En Hogwarts...

Año de los merodeadores...

En la mesa de Gryffindor se encontraban todos los merodeadores platicando, si algún gryffindor o Slytherin intentaba ordenarles algo todos lo mirarían fríamente haciendo que la persona huya, lo habían hecho desde primer año y aún lo hacían.

Ese día cambio cuando por la puerta del gran comedor entraron 5 pelirrojos: 2 adultos y 3 niños. Pero muy reconocibles para todos, los Weasley-Prewett.

—¡Hola muchachos!—Saludo el director Dumbledore que se había acercado a ellos.

—Hola Director ¿podríamos hablar con usted?—pregunto Molly.

—Claro, vamos a mi despacho—hizo ademán de que lo siguieran.

—¿Chicos?—Arthur llamo a los Merodeadores, estos voltearon a verlo.

—¿Si Arthur?—pregunto Regulus por todos. El más pequeño de los tres niños lo veía con curiosidad a él y a Lily.

—¿Podrían cuidar de Bill, Charlie y Percy? No creo que quieran escuchar la platica—y para afirmarlo los tres asintieron, no querían escuchar su platica de adultos.

—Claro, vayan tranquilos—contestaron Lily y Remus. Arthur agradeció y siguió a su esposa y al director.

Remus señalo dos asientos vacíos (en medio de él y de Severus) en los que se sentaron rápidamente Bill y Charlie. Percy aún veía con curiosidad a Regulus y este lo miraba también, al final palmeó el asiento libre que estaba en medio de él y Sirius.

El Weasley más joven (por ahora) se sentó.

—¿Ya saben que quieren ser de grandes?—pregunto Severus a los niños.

—Yo quiero trabajar rompiendo maldiciones para Gringotts—contesto Bill, los Merodeadores y las personas que lo escucharon sonrieron por la emoción del chico.

—Yo trabajar con Dragones—ahora contesto Charlie mientras miraba hacia los lados por si aparecía su madre, dándole algo de Gracia a los que conocían a Molly.

—¿Y tú Percy?—le preguntó suavemente Lily, el joven pelirrojo abrió los ojos sorprendido de que le preguntarán a el, cosa que se guardaron los Merodeadores para si, en especial Regulus.

—P-pues, estoy entre ser maestro de Encantamientos o pociones, o abrir algún lugar para duelos—le sonrieron junto a sus hermanos tratando de calmarlo, cosa que funciono. El Black más joven noto que la respiración se había acelerado.

—Niños ¿sabían que puedo leerles el futuro?—los Weasley le vieron con curiosidad y asombro.

—¿Eres un vidente?—pregunto tímidamente Percy, Regulus asintió.

—Préstame tu mano—algo dudoso se la tendió y Regulus cerro los ojos un momento, en ese lapso de tiempo Lily puso sus manos en sus hombros para mantenerlo tranquilo. Una luz los rodeo y desapareció, pero solo los Merodeadores la notaron.

Regulus abrió los ojos sonriente.

—¿Algo ocurrió en mi futuro?—le vió tranquilamente. El Black miro a sus lados antes de contestar para que solo los niños y los demás Merodeadores escucharán.

—Seras uno de los cuatro pilares y mago más poderoso de todos los tiempos desde los fundadores.

Por primera vez, percy sonrió sinceramente desde que habían llegado, su sonrisa iluminó el lugar.

Y los Merodeadores se prometieron proteger esa sonrisa al igual que sus hermanos mayores.

Lástima que el destino podía ser cruel algunas veces. Y nos arrebatará a las personas de nuestro lado, y nosotros nunca entenderemos por qué.

—¿Tío Gideon?¿Tío Fabián?—pregunto Percy buscando entre miembros de la orden a sus adorados tíos. Arthur no sabía cómo decirle sin herirlo, Bill y Charlie tampoco sabían que hacer. Si su madre se había sentido mal, no querían saber cómo se sentiría percy.

—Percy... Ellos—el pelirrojo empezó a negar con la cabeza comprendiendo a la primera el mensaje.

—No, no, no prometieron que volverían, deben estar con madrina, padrino y con Tío James, Tía Marine, Tío Lyan, Tío Sirius, Tío Remus y Tío Sev—siguio negando, pero las lágrimas que empezaron a salir de sus ojos les hacían saber que el pelirrojo estaba en la fase de negación.

Algunos se acercaron a dar el pésame a los Weasley, pero Percy no aguanto y salió corriendo.

—¡Percy!—gritaron sus hermanos tratando de seguirlo, pero el joven era más rápido.

Percy corrio afuera del edificio, cayó de rodillas y lloró, sin darse cuenta dos Mortifagos sueltos intentaron atacarlo, fallando en el intento, por qué el pelirrojo dejó salir un estallido de magia que hizo que todos los miembros que seguían vivos de la orden salieran de la casa y vieron al chico de rodillas.

Unos aurores arrestaron a los dos Mortifagos y se los llevaron. Dumbledore, Minerva y Hagrid aparecieron luego de dejar a Harry en casa de los Dursley.

—Percy mi muchacho—el nombrado no dejo hablar al anciano, levantó la mirada y se veía enojado al verlo.

—¡Nada de mi muchacho!¡Usted tiene la culpa!—intentaron agarrarlo pero soltó otra ráfaga de aire—¡Si usted hubiera actuado correctamente ni siquiera existiría Lord Voldemort!

Todos jadearon al escuchar el nombre del que no debe ser nombrado de la boca del joven.

—¡Y ustedes son unos hijos de puta!¡Están celebrando!¡Lily y James Potter murieron protegiendo a su hijo!¡Un hijo que quedó huérfano!—varios bajaron las cabezas avergonzados—¡Varias familias murieron!¡Y no se quién carajos los educó, porque así no se hace el luto a las personas!

—Hijo creo que—intento frenarlo Arthur, sin mucho esfuerzo.

—no padre, no he terminado, ¡Además están haciendo que los Muggles se den cuenta de nuestra existencia rompiendo el estatuto secreto!¡¿Acaso quieren que nos maten!—casi todos los presentes tenían la cabeza abajo, el chico tenía razón, no podían actuar así. Bueno tres arrogantes aurores en entrenamiento (y borrachos) se ofendieron.

—¿Y tú quien te crees que eres para decirnos niñato?—los tres Weasley presentes (Molly se había quedado dormida en la casa de tanto llorar junto con los gemelos) hicieron señas de que no lo provocarán, ignorados.

—Si, nosotros celebramos como queramos—empujo a Bill, el primero en hablar a Charlie y el que no había hablado a Artur, mala idea.

Percy extendió sus manos y los tres magos estaban en el aire, su cabello se movía con el aire.

—No le pongan un solo dedo encima a mi familia—y los lanzo. Bill y Charlie se pusieron a cada lado de su hermano.

—¿Percy?

—No los mate si eso es lo que les preocupa.

Percy se desapareció, aunque los Weasley sabían dónde iba.