
—Chicas estoy en casa —lo primero que vio al entrar fue a Lupa con su madre en el sofá, hablaban tan por lo bajo que no se les entendía.
—Hola Lori. Ya les dimos la noticia —Lucy que se portaba como siempre, al verla su hermana denotó un, más bajo que de costumbre, estado de ánimo.
—¿Dónde están todos? —preguntó. La pelinegra señaló la cocina, quería llegar y ver a su hija atiborrándose de comida chatarra como siempre.
Lo único que encontró fue a Lemy, Liby, Lacy y Lyle en la mesa, mientras que Lynn parecía hablando con Liena, ignoraba si la deportista dominaba la lengua de señas, al otro lado Leni parecía preparar algo de comer, por ultimo Lyra estaba en la cabeza de la mesa con los chicos, sosteniendo el crucifijo que siempre llevaba al cuello.
—Hola tía —Lyle por educación pero sin mirarla fue el único que la saludó.
—¿Chicos que hacen?
—Lori llegaste, mira Ronnie nos dejó té, bébelo, ella dijo que te calmaría —bandeja en mano Leni se le acercó ofreciéndole una de las tantas tazas de té que llevaba.
—Gracias Leni, pero paso —no tenía sed, sólo quería saber de su hija.
Un saludo de mano que devolvió a su sobrina sordomuda fue lo que necesitó para acercarse a Lynn.
—Lynn ¿Dónde está Loan?
—Está durmiendo arriba, a todos les afecto esto, los chicos no quieren hablar y no los culpo en realidad. Oye ¿Llamaste a Luna y a nuestros padres?
Lori negó con la cabeza al tiempo que le hizo una seña para que bajara la voz, había tenido mas que tiempo suficiente para comunicarse con ellos, principalmente porque fue quien se responsabilizó de hacerlo, pero cada vez que intentaba marcarle a alguno de sus familiares que aun no se enteraban de la situación del peliblanco, no encontraba las palabras para dar la noticia.
El que pidiera silencio fue inútil.
—No se molesten, sé que no has llamado a la irresponsable de mi madre y que de ser por ella ni se aparecería por aquí —Lyra apretaba los puños al hablar.
—Sí ella estuviera aquí, de seguro haría algo más útil que tú, solo rezando ahí perdiendo el tiempo —Lemy la miró enojado.
Una mirada de resentimiento entre hermanos subió la tensión en el ambiente, las conductas religiosas de Lyra siempre habían sido criticadas o blanco de burlas, sin embargo quien llevaba la peor parte sin duda era Lemy, su hermana lo amaba, queriendo compartir lo más posible con él, tanto para según ella, llenar el vacío que su madre dejaba cada vez que se largaba a sus giras, lastimosamente el chico no lo veía así, como buen adolescente se sentía atacado por lo que reaccionaba de forma muy grosera con ella.
—Ya cállate Lemy, no me faltes al respeto.
—Es la verdad, no vas a solucionar nada ahí hablando sola, de hecho no hacemos nada aquí, deberíamos ir donde él.
—Ya te dije que no pueden ir tantas personas, solamente nos saturaríamos en la sala de espera.
—Entonces si aquí no hacemos una mierda, mamá tampoco lo haría si estuviera.
A los ojos de Lori viendo a Lemy y Lyra pelearse lo primero que le recordaba era a ella con Lincoln, muy a pesar de ser hija de Luna debía aceptar que la actitud estricta, mandona casi maternal de Lyra eran cosas muy propias de ella, debido a que en el contexto de las cosas ella era la hermana mayor responsable de todos, sobraba decir porque su hija no podía hacerlo, de hecho Loan era quien a veces requería mas cuidados y aunque Liena era casi una adulta ya pero no tenia las cualidades de poder ser algo parecido a una hermana mayor mandona, que fuera muda no ayudaba mucho, pues cosas necesarias como alzar la voz o incluso gritarle a sus hermanos cuando se portaran mal era algo que ella no haría ni si quiera si pudiera hacerlo.
Liena era la viva imagen de Leni en cuanto actitud, calmada, dócil, amable sin mencionar realmente atractiva, razón por la cual Lyle se ponía celoso cuando al salir con ella se ganaba miradas de hombres que solo reparaban un su trasero y pechos, su peso en realidad podía ser una ventaja más que algo a mejorar como Lola decía a veces.
Con todo esto, había quienes eran maduras queriendo ayudar a esas situaciones como en ese instante.
—Chicos… No peleen, no es el momento de… —Lacy quiso mediar. Fue mala idea.
—¡No es el maldito momento de nada Lacy, papá esta tal vez muriendo mientras todos actúan tan tranquilos! —el grito de Lemy hizo énfasis en "muriendo"
—¡Papá no está muriendo idiota! —la chica de chaqueta deportiva le respondió a su hermano en el mismo tono—. No vuelvas a decir eso o te juro que te rompo la cara.
—Niña tonta —fue lo que murmuró su hermano mirando esta vez a Lyle —. ¿Tú no vas a decir nada?
—No tengo nada que decir, si quieres portarte como un imbécil hazlo —el rubio seguía sin mirar a nadie.
—¡Lyle… tu boca! —Leni no estaba acostumbrada a que su hijo usara ese tono —. Mejor tomen un té los calmará —Liena fue al rescaté de su madre recibiendo la bandeja de sus manos y poniéndola en la mesa.
"Madre, es mejor dejarlos que se calmen, vamos a ver si Lupa está bien" —la seña que usó para referirse a Lupa fue estirarse los labios hacia abajo y hacer el numero dos con los dedos "LUCY SEGUNDA" era un apodo en lenguaje de señas que le habían puesto madre e hija a la peliblanca.
—De acuerdo hija —con movimientos de manos de su cintura a la frente le respondió, a todos les asombró como Leni había aprendido lengua de señas, aunque realmente siendo todas madres, no les sorprendía lo que ellas podían llegar a hacer por sus hijas.
—Tú ven conmigo jovencita, no quiero peleas ahora —Lynn tomó de la mano a su hija, quería evitar regañar a alguien ahora, no estaba de humor.
Lori observaba esa escena, las peleas con sus hermanos fueron parte de su infancia, sin embargo ninguna se asemejaba a la situación por la que estaban pasando.
—Tía Lori… ¿Por qué mi mamá no me ha llamado?
Lori observó a Liby hacerle esa pregunta, los ojos húmedos y una mirada fija con voz quebrada, no podía culpar a Luan, pero le molestó de todas formas.
¿Era correcto criar a una hija así? Viniendo de ella no podía criticar a Luan, Lori más de una vez se había llamado "mala madre" se lo repetía constantemente, incluso más que lo que otra persona se lo hubiese dicho, de no ser porque su hija en un momento de su vida le pidió que dejara de tratarse así, hasta el presente día dudaba de ser una buena madre pero no tenia dudas de que la comediante se estaba equivocando.
—Liby mi pequeña, tu madre quería decirte esto, pero han pasado tantas cosas, ella tuvo que quedarse en el hospital, pero cree igual que yo que eres una chica grande y que sabes manejar esto.
—¿Ha hecho chistes sobre esto? —Lori quiso responderle que no porque de haberlo hecho ella también estaría en una camilla.
—¡Claro que no! ¿Cómo puedes pensar que... —los ojos de la chica con corbata cambiaron, no era enojo, se veían mas como curiosos pero al tiempo respondían afirmativamente a lo que ella no terminó por preguntar.
—No tiene tiempo para verme, no va a mis presentaciones y se la pasa haciendo bromas todo el día. No la culpo realmente ella siempre ha respondido por mi pero —hizo una pequeña pausa conteniendo más llanto —. Hoy, justo hoy que mas la necesito ella... Se larga como siempre.
—Liby no es así como...
No pareció ayudarle mucho puesto que con los ojos aguados la pequeña se retiró, rumbo desconocido igual que la efectividad de los métodos de crianza de su madre, la relación entre madre e hija de esas dos siempre fue tensa, como Luan la llamaba "Endogravica" a nadie le hacía gracia ese chiste.
Lori recordó el motivo por el cual estaba ahí, era su hija.
Al momento en que cruzaba la sala para ir a las escaleras Leni la detuvo.
—Lori, Bobby está arriba.
—Lo sé, vine a ayudarle a cuidar a Loan —sin reparar en que Leni iba decirle algo más Lori decidida por su niña fue y con brusquedad abrió la que ella sabía era la habitación de Loan, Liena y Lyra.
—Junior ¿Está todo…bien? —la lengua se le paralizó tanto que sintió terror, viéndolo ahí sentado después de tantos años, con una barba bien cuidada, una chamarra verde con unos vaqueros sentado en la cama donde su hija reposaba junto a su sobrino —.Bobby.
—¡Hola! —respondieron tío y sobrino que compartían su nombre.
Bobby Loud Jr, conocido por su familia materna como Robert Loud Santiago Junior, entendió que no lo saludaba a él, de hecho ni saludaba a su tío, solo se sorprendió de verlo, él era un niño, no le habían dado detalles de lo que había pasado, entendía ciertas cosas de su familia como quienes eran sus hermanos, pero saber de las peleas de sus tíos se le escapaba.
—Oye campeón, debes estar cansado ¿Por qué no bajas con tus hermanos a comer algo? Yo me quedo con Loan y si despierta te llamo.
—¿Es-estas seguro t-tío? —Bobby lo presentía, pero no quería dejar a Loan.
—Claro además… su mamá ya está aquí —la mirada que le dedicó, fue cuando menos triste.
—D-de acuerdo —él era un niño bueno, obedecía a sus mayores muy a diferencia de Lemy que tal vez se hubiera quedado, al menos espiando.
Saliendo de la habitación fue detenido por el hombro.
—Junior… Muchas gracias por cuidar de mi Loan, eres un gran hombre —con un abrazo que le rememoró abrazar a un pequeño Lincoln, la Loud mayor dejó ir al muchacho con una sonrisa en su rostro.
El momento había llegado, no sabía cuánto tiempo había pasado pero si recordaba su última conversación, como si fuera ayer.
Todo pasó tan rápido que los recuerdos en el joven Santiago también estaban frescos.
—Quiero el divorcio Lori —fue lo que le dijo hace años, Bobby pudo perdonarla, pudo aceptar a Loan y vivir con ella un tiempo, pudo seguir teniendo amor por su familia política, pero despertar cada día con ella le carcomía por dentro.
Lori aceptó, para así comenzar con su ya renombrada cadena de errores, de alcohólica a sobreprotectora y ahora en un intento burdo de corregir lo que había hecho, tenía al amor de su vida frente a ella, que como un juez sin decir nada todavía, condenaba sus actos solo con la mirada.
—Ha pasado mucho tiempo bubu…Bobby .
—Sí, bastante… Lori —ahora no se miraban, el contacto visual estaba restringido.
Había que dejar algo claro, Lori no lo había superado y Bobby todavía se sentía raro con ella ni que decir de Loan.
—Entonces ¿Cuándo volviste a Michigan? —la verdadera pregunta era cuando había regresado a los Estados Unidos.
—Hace dos semanas más o menos, nadie sabía, a Ronnie se lo conté hace un par de días. No quería que nadie se enterara.
Por "nadie" Lori supuso muy acertadamente que se refería a ella.
Un silencio incomodo los invadió, ambos miraron a Loan, no tenía señales de querer despertar pronto, la mujer se acercó nerviosa a su hija y ex esposo.
—Te ves bien —atinó a decirle Bobby, mil recuerdos de reclamos de Lori durante su noviazgo y matrimonio de porque no le decía que se veía bien le vinieron a la mente.
—Gracias, pero… Creo que soy la única que luce bien —más cerca de su hija le acomodó los mechones de cabello, muchas veces había visto esa escena y no dejaba de romperle el corazón.
Bobby sabía muy poco de Loan en sus últimos años, incluso desconocía las crisis que había tenido, consecuencias de su abandono, aun así el sentimiento paterno que tuvo en su momento por ella revivía ahora en él, creyéndose culpable de la situación.
—Lo lamento.
—Sabes que no debes disculparte, todo esto es mi culpa.
Él quería decirle que no, al menos no toda, pero sentía que no le nacían esas palabras.
—Oye ¿Cómo está Lincoln?
Lori lo suponía, ella no mantenía la esperanza que él hubiese vuelto por ella.
—¿Ronnie te contó algo?
—Sólo lo de su accidente y que iban a operarlo, no me dio detalles.
—Sigue igual, no hemos tenido noticias, la espera se hace eterna —miró su celular, no tenía mensajes ni llamadas de sus hermanas.
Se miraron el uno al otro, sentían que había tanto que decir y al mismo tiempo nada de qué hablar.
—Lori…lo siento.
Si no hubiese sido por el inusual silencio de la casa ella no lo hubiese alcanzado a oír.
—¿Por qué? —dentro de ella se le ocurrían muchas razones, pero no pensó que él lo fuera a decir.
—Por haberme ido, haberte dejado sola con ella, por no verla crecer… ya sabes por todo.
Aunque esta era una de las cosas que ella quería oírlo decir, no era la que esperaba, mucho menos sentía que la mereciera.
—Tú no tienes que disculparte, fue mi culpa, yo te mentí, le mentí a mi familia y a mi hija… yo misma destruí mi familia.
—No es cierto, tal vez cometiste errores pero nunca abandonaste a tu familia como yo.
—Bobby mírala, creo que ya sabes el buen trabajo que hice como madre.
Lori bajó la mirada, de nuevo comenzaba a sollozar viendo a su hija.
El muchacho Santiago se sentía curioso sobre eso, después de su separación el contacto que tuvo con Loan fue poco menos que el de un típico familiar lejano que la veía por fotos y videos, sin embargo él también lo notó, la chica no había crecido de forma normal.
—Fracasé Bobby, literalmente fracasé en todo lo que hice, lo eché a perder.
—Eso no es cierto Lori.
—¡Lo es! —su sobresalto no despertó a Loan, eso le alivió, no quería perturbarla más —. Fracasé como madre, como esposa…como hermana.
Tal vez fue el tiempo que pasaron separados, la distancia y los años sanaron algunas heridas que le permitió a Bobby poner su mano en hombro de Lori para calmarla.
—Me niego a creer que la Lori Loud a la que conocí, la que bien sé llego a ser la gerente empresarial de la GOLF COMPANY más grande del país seas tú.
Lori con los ojos húmedos le miró confundida.
—¿Cómo sabes eso?
—Tal vez yo me fui…pero tú nunca lo hiciste.
Las miradas de ambos eran ahora la de ella una curiosa y la de él una decidida.
—¡Lori acabe de hablar con mamá y papá! ¿Por qué no los has llamado? —la voz de Leni un tanto molesta y su aparición por la puerta fue suficiente para sacarlos de su ambiente.
—Yo… es que… Literalmente no puedo hacerlo —de vuelta a la realidad que estaban viviendo lejos de sus pensamientos en Bobby Lori volvía a quebrarse.
—Lily me acaba de llamar, Lucy me quito el teléfono, me dijo que como que yo no sabia decir las cosas y es cierto, tú eres quien debió haberles dicho ya.
—¿Les dijeron?
—No, Lucy dijo que llamó para pedirle ayuda a Lisa con su tarea.
—No sé como decírselos Leni, no puedo hacer esto sola —poniendo ambas manos sobre su rostro Lori se desesperaba por no encontrar una forma de sobrellevar la tarea de comunicarle a sus padres aquel fatídico hecho. Sintió entre lagrimas una mano recargarse en su hombro seguida rápidamente de otra en su espalda.
—No estás sola hermanita, si quieres yo los llamo o ponemos el altavoz.
—Es verdad Lori, no tienes que hacer esto sola —el consuelo de su ex esposo recibió mayor atención que el tierno ofrecimiento de su hermana, más sin embargo ambas quedaron en el olvido al sentir una tercera mano jalonear su blusa a sus espaldas.
—Papá —en un murmullo casi inaudible Loan parecía querer despertar.
—Hija, estoy aquí, tranquila mi amor, mamá está contigo, mami va cuidarte mi pequeño rayo de sol —las palabras que le dedicaba a su hija con quien se recostó para susurrárselas al oído despertaban en sus acompañantes un sentido de admiración, Leni deseaba que así hubiese sido siempre.
Al tiempo que la hija mayor de la segunda generación Loud se despertaba el padre de todos esos vástagos luchaba por recuperar la conciencia, pero por más que lo intentaba queriendo gritar, levantarse o incluso abrir bien ambos ojos, solo su dedo pulgar derecho respondía, su cuerpo literalmente no le obedecía a lo poco que podía maquinar su cerebro.
Por lo que así en un cuarto de cuidado intensivos de la ciudad de Michigan, Lincoln Loud emitió un breve sonido antes de desmayarse de nuevo.
—Hijas.
Este capitulo fue mas largo por lo que tarde puliéndolo gracias y mil gracias a todos los que comentaron y me alentaron a continuar con esto.
andres888: Gracias, sí pues estoy incursionando en ambos con Loud house y los Sinkids, ya verás lo que le depara a Lincoln.
Hisworld39: Muchas gracias eres bastante intuitivo amigo, realmente quedaría muy cliché matar a Lincoln dejémosle eso a los fanfics de no such luck jaja, si quise incluir a Ronnie y no sólo a las Loud pronto explicare el origen de los hijos de Ronnie apegado lo mas posible a lo general del fandom.
RCurrent: Aprecio mucho tus deseos y espero te guste este nuevo cap.
El caballero de las antorchas: Tienes toda la razón trabajar con los sinkids dandoles personalidad y todo eso a cada uno es difícil pero ayuda mucho otras buenas historias como las tuyas con Liby pronto terminare de leerlas y darte una opinión, me retro alimenta mucho, así que muchísimas gracias por tu apoyo y tus comentarios.
J0nas Nagera: quiero que sepas que considero un honor que un autor de tu nivel, tan renombrado en el fandom y autor de mis fanfics favoritos me deje un rev, amigo Jonas me alegra mucho que te gustar esta idea casi nunca la vi explorada por lo que me arriesgué, en cuando a darle personalidad a cada sinkid ya tu sabes lo complejo que es por lo que me alegra que en su mayoría te gustara, Y SI CONOZCO ESE COMIC DONDE RONNIE QUIERE VER EL LOUDCEST JAAJAJ, colega Jonas, ya termine otro de sus fics en wattpad y supe que hace poco terminó "Tan sólo sucedió" felicidades y espero le guste la continuación de mi fic.
Luis Carlos: Jajaja esto es Loudcest al cuadrado, no quería un típico fanfic solo de sexo e incesto profundizar un poco mas en una situación familiar realista como una tragedia por accidentes fue lo que me motivó, el accidente fue grave no te lo niego, sólo sus hijas e hijos lo pueden ayudar ahora, ya lo veras, muchas gracias por tu comentario.
Dark-Mask-Uzumaki: Se aprecia mucho todo lo que me has dicho, me inspiró mucho para terminar este capitulo por lo que te debo agradecer eso, ya veremos como reaccionan las pequeñas para que te prepares porque los mayores no lo tomaron muy bien.
Jajaja a Ronnie la prende el incesto aquí como en cierto comic que vi, si me encantó la idea, quise tomar otro camino que no fuera Ronnie apartada por las hermanas Loud la quise incluir de manera que gozara lo que pasaba, después profundizaré en como reaccionó cuando se enteró de ello.
Muchas gracias por tu apoyo, ojala te guste este cap.
